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martes, 2 de diciembre de 2025

Argentina: Negocia financiamiento para 3 Scorpene Evolved

Argentina busca un préstamo con respaldo francés para adquirir tres submarinos clase Scorpène.


Noticias Navales


El plan argentino de comprar tres submarinos franceses Scorpène sigue estancado debido a la falta de financiación y garantías de préstamos de Francia.

En una entrevista con Infobae el 27 de noviembre de 2025, Laurent Mourre, director de Ventas para países estratégicos de Naval Group, confirmó que las negociaciones de Argentina para la adquisición de tres submarinos clase Scorpène siguen estancadas, ya que aún no se ha concretado un préstamo financiero con garantía francesa y no se puede formalizar ningún contrato hasta que se acuerden las condiciones de financiación con entidades crediticias familiarizadas con el perfil de riesgo de Argentina. El retraso afecta el deseo del gobierno argentino de reconstruir la fuerza submarina del país, que ha carecido de unidades operativas desde la pérdida del ARA San Juan en 2017.


La idea de Argentina es conservar las dimensiones generales y las características hidrodinámicas de la clase Riachuelo brasileña, incorporando baterías y sistemas de iones de litio del Scorpène Evolved, para lograr una mayor autonomía en inmersión, una carga más rápida y un mantenimiento más sencillo. (Fuente de la imagen: Armada de Brasil)

La decisión del presidente Javier Milei, en noviembre de 2025, de que su gobierno compraría submarinos a Francia impulsó al embajador argentino en París, Ian Sielecki, a solicitar urgentemente una reunión con el ministro de Defensa, Luis Petri, ya que el tema no figuraba inicialmente en la agenda política. Esta decisión se produjo tras una Carta de Intención no vinculante firmada en Francia en octubre de 2024 por el ministro de Defensa, Luis Petri, y el almirante Carlos Allievi para iniciar negociaciones formales para la adquisición de tres submarinos basados en el modelo brasileño Riachuelo. Ese programa brasileño, lanzado en 2008, abarca cuatro submarinos convencionales de la clase Scorpène y una unidad de propulsión nuclear. Los cuatro submarinos convencionales ya han sido entregados; el tercero, Tonelero, ha entrado en servicio y el cuarto se está botando desde el astillero naval de Itaguaí. Ezoic

Infobae señala que los precios de los Scorpène en contratos recientes suelen superar los 700 millones de dólares por unidad, lo que coincide con las estimaciones de unos 2.300 millones de dólares para tres embarcaciones, incluyendo el apoyo y los servicios asociados. Por su parte, Argentina ya ha incluido una solicitud de crédito plurianual de 2.310 millones de dólares bajo el epígrafe "Recuperación de la Capacidad Submarina" en su propuesta de presupuesto para 2025. Mourre se negó a proporcionar una cifra específica para la oferta argentina, argumentando que antes de un contrato y en un entorno competitivo, los precios son confidenciales y que el valor final dependerá en gran medida del nivel de modificación en comparación con un Scorpène estándar, ya que la ingeniería a medida puede generar aumentos significativos de costos o ser limitada.

Explicó que el principal obstáculo en esta etapa es financiero, ya que Argentina no puede pagar el monto total de inmediato y debe recurrir al crédito externo, mientras que el propio Grupo Naval no otorga préstamos soberanos. Según Mourre, los mecanismos de financiación de exportaciones son el mecanismo habitual en estos casos, con préstamos bancarios que a menudo están garantizados por el Estado francés, y las condiciones dependen de las tasas de interés, las garantías y los seguros. Enfatizó que el Estado francés puede desempeñar un papel relevante respaldando la financiación, pero que dichas garantías no son automáticas y conllevan condiciones tanto para el comprador como para los prestamistas. En la práctica, Naval Group suele trabajar con bancos que ya conoce, familiarizados con el país comprador y capaces de gestionar el riesgo asociado, lo que sería un factor importante para el pago inicial de aproximadamente el 15% por parte de Argentina, dada su historia económica reciente y su enfoque actual en el control del gasto público.

Por lo tanto, no se puede formalizar ningún contrato vinculante hasta que se obtenga un préstamo con respaldo estatal de Francia, requisito previo para iniciar la construcción del submarino en astilleros franceses. Los negociadores en Buenos Aires buscan condiciones de pago muy favorables, con una duración de seis o siete años, que los medios locales califican de inéditas si se obtienen. Las opciones industriales son otro eje central de la discusión, ya que Naval Group ha presentado a Argentina alternativas que incluyen la construcción local de submarinos o la importación de embarcaciones terminadas. Mourre destacó que existe una gran diferencia de costo según si la construcción se realiza en Argentina, Brasil, Francia u otro lugar, y identificó esta decisión como una decisión estratégica que definirá todo el programa. Afirmó que si Argentina quiere construir submarinos en el país, astilleros como Tandanor requerirían grandes inversiones para alcanzar los estándares de infraestructura necesarios para la construcción de submarinos.





Repitiendo en cierta medida la experiencia de Brasil, que creó el Complejo Naval de Itaguaí e invirtió fuertemente en instalaciones, capacitación de la fuerza laboral y cadenas de suministro locales para fabricar sus barcos de la clase Riachuelo.
Ezoic

Establecer un marco similar en Argentina, con la participación de Naval Group, la Armada y otras entidades públicas, requeriría un programa plurianual similar al PROSUB, con un plazo estimado de unos diez años desde la botadura hasta la entrega del primer submarino. La alternativa es construir los submarinos íntegramente en Francia, como se prevé actualmente para tres unidades Scorpène Evolved, y centrar la participación argentina en el mantenimiento, la capacitación y las posteriores revisiones de mitad de vida útil. En este segundo caso, Tandanor y otros actores locales recuperarían la competencia técnica al encargarse de las reparaciones de mitad de vida útil, mientras que las tripulaciones y el personal técnico se capacitarían utilizando simuladores y sistemas integrados de apoyo logístico suministrados por Naval Group. Este enfoque reduce la ambición industrial inicial, acorta los plazos y disminuye la inversión inicial en la modernización de los astilleros, pero el plan actual no parece incluir ninguna participación industrial brasileña.

La configuración prevista para Argentina se corresponde en líneas generales con la clase Riachuelo brasileña, una versión alargada del Scorpène, adaptada para misiones de largo alcance en el Atlántico Sur. Los submarinos de la clase Riachuelo miden aproximadamente 71,6 metros de eslora, 6,2 metros de manga y 5,8 metros de calado, y su desplazamiento sumergido es de aproximadamente 1.870 toneladas. Utilizan una unidad de propulsión diésel-eléctrica para permanecer desplegados durante aproximadamente 70 días durante las operaciones. Cada unidad lleva cuatro tubos lanzatorpedos de 533 mm y puede cargar hasta 18 torpedos pesados ​​F21 o una combinación de torpedos y misiles de crucero antibuque, como el SM 39 Exocet o el Harpoon, así como minas en lugar de algunos torpedos cuando sea necesario.

Para Argentina, la idea es conservar estas dimensiones generales y características hidrodinámicas, incorporando baterías de iones de litio y sistemas del Scorpène Evolved, para una mayor autonomía sumergida, una carga más rápida y un mantenimiento más sencillo. Naval Group indica que los submarinos Scorpène Evolved pueden alcanzar una autonomía submarina superior a 78 días, una autonomía cercana a las 8.000 millas náuticas y una disponibilidad anual en el mar de más de 240 días, cifras que se utilizan como referencia para los objetivos de rendimiento de los futuros submarinos argentinos. Naval Group complementa este enfoque con el suministro de simuladores de entrenamiento que permiten a las tripulaciones y al personal de apoyo entrenarse desde las primeras fases del programa y ensayar misiones y procedimientos de emergencia antes del despliegue operativo completo.



Al mismo tiempo, Argentina presenta la compra del submarino como parte de un esfuerzo más amplio para fortalecer el control marítimo en el Atlántico Sur, donde las flotas pesqueras extranjeras, la pesca ilegal y el control del Reino Unido en torno a la zona de las Malvinas generan tensiones recurrentes, lo que explica por qué el plan tiene prioridad política, pero aún espera un cierre financiero concreto. La decisión de Argentina se produjo tras el hundimiento del ARA San Juan en noviembre de 2017, evento que puso fin a la vida operativa de la clase TR-1700, provocó el retiro de la fuerza submarina del país del servicio activo y condujo a la suspensión y posterior cancelación de la modernización del ARA Santa Cruz. El ARA Salta, un submarino Tipo 209, ahora sirve únicamente como plataforma de entrenamiento; puede navegar en superficie, pero ya no ofrece plena capacidad operativa.

Para preservar sus habilidades, se han enviado tripulaciones argentinas a entrenarse en submarinos peruanos Tipo 209, en virtud de un acuerdo que busca evitar la pérdida total de experiencia. El almirante Allievi ha declarado que recuperar las capacidades submarinas es una prioridad y que se realizaron estudios técnicos, logísticos y financieros, pero la preferencia de Argentina aún debe plasmarse en un contrato detallado. En este contexto, Mourre enfatizó que la decisión política para adquisiciones de esta envergadura debe tomarse al más alto nivel, y que un entendimiento entre Javier Milei y Emmanuel Macron sobre las prioridades estratégicas y la financiación será decisivo para el futuro del programa. Las negociaciones de Argentina con Francia también se enmarcan en un mercado global de submarinos que ha crecido rápidamente, ya que muchos estados buscan expandir o modernizar sus flotas submarinas para proteger zonas económicas exclusivas, cables submarinos, rutas comerciales y recursos marinos.

El inventario mundial de submarinos de ataque, excluyendo los submarinos con misiles balísticos, se estima en alrededor de 450 unidades, y cuatro países: Corea del Norte, Rusia, China y Estados Unidos poseen más de la mitad de ese total. Entre 2016 y 2023, los astilleros entregaron más de cincuenta submarinos de ataque convencionales por un valor aproximado de 25 000 millones de dólares y más de veinte submarinos de ataque de propulsión nuclear por un valor aproximado de 30 000 millones de dólares, representando China y Estados Unidos en conjunto una parte significativa de estas entregas.
En este contexto, los astilleros orientados a la exportación, como Naval Group y TKMS, se enfrentan a una creciente competencia de Saab, Navantia, las surcoreanas Hanwha y Hyundai, así como de los astilleros chinos y japoneses, que apuntan cada vez más a los mercados de Latinoamérica, Asia y Europa. Estados Unidos sigue centrado en los diseños de propulsión nuclear y no compite en el segmento convencional, lo que obliga a las bases industriales europeas, asiáticas y emergentes a competir por países como Argentina.

domingo, 6 de octubre de 2024

ARA: Se acuerda con Francia 3 Scorpène y un SSK stop-gap


Argentina está a punto de llegar a un acuerdo con Francia para adquirir 3 submarinos Scorpène


por Laurent Lagneau || opex360





Encargada de vigilar una zona económica exclusiva (ZEE) de más de un millón de km², la Armada Argentina (ARA - Armada de la República Argentina) ya no cuenta con ningún submarino operativo, a pesar de haber tenido tres antes de la trágica desaparición del ARA San Juan en noviembre de 2017. Inicialmente suspendida, la modernización del ARA Santa Cruz fue cancelada en 2020, mientras que el ARA Salta (Tipo 209) se utiliza como buque escuela, ya que solo puede navegar en superficie.

Recuperar las capacidades submarinas es una de las prioridades del almirante Carlos María Allievi, jefe del Estado Mayor de la Armada Argentina. Lo explicó en una entrevista el pasado 1 de agosto.

De ahí surge el proyecto de Buenos Aires para adquirir tres nuevos submarinos con propulsión diésel-eléctrica. Dos empresas han presentado propuestas: la alemana ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS) con el Tipo 209 NG (Nueva Generación), y la francesa Naval Group, con el Scorpène.

“Se han realizado estudios técnicos, logísticos y financieros para determinar cuál oferta es la más adecuada para las necesidades de Argentina”, precisó el almirante Allievi. Añadió que solo quedaba que el presidente argentino, Javier Milei, tomara una decisión sobre la compra de estos tres submarinos. “Esta decisión no solo tendrá en cuenta las consideraciones operativas y financieras. Otros factores también juegan un papel”, subrayó.


Aunque no especificó qué modelo de submarino prefería la Armada Argentina, el almirante Allievi dio una pista: “Si se trata de un astillero privado, la negociación será más complicada que si es un astillero público, ya que en este último caso se puede concluir un acuerdo entre Estados”, comentó.



De los dos competidores, solo el capital de Naval Group es mayoritariamente propiedad del Estado (con el 62,25%), mientras que el de TKMS está completamente en manos de actores privados. Esto explica las conversaciones en curso entre Buenos Aires y París. Aparentemente, estas están en una etapa avanzada. Esta semana, el ministro de las Fuerzas Armadas de Francia, Sébastien Lecornu, recibió a su homólogo argentino, Luis Pietri, para hablar sobre la cooperación en defensa franco-argentina.

“El 3 de octubre de 1964, el general De Gaulle llegó a Argentina como parte de su gira por América Latina. Sesenta años después, bajo el impulso del presidente Macron y el presidente Milei, redoblamos esfuerzos para fortalecer nuestra relación en defensa: intercambio con mi homólogo Luis Pietri sobre la situación internacional y la cooperación”, dijo Lecornu en la red social X.

Según Zona Militar, que cita fuentes cercanas al tema, este encuentro entre los dos ministros habría permitido avanzar en las negociaciones para la compra de tres submarinos de ataque clase Scorpène de Naval Group. Se habría mencionado la próxima firma de una carta de intención que también incluiría el suministro de repuestos, servicios "asociados" y formación. El monto de este posible pedido ascendería a 2 mil millones de dólares (unos 1,8 mil millones de euros). Probablemente, Buenos Aires buscará obtener facilidades financieras a través de un préstamo garantizado por la COFACE.

Sin embargo, una carta de intención no es vinculante, y hay otro factor a considerar: el mantenimiento de las capacidades de la Armada Argentina. Por el momento, esto se logra gracias a un acuerdo con la Armada Peruana, que acoge a cadetes argentinos a bordo de sus submarinos Tipo 209. No obstante, el almirante Allievi expresó su deseo de obtener un submarino de segunda mano de forma temporal. Sin embargo, Francia no está en condiciones de proporcionarlo.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

ARA: El elegido sería el Scorpène Evolved

SSK Scorpène Evolved





Estos submarinos son los ofrecidos a Indonesia y representan la última evolución en la clase Scorpene. Son SSK producidos para el escenario naval 2035, con muchos adelantos respecto a los modelos chilenos (clase O'Higgins) y también brasileños (clase Riachuelo). Son más largos y, principalmente, tienen baterías de ion-litio (LIB) que se cambian cada 10 años (no como las de plomo que es cada 8) permitiendo 80 días de navegación y 8.000 millas naúticas. Repasemos sus características.

La nueva generación de submarinos de ataque de la clase Scorpène ha dado un salto significativo con el SSK Scorpène Evolved, una evolución del diseño original desarrollado por la empresa francesa Naval Group. Este modelo mejorado no solo responde a las demandas de un entorno naval en constante transformación, sino que también introduce avances cruciales en capacidades, sigilo y versatilidad operativa.

El Scorpène Evolved se distingue principalmente por su mayor tamaño y desplazamiento en comparación con la versión estándar. Esta ampliación no es meramente estética, sino que responde a la necesidad de aumentar el volumen interno para alojar sistemas más avanzados, mejorar las condiciones de habitabilidad y, sobre todo, extender la autonomía del submarino en misiones de largo alcance. Al contar con más espacio para combustible y equipos, este nuevo diseño permite operaciones prolongadas sin la necesidad de regresar a puerto, un factor clave en misiones de patrullaje y vigilancia en alta mar.

Otro de los puntos fuertes de esta evolución es la mejora en la capacidad de furtividad. El Scorpène Evolved incorpora materiales y tecnologías que minimizan el ruido generado por el submarino, lo que dificulta su detección por medios enemigos. Estas características son especialmente importantes en el contexto de la guerra submarina moderna, donde los avances en sistemas de sonar y radar exigen niveles de discreción sin precedentes. Con un diseño de casco optimizado y recubrimientos que reducen su firma acústica, este submarino es capaz de pasar desapercibido incluso en aguas fuertemente vigiladas.

Uno de los avances más significativos radica en su mayor autonomía bajo el agua, especialmente cuando se equipa con el sistema de propulsión independiente del aire (AIP) de Naval Group, conocido como MESMA. Este sistema permite al Scorpène Evolved operar sumergido durante semanas, sin necesidad de salir a la superficie, lo que incrementa su capacidad de permanecer oculto en misiones prolongadas y en zonas de alto riesgo. Esta autonomía subacuática es vital para operaciones en aguas profundas o cercanas a costas hostiles.

Cuenta con una configuración completa de baterías de ion-litio (LIBs) que permite una autonomía total de 80 días y un alcance operativo de más de 8.000 millas náuticas. En comparación con la variante anterior, el Scorpène Evolved tendrá una firma acústica más baja y, gracias a las LIBs, será capaz de mantener su velocidad máxima durante un período de tiempo más prolongado.

El submarino también se beneficia de un sistema de gestión de combate mejorado, capaz de integrar y operar con un arsenal más amplio y sofisticado. Desde torpedos y misiles antibuque hasta armas de ataque terrestre, el Scorpène Evolved está diseñado para enfrentarse a una variedad de amenazas. Además, su capacidad modular le permite adaptarse fácilmente a futuras actualizaciones tecnológicas, asegurando que pueda seguir siendo una plataforma efectiva durante décadas.

Otro aspecto importante es la mejor habitabilidad a bordo, una característica que ha sido cuidadosamente considerada en esta evolución. Con un diseño más ergonómico y mejores condiciones de vida, la tripulación puede soportar misiones largas con mayor comodidad, reduciendo el desgaste físico y psicológico.

Por último, el Scorpène Evolved ha reducido su dependencia de grandes tripulaciones gracias a la automatización de sus sistemas. Con una menor necesidad de personal operativo, el submarino es más eficiente en términos de coste y puede ser manejado con un equipo más reducido, lo que también mejora su autonomía y capacidad de mantener operaciones prolongadas.

En resumen, el SSK Scorpène Evolved representa un salto cualitativo respecto a la clase Scorpène original. Este nuevo modelo no solo refuerza las capacidades estratégicas de las marinas que lo operen, sino que también responde a las necesidades de la guerra submarina moderna, donde la sigilosidad, la autonomía y la flexibilidad son claves para el éxito.




miércoles, 4 de septiembre de 2024

Argentina: El gobierno iría por dos SSK clase Scorpene franceses

Aclaración: La fuente no es especializada. Fuentes del MinDef dicen que se explora encargar 1 (un) solo SSK. Los modelos bajo análisis siguen siendo, efectivamente, el U209NG y el Scorpene. También se rumorea que de ser 2 (porque el presidente mencionó "submarinos") podrían ser los U209 clase Ula noruegos, que vendrían con el paquete P-3C. Veremos



El Gobierno acelera la compra de submarinos por US$1000 millones: no hay ninguno activo desde el ARA San Juan

La Armada Argentina tiene una comisión técnica que se encarga del contacto con la empresa semipública Naval Group, que produce las naves Scorpene que quiere la Casa Rosada. Son de combate y tienen un valor de US$500 millones cada una.

Por Ignacio Salerno || TN



Javier Milei junto a los ministros Luis Petri y Patricia Bullrich en Ushuaia (Foto: prensa Gobierno).

El Gobierno quiere comprarle a Francia dos submarinos militares por US$1000 millones. Para eso, el ministro de Defensa, Luis Petri, tiene lista la carta de intención que le enviará al gobierno de Emmanuel Macron para empezar a negociar la adquisición en los próximos días.

La Armada Argentina tiene una comisión técnica que se encarga del contacto con la empresa semipública Naval Group -el Estado francés tiene el 60% del capital-, que produce los submarinos Scorpene que quiere el Ejecutivo. Son de combate y pueden integrar baterías de litio. Tienen un valor de US$500 millones cada uno.



El Ejecutivo quiere acelerar la firma para poner en marcha la construcción que puede durar hasta 7 años. En ese contexto, analiza realizar una parte en la Argentina bajo la órbita de la empresa Tandanor. Un sector del oficialismo sostiene que “debería ponerse en funcionamiento el astillero Storni”, pero asegura que “lo más rápido es que se fabriquen afuera”.

La Casa Rosada analizó la compra de submarinos usados, pero afirma que no encontraron opciones de segunda mano acordes a sus expectativas. Quieren que sean diesel eléctricos, de forma que se recarguen en superficie encendiendo los generadores.


El submarino Scorpene que quiere adquirir el Gobierno (Foto: Naval Group).

La segunda alternativa que tiene en carpeta la Armada son los submarinos alemanes Thyssen. Se trata del modelo 209, que está armado con torpedos, misiles y minas. Se compone de un comando de armas integrado y tiene un sistema avanzado de frecuencia baja de detección.

El tercer modelo en análisis son los submarinos de clase Ula que usa la marina noruega. Son usados y están en consideración hace más de cinco años. La Argentina incorporó en 1971 modelos de segunda mano de los Estados Unidos: ARA Santa Fe y Santiago del Estero. Duraron menos de 13 años.

La Argentina no tiene submarinos en actividad desde la tragedia del ARA San Juan en noviembre de 2017. En Defensa aseguran que establecieron como prioridad los Scorpene, pero reconocen que la compra depende del sistema de pago que se negocie.

Petri dijo en julio en la base naval de Mar del Plata: “El gran desafío es recuperar la capacidad de submarinos. Estamos haciendo todos los esfuerzos, todos los estudios y escuchando todas las ofertas posibles para que la República Argentina recupere esa capacidad que perdió allá por el 2017″.


El ARA San Juan (Foto: Gobierno).

El Jefe del Estado Mayor General de la Armada, el contraalmirante Carlos María Allievi, expresó a la Liga Naval que “la prioridad es recuperar la capacidad submarina en el mediano plazo. Es una capacidad que para nosotros es estratégica, es vital, una capacidad que la Armada tenía desde el año 1933, cuando llegaron los primeros submarinos”.

“Si uno analiza el cono sur, Chile y Brasil tienen Scorpène y el resto de los países, estamos hablando de Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, tienen 209. Como submarino, operativamente tiene mayores aptitudes el Scorpène, la adquisición de ese submarino establecería un equilibrio estratégico, estaríamos nivelados con Brasil y Chile”, agregó.

El Gobierno ya incorporó los 24 aviones de combate F-16 que le compró a Dinamarca por 300 millones de dólares. Llegará además al país en los próximos días una de las cuatro aeronaves P3 Orion Charly -de origen estadounidense- que la Casa Rosada negoció con Noruega.

El Gobierno busca además impulsar la instalación de una base militar en Ushuaia con apoyo de los Estados Unidos. El último avance fue en abril de 2023, cuando Defensa comenzó con las excavaciones para la construcción de los cimientos y carenados para el primer galpón.