Mostrando entradas con la etiqueta ARA Santa Fé. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ARA Santa Fé. Mostrar todas las entradas

domingo, 12 de julio de 2020

Georgias del Sur: El ataque al ARA Santa Fé



Helicóptero Westland Wessex Mark III ASW 406 del HMS Atrim arroja 2 bombas al Submarino ARA Santa Fe
Arte: Michael Turner


Relato de Guerra: Helicoptero a Popaaa!!! Ataque al ARA Santa Fe.

El Snorkel


La zona todavía estaba oscura con buen tiempo, yo conformaba el grupo de vigías de guardia, en un momento oculto entre las sombras producidas por las montañas del lugar y por la popa del submarino a muy baja altura observo un elemento que no condecía con el horizonte, agudizo la vista y grito en forma desaforada ¡ "HELICOPTERO A POPA, HELICOPTERO A POPA!!!!."

La zona todavía estaba oscura con buen tiempo, yo conformaba el grupo de vigías de guardia, en un momento oculto entre las sombras producidas por las montañas del lugar y por la popa del submarino a muy baja altura observo un elemento que no condecía con el horizonte, agudizo la vista y grito en forma desaforada ¡


"HELICOPTERO A POPA, HELICOPTERO A POPA!!!!."

El Oficial de Guardia acciona inmediatamente la alarma de colisión, el helicóptero ya se encontraba muy próximo a la aleta de babor, pasa a estribor a una distancia aproximada de 180 mts realiza una rápida maniobra y suelta dos cilindros. Relacione de inmediato con torpedos y doy el grito de TOP TORPEDO!!!!! No hubo tiempo de volver a gritar, el lapso entre el avistaje y la explosión fue incalculable; fueron dos bombas que impartan en el tanque de seguridad ubicado debajo de la estructura de la vela (torreta). La explosión levanta la proa del submarino, en busca de protección descendimos (por el interior de la vela) hasta el puesto de Comando que se encontraba con la escotilla cerrada producto de la alarma de colisión, al abrirse el Comandante (Capitán de Fragata Horacio BICAIN) pregunta enérgicamente que paso... al enterarlo de la presencia del helicóptero, yo desciendo por la escalera y en el entrepuente me cruzo con el Comandante donde le grito – “voy a traer fusiles Señor” – “adelante Gringo” , me acompañaba un compañero (Cabo MURACIOLI) para ese instante el Comandante se había hecho cargo de la situación .

Al llegar al cuarto de Control junto con el Oficial de Guardia (Teniente ARGAÑARAS) gritamos, “traigan fusiles” inmediatamente aparecieron los fusiles (GARANT y FAL). Estabamos en el compartimento, con MURACIOLI, MARECO con su delantal de cocinero, MACIAS con su repasador de camarero, SILVA electricista. GIGLIONE de Armas Submarinas y BUSTAMANETE sonarista, metiéndose cargadores en la cintura y en la camisa mientras todos me decían “te acompañamos Cacho”. Habían otros que formaban una cadena de aprovisionamiento de municiones, cuando subo al compartimento de comando y asomo por la escotillas escuche al Comandante que gritaba “se vienen gringo”, “se vienen gringo”, al asomarlos a la vela vimos a los helicópteros que se venían a toda velocidad. Comenzamos a disparar, la misión de los ingleses era pasar sobre el submarino y arrojar bombas similares a las dos primeras que fueron lanzadas: pero no se animaban, se encontraron con una cortina de balas y el coraje criollo.
El Comandante en el compartimento de comando, evaluaba los daños y subía a la vela nuevamente. Uno de los helicópteros nos acosaba con ametralladoras, el otro se colocaba a una distancia prudencial donde no llegaban nuestros disparos. De pronto vimos un hilo de luz que se convirtió en pocos instantes en una bola de fuego que avanzaba hacia nosotros, ¡ZAS!! – grito alguien “MISILES”, una explosión hizo temblar el tubo, nosotros nos amontonamos en el Compartimento de Comando, el Comandante gritaba “se vienen gringo” y todos nuevamente arriba comenzando el tiroteo Los fusiles en el momento de bajar los dejábamos en el piso de la vela, pero al subir ya teníamos otro en nuestro poder, porque el grupo que nos aprovisionaba ya los tenia listos.


Helicóptero Wasp lanzando misil AS-12 al Submarino ARA Santa Fe. ARTE de DANIEL BECHENNEC

El tiroteo era intenso, los ingleses si bien se cubrían con ametralladoras no se acercaban demasiado. Nosotros en el fragor de la lucha y con el deseo de eliminar al enemigo, gritábamos con toda la fuerza de nuestra garganta “Diosito acercalos un poquito mas a estos bastardos”. Pero Dios en ese momento no tenia el mando de los helicópteros. Por eso renuncie a EL por un tiempo.
Nunca había visto un lanzamiento de misil, pero les puedo asegurar que con dos que exploten cerca, uno se vuelve un experto. Por eso cada vez que un helicóptero nos apuntaba con su proa nosotros gritábamos “abajo todo el mundo” , dejábamos los fusiles en el piso y saltando de posta en posta desde la parte superior hasta Control.
En ese trayecto se escuchaban las explosiones y el temblor y también los gritos del Comandante alertando la aproximación de los atacantes. Mientras tanto el submarino navegaba a máxima velocidad hacia Greetviken.
Recuerdo que en una de esas estábamos meta tiro y tiro, los fusiles que se trababan, los tirábamos al agua y vimos con el Comandante que se venia un helicóptero hacia nosotros cubriéndose con ametralladoras.
Los piques de los proyectiles marcaban una línea en el agua, los dos nos tirábamos al piso de la vela (aquel que conoce un submarino sabe que ese espacio es muy reducido) y mirábamos las flores que se formaban en la fibra de vidrio de la estructura de la vela al ser atravesada por los disparos.
Las balas pasaban muy cerca nuestro, cuando no escuchábamos el repite de la municiones, sabíamos que era el momento de reincorporarse y repeler el ataque nuevamente. Ahora quiero hacer un alto en el combate y mencionar a un nombre que me merece que su apellido se escriba siempre con mayúsculas, MACIAS, su trabajo era el de camarero en esos tiempos era un joven muchacho, lleno de sueños, siempre listo para desempañar sus tareas, joven total.

En oportunidades subía a la vela por las noches a brindarnos una taza de café o agua caliente para el mate, y así poder paliar el frío lacerante de los inviernos en la torreta del submarinos durante las navegaciones en superficie. Este hombre cuya edad no recuerdo no tenia la vaquia (experiencia) de un vigía o de un oficial para desalojar el puente. Nosotros practicábamos y nos tomábamos los tiempos de descenso, porque dependía de nuestra celeridad que el submarinos comenzara su inmersión. MACIAS no tenia la practica suficiente para bajar los 10 peldaños de cada una de las escaleras de un salto. Pero aquella carencia de MACIAS no fue impedimento para demostrar su valor y amor por la patria.

En uno de los ataques con misiles doy la orden de desalojar la vela. Mis fusileros acatan lo mandado y se lanzan hacia Comando, quedando MARECO por saltar, lo hace normalmente, por detrás sigue Alberto MACIAS poniendo el pie izquierdo y buscando un lugar libre para saltar, en ese instante un misil que no se activa atraviesa el mamparo de fibra de vidrio de la vela, justo por el centro de ese espacio al pasar se lleva la pierna de MACIAS y estalla en el exterior por la banda de estribor.
La onda expansiva me tira contra el TBT y a MACIAS hacia abajo, en la confusión se produce un incendio tipo fosforado, sin pensarlo me tiro hacia el compartimento de Control, allí me encuentro con mis fusileros y MACIAS tratando de subir de nuevo, no se había dado cuenta que le faltaba la pierna derecha.

El “brujo” (enfermero) FUNES, ya con su morfina, le hace un torniquete y lo asiste, nosotros seguíamos combatiendo.

Así también transcurrió la defensa de nuestro querido SANTA FE, cada tripulante entrego lo suyo, sin la necesidad de pedir nada. Un ejemplo de esto fue cuando disparábamos nuestros fusiles, en el momento que se sentía el golpe seco del gatillar, era porque ya no tenia balas, con solo oprimirla traba del cargador y dejar caer el vacío alguien de inmediato colocaba uno nuevo y con solo accionar el cerrojo se podia continuar disparando sin parar, defendiéndonos con los dientes apretados llegamos al muelle
El Capitán BICAIN atraco el submarino en forma suave y con la rapidez de los que saben. De inmediato recibimos su orden por el 1 MC (comunicaciones internas) de “desembarcar por los lugares habituales” – Quiero remarcar que la orden fue “desembarcar” y no abandonar la unidad.

domingo, 26 de enero de 2020

Clase Guppy: Aprendiendo de la SGM antes de llegar a los SSN

Proyecto GUPPY: entre la Segunda Guerra Mundial y la era de los barcos de propulsión nuclear

Revista Militar (original en ruso)


Hace sesenta años, cuando la deuda pública de los EE. UU. aún no había tomado valores tan amenazantes, y los gastos de los Estados Unidos para todo, incluida la defensa, eran bastante razonables: en aquellos días, la Marina de los EE. UU. parecía completamente diferente de lo que es ahora. A comienzos de los años 1940 y 50, la Marina de los EE. UU. era un montón de basura oxidada de la Segunda Guerra Mundial, y el Congreso estaba desesperado por no asignar fondos para la construcción de nuevos barcos.



La extraña situación tenía una explicación simple: durante los años de guerra, la industria de los Estados Unidos entregó a la Marina una cantidad tan grande de equipo que surgió una pregunta razonable: ¿qué se debe hacer a continuación? La mayor parte de la flota no murió en la batalla. Incluso después de la "limpieza general" en 1946-1947, cuando varias docenas de "superfluos" fueron retirados a la reserva, según el comando, portaaviones, acorazados y cruceros, la flota estadounidense todavía estaba llena en exceso con equipo militar.

Dejar que cientos de naves completamente modernas sean desechadas, y construir nuevas unidades de combate, sería francamente reacio. Sin embargo, el equipo estaba sujeto al inevitable deterioro físico y al envejecimiento moral: en una era en la que el horizonte ya estaba iluminado por el resplandor de futuras instalaciones nucleares y antorchas de motores de cohetes, se requería la reposición inmediata de la flota con nuevos barcos. ¡Pero no se hizo la reposición de la flota!

A los almirantes se les explicó popularmente que en los próximos 10 años no deberían esperarse nuevos barcos: es poco probable que los fondos asignados sean suficientes para varios diseños experimentales y, tal vez, un par de unidades grandes para la flota de portaaviones. De lo contrario, los marineros deben prepararse para el hecho de que, en caso de guerra, tendrán que luchar con equipos obsoletos.

Para evitar la repetición del próximo Pearl Harbor, la administración de la flota tuvo que activar la imaginación y utilizar al máximo los recursos de modernización del barco: en la década de 1950, la Marina de los EE. UU. conmocionó varios programas de modernización de flotas a gran escala. Uno de los proyectos más interesantes fue GUPPY, un complejo de eventos relativamente simples y baratos que cambiaron radicalmente las características de los submarinos estadounidenses.

¡Inmersión urgente!

En 1945, después de la división de los barcos alemanes capturados, los Yankees cayeron en manos de dos "Electrobots" tipo XXI: U-2513 y U-3008. El conocimiento de los barcos más potentes y avanzados de la Segunda Guerra Mundial dejó una impresión indeleble en los expertos estadounidenses; Después de estudiar cuidadosamente el diseño y las características de los Electrobots, los estadounidenses llegaron a la conclusión correcta: los factores clave que afectan directamente la efectividad y la estabilidad de combate de un submarino moderno son su velocidad y alcance en condiciones sumergidas. Todo lo demás: armas de artillería, velocidad de superficie o autonomía pueden descuidarse en un grado u otro, sacrificándolos a la Misión Principal del Submarino: tráfico submarino.



La duración de estar bajo el agua para submarinos diesel-eléctricos estuvo principalmente limitada por la capacidad de las baterías. Incluso los barcos más grandes y poderosos de la Segunda Guerra Mundial no pudieron permanecer bajo el agua por más de dos o tres días; luego, inevitablemente, seguidos por el ascenso, el sistema de ventilación de los pozos de la batería se encendió, las poderosas corrientes de aire eliminaron las emisiones venenosas acumuladas, y los generadores de diésel traquetearon y generaron energía eléctrica vital. el cable lleva de vuelta a las baterías recargables.

Durante un ciclo de estar en la posición subacuática, los barcos lograron "gatear" no más de 100 ... 200 millas. Por ejemplo, incluso el más grande de los barcos soviéticos, el submarino de crucero de la serie XIV, podría sumergirse solo alrededor de 170 millas con un movimiento económico de 3 nodos. Y si el mango del telégrafo de la máquina estuviera en "El avance más completo", la batería se agotaría después de una hora o 12 millas de la distancia recorrida. Las características de los barcos estadounidenses del tipo Gato, Balao y Tench fueron aún más modestas: menos de 100 millas a dos nudos, mientras que la velocidad máxima en posición subacuática no superó los 9-10 nudos.

Para corregir esta molesta situación, se desarrolló el programa GUPPY (Gran Programa de Poder de Propulsión Subacuática). Como su nombre lo indica, el objetivo del programa era mejorar radicalmente las características de velocidad de los barcos en posición subacuática. Se suponía que la tarea se lograría de tres maneras principales:
  • Máxima saturación del espacio interior de la embarcación con baterías, se planeó aumentar el número de grupos de baterías en 2 veces, ¡de dos a cuatro!
  • Optimización de contornos para reducir la resistencia hidrodinámica al moverse en posición subacuática;
  • Instalación de un tubo respirador - un invento alemán muy bueno que le permite moverse indefinidamente durante mucho tiempo a una profundidad de periscopio, "saliendo" del agua la punta de la entrada de aire y el tubo de escape de un motor diesel.

Por supuesto, en el curso de la modernización, se mejoró el "llenado" electrónico de barcos, aparecieron nuevos radares, sonares y sistemas de control de fuego de torpedos.



Los primeros trabajos se completaron en agosto de 1947: dos submarinos de la Marina de los EE. UU., el USS Odax y el USS Pomodon, pasaron por un programa intensivo de modernización bajo el programa GUPPY I. Todas las instalaciones de artillería, pilones de protección, molinetes e incluso uno de los periscopios fueron desmantelados de las cubiertas de los barcos, todo para reducir la hidrodinámica. resistencia bajo el agua

La cabina ha adquirido nuevas formas: un diseño liso y aerodinámico, que ha recibido el nombre de "vela" entre los marineros. Se hicieron algunos cambios en la proa del casco: la familiar silueta en forma de V adquirida en formas redondeadas GUPPY. Pero las principales metamorfosis ocurrieron en el interior. Las bodegas vacías de municiones de artillería, parte de las cámaras de refrigeración y las tiendas de repuestos, todo el espacio libre desde la proa hasta la popa estaba lleno de baterías recargables (baterías), solo 4 grupos de 126 elementos de un nuevo tipo.

Las nuevas baterías tenían una gran capacidad, pero una vida útil corta (solo 18 meses, 3 veces menos que las baterías originales de la Segunda Guerra Mundial) y un mayor tiempo de carga. Además, su funcionamiento era más peligroso debido a la mayor evolución del hidrógeno: era necesario modernizar el sistema de ventilación de los pozos de la batería.

Al mismo tiempo que la batería, todo el sistema eléctrico de la embarcación se modernizó: un nuevo tipo de motores eléctricos de remo, tableros de distribución herméticos, electrodomésticos diseñados para el nuevo estándar de red eléctrica (120V, 60Hz). Al mismo tiempo, apareció un nuevo radar y se modernizó el sistema de aire acondicionado en los compartimentos.

Los resultados del trabajo excedieron todas las expectativas: los barcos USS Odax y USS Pomodon rompieron todos los récords, dispersándose bajo el agua a 18 nudos, más rápido que el exclusivo "Electrobot" alemán. El rango subacuático aumentó significativamente, mientras que la velocidad económica aumentó a tres nudos.

La modernización exitosa nos permitió continuar trabajando en esta dirección: de 1947 a 1951, otros 24 barcos de la Marina de los EE. UU. se modernizaron bajo el programa GUPPY II; esta vez, junto con la optimización de los contornos del casco y el aumento de la cantidad de baterías, se introdujo en el diseño un tubo para motores diesel. en posición subacuática



En 1951, se propuso una alternativa: una opción de actualización un poco menos ambiciosa y barata bajo el programa GUPPY-IA (un total de 10 barcos modernizados). Esta vez, los Yankees se negaron a colocar a bordo dos grupos de baterías adicionales, conservando el mismo número de elementos. Solo se modificaron los elementos mismos: se utilizaron las baterías Sargo II mejoradas, eran más eficientes y duraderos, al mismo tiempo, los elementos de este tipo eran extremadamente problemáticos: era necesario mezclar regularmente el electrolito y usar el sistema de enfriamiento de la batería.

Todas las otras técnicas del programa GUPPY (snorkel, nuevos contornos corporales) se utilizaron en su totalidad. En general, el programa GUPPY IA no impresionó a los marineros: a pesar de su menor costo, los barcos modernizados eran muy inferiores al GUPPY II "normal" en alcance y velocidad bajo el agua.

En el período de 1952 a 1954, otros 17 barcos de la Segunda Guerra Mundial se modernizaron bajo el programa GUPPY IIA, esta vez los Yankees intentaron corregir la falla clave de todos los GUPPY, condiciones desagradables, debido a la disposición interna extremadamente saturada y la abundancia de baterías. Los diseñadores sacrificaron uno de los cuatro motores diesel, en lugar de los cuales colocaron bombas, compresores y unidades del sistema de aire acondicionado. Se han producido algunos cambios en el diseño interior de las instalaciones: los enfriadores estaban ahora directamente debajo de la cocina y la estación de sonar se "trasladó" a la sala de bombas vacía debajo de la estación central.



La ausencia de un cuarto motor diesel tuvo un efecto significativo en la reducción de la velocidad de la superficie, sin embargo, ahora se proporcionaron condiciones de vida más o menos cómodas a bordo del barco (en la medida en que la palabra "comodidad" se puede aplicar a la flota de submarinos).

Sin embargo, era obvio para los marineros que el potencial de modernización de los barcos estaba casi agotado. Había una última oportunidad: el programa GUPPY III era el más grande de todos los GUPPY, que incluía cortar y alargar el resistente casco del bote (el trabajo se llevó a cabo desde 1959 hasta 1963).

La longitud de cada uno de los 9 barcos modernizados aumentó en 3.8 metros, el desplazamiento en la superficie aumentó a 1970 toneladas. La reserva de espacio resultante se utilizó para acomodar el complejo de sonar moderno BQG-4 PUFFS. La automatización ha reducido la tripulación; a cambio, ha aumentado la munición de torpedos y ha mejorado el hábitat a bordo. Siguiendo el modelo de GUPPY-IIA, se desmanteló un cuarto motor diesel de todos los barcos. Parte de la cabina estaba hecha de plástico.



USS Pickerel - Representante típico de GUPPY III

Vale la pena señalar que el número exacto de barcos que participaron en el proyecto GUPPY es difícil de establecer: muchos de ellos se han modernizado varias veces en las diversas etapas del programa. Entonces, el USS Odax y el USS Pomodon fueron "actualizados" bajo el programa GUPPY II, y ocho GUPPY II más se actualizaron posteriormente al estándar GUPPY III. A pesar de los estándares generales establecidos, todos los barcos tenían algunas diferencias en diseño, diseño y equipamiento, dependiendo del astillero donde se realizaba el trabajo.

Además, algunos de los barcos se sometieron a una modernización limitada como parte de los programas para ayudar a los Aliados, por ejemplo, cuatro barcos destinados a la Armada de Italia y los Países Bajos se sometieron a una "actualización" bajo el programa GUPPY-IB. Los barcos de exportación recibieron todas las principales ventajas del programa GUPPY, con la excepción de los equipos electrónicos modernos.


USS Spinax, 1965 - representante típico del programa de snorkel de la flota: artillería desmantelada, algunas características del programa GUPPY son notables, pero no se llevó a cabo una modernización profunda

Además, hubo programas informales de modernización que fueron similares en espíritu a GUPPY. Entonces, 28 barcos del período de guerra posteriormente recibieron snorkels y algunos otros elementos del programa GUPPY relacionados con cambios mínimos en el diseño: se desmantelaron la artillería y los elementos externos que sobresalían, los contornos del casco se "ennoblecieron" y, en algunos casos, se reemplazó el "relleno" electrónico.

70 años de servicio

La mayoría de los buques de guerra de los años de guerra que se modernizaron bajo varias opciones del programa GUPPY sirvieron activamente bajo una bandera a rayas de estrellas hasta mediados de la década de 1970, cuando la entrada masiva en operación de submarinos nucleares marcó una línea en la carrera de submarinos diesel-eléctricos en la Marina de los EE. UU.


Uluc Ali Reis (anteriormente USS Thornback) - Submarino de la Armada turca

Sin embargo, aquellos de los submarinos que tuvieron la suerte de exportar, vivieron una vida mucho más larga y rica. Los barcos GUPPY tenían una demanda extremadamente alta en el mercado internacional de armas marítimas: pequeños, simples y relativamente baratos, eran ideales para equipar flotas de países pequeños y no muy acomodados. Al mismo tiempo, sus cualidades de combate excedieron significativamente su tamaño, incluso durante la época de los reactores nucleares y las armas de misiles quirúrgicamente precisas, los submarinos diesel-eléctricos modernizados de la Segunda Guerra Mundial conservaron un potencial de combate considerable. Los barcos fueron explotados masivamente en todo el mundo como parte de las flotas de Argentina, Brasil, Turquía, Italia, los Países Bajos, la República de Taiwán, Pakistán, Grecia, Bolivia, Chile e incluso Canadá.

Entre los barcos de exportación, sucedieron verdaderos centenarios. Por ejemplo, USS Catfish, que logró participar en la Guerra de las Malvinas como parte de la Armada argentina. A pesar de la deprimente condición técnica del submarino, los "lobos marinos" británicos costaron mucho esfuerzo para destruir el ARA Santa Fe (S-21): un bote que apenas se arrastraba en la posición del agua estaba revuelto con misiles antibuque y bombas profundas lanzadas desde helicópteros. Al mismo tiempo, el bebé dañado pudo llegar a la isla de Yuzh. George y siéntate en el suelo cerca de la orilla.


Wessex de la Royal Navy persigue al ARA Santa Fe, Atlántico Sur, 1982

Pero la historia más llamativa está relacionada con dos barcos de la Armada de Taiwán: el USS Cutlass y el USS Tusk, que se convirtieron, respectivamente, en "Hola Shi" y "Hola Pao". ¡Ambos submarinos lanzados en 1944-45, a partir de 2013, todavía están en servicio, como unidades de entrenamiento de combate, y periódicamente hacen viajes en velero!
La increíble longevidad de los estadounidenses "Getou", "Balao" y "Tench" durante la Segunda Guerra Mundial tiene dos explicaciones obvias:
  1. Los submarinos de la Marina de los EE. UU. inicialmente tenían capacidades sólidas y se construyeron con un gran ojo en el futuro. Baste decir que cualquier "Getow" era tres veces más grande que el U-bot alemán promedio Tipo VII.
  2. Modernización competente bajo el programa GUPPY, que permitió que barcos viejos sirvieran junto con barcos nuevos durante otros 20-30 años después de la guerra.



lunes, 9 de julio de 2018

Argentina: ¿Submarino nuclear? ¡No!


¿Submarino nuclear argentino?



Por Angelo Nicolaci 
Periodista, editor del GBN News, graduando en Relaciones Internacionales por la UCAM, especialista en geopolítica del oriente medio y este europeo, especialista en asuntos de defensa y seguridad.
El Snorkel

El arma submarina nuclear requiere la inversión de miles de millones, haciendo que sólo un selecto y restringido grupo opere este tipo de embarcaciones, siendo ellos: EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India y pronto Brasil.

En los últimos días, tomaron los medios especializados el anuncio del interés argentino de construir un submarino nuclear. Según las informaciones publicadas, Argentina tendría la ambición de utilizar el casco del submarino TR-1700 inacabado, bautizado "ARA Santa Fe", el cual esta años abandonado, integrando al mismo un reactor nuclear compacto.

La noticia plantea serias dudas en cuanto a la capacidad de nuestros vecinos para lograr su objetivo, sobre todo si analizamos el panorama económico en que se encuentra el país, el estado de obsolescencia en que se encuentran sus fuerzas armadas. Si consideramos la pérdida de la capacidad de guerra submarina, donde la Armada de la República Argentina perdió hace casi un año el submarino "ARA San Juan", víctima de toda su tripulación, además de estar con el resto de sus medios fuera de operación actualmente.

El proyecto prevé en el primer momento financiar los estudios de viabilidad, lo que deberá consumir inicialmente 5 millones de dólares, con plazo de tres años para iniciar la fase de ejecución del proyecto propiamente dicho, lo que puede significar una inversión que superará fácilmente la casa de los 500 millones de dólares, aunque se aproveche el casco abandonado del TR-1700 remanente inacabado.

Vamos a analizar superficialmente los desafíos que los argentinos tendrán por delante:

En primer lugar tenemos que considerar el enorme riesgo financiero involucrado, con el país atravesando un difícil momento económico, donde difícilmente tendrá alguna línea de financiamiento en el mercado internacional, lo que puede llevar a un agravamiento en la situación de sus fuerzas armadas, las cuales ya poseen un presupuesto extremadamente bajo y lejos de satisfacer sus necesidades mínimas.

El segundo desafío pasa por sus capacidades técnicas, donde el programa demandará no sólo la inversión pesada en infraestructura de investigación y desarrollo, sino también de cuerpo técnico capacitado para proseguir el programa, pues mucho se perdió de la capacidad técnico-científica que el país ya poseyó en estas dos décadas. Este es ciertamente un punto sensible a ser considerado y que eleva el riesgo del programa demandar una inversión muy superior a lo que se está programando inicialmente.

El tercer punto que tiene que ser evaluado, trata de las condiciones en que se encuentra el casco del "ARA Santa Fe", además de un meticuloso estudio para adaptar aquel casco para recibir un reactor nuclear, lo que no es tan simple como muchos piensan, hay muchas ecuaciones a considerar y el empleo de la propulsión nuclear requiere decenas de sistemas y subsistemas para que pueda ser operado con seguridad, no son pocos los casos involucrando incidentes e incluso accidentes en los comienzos del empleo de esta propulsión por potencias como la antigua Unión Soviética y incluso los Estados Unidos.

En el tercer punto, hay la necesidad de sustituir muchos de los sistemas que se integraron al casco del "Santa Fe", lo que representa una gran inversión no sólo en la compra de tecnología, como encontrar en el mercado que quiera suministrar estos sistemas, sabiendo que se destinarán a la construcción de un submarino nuclear.

Los argentinos tendrán un enorme desafío, difícilmente lograrán poner en el mar su anhelado submarino nuclear en 2025. No hay que ir muy lejos, basta comparar con los desafíos que los brasileños enfrentamos para desarrollar nuestro primer submarino nuclear.

El submarino nuclear no es un arma para países que no poseen una economía sostenible y robusta, es un medio que demanda miles de millones de inversiones, pues el desafío no es sólo su construcción, sino mantener todo su ciclo operativo, siendo un arma que representa no sólo una capacidad estratégica impar, pero que representa un costo prohibitivo para una marina que no tiene un presupuesto que comporte este tipo de embarcación.

El arma submarina nuclear requiere la inversión de miles de millones, haciendo que sólo un selecto y restringido grupo opere este tipo de embarcaciones, siendo ellos: EEUU, Rusia, China, Reino Unido, Francia, India y pronto Brasil.

Creo que Argentina debería colocar los pies en el suelo y buscar equalizar su presupuesto para lograr alcanzar una capacidad adecuada a sus fuerzas armadas, enfocando invertir en los medios que son urgentes para mantener la capacidad de garantizar la soberanía y el control de su territorio. No vamos a mirar a los brasileños que estamos a pocos pasos de constituir una respetable escuadra submarina y tratar de acompañarnos, sobre todo por el hecho de que estamos viviendo realidades económicas completamente diferentes, aunque estemos ante una crisis económica, estamos años luz delante de los nuestros vecinos. No hay que dar un paso mucho mayor que las piernas, veo que hay sectores mucho más importantes de la defensa argentina para recibir inversiones, que el desarrollo de un submarino nuclear,