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domingo, 23 de julio de 2023

IMARA: Abigail Serrano, la primera francotiradora argentina

 

Abigail Serrano: "del Ballet a la Armada"

La historia de Abigail Serrano es especial. Esta jóven jujeña es la primera y única instructora y francotiradora del país.

Ella es una joven igual que muchas pero diferente a otras; ella soñaba con ser bailarina de Ballet y cambió el presente de la Armada ingresando a un mundo totalmente desconocido marcado por la presencia del hombre con una gran división de género.

Abigail dejó a un costado el tutú y sus zapatillas de Ballet para agarrar un casco y las armas; cambió la música clásica por las órdenes en cada entrenamiento militar, y hoy regresa a la provincia y nos cuenta su camino.

Cómo fueron los inicios de Abigail Serrano en las Fuerzas

Abigail Serrano comenzó su carrera en la Armada Argentina en 2011, “investigando entre las tres fuerzas, la Armada fue la que me interesó” comentaba Abi, a la vez que aclaraba, “en 2011 la introducción de la mujer estaba muy nueva. Yo ingresé siendo la cuarta camada de mujeres, y todos me decían ¿estás segura?”¡ y claro que estaba segura!

“Es difícil pero no imposible” comentaba Abigail

Una postal de Lyudmila Pavlichenko, francotiradora soviética que fue nombrada teniente mayor y que le fue otorgada dada la orden de Lenin por su defensa de Odessa y Sebastopol (Sovfoto/UIG via Getty Images)

Abigail no solo es miembro del grupo de Infantes de Marina, sino que un día, viendo una película que hablaba de Liudmila Mijaílovna Pavlichenko, la primer franco tiradora en el mundo quedó impactada. Esta película marcaría sus pasos, para convertirse hoy en la “única francotiradora mujer en Argentina” o mejor dicho Tiradoras Especial.

Cómo llegó Abigail serrano a ser la única Tiradora Especial del país

Cuando Abi comenzó a averiguar para hacer las capacitaciones de Tiradores Especiales se dio con que en Argentina no había un precedente de mujeres en este camino. En 2021 esta joven jujeña realizó este curso y hasta el momento continúa siendo la única tiradora especial en el país.

"Soy un suspiro... una sombra... no existo... Para cuando quieras darte cuenta que estoy aquí, ya será demasiado tarde..." es otra de las frases de Abigail.

Lo más difícil en esta carrea

Lo más difícil a nivel emocional

“Hay muchas cosas difíciles, pero lo más difícil a nivel emocional fue haber estado en Haití y ver esa realidad. Fue muy valiosa a nivel emocional, muy duro a la vez” comentaba Abigail en sus vivencias como voluntaria de la ONU, “las carencia en Haití son muchas, eso fue difícil verlo y asimilarlo. Asimilar esa realidad que nosotros no nos damos cuenta y no valoramos lo que tenemos” recordaba Abigail puntualizando la carencia del agua en aquel país y manera en la que la desperdiciamos aquí.

Abigail Serrano en una misión de paz de los Cascos Azules en Haití.

Lo más difícil a nivel profesional

“Lo más difícil a nivel profesional fue cuando ingresé a la Armada. Fue un choque para mí. Yo venía haciendo valet y pasé a ingresar a la Marina; eso fue un gran salto” comentaba Abigail, “la exigencia en la Armada es dura, pero en Infantería de Marina es mayor la exigencia”

De interpretar Don Quijote a ser la 1° mujer T.E. de Argentina, miembro de la Armada Argentina e Infante de Marina

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martes, 17 de noviembre de 2020

ARA: TN Estefania Moreni es la primera Comandante mujer del ARA Punta Mogotes

Teniente de navío Estefanía Moreni, la primera Comandante


 

La TN Estefania Moreni oriunda de Mendoza es la 1er Comandante mujer del - ARA Punta Mogotes. Siendo entrevistada por Comunidad Portuaria de Canal 10 MdP. Las fotos pertenecen a Comunidad Portuaria. Gentileza de Gustavo Alessandri a quien agradecemos.


lunes, 25 de noviembre de 2019

COAN: María Luz Juan, mecánica aeronáutica

Pionera aeronáutica: «Me motivó el desafío de hacer algo diferente»


Oriunda de Salta y residente de Bahía Blanca, María Luz Juan tiene 37 años y lleva 17 en la Armada Argentina. Integra la primera promoción de Aeronaúticas Mecánicas y hoy desempeña el cargo Hidráulica e Infraestructura en la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque en la Base Aeronaval Comandante Espora, al sur de la provincia de Buenos Aires.

Gaceta Marinera




ESPORA – Pionera en abrir el camino de posibilidades en la carrera naval de muchas mujeres en la especialidad Aeronáutica Mecánica, María Luz Juan egresó de la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina.»Hubo grandes cambios aquel año en el que ingresé (2002); donde todo era nuevo, no sólo para mí», evocó en retrospectiva.

«Ingresé a la Armada cuando tenía 20 años, cursaba la especialidad Armas Supervivencia –que ahora son orientaciones separadas– y éramos 5 aspirantes femeninos que nos postulábamos para ser, por primera vez, aeronáuticas mecánicas», introdujo. De aquellas 5 mujeres, hoy en actividad se encuentran la Suboficial Segundo Gabriela Barrera y María Luz.




Por primera vez en la Armada Argentina, estaba frente a sus posibilidades seguir la orientación en mecánica en una especialidad históricamente masculina de asistencia al piloto naval y supervivencia de vuelo; siguiendo a las primeras aeronáuticas quienes egresaron en 1994. «Me motivan los desafíos y cuando nos comunicaron que se abría la orientación donde no había personal femenino, quise estar ahí; fue el desafío de hacer algo diferente», enfatizó.

Recuerda que estudió materias que no conocía, como electricidad, motores e hidráulica, y destacó que sus compañeros de cursada la ayudaron mucho. Entre sus primeras motivaciones, además del desafío, estaba la de encontrar una manera de sentirse parte de la Institución: «Estaba convencida de que quien se tenía que adaptar a los varones mecánicos era yo y no al revés, que la única manera de pertenecer era respetando su lugar y estar a la par de ellos; y creo que eso fue lo que marcó una gran diferencia desde el principio en nuestra relación», ajustó.


«Estaba siempre en todo lo que había que hacer y ellos sintieron que yo era uno más y así me siguen viendo, como su compañera siempre integrada. Nunca tendremos la misma fuerza, lo sé, pero estoy ahí, engrasada», sonríe orgullosa. Y así fue como se convirtió en una pionera, «hoy hay muchas mujeres en la aviación, son muy profesionales y hacen muy bien su trabajo», rescató.




La Suboficial Segundo Juan se desempeña en el cargo Hidráulica e Infraestructura en la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque en la Base Aeronaval Comandante Espora, cercana a la ciudad de Bahía Blanca al sur de la provincia de Buenos Aires, localidad donde vive desde los 13 años y actualmente se encuentra con su esposo e hijos.

Con una decena de personal militar a cargo, luego de la formación habitual de la Escuadrilla, la Suboficial Juan se reúne para asignar tareas y distribuir el trabajo del día. Explicó que las aeronaves tienen varios sistemas, entre ellos el hidráulico, del cual específicamente se asiste los comandos de vuelo, se realiza mantenimiento, prueba, detección de fallas y recambio de componentes.

«En esta Escuadrilla no hay tripulantes de vuelo, los Super Etendard son aviones monoplazas, es así que se trabaja por la seguridad y la vida del piloto», expresó.

«Optar por la Armada Argentina es elegir una gran familia»

María Luz se encuentra en la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque hace ya 14 años: «Tanto el conocimiento adquirido como la experiencia específica son muy valiosas; y es por eso que lleva mucho tiempo preparar un aeronáutico para una escuadrilla, por lo que permanecen mucho tiempo también en un destino y no se los traslada, como habitualmente lo hacen otros marinos con otras especialidades».

«Aquí hay personal de muchos años en el mismo destino, siempre con nuevas motivaciones y cargos, por supuesto. Es así como se constituye un sólido equipo de trabajo, y somos una verdadera familia», rescató acerca de la unión y la camaradería que prevalecen.

Como Aeronáuticos, detalló que realizan ejercicios operativos con la Flota de Mar e Infantería de Marina y comisiones al sur del país.




«Optar por la Armada Argentina es elegir una gran familia, un grupo de amigos y compañeros que te enseñan y ayudan a desarrollarte como persona y profesionalmente.»

Corazón bahiense, de raíces salteñas


María Luz Juan nació el 30 de abril de 1982 en Salta capital, y vivió en el barrio Villa Mitre hasta los 13 años, momento en el que decidió mudarse a Bahía Blanca con su papá. Allí hizo la secundaria en el Colegio Nacional y comenzó a estudiar Bioquímica en la Universidad Nacional del Sur (UNS).

«Cuando mi papá decide volver a Salta unos años más tarde, yo estaba recién en el segundo año de la carrera y opté por ingresar a la Armada para trabajar, que aunque estaba cerca (la Base Naval Puerto Belgrano, a 35 kilómetros de Bahía Blanca) no conocía a la Institución realmente», contó.

Se acercó a la Delegación Naval a averiguar y comenzó la carrera que gratamente la sorprendió. En la Armada conoció a su esposo, oriundo de Misiones, con quien tiene dos hijos varones de 9 y 4 años. Continúan viviendo en Bahía Blanca en el barrio San Miguel, muy ligados a las actividades de la ciudad ya que sus hijos hacen rugby en el Club Argentino; y toda la familia baila folklore en El Estribo, una peña de la localidad.

«Mi marido es un gran apoyo en todas las tareas hogareñas y mis hijos como él están orgullosos de lo que hago y siempre están curiosos de mis actividades porque me preguntan y siguen mi trabajo», agradeció.

Allá en Salta quedaron sus raíces y seres queridos: su mamá, quien es preceptora; dos de sus hermanas, quienes también optaron por ingresar a una Fuerza, ellas son policías; tiene a sus sobrinas; y también a su papá. Cada vez que puede viaja a verlos. Luz apuntó que tiene otro hermano que se encuentra en Buenos Aires.

Ellos también vienen a visitarlos, por ejemplo a medidos de junio pasado vino su mamá cuando María Luz recibió la tradicional Espada de Mando, aquella que es entregada cuando se asciende en jerarquía de cabo a suboficial, paso transcendental en la carrera naval e importante como símbolo de mando.



«De mi provincia extraño el paisaje, el folklore, la comunidad, la tradición; es hermoso… extraño todas esas cosas que no se pierden aunque uno se encuentre lejos», dijo con añoranza.

«Dentro de la Armada, aunque cada uno haga sus actividades, todas ellas te reconfortan el espíritu porque sos alguien cumpliendo una misión en la Institución. La Armada es mi vida y servir a la Patria es lo que hacemos todos los días, desde el tiempo dedicado al estudio hasta el tiempo de trabajo, dando lo mejor de uno con vocación y amor», concluyó la pionera aeronáutica.

domingo, 17 de noviembre de 2019

COAN: Alejandra Luquez, una correntina en Punta Indio

 «La Armada Argentina es mi forma de vivir y parte de mi familia»


La Teniente de Fragata del Cuerpo Profesional Técnico Alejandra Luquez, quien se crió en Curuzú Cuatiá, es la Jefe de Detall de Logística, de Adiestramiento y de Electrónica de la Base Aeronaval Punta Indio, en la provincia de Buenos Aires. Nos contó cómo es su vida de servicio y vocación naval.

Gaceta Marinera



Punta Indio – Con 36 años, Romina Luquez es la única mujer radarista en la Base Aeronaval Punta Indio (BAPI): «Estoy cumpliendo mis expectativas. Soy la única mujer y me siento una más, ya que compartimos todo», introdujo.

La Teniente de Fragata relata que su vocación vino en parte gracias a su padre quien hizo el Servicio Militar Obligatorio en la Armada Argentina y le inculcó los valores de pertenencia a la Institución, hasta tal punto que el 11 de septiembre del 2001 –un día del maestro feriado para ella en su escuela– decidió ir a la Delegación Naval más cercana en su provincia para inscribirse e iniciar la carrera militar.

Su familia recibió de la mejor manera su incorporación a la Fuerza: «Ellos lo sienten como un orgullo, aunque no entienden mucho, a excepción de mi papá, que trata de explicarles un poco», contó.

Dentro de la Armada Argentina comenzó su periplo el 2 de febrero del 2002 con un período de formación en la Escuela de Suboficiales de la Armada donde se recibió a fines de ese año como Cabo Segundo en la especialidad Aeronáutica Operaciones Radarista; su primer destino fue en la Base Aeronaval Comandante Espora, cercana a la ciudad de Bahía Blanca.

El desafío de superarse a uno mismo

Romina Alejandra cuenta que en el 2017 se planteó un desafío en su carrera: decidió solicitar el Curso de Ascenso de Suboficial a Oficial (CASO). Se desarrolla en la Escuela Naval Militar, escuela de formación de oficiales de la Armada.


«Fue un desafío a uno mismo, me quería superar, y contaba con el apoyo de mi familia. Hoy en día estoy en el segundo año de Teniente de Fragata», destacó. «Lo que más me marcó fue mi primer operativo, que lo hice con un Tracker –en la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina perteneciente a la Fuerza Aeronaval N° 2, ubicada en la Base Espora–. Fue la primera vez que salí en comisión, estaba nerviosa pero iba con un suboficial muy experimentado».

Su trabajo actual como Oficial Cuadrante Operativo en Punta Indio

«Ahora soy parte de la tripulación de vuelo, soy Oficial Cuadrante Operativo (OCO). En un caso SAR (Search and Rescue, siglas en inglés), por ejemplo, durante un operativo de salvamento y rescate se alistan piloto, copiloto, mecánico de vuelo, comunicante, OCO y radarista», contó sobre su función a bordo.

El Oficial Cuadrante Operativo es la persona que planifica el vuelo junto con el copiloto y planea toda la navegación, itinerario, altura de vuelo, misión, entre otras variantes.

Una infancia con acento correntino

Romina Luquez hizo un recorrido por su infancia en el Barrio Yagua Rincón de Curuzú Cuatiá: «Allá fui a la primaria a la Escuela Sarmiento N° 564 y la secundaria la hice en el Colegio ‘General Manuel Belgrano’. La vida es muy parecida a lo que es Verónica –ciudad bonaerense donde se encuentra ubicada la Base Aeronaval Punta Indio–: un poblado chico, donde podías andar en bicicleta por todas lados y jugar con los vecinos del barrio; era lo mejor», rememoró.

También destacó la cultura culinaria de Corrientes: «Los asados de mi mamá y el guiso de harina son lo mejor». El guiso de harina o Mbaipí es un plato con raíces guaraníticas, muy nutritivo y calórico; una comida típica de la gastronomía correntina que se consume en todo el Noreste argentino.

«El guiso se prepara con todo como un guiso común, pero en vez de echarle arroz o fideos, se va incorporando la harina, luego el chorizo, y lleva cebolla de verdeo picada al final», detalló.

miércoles, 24 de abril de 2019

ARA: María Inés Uriarte, primera mujer almirante

Pasó más de 35 años en Punta Alta y es la primera mujer almirante en la historia naval


Se trata de María Inés Uriarte, también ingeniera química y docente.








La rionegrina María Inés Uriarte, que vivió más de 35 años en Punta Alta, se convirtió en las últimas horas en la primera mujer que accede al almirantazgo en la historia de la Armada Argentina.

Es porque el Senado de la Nación aprobó su ascenso al grado de contralmirante a través del expediente 214/15.

Uriarte tiene 61 años, está casada y tiene 3 hijas. Nació en Lamarque (provincia de Río Negro) y pasó la mayor parte de su carrera en la base naval de Puerto Belgrano.

A Punta Alta llegó en 1977 y se quedó hasta hace 2 años, cuando la trasladaron a España para cumplir funciones como agregada naval.



Primera en casi todo

integró la primera promoción de oficiales mujeres ingenieras en 1981, dos años antes había ingresado como civil y se desempeñaba como profesora de Química y física.
en 2009 ascendió a capitana de navío y se convirtió en la primera en alcanzar ese grado
en 2013 fue la jefa del servicio de análisis pertivo, armas y guerra electrónica y especialista en informática (ya había ejercido la subjefatura)

María Inés Uriarte integró la primera promoción de oficiales mujeres ingenieras que ingresó en 1981.

En 2009 fue la primera capitana de navío, en 2011 estuvo al frente de la primera Oficina de Género en la base y en 2013 fue la jefa del Servicio de Análisis Opertivo, Armas y Guerra Electrónica.

La contralmirante es además docente y como ingeniera química egresó de la Universidad Nacional del Sur.



De 1986 a 1990 fue jefa del Centro de Cómputos; de 1991 a 1995, del Departamento Programación; de 1996 al 97, a cargo de Informática del Comando de la Flota de Mar; de 1998 hasta 2003, del Departamento de Programación del Servicio de Análisis Operativos, Armas y Guerra Electrónica (SIAG).

En 2004 llegó a la jefatura del Departamento de Sistemas Informáticos Operativos y del área de Sistemas de Información.

Reconocimiento

En 2005 fue elegida Mujer Rosaleña. (senado.gov.ar y La Nueva.)

viernes, 8 de febrero de 2019

Argentina: Proponen nombrar al puerto de Posadas en homenaje a Krawczyk

ARA San Juan: piden que el puerto de Posadas lleve el nombre “Teniente de Navío Eliana Maria Krawczyk”





La iniciativa propone homenajear a la misionera, quien era la única mujer entre los 44 tripulantes que perdieron la vida en el naufragio del submarino. Su hermana Silvina Lucía Krawczyk le escribió una carta al gobernador, Hugo Passalacqua, expresando ese deseo.

Con una sentida carta, Silvina Lucía Krawczyk, le pidió al gobernador de Misiones, Hugo Passalacqua, que el puerto de Posadas lleve por nombre “Teniente de Navío Eliana Maria Krawczyk”, en honor a su hermana, quien fuera la primer submarinista en obtener el cargo de oficial de la historia Argentina, primera submarinista de Sudamérica y de Latinoamérica y única mujer integrante de la dotación de 44 marinos del ARA San Juan, que perdieron la vida en el naufragio del submarino.

Silvina destaca en el escrito que su hermana era una persona “con compromiso, vocación, abnegación y amor a la patria”, y señala que “ el homenaje no conlleva una carga política ni partidaria”.

La carta completa:

“Me dirijo a usted para solicitarle tenga a bien considerar la posibilidad de que el nuevo puerto de la ciudad de Posadas, que se inaugurará en los próximos meses, lleve el nombre de “Teniente de Navío Eliana Maria Krawczyk”, oficial de la Armada Argentina y Jefe de Armas del submarino S-42 ARA San Juan, quien pereció en el naufragio del buque junto a sus 43 camaradas el 15 de noviembre de 2017, hija dilecta de la provincia de Misiones, más precisamente de la ciudad de Oberá.

En tiempos donde se hace difícil encontrar en una persona los valores de compromiso, vocación, abnegación y amor a la patria, mi sugerencia creo que es atinada, además su nombre no conlleva una carga política ni partidaria, es una ciudadana argentina, heredera del derrotero de Hipólito Bouchard y Guillermo Brown, que juró servir a la patria en una de las instituciones militares de la Nación, a la cual entregó su vida en nombre de todos sus compatriotas, como se juramentó desde que ingresó a la fuerza naval.

A la espera de una pronta respuesta lo saludo atentamente.”

Un proyecto en marcha

Acompañando el petitorio de la familia y considerando “un homenaje a la altura de esta héroe misionera y argentina”, Podemos Misiones entregó el año pasado un proyecto al secretario legislativo, Gabriel Manito, proponiendo el nombre de Teniente Eliana Maria Krawczyk para el futuro puerto de la ciudad de Posadas.

Las consideraciones del proyecto de Podemos

“Nacida el 5 de marzo de 1982, ingresó en la Armada Argentina cuando esta fuerza abrió sus puertas a las mujeres en 2002. En 2003 rindió el ingreso a la Escuela Naval Militar y en 2004 ya integraba la promoción Nº 137. En 2009 se convirtió en oficial y tres años más tarde, ingreso a la Escuela de Submarinos, una fuerza que nunca había sumado mujeres a sus filas en 71 años de historia. En 2012 realizó el curso y embarcó durante cuatro años en el submarino ARA Salta, luego cambió al ARA San Juan, donde se desempeñaría con el cargo de Jefa de Armas. A inicios de 2017 fue promovida a teniente de navío dentro del escalafón naval de la Armada Argentina.

Consideramos que esta “Reina de las Aguas” nos brinda un legado de prosperidad y otorgar su nombre al nombre al Puerto, cuya importancia estratégica por la conexión con redes fluviales de Paraguay, Uruguay y Brasil y la posibilidad de articular redes con posible salida al pacifico suma mayor valor a este emprendimiento sumamente importante para nuestra provincia.

Su condición de mujer jamás la detuvo de perseguir sus sueños de niña misionera, capaz de romper con los estándares culturales de cargos predestinados a ser ocupados por hombres. Su valentía debe ser una orgullo latente para todos los misioneros pero también un ejemplo en el mundo entero. Reconocida por sus pares como una trabajadora incansable, por su compañerismo y por su misionerismo más profundo. Esperamos que algún día los vientos que cruzan los ríos y los mares de este gran país tengan un destino y un Puerto que lleve su nombre hacia la eternidad.

Por lo brevemente aquí expuesto y con la firme voluntad de reconocer la trayectoria, la valentía y la vocación, y por ser la primera mujer en recibir el cargo de Oficial en la historia de la Armada Argentina y primera submarinista de América Latina solicitamos la aprobación de dicho proyecto.” (MISIONES ONLINE)

Fundación Nuestro Mar

martes, 6 de marzo de 2018

ARA: La experiencia de una cabo tucumana

La Cabo Segundo Villareal, de Tucumán, cuenta su experiencia de ingreso a la Marina y como sonarista




La joven tucumana nació hace 23 años en San Miguel y vivió en el barrio San Cayetano hasta que ingresó a la Armada Argentina en 2015. Luego de un año en la Escuela de Suboficiales egresó como Cabo Segundo Operaciones Sonarista y fue destinada a principios de 2017 a la corbeta ARA "Drummond" con asiento en Mar del Plata. Allí concretó su anhelo de navegar y es donde continúa prestando servicios.

Yenifer Daiana Villareal se acercó antes de finalizar su secundario a la Delegación Naval de Tucumán y desde ese momento quiso ser parte de la Fuerza. Sin familiares, amigos o conocidos en la Armada, estaba realmente convencida y eso es lo que la llevó a batallar por su destino.

Un test vocacional la orientó hacia las Fuerzas Armadas y de Seguridad cuando aún cursaba la educación media. "En la delegación me comentaron sobre las escuelas y las especialidades y recuerdo que me entusiasmé mucho con el uniforme y las ganas de conocer el mundo. Ya tenía ganas de estar en la Armada pero cuando le comenté a mi familia sólo a mi papá le gustó la idea. Mi intención era ingresar a los 17 con el permiso de mis padres, pero mamá insistió en que terminara el secundario e hiciera el viaje de egresado y acepté", explicó.

Igualmente decidió no hacer el viaje. "Empecé a preparar el ingreso en una academia pero mi papá enfermó con cáncer y lo pospuse porque le dieron poco tiempo de vida". Ese año, Yenifer cursó Maestra Jardinera y su papá falleció. "Antes de hacer el segundo año, recapitulé y le volví a preguntar a mi mamá de seguir con la academia porque eso era lo que realmente quería; logré el consentimiento de ella y de toda la familia y le puse pilas al estudio para ingresar en 2015".

Ahora extraña Tucumán, levantarse, ver a su mamá (Elsa Virginia Medina) tomando mate a la mañana y acompañarla. Es la más chica de sus hermanos, Rodrigo y Cristian siguen viviendo en Tucumán como su mamá. Rodrigo está casado y tiene dos hijos y Cristian, estudia Profesorado en Educación Física. También contó que le gustaba y le divertía mucho hacer handball en su provincia.

"El primer año en la Armada fue difícil, extrañaba mucho porque soy muy familiera", confesó, pero con el tiempo fue adaptándose en pos del sueño que quería cumplir. Todo era nuevo para ella, "desconocía lo que me esperaba y tenía miedo de no saber qué hacer; entendía poco y casi ningún término marinero, pero fui acostumbrándome", recordó.

"Si hoy tuviera que definir a la Armada sería con dos palabras: voluntad y sacrificio. Creo que la Fuerza de voluntad es la que la lleva a uno donde está; si uno se lo propone y quiere, llega y lo hace, y aunque la distancia y el estar lejos de la familia es el sacrificio para hacer lo que te gusta, es parte de lo que uno elige", aseguró la tucumana.

Y su primer destino fue embarcar en la "Drummond" sin conocer Mar del Plata. "Llegué a la terminal y fui directamente a la Base Naval a buscar en la dársena la corbeta. Fui leyendo cada uno de los nombres de los buques que estaban amarrados. Me recibieron muy bien en la embarcación y estoy muy contenta con el pase que me dieron, contenta de navegar".

Apenas llegó a su destino, la corbeta brindó seguridad náutica a la Regata Oceánica Buenos Aires-Río de Janeiro y Yenifer contó que no podía creer que estaba en Brasil. De su especialidad naval eligió ser sonarista y en navegación, cumple tareas específicas en el sonar como guardias de vigía.

Contó también que durante las navegaciones lee mucho, es uno de sus hobbies como correr, "me gustan las historias de amor y compro muchas novelas románticas--sonrió. No llevo ningún otro objeto durante los viajes, sólo un par de libros y las fotos de mi familia en el celular", concluyó.


Sobre la corbeta ARA "Drummond"

La corbeta pertenece a la División de Patrullado Marítimo del Área Naval Atlántica de Mar del Plata y su Comandante es el Capitán de Fragata Daniel Marcelo Jara.

Es del tipo A-69 y desarrolla anualmente diversas actividades operativas de patrullado marítimo en la Zona Económica Exclusiva, control del mar y ejercicios navales conjuntos y combinados. Tiene la finalidad de alistar, adiestrar y sostener los medios a su disposición a fin de efectuar operaciones navales de exploración en el Área Naval Atlántica, participar de operaciones SAR, brindar apoyo a la comunidad ante catástrofes naturales, entre otras tareas.

Entre las actividades realizadas en 2017, brindó apoyo y seguridad náutica a la 25º Regata Oceánica Buenos Aires- Río de Janeiro de la que participaron 23 veleros de Argentina, Brasil y Uruguay. En esta oportunidad, los yates de la Armada "Fortuna II" y "Fortuna III" participaron de ella y este último velero obtuvo la Cinta Azul por cruzar primero la línea de llegada en Río de Janeiro.

La "Drummond" se puso a disposición en el marco del monitoreo y seguridad brindado por la Armada a través de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate (SAR). Durante la competencia de más de mil millas náuticas (2.079 km), la corbeta tuvo a su cargo el control informativo de los barcos, por lo que mantuvo actualizadas sus posiciones. También, la unidad difundió boletines meteorológicos y enmiendas al pronóstico; contó a bordo con un equipo médico destinado a prestar atención sanitaria, y con botes y nadadores de rescate para asistir a los tripulantes.

Además, durante 2017, la corbeta "Drummond" operó en el mar junto a unidades de la Flota de Mar y la Aviación Naval.

(PRIMERA FUENTE)
Fundación Nuestro Mar

sábado, 18 de noviembre de 2017

ARA: Eliana Krawczyk, primera submanirista esta a bordo del ARA San Juan

En el ARA San Juan navegaba la primera mujer con cargo de oficial submarinista de la región

Eliana María Krawczyk es una de las tripulantes del submarino desaparecido
Infobae


Eduardo es padre de Eliana María Krawczyk, la primera submarinista en obtener el cargo de oficial de la historia argentina. Está preocupado. Su hija es una de las tripulantes del submarino ARA San Juan, que desapareció tras perder contacto por un presumible incendio en la zona de baterías.

"La Armada guarda total hermetismo", señaló Eduardo Krawczyk.

La última vez que vio a Eliana fue hace dos semanas, antes de que el navío zarpe.  "Me dijo que estaba contenta de estar embarcada. Ella es jefa de armas del submarino. No es un oficial que se recibió y quedó ahí nomas, ella sigue estudiando", añadió.

Krawczyk, de 34 años, estudió Ingeniería Industrial en su Oberá natal. Sin embargo, en un momento decide abandonar la carrera para entrar a la Armada. Había visto una propaganda en internet sobre la vida en los buques de guerra y se interesó. En 2003 rindió el ingreso a la Escuela Naval Militar, le fue bien y en 2004 ya estaba integrada en la que sería la promoción Nº 137.



Cuando llegó a Mar del Plata, cuna de los submarinos, tuvo una atracción fuerte por ellos. Quería formar parte de esa tripulación. Parecía un deseo difícil de cumplir: en sus 71 años de historia, la fuerza nunca había incorporado mujeres en sus filas. Egresó en 2008 y ese año, hizo su viaje de instrucción a bordo de la fragata ARA "Libertad".

Tras esa travesía que constó de ocho meses y en la que dialogó largo y tendido con otras suboficialistas submarinistas, se convenció de anotarse en el curso de submarinos y buceo de La Feliz. Así fue cómo se convirtió en una pionera en la actividad.

"Era la pasión de ella, el amor de ella es el mar", afirmó Eduardo Krawczyk. "Es la primer mujer argentina en llegar a oficial. Y de Sudamérica", agregó, orgulloso.

Sin embargo, desde que el submarino perdió todo tipo de rastro, la intranquilidad se apoderó de la familia. "Yo me levanto antes de las 6 para rezar el Rosario y pedir por ella y toda mi familia. Mi hijo estaba con internet cuando apareció la noticia (de la desaparición) – se emociona- Mi percepción es que tanto la tripulación como ella están bien".

"Ella sola se hace querer. Ella ve un perro abandonado, lo recoge y lo lleva al veterinario, lo cura. Es de un corazón inmenso, además del coraje que tiene", afirmó el padre.


El “ARA San Juan”. (Armada Argentina)

El "ARA San Juan" desapareció cuando realizaba ejercicios de vigilancia en la zona económica exclusiva, a la altura de Puerto Madryn, cuando habría sufrido hace más de 36 horas una falla y posterior incendio en el banco de baterías, el sistema que almacena la energía eléctrica abordo.

A partir de ese momento, se cortó todo tipo de comunicación entre la tripulación de 37 personas y la Base Naval de Puerto Belgrano.

Desde anoche, un operativo de rescate dispuesto por el Comando Naval de Tránsito Marino intentaba localizar al submarino. Hubo versiones en las últimas horas que apuntaban a haberlo encontrado. Sin embargo, la información era incorrecta.

"Todos me preguntan si me asustan los submarinos. Y no. Para mí son impresionantes, algo intrigante y emocionante. Es otra vida. Está la misma camaradería que en un buque pero hay lazos de unión más intensos en la dotación", señaló Eliana en una entrevista a un portal, hace tres años. "Si me veo como comandante de un submarino? ¡Sí! Pero falta tiempo para eso…".

jueves, 29 de junio de 2017

COAN: La "Vikinga" Britos, controlando la pesca ilegal

La "Vikinga" de la Armada: por primera vez en la historia, una mujer controla buques desde el aire
Se llama Moira Daniela Britos Escudero, tiene 28 años y es oficial de control operativo.



La "Vikinga" de la Armada: por primera vez en la historia, una mujer controla buques desde el aire
La "Vikinga" y el B200, contra la pesca ilegal en aguas argentinas. (Foto: Mario Quinteros)


Emilia Vexler | Clarín

Armada Argentina
─10 grados por derecha. Ya lo tienen que tener en visual, señor.

Eso dice, en el aire y sobre el Mar Argentino, la marplatense Moira Daniela Britos Escudero, la primera mujer que se convirtió en oficial de control operativo (OCO) desde que se creó la Aviación Naval argentina el 11 de febrero de 1916.

A los 28 años, como parte de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima (EA1V) en la base de Punta Indio, combate la pesca ilegal que hacen buques extranjeros (sobre todo chinos, coreanos, taiwaneses y españoles) en nuestras aguas, dentro de la llamada Zona Económica Exclusiva o "milla 200": los 370 kilómetros contados desde la costa.

Cuando los pilotos hacen contacto visual, a unos 30 segundos del objetivo, comienzan a descender de 10.000 pies (alrededor de 3.000 metros) a 300 pies (90 metros). Y cuando están por pasar encima, “Vikinga”, tal su nombre de guerra, pide: “Atención, atención”, y se le saca una foto al pesquero infractor.

─Top, top, top ─dice el copiloto, para marcar la posición exacta.

Esto sucede durante el segundo operativo en el que interviene "Vikinga" desde que logró su habilitación el 26 de mayo último. Clarín estuvo en ese vuelo.

Ella no ve nada fuera del avión: está sentada en la parte de atrás del Beechcraft 200 Super King Air (B200), de costado y frente a una pantalla.

Pero es la que manda: crea la parte táctica, que es el corazón de la misión. Tiene que tomar decisiones más allá del piloto y el copiloto, que se encargan de la seguridad aérea.


A este lo detectaron con el sistema de identificación apagado. (Foto: Mario Quinteros)

“Es la primera vez que tengo personal femenino ─le comparte a Clarín el capitán de fragata Gabriel D'Alessandro, líder del equipo─. Si bien ella no pertenece a la escuadrilla, la tenemos adoptada."

A principios de junio "Vikinga" tuvo su estreno como oficial de control operativo. Fue una vigilancia de tráfico marítimo en Ushuaia: 4 horas y media de vuelo mirando un GPS de tecnología militar, lo cual requiere entrenamiento y una exigencia física extra para no marearse.

“Todos me decían: 'Quizás te descomponés', y yo les decía que no, que en los buques no me pasaba ─cuenta "Vikinga"─. Bueno: aterricé transparente. Y eso que no estaba mirando la pantalla; simplemente estaba de costado, en mi posición."

Ahora tiene la capacidad de recuperarse enseguida, apenas detecta que se está mareando.

“No siempre tenés el cuerpo igual. Quizás ese día el avión se movió o giró más y eso te descompone. Pero hay que seguir. No parás: eso te lo da la práctica”, dice y hace el gesto firme con la mano marcando hacia adelante.

Hay un truco y ella se lo mostró a Clarín antes del operativo hasta la Bahía de Samborombón: tratar de girar el cuerpo lo más posible hacia el frente durante el despegue.

Sin embargo, se complica con el cinturón de seguridad abrochado de costado y el enorme chaleco de supervivencia SV2, que se agarra desde las piernas y tiene kit de primeros auxilios, espejo, un pequeño tanque de oxígeno, cuchillo de guerra y salvavidas LPA 2.

Ya en vuelo, una ayuda extra es mirar hacia la cabina -esquivando las cabezas de 2 tripulantes, el piloto y el copiloto- hasta fijar la vista en la línea del horizonte: “Igual ─bromea─, todos llevamos bolsitas".


"Vikinga" dirige la táctica en los operativos contra la pesca ilegal. (Foto: Mario Quinteros)

Otro código que dice "Vikinga" es “Duende sin correlación AIS”. Quiere decir que ve un buque en el radar pero que tiene apagado el Sistema de Identificación Automática: es decir, no informa qué barco es, su posición y qué hace en la zona.

Al escuchar esa indicación de la oficial de control operativo, el comandante cambia el rumbo y la nave desciende para identificar al infractor, que luego deberá explicar por qué no tenía encendido el AIS.

En esta época del año la zona de mayor interés para la pesca ilegal está en el sur, principalmente en el “lateral Trelew”, provincia del Chubut.

Ahí se da la mayor concentración de buques poteros: de 200 a 300 barcos que desde un vuelo nocturno forman como una ciudad de luces sobre el Mar Argentino, porque con sus reflectores atraen a los calamares Illex argentinus (de 30 centímetros, viven 2 años).


No es lo que parece: son decenas de naves extranjeras cometiendo delitos. (Foto: Daniel Feldman)

La depredación se da por el sistema de postas: un centenar de líneas con anzuelos, que suben y bajan y enganchan a los calamares que se acercan a la luz. Y de paso también atrapan otras especies que pueden estar en veda.

Además, esos buques tienen una capacidad de carga inferior a 100 toneladas. Entonces guardan la vaina del calamar y tiran el resto. Por cada tonelada que ganan, vuelve otra al mar y lo contaminan.

Cuando no hay vigilancia de la Armada, los buques entran a la milla 200 y provocan pérdidas millonarias al Estado nacional.

Otra responsabilidad de la escuadrilla de "Vikinga" es el denominado SAR, por "search and rescue": búsqueda y rescate. Ella dispone.

"Si no soy precisa al hacer los cálculos, puede que se pierdan vidas", dice la mujer, que también es la jefa de la Estación de Comunicaciones de Punta Indio.

El 17 de junio último, 2 días después del vuelo que Clarín compartió con "Vikinga", el pesquero de argentino Repunte se hundió frente a las costas de Rawson (Chubut).

Hasta ahora hay 3 muertos y 2 marineros rescatados. El 22 de junio el B200 de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima se sumó a la búsqueda de los 7 tripulantes que permanecen desaparecidos.


Piloto, radioperador, oficial de control operativo, copiloto, fotógrafo y radarista. (Foto: Mario Quinteros)

Las Fuerzas Armadas se dividen en oficiales, suboficiales y tropa. En la Marina los oficiales tienen 3 categorías: superiores (almirante, vicealmirante, contralmirante, comodoro de marina, capitán de navío), jefes (capitanes de fragata y de corbeta) y subalternos (teniente de navío, teniente de fragata, teniente de corbeta y guardiamarina).

"Vikinga" es "la teniente de corbeta Britos".

Ojos claros, rubia con claritos, mide 1,75: traslada la firmeza del cuerpo a su voz poderosa.

Una mujer cálida: con aritos de perla, rímel y un gloss rosado en los labios que abrillantan sus brackets y la hacen parecer más chica.

Una mujer dura: que aguanta la distancia y representa a un género que -muy de a poco- se va colando entre tanto verde militar masculino.

Aún le falta para alcanzar a María Inés Uriarte, quien en 2015, con 61 años, se convirtió en la primera mujer que llegó a contralmirante en la historia naval argentina.

"Cuando el curso de operador de control operativo ya estaba avanzado, me dijeron: '¿Sabés que sos la primera?'. Porque no había habido comunicantes mujeres que hayan pedido el curso o se les haya dado la oportunidad de pedirlo. Fue un toque de color. Está bueno que se difunda para que todas sepan que lo pueden hacer”, señala "Vikinga".


Seria para la foto, sonriente para su vida en la base. (Foto: Mario Quinteros)

En la Escuadrilla de Trelew ya otra mujer comenzó a hacer el mismo curso.

“Estar rodeada de hombres, que sea un ambiente netamente masculino, no es un problema para mí. Las mujeres nos integramos muy bien a la Armada y aprendimos a trabajar a la par. Hacemos lo mismo ─afirma 'Vikinga'─. Ha costado un poco en el ámbito de camaradería. Como si entrás en un vestuario después del fútbol: hay mayoría de hombres y surgen más temas de hombres. Pero muchos se han ido acostumbrando."

Las mujeres entraron en la estructura de las Fuerzas Armadas a principios de los 80, entre el desembarco en Malvinas y el inicio de la democracia, y a finales de los 90, cuando terminó el Servicio Militar Obligatorio y se incorporó personal femenino al Cuerpo Comando (no sólo al profesional).

Además, a partir de 2006, durante el kirchnerismo se implementaron políticas de género en el Ministerio de Defensa liderado por Nilda Garré.

El hito fue la resolución 849, que eliminó la prohibición del acceso o la permanencia en instituciones de educación militar para mujeres embarazadas, en período de lactancia o con niños.

Según datos oficiales que procesó la Oficina de Políticas de Género del ministerio en 2014, de las mujeres en formación militar 585 eligieron la Armada, 384 el Ejército y 9 la Fuerza Aérea, que históricamente es menos permeable a la cuota femenina.


"Vikinga", dando la información en el prevuelo. (Foto: Mario Quinteros)

En la base, "Vikinga" tiene una compañera comunicante y una radarista. Y además menciona a oficiales del escalafón profesional: “una contadora, una abogada, una odontóloga y una bioquímica”.

“Siempre somos menos de la mitad. O un tercio. Pero el número va aumentando. Se van animando más ─dice─. En mi promoción egresamos 60 y éramos 14 mujeres.”

La primera promoción "con femeninas" de la Escuela Naval tuvo 4 mujeres.

En Punta Indio "Vikinga" vive en la casa de oficiales. Tiene un camarote para ella sola. Viaja a Mar del Plata, su ciudad natal, una vez al mes. Y no está en pareja.

“Es difícil que un hombre entienda todas estas cosas. Igual prefiero uno civil", dice.

Las guardias duran una semana. Pilotos, radaristas, vigías y oficiales de control operativo saben que durante ese lapso no pueden estar a más de una hora de la base. Por ejemplo: ante una alarma de búsqueda y rescate, en 2 horas deben estar en el aire.

Antes se prepara un prevuelo (o briefing) y "Vikinga" también es protagonista: da la información que pasa Operaciones y la meteorología, mientras los mecánicos preparan la nave.


Alta en el cielo, anclada en el mar

Ahora anda en aviones, pero ella quiere estar al frente de un barco.

“Me voy a llevar el conocimiento de control operativo desde el aire y así servir como integración entre la aviación naval y los buques. Porque si bien somos todos de la misma fuerza, trabajamos en ámbitos separados y cuesta un poco mirar al costado y ver qué necesita el otro”, dice.

Los traslados en la Marina se dan cada 2 años, según la necesidad de cada unidad. Pero en el caso de "Vikinga", necesita cumplir millas navegadas para comandar un buque.

No se sabe su destino. Tal vez sea la base naval Puerto Belgrano, en el distrito de Coronel Rosales, cerca de Bahía Blanca. Ella puede elegir su preferencia, pero la Armada decide.

Sobre su nombre de guerra, “Vikinga” aclara: “No lo elegís, te lo asignan”. Los instructores de la Aviación Naval los ponen, sólo a los tripulantes.


"Soy un pato: un poco en el aire, un poco en el agua." (Foto: Mario Quinteros)

Cree que por su altura y la blancura de su piel -tiene ascendencia irlandesa- quizá la vincularon a la imagen de una guerrera nórdica.

Pero le da una vuelta más al apodo que le asignó el comandante D'Alessandro (alias “El Nono”): “Como voy a ser punta de lanza para un montón de cosas, calculo que también por ese lado va el sobrenombre. Y me gustó".

Nadie de su familia siguió la carrera militar. Conoció el mundo de la Armada en jornadas de puertas abiertas en la base marplatense.

Fue, vio, le gustó y hoy es la teniente de corbeta Moira Daniela Britos Escudero, la primera oficial de control operativo en la historia de la Aviación Naval. La "Vikinga".

viernes, 30 de diciembre de 2016

Chile: Marinos perversos

Escándalo en la Armada de Chile: marinos colocaron cámaras para espiar a sus compañeras en la intimidad
Los uniformados instalaron dispositivos de grabación en puntos seleccionados de los dormitorios del personal femenino de la fragata Almirante Lynch. Fueron procesados
Infobae


Las marineras eran espiadas por sus compañeros de barco

Ocho tripulantes de la fragata Almirante Lynch de la Armada de Chile fueron procesados por la Justicia Naval, acusados de instalar un sistema de cámaras ocultas para espiar a sus compañeras en la intimidad de sus dormitorios.

Según señalaron las fuentes, los uniformados, con grados desde marineros hasta sargentos, instalaron las cámaras en puntos estratégicamente seleccionados de los dormitorios del personal femenino de la fragata y luego compartieron las imágenes a través de un grupo de WhatsApp y otras redes sociales.

Las víctimas fueron seis mujeres con grados que iban desde marinero primero hasta sargento segundo, que fueron grabadas mientras estaban en ropa interior o desnudas en sus habitaciones.

Un noveno involucrado fue excluido del proceso tras demostrar que no sabía nada del asunto, mientras tres fueron procesados por incumplimiento de deberes militares, pues aunque no participaron en el espionaje, tenían conocimiento de éste y no lo denunciaron, como era su obligación.

Los otros cinco, de los que uno está detenido y los demás en libertad provisional, fueron procesados por vulnerar el artículo 161 letra A del Código Penal, que sanciona delitos que vulneran la intimidad de las personas.


La fragata Almirante Lynch

El caso se destapó cuando otro tripulante del buque se enteró y dio cuenta de este a sus superiores, tras lo cual las víctimas decidieron continuar integradas a la tripulación de la fragata, según dijo a radio Cooperativa el comandante Leonardo Chávez, de la Dirección de Comunicaciones de la Armada.

"Lamentamos en nombre de la Armada de Chile esta situación. Es algo que nosotros rechazamos completamente. Les hemos dado todo el apoyo a las personas involucradas o afectadas y respetamos nuestro compromiso con el respeto a la privacidad, no sólo de las mujeres, sino de todos los miembros de la institución", indicó.

"En estos momentos está todo bajo una investigación administrativa. Este hecho fue denunciado por compañeros de las funcionarias afectadas, se siguió el proceso dentro de la línea de mando, fue informado el comandante y él puso esta información a disposición de la Fiscalía", explicó.

"Lo primero que hicimos fue desembarcar a los involucrados, que fueron detenidos inicialmente, y a las involucradas se les dio apoyo psicológico y se les ofreció la alternativa de desembarcar, pero ellas decidieron quedarse a bordo, porque obviamente entienden que es una cosa aislada y tuvieron todo el apoyo, como correspondía, del resto de sus compañeros", cerró.

viernes, 18 de marzo de 2016

Miho Otani, primera comandante de destructores japonesa

Primera mujer comandante de destructores japoneses

BmpD

Según los medios japoneses el 29 de febrero de 2016, en una ceremonia realizada en Yokosuka se comisionó a la comandante Miho Otani en el puesto de comandante de destructor de las Fuerzas de Autodefensa Naval del Japón DD 152 Yamagiri (tipo Asagiri, en servicio desde 1989). Con 44 años de edad, Miho Otani se convirtió en el primer comandante hembra de un destructor (y todas las principales clases de buques de guerra) en la historia de la flota japonesa.




La comandante Miho Otani en la ceremonia de inauguración del comandante del destructor DD 152 Yamagiri de las Fuerzas de Autodefensa Naval del Japón. Yokosuka, 29/02/2016 (c) Fuerzas Navales de Autodefensa de Japón



Anteriormente, Miho Otani partir de marzo de 2013 al mando de la nave de entrenamiento de 3513 de TV Shimayuki (ex destructor DD 133 Tipo Hatsuyuki, convertida en un buque escuela en 1999), y antes de eso fue asistente superior al comandante del destructor DD 151 Asagiri.

Indica que Miho Otani ha llegado bajo el mando de la tripulación del destructor Yamagiri con una tripulación de 220 personas siguen siendo diez mujeres. Para ellos, la nave posee letrinas individuales construidas pensando en mujeres. En total, las Fuerzas Navales de autodefensa de Japón, hay alrededor de 2.400 soldados de las mujeres (de un total de la cantidad total de la marina de guerra de unos 42 mil soldados).


domingo, 6 de diciembre de 2015

ARA: Primera almirante argentina

Pasó más de 35 años en Punta Alta y es la primera mujer almirante en la historia naval
Se trata de María Inés Uriarte, también ingeniera química y docente.




Fotos: Facebook y gacetamarinera.com.ar
 
La rionegrina María Inés Uriarte, que vivió más de 35 años en Punta Alta, se convirtió en las últimas horas en la primera mujer que accede al almirantazgo en la historia de la Armada Argentina.

   Es porque el Senado de la Nación aprobó su ascenso al grado de contralmirante a través del expediente 214/15.

   Uriarte tiene 61 años, está casada y tiene 3 hijas. Nació en Lamarque (provincia de Río Negro) y pasó la mayor parte de su carrera en la base naval de Puerto Belgrano.

   A Punta Alta llegó en 1977 y se quedó hasta hace 2 años, cuando la trasladaron a España para cumplir funciones como agregada naval.



Primera en casi todo

Integró la primera promoción de oficiales mujeres ingenieras en 1981, dos años antes había ingresado como civil y se desempeñaba como profesora de Química y física.en 2009 ascendió a capitana de navío y se convirtió en la primera en alcanzar ese gradoen 2013 fue la jefa del servicio de análisis pertivo, armas y guerra electrónica y especialista en informática (ya había ejercido la subjefatura)
   María Inés Uriarte integró la primera promoción de oficiales mujeres ingenieras que ingresó en 1981.

   En 2009 fue la primera capitana de navío, en 2011 estuvo al frente de la primera Oficina de Género en la base y en 2013 fue la jefa del Servicio de Análisis Opertivo, Armas y Guerra Electrónica.

   La contralmirante es además docente y como ingeniera química egresó de la Universidad Nacional del Sur.



   De 1986 a 1990 fue jefa del Centro de Cómputos; de 1991 a 1995, del Departamento Programación; de 1996 al 97, a cargo de Informática del Comando de la Flota de Mar; de 1998 hasta 2003, del Departamento de Programación del Servicio de Análisis Operativos, Armas y Guerra Electrónica (SIAG).

   En 2004 llegó a la jefatura del Departamento de Sistemas Informáticos Operativos y del área de Sistemas de Información.

Reconocimiento


   En 2005 fue elegida Mujer Rosaleña. (senado.gov.ar y La Nueva.)

viernes, 4 de septiembre de 2015

ARA: La primera submarinista

Viaje al fondo del mar con la única oficial submarinista
Crónica. Se llama Eliana Krawczyk, es misionera y tiene 33 años. Pionera en la Armada Argentina, hasta los 21 años nunca había salido de su provincia.
Clarín


En su litera. Eliana descansa mientras el submarino atraviesa las profundidades / Gustavo Castaing.


Es una mañana limpia y fría en la Base Naval Mar del Plata. Los buques de guerra, recostados sobre sus amarras, descansan inertes a la espera de que los saquen a “estirar las piernas” a mar abierto. Los submarinos asoman discretamente sobre la superficie del agua. Parecen orcas al acecho. Sólo en uno hay movimiento. Personal de mameluco azul realiza aprestos sobre la cubierta del ARA Salta, una nave alemana, ensamblada en el país, que está lista para partir. Es el lugar de trabajo de Eliana Krawczyk, teniente de corbeta, la primera oficial submarinista del país y de Sudámerica. Se trata de una misionera de 33 años que terminó con el último bastión del predominio masculino en el mar. Hoy hay más de 3.000 mujeres que cumplen servicio en áreas de la Armada Argentina, entre oficiales y suboficiales, pero sólo siete son submarinistas y Eliana es la única con rango de oficial.

Oriunda de Oberá, creció en el marco de una familia numerosa y modesta. “Hasta los 21 años nunca había salido de mi provincia ni mucho menos conocía el mar”, le cuenta a Viva. Al terminar el secundario se inscribió en la Universidad de Misiones para cursar Ingeniería Industrial. Todo parecía encaminado, pero dos tragedias le produjeron un quiebre: la muerte de uno de sus hermanos en un accidente de tránsito y la de su madre, a causa de un episodio cardíaco. “Un día, por Internet, descubrí un aviso de la Armada convocando a jóvenes. Fui corriendo a Posadas y me inscribí. Dejé todo y viajé a la Escuela Naval Militar de Ensenada. Llevé una foto de mamá en la billetera”, recuerda. En 2009 se convirtió en oficial y tres años más tarde sorprendió a todos solicitando su ingreso a la Escuela de Submarinos. El capitán de navío Enrique Balbi, ex director de esta institución, recuerda con aprecio el paso de Eliana por sus aulas: “Siempre fue una más, no había nada en su carácter o en su actitud que la pusiera en inferioridad con los varones. Se destacaba por su capacidad de resolución mental, por ser responsable y dedicada al estudio y por ser buena compañera, sencilla y de bajo perfil”.

Eliana me espera al pie de la planchada que une el muelle con la cubierta del submarino. La acompaña la mayoría de las submarinistas del país: cinco suboficiales y una oficial cursante. Dos irán a la travesía: la teniente cursante Sabrina Osorio y la cabo primero Alejandra García. Bajo por la escala metálica y puedo sentir el sólido ambiente del interior de la nave. El aire huele a aceite de motor y a líquido hidráulico. Son las 10 y me avisan que zarparemos. Atolondrado, corro para llegar a la escala que comunica con la torreta. Trepo siete metros hasta salir por la escotilla. Un remolcador tironea de la proa mientras, en la escollera, una guardia formada saluda la partida. Vienen dos días en mar abierto.

Eliana asoma por la escotilla cerca de las 12: es su turno de guardia en el puente. Lleva una boina azul bajo la cual asoma el pelo ondulado y rojizo. Es locuaz y buena anfitriona. Cuenta que le gusta el rol de pionera: “Al ingresar a la Escuela de Submarinos, la idea de ser la primera, en vez de intimidarme, me motivó”. Está en permanente contacto con su familia. “Papá pasa la voz de todo lo que hago. Cuando voy a Oberá, todos saben por dónde estuve y, si salí en alguna nota, todos la leyeron. Papá es mi jefe de prensa”, bromea. El puente no es un lugar fácil: hace frío, el viento corta la cara y las olas pegan duro contra el casco. Lo común es empaparse. A Eliana parece no importarle.

“¡Inmersión! ¡Inmersión!” La palabra resuena por el altavoz. Estoy acostado, pero siento cómo el bamboleo se aplaca y el submarino se sumerge en el silencio. Los tripulantes dejan sus literas, los pasillos se llenan: hay 41 almas a bordo. Viajamos a 40 metros de profundidad.

Una vez estabilizado el submarino, el clima de la sala de comando se distiende. Pregunto por la convivencia entre varones y mujeres en un contexto donde la privacidad no existe. Los varones dicen que la relación es buena, pero los veteranos admiten entre risas que añoran “las charlas de hombres” en la sobremesa. “La camaradería es muy grande –aporta Eliana–, más intensa que en un barco. Si capto que mi presencia corta alguna charla entre compañeros, sé retirarme.”

Desde la cocina se esparce un vaho delicioso. Los submarinistas rinden culto a sus cocineros: hacen más llevadera la vida a bordo. La cena es un pollo a la mostaza con timbal de arroz digno de un restaurante de Palermo.

Simulacro. Segunda jornada. Ocho de la mañana. Eliana está abrazada al periscopio y me recibe con un sonoro “buenos días”. Cada ocho horas el submarino sube casi hasta la superficie para cargar baterías y renovar el aire del interior. Con Eliana está la teniente Osorio, de 27 años, que sigue muy atenta los movimientos de su instructora. “Cuando entré por primera vez a un submarino –dice Eliana– sentí que me metía en una película, por lo distinto que es a un barco.” En la proa, hay ocho enormes tubos lanzadores dispuestos en enjambre: sólo dos tienen torpedos y son de práctica.

Esa tarde, una voz de alerta cambia la rutina del submarino. Todos corren a sus puestos. Las luces blancas son reemplazadas por rojas y el silencio inunda el ambiente. Se trata de un ejercicio simulado de táctica de combate, pero la tensión se percibe real. Mirada de neófito: parece un juego de playstation. Eliana toma su lugar en la sala de oficiales, donde se despliegan instrumentos con los que se busca determinar distancia, trayectoria y velocidad del blanco. La computadora simula un buque enemigo y suelta parámetros que los oficiales deben calcular. Al procedimiento lo dirige el capitán Germán Michelis, comandante del submarino, quien imparte directivas mientras da pequeños sorbos a su taza de té y ordena: “Sobre blanco alfa, ¡fuego!”. El torpedo simulado inicia su corrida. La suerte del enemigo imaginario está echada.

Este ejercicio cierra la operación y el comienzo del regreso. En tierra, Eliana volverá a su cotidianeidad en el departamento marplatense de La Perla, que comparte con su novio Juan y dos perritos, Flopi y Ramiro. “Juan es marino mercante. Nos vemos poco, pero tenemos muchos planes”, dice. Fuera de la base, lo suyo es intenso: “Voy al gimnasio y tengo un grupo de running. Ando en rollers y camino por esta ciudad hermosa”. Sueña con tener hijos y una gran familia. Antes va por un último bastión: convertirse en la primera comandante de submarinos de la historia de la Armada Argentina.

sábado, 21 de febrero de 2015

El Buque Burdel de Su Majestad

Lady Juliana, de barco de convictas a burdel flotante

Javier Sanz — Historias de la Historia

Con 800.000 personas en el siglo XVIII, Londres era la ciudad más grande de Europa donde se podían encontrar las mayores fortunas del Imperio británico y los barrios más míseros en los que indigentes, raterillos, prostitutas… simplemente sobrevivían. Los delitos contra la propiedad -la maldita costumbre que tienen los pobres de comer todos los días- eran los más frecuentes en una sociedad marcada por las grandes diferencias sociales. La amenaza de las penas de muerte impuestas bajo el Bloody Code (Código Sangriento), llamado así por la gran cantidad de delitos castigados con la pena de muerte (se pasó de 50 delitos en 1688 a más 220 a finales del XVIII), tampoco hizo disminuir el número de robos. Las cárceles estaban desbordadas y había que buscar una solución… La revolución americana, y la posterior independencia de los EEUU, paralizó el envío de convictos, así que la única manera de aliviar el problema de hacinamiento de las cárceles era establecer una colonia penal en la tierra descubierta por el capitán James Cook… Australia.

En mayo de 1787, partía de Portsmouth la llamada Primera Flota: 11 barcos (9 cargueros y 2 buques de guerra) con 756 presos (564 hombres, 192 mujeres) y 550 personas más entre funcionarios, guardia marinas y tripulación -algunos de ellos son sus familias- al mando del capitán Arthur Philip. El 18 de enero de 1788, y después de 8 meses de navegación, llegaban a Botany Bay. Aunque, en teoría, éste era el lugar para establecer la colonia, encontraron mejores condiciones en Sydney Cove donde, al final, se establecieron. La nueva colonia tuvo problemas desde el principio: enfermedades como el escorbuto y la disentería, marineros y funcionarios metidos a campesinos sin ninguna experiencia, herramientas de construcción de mala calidad, el ganado que habían traído se moría, enfrentamientos con los aborígenes…


Arthur Philip izando la bandera en Sydney Cove

Las noticias que llegaban de Australia no eran muy esperanzadoras, así que el gobierno británico decidió enviar un barco de mujeres. Este envío se apoyó en la teoría de que para que la colonia -en su inmensa mayoría compuesta por hombres- prosperase, necesitaba estabilidad y sólo se conseguiría creando familias. Y de paso, limpiaban un poco más las cárceles… enviaron 255 convictas.

El 29 de julio de 1789, partía de Plymouth el buque Lady Juliana con 225 prostitutas/rateras/estafadoras… rumbo a Australia. Las mujeres dormían en la cubierta inferior, pero algunas de ellas consiguieron mejores estancias emparejándose, e incluso casándose, con algún miembro de la tripulación. Elizabeth Barnsley, una conocida ladrona y estafadora, se procuró unas buenas estancias y montó un negocio muy lucrativo: un burdel flotante. Además de los miembros de la tripulación y los guardia marina que las custodiaban, tenían muchos clientes en los puertos donde hacían escala para comprar suministros: Islas Canarias, Río Janeiro, Ciudad del Cabo… Lógicamente, esta travesía tardó dos meses más que la anterior, sólo en Río de Janeiro estuvieron 45 días..


Lady Juliana

El 6 de junio de 1790, casi 2 años y medio después de la llegada de la Primera Flota, Lady Juliana llegaba a Australia. Después de las miserias y penurias pasadas por los colonos, pensaron que les llegaría un barco de suministros:

Una carga tan innecesaria y tan poco rentable como 222 mujeres, en lugar de un cargamento de provisiones (en palabras de los colonos)
A las tres semanas de la llegada del Lady Juliana, llegaba la Segunda Flota compuesta por cuatro barcos (Justinian, Surprize, Neptune y Scarborough) con suministros… y todo se calmó. A las mujeres que llegaron a bordo del Lady Juliana, se les podría considerar como las madres fundadoras de Australia. Elizabeth Barnsley consiguió el dinero suficiente y regresó a Inglaterra.

Fuentes e imágenes: The Lady Juliana And The New World, The Second Fleet Transports – Lady Juliana, The First Fleet

viernes, 21 de febrero de 2014

ARA: Mujeres bajo el agua

Mujeres Buzos Tácticos en la ARA

La teniente de corbeta Cecilia Alcanis y la cabo segundo Haydeé Bautista desafiaron las exigencias físicas y académicas al convertirse en las primeras mujeres que cursaron en la Escuela de Submarinos y Buceo, de la Base Naval Mar del Plata.