Mostrando entradas con la etiqueta USV. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta USV. Mostrar todas las entradas

viernes, 5 de diciembre de 2025

Doctrina naval: ¿Tenemos USV o buques normales?

¿USV o barcos normales?




En los últimos tiempos, numerosos analistas —y también algunos autoproclamados “expertos”— hablan con entusiasmo de los buques no tripulados, presentándolos como sustitutos inminentes de las embarcaciones tradicionales en combate. El tema, sin duda, resulta interesante y merece un examen serio, sobre todo porque ciertos observadores apresurados ya han dado por “obsoletos” a los buques convencionales.

Estados Unidos ha calculado cuántos USV se necesitan para reemplazar a un destructor”, afirmaba recientemente un canal ruso de Telegram. En realidad, nada de eso se ha calculado en EE. UU.; los medios y analistas especializados estadounidenses abordan la cuestión desde perspectivas completamente distintas.

Algunos de nuestros comentaristas locales, sin embargo, se apresuraron a hacer sus propias cuentas y prácticamente sentenciaron a la flota de superficie estadounidense. Pero la realidad, como suele ocurrir, es más compleja que los titulares, y conviene analizar el fenómeno con rigor.

No hay que olvidar que hace apenas una década los vehículos aéreos no tripulados (UAV) eran vistos con cierto desdén, útiles solo para tareas de reconocimiento. Los acontecimientos recientes en Ucrania transformaron esa percepción por completo: los UAV dejaron de ser simples observadores para convertirse en auténticas plataformas de combate, capaces de superar en eficacia a sistemas mucho más costosos y sofisticados.


En el mar, las cosas son un poco más conservadoras. Sí, a los barcos no tripulados se les llamaba "torpedos para pobres" porque empezaron a reemplazar ese carísimo tipo de arma. El autor hizo una vez tales comparaciones, y sí, un barco no tripulado kamikaze era más ventajoso que un torpedo porque no requería un portaaviones tan especializado y costoso, una tripulación entrenada ni una base de mantenimiento, y un barco así era capaz de impactar bajo la línea de flotación.


La experiencia demuestra que un torpedo lanzado desde tierra contra objetivos marítimos es un recurso especialmente problemático: su capacidad de despegar discretamente desde la costa y su baja firma —por su composición plástica y su perfil a ras del agua— dificultan mucho su detección por radares enemigos. Aunque un torpedo de superficie puede alcanzar mayores distancias que uno sumergido, su empleo no es un simple “dispara y olvida” al estilo de los torpedos autoguiados; requiere una cadena de operadores que garantice el impacto: “disparar y destruir”.

Los USV, por su parte, pueden ser contrarrestados por circunstancias y medios muy distintos. Pueden ser alcanzados por fuego directo y por sistemas de guerra electrónica; a diferencia de los torpedos, los vehículos de superficie no tripulados suelen ser más vulnerables en combate. Los contratorpedos son entre los pocos sistemas realmente eficaces contra torpedos, y por su propia complejidad y coste resultan tan valiosos como los torpedos mismos. Un USV puede neutralizarse mediante múltiples medios —desde fuego de armas pequeñas hasta sistemas más sofisticados— y tampoco puede descartarse el uso de interferencia en los canales de guía.

El factor económico es, sin embargo, decisivo: los torpedos, con sus complejos sistemas de guiado, son costosos (por poner un ejemplo histórico, el torpedo ruso USET-80 tenía un precio notablemente alto en su tiempo). Por ese precio, es posible construir más de una embarcación no tripulada. Los barcos kamikaze son más baratos que un torpedo, pero, precisamente por eso, también suelen ser más fáciles de neutralizar.



Parece que el asunto está claro. Sin embargo, la cuestión va más allá de los USV y abarca buques de mayor tamaño y misiones mucho más complejas. Mientras el autor reflexionaba y analizaba distintas opiniones, un especialista ruso del ámbito de la defensa publicó un artículo particularmente revelador sobre el futuro de las grandes unidades navales. En él, el autor fue contundente: condenó a la flota tradicional con la siguiente declaración:

“Para lograr victorias navales, necesitamos barcos no tripulados, submarinos y buques portacontenedores.”

El razonamiento era el siguiente: un submarino representa un arma impredecible para el enemigo, aunque es tecnológicamente complejo y costoso, mientras que un portacontenedores armado con misiles resulta más económico y eficaz. Según este planteamiento, varios de estos buques podrían destruir una corbeta cuyo costo es centenares de veces superior.



En lo relativo a los submarinos, concuerdo plenamente. Siempre he defendido que nuestra Armada debería mantener una flota submarina potente y reducir los desfiles de naves de superficie.

No obstante, por mucho que algunos lo propongan, no hallaréis en nuestras páginas ataques indiscriminados contra los buques de combate de superficie —destructores, fragatas o corbetas—. Estos buques siguen siendo necesarios y no van a desaparecer por mucho que haya quienes lo deseen.

Con los submarinos lo tenemos claro; dejemos los portacontenedores armados con misiles para otro momento, y centrémonos en los USV.

Cierto: un USV bien equipado puede costar más que otro USV, pero sus objetivos tampoco son baratos. Una fragata vale cientos de millones de dólares, un destructor miles de millones, y un portaaviones... ya se hacen una idea. Un USV de gran tamaño puede cargar mayor potencia explosiva y alcanzar más distancia; unos pocos de ellos bastarían para destruir un buque de entre 5.000 y 10.000 toneladas.

Un antecedente ilustrativo es el ataque al USS Cole en octubre de 2000, ocurrido mucho antes de que los USV se consolidaran como arma relevante.



Un barco cargado con explosivos C4, tripulado por dos atacantes suicidas, detonó junto al destructor clase Arleigh Burke. Los estadounidenses tuvieron una suerte excepcional: los agresores desconocían el diseño del buque; de haber impactado en la popa, donde se concentra la mayor parte del sistema de lanzamiento —64 misiles, dos tercios del total—, el resultado habría sido catastrófico.

Aun así, los daños fueron graves. La explosión abrió un boquete de 12 por 18 metros, y la tripulación tuvo que luchar durante tres días para evitar el hundimiento. Finalmente, el destructor debió ser trasladado a través del océano en un dique flotante para su reparación.

Y cabe preguntarse: ¿qué habría ocurrido si los misiles hubieran detonado?




Este es un buen ejemplo: los vehículos aéreos no tripulados modernos pueden equiparse con prácticamente cualquier tipo de armamento, desde cargas explosivas desechables hasta misiles tierra-aire o misiles antibuque. Y, lamentablemente, ya existen reportes de casos exitosos de su uso por nuestra parte.

En algunos círculos se especula que una flota económica, y por tanto numerosa, de USV podría paralizar buques convencionales, interrumpir el comercio marítimo, infligir daños significativos e incluso repeler ataques, aprovechando su alta velocidad, reducido tamaño y capacidad de armamento. Sin embargo, se considera que su limitado alcance operativo sigue siendo el principal inconveniente.

Se ha escrito mucho sobre el tema, pero a menudo con poca base. En su momento, las lanchas torpederas y misileras fueron retiradas del servicio. Eran pequeñas y efectivas, pero no podían sustituir a los buques mayores porque:

  • dependían estrechamente de sus tripulaciones;

  • tenían un tamaño respetable, pero una defensa antiaérea muy débil;

  • y no ofrecían una ventaja numérica decisiva frente a los buques convencionales.

Aun así, la discusión sigue abierta. El 22 de junio de 1941, la Armada Soviética contaba con tres acorazados, siete cruceros ligeros, 59 destructores y 269 lanchas torpederas. Si eso no representa una superioridad numérica, cuesta imaginar qué lo haría. Sin embargo, esa ventaja no se tradujo en una mayor eficacia operativa.

Es cierto que las lanchas torpederas tenían una defensa aérea limitada. Pero lo mismo ocurre hoy con los buques de superficie no tripulados: algunos la poseen… ocasionalmente, y poco más.

En cuanto al factor humano —la tripulación—, es un asunto completamente distinto.

A diferencia de ciertos analistas, prefiero evaluar las fortalezas y debilidades de los USV desde una perspectiva más equilibrada. Pero antes, vale la pena recordar un ejemplo histórico.

26 de diciembre de 1943: la Batalla del Cabo Norte.
¿Recuerdan cómo comenzó todo? Con un temporal que obligó a los destructores de escolta alemanes a regresar al puerto. Los buques germanos no podían operar bajo esas condiciones, y por ello se tomó la —bastante cuestionable— decisión de atacar el convoy únicamente con el acorazado Scharnhorst.




Todos saben cómo terminó aquella historia: el Scharnhorst fue hundido por una escuadra británica. ¿Habría podido cambiar el resultado si el acorazado hubiera contado con apoyo? En teoría, sí. Los destructores de escolta podrían al menos haber lanzado torpedos para distraer al enemigo y crear una cortina de humo. De hecho, los británicos aprovecharon bien su superioridad: los proyectiles de 203 mm de los cruceros inutilizaron el radar del buque alemán, y los más de 50 torpedos lanzados por los destructores remataron el trabajo.

¿A qué viene este ejemplo? A que la principal desventaja de los USV radica en su pequeño tamaño. En la actualidad, estos barcos kamikaze no tripulados solo pueden operar en condiciones de estado de mar 3 o inferior, y en la práctica, cuanto más calmas estén las aguas, mejor.

Es cierto que un USV que logra penetrar en un puerto y avanza a gran velocidad es un objetivo difícil de abatir. Pero, como demuestra la experiencia, llegar hasta el puerto ya es un desafío considerable. Las naves nodrizas pueden facilitar su despliegue, aunque eliminarlas no representa una tarea compleja para la aviación o los buques convencionales.

En resumen, los USV presentan las siguientes desventajas principales:

  • Alcance limitado.

  • Escasa navegabilidad.

  • Ausencia de defensa aérea.

  • Empleo restringido, sobre todo en zonas costeras.

  • Falta de capacidad de reacción ante imprevistos por no tener tripulación.

  • Imposibilidad de realizar tareas de supervivencia o reparación en combate.

  • Vulnerabilidad ante una amplia gama de sistemas de contramedidas.

  • Dependencia de designación externa de objetivos (desde buques, aeronaves o satélites).

Entre sus ventajas se destacan:

  • Bajo costo y posibilidad de producción masiva.

  • Alta velocidad en aguas tranquilas.

  • Gran flexibilidad para adaptar su carga útil o armamento.

A diferencia de los vehículos aéreos no tripulados (UAV), los USV todavía están lejos de ser un arma dominante en el ámbito naval. Si bien los UAV también dependen de las condiciones meteorológicas —la lluvia o la niebla reducen su eficacia—, los USV enfrentan limitaciones mucho más severas: no pueden operar eficazmente con oleaje moderado, lo que restringe considerablemente su uso operativo.

Además, un USV es incapaz de actuar de forma completamente autónoma, incluso con inteligencia artificial avanzada en su sistema de control. Siempre requerirá guía y designación de objetivos externas, porque es imposible equipar un USV moderno con un radar completo. Y aunque se lograra, sería inútil: su tamaño y baja altura del mástil limitan drásticamente el alcance de detección. Aumentar la altura del radar solo incrementaría la señal detectable del buque, creando un nuevo círculo vicioso entre visibilidad y capacidad.

Ese círculo se repite en la práctica: alguien debe guiar al USV hasta el blanco. En el mar, las distancias operativas son mucho mayores que en tierra. Para un UAV terrestre, un alcance de 5 a 15 km es suficiente, pero en el entorno marítimo eso equivale a un enfrentamiento a quemarropa. En el mar, un rango operativo efectivo debe situarse entre 100 y 160 km, comparable al de un misil antibuque.

Por tanto, un USV necesita seguimiento y orientación continua. Puede obtenerla mediante satélites, aeronaves AWACS, o radares de buques regulares, según la disponibilidad.

Esto implica que, para una batalla naval real, siempre será necesario desplegar aviones, UAV o buques de apoyo en la zona. Los intentos de atacar buques enemigos en puertos o zonas costeras —como han hecho las Fuerzas Armadas de Ucrania— no equivalen a un enfrentamiento naval a gran escala. Es cierto que al principio tuvieron cierto éxito, pero con el tiempo, las defensas mejoraron y esos ataques han perdido efectividad, como era de esperar. Hoy, las fuerzas navales han aprendido a contrarrestar los ataques de vehículos de superficie no tripulados.



Un avión AWACS necesita protección. Un dron de reconocimiento estratégico también. Un buque puede ser atacado por una bomba, un misil, un torpedo o por un UAV.

Con esa perspectiva, la imagen del USV como sistema de armas totalmente independiente y decisivo se desdibuja. Y con razón: no puede considerarse una panacea.

Hay varias razones por las que no conviene extrapolar la experiencia de operaciones locales al conjunto del combate naval moderno. Primero, las Fuerzas Armadas de Ucrania (y actores aliados en áreas como el Golfo de Adén) emplean UAV en un tipo de guerra asimétrica y de guerrilla, sin la capacidad de proporcionar una cobertura aérea o naval sostenida. Carecen de la masa de buques y aeronaves necesaria para operaciones prolongadas en mar abierto, al menos en el Mar Negro. Sí lograron cierta eficacia en zonas costeras, apoyándose en designación de objetivos desde tierra vía terminales como Starlink; aun así, la relación entre UAV empleados y UAV destruidos fue altamente desfavorable, ni siquiera cercana a 1:10.

Segundo, la Armada rusa ya ha adoptado múltiples contramedidas para reducir la efectividad de los USV ucranianos. No son medidas improvisadas de ayer; forman parte de una respuesta intencional que vamos viendo aplicarse.

Imaginemos ahora una operación de interdicción en alta mar, no en la franja costera. Si alguien piensa que una red de defensa aérea por sí sola aseguraría la victoria, conviene imaginarla en la práctica, como en un ejercicio táctico “azul” contra “verde”.

Tomemos de nuevo el Mar Negro: un grupo de fragatas avanza desde el Bósforo con intención hostil hacia Sebastopol. ¿Podrían emplearse UAV de ataque y USV contra esa fuerza? En 200 km, con sincronización entre UAV y misiles costeros tipo Bal, el efecto podría ser notable. Pero para que funcione deben cumplirse múltiples condiciones: el estado del mar y el viento han de ser favorables; los buques enemigos no deben desplegar contramedidas eficaces; no deben lanzar helicópteros que derriben UAV; y un largo etcétera de factores más probables de lo deseable. Estos “etcéteras” afectan a los UAV mucho más que a los misiles antibuque.

Para operaciones ofensivas fuera de la zona costera la situación se complica aún más. Hacen falta plataformas logísticas para acercar los USV al campo de lanzamiento; 250 km no es distancia trivial en el mar: un misil la cubre en minutos, mientras que un USV puede quedar horas a la vista, expuesto al desgaste y a la variación de rumbo del objetivo. En el mejor escenario, un USV estaría varias horas navegando antes del impacto, lo que pone en duda la probabilidad de éxito si el objetivo maniobra o recibe apoyo.

Resulta mucho más sencillo y confiable desplegar un par de submarinos: sus torpedos obligan a cualquier fuerza naval a reconsiderar su acercamiento con mayor efectividad.

En conclusión: los USV son un arma muy eficaz en distancias costeras y en escenarios de asimetría, pero no sustituyen a los buques de combate convencionales ni a los submarinos en una guerra naval a gran escala. Son una herramienta valiosa dentro de un conjunto, no un reemplazo autónomo de la flota.



Un buque de combate normal realizará misiones de combate como la búsqueda y destrucción del enemigo en condiciones meteorológicas donde el uso de vehículos aéreos no tripulados resultaría impráctico. Al igual que el acorazado y los destructores en la Batalla del Cabo Norte.

Un portacontenedores cargado de misiles es tentador, pero aún más vulnerable en los mares Negro o Báltico. Claro que, en algún lugar del Golfo Pérsico o del Golfo de Adén, un buque así ofrece un excelente camuflaje, pero en las aguas de pequeños mares interiores, es un objetivo muy visible y, sobre todo, vulnerable.


En la prensa ya se ha sugerido que este tipo de buques podrían encargarse a astilleros asiáticos. En principio, la idea de que una embarcación “inocente” aparezca por sorpresa en aguas enemigas no es mala. La imagen de un carguero que revela su verdadera identidad y lanza una salva de misiles de crucero resulta impresionante, sobre todo si dispone de un número considerable de ellos. Sin embargo, la baja velocidad y la alta vulnerabilidad de tales buques plantean serias dudas sobre su eficacia real.

Un portacontenedores armado con misiles es, sin duda, una propuesta interesante. Los contenedores podrían incluso albergar sistemas antiaéreos, ofreciendo cierta capacidad de defensa frente a misiles de crucero o aeronaves. Pero conviene recordar que nada impide que ese tipo de buque sea atacado. De hecho, un carguero de este tipo sería, en la práctica, de un solo uso: tras su primer ataque, todos los buques de características similares pasarían a ser objeto de vigilancia prioritaria, especialmente aquellos asociados a la flota o a los intereses de un país determinado, como ya sucede con los petroleros de la “flota en la sombra”. Pero una cosa es transportar petróleo… y otra muy distinta, misiles.

Supongamos, por un momento, que resolvemos el problema de la defensa aérea. Los submarinos seguirían siendo una amenaza crítica. Un granelero armado con misiles carece de cualquier protección real frente a un ataque submarino, y neutralizarlo sería una tarea sencilla para cualquier submarino enemigo. Es cierto que se podrían instalar sensores hidroacústicos en las bodegas, pero eso difícilmente alteraría el equilibrio.

Además, un carguero armado también podría convertirse en objetivo de un buque portamisiles. Imaginemos un barco así saliendo de Novorossiysk y dirigiéndose hacia Sebastopol, desde donde lanza un ataque con misiles contra Odesa. ¿Cuánto tardaría en ser detectado? ¿Y cuánto en recibir la visita de USV kamikaze enviados desde la dirección opuesta?

Un granelero tiene, sí, una amplia cubierta, incluso capaz de operar uno o dos helicópteros, pero eso solo añade otro punto de vulnerabilidad. Un helicóptero enemigo podría organizar un espectáculo pirotécnico sobre el mar en cuestión de minutos.

Detengámonos un instante.
Misiles de crucero, sensores hidroacústicos, torpedos antisubmarinos, misiles antiaéreos, artillería de fuego rápido, radares de largo alcance…

¿No les resulta familiar esta combinación?
Exacto: eso ya existe, y se llama “fragata”.



Por alguna razón quisieron meter la carga útil de una fragata dentro del casco lento y torpe de un carguero para camuflarla. Mala idea. Puede funcionar en circunstancias muy limitadas, pero para un país con inteligencia solvente será fácil de detectar y neutralizar.

Otra alternativa es usar un carguero granelero como TPM (plataforma de transporte y lanzamiento): los misiles en contenedores de lanzamiento y los sistemas de guía y control ubicados en otra plataforma. Es factible, pero aún así haría falta un buque apropiado cercano para proteger al lanzador ante cualquier contingencia. Lo mismo ocurre con esos “enjambres de USV” de los que tanto se habla.

Los enjambres rinden en el aire cuando están compuestos por unidades pequeñas, maniobrables y relativamente rápidas; en el mar, la dinámica es distinta y las limitaciones de navegación, detección y protección logística reducen considerablemente su eficacia.


Pero el Magura de seis metros, que navega a 40 km/h, es otra historia. Un escuadrón de barcos como este sería perfectamente visible desde gran distancia, a menos que se desplazaran a tal velocidad que no dejaran estela.


El barco no tripulado ha demostrado su eficacia como medio sigiloso para destruir buques, principalmente de noche, cuando su detección es algo difícil. Sin embargo, aún se le puede llamar un torpedo de mendigo, ya que es mucho más fácil destruir un barco no tripulado que un torpedo o un misil antibuque. La velocidad máxima del barco, de 60 a 70 km/h, en comparación con los 800 a 1000 km/h de un misil de crucero, supone una diferencia significativa.

El vehículo aéreo no tripulado (UAV) es un excelente complemento para las armas navales existentes, pero de ninguna manera reemplazará a los buques convencionales. Al menos no durante los próximos 10 a 15 años.

Otra pregunta: ¿por qué algunos expertos empezaron de repente a considerar el BEK un arma muy eficaz? Es una pregunta interesante, y creo que hay una respuesta muy sensata. Pero eso será objeto de un artículo aparte, ya que se prevé que sea bastante extenso.

Leí un análisis y una comparación muy singulares de las acciones de la Flota del Mar Negro en 1941-42 y 2022-2024, escritos por un autor en nuestro segmento de internet. Sí, hay muchas similitudes, pero...

En fin, hasta el próximo artículo, seguiremos por ahí.


lunes, 1 de diciembre de 2025

Guerra naval en Ucrania: Ataque de drones navales al tráfico de petróleo

Guerra de drones navales al tráfico ruso de petróleo

 Las fuerzas ucranianas publicaron vídeos de la operación contra los dos petroleros Kairo y Virat en el Mar Negro que intentaban llegar a la costa rusa.

El mensaje es claro:

Si usted es propietario de un barco y quiere obtener petróleo ruso, tenga en cuenta que perderá todo su barco.


miércoles, 28 de mayo de 2025

Guerra naval asimétrica: El rol de los USV

Escrito en negro y rojo: Amenazas asimétricas y buques de superficie no tripulados asequibles

Mike Knickerbocker || War on the Rocks





Los rebeldes hutíes y el ejército ucraniano tienen mucho en común, a pesar de las muy diferentes percepciones sobre su legitimidad. Los hutíes han puesto en peligro buques civiles y militares en el Mar Rojo , lo que ha provocado el desvío de la navegación comercial y ha llevado al Departamento de Estado de EE. UU. a considerarlos una organización terrorista. Ucrania, en cambio, es vista como un heroico Estado de primera línea que se opone a una invasión rusa no provocada. Con la ayuda occidental y la rápida innovación, el ejército ucraniano, aunque con métodos improvisados , ha empleado rápidamente drones disponibles comercialmente, desarrollado orgánicamente y desplegado sistemas no tripulados para ataques aéreos, navales y terrestres. A pesar de no contar con buques de guerra propios, Ucrania ha logrado mantener en peligro a la aclamada Flota rusa del Mar Negro, tanto en navegación como en puerto. En resumen, ambas fuerzas han utilizado con gran eficacia sistemas no tripulados y misiles de crucero antibuque, disponibles comercialmente o de desarrollo económico, poniendo a prueba y desafiando a fuerzas adversarias tecnológica y numéricamente superiores en los mares Negro y Rojo.

Los misiles son hardware moderno, pero las embarcaciones cargadas de explosivos no lo son. Su uso se remonta a la Guerra Civil de Estados Unidos y demostraron su eficacia más recientemente cuando Al Qaeda atacó al USS Cole en el año 2000. Los métodos para emplear misiles de crucero y plataformas no tripuladas letales no son complejos. Defenderse de ellos tampoco tiene por qué serlo. La Armada de Estados Unidos y sus socios y aliados deberían aprovechar las tecnologías comerciales no tripuladas para aumentar la capacidad de supervivencia de los activos a flote ante las amenazas de los misiles no tripulados y de crucero. Estas plataformas se encuentran en un punto intermedio entre las robustas y costosas que se están desarrollando actualmente, en particular en el ámbito de las embarcaciones de superficie no tripuladas , y las opciones de producción en masa y "baratas" que promueve la iniciativa Replicator.

Un mano a mano

Los éxitos, aunque solo disruptivos, de los hutíes y Ucrania han demostrado el potencial de los ataques con drones y misiles de baja complejidad. Estos tendrán implicaciones de gran alcance más allá de los mares Negro y Rojo. Ahora, los ejércitos más poderosos del mundo buscan sistemas no tripulados, tanto comercialmente disponibles como más complejos y desarrollados. Sin embargo, como la Armada de los EE. UU. ha dejado claro en sus planes para la combinación de plataformas tripuladas y no tripuladas en la futura flota , los buques de guerra y los ejércitos tripulados no desaparecerán pronto. Esto significa que la Armada de los EE. UU. tendrá que decidir cómo invertir para mejorar sus propias capacidades mediante sistemas no tripulados y defenderse de las amenazas asimétricas no tripuladas que plantean tanto actores estatales como no estatales.

En muchos casos, la mejor manera de contrarrestar una capacidad es con una similar. Al considerar la amenaza de los sistemas no tripulados en el entorno marítimo, es importante examinar los casos de uso actuales y cómo respaldan o mejoran las plataformas tripuladas tradicionales. Los sistemas no tripulados mejoran la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento; la letalidad mediante la adquisición de objetivos o ataques de precisión; las operaciones logísticas y de suministro; y la protección de las fuerzas. Aunque muchos expertos imaginan un día en que la guerra se librará entre fuerzas compuestas exclusivamente por sistemas no tripulados y autónomos, la tecnología y el derecho internacional aún no están a la altura. Es probable que los líderes sigan exigiendo que los humanos tomen decisiones cruciales al identificar objetivos y liberar armas a corto plazo.

Las plataformas no tripuladas robustas —entendidas como costosas— pueden parecer la dirección correcta al considerar el combate de alto nivel, pero la presencia de plataformas letales menos costosas y sus capacidades demostradas deberían impulsar un enfoque combinado. Como lo han demostrado los recientes intercambios en el Mar Rojo , debemos considerar el costo del arma o plataforma que podría destruirse o dañarse al enfrentar una amenaza de bajo costo. Si los sistemas son costosos, no son realmente susceptibles de ser desguazados, ya que el costo y el tiempo para reemplazarlos pueden ser prohibitivos en tiempos de presupuestos ajustados y estancados. Los sistemas menos costosos producidos en masa pueden ser la solución más rentable, según las circunstancias imperantes y los requisitos de la misión.

La Armada de los EE. UU., en particular, no debería abandonar por completo los planes para buques de superficie no tripulados grandes y medianos, pero debería reconsiderar el costo. Las plataformas robustas varían de $35 millones a más de $100 millones cada una, mientras que las plataformas más pequeñas desplegadas por buques tripulados son mucho más baratas. La ejecución efectiva de las operaciones marítimas distribuidas en el combate de alta gama depende de la mejora no solo de la capacidad del cargador, sino también de la capacidad de supervivencia de las plataformas clave, a la vez que se extienden las capacidades y los efectos de inteligencia, vigilancia, reconocimiento y guerra electrónica contra las fuerzas adversarias . Sin embargo, los sistemas completamente autónomos ahora pueden operar de manera integrada con buques a flote en un rol de protección de la fuerza. Similar a los drones leales de ala fija, los buques de superficie no tripulados deben diseñarse para escoltar y mejorar las capacidades de los buques tripulados, especialmente dentro de los reinos de la guerra electrónica, los buques de superficie no tripulados contraexplosivos y la defensa antimisiles aéreos integrados.

Las discusiones actuales sobre la posibilidad de contar con sistemas no tripulados que apoyen la protección de la fuerza se basan en mejorar la conciencia situacional de las fuerzas terrestres. Esto implicaría que los sistemas vuelen por delante o junto a un convoy utilizando diversos sensores para detectar posibles emboscadas o dispositivos explosivos improvisados. De igual manera, las grandes plataformas de vigilancia, como el MQ-4C Triton , brindan apoyo para la conciencia del dominio marítimo a los comandantes a flote mediante la detección e identificación de contactos marítimos. Dichos métodos de protección de la fuerza están posicionados para aumentar el tiempo de reacción con el fin de mejorar la respuesta a una amenaza . La Armada de los EE. UU. incluso ha planeado experimentar con buques de superficie no tripulados armados para brindar protección a buques e infantes de marina en tierra. Lo que falta es una plataforma que participe activamente en la acción defensiva por parte del activo protegido o un puerto.

Bloqueo y placaje, estilo dron

La Armada de los EE. UU. y sus aliados deben buscar plataformas que prioricen las capacidades de contramedidas y el bloqueo físico y el apoyo a las embarcaciones entrantes para tener en cuenta las amenazas de misiles y los buques de superficie no tripulados explosivos. Las lecciones aprendidas en defensa antimisiles aéreos que se remontan a la Guerra de las Malvinas y las brechas y costuras identificadas en los sistemas defensivos actuales constituyen un sólido argumento para equipar un sistema no tripulado con contramedidas físicas y electrónicas para mejorar la capacidad y la capacidad de eliminación suave, al tiempo que se mantiene un menor costo y una huella más pequeña para un buque de superficie no tripulado de escolta. Las tácticas de eliminación suave siguen siendo más efectivas en términos de éxito y costo . Una plataforma atractiva que pueda emplear eliminación suave e interceptar físicamente las amenazas de superficie entrantes, los buques de superficie no tripulados explosivos o los presuntos piratas, que sea lo suficientemente pequeña como para cargarla en una variedad de buques militares y civiles, presentaría una mitigación rentable de la amenaza asimétrica de los drones y misiles. Más allá de la defensa de los buques en el mar, el buque de superficie no tripulado de escolta podría proporcionar una capacidad crítica que se puede escalar y distribuir a varios puertos marítimos de desembarque para mejorar la defensa en profundidad de las autoridades portuarias civiles y las unidades de seguridad portuaria desplegadas , ya sea la Marina de los EE. UU. o la Guardia Costera.

Un buque de superficie no tripulado de escolta podría equiparse con una versión del lanzador de chaff externo Mark 36 Super Rapid Blooming, precargado con una combinación aprobada de seis proyectiles de chaff, diseñado para interactuar de forma remota o autónoma con el sistema de guerra electrónica de su buque de guerra asignado. El buque de escolta defensivo no tripulado podría entonces maniobrar de forma independiente según el viento, lo que facilitaría el uso óptimo de los proyectiles de chaff. Esta disposición sería eficaz en zonas donde el buque protegido tiene una capacidad de maniobra limitada, por ejemplo, al realizar operaciones de vuelo o transitar por un cuello de botella. Si un buque defensivo no tripulado puede transportar seis proyectiles y el buque defendido puede desplegar cuatro drones, se duplicarían las contramedidas disponibles para un destructor de la clase Arleigh Burke.

Las futuras iteraciones de este concepto deberían incluir un conjunto de sistemas de guerra electrónica integrados que permitan la detección de señales orgánicas y la inhibición de las mismas. Esto permitiría a la escolta defensiva no tripulada defenderse de las amenazas entrantes y, potencialmente, atraer misiles hacia ella mediante inhibición activa . Su bajo francobordo y su tamaño total limitado podrían aumentar la probabilidad de supervivencia de la escolta ante un misil amenazante entrante. Mediante la integración con sensores de a bordo y sensores visuales electroópticos/infrarrojos orgánicos, la escolta no tripulada, en una sola unidad o en grupo, podría rodear o proporcionar una barrera en el eje de amenaza contra grupos suicidas o enjambres de pequeñas embarcaciones. Estos sensores podrían permitir que el sistema maniobre para bloquear la amenaza entrante. Esto ayudaría a ganar tiempo para que el buque defendido maniobrara para alejarse si se tratara de un buque comercial o para desenmascarar baterías y defenderse adecuadamente si se tratara de un buque de guerra. A pesar de su alcance y velocidad algo limitados, una plataforma como el Spyglass de Saronic Technologies, de aproximadamente seis pies de eslora, mejoraría considerablemente la capacidad de supervivencia de un grupo de ataque, un buque individual o un buque de suministro desarmado.

De igual manera, los vehículos aéreos no tripulados, como los helicópteros, ofrecen tecnologías probadas que, equipadas con capacidades de destrucción suave, también mejorarían considerablemente la supervivencia de un buque o aeronave lanzada desde él. La capacidad de chaff y un emisor aportaría nuevas utilidades a los drones aéreos de alta resistencia, como el Shield AI V-BAT . Esta combinación proporcionaría una mayor disponibilidad en la estación y efectos de contramedida de mayor duración que los actuales proyectiles Nulka lanzados desde buques , gracias a su capacidad de lanzamiento, recuperación y relanzamiento. Combinados con un buque de escolta no tripulado, estos vehículos aéreos no tripulados de contramedida proporcionarían una protección significativa contra amenazas lanzadas desde la superficie y el aire a un coste mucho menor que el de las plataformas tripuladas tradicionales.

Para buques de guerra y más allá

Un conflicto en el Indopacífico probablemente obligaría a la Armada de los EE. UU. y a sus aliados a desmantelar sus fuerzas para complicar la selección de objetivos adversarios y aumentar su propia letalidad distribuida. Sin embargo, esto dejaría a los buques con una capacidad de defensa en profundidad reducida, dependiente de sus sistemas orgánicos y su carga. El empleo de estos sistemas defensivos o de drones tipo Nulka mitigaría este riesgo operativo y mejoraría la capacidad de supervivencia de activos limitados y costosos. Los buques mercantes también serían objetivos casi con toda seguridad, como vimos en las Guerras de los Petroleros de la década de 1980 , lo que pondría en alto riesgo el transporte marítimo. Dichos buques no están equipados con sistemas orgánicos de autodefensa y la Armada de los EE. UU. ya ha informado al Mando de Transporte Marítimo Militar que no pueden proporcionar las escoltas necesarias similares a los convoyes de la Segunda Guerra Mundial.

Ucrania demuestra la peligrosa capacidad de los misiles de crucero y las letales plataformas no tripuladas. La Armada de los Estados Unidos y sus aliados deben estar preparados. Para ello, deberían explorar el uso de drones de superficie y aéreos económicos y disponibles comercialmente, con una función defensiva que mejore la capacidad de supervivencia de buques de guerra independientes, grupos de ataque y cargueros mercantes. Al equipar estas plataformas con contramedidas físicas y electrónicas, los buques de guerra a flote pueden defenderse con mayor eficacia, incluso cuando su capacidad de maniobra se ve limitada por la geografía o las operaciones. Los buques sin defensa tendrán al menos una posibilidad de sobrevivir sin escolta. La protección de las fuerzas de los buques militares, logísticos y civiles debe ir más allá de la mera mejora del conocimiento de la situación y asumir un papel más activo en el empleo de sistemas de destrucción suave de eficacia probada. Esto debe hacerse de una manera rápidamente desplegable y escalable, que sea asequible en masa, algo para lo que las plataformas actuales no son adecuadas.

sábado, 7 de diciembre de 2024

USV: Naval Group Seaquest S

Naval Group Seaquest S en Euronaval 2024: el futuro de la guerra naval sin tripulación.

Army Recognition




Naval Group causó sensación en Euronaval 2024 con el debut de su último vehículo de superficie sin tripulación (USV), el SeaQuest-S. Esta embarcación compacta y de alto rendimiento, que mide solo 9,3 metros de largo, es un testimonio del enfoque innovador de Naval Group en materia de seguridad marítima y tecnologías sin tripulación.

Naval Group presenta el USV SeaQuest-S en Euronaval 2024: un vehículo de superficie modular, de alta velocidad y sin tripulación diseñado para vigilancia avanzada, disuasión y despliegue flexible desde buques navales de primera línea. (Fuente de la imagen: Naval Group)

Equipado con sistemas modulares y un conjunto de sensores robusto, SeaQuest-S está diseñado para mejorar la disuasión naval, la recopilación de inteligencia y las capacidades de apoyo al combate, lo que lo hace adecuado tanto para aplicaciones gubernamentales como civiles, según Aude Leroy.

Una característica distintiva del SeaQuest-S es su avanzado módulo integrado de sensores panorámicos (PSIM) de 4 metros. Este mástil, que se puede plegar para guardarlo, consolida los sensores de navegación, seguridad y sistemas de comando dentro de una única unidad eficiente.

El SeaQuest-S consta de tres módulos principales, cada uno diseñado para funcionalidades específicas y capacidad de personalización. La sección frontal está construida para albergar un enjambre de drones, combustible adicional o, si es necesario, armamento. Aunque el Grupo Naval no ha confirmado que el SeaQuest-S esté armado, el diseño de la plataforma lo hace "listo para el combate", según Pierre-Antoine Fliche, del Departamento de Drones, Sistemas Autónomos y Armas Submarinas (DSA) del Grupo Naval. El compartimento trasero está dedicado a las comunicaciones, pero todas las configuraciones internas se pueden personalizar según las necesidades del operador.

Diseñado para integrarse perfectamente con varias embarcaciones, el SeaQuest-S se puede guardar en barcos de primera línea, como fragatas, barcos de apoyo logístico, buques de transporte y dragaminas. Esta flexibilidad es crucial para un despliegue rápido, ya que no se necesitan modificaciones en la estructura del barco ni en los sistemas de elevación. Una vez desplegado desde un barco o una instalación en tierra, el SeaQuest-S puede operar de forma autónoma o en un enjambre coordinado, incluso en condiciones difíciles, hasta en estado 5 del mar.

Impulsado por un motor intraborda diésel de 350 caballos de fuerza con propulsión por chorro de agua, el SeaQuest-S combina velocidad y maniobrabilidad, alcanzando hasta 35 nudos. Puede operar durante unas cinco horas por misión, con un alcance que se extiende a más de 200 millas náuticas, lo que lo hace ideal para proteger áreas sensibles o actuar como un sensor remoto avanzado para buques navales más grandes. Su principal mecanismo de defensa radica en su velocidad y sus capacidades evasivas, lo que le permite desengancharse rápidamente de las amenazas si es necesario.

La primera unidad de producción, lanzada en julio de 2024, ya ha demostrado el compromiso del Grupo Naval de superar los límites de la tecnología naval y los sistemas modulares no tripulados.

viernes, 8 de noviembre de 2024

Armada de Filipinas forma unidad USV

Armada de Filipinas forma unidad USV



Sea GHOST USV (foto: Hanwha Ocean)

La Armada de Filipinas busca mejorar sus capacidades de conocimiento del dominio marítimo mediante la creación de una nueva unidad de buques de superficie no tripulados (USV).

El comandante en jefe de la Armada de Filipinas, vicealmirante Toribio Adaci, confirmó la existencia de la nueva unidad de aviones no tripulados de la Armada durante una entrevista al margen de la V Exposición de Defensa y Seguridad de Asia (ADAS). Según Adaci, la misión principal del dron es fortalecer la capacidad de la marina para monitorear las aguas filipinas.

Manila se ha enfrentado a una China cada vez más agresiva en el área del Mar de China Meridional que designa como parte de su zona económica exclusiva, denominada Mar de Filipinas Occidental. 

En medio de estos desafíos, Filipinas ha tratado de modernizar su armada con el inicio de Horizon 3, la fase final del programa de modernización militar de Manila. Las prioridades para la modernización de la flota incluyen buques de superficie y capacidades antisubmarinas. Adaci enfatizó la necesidad de que esta capacidad no tripulada complemente a los buques de guerra existentes en la fuerza, refiriéndose a un concepto conocido como Equipo Tripulado-No Tripulado .

Los elementos de la unidad USV tendrán su sede en la Base de Operaciones Naval de Subic, que actualmente alberga la mayoría de los activos navales más modernos del país.

Hanwha Ocean de Corea del Sur, ofreció sus sistemas no tripulados en ADAS con el Sea GHOST (Guardian Harmonized with Operating Manned Systems and Technology-based unmanned system) ocupando una posición destacada en el centro del stand. El invierno pasado, se informó que el sistema fue demostrado a la Armada de Filipinas durante la escala en el puerto del ROKS Hwacheon (AOE-59) en Manila.

La Armada de Filipinas planea que tres aviones antisubmarinos (ASW) entren en servicio entre 2027 y 2033 (foto: Brendon Attard)

En el otoño de 2023, la Fuerza Aérea Naval de Filipinas lanzó un "plan ambicioso" para adquirir tres aviones de patrulla marítima de ala fija antisubmarinos y entrar en servicio entre 2027 y 2033. 

Junto con las fragatas de la flota, los aviones de patrulla marítima "detectarán y disuadirán posibles amenazas submarinas" y mantendrán "una vigilancia vigilante y continua" de las aguas del país. La Fuerza Aérea de Filipinas espera recibir dos aviones de patrulla de largo alcance de Israel Aerospace Industries el próximo año.

Adaci también expresó su deseo de mejorar las estaciones de vigilancia costera de la fuerza, que se encuentran repartidas por las 7.641 islas del país. Estas estaciones terrestres, normalmente equipadas con radar y cámaras de corto alcance, se pueden encontrar en el Estrecho de Luzón y en el Mar de China Meridional. Según un documento, había una estación de monitoreo costero en Second Thomas Shoal a bordo del BRP Sierra Madre (LT-57). 

jueves, 4 de marzo de 2021

Singapur: USV entraran en servicio en 2021

La Armada de Singapur desplegará USV para la seguridad marítima a finales de 2021

Channel News Asia




Embarcaciones de superficie no tripuladas (USV) de RSN para la seguridad marítima (todas las fotos: Channel News Asia)

La Marina podría desplegar barcos de seguridad marítima no tripulados que puedan navegar por sí mismos y evitar obstáculos para fines de 2021.

SINGAPUR: La Armada de la República de Singapur (RSN) podría desplegar cuatro buques de superficie no tripulados (USV) para la seguridad marítima para fines de este año, dependiendo del progreso de las pruebas finales en el mar.

Una vez que estén operativos, los USV realizarán patrullas las 24 horas, investigarán e interceptarán embarcaciones sospechosas en aguas de Singapur. Están equipados con megáfonos de largo alcance, luces estroboscópicas y de búsqueda, así como una pistola de 12,7 mm.



También vienen con sistemas avanzados de navegación y anticolisión para evitar obstáculos y moverse de forma totalmente autónoma en las congestionadas aguas del Estrecho de Singapur. El USV no está limitado por un rango de comunicaciones, lo que significa que técnicamente se puede operar desde cualquier lugar.

El Ministerio de Defensa (MINDEF) dijo en una hoja informativa el lunes (1 de marzo) que dos miembros de la tripulación operarán un USV desde la costa, con un sistema de control de misión "centrado en el usuario" para planificar y ejecutar rápidamente perfiles de patrulla, rastrear embarcaciones de interés. y advertir o interrogar a los buques.



Esto se produce cuando la RSN busca abordar amenazas en evolución como el terrorismo marítimo y la piratería, y operar con una mano de obra más reducida en medio de un grupo cada vez más reducido de militares nacionales. Los buques no tripulados también permiten que las misiones potencialmente peligrosas en el mar se lleven a cabo con mayor seguridad.

El MINDEF anunció por primera vez los nuevos USV en 2018, indicando luego que permitirían que los buques de guerra tripulados más grandes como los buques de misión litoral (LMV) se desplegaran de manera más estratégica para otras misiones y en rangos más amplios desde Singapur.



La RSN ya opera varios buques no tripulados, incluido un USV de diseño similar para limpiar minas y un USV más pequeño para vigilancia marítima y para proteger buques de guerra más grandes. Este último USV no es completamente autónomo ya que se controla de forma remota.

La RSN ha adquirido cuatro de los nuevos USV para pruebas en el mar que se espera que se completen a fines de este año, dijo el comandante del escuadrón USV, el teniente coronel (LTC) Desmond Ng, en una exhibición de prensa en la Base Naval de Changi el 24 de febrero.

Estas pruebas no tripuladas implicarán la integración de sistemas y la prueba de conceptos operativos, como la forma en que los USV investigarán o perseguirán embarcaciones sospechosas. Si las cosas van según lo planeado, podrían implementarse en operaciones reales para fines de año o principios del próximo, dijo LTC Ng.



En cuanto a si RSN podría obtener más USV en el futuro, LTC Ng no quiso comentar y dijo: "Todavía estamos en el proceso de operacionalización".

Se espera que los USV trabajen junto a los buques tripulados para "mejorar la capacidad de la RSN para monitorear y responder a situaciones en el mar", dijo el MINDEF. También podrían desplegarse con los buques de respuesta y seguridad marítima recién inaugurados de la RSN.

LTC Ng dijo que siempre habrá un USV en rotación de patrulla, dado que cada barco puede permanecer en el mar hasta 36 horas. "Siempre tendré un USV en el estrecho, en comparación con un LMV que no siempre estará allí las 24 horas del día, los 7 días de la semana", dijo.

martes, 18 de diciembre de 2018

Mini-torpedo para USV: Elbit y Leonardo unidos

Elbit y Leonardo se agrupan para desarrollar capacidad de torpedo en el USV Seagull






Leonardo y Elbit Systems se han unido para desarrollar una capacidad de torpedo ligero para el 12m Seagull USV. (fotos: leonardo)


Elbit Systems y Leonardo se han unido para desarrollar una capacidad de torpedo ligero para la integración en el buque de superficie no tripulado (USV) de Seagull de la primera.



El peso ligero y los mini torpedos de Leonardo se demostrarán a bordo del USV, utilizando la arquitectura utilizada para los sistemas de lanzamiento de torpedos aéreos.


Mini torpedo Leonardo Black Scorpion con tamaños muy pequeños (5 ") (foto: Leonardo)

Las compañías dijeron que Leonardo tiene una posición estratégica en el diseño, la producción y la integración de este tipo de arma que ha sido seleccionada por 30 países, mientras que la Gaviota está operativa con la Armada Israelí y se ha demostrado que lleva a cabo contramedidas de minas (MCM) y operaciones de guerra antisubmarina (ASW) dentro de los juicios de 2017 en el Mar del Norte del Ministerio de Defensa belga.



El 12 m Seagull USV tiene una duración de cuatro días y puede operarse desde un barco de control o desde la costa. Durante los ensayos en Bélgica en junio de 2017 cerca de la base naval de Zeebrugge, el sistema demostró su capacidad para operar en los estados marinos 5 y 6.


Sonar de barrido lateral Klein K5900 (imagen: Klein Marine)

Una sola unidad de Seagull llevó a cabo una misión de MCM, escaneando toda la columna de agua en una ruta, operando con un sonar de barrido lateral K5900 y un sonar de visión progresiva R2Sonic para llevar a cabo la búsqueda, detección y clasificación.


R2Sonic de enfoque hacia adelante (imagen: R2Sonic)

El sistema primero exploró el potencial de integrar una capacidad ASW ofensiva a bordo en 2016, cuando probó una capacidad de torpedo ligero a bordo del USV durante las pruebas desde el puerto de Haifa en Israel..


Jane's

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Armadas: Israel enfrenta al Yakhont con Barak

Actualizaciones del sistemas de defensa de la Armada de Israel 
Por Yuval Azulai 
  

Sistema Barak 8 

Los sistemas Barak 8 y Protector son dos de los sistemas que ayudarán a defender yacimientos marinos de gas. 

"La Marina está lista para la guerra", dijo un alto oficial de la Marina israelí. Él entiende bien el significado de lo que está diciendo, y hace hincapié en que a pesar de la falta de una decisión acerca de los miles de millones necesarios para adaptar la marina de guerra a sus nuevos cometidos, sus marineros pueden lidiar bien con las nuevas amenazas en el teatro marítimo. 

Una de esas amenazas es el misiles avanzado tierra-mar Yakhont (SSN-26) de Rusia, que se ha suministrado a Siria, y es percibido por el ejército israelí como un cambio de juego que altera el equilibrio de poder, y amenaza a todos los buques israelíes en alta mar y los campos de gas natural. Israel teme que el establecimiento de defensa entre todo el caos en Siria y el desmoronamiento del régimen de Damasco, esos sistemas de armas avanzados puedan caer en manos de grupos extremistas terroristas islámicos como Al Qaeda, que está profundizando sus actividades en Siria. 

De acuerdo con varios informes en el pasado, Hezbolá ya tiene sus manos en el Yakhont. El alto funcionario agregó: "No importa la cantidad de dinero que pedimos con el fin de invertir en la construcción de nuestra fuerza de disuasión y comprar nuevas armas y fortalecernos. Estamos de todos modos gestionando nuestra misión de proteger y patrullar en alta mar y hacer que la costa sea segura. " 
  


Él dijo: Hay no pocas de las nuevas amenazas que entran en la arena y han modificado ligeramente el equilibrio de poder. Pero estamos preparados para ellos en una manera sofisticada. Todos los buques de la marina de guerra de Israel están protegidos contra nuevas amenazas y los barcos con misiles están protegidos contra el Yakhont ". 

Profundamente grabado en la conciencia de la IDF es el ataque contra un buque israelí por un misiles chino C-802 en la costa de Beirut durante la Segunda Guerra del Líbano en 2006. El alto funcionario añadió: "Eso no va a suceder de nuevo. Hemos aprendido las lecciones. Hemos tomado medidas en el campo y ha invertido una gran cantidad de pensamiento. Los misiles no son tan complicadas y enfrentarlos no es tan grande desafío. Tenemos respuestas claras a esta amenaza. Estamos llevando a cabo ensayos todo el tiempo y probando a nosotros mismos para estar seguros de que tenemos las respuestas a las amenazas y escenarios, incluso por encima del umbral requerido. " 

La preparación de las IDF para las nuevas amenazas en el Mediterráneo Oriental incluyen una estrecha colaboración con la rama de desarrollo de la marina y las industrias de defensa de Israel como Israel Aerospace Industries Ltd. (IAI) (TASE: ARSP.B1) que está promoviendo el proyecto de misil superficie a aire (SAM) Barak 8 que intercepta misiles en el mar. "El Barak 8 es un buen ejemplo de nuestra preparación para las amenazas futuras", dijo el directivo. 

Colaboración con la India 
Uno de los socios principales en el desarrollo de la Barak 8 es el ejército de la India, el cual conjuntamente financia en el proyecto. Cuando haya finalizado las fuerzas armadas de la India también estarán equipadas con el nuevo e innovador sistema de armas multi-propósito. El sistema proporcionará una respuesta a una amplia gama de amenazas a los buques y misiles de intercepción disparados desde tierra a mar y aviones. El nuevo sistema pronto entrará en la fase de ensayos y fuentes profesionales creen que estará en funcionamiento dentro de 18 meses a dos años. 

La ampliación de las amenazas en el mar y el mayor número de tareas que vayan a tomarse incluyen la defensa de los equipos de perforación de gas costa afuera, que de acuerdo a la Armada requieren de alrededor de NIS 3 mil millones para ser plenamente operativos. Esta cantidad incluye la compra y la puesta en funcionamiento de nuevos sistemas y al menos cuatro buques de guerra grandes para proteger los intereses nacionales en las aguas económicas de Israel. 

Además, a los buques nuevos, sistemas de radar, intercepción y armas de protección, la Marina de Israel está interesado en vehículos marinos no tripulados para duplicar su fuerza. El sistema principal es el Protector, desarrollado y producido por Rafael Advanced Defense Systems Ltd.. 

Un número limitado de estos sistemas ya están en operación con la Marina de Israel en tareas de rutina y los resultados han sido buenos. "El trabajo del buque sin tripulación es absolutamente razonable y estamos satisfechos con eso", dijo el directivo. Se puede llevar a sistemas electrónicos y de ser parte de las operaciones de rutina, ayudar en la defensa naval y operan en zonas de batalla y atraen el fuego, salvando así vidas. Mucho pensamiento se ha invertido en esta dirección ". 

Globes