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sábado, 30 de marzo de 2024

Argentina: Visión estratégica de la defensa de los interes marítimos (2)



Una Visión Estratégica de la Defensa de los Intereses Argentinos en el Mar (II)

Capitán de Navío IM Miguel A. Troitiño || Defensa y Seguridad


5. Defensa de los Intereses Argentinos en el Mar


Dentro de las regiones geográficas de interés nacional que hemos identificado, debemos considerar los intereses estratégicos, los cuales deberían orientar la definición de los objetivos materiales y, finalmente, los recursos que se asignarán a esos objetivos. Dentro de ellos, las Fuerzas Armadas y su diseño para la defensa de los mismos:

El resguardo del posicionamiento argentino en el sistema antártico.

(Más protagonismo con una oferta al mundo y la defensa de nuestros reclamos soberanos). 

Materializado en el incremento de nuestra influencia y presencia en la Antártida a través de una robusta y clara Política de Estado basada en el mantenimiento y modernización de nuestras bases permanentes y temporales (la refundación de la Base Petrel y el potenciamiento en sus capacidades de apoyo es un ejemplo), el incremento de la actividad científico-tecnológica y de su sostén logístico, y el desarrollo de un Polo Logístico Antártico que, como mencionábamos en el punto precedente, merece un análisis inteligente que parta de la necesidad de la integración regional como concepto superior, guía de todas las acciones institucionales.

Deberíamos seducir a un Mundo cada vez más interesado y que nos encuentra formando parte del camino más directo al continente blanco. Si bien es importante reconocer que lo antártico constituye actualmente una de las Políticas de Estado más firme de nuestro País, su desarrollo no se percibe conectado a otras políticas necesarias, que deberían estar concebidas asociadas a la búsqueda del bien común y el cumplimiento de las metas fijadas por un Proyecto de Nación.

La combinación de un sostén logístico antártico basado en un Instrumento Militar que cuente con unidades navales con capacidad de navegación en aguas polares y sus puntos de apoyo / bases navales posicionadas en la Patagonia y los medios navales, aeronavales y de infantería de marina que aseguren su protección, la de todo desarrollo industrial y logístico que da respuesta a las necesidades antárticas y los puertos y aguas del Atlántico Sur austral, sería el argumento para determinar el diseño de fuerzas a considerar.


La integración y seguridad regional.

(Solos no podemos, la integración potencia las capacidades). 

Si queremos tener un protagonismo activo formando parte de “Occidente”, no podemos dejar de contribuir al MARE NOSTRUM, asumiendo nuestro protagonismo en el Atlántico Sur. La inmensidad de la tarea, sumado al insoslayable incremento de actividad en el mismo, nos lleva a entender que solos no podremos, por lo que la integración con nuestros vecinos atlánticos: Uruguay, Brasil y Sudáfrica, es fundamental. Sumados a ellos, otros actores regionales que, sin tener injerencia directa sobre la cuenca sud atlántica, podrían contribuir al fortalecimiento de los intereses de nuestro País.

Afortunadamente, es un concepto ya entendido y plasmado en acciones que todos los años se realizan a partir de operaciones, ejercitaciones y actividades combinadas. Es necesario comprender que la demanda de seguridad regional se incrementará en el tiempo, por lo que debería prevalecer la continuidad e incremento del concepto integrador de la Defensa.

Aquí, el diseño de fuerzas debería considerar las características del ambiente operacional y el robustecimiento de la confianza bilateral. Nadie lo puede todo, sobre todo cuando sólo podemos aspirar a ser una potencia media, al igual que nuestros vecinos. Llevado a la definición de capacidades, deberíamos aceptar no contar / aspirar a lo “deseado”, sino a lo “posible”, que tendría que ser definido respondiendo a una inteligente priorización de necesidades.

El desarrollo de una Base Naval Integrada en la ciudad de Ushuaia contribuiría a fortalecer la seguridad regional, custodiando fundamentalmente la zona austral, sus pasos bioceánicos y la puerta de acceso a la Antártida. De todas maneras, la vastedad del espacio que la separa de la Base Naval Puerto Belgrano, Base principal y única en la actualidad, requiere de, al menos, un despliegue secundario más entre ambas, que fortalezca la presencia del Instrumento Militar en todo el litoral marítimo atlántico.


La paz y seguridad nacional e internacional.

(Nuestra contribución al mundo, garantizando la seguridad propia). 

Implica la participación activa en misiones internacionales, formando parte de coaliciones / organizaciones cuyo propósito sirve a nuestros intereses y no vulneran los principios de nuestra Constitución Nacional (Ej. Misiones de Paz de ONU). Preferentemente, nuestra participación debería estar ligada a acciones promovidas por Occidente, a partir de que somos parte del mismo y, prioritariamente, a aquellas que contribuyan a la preservación de la paz en el Atlántico Sur.

Vinculado al interés estratégico precedente, al momento de definir el diseño de fuerzas, deberíamos asegurar contar con aquellas capacidades que contribuyan a la seguridad de todo bien de valor superior para el País.


La preservación del medio ambiente. 

(Para que nos recuerden bien los argentinos del futuro). 

Constituye un interés estratégico que va tomando importancia y protagonismo de manera acelerada, ya transformado en una Política de Estado por muchos países occidentales. Proteger el medio ambiente debería dejar de ser una mera declamación, debiendo ser un objetivo concreto para resguardar por nuestra Nación, a través de una política integral de la que tendría que participar la Defensa, garantizando la disponibilidad y la preservación del hábitat y sus recursos en el presente, pero fundamentalmente asegurándolos para el futuro.



Los espacios marítimos, insulares y fluviales de interés.

(Porque somos una isla y los necesitamos para sobrevivir). 

Hemos utilizado al concepto esencial de “isla” para ayudarnos a definir los lineamientos estratégicos que nos llevan a ser protagonistas en el Atlántico Sur. Este concepto es el que nos permite visualizar al elemento que nos conecta al mundo, nos comunica y, al mismo tiempo, a través del cual estamos expuestos a los riesgos más importantes. Allí, desde ese elemento, es de donde la presencia militar ilegítima del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes nos obliga, por un lado, a mantener una activa política exterior que lleve nuestro reclamo a ser atendido y resuelto de manera pacífica y, por el otro, a un diseño de fuerzas y sus capacidades, despliegue y organización necesarios, que nos haga creíbles y respetados, fundamentalmente en el proceso de negociación reclamado, buscando una mejor posición relativa frente a esta situación.


Líneas marítimas / fluviales internacionales y los pasajes interoceánicos

(Su protección, para asegurar nuestra conexión con el mundo). 

Las tres regiones definidas y vinculadas a los espacios marítimos de interés contienen la líneas marítimas y fluviales internacionales y los pasajes interoceánicos. Constituyen circuitos comerciales que, como venas y arterias de un cuerpo, nutren a nuestra Nación. La condición expedita de las mismas es esencial para la supervivencia, sabiendo que el 87% de nuestro comercio es marítimo y se realiza a través de estas.

Una vez más, el análisis del ambiente operacional marítimo, marcado por una geografía política-económica, define el diseño de fuerzas para su defensa material. La Cuenca del Plata, como así también los pasajes interoceánicos y, finalmente, la que hemos denominado autopista marítima requieren rutas de libre y segura navegación a partir del desarrollo de capacidades para tal fin. Si queremos hacer crecer el interés del Mundo por nuestros “servicios”, tendríamos que garantizarle estructura, seguridad y confianza.

El ambiente operacional que caracteriza a cada región definida condicionará el diseño de fuerzas para su protección y defensa. Siendo la Cuenca del Plata de naturaleza restrictiva, debería priorizar medios que se adapten y garanticen la libertad y seguridad de la navegación y la protección de aquellos puntos vitales, esenciales para mantener la continuidad económica del País. Ya el Atlántico Sur vasto y rudo, nos exige un concepto de diseño oceánico que nos permita asegurar la protección de nuestro Mar Argentino y de todo el litoral atlántico, incluyendo la protección de todo desarrollo socio-económico desplegado en sus costas, así como contraponer la amenaza materializada por la actual usurpación británica, en definitiva, de la denominada autopista marítima. Deberían ser los medios más poderosos y ágiles que, acordes a nuestras posibilidades, serían más o menos importantes, pero siempre deberían respetar su rol. Es una obviedad, aunque debemos resaltar este concepto ya que no han sido pocas las oportunidades en que hemos adquirido medios que, por su diseño, resultaron condicionados en su pleno empleo a partir de las características de nuestro mar. Finalmente, la Antártida, como región debería tener una combinación de las anteriores, si consideramos parte de esta a la Isla Grande de Tierra del Fuego, con sus canales, estrechos y pasos bioceánicos.


Los recursos naturales renovables y no renovables.

(Su protección para su uso por derecho). 

La protección de estos ya constituye un objetivo estratégico definido como Política de Estado en muchos de los países occidentales, incluido el nuestro. Al respecto, la DPDN es clara al mencionar que “La protección de los recursos naturales…constituye un aspecto medular en la formulación de la actitud estratégica defensiva de la REPÚBLICA ARGENTINA”, “… asegurar la disponibilidad de recursos naturales renovables y no renovables localizados en el territorio nacional es una forma tangible de materializar los intereses vitales de la Nación”.

Somos dueños de un reservorio natural que atrae intereses foráneos, lo cual nos obliga a protegerlo. Un control de estos no para negarlos sino para administrarlos y negociarlos con el Mundo. En este punto, seguros de la necesidad creciente del mundo por el aprovechamiento de los mismos, creo necesario convencernos de que, si no somos capaces de hacerlo nosotros, alguien lo será, y lo hará por nosotros.

En sintonía con esto, su protección, siendo potestad de la Defensa, obliga a un diseño de fuerzas que lo asegure. A este punto debería confluir la necesaria protección por parte del Instrumento Militar de los desarrollos logísticos y portuarios y el tránsito marítimo hacia y desde ellos mediante medios navales, aeronavales y de infantería de marina, en conjunción con el aporte de las otras Fuerzas Armadas de la Nación, acordes a las características particulares de las estructuras a defender y el ambiente operacional que los circunscribe.



6. Conciencia Marítima y sus Alcances

Los argentinos del presente, si nos consideramos protagonistas del 4º período histórico de vida de nuestro País, y tomamos en cuenta los objetivos determinantes postulados por este trabajo y sus consecuentes lineamientos e intereses estratégicos, aún deberíamos definir un diseño integrado de desarrollo, que lleve a nuestro País a alcanzar los mejores niveles de evolución y calidad de vida posibles. Y en esto, la Defensa es una herramienta esencial, parte constitutiva de todo emprendimiento, proyecto o idea que queramos llevar adelante.

La razón de ser de la Armada Argentina, como parte del Instrumento Militar de la Nación, está fundada esencialmente en la protección de nuestros Intereses Marítimos. Sus actividades y acciones, así como su desarrollo, deberían ser pensados y ejecutados para asegurar toda actividad que esté vinculada al ambiente marítimo, sea de naturaleza industrial, social y/o económica.

Reflexionando en este punto de nuestro desarrollo, parecerían conceptos muy conocidos. Sin dudas no estamos ante novedades o “verdades reveladas”. Sin embargo, su repaso nos lleva a tomar conciencia del alcance de nuestros actos en la búsqueda de su logro. Entonces, nos deberíamos permitir afirmar que el acostumbramiento a la coyuntura no hace más que perder de vista todo diseño que proyecte y cumpla el camino necesario para satisfacer los intereses enunciados, limitando la decisión a soluciones de circunstancia, muchas veces estimuladas por intereses que no responden a nuestras verdaderas necesidades.

Es conocida la relevancia a nivel global del concepto de “Conciencia del Dominio Marítimo”, en inglés: Maritime Domain Awareness (MDA), Marina de USA (2007) (10). Este concepto es definido como la “efectiva comprensión de todo lo que está asociado con dicho ambiente, que puede causar impacto en los intereses vitales de un Estado”. Consiste en la compresión de la información que es observable y conocida (Conciencia Situacional), así como de aquella que se espera o sospecha que suceda (Conciencia de amenazas). La comprensión efectiva ocurre cuando la información que llega al decisor le permite accionar correctamente.

Una eficaz Defensa, implicará acciones preventivas, basadas en un elevado conocimiento de lo que sucede de manera consciente y responsable y la adopción de medidas, para minimizar el riesgo de alteración del orden deseado y, finalmente, asegurar una capacidad de reacción materializada en una acción creíble, capaz de rechazar la amenaza.

En función de lo expresado, no perdamos de vista que, cuando se trata de desarrollar una presencia eficaz del Instrumento Militar en el ámbito marítimo, deberíamos guiarnos por los conceptos de Vigilancia, Control y Poder Marítimo.


Vigilancia de los Espacios Marítimos

Efecto preventivo que se logra a través del conocimiento de las actividades realizadas en los espacios marítimos que permita la oportuna detección de anomalías en la ejecución de las mismas. Para llevar adelante esta acción es necesario el conocimiento de lo que pasa en el mar con el objeto de dar la alerta estratégica necesaria para accionar y a su vez mantener alimentados a los niveles de la estrategia militar y nacional.


Control de los Espacios Marítimos

Medio por el cual el Instrumento Militar asegura el uso del espacio marítimo para contribuir a alcanzar los objetivos de la Nación y complementariamente, mediante la negación del espacio marítimo, impide que lo hagan quienes pretendan afectarlos. Se ejerce con los alcances en tiempo, espacio e intensidad que sean necesarios o posibles, tanto en la paz: brindando alerta estratégica, garantizando el acceso presente y futuro a los recursos naturales y facilitando información al poder político para las relaciones internacionales, en época de crisis: maximizando la libertad de acción y las opciones de nivel estratégico militar, y en época de conflicto: contribuyendo a rechazar agresiones.


Poder Marítimo

Es la capacidad que tiene un país para utilizar y controlar todas las actividades que ocurran en el mar bajo su jurisdicción. Concepto definido por el VL USN Alfred Thayer Mahan en su obra “Influencia del Poder Naval en la Historia” (1890), desde el punto de vista de la seguridad de la Nación, podemos señalar que el Poder Marítimo es una parte del poder de una Nación que le permite planificar y conducir acciones que lo lleven a la consecución de sus objetivos nacionales y diseñar las políticas y estrategias necesarias en los espacios marítimos. El Poder Marítimo cuenta con todos los organismos del Estado y los recursos de toda naturaleza que permitan generar una máxima capacidad para utilizar el mar. Esto se logra, en definitiva, con el Poder Naval aplicado para defender nuestros Intereses Marítimos, los cuales constituyen el conjunto de beneficios de carácter económico, político, social y militar que obtiene una Nación de todas las actividades relacionadas con el uso del mar.


Poder Naval

La naturaleza del escenario y la diversidad en calidad y cantidad de los intereses propios a proteger requiere de una eficaz acción coordinada, una adaptación al ambiente operacional y, finalmente, la capacidad de uso de un lenguaje y procedimientos complejos que aseguren el empleo eficaz de los medios navales (navales, de superficie y submarinos, aeronavales y de infantería de marina). Geoffrey Till, en su obra “Poder Marítimo”, establece una jerarquización en función de las capacidades para el ejercicio del Poder Naval. Por nuestras características podríamos aspirar a constituirnos en una Potencia Naval Media.

Definidos los Intereses Estratégicos de nuestro País en el Mar y abordados los conceptos doctrinarios en los que se encuadra la aplicación de la defensa de los mismos, a modo de ejemplo, describiremos algunas de las actividades que se desarrollan en estos espacios y que son de interés de la defensa nacional:

1) Referente al tráfico y comercio marítimo:

  • Tránsito mercante: Engranaje clave de la globalización.
  • Tránsito de buques de pasajeros hacia la Antártida y zona austral chileno-argentina.
  • Líneas de comunicación marítima interoceánicas que pasan por nuestro mar.
  • Líneas de comunicación marítima en áreas restringidas hacia y desde puertos y la protección de los mismos de riesgos provenientes del mar.
  • Actividades vinculadas al control de siniestros (Safety):  Salvaguarda de la vida en el mar

2) Referente a la defensa de recursos bajo soberanía nacional:

  • Actividad pesquera.
  • Actividad hidrocarburífera.

3) Referente a la investigación científica:

Actividades a tener en cuenta en el control:

  • Información para uso militar.
  • Contribución al desarrollo de la investigación científica del País.
  • Control y fiscalización de la información que recogen terceros países.

En definitiva, el ejercicio del Poder Marítimo a través de la Vigilancia y el Control de los Espacios Marítimos, debería permitir:

  • Alerta estratégica.
  • Protección de los recursos naturales para contribuir a su sustentabilidad.
  • Protección del comercio marítimo, de su ingreso y egreso del País.
  • Protección de objetivos vitales de amenazas enmarcadas en espacios marítimos.
  • Apoyar a la Política Exterior.
  • Proveer asesoramiento e información a las diferentes agencias estatales.
  • Responsabilidad SAR.
  • Protección del medio ambiente.

Resulta imprescindible aclarar que los conceptos vertidos constituyen una relación descriptiva que, si bien como idea serían correctos, hoy parecerían una verdadera expresión de deseo. Sin dudas serán observados así por aquellos que han abandonado el ejercicio profesional de vincular a la gestión y gobierno del corto plazo con la proyección del mismo orientado a la concreción en el tiempo de objetivos de mediano y largo plazos. Desconectar las acciones del presente con el futuro, nos lleva a una irremediable y constante decadencia.



7. Reflexiones Finales

La Argentina ha abandonado el Pensamiento Estratégico en los últimos cien años, aferrándose a la atención de los problemas del corto plazo. Sólo en el nivel estratégico es posible plasmar un País futuro, su desarrollo y su defensa.

La construcción de la Defensa, que constituye un verdadero mandato constitucional, no puede entenderse sino lo es contribuyendo a la Seguridad integral de la Nación, la cual resulta condición indispensable para el desarrollo del País, que no deberá apartarse del objeto de nuestra Constitución Nacional.

Cuando hablamos de desarrollo, debemos abordar el tema de manera prospectiva. Surge entonces la necesidad de establecer objetivos y lineamientos estratégicos que caractericen a nuestro País y al contexto al cual pertenece, es decir, aquellas directrices que nos conducen a una visión de futuro deseado para la REPÚBLICA ARGENTINA.

Ese análisis define las áreas geográficas de interés nacional que, vinculadas a los espacios marítimos, debemos considerar para construir una Defensa: La Cuenca del Plata, El Atlántico Suroccidental y la Antártida, así como las regiones de interés en el Mundo. En ellas, se identifican intereses estratégicos que deberán ser objeto de nuestra defensa.

Una estrategia de defensa de los intereses argentinos en los espacios marítimos jurisdiccionales, requiere de una Política de Estado, pública e integrada al resto de las políticas para el desarrollo del País. Implica una toma de conciencia marítima nacional y, en los hechos, las acciones necesarias para el ejercicio del Poder Marítimo a través de la Vigilancia y el Control de los Espacios Marítimos de interés para nuestro País.

Los hechos y acciones así pensadas y cumplidas nunca deberían ejecutarse en un marco de una permanente inmediatez. Las bases del despegue de un País que pretende un destino trascendente están al alcance, pero requieren de idoneidad, coherencia y continuidad de gestión. Nosotros, ¿estamos dispuestos a hacerlo?


(10) US NAVY- NAVY MARITIME DOMAIN AWARENESS CONCEPT. Chief of Naval Operations, Department of Navy. Washington, 29/05/2007


Bibliografía

R-O-1-101 DOCTRINA FUNDAMENTAL PARA LA CONDUCCIÓN DE LAS FUERZAS DE LA ARMADA ARGENTINA (Confidencial) (DOCFUARA), 2da. Ed., 1989.

CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA. 1853 y reformas de 1866, 1898, 1957 y 1994.

DIRECTIVA DE POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL. Decreto 457/2021.

INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL. Boletín Oficial Nº 34.983 (2022). Primera Sección. Decisión Administrativa 797/2022, DECAD-2022-797-APN-JGM – Disposiciones.

INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL, https://www.ign.gob.ar/content/nuevo-mapabase-argenmap-topogr%C3%A1fico

LEY DE DEFENSA NACIONAL. Ley 23.554/88.

MAHAN, Alfred Thayer. INFLUENCIA DEL PODER NAVAL EN LA HISTORIA. Ed Partenon, 1946.

STORNI, Segundo. INTERESES ARGENTINOS EN EL MAR – 2º ed. 1º imp. - Buenos Aires: Armada Argentina, 2009.

UNIÓN EUROPEA, Consejo. UNA BRÚJULA ESTRATÉGICA PARA LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA. 21/03/2022.

 https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-7371- 2022-INIT/es/pdf

US NAVY- NAVY MARITIME DOMAIN AWARENESS CONCEPT. Chief of Naval Operations, Department of Navy. Washington, 29/05/2007.

BOLETÍN OFICIAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA Nº 34.983 (2022). Primera Sección. Decisión Administrativa 797/2022, DECAD-2022-797-APN-JGM – Disposiciones.

GARCÍA, Natalia (2019), LA PLANIFICACIÓN DEL TRANSPORTE POR AGUA EN ARGENTINA. LÍMITES Y DESAFÍOS PARA LOS PRÓXIMOS AÑOS. Instituto del Transporte /UNSAM.

CHÁVEZ, Carlos, LOS LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS. https://es.scribd.com/document/477729142/Los-lineamientos-estrategicos

https://www.argentina.gob.ar/interior/migraciones/museo/el-estado-y-la-inmigracion/laexpansion-economica

El Capitán de Navío de Infantería de Marina Miguel Ángel Troitiño egresó de la Escuela Naval Militar en 1989. Especializado en Infantería, fue Comandante del Batallón de Seguridad de la Armada y del Batallón de IM Nº2 y Jefe de Operaciones de la Fuerza de IM de la Flota de Mar. Se desempeñó como Military Liaison Officer en la Misión de ONU en Kosovo – UNMIK. Fue Instructor en la Escuela de Suboficiales de IM, Oficial de Ingreso de la Escuela Naval Militar y Subdirector y Jefe de Enseñanza de la Escuela de Guerra Naval. Fue Agregado de Defensa, Militar, Naval y Aeronáutico en Italia y, durante la Pandemia Covid19, Director de Sanidad de la Armada. Actualmente se desempeña como Secretario Ejecutivo de la Secretaría General de la Armada. Entre los cursos realizados, se destacan los siguientes: Perfeccionamiento de Oficiales del Cuerpo de Fuzileros Navales, en Brasil; Comando y Estado Mayor de la Escuela de Guerra Naval; Estado Mayor y Planeamiento Conjunto de la Escuela de Guerra Conjunta y el Curso Superior de Estado Mayor Interfuerzas, en Italia. Es Licenciado en Sistemas Navales de IM y Magister en Estudios Estratégicos Internacionales, otorgado por la Libera Università Internazionale degli Studi Sociali de Roma, la Università degli Studi di Milano y el Ministerio de Defensa de Italia.

Artículo publicado en la Revista de la Escuela Superior de Guerra Naval Nº 68 Diciembre 2002


Fotos: Armada Argentina

 

martes, 19 de marzo de 2024

Argentina: Una visión estratégica de la defensa de los intereses marítimos (1/2)

 

Una Visión Estratégica de la Defensa de los Intereses Argentinos en el Mar (I)

Capitán de Navío IM Miguel A. Troitiño  || Defensa y Seguridad

Análisis crítico del pensamiento estratégico como herramienta fundamental para el desarrollo de nuestro País, a través de una original visión de los sucesivos objetivos definidos durante la evolución histórica de la Nación hasta el presente, proponiendo las directrices que nos deberían conducir aun futuro deseado, en donde la Defensa de los intereses argentinos en el mar, como Política de Estado integrada al resto de las políticas, tiene un protagonismo decisivo.



1. Entendiendo la Necesidad del Pensamiento Estratégico

Todos los argentinos sabemos de la capacidad y potencial de nuestro País y que, proyectado al futuro, sólo el éxito debería tener cabida. Nuestras generaciones pasan y siempre persiste el concepto de que poseemos una naturaleza rica, proveedora de todo lo que necesitamos para ser felices. Sin embargo, el presente nos encuentra apesadumbrados, tristes, sufriendo una realidad que no se condice con nuestras tradicionales proclamas optimistas. Del orgullo de pertenecer a una Nación que encuentra su identidad a partir de la amalgama entre los pueblos nativos y aquellos inmigrantes, que otrora fuese considerado el primer País del mundo en erradicar el analfabetismo, a observar, impotentes, a nuestros jóvenes que deciden buscar su felicidad en otro lugar. Pero el origen de esta historia no es reciente.

El inicio de la segunda década del S. XXI encuentra a la República Argentina cuestionándose su presente y sin definir claramente su futuro, condicionando esto el diseño y desarrollo nacional de su Defensa para enfrentar las amenazas a sus Intereses Nacionales. Cien años atrás comenzó la “pérdida de rumbo” de la Nación, desorientación alimentada por las crisis económicas y guerras mundiales que asolaron a la Tierra y que no supimos aprovechar, a la vez que caímos en conflictos internos que se han prolongado hasta el presente, y que nos han llevado a un ejercicio crítico permanente de los errores del pasado, buscando encontrar en ello justificación, y así esconder la impotencia o incapacidad de reencontrarnos con un Proyecto de Nación en el presente, que nos haga partícipes de un necesario resurgimiento. Más allá de las causas que provocaron ese desvío no deseado que llega hasta la actual situación, lo que resulta evidente es el notable abandono del Pensamiento Estratégico en la conducción del Estado Nacional, el cual se ha aferrado desde hace un siglo, salvando excepciones, a atender el corto plazo.

Al momento de realizar un breve análisis de la vida de nuestra Nación, podemos identificar claramente tres períodos históricos definidos por hechos trascendentes que marcaron nuestro camino. Esos tres períodos fundamentales, a mi juicio, se pueden delinear de la siguiente manera:

1° Período: 

Desde la llegada de los conquistadores españoles, 

Hasta las Declaraciones de la Libertad, y de la Independencia. 

Se materializa el Nacimiento de la Patria.

2° Período: 

Desde la Declaración de la Independencia, 

Hasta la creación de nuestra Constitución Nacional – 1853 – 1860. 

Se consolida la Organización Nacional. 

3° Período: 

Desde la creación de la Constitución Nacional y la aparición de la “Generación del 80”

Hasta el fin de la Primera Guerra Mundial y el crack económico del 29. 

Se plasma el Proyecto País, la Visión y Desarrollo de la Nación.

¿Y el 4° Período? 

Si lo consideramos iniciado a partir de la década del 20 del siglo pasado, hasta ahora, no se observaría un hecho positivo trascendente para el País que lo termine de definir en su cierre. ¿Somos nosotros los que deberíamos constituirnos en protagonistas de su consolidación? Con la desaparición del escenario de la llamada “Generación del80”, la cual, heredera del pensamiento de Juan Bautista Alberdi, proyecta y concreta la modernización del Estado para la época, a través de políticas que desencadenan el progreso económico, industrial y social, que alcanza a nuestras Fuerzas Armadas, y que llevan a nuestro País a ser uno de los más importantes del mundo, se define el 3º período histórico mencionado. A partir de allí, el Estado Argentino fue paulatinamente abandonando el pensamiento estratégico y así, reduciendo su capacidad de imaginar y proyectar un crecimiento sostenido hacia el logro de metas surgidas de un verdadero Proyecto de Nación.

A la luz de esta afirmación, veremos que sólo en el nivel estratégico es posible justificar los Intereses de la Nación, su Defensa y, en consecuencia, sus Fuerzas Armadas. ¿Estamos en guerra? Afortunadamente podemos afirmar que NO. Entonces, ¿para qué necesitamos Fuerzas Armadas? La inmediatez nos acerca a semejante conclusión, carente de absoluta previsión / visión de futuro, llevándonos a buscar refugio en justificaciones secundarias, haciendo imposible la concreción de proyectos de valor significativo.

Si buscamos un referente del pensamiento estratégico asociado a los intereses argentinos en el mar, surge la figura del Almirante Dn. Segundo STORNI quien, en 1916, pronuncia dos conferencias en el salón de actos públicos del diario “La Prensa”, publicadas luego con el Título: INTERESES ARGENTINOS EN EL MAR. No fue casualidad su protagonismo. Influenciado por la denominada “Generación del 80”, desarrolla su visión sobre una Nación que imaginó encaminada hacia un futuro de grandeza.

Pero esa visión se fue empobreciendo hasta ser absolutamente abandonada o, al menos, no soportada por acciones concretas, para ser reemplazada por ideas cortas, vacías de contenidos de valor necesario para sostener las Políticas de Estado definidas por el proyecto de esa generación y el pensamiento de Storni, imposibilitando así una evolución superadora del mismo.

En materia de Defensa, el deterioro se hizo evidente en los últimos 40 años, producto del rol al que se abocaron las FFAA en la década del 70y parte de los 80, y la posterior desinversión que sufrieran y que se ha mantenido hasta la fecha, muestra clara de la ausencia de un Proyecto de Nación, que las incluya. Hoy, dominados por el escenario crítico por  atraviesa nuestro País, la Directiva de Política de Defensa Nacional(DPDN), aprobada por Decreto 457/2021, constituye un instrumento que nos permite entregarnos a la discusión estratégica nacional, en la búsqueda de la construcción de un futuro próspero y trascendente.


2. La Política de Defensa y la Constitución Nacional 

Pensar estratégicamente la Defensa de nuestra Nación, requiere de un abordaje superador e integrador, donde confluya la diversidad que, en su conjunto, representa a la Nación toda. En definitiva, no puede ser la idea de unos pocos (aquellos que se dedican a la Defensa), sin el aporte necesario de muchos otros que, desde su ámbito del saber y quehacer, deben combinar y confluir, junto con los primeros, en una solución integral del planteo.

La construcción de la Defensa no podría entenderse sino lo es contribuyendo a la Seguridad Integral de la Nación, la cual resulta condición indispensable para el desarrollo del País, que no debería apartarse del objeto de nuestra Constitución Nacional: Constituir la Unión Nacional, Afianzar la Justicia, Consolidar la Paz Interior, Proveer a la Defensa Común, Promover el Bienestar General, Asegurar los beneficios de la Libertad. De igual manera, tampoco aquellos intereses nacionales definidos en la misma Carta y en la Ley de Defensa Nacional (ley 23.554): La protección de la soberanía e independencia de la Nación Argentina, su integridad territorial, sus recursos naturales, su capacidad de autodeterminación y la protección de la vida, la libertad y los derechos humanos de sus habitantes. La defensa de dichos intereses constituye la misión primaria del Sistema de Defensa Nacional.

Hoy, en tal sentido, ¿podemos proteger la soberanía e independencia de nuestra Nación?; ¿Podemos asegurar su integridad territorial?, cuando tenemos parte del mismo “intrusado” (Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes); ¿Somos capaces de proteger sus recursos naturales?, cuando sufrimos la permanente amenaza de la explotación ictícola ilegal en nuestras aguas o el otorgamiento unilateral de licencias de explotación petrolera por parte del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, o la extracción de minerales con porcentajes mínimos de beneficios para nuestro País; ¿Podemos defender su capacidad de autodeterminación?. Y respecto a la vida, la libertad y los DDHH de los argentinos, ¿estamos en capacidad de protegerlos?

Si hacemos una comparación con la Unión Europea, encontramos similares conceptos en el reciente pronunciamiento de su Consejo, de fecha 21 de marzo de 2022, en donde define la ¨Brújula Estratégica para la Seguridad y la Defensa”, con el propósito de establecer “una Unión Europea que proteja a sus ciudadanos, defienda sus valores e intereses y contribuya a la paz y la seguridad internacionales”, expresando como “norte” orientador que “La Unión Europea está hoy más unida que nunca. Estamos resueltos a defender el orden de seguridad europeo. La soberanía, la integridad territorial y la independencia dentro de las fronteras reconocidas internacionalmente deben gozar de pleno respeto” (1) . Al respecto, la diferencia es que la UE da muestras claras de cumplirlos.

Es necesario definir las cosas en su justo nivel. Parafraseando al Ingeniero y Académico Universitario de la Universidad de Valparaíso, Profesor Guillermo Holzmann, una Política de Defensa corresponde a la expresión de una Política de Estado, es decir es una política pública que representa los intereses nacionales y es consistente con la idea de seguridad nacional del País.

Revalorizar a la Política de Defensa como una parte esencial del Estado resulta fundamental. Es la manera en que el Estado Nacional estructura y organiza la Defensa Nacional que, junto a la Política Exterior, constituyen dos pilares esenciales para la concreción de la seguridad y el desarrollo del País. El Vicealmirante STORNI expresaba: “La política naval es, ante todo, una acción de Gobierno; pero es indispensable, para que tenga nervio y continuidad, que sus objetivos arraiguen en la Nación entera, que sean una idea clara, un convencimiento de las clases dirigentes, y una aspiración constante de todo el pueblo argentino” (2).


3. Una Forma de Pensar a la Argentina. Lineamientos Estratégicos.

No hay duda de la importancia de tener una visión estratégica que nos permita definir el rumbo de nuestro País. Pensar estratégicamente nos lleva aun nivel superior, donde se deberían trazar los fines que se pretenden conseguir a largo plazo, en un marco de alto grado de incertidumbre. Volver al pensamiento estratégico guiado por nuestra Constitución Nacional es imprescindible. Pero ¿Cómo pensar a la ARGENTINA? Un País de dimensiones enormes, diverso en su territorio y con una ubicación geográfica particular, nos exige un análisis eficaz que permita un proceso lógico y virtuoso, para que garantice su desarrollo. Resulta esencial respondernos ¿quiénes somos? y ¿qué queremos?

Hablábamos de Períodos en el comienzo de este artículo. La retrospectiva nos permite definir los grupos de Objetivos Determinantes forjados en ellos. Así planteado, aquellos que nos dieron la Libertad, la Independencia y la consolidación de la Organización Nacional, podrían haber definido dos grupos de Objetivos Determinantes (Ver Figura 1):

  • Incorporar al Proyecto, el territorio conocido. Aquel que se caracterizaba por estar ocupado por numerosos feudos, con un caudillo que los lideraba y defendía. El Proyecto buscado: ser una sola Nación. 
  • Relacionarse con El Mundo, para mostrarnos y trascender como Nación. En ese entonces, un mundo disputado por el Reino Unido, España y Francia.
  •  

Figura 1 - Nota: La representación de la Figura 1 muestra que los territorios delimitados por los actuales Uruguay, Paraguay y Bolivia, que inicialmente pertenecieron a las Provincias Unidas del Río de la Plata, finalmente no se incorporaron al Proyecto de Nación Argentina.


La Constitución Nacional organizó a la Nación, pero fue la “Generación del 80” quien, con una visión preclara, en su actitud de pensar y crear una Argentina poderosa, decidida a construir un futuro grandioso, posiblemente haya proyectado sus ambiciones a partir de tres grupos de Objetivos Determinantes (Ver Figura 2):

Figura 2


Integrar a la Vida Organizada, al territorio ya incorporado al Proyecto, con riqueza desmesurada pero desordenado en su organización social y política, determinando un objeto de riqueza y generando las condiciones para su producción, transporte y exportación al mundo. Fue el Proyecto Agroexportador, el que nos transformó en “granero del mundo" (3) .

Incorporar al Proyecto a la Patagonia, región inhóspita asegurada a partir de la “conquista del desierto”, definiendo su colonización basada en puertos, porque, si el medio de transporte al norte del Río Colorado fue el tren, para el sur fue el buque.

Relacionarse con el Mundo: esencial para proyectar nuestra riqueza hasta donde sea necesario y ser parte de los acontecimientos internacionales. El líder mundial de aquel entonces: el Reino Unido de Gran Bretaña.

Hoy, el escenario ha cambiado. Nos enfrentamos a la necesidad de comenzara definir y, por qué no, concretar ese 4º período histórico pendiente, pudiendo ser artífices del hecho trascendente que lo caracterice. En ese sentido, siguiendo el razonamiento planteado, hoy podríamos estar enfrentando cuatro grupos de objetivos determinantes a cumplir (Ver Figura 3):

  • Desarrollar Aquello que Integró la Generación del 80, al norte del Río Colorado. 
  • Integrar la Patagonia a la Vida Organizada de País, y asociarla al desarrollo del norte. 
  • Incorporar al País los Espacios Marítimos Jurisdiccionales y de Interés Nacional. 

Relacionarnos con el Mundo. Estados Unidos de Norteamérica es sin dudas el poderoso. ¿Cómo deberíamos relacionarnos con China?, ¿y con la Federación Rusa?, ¿y con la Unión Europea u otros, a partir de nuestros intereses?

Figura 3


Pensar a la Argentina nos obliga a un análisis de la situación que nos rodea. Mirar al mundo e interpretarlo y, mediante una prospectiva inteligente, vislumbrar su evolución. Pero ninguna idea de proyección se podrá llevara cabo si no identificamos claramente qué queremos y, a partir de ello, nos ordenamos para concretar nuestras aspiraciones.

Dar respuestas a los objetivos determinantes de nuestro tiempo, nos lleva a aceptar, como primera medida, la vastedad y diversidad de la geografía de nuestro País. Estas características deberían hacer necesaria la existencia de una idea, que conecte a todo el País bajo una única solución integral de desarrollo. La complejidad de este planteo no se resuelve sino a través de una respuesta que contenga una plena participación de todos los actores involucrados (Ej. de la política (gobiernos nacional y provinciales), de la educación, de la industria, de la defensa, etc), liderados por el Estado Nacional.

Desarrollar, integrar y asociar a el País nos debería llevar a necesitar regionalizar su territorio. Esto permitiría construir vínculos particulares entre las Provincias, fortalecidos por la afinidad. Esa afinidad debería materializarse, fundamentalmente, por la identificación del o los objetos de riqueza contenidos en cada región, que aseguren la sustentabilidad de la vida de los argentinos que en ella habitan y ser atractiva y aceptada por el resto que integra la comunidad organizada. El desarrollo del País estaría garantizado por la aceptación de ese o esos objetos de riqueza por parte del resto de las regiones.

Conformadas las regiones e identificados sus objetos de riqueza, deberíamos trabajar los mismos, transformándolos en manufacturas con valor agregado. 

Resta comercializar ese producto, colocar el mismo para beneficio de la región, el resto de las regiones y salir al exterior del País. El transporte es el eslabón que garantizaría esta etapa. 

Sin dudas que existen indicios de lo expresado: el petróleo, el gas, el litio, la producción agroindustrial, el turismo, etc., pueden ser considerados como objetos de riqueza, pero a su desarrollo no se lo observa coordinado, ni combinado, ni integrado a un Plan que los vincule al desarrollo de los otros aspectos de la ecuación.

Si es así, ¿será posible tener un futuro de grandeza? El crecimiento económico – social, a través de una lógica que contenga, asegure y vincule la cadena de producción y comercialización en las regiones geográficas definidas, junto con los espacios marítimos correspondientes, aseguraría el desarrollo sostenido de nuestra Nación.

El objeto de riqueza + trabajo + valor agregado + transporte para su comercialización, enmarcado en un Plan Director Nacional, constituiría la respuesta para el desarrollo del País. El Estado Nacional debería conducir este proceso de desarrollo. Todo esto, como lo expresamos en el punto anterior, no se podrá lograr sin una Seguridad integral de la Nación, uno de cuyos pilares es la Defensa Nacional.

Pero cuando hablamos de desarrollo, deberíamos abordar el tema de manera prospectiva. Surge entonces la necesidad de establecer lineamientos estratégicos (4)  que caractericen a nuestro País y al contexto al cual pertenece, es decir, aquellas directrices que nos conduzcan a una visión de futuro deseado para la República Argentina.

En función de los objetivos determinantes del “hoy” que hemos mencionado, podríamos definir los lineamientos estratégicos (directrices que nos conducen a una visión de futuro deseado), vinculados al vivir (Ver Figura 4):

Figura 4


  1. Visualizar a Sudamérica como una “isla”, centro del hemisferio marítimo, donde la Cuenca del Plata se constituirá en su corazón productivo. Es una de las cuencas más ricas del mundo, ya que corre en el sentido de los meridianos, ofreciendo en diferentes latitudes, diversidad de productos. La Cordillera de los Andes, siendo una reserva de minerales estratégicos a nivel mundial es, a la vez, un complemento espectacular de una geografía equilibrada, protegiendo el oeste de esa “isla”
  2. Considerar al conocimiento como la más importante fuente de desarrollo que permitirá transformar los objetos de riqueza en bienes con valor agregado. 
  3. Controlar, emplear y transformar los recursos naturales en un contexto de preservación del medio ambiente.

Si los ordenamos respecto “del convivir”, deberemos considerar(Ver Figura 5): 

  1. Propiciar la cooperación e integración internacional como medio contribuyente al fortalecimiento de nuestro poder. 
  2. Proteger a la Isla de los efectos indeseables de las tendencias mundiales. 
  3. Mantener la presencia y apoyar las actividades que se desarrollan en la Antártida. 
  4. Participar en el mantenimiento y sostenimiento de la paz y seguridad internacional. 
  5. Controlar el Atlántico Sur, contribuyendo al MARE NOSTRUM de Occidente. Concepto que parte de pensar que, si el MARE NOSTRUM para el Imperio Romano fue el Mar Mediterráneo, hasta el presente, el MARE NOSTRUM de la OTAN es el Atlántico Norte; en el futuro, el Océano Atlántico todo, será el MARE NOSTRUM de Occidente.

Señalados los lineamientos estratégicos de la “Isla”, inmediatamente podremos advertir la presencia de intereses nacionales asociados a cada aspecto mencionado, vinculados con nuestros espacios marítimos y fluviales.

Figura 5


4. Regiones Geográficas con Espacios Marítimos de Interés Nacional.

“¿Qué tenemos a nuestro alrededor? El mar, o países con los cuales nos conviene hermanar esfuerzos, pero de los cuales poco podremos recibir. Así, señores, puede afirmarse que la Argentina lo espera todo por la vía marítima”. 1916 – Almirante Storni (5) .

Podemos considerar que la afirmación de Storni lleva el concepto de la “Isla”, definido para América del Sur, a la Argentina de manera acertada, si tenemos en cuenta que, a modo de ejemplo, desde el punto de vista económico, actualmente cerca del 87% de nuestras exportaciones e importaciones salen y llegan por vía marítima (6) , desde el punto de vista de la defensa, el último conflicto bélico que tuvo el país (Malvinas), se desarrolló en un ambiente operacional marítimo, los conflictos por los recursos ictícolas y de hidrocarburos son una constante en nuestro presente, el único territorio actualmente cercenado a nuestra integridad soberana, así como las únicas pretensiones soberanas que tiene el País se enmarcan en el ámbito marítimo, o requieren de una proyección exclusivamente marítima (el Sector Antártico Argentino y el concepto bicontinental). En este punto cabe aclarar que el desarrollo conceptual enunciado no busca desconocer la interacción con Brasil, sino que, hasta con nuestro vecino, ese vínculo preferentemente comercial y de defensa, tiene su máxima expresión por la vía marítima.

Así como el Almirante Storni relacionaba los “sectores defensivos de la Marina de Guerra con el trazado de los sectores comerciales debido a quela finalidad de la Marina de Guerra no era otra que la de mantener libre y segura la puerta de salida, la vía y las naves mercantes que los sirven” (7), hoy la Defensa debe considerar las áreas geográficas de interés estratégico que requieren su atención.

Del punto anterior, podemos deducir tres regiones geográficas de interés nacional, relacionadas con los espacios marítimos, más aquellas regiones de interés en el Mundo, en donde se desenvuelve la defensa en apoyo de la Política Exterior del País. A saber (Ver Figura 6):

Figura 6

1) La Cuenca del Plata, la cual constituye la red de vías principal por donde circula una verdadera locomotora de nuestro desarrollo, receptora de toda la producción del centro -norte de nuestro País. En ella, el Río dela Plata adquiere una relevancia trascendente ya que la conecta con las rutas hacia el mundo. Vinculada geográficamente con el Acuífero Guaraníes considerada una de las principales reservas de agua dulce del mundo, calculándose la misma en 40 mil km³. Es eje integrador con dos países mediterráneos (Bolivia y Paraguay), Brasil y Uruguay. Para la Argentina su importancia pasa por ser la vía de entrada y salida desde y hacia ultramar de aproximadamente el 75% del comercio exterior y ser el aglutinante de una serie de elementos de valor estratégico:

  • Centros urbanos ribereños de alta densidad poblacional y sedes de sistemas políticos provinciales, 
  • Estaciones de transferencia de cargas varias, 
  • Polos industriales, 
  • Centrales hidroeléctricas y nucleares.

La integración internacional con los actores involucrados y la seguridad regional garantizarán su desarrollo.


2) El Atlántico Sudoccidental que contiene: 

El Mar Argentino 

Las islas Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur 

La Autopista Marítima (La Patagonia y su litoral + la Línea marítima hacia la Antártida) 

El espacio marítimo de responsabilidad SAR

Ese Mar Argentino que exige el ejercicio de una soberanía en términos adecuados, basados en un sentido de pertenencia por convicción, real vocación y propiedad por derecho. Que requiere de su aprovechamiento controlado y sustentable. Todo obliga a una presencia sostenida e incuestionable: ir al mar y quedarnos en él.

La visualización insular de la América del Sur nos permite concluir quelas grandes amenazas provendrán desde el mar y que, en ese caso, las islas Malvinas constituyen un punto estratégico desde donde se controla todo el litoral patagónico y a esa autopista marítima hacia la Antártida. Debemos identificar claramente al intruso en las mismas, así como en las Georgias y Sándwich del Sur. La preservación de los recursos naturales renovables y no renovables se suma a los intereses mencionados.

La negociación con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte dela soberanía sobre todas nuestras islas deberá ser el camino, y la solución del problema la meta, buscando asegurar al mundo occidental, junto con Brasil y Sudáfrica, el “Mar de la Paz” que ellos necesitan para su evolución o, quizás aún más, incorporar el Atlántico Sur al Atlántico Norte, como el “Mare Nostrum” de Occidente.

Prestando atención nuevamente al documento de la UE, refiriéndose a la Estrategia de Seguridad Marítima, esta define que “la seguridad marítima en el mar Báltico, el mar Negro, el mar Mediterráneo…así como del océano Atlántico y de las regiones ultraperiféricas, es importante parala seguridad de la UE, para nuestro desarrollo económico y para el libre comercio, el transporte y la seguridad energética. Las zonas marítimas, las vías marítimas de comunicación esenciales y varios puntos de congestión marítimos se están convirtiendo, al igual que los fondos marinos, en espacios cada vez más disputados…” y además establece en términos de “asociaciones bilaterales adaptadas” que “debemos reforzar nuestra asociación con América Latina, apoyándonos en el diálogo específico en materia de seguridad y defensa con Colombia y Chile”.

¿Cabe alguna duda de que, sin dilaciones, nuestra Política de Defensa se debe activar decididamente en defensa de nuestros intereses y en apoyo a nuestra Política Exterior, frente a la clara injerencia de otros?

La Patagonia, como generadora de los principales derechos sobre el mar, acompaña con su litoral como elemento integrador, a la autopista marítima, la cual constituye la mejor ruta hacia la Antártida desde el mundo. Esta Región contiene en sus valles transversales, los objetos de riqueza que esperan aportar al desarrollo y es, al mismo tiempo, un verdadero trampolín al ejercicio soberano en el Mar Argentino. Semejante valor estratégico se ve vulnerable por ser un espacio geopolítico vacío, que debemos resguardar.

Argentina debería plantearse cómo integrar los territorios marítimos incorporados a partir del Siglo XIX. Esa autopista marítima, debería concebirse como el mejor camino de acceso a la Antártida que posee la humanidad y del que somos propietarios de sus puntos de apoyo, para cumplir las funciones de servicio que requerirá todo aquel que pretenda obtener algo del continente blanco, asegurando, de esta manera, nuestra presencia en todas las actividades posibles en aquellos lugares que conocemos desde principios del Siglo XX. El actualmente pensado “Polo Logístico Antártico”, como parte de una verdadera Política de Estado orientada a fortalecerlos intereses nacionales sobre la Antártida, debería ver su desarrollo sin dilación, no dejando de asegurar la conexión entre los objetos de riqueza definidos en la Patagonia, con esa autopista marítima. Un Polo Logístico que, siguiendo un concepto defensivo, no sería conveniente concebirlo de manera única y vulnerablemente centralizada, sino que, contribuyendo al desarrollo patagónico basado en la extracción/generación del recurso, la creación de valor agregado y el transporte para comercialización de sus objetos de riqueza, podría diseñarse a partir de varios puntos de apoyo (Puerto Madryn, Río Gallegos, Ushuaia, por mencionar algunos a considerar).

La Responsabilidad SAR, que el Estado Nacional asumió como miembro de la Organización Marítima Internacional (OMI) y de la que nuestra Armada es autoridad máxima en nuestro país, que abarca un área que triplica la superficie de los espacios de jurisdicción nacional, incluida la zona antártica y sub-antártica; caracterizada por su hostilidad en su aspecto geográfico y meteorológico, debería ser pensada como una herramienta más para consolidar nuestra presencia y derechos, a partir de soportar la gran actividad marítima internacional que existe y que se presume irá en franco crecimiento desde y hacia el continente antártico.

3) La Antártida, región con un status jurídico particular, zona de paz y de interés para la humanidad, es un ámbito de creciente atractivo para los Estados, en cuanto a actividades de investigación científica, como bioprospección y exploración de recursos naturales sin fines comerciales. La naturaleza marítima de la Antártida impone a los mismos desafíos logísticos en apoyo a la actividad científica y operativa para la protección de la vida humana y del medio ambiente.

La situación así descripta de esta región, justifica y fortalece la conexión de la misma con la Patagonia, potenciando el concepto bicontinental de nuestro País, ligado por esa autopista marítima que, con sus desarrollos dispuestos a lo largo del litoral patagónico, deberían asegurar un sostenimiento fluido y eficiente de las acciones desarrolladas en el continente blanco.

4) Regiones de interés en el Mundo. No sería completo el análisis si no lo orientáramos hacia nuestra Relación con el Mundo: El Atlántico Sur, nuestra cuenca de pertenencia, constituye un ambiente de paz, enmarcado con África en su cierre Este. La supervivencia de la Nación demanda convivir bajo un modelo de globalización de hecho, que requiere la adopción de conductas de seguridad y confianza en el respeto y convicción del Derecho Internacional. Nuestras fronteras se materializan hasta donde llega el interés nacional, definido por el rol que queramos asumir en el mundo.

Con fecha 16 de agosto del 2022, nuestro País aprobó por Decisión Administrativa 797/2022 (8) , la nueva cartografía oficial que define el territorio de la REPÚBLICA ARGENTINA, basado en el sitio oficial IGN-Argenmap (9) .En los considerandos establece que “…contribuye a la representación del territorio y su soberanía, constituye un referente de cohesión al interior del Estado Nación a la vez que lo diferencia de los otros estados nacionales, y aporta a la construcción de la Nación a partir de la definición de un territorio de pertenencia y de referencia y al conocimiento del patrimonio natural.”…”Que la representación cartográfica aparece como un inventario donde se da cuenta de los límites del territorio y se consigna el patrimonio natural, social, económico y cultural, actuando como un elemento clave de la representación de la Nación”. (Ver Figura 7)

Figura 7


Los espacios así definidos por nuestro País, terrestres y marítimos, bicontinentales, determinan claramente las aspiraciones que tiene la República Argentina y que consideramos que, por derecho, nos corresponden. Es sabido, como mencionamos precedentemente, la intrusión que actualmente ejerce sobre ellos el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, pero también, bajo el “paraguas” del vigente Tratado Antártico, es numerosa la presencia de otros países establecidos con bases antárticas, dentro del sector por nosotros pretendido. Y si a eso le sumamos la superposición delos sectores antárticos pretendidos por Chile y el RUGB, nuestra voluntad representada en el mapa de la Figura 7, se ve drásticamente condicionada por las acciones de terceros y de la comunidad internacional toda.

Para que lo expresado por nuestro País no se diluya en una mera expresión de deseos, debería ser acompañado de manera activa por acciones concretas y mensurables ya que, de no hacerse, perdería seriedad y su aceptación por parte de la comunidad internacional se vería sensiblemente afectada. Tal es la seriedad de lo que tenemos que afrontar desde hoy y en un futuro próximo, que necesitaríamos adquirir un poder relativo en la región que nos permita, al menos, contar con oportunidades de negociación. Tenemos que ser conscientes de que cuanto más poder integral tenga la Argentina para la negociación de la soberanía de los espacios terrestres y marítimos aún en litigio o protegidos bajo tratados internacionales, más posibilidad de acercarnos al 100% de lo pretendido lograremos.



Fin primera parte.



(1) UNIÓN EUROPEA, Consejo. UNA BRÚJULA ESTRATÉGICA PARA LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA. 21/03/2022.

 https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-7371-2022-INIT/es/pdf

(2) Epígrafe del libro STORNI, SEGUNDO R. Intereses Argentinos en el Mar – 2º ed. 1º imp. - Armada Argentina. Buenos Aires, 2009

(3) El período 1880-1914 fue la etapa de mayor crecimiento económico del país. Entre 1880 y 1913 el producto bruto per cápita más que se duplicó. La población total se cuadruplicó. Las tasas de crecimiento anual entre 1880 y 1914 fueron del 3.4% para la población y de entre 2 y 2.5 para el PBI. La base de este crecimiento estuvo constituida por una serie de factores, entre los que se destacan la expansión acelerada de la producción agropecuaria, el crecimiento de las exportaciones, la modernización del sistema de transportes -en particular gracias a la construcción de los ferrocarriles y el crecimiento de la población.

 https://www.argentina.gob.ar/interior/migraciones/museo/el-estado-y-la-inmigracion/la-expansion-economica

(4) Chávez, Carlos, https://es.scribd.com/document/477729142/Los-lineamientos-estrategicos. 

Los Lineamientos Estratégicos son los elementos del más alto nivel de la Estrategia Organizacional, cuyo propósito es alinear el comportamiento de todos los miembros de la Organización hacia un horizonte y Visión compartida.

(5) Storni, Segundo R. Intereses Argentinos en el Mar (2009) – 2º ed. 1º imp. Pág. 29 - Buenos Aires: Armada Argentina. 

(6) García, Natalia (2019), La Planificación del Transporte por agua en Argentina. Límites y desafíos para los próximos años. Pág. 16. Instituto del Transporte /UNSAM 

(7) Idem Pág. 35

(8) Boletín Oficial Nº 34.983 (2022). Primera Sección. Decisión Administrativa 797/2022, DECAD-2022-797-APN-JGM - Disposiciones

(9) https://www.ign.gob.ar/content/nuevo-mapa-base-argenmap-topográfico



Bibliografía 


R-O-1-101 DOCTRINA FUNDAMENTAL PARA LA CONDUCCIÓN DE LAS FUERZASDE LA ARMADA ARGENTINA (Confidencial) (DOCFUARA), 2da. Ed., 1989. 

CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA. 1853 y reformas de 1866, 1898, 1957y 1994. 

DIRECTIVA DE POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL. Decreto 457/2021. 

INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL. Boletín Oficial Nº 34.983 (2022). Primera Sección. Decisión Administrativa 797/2022, DECAD-2022-797-APN-JGM – Disposiciones. 

INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL, https://www.ign.gob.ar/content/nuevo-mapabase-argenmap-topogr%C3%A1fico 

LEY DE DEFENSA NACIONAL. Ley 23.554/88. 

MAHAN, Alfred Thayer. INFLUENCIA DEL PODER NAVAL EN LA HISTORIA. Ed Partenon, 1946. 

STORNI, Segundo. INTERESES ARGENTINOS EN EL MAR – 2º ed. 1º imp. - Buenos Aires: Armada Argentina, 2009. 

UNIÓN EUROPEA, Consejo. UNA BRÚJULA ESTRATÉGICA PARA LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA. 21/03/2022.

https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-7371-2022-INIT/es/pdf 

US NAVY- NAVY MARITIME DOMAIN AWARENESS CONCEPT. Chief of Naval Operations, Department of Navy. Washington, 29/05/2007. 

BOLETÍN OFICIAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA Nº 34.983 (2022). Primera Sección. Decisión Administrativa 797/2022, DECAD-2022-797-APN-JGM – Disposiciones. 

GARCÍA, Natalia (2019), LA PLANIFICACIÓN DEL TRANSPORTE POR AGUA EN ARGENTINA. LÍMITES Y DESAFÍOS PARA LOS PRÓXIMOS AÑOS. Instituto del Transporte /UNSAM. 

CHÁVEZ, Carlos, LOS LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS. https://es.scribd.com/document/477729142/Los-lineamientos-estrategicos 

https://www.argentina.gob.ar/interior/migraciones/museo/el-estado-y-la-inmigracion/laexpansion-economica


El Capitán de Navío de Infantería de Marina Miguel Ángel Troitiño egresó de la Escuela Naval Militar en 1989. Especializado en Infantería, fue Comandante del Batallón de Seguridad de la Armada y del Batallón de IM Nº2 y Jefe de Operaciones de la Fuerza de IM de la Flota de Mar. Se desempeñó como Military Liaison Officer en la Misión de ONU en Kosovo – UNMIK. Fue Instructor en la Escuela de Suboficiales de IM, Oficial de Ingreso de la Escuela Naval Militar y Subdirector y Jefe de Enseñanza de la Escuela de Guerra Naval. Fue Agregado de Defensa, Militar, Naval y Aeronáutico en Italia y, durante la Pandemia Covid 19, Director de Sanidad de la Armada. Actualmente se desempeña como Secretario Ejecutivo de la Secretaría General de la Armada. Entre los cursos realizados, se destacan los siguientes: Perfeccionamiento de Oficiales del Cuerpo de Fuzileros Navales, en Brasil; Comando y Estado Mayor de la Escuela de Guerra Naval; Estado Mayor y Planeamiento Conjunto de la Escuela de Guerra Conjunta y el Curso Superior de Estado Mayor Interfuerzas, en Italia. Es Licenciado en Sistemas Navales de IM y Magister en Estudios Estratégicos Internacionales, otorgado por la Libera Università Internazionale degli Studi Sociali de Roma, la Università degli Studi di Milano y el Ministerio de Defensa de Italia.


Artículo publicado en la Revista de la Escuela Superior de Guerra Naval Nº 68 Diciembre 2022.


viernes, 30 de julio de 2021

Argentina: La geopolítica de la milla 201

El mar argentino, la Plataforma Continental, la pesca en la milla 201 y las OROP

Por Daniel Molina Carranza || Fundación Nuestro Mar






La Argentina es un país con un litoral marítimo de casi 4700 km de costa sobre el Atlántico Sur, rematado en una amplísima plataforma. El Mar Argentino está ubicado en el sector SW del Océano Atlántico Sur, con una extensión de 960.000 Km². Sus aguas cubren la plataforma continental hasta los 200 metros de profundidad, alcanzando el comienzo del talud continental, si bien la plataforma continental se extiende más allá de la milla 200.

Se extiende, en términos generales, desde la boca del estuario del Río de la Plata en el norte, hasta el Banco Burdwood en el sur, y desde la costa argentina hasta el comienzo del talud. En sus aguas se desarrolla una de las más importantes pesquerías del globo.


La ONU, específicamente la comisión de límites de Plataforma, ha reconocido la ampliación de plataforma marítima en base a lo dictaminado por la resolución 40 de lo presentado por Comisión Nacional de Límite de la Plataforma Continental Argentina (COPLA),tal como lo establece la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), la plataforma continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental, o bien hasta una distancia de 200 millas marinas, en los casos en que el borde exterior del margen continental no llegue a esa distancia.

El Estado ribereño ejerce derechos de soberanía exclusivos sobre la plataforma continental a los efectos de su exploración y de la explotación de sus recursos minerales y otros recursos no vivos del lecho del mar y su subsuelo, así como los organismos vivos pertenecientes a especies sedentarias, es decir, aquellos que en el período de explotación están inmóviles en el lecho del mar o en su subsuelo o sólo pueden moverse en constante contacto físico con el lecho o el subsuelo (cangrejos, por ejemplo).
Tras un largo y profundo trabajo científico, el 21 de abril de 2009 la República Argentina presentó el límite exterior de la plataforma continental argentina ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), órgano técnico creado por la CONVEMAR.

Este trabajo brinda las bases para la extensión geográfica de nuestros derechos de soberanía sobre los recursos del lecho y subsuelo en más de 1.782.000 km2 de plataforma continental argentina más allá de las 200 millas marinas,de acuerdo con su reglamento, la CLPC se limitó a considerar las partes de la presentación que no estuvieran sujetas a controversias de soberanía con terceros estados. Quedaron pues fuera del análisis, la zona circundante a Islas Malvinas, Islas Georgias del Sur e Islas Sandwich del Sur –en disputa con el Reino Unido-, y el sector que está regido por el Tratado Antártico. Así, el área analizada por la CLPC abarcó –aproximadamente- una quinta parte del total.

Finalmente, el 11 de marzo de 2016 la CLPC adoptó por consenso las Recomendaciones sobre las partes analizadas de la presentación argentina, que resultaron en mínimas modificaciones sobre el límite presentado en 2009.Dado que el concepto de plataforma continental se ciñe a espacios y recursos del lecho y subsuelo marinos, el régimen para su explotación no afecta al régimen de pesca en la columna de agua suprayacente, que se guía por la normativa definida para la “Zona Económica Exclusiva” (ZEE) o para la “Alta Mar” (AM), según corresponda.

Y es en las aguas de estos dos espacios adyacentes, donde se desarrolla mayoritariamente la pesca:

a) en la ZEE, a una distancia de hasta 200 millas náuticas de la costa, donde los Estados ribereños tienen derechos soberanos para la conservación y ordenamiento de los recursos vivos marinos, y

b) en la Alta Mar, es donde –con sujeción a ciertas condiciones- rige la libertad de pesca.
La existencia de poblaciones de peces “transzonales”, que habitan en la zona económica exclusiva de un país y en las zonas de alta mar adyacentes (tal el caso de la merluza y el calamar), así como la de peces “altamente migratorios” que recorren grandes distancias en alta mar y en áreas sujetas a jurisdicción nacional, plantea un especial desafío en relación con el ordenamiento de su explotación y –en definitiva- su conservación. Para abordar tal materia, se desarrolló el “Acuerdo de Nueva York”.

El “Acuerdo sobre la Aplicación de las Disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), relativas a la Conservación y Ordenación de las Poblaciones de Peces Transzonales y las Poblaciones de Peces Altamente Migratorios”, conocido también como “Acuerdo de Nueva York”, provee un marco para la implementación de algunas disposiciones importantes de la Convención.

El Acuerdo tiene por objetivo el de asegurar la conservación a largo plazo y el uso sostenible de las poblaciones de peces transzonales y de peces altamente migratorios, mediante la aplicación efectiva de las disposiciones pertinentes de la CONVEMAR a la que está íntimamente ligado. Así lo establece el artículo 4 de este instrumento, al expresar que “el presente Acuerdo se interpretará y aplicará en el contexto de la Convención y de manera acorde con ella”. Este acuerdo fue ratificado por la Argentina y aprobado por el Congreso Nacional mediante la Ley 25.290 del 13 de julio de 2000. Por razones no explicitadas, la Cancillería Argentina no depositó el instrumento de ratificación ante el Secretario General de las Naciones Unidas.

Uno de los principios fundamentales enunciados en este sentido por la CONVEMAR, es el que determina que los países deben cooperar entre sí para asegurar la conservación y promover el aprovechamiento óptimo de los recursos pesqueros dentro y fuera de las zonas bajo jurisdicción nacional. Al respecto, el acuerdo establece principios básicos sobre los cuales deben administrarse dichos recursos, así como lineamientos y criterios generales para la creación y reforzamiento de las Organizaciones Regionales Pesqueras y sus mandatos para la conservación y manejo sustentable de los recursos en el largo plazo.

En virtud del Acuerdo, las organizaciones y los acuerdos regionales de ordenación de la pesca se constituyen en el principal vehículo para la cooperación entre los Estados ribereños y los Estados de pesca a distancia, en materia de conservación y ordenación de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios.

La Argentina, por Ley 23.968 que fija las líneas base sobre las cuales se calculan las 200 millas de la ZEE, en su artículo 5° establece que “las normas nacionales sobre conservación de los recursos se aplicarán más allá de las 200 millas marinas sobre las especies de carácter migratorio o sobre aquellas que intervienen en la cadena trófica de las especies de la zona económica exclusiva”. Sin embargo, las medidas de reglamentación de pesca establecidas por las autoridades argentinas fuera de la ZEE, solo han alcanzado a los barcos de pabellón argentino.

Nuestro país es signatario de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), Ley 24.543, y se ha comportado siempre dentro de su plexo legal, ordenando sus pesquerías en un todo de acuerdo con esta Convención. El Artículo 64 de la CONVEMAR detalla cómo proceder en caso de que las especies altamente migratorias afecten las jurisdicciones de varios países ribereños. Orientado por este artículo y a instancias de la Cancillería Argentina,
En años recientes nuestro país modificó la Ley 24.922, Régimen Federal de Pesca, mediante la Ley 26.386, con el propósito de desalentar a empresas o grupos económicos con actividades en Argentina que estuvieran realizando pesca en la jurisdicción argentina sin permisos otorgados por nuestra autoridad de aplicación.

La “Milla 201” y las OROP

Desde hace varios años y desde distintos ámbitos locales, se ha advertido sobre la necesidad de regular las pesquerías en la zona adyacente a nuestra Zona Económica Exclusiva, coloquialmente conocida como “Milla 201”. Se han escrito muchas páginas y hasta promovido conferencias para informar sobre el peligro de “no hacer nada”.
La ausencia de regulación de la pesca en la zona adyacente, lleva al deterioro y eventual destrucción de valiosos recursos pesqueros, mayormente constituidos por especies transzonales y migratorias.

El esfuerzo pesquero sobre la biomasa, en los espacios marítimos procura junto con la acuicultura contribuir en forma significativa con las proteínas demandadas por la humanidad. Pero cuando este esfuerzo se realiza fuera de los ámbitos jurisdiccionales de los estados costeros, más allá de las 200 millas, esta pesca si bien no es ilegal, no queda regulada y sus capturas no suelen ser declaradas verazmente; convirtiendo por esta incertidumbre un recurso como la pesca en alta mar en no renovable, pese a que por definición se encuadraría como renovable. LDDNR (legal, dudosamente declarada y no regulada).

La inexplicada decisión de retener indefinidamente el proceso de ratificación del Acuerdo de Nueva York y la ausencia de propuestas alternativas conducentes, genera incertidumbre y aviva el riesgo de perder la iniciativa a manos de otras potencias con intereses en el área.

No faltan indicios concretos al respecto. China, cuyas masivas flotas continúan pescando en forma indiscriminada en el área, ha intervenido recientemente en foros internacionales en busca de un posicionamiento ventajoso. En julio de 2019 en oportunidad del periodo de sesiones del Comité de Pesca (COFI) de FAO, la delegación china pidió que sea la FAO quien regule la pesca dado que no hay medidas de ordenamiento y conservación que regulen la pesca en el Atlántico Sur por parte de los estados costeros.

La intención detrás de la iniciativa es posicionarse en una eventual distribución de cuotas de pesca en el Atlántico Sur Occidental. Acertadamente, los representantes argentinos en el COFI dejaron claro que ese no era el ámbito para tal presentación y que la regulación de los recursos era un derecho del estado costero. Los británicos, por su parte, guardaron silencio conocedores que saldrían ganando de cualquier modo. Para suavizar la situación, la delegación oriental aclaró que su propuesta se refería a todas las zonas marítimas no reguladas y no exclusivamente al Atlántico Sur.

Idéntica actitud tuvo China en el OCDE que es la organización para cooperación y el desarrollo económico, donde Argentina no está representada.

Dos organismos de la industria pesquera española han firmado un acuerdo histórico con una organización de Argentina como paso previo para establecer una OROP del Atlántico Sur. Lo han realizado a través de una organización armada por empresas pesqueras argentinas, dispuestas a defender el recurso, aun aliándose con los españoles: OPRAS. – la Organización para la Protección de los Recursos Pesqueros del Atlántico Sur – tiene su sede en Argentina y promueve la gestión sostenible de la Zona 41 de la FAO, que ha estado bajo la creciente presión de las flotas asiáticas de calamar que operan a lo largo del borde de la ZEE argentina donde se han producido recurrentes focos de tensión.

La OPRAS, que se estableció en 2018, ya tiene un acuerdo con la Cámara de Armadores e Industrias Pesqueras de Itajai y Regiao del Brasil (SINDIPI), y Brasil también limita con el Área 41 de la FAO. Ambas organizaciones han hecho gestiones ante las Naciones Unidas y la FAO como parte de sus esfuerzos por establecer una organización regional de ordenación pesquera para las aguas del Atlántico Sur.

Las luces dejaron de ser amarillas para ser rojas, y se hace necesario encarar acciones, más allá de los discursos políticos y diplomáticos. Puede ser útil observar lo ocurrido en la Organización Regional de Pesca (OROP) del Pacífico Sur por el reparto de las cuotas de captura del poton (calamar Giga del Pacífico) y la actitud de los actores chinos al respecto.

En este caso, Chile, Perú y Ecuador, en apoyo al objetivo de la ONG Sustaintable Fisheries Partnership (SFP) de que el 75 % de los productos del mar se produzcan de manera sostenible para el año 2020, formaron un comité para el manejo del calamar gigante del Pacífico -CALAMASUR – como grupo adjunto a la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (OROP-PS).El objetivo de Calamasur es la conservación y explotación económica sostenible en el largo plazo de los recursos pesqueros en el Océano Pacífico Sur, con especial cuidado en salvaguardar los ecosistemas marinos mediante la aplicación del enfoque precautorio y ecosistémico en la ordenación pesquera. Todos los países con pesquerías presentes en el Pacifico sur aceptaron esta regulación.

Veamos ahora lo hecho por el gobierno argentino: En el mes de julio de 2018 se firmó con España un memorando de entendimiento en materia pesquera en el marco de la reunión de ministros de agricultura del G-20. El convenio dice que España y Argentina coordinarán y aseguraran el uso sostenible de las poblaciones transzonales y reforzaran las medidas de lucha contra la Pesca Ilegal No Declarada y No Reglamentada (INDNR) y que el acuerdo reforzará la colaboración en materia de investigación científica de los recursos pesqueros en el área adyacente de la ZEE argentina.(Al 2021 no se ha hecho nada de esto).

Es decir, es la suma de buenas intenciones de nuestro país con España, quien ya demostrado no tener problema en pescar con permiso de los británicos y, es más, utilizar todos los medios para que sus barcos –con bien ganada fama de depredadores- sigan pescando sin regulación en el área.

Ante la necesidad de abandonar el inmovilismo con en el que nos hemos manejado es esta materia desde hace años, nos preguntamos: ¿Por qué no considerar, inspirados en el ejemplo de los países hermanos del Pacifico, la formación de un comité para el manejo sustentable del calamar Illex del Atlántico (pota argentina) en el área adyacente de la zona Económica Exclusiva, presidido por la República Argentina, permitiendo el ingreso a todos los interesados, con el fin de regular la pesquería? Creemos que sería un primer paso hacia una solución razonable e inteligente de esta problemática.

Conclusión

Deberíamos formar algún tipo de Organización de protección Pesquera del Atlántico sur (OROP) algún que:

– Se aplica solo a recursos transzonales y altamente migratorios en alta mar y le da contenido al deber de cooperación para el manejo y conservación de ciertas poblaciones de peces).
– Es obligatorio aplicar el principio precautorio y enfoque ecosistémico incluso dentro de la ZEE
– Los Estados deben cooperar a través de las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP). Estados que no son parte de una ORP no podrán pescar en el área regulada por dicha organización– Los Estados tiene la obligación de aplicar medidas compatibles en sus ZEE
Argentina debe promover medidas para regular las pesquerías en el área de la alta mar adyacente a la Zona Económica Exclusiva (“Milla 201”).

(Daniel Molina Carranza) #NUESTROMAR