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lunes, 9 de junio de 2025

ARA: Vapor a ruedas Pavón



Historial del Vapor a Ruedas “Pavón” (ex Montevideo)




Construcción y características técnicas

El vapor a ruedas Pavón, originalmente bautizado como Montevideo, fue construido en Inglaterra. El Estado argentino lo adquirió hacia 1861, aproximadamente veinte días después de la batalla homónima. Sus dimensiones eran modestas: eslora de 55,80 m, manga de 6,87 m, puntal de 2,80 m, y calado medio de 1,40 m, con un desplazamiento de 230 toneladas. Estaba impulsado por una máquina oscilante de dos cilindros y dos calderas cilíndricas, con potencia de 180 HP y una velocidad máxima de 12 nudos (económica de 7 nudos). Su casco era de hierro dulce y la obra muerta de madera. Tenía dos palos y bauprés con trinquetilla. Su tripulación era de 85 hombres.

El armamento fue actualizado con el tiempo. En 1870 disponía de un cañón Krupp de 75 mm a proa, montado en coliza. Hacia 1874 contaba con dos Krupp de 75 mm y dos cañones de hierro de 8", todos montados en coliza y de avancarga.

Primeras funciones y adquisición por el Estado

Desde 1856 hasta 1860, operó comercialmente en el tráfico fluvial del Río de la Plata. Tras la batalla de Pavón en 1861, el Estado lo adquirió, cambiando su nombre en conmemoración del enfrentamiento. Inicialmente se mantuvo en condición de medio desarme en La Boca, siendo utilizado para actividades civiles bajo arriendo. Durante esos años, su comandante fue Juan Lamberti, hasta su designación como buque de la Armada.

En 1864, bajo el mando de Lino A. Neves, fue enviado al río Uruguay ante los conflictos en la Banda Oriental, cumpliendo tareas de resguardo sin intervenir en combate, pero siendo testigo del bombardeo de Paysandú.

Participación en la Guerra de la Triple Alianza (1865–1870)

Con el estallido de la guerra contra el Paraguay, el Pavón se integró en mayo de 1865 a las operaciones. Transportó tropas al mando del General Paunero y participó en el desembarco para la reconquista de Corrientes. A su regreso trajo los primeros 170 prisioneros paraguayos. Durante ese año, fue fundamental para el traslado de tropas y pertrechos entre Buenos Aires y el norte, siendo clave para el cruce del ejército argentino al Paraguay por Paso de la Patria. Evacuó heridos tras Curupaytí. Sus comandantes fueron los Tenientes Coroneles Tomás Rebollo y Plácido Goldriz.

Entre noviembre de 1866 y marzo de 1867, efectuó cinco viajes al Paraguay con carga de heridos, tropas de relevo, caballería y suministros. Durante todo 1867, permaneció en la zona de operaciones, sirviendo como buque logístico.

En 1868, trasladó al General Bartolomé Mitre desde el frente a Buenos Aires, y regresó en marzo a Curupaytí. Participó en el relevamiento de la península de Humaitá y en operativos contra la revolución de Cáceres en Corrientes, llevando tropas y al General Emilio Mitre. Realizó siete viajes de transporte hasta la zona de Humaitá, y entre octubre y diciembre funcionó como hospital flotante para heridos y enfermos de cólera. El comando fue ejercido por Goldriz, excepto en febrero/marzo por Martín Guerrico.

En 1869 fue reparado en el Río Luján en enero, pero volvió al frente del Paraguay entre mayo y agosto, cumpliendo siete viajes ida y vuelta con heridos, prisioneros de alto rango y cargamentos. En diciembre fue enviado nuevamente al Uruguay para proteger intereses argentinos ante la revolución de Aparicio. Estuvo a cargo de Plácido Goldriz todo el año.

Intervenciones políticas y diplomáticas (1870–1873)

En enero de 1870, transportó al presidente Sarmiento y su comitiva en misión diplomática a Entre Ríos para entrevistarse con Urquiza y firmar la paz con Paraguay. Esta misión fue escoltada por buques de varias potencias extranjeras. Luego del asesinato de Urquiza, y ante la sublevación de López Jordán, el Pavón fue enviado a Gualeguaychú con tropas, luego a Paraná. Allí amenazó con bombardear la ciudad si no era desalojada por los revolucionarios, hecho que finalmente ocurrió. El Capitán Martín Guerrico fue su comandante.

Durante 1871 y 1872, continuó en funciones contra las fuerzas jordanistas. En 1872 fue reparado en el Riachuelo. Estuvo bajo comando de Constantino Jorge y, luego, Juan F. Ballesteros.

En 1873 fue lazareto flotante durante la epidemia de fiebre amarilla. También se lo comisionó para traer brotes de palmeras jóvenes desde Corrientes para ser plantadas en el Parque 3 de Febrero de Palermo, proyecto personal del presidente Sarmiento. Comandado por Carlos Righini, también fue conducido por Luis E. Johnson en algunos tramos.

Conflictos internos y operativos fluviales (1874–1876)

Durante la revolución mitrista de 1874, participó en las operaciones contra la cañonera sublevada Paraná, formando parte de la 2.ª división naval bajo el mando de Lázaro Iturrieta. Capturó un pailebote con municiones para los rebeldes. En octubre sufrió una colisión con la cañonera Uruguay, siendo reparado en Tigre.

En 1875, operó como buque insignia de la escuadrilla del río Uruguay. Bajo el comando de Iturrieta y supervisión de Bartolomé Cordero, luchó contra el contrabando de guerra. Desde mayo fue estacionario frente a Asunción, permaneciendo allí el resto del año.

En 1876, luego de reparaciones en Tigre, regresó a Asunción y realizó numerosos viajes entre esta ciudad y Corrientes, apoyando el tendido de la línea telegráfica. En mayo transportó al Regimiento 11 de Infantería a Martín García. Posteriormente, operó entre Rosario, Corrientes y Campana, transportando al General Julio A. Roca. En septiembre, tomó posesión de Isla Cerrito en nombre del Gobierno y trasladó al Gobernador del Chaco. Su actividad fue intensa hasta diciembre, cuando pasó a desarme. Iturrieta mantuvo el comando todo el año.

Etapa final como buque naval (1877–1880)

En 1877, salió de su desarme temporal para ser lazareto flotante durante una nueva epidemia. A fines de ese año, volvió a situación de desarme total.

Entre 1878 y 1880 permaneció en el Río Luján, en estado inactivo. Finalmente, el 29 de abril de 1880, el buque fue vendido por el Estado en remate público a la firma Emilio Piaggio por 4.800 pesos fuertes.

Conversión civil y destino final

Convertido por su nuevo propietario en un pailebote de río, fue renombrado Esther y se dedicó al cabotaje con matrícula argentina. En 1883, fue perdido durante un temporal frente a la Usina de Gas de Buenos Aires, terminando así su carrera naval y civil.

Legado e iconografía

El Pavón fue el segundo buque en llevar ese nombre dentro de la Armada Argentina, en homenaje a la batalla homónima de 1861. Existen dibujos y grabados de época que lo representan, conservados en el Museo Naval y el Museo Histórico Nacional.

Entre sus múltiples funciones, destacan su papel en la Guerra de la Triple Alianza, su uso como transporte de tropas, hospital flotante, buque diplomático, y en la represión de alzamientos internos y contrabando. También fue fundamental en la consolidación del control nacional sobre el litoral y el Paraguay tras la guerra.

Figuró también como protagonista en acciones diplomáticas con potencias extranjeras, y su versatilidad lo llevó a cumplir tareas sanitarias, científicas y políticas. Su historia ilustra la transición de la Armada de guerra fluvial hacia una institución de mayor alcance geopolítico y estatal.


domingo, 8 de junio de 2025

SGM: La rendición de los submarinos nazis en Mar del Plata

 

Submarinos nazis en Argentina: los U-Boots que se rindieron en Mar del Plata, los avistajes confirmados y los posibles desembarcos

El U-977 es el segundo submarino alemán que se rindió en la Base Naval de Mar del Plata; lo el 17 de agosto de 1945 | Revista siete Artes

Alemania contaba con poco más de 300 submarinos cuando terminó la II Guerra Mundial; algunos se dirigieron a Sudamérica donde entre julio y agosto de 1945 tuvieron una llamativa presencia


Germán Wille || LA NACION

Durante la Segunda Guerra Mundial, hubo un total de 1171 (mil ciento setenta y un) submarinos puestos al servicio de la Alemania Nazi. Cuando los alemanes capitularon, en mayo de 1945, estas temibles naves sumergibles conocidas como U-Boot superaban las 300 unidades. Muchas de ellas fueron hundidas por su propia tripulación cuando supieron que la derrota bélica era inevitable. Otras se rindieron en puertos aliados o neutrales.

Pero existen unos 50 submarinos cuyo paradero se desconoce hasta hoy. Este hecho creó una cadena de especulaciones acerca del destino de estos sumergibles. Así afloraron fuertes creencias de que algunas de esas naves pueden haber terminado en las costas del Mar Argentino. De paso también se cimentaron mitos acerca de que estos sumergibles podían también traer consigo algunos jerarcas nazis.


Días antes de la caída de Adolf Hitler, cuando la derrota alemana era inminente, se dio la orden desde los altos mandos de la marina de que los submarinos nazis debían evacuar su tripulación y luego hundirse para siempre |
Archivo

Pero más allá de las especulaciones y teorías, las pruebas fehacientes y registradas de la presencia en la Argentina de los “lobos grises” alemanes al fin de la Segunda Guerra son contadas y todas ellas fueron recopiladas por el escritor e investigador argentino Julio Mutti, especializado en la historia del nazismo, en su libro Los verdaderos últimos días de la Segunda Guerra Mundial; sumergibles alemanes en Argentina y Sudamérica.

Lo que efectivamente consta allí, basándose en las crónicas periodísticas de aquel tiempo y en los archivos de la Marina Argentina es la aparición de dos submarinos, el U-530 y el U-977, que vinieron a rendirse en al puerto de Mar del Plata en julio y agosto de 1945.

Por otra parte, existe también una serie de avistamientos de estas naves registrados por la armada argentina, e incluso hay un reporte de un posible desembarco nazi cerca de Necochea.


El libro de Julio B. Mutti, Los verdaderos últimos días de la segunda guerra mundial (Sumergibles alemanes en Argentina y Sudamérica)
| Julio B. Mutti

Se entrega el U-530

En la brumosa madrugada del 10 de julio de 1945 un suceso completamente inesperado sacudió la tranquilidad del puerto de Mar del Plata. Los pescadores que estaban en sus embarcaciones antes de la salida del sol divisaron una figura alargada, metálica de color marrón que emergía de las aguas. Para ellos no era extraño ver submarinos, pues hay una base de ellos en la ciudad, pero este era distinto: tenía un tamaño bastante mayor de los que solían ver, no presentaba inscripciones en su exterior y estaba cubierto de óxido.

De inmediato, los hombres de mar sospecharon que podría tratarse de un submarino alemán -se hablaba ya de avistamientos de estas naves e incluso de desembarcos clandestinos- y dieron aviso a la base militar del puerto. Dos lanchas de la Marina se acercaron a la nave intrusa mientras ingresaba a la base de submarinos y muy pronto, con la salida a superficie de la tripulación del sumergible, que resultó ser el U-530, quedó claro que los marinos alemanes venían a entregarse.


Marinos argentinos inspeccionan la cubierta del U-530
| Wikicommons

El “lobo gris” que emergió en Mar del Plata era del tipo IX C/40, contaba con 54 tripulantes y estaba bajo el mando del comandante Otto Wermuth, un joven oficial que aún no había cumplido los veinticinco años. De hecho, el resto de los marinos tenían su misma edad, o incluso menos. Solo un suboficial, Paul Hahn, tenía más de 40 años.

Mientras las autoridades militares discernían qué actitud tomar ante esta aparición poco esperada, los tripulantes del U-530 fueron alojados en las instalaciones preparadas para la colonia de vacaciones de los hijos de los suboficiales de la base. Allí fueron alimentados con platos típicos de la Argentina: puchero y asado.

En el libro de Mutti se cuenta que, según el testimonio de la base naval de Mar del Plata, Teniente Julio Mallea, muchos marinos se encontraban “algo afectados” por las condiciones de encierro y por no haber consumido por mucho tiempo alimentos frescos.


La tripulación del U-530 estaba conformada por jóevenes tripulantes | |
Fabio.com.ar

Hundir los sumergibles para siempre

La presencia de este submarino en las costas de la Argentina, así como el que se entregó después, tiene que ver con las decisiones tomadas por los U-Boots al final de la Segunda Guerra Mundial. Ante la inminente derrota alemana, el 30 de abril, la Kriegsmarine (Marina de Guerra alemana) dio la orden radiada a los comandantes de sus submarinos que se encontraban fuera de sus bases que debían evacuar la tripulación y luego hundir sus naves antes que entregarlas a los aliados.

Aunque el 4 de mayo el almirante Karl Doenitz, líder de la Kriegsmarine, dio la contraorden para interrumpir el autohundimiento de las naves, muchos comandantes creyeron que se trataba de un mensaje falso y enviaron definitivamente sus sumergibles al fondo del mar. Según un informe de LA NACION del año 1997, fueron 218 los lobos grises que acabaron de esa manera.

Pero hubo también otros comandantes de sumergibles que pensaron en otra opción. Serían aquellos que encararon para América del Sur, como el U-530 y el U-977. Según el libro de Mutti, las jóvenes tripulaciones de estas naves temían rendirse en Europa por temor a terminar cayendo en manos de los rusos, que los harían sufrir las peores humillaciones. Podían caer en un campo de prisioneros en Siberia o también se había corrido la versión en Alemania de que los soviéticos querían transformar Alemania en un desierto e incluso esterilizar a todos los hombres. Este plan se había conocido como Morgenthau.


La ficha del capitán Otto Wermuth, quien estaba al frente del submarino U-530 en su arribo a Mar del Plata
| Wikicommons

Ante ese panorama oscuro, la mejor opción para algunos comandantes de la Kriegsmarine era apuntar hacia la Argentina, un país que consideraban amigo y neutral (Wermuth no se había enterado que la Argentina le había declarado la guerra al Eje el 27 de marzo de 1945). Así llegó a Mar del Plata el U-530, que a finales de abril de 1945 se encontraba cerca de las costas de Nueva York.

El misterio del bote de goma

Así fue como esos U-Boots alemanes escaparon a las garras soviéticas pero no al alcance de los aliados. Por presión de distintos países extranjeros, la tripulación del U-530 fue trasladada hacia los Estados Unidos. Y lo mismo sucedió con la nave sumergible. Tras un paso por los astilleros Río Santiago, donde fue pintado y arreglado, el submarino viajó hacia el país del norte, donde fue utilizado para realizar ejercicios. Finalmente, el 28 de noviembre de 1947, la nave que había conducido Otto Wermuth fue hundida definitivamente a millas de la costa de Massachussets.

Este sumergible dejó tras de sí un hecho que sirvió para las más vastas especulaciones. Resulta que, cuando fue inspeccionado al llegar a Mar del Plata, los observadores notaron que le faltaba un bote salvavidas de goma. A su vez, unos días antes del arribo del sumergible a Mar del Plata, se había denunciado la aparición de uno de estos botes en las playas de Necochea.


El U-530 fue hundido en las costas de Massachussets en 1947 |
Wikicommons

Como sea, la aparición del bote salvavidas dio pie a imaginativas teorías. Si bien Mutti considera absolutamente imposible que en los sumergibles que pulularon por la costa Argentina hayan llegado altos mandos o jerarcas nazis (los más renombrados llegaron a Sudamérica en barcos comerciales y con identidades falsas), lo que sí puede demostrar ese bote es la posibilidad, lejana para el autor, de que algún otro submarino haya desembarcado a su tripulación en esas naves de goma, para luego hundir el sumergible para siempre.

Pero hasta ahora no hay pruebas fehacientes, corroboradas por las autoridades pertinentes, de que se haya encontrado ningún submarino nazi hundido en las costas argentinas.

Llega otro submarino a Mar del Plata

El 17 de agosto de 1945, la costa marplatense volvió a ser testigo de la llegada de otro sumergible de la Kriegsmarine. El U-977. Esta vez fueron pescadores italianos quienes desde sus embarcaciones descubrieron la presencia de esta nave. Eran las 6 de la mañana. Un comunicado oficial de las autoridades argentinas daba cuenta de que a las 9.20 el submarino se había entregado oficialmente y dos horas más tarde ingresaba, con escolta de la Armada Argentina, al puerto de Mar del Plata.

Un segundo comunicado daba un informe completo: “El submarino alemán, que se encuentra ya fondeado en el puerto de Mar del Plata, es el U-977, de 600 toneladas. Su tripulación se compone de treinta y dos hombres de los cuales cuatro son oficiales. Su comandante es el teniente de fragata Heinz Schäffer y se encuentra ya a bordo del (acorazado) Belgrano”.


El U-977 llegó a Mar del Plata con 32 tripulantes
Wikicommons

El comandante Schaffer también escapó de la posibilidad de caer junto a su tripulación en manos rusas. Así lo cuenta en su libro, El secreto del U-977, donde también cuenta que, en la noche del 10 de mayo, dejó 16 de sus tripulantes en una isla de Noruega, para luego partir en su travesía hacia el sur.

La parte más sacrificada de esta travesía, según lo que cuenta el comandante en su libro, fueron los 66 días que debió navegar sumergido para evitar ser avistados por los aviones aliados. Fueron días en los que los marinos comían pan en mal estado, y se movían entre la mugre y sus propios desechos, que no podían expulsar por los lanzatorpedos para no delatar su presencia. El U-Boot volvió a emerger a la superficie recién a la altura del Peñón de Gibraltar, antes de poner rumbo a Sudamérica.

Mutti cuenta que la tripulación del U-977 se había enterado por radio de que los marinos del U-530 habían sido enviados a los Estados Unidos tras entregarse en Mar del Plata. Así y todo, y en contra de lo que parte de su tripulación quería, Shaffer decidió entregarse también él con su gente, por el temor que tenía a desembarcar clandestinamente en un lugar por completo desconocido.


El comandante del U-977 escribió un libro sobre su última travesía en ese lobo gris alemán
- El Cazador

Avistamientos en San Clemente

El 22 de mayo de 1945, cuando faltaba un mes y medio para la rendición del U-530 en Mar del Plata, el vicealmirante Héctor Vernengo Díaz, Jefe del Estado Mayor de la Armada Argentina, detallaba a través de un memorando oficial reservado que, según informaba el Ministerio de Asuntos Exteriores, se había constatado la presencia de submarinos alemanes en el Atlántico Sur. El memo añadía que la intención de estos sumergibles era llegar hasta aguas japonesas, por lo que el Jefe del Estado Mayor proponía que una escuadra marítima vigilara la costa del Atlántico. Además, junto con la armada chilena, se controlaría el paso por el Estrecho de Magallanes.

Este mensaje, mencionado en el libro de Mutti, es una de las pruebas oficiales de la presencia de submarinos nazis en el litoral marítimo argentino luego de la Segunda Guerra Mundial. Pero a ese memorando se le sumarían, especialmente entre julio y agosto de 1945, una serie de avistamientos que también confirmarán que los lobos grises estuvieron por esta zona del mundo.


El avistamiento de un posible submarino nazi en San Clemente llegó a la portada de los diarios, como en este caso, Crítica
Gza. Julio Mutti

Los avistamientos registrados ocurrieron entre la llegada al puerto marplatense del primero y el segundo U-Boot. El primero de ellos ocurrió a la altura de San Clemente del Tuyú el 17 de julio de 1945, donde varios vecinos aseguraban haber visto, a unos 3000 metros de la costa, una torreta de submarino. Primero se acercó al lugar la policía bonaerense, pero días más tarde se montó un operativo que incluyó seis barcos y hasta aviones de la Armada Argentina. Si bien el resultado de la búsqueda resultó infructuoso, la cantidad de naves movilizadas demuestra que era un tema que tenía en vilo la Marina Argentina.

Un sumergible perseguido y atacado

Cuando el Estado nacional desclasificó documentos de la Marina con fecha en julio de 1945, pudo saberse que el 18 de julio de ese año, a 900 kilómetros al sur de San Clemente, el destructor ARA Mendoza de la Marina Argentina identificó la presencia de un sumergible. Lo hizo por observar su periscopio (“especie de caño sobresalía del agua color gris claro”, dice la bitácora de la nave argentina), como por detectar los sonidos submarinos en sus hidrófonos.

El lugar del avistamiento era San Antonio Este, al norte del Golfo San Matías. La hora, las 17.30. La bitácora del destructor señalaba que, ante la presencia de aquel sumergible, “se tocó alarma antisubmarina, máxima velocidad y se puso proa al lugar indicado, donde comenzó a largarse cargas de profundidad”. Allí se informaba también que se patrulló la zona por una hora 40 minutos y luego se recorrió “la costa norte abordable del golfo”.


El destructor ARA Mendoza detectó un submarino y le lanzó bombas de profundidad en julio de 1945 en el Golfo San Matías
. Wikicommons

En este único caso, el avistamiento del submarino fue acompañado, como consta en la bitácora, de un ataque desde el destructor argentino. Pero no existió ninguna prueba de que el submarino haya sido alcanzado por los proyectiles.

En Copetonas, una localidad ubicada 100 kilómetros al sur de Necochea, también se realizó un avistamiento que llegó a las autoridades. José Alfaro, dueño de una pequeña compañía pesquera, denunció el 23 de julio, ante el subprefecto Demetrio Vergara que había divisado la torreta gris de un submarino a unos 4000 metros de la costa.

En su informe a los jefes de la Marina, Vergara escribió: “Al parecer el avistamiento es cierto, ya que tres tripulantes de un lancha de pesca `Alfaro II´ declararon, ante el subprefecto e inspector, haber avistado el sumergible. Las versiones coinciden en todos los detalles, incluidos la hora, la distancia de la costa y el rumbo del sumergible.”

¿Pruebas de un desembarco?

Un último incidente que consta en el libro de Mutti relata lo que podría ser el único caso que registra lo que podría ser un desembarco de un submarino nazi. Ocurrió en la noche del 27 al 28 de julio en inmediaciones de un paraje a pocos kilómetros al sur de Necochea llamado Punta Negra. El reporte de este caso está documentado en un memorandum que Prefectura General Marítima elevó al Ministerio de la Marina.

Todo comenzó cuando el destacamento policial de Punta Negra recibió la denuncia de que una nave hacía señales luminosas cerca de la costa, las cuales eran respondidas por alguien desde tierra. Luego de una intensa búsqueda, la policía encontró a una persona de nacionalidad alemana, que sería el que emitía las luces, y que no tardó en confesar que frente a la playa había un sumergible de Alemania intentando desembarcar y enviando señales en Código Morse.

El hombre fue detenido y a la mañana siguiente, cuatro agentes policiales exploraron la playa y hallaron, 15 minutos al norte de la detención del alemán, lo que describe el informe: “Huellas que iban y venían, desde la costa hasta la entrada arbolada de una estancia. Había también huellas de lanchas o botes de goma que había sido arrastrados y las marcas inequívocas de cajas o cajones muy pesados que habían sido llevados hasta un lugar donde había huellas de ruedas de camión”.

Pero lo mejor del relato está por venir. Cuando los policías se dirigieron a la mencionada estancia “se encontraron con cuatro hombres que hablaban alemán, con ametralladoras en la mano, que les impidieron seguir y los echaron violentamente”.


El U-530 (claro) y el U-977 en Río de Janeiro, en su viaje para los Estados Unidos
Ig @julio.b.mutti

“Levantar patrullado”

El memorandum termina diciendo que los agentes debieron retirarse al no tener orden de allanamiento, y cuando reportaron el asunto a la Jefatura Provincial de Policía de La Plata, desde allí recibieron la orden de “dejar sin efecto la búsqueda de alemanes, retirándose de inmediato de la estancia”.

La incomprensible orden emanada de la policía provincial se encuadra con la que había dado unos días antes, el 21 de julio, el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Héctor Vernengo Lima, cuando, a través de un comunicado había ordenado a sus subalternos que dejen de buscar naves alemanas en las aguas argentinas.

“Comandante en jefe de Escumar y Escurio: Levantar patrullado de la costa”, decía el escueto comunicado, emitido incluso un mes antes de la rendición en Mar del Plata del U-977. Pero el por qué de esa decisión de la oficialidad argentina entra en el terreno de las especulaciones geopolíticas que exceden esta nota.


miércoles, 4 de junio de 2025

Armada Argentina: El transporte ARA "1° de Mayo"

Nave ARA "1º de Mayo", buque de la Armada, primer carguero oficial que operó en las costas patagónicas y primero en cruzar círculo polar




Transporte ARA 1° de Mayo

Fue el primer barco de la Armada Argentina en llevar ese nombre en homenaje al día de jura de la Constitución Argentina de 1853. Tenía casco de acero de 14 mm, aparejo de goleta de dos palos, 5 compartimentos estancos, 2 cubiertas, 2 bodegas y un sollado bodega. Tenía una eslora de 61.20 m, manga de 8.75 m, puntal de 6.65 m, un calado medio de 4.20 m y un desplazamiento de 640 t. Era propulsado por una máquina de vapor de triple expansión de 3 cilindros con una potencia de 650 HP que impulsaba una hélice de 4 palas y le permitían una velocidad de 12 nudos. La capacidad de sus carboneras era de 120 t de combustible. Contaba con iluminación eléctrica generada por un dinamo de 80 volts. Su tripulación era de 50 hombres y montaba 2 cañones de 76 mm.

El 27 de enero de 1894 arribó al puerto de la ciudad de Buenos Aires con pabellón del Imperio alemán y tripulación de origen. El 14 de febrero fue asignado en la orgánica naval al servicio de la costa sur y tras las pruebas de rigor el 10 de abril de 1894 se afirmó su pabellón y se incorporó al servicio efectivo al mando del teniente de navío Juan M. Noguera. Si bien navegaba con pabellón de guerra y mando y tripulación militar, la planificación de sus misiones eran incumbencia del Ministerio del Interior hasta 1895, en que pasaron a la órbita del Ministerio de Marina que lo destinó a comisiones de servicio general en el Río de la Plata que mantuvo el resto de ese año, exceptuando los meses de mayo y junio en los que pasó para reparaciones a los astilleros de la Armada en río Luján.

Fue incorporado por 1895 como refuerzo del servicio regular en la costa, ya implementado con los transportes Villarino y Ushuaia. En enero de 1900 atraca por primera vez en la costa de la actual Comodoro Rivadavia, y descargan los materiales que Pietrobelli utilizaría en la construcción del galpón -hito fundacional del pueblo-, y en otro viaje arriban las primeras familias a la zona.

Fue el primer carguero del gobierno que operó en la costa patagónica.

Los datos presentados dan cuenta de los primeros años de actuación de este barco, el cual permitió que la periodicidad de las visitas a los puertos patagónicos descendiera de 45 a 30 días.

En el período que va de enero a mayo de 1928, estuvo al mando de esta embarcación el teniente de navío Pedro Luisoni, efectuándose el relevamiento del golfo San Jorge. En los veranos de 1942 y 1943, con el objetivo de cumplir las tareas de levantamiento hidrográfico, recorrido de balizas y confección de cartografía de los mares antárticos, fueron comisionadas las naves Uruguay -comandante Alberto Oddera- y 1º de Mayo -comandante Silvano Harrigue-.

Fue el primer buque de nuestra Marina de Guerra que cruzó el Círculo Polar.

domingo, 1 de junio de 2025

Crisis del Beagle: La impotencia submarina y los piedrazos de Chile

A piedrazos contra la Armada Argentina



 

Hablemos con claridad. Así como la FACh quedó prácticamente fuera de combate debido a una combinación de inoperancia y una cadena de infortunios que desafían cualquier noción de competencia estratégica, la fuerza de submarinos chilena no corrió mejor suerte. Durante la crisis del Beagle, cualquier referencia al "poder aéreo" o "poder submarino" de Chile roza más la fantasía épica que el análisis militar serio; evocaría con mayor precisión un relato de Tolkien que un estudio sobre las campañas de Eisenhower. Para un analista de defensa, resulta exasperante que un militar profesional sugiera evaluar con seriedad la viabilidad de enfrentar una ametralladora con un palo de escoba. Con ese mismo rigor, examinemos qué reales capacidades de combate tenía el único submarino chileno operativo en aquel crítico momento. Este artículo está basado en el aporte de El Snorkel.

 

El submarino que casi hace historia... pero no tenía snorkel

El capitán de navío (R) Rubén Scheihing tuvo en 1978 la misión más difícil de su carrera: impedir por las armas la invasión argentina. Fácil, ¿no? Excepto que tenía que hacerlo a bordo del Simpson, un submarino de la Segunda Guerra Mundial que, con suerte, servía para museo flotante. Y encima, solo. Sí, Chile apostó todo a un viejo tubo de hierro en el que 81 marinos esperaban ansiosos el inicio de una guerra en la que tenían, como ventaja principal... el espíritu patriótico.

Por si la situación no era ya lo suficientemente desesperada, la orden del almirante Merino era clara: hundir cualquier embarcación argentina que intentara desembarcar en las islas del Beagle. ¿Y qué tenía el Simpson para cumplir semejante encargo? Bueno, además de toneladas de óxido y una tripulación con más moral que equipo, contaba con torpedos MK 14 y MK 27, reliquias casi tan vetustas como el propio submarino. "No había otra cosa. Si había que tirarles piedras, se les tiraban", explica. Claro, los argentinos tenían torpedos eléctricos MK 37, más modernos y precisos, pero ¿quién necesita tecnología cuando se tiene entusiasmo? 

Simplemente para meditar: Argentina poseía más de 10 aviones P-2 Neptune y media docena de S-2 Tracker, todos ellos con equipos electrónicos actualizados para enfrentar una flota submarina de la Guerra Fría, siendo los submarinos de la Segunda Guerra Mundial blancos para los cuales estaban altamente preparados para detectar y anular como el Simpson chileno. ¿Y si encima el submarino estaba sin snorkel? Un palo de escoba contra una ametralladora.

Un submarino sin snorkel y sin compañía

A principios de 1978, la Armada chilena tenía cuatro submarinos, pero solo tres en condiciones de navegar. Y a finales del año, la cifra se redujo a uno: el Simpson. Mientras tanto, Argentina tenía cuatro submarinos operativos, incluyendo dos flamantes modelos alemanes. Pero tranquilos, que la Marina chilena tenía un arma secreta: discursos motivacionales. ¡Llame ya!

Capitán de navío (R) Rubén Scheihing

Porque si algo le faltaba a la desafortunada tripulación del Simpson era que, además de estar en un submarino obsoleto y solos contra la flota argentina, su nave tampoco tenía snorkel. Es decir, cada cierto tiempo tenían que salir a la superficie durante ocho horas para recargar baterías. O lo que es lo mismo: hacerle señas al enemigo diciendo "Aquí estamos, húndannos por favor".

Pero nada de eso detuvo a Scheihing. Cuando recibió la orden de Merino, tomó el micrófono y le soltó a su tripulación un discurso digno de película de serie B:

"¡Esto significa que estamos viviendo, a partir de este instante, una situación de guerra con Argentina! Como todos sabemos, es posible que nos hundan, pero me comprometo con ustedes a que, antes de que eso suceda, a lo menos, nos llevaremos a dos de ellos!"

Silencio sepulcral. Y luego, un rugido de patriotismo enlatado:

"¡Viva Chile, m...!"

Qué importa que tuvieran menos posibilidades de sobrevivir que una balsa en un tifón. Lo importante es el entusiasmo.

¿Hubo acción o solo tensión?

Según el experto argentino Ricardo Burzaco, el Simpson fue detectado dos veces por submarinos enemigos. Primero por el Santiago del Estero, cuando el submarino chileno estaba en la superficie recargando baterías (porque no tenía snorkel, por supuesto). Luego por el Salta, justo antes de la famosa "hora H". La situación se puso tan tensa que el capitán argentino incluso ordenó preparar torpedos.

Pero, al final, no pasó nada. Ni ataque, ni torpedos, ni gloria. Todo quedó en rumores. Scheihing, tajante, lo niega:

"No hubo lanzamiento. Nunca disparamos nada. Estábamos listos, pero le garantizo que no (disparamos)".

Porque claro, una cosa era el discurso patriótico y otra muy distinta era entrar en combate con tecnología sacada de un museo de guerra. Recordemos que un espíritu de combate superior hizo que los banzai japoneses derrotaron a la fuerzas norteamericanas en el Pacífico... ¿o no fue así?

Hacia el final de la patrulla, la tripulación estaba al borde del colapso: sin comida fresca, respirando aire viciado y sin poder bañarse más que con una esponja húmeda cada tres días. Pero bueno, no hay nada que el sacrificio y el amor por la patria no puedan compensar, ¿verdad?

Al final, no fue ni la destreza chilena ni la voluntad divina lo que salvó la situación, sino una tormenta con olas de 15 metros y la mediación del Papa Juan Pablo II. Gracias a eso, el Simpson pudo volver a su base, sin hundir ni ser hundido. Y así terminó la gran odisea del submarino que casi entra en combate, pero no tenía snorkel.

El temporal que salvó a la Armada chilena de una catástrofe

Hay eventos que cambian el curso de la historia. En este caso, no fue la estrategia militar, ni la valentía de los marinos, ni siquiera la superioridad técnica (porque, seamos honestos, de eso Chile no tenía mucho en 1978). No. Lo que realmente salvó a la Armada chilena de un desastre fue... el clima. Sí, un temporal de proporciones bíblicas que convirtió la Operación Soberanía en un caos meteorológico imposible de ejecutar.

"Nunca había visto un tiempo tan malo, estaba pésimo. Estaba tan malo que no había posibilidad de operaciones aéreas ni anfibias."

Así lo recuerda el vicealmirante (r) Hernán Rivera, quien admite sin rodeos que si el tiempo hubiera estado más tranquilo y los argentinos hubieran seguido adelante con su plan, no habría habido forma de detenerlos. Un detalle menor, ¿no?

El Prat, listo para ser el primer blanco

Si el Simpson lograba abrir fuego contra una eventual invasión argentina (lo cual ya vimos que era bastante dudoso, considerando sus capacidades), el siguiente en entrar en acción sería el crucero Prat, el buque insignia de la Escuadra chilena. Su misión: disparar artillería contra la flota de desembarco enemiga y, en el proceso, convertirse en el objetivo prioritario de la aviación, la artillería y los submarinos argentinos. Un verdadero sacrificio heroico... o suicida, Yamatista, según se mire.

Pero tranquilidad, que la tripulación del Prat no tenía miedo. Según Rivera, la moral estaba intacta:

"En la gente nuestra no había ninguna duda. El espíritu era ir cuanto antes a la guerra y definir esta cuestión."

Ah, el clásico optimismo chileno. Porque una cosa es estar listos para pelear y otra muy distinta es tener posibilidades reales de ganar. Y ahí es donde las cosas se complicaban.

Un portaaviones vs. fondeaderos camuflados

La gran ventaja de la Armada Argentina era evidente: el portaaviones 25 de Mayo, que le daba supremacía aérea total y convertía a los buques chilenos en blancos flotantes. Más aún, nos enteramos en los 2000s que el portaaviones argentino albergaba apenas 4 cazabombarderos menos que toda la FACh en todo su inventario operativo. Mientras tanto, la Escuadra chilena tenía... refugios naturales en los canales del sur. Sí, porque cuando no tienes un portaaviones, lo mejor que puedes hacer es esconderte.

"Ellos sabían que estábamos en el sur, pero no sabían dónde (...) Los fondeaderos de guerra son lugares absolutamente camuflados donde es imposible ver los buques, ni siquiera sobrevolando."

Básicamente, la estrategia chilena consistía en jugar al escondite hasta que la situación mejorara. Y, para su fortuna, así fue. Igualmente, es la esperanza chilena que los medios aéreos argentinos nunca los descubrieron pese que poseían más de 20 aviones ASW/MPA con capacidad de detectar un snorkel en superficie a decenas de millas. Que no lo publiquen, no quiere decir que no se sepa que las islas del Cabo de Hornos eran ese refugio indetectable.

Además, había otro problemita: el embargo de Estados Unidos había dejado a la flota chilena con una escasez preocupante de pertrechos. Pero bueno, nada que un buen discurso patriótico no pudiera compensar.

De todas formas, Rivera reconoce que la situación no era ideal:

"El Prat habría sufrido daños importantes como consecuencia del ataque de los aviones del 25 de Mayo."

Por eso, la estrategia era usar primero los buques misileros, que serían los encargados de decidir el combate de superficie. En otras palabras, mandar primero a los barcos pequeños y esperar que algo bueno pasara.

El zafarrancho de combate... contra una sonda meteorológica

El 20 de diciembre de 1978 fue el momento más crítico. La Escuadra chilena recibió la orden de salir al encuentro de la flota argentina. El comandante en jefe, vicealmirante Raúl López Silva, reunió a los capitanes y les soltó la arenga final:

"Señores, vamos a definir esta situación de una vez por todas. Se acabaron los ejercicios. La próxima vez que toque un zafarrancho de combate significa que estamos enfrentados a los argentinos."

Todo estaba listo. La tensión era máxima. Y entonces...

¡Sonó el zafarrancho de combate!

Los marinos corrieron a sus puestos con una rapidez jamás vista. El enfrentamiento estaba por comenzar.

Solo que no.

Porque el supuesto contacto enemigo resultó ser... una sonda estadounidense recolectando datos atmosféricos.

Sí, después de tanto drama y preparación, el primer "enemigo" detectado fue un aparato meteorológico.

Al final, las dos flotas estuvieron a menos de 10 horas de atacarse con misiles. Pero una vez más, el destino intervino. La mediación papal y un temporal con olas de 15 metros retrasaron la ofensiva argentina, evitando la guerra.

Rivera, por supuesto, no duda en darle crédito a la Divina Providencia:

"De no haber mediado las condiciones de tiempo, y si los argentinos hubiesen cumplido el plan Soberanía, esto no se habría podido parar."

Así que, en resumen: la Armada chilena, con su flota envejecida, sus pertrechos escasos y su estrategia de esconderse en los canales, estaba a punto de enfrentarse a una fuerza superior. Y justo cuando todo parecía perdido, la guerra fue evitada por una tormenta y la intervención del Papa.

A veces, el mejor plan de batalla es que el clima juegue a tu favor. ¡Qué nivel de impotencia!

lunes, 19 de mayo de 2025

ARA: Cabo Segundo Rocío Andrea Troncoso, primera nadadora de rescate de la IMARA

“La Armada Argentina me dio vida y ganas de vivirla a pleno”




La mendocina de 25 años es la primera mujer Nadadora de Rescate de la especialidad Infantería de Marina. Es Cabo Segundo y relata cómo fue su acercamiento a la Fuerza, el recuerdo de su ciudad natal y las actividades que desempeña a diario.

La Gaceta Marinera

Puerto Belgrano - La Cabo Segundo Rocío Andrea Troncoso es la primera infante nadadora. Oriunda de Tunuyán, Mendoza, comenzó su carrera en la Armada Argentina hace tan sólo 4 años. Cuenta que trabajaba en la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), cuando recibió un llamado del personal de la Delegación Naval de la provincia el que, en complicidad con su madre, la invitaba a acercarse a la oficina para completar los formularios de incorporación.


“No sabía nada de la gestión que había comenzado mi mamá, siempre quise vestir el uniforme del Ejército Argentino, como mi hermano; ella estaba al tanto de ese deseo y me inscribió en la Armada. Tengo conocidos y un tío, quien es marino retirado. En el llamado telefónico me dijeron con entusiasmo que me esperaban allí”, explica hoy la Cabo Troncoso.


Con sorpresa, al saber que había sido su mamá quien la anotó, se puso en marcha para conocer la carrera: “Mamá me dijo que fuera, que probara y pensara en mi futuro; hoy le agradezco tanto el estar acá. Ya quería ser Infante de Marina cuando fui a completar el trámite de la inscripción a la delegación”, confiesa.


Narra que al principio fue duro; dejar su provincia y a su hijita Alma, quien entonces tenía apenas 3 años. Sin embargo, el camino recorrido con voluntad y esfuerzo renovó su alegría: “La Armada Argentina me dio vida y ganas de vivirla a pleno”. Su mamá la ayudó a cuidarla durante ese tiempo, ya que no conocía a nadie en la zona.



Así es como la mendocina ingresó en el 2021 a la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA), transitó el Período Selectivo Preliminar e ingresó como Aspirante Naval para cursar en el instituto de formación militar. “El primer año me costó, extrañaba mucho; conocí la Infantería de Marina y reforcé mi idea de ser infante. Más tarde me especialicé en Comunicaciones”, relata.



Hoy su hija Alma tiene 8 años y vive con ella cerca de la Base Naval Puerto Belgrano donde se encuentra su destino, el Batallón de Comunicaciones Nº 1 (BIC1), dependiente de la Brigada de Infantería de Marina (BRIM). Formó pareja con un compañero infante y consolidó su vínculo con la Fuerza.

Tras el egreso de la ESSA fue enviada a cumplir servicio al BIC1 y desde entonces se encuentra allí, desempeñando su tarea como comunicante, que son quienes se encargan del manejo de los sistemas de comunicación en las operaciones de la Infantería de Marina, operando equipos, transmitiendo mensajes, y garantizando la fluidez de la información. “Tengo asignado un vehículo Marrúa para desarrollar mis tareas”, apunta.

Respecto de su tierra natal, describe que “lo que más extraño de Tunuyán es mi casa y a mi familia. Somos 7 hermanos, yo soy la sexta y la más chica de las mujeres. Mis padres están orgullosos de mis logros, mamá es ama de casa y empleada municipal y papá camionero; sus trabajos no están relacionados con las Fuerzas Armadas”.

De su ciudad recuerda con cariño la primaria en la escuela “Maestros Argentinos” y la secundaria en el “Prudencio Vidal Amieva”, y enfatiza: “El río también se extraña, donde siempre nadaba y compartía la tarde con mis primas”.

El río es el que trae de sus recuerdos al presente, cuando habla del deseo de convertirse en Nadadora de Rescate. El río y su afición por el deporte, ya que desde chica le gusta el atletismo como las maratones, y el entrenamiento físico.

“Algo que marcó mi vida a los 17 años fue cuando saqué a un niño de uno de los ríos que atraviesa Mendoza. No lo pensé, al ver que estaba en problemas me lancé a rescatarlo. Siempre pienso qué hubiera pasado si no lo hacía; recuerdo que su mamá estaba muy agradecida”, destaca Rocío.

La resistencia física y mental son requisitos imprescindibles para ser parte de la Infantería de Marina, y también para la capacitación como Nadadora de Rescate de la Armada. Por su buen desempeño al realizar las pruebas físicas, Rocío se animó a hacer el curso en la primavera pasada, egresando en noviembre del 2024.

“Los cupos son limitados y fueron 3 meses agotadores donde realizamos ejercicios como salto al agua desde helicópteros o y el denominado cabina invertida, que entrenan los marinos aeronáuticos. Cuando me preguntan qué tal es el curso yo les respondo que hay que vivirlo, la experiencia es única”, detalla con entusiasmo.

“Durante esos meses pensé en abandonar varias veces, muchos lo hacían, pero una de mis grandes motivaciones fue que me convertiría en la primera infante nadadora; y lo logré”, remarca esbozando una sonrisa de satisfacción. “Uno se enfrenta al frío, al cansancio y por momentos no aguanta más; tuve un instructor infante que me alentó mucho a seguir”, agrega.



Hoy resta combinar su capacitación con la especialidad y espera el momento de poder hacer largas navegaciones. “Me encantaría poder embarcar como nadadora; también estar destinada en el Batallón de Vehículos Anfibios Nº1, donde se encuentra la mayoría de los Nadadores de Rescate”, expresa.
gacetamarinera.com.ar, el sitio oficial de noticias de la Armada Argentina

Todos los años la Armada Argentina forma y entrena a sus nadadores en técnicas de salvamento, rescate y supervivencia en el mar. Es una capacitación que anualmente también se recalifica para sostener en nivel y mantenerse activo como nadador.

Su principal función es salvaguardar la vida humana en actividades de riesgo, con énfasis en la prevención y la preparación para actuar en caso de emergencia. Proporciona servicios a las unidades en navegación y en actividades con riesgo de hombre al agua. Cabe destacar que los Nadadores de Rescate participan de ejercicios operativos con buques de la Flota y aeronaves de la Aviación Naval, además de las campañas antárticas y sanitarias del país.

El Mar Argentino, típicamente frío, demanda una preparación psicofísica que es crucial para los nadadores de la Armada, conformándose en un recurso humano de calidad dentro de la Institución.

“La Armada significa para mí valores como el esfuerzo y la valentía. El escudo rojo de la Infantería de Marina me genera mucho orgullo. Y tengo muchos sueños por cumplir en la Armada, conocer el mundo en la fragata ARA ‘Libertad’, ir a Chipre en alguna Misión de Paz, me encantaría también pisar suelo antártico, y sé que en el desarrollo de mi carrera y con el tiempo transcurrido aquí, los cumpliré”, concluye la mendocina de Tunuyán.

domingo, 18 de mayo de 2025

Malvinas: Parte la Fuerza de Tareas FT-20 y FT-40

Partida de las fuerzas de tareas para la recuperación de las islas Malvinas




 

28 DE MARZO DE 1982 – ZARPAN LAS FUERZAS DE TAREA ANFIBIA (FT-20 Y FT-40): INICIA LA GESTA POR LA RECUPERACIÓN DE LAS MALVINAS

Un 28 de marzo de 1982, hace ya 43 años, a las 19:00 horas, comenzaba a escribirse una de las páginas más dignas y reivindicatorias de la historia nacional. Ese día, desde la Flota de Mar de nuestra Armada Argentina, zarpaban los componentes FT-20 y FT-40, dando inicio a la Operación Rosario, destinada a recuperar un territorio usurpado por la fuerza extranjera en 1833.

El Vicealmirante Juan Lombardo, como Comandante del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), encabezaba la conducción estratégica. Las tareas de alistamiento y embarque se iniciaron tras la orden formal del Comité Militar, dada el 26 de marzo, y fueron ejecutadas con eficiencia ejemplar.

Aquella tarde, desde la Base Naval de Puerto Belgrano, la Fuerza de Tareas Anfibia 40 (FT-40), bajo el mando del Contraalmirante Walter Allara, emprendía rumbo al Atlántico Sur.

El Grupo de Tareas 40.1Fuerza de Desembarco, al mando del Contraalmirante de Infantería de Marina Carlos Busser, estaba conformado por el Batallón de Infantería de Marina N.º 2, una compañía del Batallón N.º 1, una compañía del Regimiento de Infantería Mecanizado 25 (RI Mec 25) del Ejército Argentino, bajo el mando del General de División Oscar García, designado Comandante del Teatro de Operaciones Malvinas. La fuerza se completaba con una batería de artillería de campaña, la Agrupación de Comandos Anfibios, elementos de Buzos Tácticos, el Batallón de Vehículos Anfibios con 20 LVTP-7 Amtraks, y unidades de apoyo logístico y asuntos civiles.

El Grupo de Tareas 40.2Grupo de Transporte, al mando del Capitán de Navío Alejandro Estrada, incluía al buque de desembarco de tanques ARA “Cabo San Antonio” (Q-42), el rompehielos ARA “Almirante Irízar” (Q-5) y el buque de transporte ARA “Isla de los Estados” (B-8), encargados de llevar vehículos, helicópteros y pertrechos hasta la playa designada.

El Grupo de Tareas 40.3Grupo de Escolta, al mando del Capitán de Fragata Molina Pico, estaba integrado por el destructor ARA Santísima Trinidad (D-2) —buque insignia—, el destructor ARA Hércules (D-1) y las corbetas misilísticas ARA Drummond (P-31) y ARA Granville (P-33).

El Grupo de Tareas 40.4Grupo de Tareas Especiales, al mando del Capitán de Corbeta Alberto Bicain, incluía al submarino ARA Santa Fe (S-21) y una agrupación de Buzos Tácticos con 102 hombres a bordo, que había zarpado el día anterior desde la Base Naval Mar del Plata, junto a la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, equipada con Sea King.

Simultáneamente, zarpaba el Grupo de Tareas 60, al mando del Capitán de Navío Carlos Trombeta, compuesto por el rompehielos ARA Bahía Paraíso (B-1), el transporte ARA Bahía Buen Suceso (B-6), la corbeta ARA Guerrico (P-2), un helicóptero Alouette III, un helicóptero Puma del Ejército Argentino, y 100 hombres del Batallón de Infantería de Marina N.º 2.

Con la caída del sol, también se hacían a la mar las unidades de la Fuerza de Tareas de Cobertura (FT-20), bajo el mando del Capitán de Navío José Julio Sarcona, Comandante del portaaviones ARA 25 de Mayo (V-2), escoltado por los destructores ARA Seguí, ARA Py, ARA Piedrabuena y ARA Bouchard, y por el buque tanque ARA Punta Médanos. Esta fuerza de cobertura contaba con el respaldo de un Grupo Aeronaval de Exploración basado en tierra, con 2 aviones Neptune, un Electra L-188 y un Beechcraft BE-200.

La crisis en Georgias del Sur, originada por el intento británico de desalojar a trabajadores argentinos de la empresa del Sr. Davidoff mediante el envío del HMS Endurance con Royal Marines, precipitó la salida anticipada de las corbetas ARA Drummond y ARA Granville desde Mar del Plata, con la misión de interceptarlo. Pero con la orden definitiva de ejecutar la Operación de Recuperación de Malvinas, se canceló su intervención en Georgias y se les ordenó reaprovisionarse en el mar e incorporarse a la FT-40, conforme al plan original.

Los buques zarparon en el orden previsto, surcando la ría de Bahía Blanca hacia el mar abierto. A las tripulaciones se les informó que la maniobra formaba parte del adiestramiento anual de la Flota. Sin embargo, para los más experimentados, la magnitud de la operación, lo temprano del año y el hecho de que se iniciara un domingo por la tarde despertaban sospechas. Aun así, el estricto secreto operacional logró preservar el verdadero objetivo: la recuperación de nuestras Islas Malvinas.

Ya en el Atlántico Sur, las tripulaciones comprenderían que no se trataba de una simple maniobra de adiestramiento: estaban dando forma a la histórica Operación Rosario, que, días después, el 2 de abril de 1982, devolvería por la acción decidida de sus hijos la soberanía efectiva sobre un suelo que es, fue y será argentino.

miércoles, 14 de mayo de 2025

Argentina: Vapor "Río Limay" de la Escuadrilla del Río Negro

 

Vida operativa del vapor "Río Limay"

Datos generales

  • Nombre: Río Limay

  • Tipo: Vapor fluvial de transporte

  • Año de referencia: 1885

  • Otros nombres: No tuvo

  • Lugar de construcción: Astillero Rennie & Co., Londres

  • Forma de adquisición: Contrato de construcción entre el astillero y el Estado argentino, representado por el teniente coronel de marina Erasmo Obligado

  • Costo: £8.000

Características técnicas

  • Eslora: 36,30 m (modificada posteriormente)

  • Manga: 6,70 m

  • Puntal: 1,20 m

  • Calado medio: 0,75 m

  • Desplazamiento: 120 toneladas

  • Propulsión:

    • 1 máquina compound (alta y baja presión)

    • 25 rpm – 120 shp

    • 1 caldera vertical

    • Ruedas laterales con paletas articuladas

    • Casco de acero galvanizado de 4 mm

  • Velocidad: 10,5 nudos

  • Autonomía: 1.920 millas

  • Combustible: Carbón (capacidad: 30 toneladas)

  • Dotación: 21 tripulantes

  • Distribución: 2 bodegas de carga; 2 casillas (una a proa, otra a popa)

  • Buque gemelo: "Teuco"

Historial de servicio

1885

  • Arribado desarmado a Carmen de Patagones. Armado entre marzo y octubre.

  • El casco fue botado el 25 de agosto.

  • Primer comandante: Capitán Augusto Grasso. Segundo comandante: Subteniente de marina Leopoldo Tabeada.

  • El 26 de octubre realiza su primer viaje, con el embajador de Alemania, barón de Holmberg, a bordo. Llega hasta Roca y regresa sin novedades, transportando carga particular.

1886

  • Opera regularmente entre Patagones y Roca, siendo prácticamente el único buque de la escuadrilla con tráfico constante en esa ruta.

  • Se mantiene el mismo comando del año anterior.

1887

  • Recibe reparaciones y modificaciones: se le aumenta la eslora en 0,91 metros.

  • Realiza cinco viajes, uno de ellos hasta Choele Choel, transportando al 7º de Caballería de la División de los Andes.

  • Comandante: Teniente Hipólito Oliva.

1888

  • Participa activamente en la logística militar: colabora con la construcción de la línea telegráfica hacia Chubut.

  • Realiza ocho viajes redondos hasta Choele Choel, todos bajo el mando del teniente Oliva.

1889

  • Ayuda en el rescate de numerosas familias en Viedma, afectadas por graves inundaciones.

  • Nuevo comandante: Alférez de fragata Luis E. Calderón.

  • Sigue realizando viajes oficiales y particulares en el río Negro.

1890

  • En marzo, Calderón entrega el comando al teniente de navío Elías Romero.

  • Realiza viajes cortos hasta mayo.

  • Luego, el buque es arrendado —junto con el resto de la escuadrilla— a la firma Diego Castro y Cía.

1890–1895

  • Operado comercialmente por Diego Castro y Cía.

  • Presta servicio regular de carga y pasaje entre la costa y Choele Choel.

  • La Armada mantiene control sobre el mantenimiento y estado del buque.

1896

  • Devuelto al servicio naval. Su estado general es muy deteriorado.

  • Pasa a reparaciones mayores en casco y máquinas en Patagones.

  • No realiza viajes ese año.

1897

  • Completadas las reparaciones, se le suman tres pies de eslora.

  • Vuelve al servicio activo.

  • Realiza un viaje transportando al Regimiento 7 de Caballería desde Patagones hasta Choele Choel.

1898

  • Continúa con transporte de carga y personal militar.

  • Establece un depósito de carbón en Choele Choel para reabastecer a otros buques de la escuadrilla.

1899

  • Realiza tareas de limpieza del río Negro entre Patagones y Choele Choel, eliminando tocones y obstáculos con pólvora.

  • Hace 17 viajes redondos transportando tropas y materiales para la línea telegráfica militar.

1900

  • Realiza nueve viajes.

  • El 17 de septiembre, naufraga tras chocar contra una roca.

  • Es reflotado por personal de la escuadrilla y regresa al servicio antes de fin de año.

1901

  • Continúa activo, con diez viajes entre Patagones y Choele Choel.

  • Se lo considera en mal estado general.

1902

  • Sigue navegando por el río.

  • El 17 de mayo, naufraga definitivamente al golpearse contra un escollo frente a Montes Dolores.

  • La orden general OG 44/193, del 20 de marzo de 1902, sobresee el sumario por su pérdida y declara que el hecho no afecta el buen nombre del práctico Juan Oriente, a cargo en ese momento.

  • Se recupera parte del casco y la maquinaria, ya en estado de chatarra.

Fin del servicio

Este naufragio marca el fin operativo del vapor "Río Limay". Fue el segundo buque de la Armada Argentina en llevar ese nombre.

Fuentes y referencias

  • Fotos: Archivo General de la Nación

  • Documentos: Memorias del Ministerio de Guerra y Marina, Archivo General de Marina, SEHN (Inventario general, caja 475, año 1873)

miércoles, 7 de mayo de 2025

Argentina: Épocas doradas del COAN

Épocas de gloria de la Aviación Naval Argentina



BAPI: Base Aeronaval de Punta Indio (Verónica)


BACE: Base Aeronaval Comandante Espora (Bahía Blanca)

domingo, 27 de abril de 2025

DDG: ARA Hércules

ARA Hércules (D-28 / D-1 / B-52)




ARA Hércules (D-28) fue el único buque de defensa aérea operando en el TOA. Equipado con 4 Exocet y 22 Sea Dart de defensa aérea con uso secundario antibuque: en condiciones ideales, él solo podía haber llegado a dar cuenta de toda la Escuadra chilena.



El transporte rápido ARA Hércules (B-52) (TRHE)n. 1? es un transporte rápido multipropósito de la Armada Argentina. Fue construido en los años setenta como destructor Tipo 42 y, luego de una reforma en los años noventa, recibió su reclasificación como transporte rápido.2? Fue declarado irradiado del servicio y procedido el arriado final del pabellón nacional el 20 de junio de 2024, luego de 48 años de servicio.

Armado de misiles superficie-aire Sea Dart, su misión junto con su gemelo, el destructor ARA Santísima Trinidad (D-2), fue la defensa antiaérea de área del portaaviones liviano ARA Veinticinco de Mayo (V-2), operando por medio de data link.


Banderas
Argentina
Historial
Astillero Vickers Shipbuilding, Barrow-in-Furness, Reino Unido
Clase Tipo 42
Tipo destructor lanzamisiles guiados
Operador Armada Argentina
Autorizado 18 de mayo de 1970
Iniciado 7 de junio de 1973
Botado 10 de mayo de 1976, Barrow
Asignado junio de 1976 (afirmación del Pabellón Argentino)
julio de 1977 (incorporación a la Flota de Mar)
Baja 22 de marzo de 2024 (radiado)1?
20 de junio de 2024 (arriado final del pabellón)
Destino Irradiado, se halla amarrado en Puerto Belgrano
Características generales
Desplazamiento 4100 t a plena carga
Eslora 125,6 m
Manga 14,3 m
Calado 5,8 m
Armamento • 1 lanzador doble para 22 misiles GWS-30 Sea Dart Mk30
• 1 Cañón Vickers 115 mm (4,5")/55 Mk8, automático
• 2 Ametralladoras Oerlikon 20 mm MK7
• 4 lanzadores de misiles MM-38 Exocet (SSM)
• 2 lanzadores triples de tubos lanzatorpedos ILAS 3/324 mm (utiliza torpedos Whitehead AS-244: 6 km a 30 nudos)
Propulsión COGOG
• 2 turbinas a gas Rolls Royce Olympus TM38
• 2 turbinas a gas Rolls Royce Tyne RM1A
• 2 ejes hélices
Potencia • Olympus TM38: 50 000 HP
• Tyne RM1A: 9900 HP
Velocidad • 30 nudos (Olympus)
• 18 nudos (Tyne)
Autonomía 4500 millas náuticas a 18 nudos
Tripulación 166
Tropas 238 infantes de marina con equipo completo
Aeronaves 2 helicópteros Sikorsky SH-3 Sea King
Equipamiento aeronaves Hangar



Historial

La embarcación corresponde a un destructor construido originalmente como Type 42, similar a las unidades de la misma clase comisionadas por la Marina Real británica. Fue construido en los astilleros de Vickers Shipbuilding en Barrow-in-Furness, Reino Unido, en simultáneo con el HMS Sheffield, cabeza británica de la serie, hundido en la guerra de las Islas Malvinas. Debido a que un incendio dañó irreparablemente la popa del HMS Sheffield, una sección completa de la popa del ARA Hércules fue utilizada en el navío inglés, por lo que el cañón Vickers 4.5" (115 mm)/55 Mk8 automático, montado en el buque británico, correspondía originalmente al argentino.



Fue entregado a la Armada Argentina entrando en servicio el 19 de septiembre de 1977 Una vez incorporado fue asignado a la 1.ª División de Destructores como Destructor Misilístico ARA Hércules (D-28), DEHE siendo su apostadero la Base Naval Puerto Belgrano. Al incorporarse su gemelo, el ARA Santísima Trinidad (D-2) cambió su apelativo por D-1, con el que operó hasta su conversión a Transporte Rápido. Varias unidades llevaron el nombre "Hércules" en la Armada Argentina, si bien todas fueron importantes, sin duda la más representativa fue la nave insignia del almirante Guillermo Brown durante las luchas por la independencia. La famosa «Fragata Negra», apodada así por el color de su velamen, sirvió de cubierta al Gran Almirante y su nombre «Hércules» llega hasta nuestros días representado hoy en la actividad por este Transporte de Tropas.

Conflicto del Beagle

En diciembre de 1978 para la puesta en marcha de la Operación Soberanía el ARA Hércules formó parte del grupo de tareas 2 junto al PAL ARA Veinticinco de Mayo (V-2) con la misión de ocupar militarmente las islas Lennox, Nueva y Picton y el cabo de Hornos en litigio con Chile. Cuestión que no se concretó, iniciando la FLOMAR el retiro a Puerto Belgrano.

Guerra de Malvinas

En 1982, junto a su gemelo ARA Santísima Trinidad (D-2), fue parte de la escolta del portaaviones Veinticinco de Mayo en la Guerra de Malvinas. Participó en las acciones de recuperación de las islas y su helicóptero embarcado operó por unas horas en el Aeropuerto de Puerto Argentino. A principios de mayo, se esperaba en la Fuerza de Tareas de la Armada Argentina enfrentar en un combate aeronaval a la Fuerza de Tareas de la Marina Real británica, en esos momentos, su radar de alerta temprana, iluminó a un Sea Harrier del HMS Invincible, que era vectorizado para interceptar a un Grumman S-2 Tracker catapultado desde el portaaviones Veinticinco de Mayo que trataba de confirmar la ubicación de la Fuerza de Tareas de la Marina Real, para un posterior ataque combinado con los medios desplegados. Finalmente no se dieron las circunstancias propicias para dicho ataque y los buques argentinos se replegaron a aguas poco profundas fuera de la amenaza de los submarinos nucleares ingleses. Continuó navegando en zonas de patrullas cercanas a la costa argentina.


Postguerra

Desde su incorporación a la 1.ª División de Destructores y su posterior pase al Comando Naval Anfibio, el buque participó y continúa participando en ejercitaciones —llamadas «Etapas de Mar»— con el resto de los buques de la Flota de Mar, la División de Patrullado Marítimo (DVPM), la Fuerza de Submarinos y aviones y helicópteros de la Aviación Naval, y ejercicios «Anfibio» con la Infantería de Marina. También ha tomado parte en numerosas operaciones navales con unidades de otros países.

En 1988, junto a la mayoría de los buques del Comando de la Flota de Mar, incluido su gemelo, el D-2, visitó el Puerto de la ciudad de Buenos Aires.

En 1993 efectuó el último lanzamiento de práctica con munición de combate, de un misil GWS-30 Sea Dart y comenzó a navegar con repuestos obtenidos de su gemelo el ARA Santísima Trinidad (D-2), que comenzó a ser canibalizado sin volver a navegar desde 1989. Al año siguiente fue transferido al Comando Naval Anfibio y Logístico (COAL), y en 1999 fue transformado en un transporte rápido, con importantes modificaciones en su plataforma y hangar de helicópteros, pudiendo destarcársele dos helicópteros medios del tipo Sea King. Estas modificaciones se efectuaron en los Astilleros y Maestranzas de la Armada de Chile (ASMAR), en su planta de Talcahuano. Su transformación fue completada entre 2004 y 2006 en Argentina en las instalaciones de los Arsenales de la Base Naval Puerto Belgrano. Durante 2009 se retiró finalmente su lanzador Sea Dart reutilizando ese espacio para la instalación de 4 camas para Botes de Asalto MKV de la Infantería de Marina Argentina.

Entre sus despliegues, la unidad tomó parte en la edición 1998 del ejercicio combinado «UNITAS», así como la etapa anfibia del ejercicio «Fraterno» en 2006. Continúa cumpliendo funciones como Unidad de Transporte de Tropas de IM integrando el núcleo de las diferentes etapas anfibias y participando durante el desarrollo de cada una de las etapas de mar. Durante 2009 fue sometido a un proceso de reparaciones generales en el CINAR (Complejo Industrial Naval Argentino), incorporándose nuevamente a la Flota de Mar en abril de ese año luego de un recorrido de su casco, válvulas y sistemas. Durante ese año cumplió con una Patrulla de Control del Mar y en la búsqueda de sobrevivientes del pesquero Atlantic hundido durante un temporal. Durante el período 2004-2012 participó de la totalidad de las ejercitaciones anfibias de la Flota de Mar, efectuando además los ejercicios Inalaf con personal IM embarcado de la Armada de Chile. En ese mismo período realizó embarcos de instrucción con Cadetes de la ESNM al litoral marítimo argentino arribando en varias oportunidades a los puertos de Ushuaia y Madryn.



Década de 2010

La unidad continúa con sus prácticas anuales de tiro, ejercicios anfibios? y etapas de mar;? efectuado también visitas a puertos del litoral (Necochea) y navegaciones de instrucción con Cadetes de la Escuela Naval Militar y Aspirantes de la Escuela de Suboficiales de la Armada.

Reconversión

El buque fue inicialmente sometido a un proceso de reconversión en Chile (ASMAR, Armada de Chile) y luego en Argentina (ARPB, Base Naval Puerto Belgrano, Armada Argentina) durante fines de los 1990s, expandiendo la cubierta de vuelo y los hangares para recibir y operar dos helicópteros Sea King con misiles Exocet AM39, y un upgrade de los sistemas electrónicos; participando la estatal argentina INVAP en más reingeniería. Y, comisionado al Comando Naval Anfibio, operando como «transporte multipropósito rápido», y su nuevo indicativo permanente B-52.6? Su rediseño significó pasar a ser un transporte rápido de desembarco de tropas. Actualmente se han reconvertido los espacios ganados en sollados para transporte de tropas de IM. Fueron retirados ambos domos de los viejos radares 909 y el lanzador de Sea Dart de proa. La unidad cuenta con un Sistema Automatizado de Comando y Control (SITACC) desarrollado íntegramente en Argentina por el SIAG-2006. Estos cambios permitieron sumar además un CIC para el Estado Mayor del KFD cuando está embarcado y colocar un total de ocho camas exteriores para el trincado seguro de Botes MK V de la IM embarcada. Los portones del hangar volvieron a ser recorridos y modificados por INVAP operando en la actualidad sin mayores inconvenientes. Los misiles superficie-aire RBS-70 cuentan en cubierta a popa con una plataforma elevada con comunicaciones internas en donde son preinstalados en cada navegación de adiestramiento en donde se prevé algún ejercicio de lanzamiento.

Radiado

La unidad se hallaba en condición de reserva desde 2013. Fue pasada a la condición de radiado el 22 de marzo de 2024 y después procedió el arriado final del pabellón en Puerto Belgrano el 20 de junio de 2024. Queda aguardando su destino final.

Características

Originales


  • Motores: 2 Turbinas a gas Olympus TM38, 50 000 HP. 2 Turbinas a gas Tyne RM1A, 9900 HP. - 2 hélices.
  • Colores: casco y puente con los cañones lanzadores, domos, parte inferior de mástiles, cubierta y demás en "gris almirantazgo mate"; obra viva antióxido rojo; línea de flotación, topes de mástiles y chimenea "negro mate"; cubierta de vuelo, circunferencia blanca, número blanco con sombra negra.
  • Generales: gemelo al destruido y hundido (en 53°04'S 56°56'O) HMS Sheffield, desplazamiento estándar de 3150 t, máximo 4100 t a plena carga; eslora entre perpendiculares: 119,50 m; manga 14,63 m; calado máximo: 6,8 m; planta propulsora: sistema cogog dos turbinas a gas Rolls Royce Olympus MM3B con una potencia de 54 900 HP para máxima velocidad; dos turbinas a gas Rolls Royce Tyne con 8200 HP para velocidad crucero; tripulación: 300/312 hombres.


Añadidas en la reconversión

La cubierta de despegue en voladiza y las fenestraciones de la popa, permiten el despliegue o extracción rápidos de botes "gomones" para tropas especiales. La nave puede llevar 238 infantes de marina plenamente equipados, sin merma de su velocidad máxima de 30 nudos. INVAP rehízo el sistema de cierre del hangar aéreo de esta nave, así como algunas modificaciones del área de popa. El cierre es accionado electromecánica y manualmente, con abertura mínima en cada banda de 6,2 m de ancho y 5,4 m de altura libres; estanco a intemperie y a radiación lumínica hacia el exterior. La velocidad mínima de apertura o cierre es de 10 cm/s y un tiempo máximo de apertura en modo manual de 5 min, bajo condiciones de rolido, cabeceo, escora permanente del buque y presión de viento extrema (inclinación lateral hasta 30°, inclinación frontal 10º, simultáneos). La unidad también cuenta con una capacidad ampliada en su alojamiento para el transporte de una Compañía reforzada de Infantería de Marina, posee un local de operaciones separado para el Estado Mayor de IM embarcado y dos aulas equipadas. Sus dos radomos 909 y su lanzador Sea Dart fueron retirados equipando su cubierta con camas metálicas y malacates eléctricos para el transporte de Botes de Desembarco MK-V y una bodega para el alojamiento de material.

Electrónica

Navegación

  • 2 Sistemas de GPS, integrados al sistema con cartografía digital y con representación cartográfica tanto en el puente de comando como en la cubierta de operaciones (CIC), mediante pantallas LCD,
  • 1 Corredera Digital,
  • 1 Sonda Ecoica,
  • 3 Equipos VHF para la seguridad náutica.

Sistema de Comando y Asesoramiento

  • Sistema de Comando y Asesoramiento - SITAC 2006
  • Consolas integradas con entorno visual.
  • Diseñado e instalado en el país (SIAG - Puerto Belgrano 2006)

Comunicaciones

  • Equipos de HF - UHF y VHF (Banda Baja)
  • Enlace de Datos - LINK ARA.

Radares

  • Búsqueda Aire Lejana - Marconi 965 (IFF).
  • Búsqueda Superficie - Marconi 992.
  • Control Helicópteros Kelvin Hughes 1006.
  • Navegación DECCA 1229.