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miércoles, 20 de abril de 2022

Operación Hannibal: La evacuación de Prusia Oriental

Operación Hannibal

23 de enero de 1945. se da inicio a la Operacion Anibal (Operation Hannibal), la mayor evacuacion por mar.




Despues de la derrota del 6 Ejercito Aleman en Stalingrado en febrero de 1943, en Kursk (Julio de 1943, Operacion Citadel) y la derrota del Grupo Ejercitos Centro (Agosto de 1944, Operacion Ofensiva Bagration), la situacion de Alemania en Polonia y Prusia Oriental se hizo insotenible para Alemania.
A comienzos de 1945 una oleada de terror invadió al Tercer Reich cuando el Ejército Rojo comenzó a invadir los territorios orientales de Prusia, Polonia Curlandia y Memel. Sabiendo los mandos de la Marina de Guerra Alemania (Kriegsmarine) que la contienda estaba perdida y que los civiles de la minoría alemana serían masacrados por las tropas de la Unión Soviética y los nativos eslavos en búsqueda de venganza, decidió dejar de un lado las acciones bélicas y destinar todos sus buques disponibles al Mar Báltico para evacuar a más de 2 millones de soldados, heridos, mujeres, niños, ancianos, colaboracionistas y prisioneros en un heroico episodio que sería conocido con el nombre de «Operación Hannibal».
Con la Ofensiva de Prusia Oriental del 3er Frente Bielorruso del Ejército Rojo bajo el mando del General Ivan Chernyakhovsky comenzó el 13 de enero de 1945 y, con el 2º Frente Bielorruso del Mariscal Konstantin Rokossovsky, una oleada de terror invadió al Tercer Reich cuando el Ejército Rojo comenzó a invadir los territorios orientales de Prusia, Polonia, Curlandia y Memel. La violencia con que las tropas soviéticas irrumpieron en territorio enemigo, provocó el éxodo de la mayor parte de la población germana aterrada a sabiendas de que los rusos fusilaban a todos los prisioneros enemigos, saqueaban las ciudades y violaban masivamente a las mujeres, lo que hizo prioritario la evacuación vía marítima por parte de la Kriegsmarine.
Doenitz rápidamente y en tiempo récord organizó un plan de transporte de la siguiente manera: el Báltico Occidental quedó bajo responsabilidad del almirante Oskar Kummetz con base en Kiel y el Báltico Oriental bajo el vicealmirante Theodor Buchardi con base en Gotenhafen. Toda la coordinación recaería en el equipo técnico del «Seetra» liderado por el contraalmirnate Konrad Engelhardt con base en Eberswalde, mientras que el control de costas en la 9ª División de Seguridad Marítima del comandante Adalbert Von Blanc y la 10ª División de Seguridad Marítima del comandante Hugo Hyedal.
La Kriegsmarine reunió a importantes buques militares y también civiles para la evacuación y tareas de escolta que fueron encuadrados en el 1º Grupo Naval del vicealmirante Bernhard Rogge y el 2º Grupo Naval del vicealmirante August Thiele. Básicamente se trató de los cinco acorazados Gneisenau, Lützow, Admiral Scheer, Schlesien y Schleswig-Holstein (estos dos últimos de la Primera Guerra Mundial), en los seis cruceros pesados y ligeros Prinz Eugen, Admiral Hipper, Leipzig, Nürnberg y Emden, y en navíos menores como destructores, dragaminas, patrulleros, lanchas, botes, etcétera, además de transatlánticos y más de mil cargueros o mercantes de gran tonelaje como el Cap Arkona, Robert Ley, Wilhelm Gustloff, Hamburg, Deutschland, Postdam, Pretoria, General Von Steuben, Monte Olivia, Monte Rossa, Der Deutsche, General San Martin, Ubena, Niedenfels, Lappland, Urundi, Venus, Wartheland, Gottenland, Togo, Goya, Eberhard Essberger, Meteor, Hestia, Hercules, Irene Oldendorff, Fangtum, Södenham, Nautik, Marie Fisser, Consul Cords, Oktant, etcétera.
Alemania reunió un total de 1.105 navíos entre 5 acorazados, 6 cruceros, 14 destructores y 1.080 cargueros, mercantes, ferrys, transatlánticos, etcétera.



El 23 de enero se da inicio a Anibal cuando los primeros 32.000 refugiados alemanes se agolparon en los muelles de Pillau a la espera de montar en los barcos fletados por la Kriegsmarine. Al igual que este puerto, pronto otros tantos se abarrotaron de civiles como por ejemplo sucedió en Königsberg, Khalberg, Elbing, Danzig, Zoppot, Gottenfafen o Hela, donde familias enteras con mujeres y niños, tuvieron a veces que permanecer días enteros a la espera de subir a algún buque, sufriendo las inclemencias del invierno y la nieve, los bombardeos aéreos soviéticos y siendo alimentados mínimamente por las Organizaciones de Bienestar Social del Partido Nacionalsocialista (NSDAP).
El 21 de Enero de 1945 el crucero alemán Emden sacó a 1.300 refugiados de Pillau y con ellos a los restos mortales del mariscal Paul Von Hindenburg (artífice de la Batalla de Tannenberg en 1914 y Presidente de la República de Weimar) y su esposa Gerturd, que fueron escoltados por una guardia de honor y su hijo Oskar Hindenburg. Menos suerte tendrían los civiles en el puerto de Marienburg que se rindió el 22 de Enero sin ofrecer resistencia; aunque justo durante la conquista de Elbing el día 23, los torpederos germanos T-37, T-38 y T-39 evacuaron a 1.000 personas pocas horas antes de caer en manos rusas. Al día siguiente, el 24, también cientos de civiles abandonaron Neukuhren debido en parte a que el crucero Prinz Eugen bombardeó con sus grandes cañones a las tropas del Ejército Rojo y las consiguió mantener alejadas de la ciudad.
A finales de Enero de 1945 la Kriegsmarine se encontró con nuevos problemas cuando aviones de la Fuerza Aérea Real Británica (Royal Air Force o RAF) depositaron minas acuáticas que dejaron durante un tiempo inmovilizados a 65 buques, concretamente 40 en la Bahía de Pomerania y 25 sobre los puertos de Sassnitz, Kolberg y Pillau. A este inconveniente se añadió la ausencia de combustible, por lo que se tuvieron que destinar 90 pequeñas embarcaciones a suministrar 40.000 toneladas de carbón que transportaron desde Noruega a los puertos de Prusia Oriental. Gracias a estas reservas de energía y a la frenética actividad de desminado, los cargueros Robert Ley, Pretoria, Ubena y General Von Steuben evacuaron el día 25 a 22.000 nuevos refugiados.



A la 1:30 horas de la madrugada del 26 de Enero de 1945, el Fuerte Stiehle que albergaba un arsenal de minas acuáticas y torpedos en Pillau, explosionó de forma accidental provocando una tragedia a causa de la onda expansiva y los incendios que dejó 300 muertos, 600 heridos y 2.000 personas sin hogar. Afortunadamente ninguno de los barcos anclados en el puerto fue afectado durante el incidente pirotécnico, por lo que los cargueros Lappland, Eberhard Essberger, Watherland, Gottenland, Tanga, Consul Cords y Marie Fisser evacuaron de los muelles a 18.000 civiles. Por desgracia durante la trayectoria, el pequeño transporte Consul Cords de 900 toneladas colisionó con una mina marina y se hundió con más de 200 muertos a bordo, siendo rescatados posteriormente 30 supervivientes en el agua.
La mañana del 27 de Enero de 1945 salieron de Prusia Oriental 8.000 refugiados a bordo de los transportes Andros, Mowe, Káiser y Mungo; así como otras 7.000 en los cargueros de gran tonelaje Deutschland y Postdam que los llevaron a salvo hasta Dinamarca. A la jornada siguiente, el 28, el mercante danés Viborg fue destruido por un sumergible ruso, aunque por suerte el incidente ocurrió en el viaje de ida y apenas se contabilizaron bajas. Transcurridas 24 horas de este suceso, el 29, también el carguero alemán Henry Lütgens fue echado a pique por una mina acuática. Sin embargo y a pesar de las bajas del Eje, también la Flota Roja del Báltica encajó algunas pérdidas como el submarino soviético S-4 hundido por un ataque de la lancha torpedera alemana T-3.
A las 13:00 horas del 30 de Enero de 1945, el transatlántico Wilhelm Gustloff de 25.484 toneladas, zarpó del puerto de Gotenhafen al mando del capitán Wilhelm Zahn y con una tripulación de 6.050 personas que incluían 173 marineros, 918 militares, 373 auxiliares navales, 162 soldados heridos y 4.424 civiles. Justo a la altura del Banco de Stolp, a 60 millas de Stolpmünde, el submarino soviético S-3 comandando por el capitán Alexander Marinesko, disparó a las 21:20 tres torpedos que impactaron bajo la línea de flotación del Wilhelm Gustloff. Bastaron escasos minutos para que el transatlántico volcara y se hundiera con más de 5.000 personas a bordo que perecieron ahogadas (904 serían rescatadas, concretamente 550 por el torpedero T-36 y 450 por el torpedero Löwe), lo que constituyó una de las tragedias más grandes de la Historia Naval.
El 31 de Enero de 1945 sería otra jornada de pérdidas para la Kriegsmarine porque el buque hospital Berlín de 15.286 toneladas colisionó y se hundió a causa de una mina cerca de Swinemünde. Afortunadamente ese mismo día también se cosecharon éxitos como la evacuación en Gotenhafen de 7.000 civiles por el carguero Hansa y otros 1.000 a bordo de nueve cazaminas.
Según el recuento efectuado por la Kriegsmarine en Enero de 1945, las bajas alemanas habían sido de 6.000 muertos y 12 buques hundidos con 60.171 toneladas, de los cuales ocho fueron por minas, dos por la aviación, uno por submarinos y uno por piezas de artillería. Por suerte la cifra únicamente correspondía a 1% del tonelaje total de la flota, lo que permitió salvar la vida a 448.688 personas.
Aproximadamente un total de 70.000 civiles prusianos se agolpaban en Pillau cuando 60 aviones soviéticos bombardearon el puerto el 5 de Febrero de 1945 y hundieron cuatro cargueros, provocando 136 bajas entre 54 muertos y 82 heridos. El peligro de los ataques aéreos sobre los muelles, obligaron a efectuar las repatriaciones con más celeridad, como por ejemplo hizo el averiado carguero Monte Rosa de 13.882 toneladas sacando milagrosamente de Pillau a 12.000 civiles en un total de tres viajes hacia Copenhague en Dinamarca.
El 8 de Febrero de 1945 el transatlántico General Von Steuben de 14.660 toneladas y con capacidad para albergar 500 personas, zarpó de Pillau con más de 5.000 pasajeros entre 2.680 soldados heridos (1.467 graves y 1.213 leves), 450 marineros, 900 refugiados, 30 médicos y 320 enfermeras. Justo al entrar en la madrugada del día siguiente, 9 de Febrero a las 00:50 horas de la noche, el submarino soviético S-3 al mando del capitán Alexander Marinesko (el mismo que había hundido al transatlántico Wilhelm Gustloff), disparó los dos torpedos de popa contra el buque. Ambos artefactos impactaron bajo el caso, generando un incendio al transatlántico que finalmente terminó por hundirse. Durante la tragedia perecieron 4.000 personas, siendo rescatadas por los torpederos TS-1 y T-196 un total de 600 náufragos.
A mediados de Febrero de 1945, el día 15, el buque gemelo del General Von Steuben, el Monte Olivia, también resultaría hundido por una mina, por suerte sin contabilizarse muchas víctimas mortales. Dos días más tarde, el 17, sería echado a pique por un submarino el carguero Eiffel, en donde perecieron 680 personas a bordo.
Fortuitamente la mayor parte de los navíos de la «Operación Hannibal» consiguió llegar a salvo a su destino a lo largo de Febrero, como por ejemplo el carguero Postdam de 17.528 toneladas que salvó a 53.891 personas durante un trayecto de 7 viajes. Tales éxitos pudieron en parte explicarse gracias al empleo de los buques de guerra por parte de la Kriegsmarine que en todo momento mantuvieron alejado al Ejército Rojo de la costa, como por ejemplo hizo el crucero Admiral Hipper bombardeando las afueras de Pillau el 19 de Febrero, el acorazado Admiral Scheer el área de Wollin el 20 y tres destructores el Delta del Río Frisches Nehrung el 21, lo que facilitó rescatar a otros 150.000 soldados y civiles.



Uno de los últimos buques hundidos aquel Febrero de 1945 fue el carguero Göttingen a causa de una mina el día 23, en cual viajaban 1.300 soldados alemanes, aunque por suerte sólo 100 perdieron la vida, siendo rescatados los 1.200 restantes. Fue así como hacia finales de mes fallecieron en el agua 5.109 personas y se perdieron un total de 17 buques con 59.155 toneladas entre los que se contabilizaron diez por minas, cuatro por aviación y tres por submarinos; al mismo tiempo en que otros 500 navíos llegaron a salvo a su destino (250 procedentes de Danzig, Gotenhafen y Neufahrwasser, 147 de Königsberg y Pillau, y 103 de Hela).
El 6 de Marzo de 1945 un grupo de 200 aviones Lancaster del 5º Grupo de Bombarderos Británico atacó Saanitz arrojando 670 toneladas de bombas (500 sobre el puerto y 170 sobre los navíos en el agua) que provocaron la destrucción de la ciudad y el incendio de algunos trenes cargados de heridos, así como el hundimiento de tres buques entre los que se contabilizaron el destructor Z-28, el cañonero Sofía y el buque hospital Robert Möhring en el que perecieron 350 soldados. Al mismo tiempo en que se lanzaron las bombas, los británicos también depositaron una serie de minas marinas que durante las jornadas siguientes hundieron al carguero Hansa cerca de Wanemünde y al transporte Nueva York que se incendió (aunque antes de sumergirse pudo navegar a Kiel y depositar a todos sus refugiados en los muelles). Afortunadamente y a pesar de las inconvenientes causados por los Aliados Occidentales desde el aire, finalmente saldrían de Saanitz un total de 100.369 personas.
Al día siguiente de lo ocurrido en Saanitz, el 7 de Marzo, las cosas comenzaron a ponerse difícil para el Eje con la caída del puerto de Rügenwalde que el Ejército Rojo conquistó después de haber evacuado a 4.325 civiles. Solamente veinticuatro horas después, el 8, las tropas soviéticas entraron en la ciudad costera de Stolpmünde que hasta ese momento había sacado 33.620 personas a bordo de 14 mercantes. A la semana siguiente, el día 12, un total de 700 aviones B-17 y B-24 de la VIII Fuerza Aérea Estadounidense lanzaron 1.435 toneladas de bombas sobre el puerto de Swinemünde en el que hundieron a los siete cargueros Jasmund, Hilde, Rvensburg, Heilingenhafen, Tolina, Cordillera y Andross, falleciendo en este último 570 refugiados.
Kolberg sería un ejemplo de la férrea resistencia que ofreció la ciudad para rescatar al máximo posible de civiles ante las vanguardias del Ejército Rojo que desde inicios de Marzo de 1945 rodeaban la urbe. Protegida la metrópoli por 3.700 efectivos entre 3.300 soldados y 400 marineros, los defensores rechazaron todos los asaltos soviéticos mientras los cargueros Nordenham y Winrich Von Kniprode sacaban a 9.500 refugiados, el Hestia a 2.800, el Nautik a 1.350 y los destructores Z-34 y Z-43 a otros 1.000. De hecho, en cuanto el 14 de Marzo las tropas rusas se aproximaron a los muelles y dañaron con sus torretas al torpedero M-401, los destructores Z-34 y Z-43 abrieron fuego con sus baterías destruyendo varios blindados y haciendo retroceder al resto. Gracias a esta determinación, se consiguió mantener una franja portuaria de 1.800 metros de largo por 400 metros de ancho, de donde entre el 15 y el 17 se rescatarían a los últimos 2.000 soldados y cientos de civiles a bordo de lanchas rápidas, pesqueros y botes neumáticos (solamente sería hundido el pequeño mercante Margarethe Cords), antes de que definitivamente Kolberg cayera en manos del Ejército Rojo tras una magistral evacuación de 128.582 personas.
Alrededor de 500.000 refugiados se agolpaban en Neufahrwasser cuando las columnas del Ejército Rojo rompieron el frente a la altura de Zoppot el 23 de Marzo de 1945. Al mando del capitán Heinrich Schmudt, los defensores de la ciudad resistieron con apoyo naval del destructor Z-34 y del crucero Prinz Eugen que desde el Mar Báltico efectuó 403 disparos (235 de las piezas de 203 milímetros y 168 de las secundarias de 105 milímetros). Al día siguiente, el 24, el crucero Prinz Eugen arrojó otros 700 proyectiles que acabaron con la vida de decenas de soldados rusos, incluso destruyeron el cuartel de la 37ª División de Guardias Soviética, matando al general Sobir Rakhimov y a todo su Estado Mayor. Sin embargo también los alemanes sufrieron bajas por el fuego de contrabatería del Ejército Rojo que con sus piezas de artillería terrestres hundió a los transportes Wesser y Bille, pereciendo 250 personas a bordo, aunque en última instancia pudo escapar el carguero Ubena con 4.000 civiles, justo unas horas antes de que el 25 de Marzo las tropas soviéticas ocupasen finalmente Neufahrwasser.
Sabiendo que el avance del Ejército Rojo era imparable, las tripulaciones de la Kriegsmarine hundieron con explosivos al acorazado Gneisenau en Gotenhafen y al otro acorazado Schleswig-Holstein en Danzig para bloquear los accesos de la Flota Roja del Báltico a los puertos; no sin antes ser evacuados 4.000 soldados y civiles sobre los cargueros Mittlemeer, Eberhard Essberger y Urundi. Solamente unas jornadas después, el 28 las tropas soviéticas ocuparon Gotenhafen y el 30 la ciudad de Danzig.
A finales de Marzo de 1945 la mayor parte de los refugiados fueron trasladados a la Península de Hela donde más de 60.000 se agolpaban en sus bancos de arena. Sobre esta posición se efectuaría una excelente labor rescatando a 49.000 personas a bordo de los cargueros Ubena, Neidenfels, Moltkefels, Adler, Robert Bornhofen, Tübingen, Fangturn, Cap Arkona, Mars, Minden, Askari, Neuwerk y Urundi.
Las cifras de Marzo de 1945 duplicaron a las Enero y Febrero porque se hundieron 16 buques con 116.823 toneladas y 1.261 fallecidos. Durante esta cacería destacó especialmente el submarino soviético L-21 porque a lo largo del mes hundió un total de cinco navíos de guerra alemanes entre los que se contabilizaron el submarino U-367, el cañonero Gretel, el patrullero V-2022, y las lanchas torpederas T-3 y T-5.
«Operación Noche de Walpurgis» fue el nombre que se otorgó a la misión de evacuación de Oxhöfer Kampe el 4 de Abril de 1945 cuando el Ejército Rojo amenazó la zona. Tanto la valiente resistencia presentada por las tropas del II Ejército Alemán al mando del general Dietrich Von Saucken, como los calibres de 280 y 203 milímetros del acorazado Lützow y el crucero Prinz Eugen desde el Mar Báltico, facilitaron que los ataques soviéticos fuesen rechazados y que los buques rescataran a 30.200 refugiados de la siguiente manera: 18.000 subieron a bordo de 27 gabarras, 5.000 en 25 pesqueros, 3.000 en 5 barcazas, 1.200 en el carguero Regulus, 800 en el Kurisches Haff, 500 en el Nautik, 500 en el Südpol y 300 en el Scharnhorst.
Hela desde inicios de Abril se convirtió en el objetivo principal del Ejército Rojo porque solamente en las primeras jornadas abandonaron el área hacia Dinamarca unas 50.000 personas sobre los transportes Deutschland, Pretoria, Postdam, Antonio Delfino, General San Martín, Wangoni y Herkules. Fue entonces cuando la Fuerza Aérea Soviética, queriendo evitar más fugas, bombardeó Hela los días 8 y 9 hundiendo a los cargueros Franken, Hans-Albrecht Weler y Albert Jensen con un total de 17.631 toneladas. Simultáneamente 300 bombarderos Lancaster de la Fuerza Aérea Real Británica (RAF) arrasaron los muelles de Kiel y echaron a pique al acorazado Admiral Scheer que volcó y se sumergió muriendo 32 marineros. También los submarinos y lanchas rápidas atacaron a algunos buques en alta mar y hundieron por error al velero sueco Ramona de un cañonazo (lo que provocó quejas de la neutral Suecia hacia la URSS).
Uno de los más graves casos de «fuego amigo» durante la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar la noche del 11 de Abril de 1945 cuando dos lanchas torpederas de la Kriegsmarine confundieron al vapor alemán Neuwerk con un crucero soviético que por aquel entonces llevaba a bordo a 1.035 pasajeros entre 13 marineros, 845 heridos, 100 refugiados, 7 médicos y 60 ferroviarios. Los militares germanos, creyendo que se trataba del enemigo, dispararon a las 4:00 horas de la madrugada varios torpedos contra el Neuwerk que hundieron al vapor, provocando la muerte a 1.027 personas (únicamente se salvarían 8 náufragos).
Nuevamente Hela volvió a centrar la acción a las 16:00 horas del 11 de Abril después de que 80 aviones soviéticos bombardeasen el puerto e hicieran encallar en la arena al carguero Moltkefels, el cual pudo evacuar a sus 3.800 pasajeros, incluyendo al capitán Peter Voss, aunque lamentablemente otras 200 perecieron en el agua. Al día siguiente, el 12, otro escuadrón de aviones rusos echó a pique a los transportes Meteor y Wesertein. Afortunadamente hasta el 15 de Abril se sacaron de los muelles a 17.050 personas a bordo de los transportes Askari, Eberhard Essberger, Mathias Stinnes, Pretoria y Wiegand que fueron escoltados por el destructor Z-34 y los torpederos T-23, T-33 y T-36. No obstante durante el trayecto de fuga todavía se producirían algunos incidentes menores como daños en el destructor Z-34, el hundimiento parcial de 9 metros de calado en el Pretoria y la amenaza de una bomba aérea sin detonar en el Wiegand, a pesar de que milagrosamente los tres consiguieron llegar a Dinamarca. Más suerte tuvieron los sitiados del puerto de Pillau porque sin sufrir contratiempos se logró rescatar en un convoy compuesto por 14 navíos entre 5 buques hospitales y 9 cargueros a 42.000 heridos que escaparon ilesos.
A las 22:30 horas del 16 de Abril de 1945, el submarino soviético L-3 al mando del capitán Konstantinovich Konovalov localizó a un convoy marítimo que navegaba a 11 nudos compuesto por cinco navíos entre los que se encontraban los dos dragaminas M-256 y M-328, más los transportes Aegir, Kronenfels y Goya, este último con 5.100 pasajeros entre 1.500 soldados, 385 heridos (60 graves y 325 leves) y 3.000 civiles. Sin dudarlo un instante, el sumergible ruso disparó dos torpederos a las 23.45 que impactaron al Goya y lo hundieron en tan sólo 7 minutos con un saldo de 5.000 muertos y 100 supervivientes (92 soldados y 8 civiles) rescatados por el dragaminas M-328.
Justamente el mismo día 16 de Abril de 1945 en que sucedió la tragedia del Goya, el 617º Escuadrón de Bombarderos Británico «Dam Busters» con un total de veinte aviones Lancaster (catorce equipados con bombas terremoto «Tallboy» y seis con bombas de 1.000 libras) escoltados por cazas P-51 Mustang, interceptaron al acorazado Lützow en Swinemünde. Aproximadamente a 18.000 pies de su objetivo, los bombarderos abrieron sus compuertas y soltaron la carga de artefactos mientras el buque derribaba con sus piezas de artillería antiaérea uno de los Lancaster. Transcurridos 37 segundos del lanzamiento, cuatro bombas explosionaron en la cubierta, la popa y el muelle, haciendo que la quilla se levantara del agua y el acorazado se partiese en dos hasta hundirse en medio de la dársena, perdiéndose durante la acción 20 bajas entre 20 marineros muertos y 20 heridos.
Pillau continuó con las labores de evacuación durante la segunda mitad de Abril de 1945 consiguiendo embarcar hasta la fecha a un total de 81.000 soldados y refugiados hacia Dinamarca, con la única pérdida del transporte Vale de 6.000 toneladas que fue hundido el 20 de Abril de 1945 tras desembarcar la última remesa de municiones en la ciudad. Cuatro días después, el 24, el Ejército Rojo desencadenó la ofensiva final contra las calles y las instalaciones portuarias, chocando contra 8.000 tropas de la 21ª División de Infantería Alemana al mando del general Maximiliam Wengler, que durante horas resistieron con el fin de conseguir tiempo para los civiles, destacando especialmente la dotación de la batería antiaérea situada en Lehmberg al frente del general Karl Henke, la cual destruyó un gran número de blindados soviéticos. Gracias a este sacrificio, los últimos 26.600 refugiados pudieron abandonar los muelles justo unas horas antes de que el Ejército Rojo conquistase Pillau el 25 de Abril.
Ocupada la ciudad de Pillau, al día siguiente, 26 de Abril, las tropas soviéticas entraron triunfales en Stettin sin poder evitar que el carguero Eberhard Essberger sacara a 3.200 heridos de los hospitales. También el día 30, el transporte Adler al mando del capitán Heinrich Weiss y otras embarcaciones menores evacuaron a 16.000 refugiados de Swinemünde cuando el Ejército Rojo se encontraba a tan sólo unos pocos kilómetros de los muelles de embarque.
Mientras tanto en la Península de Hela, más de 200.000 personas esperaban ser rescatadas en el delgado brazo de arena entre el Mar Báltico y la laguna de sal con la costa de Prusia. Entre los civiles y militares recogidos para ser llevados a Dinamarca más de 7.500 subieron al carguero Franz Appel, 4.715 al Eberhard Essberger, 3.000 al Adele Traber, 2.900 al Santander, 1.068 a una serie de dragaminas fletados y otros 24 a los transportes Ubena, Nautik, Weltpreussen y Ganter.
El resultado de Abril de 1945 fue trágico en vidas humanas porque 10.555 personas murieron en el Mar Báltico y 51 buques fueron hundidos con 159.967 toneladas. No obstante y a pesar de los datos, las pérdidas fueron mínimas en comparación con los logros porque se evacuaron a 540.000 soldados y refugiados.
El 1 de Mayo de 1945 el gran almirante Karl Doenitz fue nombrado Führer de Alemania tras el suicidio de Adolf Hitler durante la Batalla de Berlín y por tanto nuevo responsable de la hecatombe que se cernía sobre el Tercer Reich. A sabiendas de que su objetivo iba a ser poner fin a la contienda, tomó la decisión de alargarla el máximo tiempo posible para concluir la «Operación Hannibal» y salvar la vida al mayor número de refugiados en las costas del Mar Báltico, por lo que rápidamente trasladó su cuartel general a Flensburg para coordinar mejor las acciones y envió al almirante Hans-Georg Von Friedeburg a negociar un armisticio con los Aliados Occidentales.
Sin tregua para la Kriegsmarine, la Fuerza Aérea Real Británica (RAF) con cazabombarderos Typhoon y P-51 Mustang efectuó el 3 de Mayo de 1945 un duro bombardeo contra los puertos de Neustadt y Schleswig-Holstein en el que viente buques resultaron dañados y dos barcos prisión, cargados con prisioneros de guerra aliados y supervivientes del campo de concentración de Neuengamme, concretamente el Cap Arkona con 6.000 almas y el Thielbeck con 2.000, fueron hundidos por cohetes incendiaros con la consiguiente pérdida de 5.000 vidas en el primero y 2.000 en el segundo (los que no se ahogaron perecieron de hipotermia en las gélidas aguas de 7º grados), lo que supuso otro caso de «fuego amigo» con fatales consecuencias. Ese mismo día, también el acorazado alemán Schlesien fue destruido por una mina acuática que lo hizo embarrancar a poca distancia de la costa de Zinnowitz; mientras que los cruceros Admiral Hipper y Emden hundidos por su propia tripulación en Kiel para evitar que cayesen en manos enemigas.
Hasta el 4 de Mayo de 1945 salieron del puerto de Schwinemünde un total de 36.000 personas a bordo de los cargueros Winrich Von Kniprode, Adele Traber, Cometa, Kronenfels, Weserburg y Aletta Noot. Una vez ocupada esta ciudad por las tropas del Ejército Rojo, la Kriegsmarine continuó con sus esfuerzos en la Península de Hela sacando 46 refugiados entre el 5 y 6 de Mayo gracias a un convoy fletado que estuvo integrado por los destructores Z-25, Z-38 y Z-39; los torpederos T-17, T-23, T-28, T-29, T-33 y T-35; y los transportes Nautik, Linz, Paloma, Havel, Karl Garlster, Hans Lody, Theodor Riedel y Friedrich Ihn.
Coincidiendo con el Armisticio de Reims firmado entre Alemania y los Aliados el 8 de Mayo de 1945, los esfuerzos de la Kriegsmarine continuarion en la evacuación porque de Curlandia un total de 14.400 soldados alemanes fueron extraídos de Liepajâ a bordo de cuatro convoyes repartidos en 65 torpederos (algunos cargados con 200 hombres) y otros 11.300 de Windau a bordo de dos convoyes distribuidos en 71 embarcaciones. De hecho el cañonero alemán Rugard, tras ser atacado por lanchas torpederas soviéticas durante la huida, se defendió a disparos con su pieza de 88 milímetros y consiguió hundir a uno de sus enemigos.
Al amanecer del 9 de Mayo de 1945, el Armisiticio de Reims fue comunicado a todas las unidades navales de la Kriegsmarine que operaban en el Már Báltico. Sin embargo y a pesar de conocerse el alto el fuego definitivo, todavía se produjeron algunos combates aquel día como el ataque nueve lanchas torpederas soviéticas a los remolcadores Strelnieks, Rota y Una, estando los tres cargados de tropas colaboracionistas letonas, siendo el primero hundido con numerosos muertos y el segundo capturado con 670 prisioneros que regresarían a Letonia para ser procesados como «traidores». También durante aquella misma jornada, otro grupo de lanchas torpederas lanzó torpederos contra los dos últimos buques que abandonaron la Península de Hela, el Julius Rütgers con 600 soldados alemanes y el Liesotte Friedrich con 300, hundiendo a este último cerca de la costa, lo que supondría la última baja alemana marítima de la Segunda Guerra Mundial.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial en Europa, todavía buques alemanes cargados de refugiados continuarían su navegación en el Mar Báltico hasta recalar en los puertos de Dinamarca en 14 de Mayo de 1945, fecha en la que se dio por concluida la «Operación Hannibal». Según el recuento de los primeros nueve días de Mayo, las pérdidas humanas fueron de 8.264 personas y las materiales de 45 buques hundidos con 162.910 toneladas.
Al terminar la «Operación Hannibal» a mediados de Mayo de 1945, la pesadilla concluyó en el Mar Báltico con un saldo de decenas de miles de muertos sobre el agua y en una auténtica tragedia humanitaria para Europa Oriental, siendo especialmente triste el hundimiento de los grandes buques Wilhelm Gustloff, General Von Steuben, Goya y Cap Arkona con más de 5.000 muertos a bordo cada uno. A esta desgracia había que añadir las más de 300.000 personas que quedaron atrapadas en sus respectivas zonas embarque, concretamente 200.000 en Curlandia, 60.000 en Hela y 40.000 en el Delta del Río Vístula, que al no haber podido ser evacuadas, sufrieron la violencia del Ejército Rojo en forma de ejecuciones, pillaje, violaciones a mujeres y deportaciones a gulags.
Sorprendentemente y a pesar de los oscuros episodios vividos por la Kriegsmarine, la mayoría de buques llegaron a su destino y más de 2 millones de personas fueron rescatadas, lo que sin duda convirtió a la «Operación Hannibal» en todo un éxito. Según su puerto de embarque, los evacuados fueron los siguientes: 1.347.000 de Danzig, Gotenhafen y Gela, 592.000 de Königsberg y Pillau, 133.661 de Swinemünde, 128.582 de Kolberg, 63.118 de Liepajâ, 47.211 de Windau, 42.318 de Memel, 33.260 de Stolpmünde, 20.568 de Sassnitz, 15.643 de Stralsund, 7.950 de Rostock, 6.800 de Elbing, 6.142 de Wismar, 5.560 de Rügenwalde, 4.100 de Travemünde, 3.850 de Stettin y 2.200 de Greifswald.
El Eje sufrió el hundimiento de 161 buques entre 5 acorazados (Gneisenau, Lützow, Admiral Scheer, Schlesien y Schleswig-Holstein), 2 cruceros (Admiral Hipper y Emden), 1 destructor (Z-28), 1 submarino (U-367) y 152 cargueros, transportes, mercantes, transatlánticos, gabarras, dragaminas, torpederos, lanchas, botes, ferrys, etcétera, totalizando las 559.565 toneladas; y las pérdidas humanas de 31.179 muertos sumando militares y civiles alemanes, así como colaboracionistas de otros países.