Una Visión Estratégica de la Defensa de los Intereses Argentinos en el Mar (II)
Capitán de Navío IM Miguel A. Troitiño || Defensa y Seguridad
5. Defensa de los Intereses Argentinos en el Mar
Dentro
de las regiones geográficas de interés nacional que hemos identificado,
debemos considerar los intereses estratégicos, los cuales deberían
orientar la definición de los objetivos materiales y, finalmente, los
recursos que se asignarán a esos objetivos. Dentro de ellos, las Fuerzas
Armadas y su diseño para la defensa de los mismos:
El resguardo del posicionamiento argentino en el sistema antártico.
(Más protagonismo con una oferta al mundo y la defensa de nuestros reclamos soberanos).
Materializado
en el incremento de nuestra influencia y presencia en la Antártida a
través de una robusta y clara Política de Estado basada en el
mantenimiento y modernización de nuestras bases permanentes y temporales
(la refundación de la Base Petrel y el potenciamiento en sus
capacidades de apoyo es un ejemplo), el incremento de la actividad
científico-tecnológica y de su sostén logístico, y el desarrollo de un
Polo Logístico Antártico que, como mencionábamos en el punto precedente,
merece un análisis inteligente que parta de la necesidad de la
integración regional como concepto superior, guía de todas las acciones
institucionales.
Deberíamos
seducir a un Mundo cada vez más interesado y que nos encuentra formando
parte del camino más directo al continente blanco. Si bien es
importante reconocer que lo antártico constituye actualmente una de las
Políticas de Estado más firme de nuestro País, su desarrollo no se
percibe conectado a otras políticas necesarias, que deberían estar
concebidas asociadas a la búsqueda del bien común y el cumplimiento de
las metas fijadas por un Proyecto de Nación.
La
combinación de un sostén logístico antártico basado en un Instrumento
Militar que cuente con unidades navales con capacidad de navegación en
aguas polares y sus puntos de apoyo / bases navales posicionadas en la
Patagonia y los medios navales, aeronavales y de infantería de marina
que aseguren su protección, la de todo desarrollo industrial y logístico
que da respuesta a las necesidades antárticas y los puertos y aguas del
Atlántico Sur austral, sería el argumento para determinar el diseño de
fuerzas a considerar.
La integración y seguridad regional.
(Solos no podemos, la integración potencia las capacidades).
Si queremos tener un protagonismo activo formando parte de “Occidente”,
no podemos dejar de contribuir al MARE NOSTRUM, asumiendo nuestro
protagonismo en el Atlántico Sur. La inmensidad de la tarea, sumado al
insoslayable incremento de actividad en el mismo, nos lleva a entender
que solos no podremos, por lo que la integración con nuestros vecinos
atlánticos: Uruguay, Brasil y Sudáfrica, es fundamental. Sumados a
ellos, otros actores regionales que, sin tener injerencia directa sobre
la cuenca sud atlántica, podrían contribuir al fortalecimiento de los
intereses de nuestro País.
Afortunadamente,
es un concepto ya entendido y plasmado en acciones que todos los años
se realizan a partir de operaciones, ejercitaciones y actividades
combinadas. Es necesario comprender que la demanda de seguridad regional
se incrementará en el tiempo, por lo que debería prevalecer la
continuidad e incremento del concepto integrador de la Defensa.
Aquí,
el diseño de fuerzas debería considerar las características del
ambiente operacional y el robustecimiento de la confianza bilateral.
Nadie lo puede todo, sobre todo cuando sólo podemos aspirar a ser una
potencia media, al igual que nuestros vecinos. Llevado a la definición
de capacidades, deberíamos aceptar no contar / aspirar a lo “deseado”, sino a lo “posible”, que tendría que ser definido respondiendo a una inteligente priorización de necesidades.
El
desarrollo de una Base Naval Integrada en la ciudad de Ushuaia
contribuiría a fortalecer la seguridad regional, custodiando
fundamentalmente la zona austral, sus pasos bioceánicos y la puerta de
acceso a la Antártida. De todas maneras, la vastedad del espacio que la
separa de la Base Naval Puerto Belgrano, Base principal y única en la
actualidad, requiere de, al menos, un despliegue secundario más entre
ambas, que fortalezca la presencia del Instrumento Militar en todo el
litoral marítimo atlántico.
La paz y seguridad nacional e internacional.
(Nuestra contribución al mundo, garantizando la seguridad propia).
Implica
la participación activa en misiones internacionales, formando parte de
coaliciones / organizaciones cuyo propósito sirve a nuestros intereses y
no vulneran los principios de nuestra Constitución Nacional (Ej.
Misiones de Paz de ONU). Preferentemente, nuestra participación debería
estar ligada a acciones promovidas por Occidente, a partir de que somos
parte del mismo y, prioritariamente, a aquellas que contribuyan a la
preservación de la paz en el Atlántico Sur.
Vinculado
al interés estratégico precedente, al momento de definir el diseño de
fuerzas, deberíamos asegurar contar con aquellas capacidades que
contribuyan a la seguridad de todo bien de valor superior para el País.
La preservación del medio ambiente.
(Para que nos recuerden bien los argentinos del futuro).
Constituye
un interés estratégico que va tomando importancia y protagonismo de
manera acelerada, ya transformado en una Política de Estado por muchos
países occidentales. Proteger el medio ambiente debería dejar de ser una
mera declamación, debiendo ser un objetivo concreto para resguardar por
nuestra Nación, a través de una política integral de la que tendría que
participar la Defensa, garantizando la disponibilidad y la preservación
del hábitat y sus recursos en el presente, pero fundamentalmente
asegurándolos para el futuro.
Los espacios marítimos, insulares y fluviales de interés.
(Porque somos una isla y los necesitamos para sobrevivir).
Hemos utilizado al concepto esencial de “isla”
para ayudarnos a definir los lineamientos estratégicos que nos llevan a
ser protagonistas en el Atlántico Sur. Este concepto es el que nos
permite visualizar al elemento que nos conecta al mundo, nos comunica y,
al mismo tiempo, a través del cual estamos expuestos a los riesgos más
importantes. Allí, desde ese elemento, es de donde la presencia militar
ilegítima del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en las
Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e
insulares correspondientes nos obliga, por un lado, a mantener una
activa política exterior que lleve nuestro reclamo a ser atendido y
resuelto de manera pacífica y, por el otro, a un diseño de fuerzas y sus
capacidades, despliegue y organización necesarios, que nos haga
creíbles y respetados, fundamentalmente en el proceso de negociación
reclamado, buscando una mejor posición relativa frente a esta situación.
Líneas marítimas / fluviales internacionales y los pasajes interoceánicos
(Su protección, para asegurar nuestra conexión con el mundo).
Las
tres regiones definidas y vinculadas a los espacios marítimos de
interés contienen la líneas marítimas y fluviales internacionales y los
pasajes interoceánicos. Constituyen circuitos comerciales que, como
venas y arterias de un cuerpo, nutren a nuestra Nación. La condición
expedita de las mismas es esencial para la supervivencia, sabiendo que
el 87% de nuestro comercio es marítimo y se realiza a través de estas.
Una
vez más, el análisis del ambiente operacional marítimo, marcado por una
geografía política-económica, define el diseño de fuerzas para su
defensa material. La Cuenca del Plata, como así también los pasajes
interoceánicos y, finalmente, la que hemos denominado autopista marítima
requieren rutas de libre y segura navegación a partir del desarrollo de
capacidades para tal fin. Si queremos hacer crecer el interés del Mundo
por nuestros “servicios”, tendríamos que garantizarle estructura, seguridad y confianza.
El
ambiente operacional que caracteriza a cada región definida
condicionará el diseño de fuerzas para su protección y defensa. Siendo
la Cuenca del Plata de naturaleza restrictiva, debería priorizar medios
que se adapten y garanticen la libertad y seguridad de la navegación y
la protección de aquellos puntos vitales, esenciales para mantener la
continuidad económica del País. Ya el Atlántico Sur vasto y rudo, nos
exige un concepto de diseño oceánico que nos permita asegurar la
protección de nuestro Mar Argentino y de todo el litoral atlántico,
incluyendo la protección de todo desarrollo socio-económico desplegado
en sus costas, así como contraponer la amenaza materializada por la
actual usurpación británica, en definitiva, de la denominada autopista
marítima. Deberían ser los medios más poderosos y ágiles que, acordes a
nuestras posibilidades, serían más o menos importantes, pero siempre
deberían respetar su rol. Es una obviedad, aunque debemos resaltar este
concepto ya que no han sido pocas las oportunidades en que hemos
adquirido medios que, por su diseño, resultaron condicionados en su
pleno empleo a partir de las características de nuestro mar. Finalmente,
la Antártida, como región debería tener una combinación de las
anteriores, si consideramos parte de esta a la Isla Grande de Tierra del
Fuego, con sus canales, estrechos y pasos bioceánicos.
Los recursos naturales renovables y no renovables.
(Su protección para su uso por derecho).
La
protección de estos ya constituye un objetivo estratégico definido como
Política de Estado en muchos de los países occidentales, incluido el
nuestro. Al respecto, la DPDN es clara al mencionar que
“La protección de los recursos naturales…constituye un aspecto medular
en la formulación de la actitud estratégica defensiva de la REPÚBLICA
ARGENTINA”, “… asegurar la disponibilidad de recursos naturales
renovables y no renovables localizados en el territorio nacional es una
forma tangible de materializar los intereses vitales de la Nación”.
Somos
dueños de un reservorio natural que atrae intereses foráneos, lo cual
nos obliga a protegerlo. Un control de estos no para negarlos sino para
administrarlos y negociarlos con el Mundo. En este punto, seguros de la
necesidad creciente del mundo por el aprovechamiento de los mismos, creo
necesario convencernos de que, si no somos capaces de hacerlo nosotros,
alguien lo será, y lo hará por nosotros.
En
sintonía con esto, su protección, siendo potestad de la Defensa, obliga
a un diseño de fuerzas que lo asegure. A este punto debería confluir la
necesaria protección por parte del Instrumento Militar de los
desarrollos logísticos y portuarios y el tránsito marítimo hacia y desde
ellos mediante medios navales, aeronavales y de infantería de marina,
en conjunción con el aporte de las otras Fuerzas Armadas de la Nación,
acordes a las características particulares de las estructuras a defender
y el ambiente operacional que los circunscribe.
6. Conciencia Marítima y sus Alcances
Los
argentinos del presente, si nos consideramos protagonistas del 4º
período histórico de vida de nuestro País, y tomamos en cuenta los
objetivos determinantes postulados por este trabajo y sus consecuentes
lineamientos e intereses estratégicos, aún deberíamos definir un diseño
integrado de desarrollo, que lleve a nuestro País a alcanzar los mejores
niveles de evolución y calidad de vida posibles. Y en esto, la Defensa
es una herramienta esencial, parte constitutiva de todo emprendimiento,
proyecto o idea que queramos llevar adelante.
La
razón de ser de la Armada Argentina, como parte del Instrumento Militar
de la Nación, está fundada esencialmente en la protección de nuestros
Intereses Marítimos. Sus actividades y acciones, así como su desarrollo,
deberían ser pensados y ejecutados para asegurar toda actividad que
esté vinculada al ambiente marítimo, sea de naturaleza industrial,
social y/o económica.
Reflexionando en este punto de nuestro desarrollo, parecerían conceptos muy conocidos. Sin dudas no estamos ante novedades o “verdades reveladas”.
Sin embargo, su repaso nos lleva a tomar conciencia del alcance de
nuestros actos en la búsqueda de su logro. Entonces, nos deberíamos
permitir afirmar que el acostumbramiento a la coyuntura no hace más que
perder de vista todo diseño que proyecte y cumpla el camino necesario
para satisfacer los intereses enunciados, limitando la decisión a
soluciones de circunstancia, muchas veces estimuladas por intereses que
no responden a nuestras verdaderas necesidades.
Es conocida la relevancia a nivel global del concepto de “Conciencia del Dominio Marítimo”, en inglés: Maritime Domain Awareness (MDA), Marina de USA (2007) (10). Este concepto es definido como la “efectiva
comprensión de todo lo que está asociado con dicho ambiente, que puede
causar impacto en los intereses vitales de un Estado”.
Consiste en la compresión de la información que es observable y conocida
(Conciencia Situacional), así como de aquella que se espera o sospecha
que suceda (Conciencia de amenazas). La comprensión efectiva ocurre
cuando la información que llega al decisor le permite accionar
correctamente.
Una
eficaz Defensa, implicará acciones preventivas, basadas en un elevado
conocimiento de lo que sucede de manera consciente y responsable y la
adopción de medidas, para minimizar el riesgo de alteración del orden
deseado y, finalmente, asegurar una capacidad de reacción materializada
en una acción creíble, capaz de rechazar la amenaza.
En
función de lo expresado, no perdamos de vista que, cuando se trata de
desarrollar una presencia eficaz del Instrumento Militar en el ámbito
marítimo, deberíamos guiarnos por los conceptos de Vigilancia, Control y
Poder Marítimo.
Vigilancia de los Espacios Marítimos
Efecto
preventivo que se logra a través del conocimiento de las actividades
realizadas en los espacios marítimos que permita la oportuna detección
de anomalías en la ejecución de las mismas. Para llevar adelante esta
acción es necesario el conocimiento de lo que pasa en el mar con el
objeto de dar la alerta estratégica necesaria para accionar y a su vez
mantener alimentados a los niveles de la estrategia militar y nacional.
Control de los Espacios Marítimos
Medio
por el cual el Instrumento Militar asegura el uso del espacio marítimo
para contribuir a alcanzar los objetivos de la Nación y
complementariamente, mediante la negación del espacio marítimo, impide
que lo hagan quienes pretendan afectarlos. Se ejerce con los alcances en
tiempo, espacio e intensidad que sean necesarios o posibles, tanto en
la paz: brindando alerta estratégica, garantizando el acceso presente y
futuro a los recursos naturales y facilitando información al poder
político para las relaciones internacionales, en época de crisis:
maximizando la libertad de acción y las opciones de nivel estratégico
militar, y en época de conflicto: contribuyendo a rechazar agresiones.
Poder Marítimo
Es
la capacidad que tiene un país para utilizar y controlar todas las
actividades que ocurran en el mar bajo su jurisdicción. Concepto
definido por el VL USN Alfred Thayer Mahan en su obra “Influencia del Poder Naval en la Historia” (1890),
desde el punto de vista de la seguridad de la Nación, podemos señalar
que el Poder Marítimo es una parte del poder de una Nación que le
permite planificar y conducir acciones que lo lleven a la consecución de
sus objetivos nacionales y diseñar las políticas y estrategias
necesarias en los espacios marítimos. El Poder Marítimo cuenta con todos
los organismos del Estado y los recursos de toda naturaleza que
permitan generar una máxima capacidad para utilizar el mar. Esto se
logra, en definitiva, con el Poder Naval aplicado para defender nuestros
Intereses Marítimos, los cuales constituyen el conjunto de beneficios
de carácter económico, político, social y militar que obtiene una Nación
de todas las actividades relacionadas con el uso del mar.
Poder Naval
La
naturaleza del escenario y la diversidad en calidad y cantidad de los
intereses propios a proteger requiere de una eficaz acción coordinada,
una adaptación al ambiente operacional y, finalmente, la capacidad de
uso de un lenguaje y procedimientos complejos que aseguren el empleo
eficaz de los medios navales (navales, de superficie y submarinos,
aeronavales y de infantería de marina). Geoffrey Till, en su obra “Poder Marítimo”,
establece una jerarquización en función de las capacidades para el
ejercicio del Poder Naval. Por nuestras características podríamos
aspirar a constituirnos en una Potencia Naval Media.
Definidos
los Intereses Estratégicos de nuestro País en el Mar y abordados los
conceptos doctrinarios en los que se encuadra la aplicación de la
defensa de los mismos, a modo de ejemplo, describiremos algunas de las
actividades que se desarrollan en estos espacios y que son de interés de
la defensa nacional:
1) Referente al tráfico y comercio marítimo:
- Tránsito mercante: Engranaje clave de la globalización.
- Tránsito de buques de pasajeros hacia la Antártida y zona austral chileno-argentina.
- Líneas de comunicación marítima interoceánicas que pasan por nuestro mar.
- Líneas
de comunicación marítima en áreas restringidas hacia y desde puertos y
la protección de los mismos de riesgos provenientes del mar.
- Actividades vinculadas al control de siniestros (Safety): Salvaguarda de la vida en el mar
2) Referente a la defensa de recursos bajo soberanía nacional:
- Actividad pesquera.
- Actividad hidrocarburífera.
3) Referente a la investigación científica:
Actividades a tener en cuenta en el control:
- Información para uso militar.
- Contribución al desarrollo de la investigación científica del País.
- Control y fiscalización de la información que recogen terceros países.
En
definitiva, el ejercicio del Poder Marítimo a través de la Vigilancia y
el Control de los Espacios Marítimos, debería permitir:
- Alerta estratégica.
- Protección de los recursos naturales para contribuir a su sustentabilidad.
- Protección del comercio marítimo, de su ingreso y egreso del País.
- Protección de objetivos vitales de amenazas enmarcadas en espacios marítimos.
- Apoyar a la Política Exterior.
- Proveer asesoramiento e información a las diferentes agencias estatales.
- Responsabilidad SAR.
- Protección del medio ambiente.
Resulta
imprescindible aclarar que los conceptos vertidos constituyen una
relación descriptiva que, si bien como idea serían correctos, hoy
parecerían una verdadera expresión de deseo. Sin dudas serán observados
así por aquellos que han abandonado el ejercicio profesional de vincular
a la gestión y gobierno del corto plazo con la proyección del mismo
orientado a la concreción en el tiempo de objetivos de mediano y largo
plazos. Desconectar las acciones del presente con el futuro, nos lleva a
una irremediable y constante decadencia.
7. Reflexiones Finales
La
Argentina ha abandonado el Pensamiento Estratégico en los últimos cien
años, aferrándose a la atención de los problemas del corto plazo. Sólo
en el nivel estratégico es posible plasmar un País futuro, su desarrollo
y su defensa.
La
construcción de la Defensa, que constituye un verdadero mandato
constitucional, no puede entenderse sino lo es contribuyendo a la
Seguridad integral de la Nación, la cual resulta condición indispensable
para el desarrollo del País, que no deberá apartarse del objeto de
nuestra Constitución Nacional.
Cuando
hablamos de desarrollo, debemos abordar el tema de manera prospectiva.
Surge entonces la necesidad de establecer objetivos y lineamientos
estratégicos que caractericen a nuestro País y al contexto al cual
pertenece, es decir, aquellas directrices que nos conducen a una visión
de futuro deseado para la REPÚBLICA ARGENTINA.
Ese
análisis define las áreas geográficas de interés nacional que,
vinculadas a los espacios marítimos, debemos considerar para construir
una Defensa: La Cuenca del Plata, El Atlántico Suroccidental y la
Antártida, así como las regiones de interés en el Mundo. En ellas, se
identifican intereses estratégicos que deberán ser objeto de nuestra
defensa.
Una
estrategia de defensa de los intereses argentinos en los espacios
marítimos jurisdiccionales, requiere de una Política de Estado, pública e
integrada al resto de las políticas para el desarrollo del País.
Implica una toma de conciencia marítima nacional y, en los hechos, las
acciones necesarias para el ejercicio del Poder Marítimo a través de la
Vigilancia y el Control de los Espacios Marítimos de interés para
nuestro País.
Los
hechos y acciones así pensadas y cumplidas nunca deberían ejecutarse en
un marco de una permanente inmediatez. Las bases del despegue de un
País que pretende un destino trascendente están al alcance, pero
requieren de idoneidad, coherencia y continuidad de gestión. Nosotros, ¿estamos dispuestos a hacerlo?
(10) US NAVY- NAVY MARITIME DOMAIN AWARENESS CONCEPT. Chief of Naval Operations, Department of Navy. Washington, 29/05/2007
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El
Capitán de Navío de Infantería de Marina Miguel Ángel Troitiño egresó
de la Escuela Naval Militar en 1989. Especializado en Infantería, fue
Comandante del Batallón de Seguridad de la Armada y del Batallón de IM
Nº2 y Jefe de Operaciones de la Fuerza de IM de la Flota de Mar. Se
desempeñó como Military Liaison Officer en la Misión de ONU en Kosovo –
UNMIK. Fue Instructor en la Escuela de Suboficiales de IM, Oficial de
Ingreso de la Escuela Naval Militar y Subdirector y Jefe de Enseñanza de
la Escuela de Guerra Naval. Fue Agregado de Defensa, Militar, Naval y
Aeronáutico en Italia y, durante la Pandemia Covid19, Director de
Sanidad de la Armada. Actualmente se desempeña como Secretario Ejecutivo
de la Secretaría General de la Armada. Entre los cursos realizados, se
destacan los siguientes: Perfeccionamiento de Oficiales del Cuerpo de
Fuzileros Navales, en Brasil; Comando y Estado Mayor de la Escuela de
Guerra Naval; Estado Mayor y Planeamiento Conjunto de la Escuela de
Guerra Conjunta y el Curso Superior de Estado Mayor Interfuerzas, en
Italia. Es Licenciado en Sistemas Navales de IM y Magister en Estudios
Estratégicos Internacionales, otorgado por la Libera Università
Internazionale degli Studi Sociali de Roma, la Università degli Studi di
Milano y el Ministerio de Defensa de Italia.
Artículo publicado en la Revista de la Escuela Superior de Guerra Naval Nº 68 Diciembre 2002
Fotos: Armada Argentina