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domingo, 30 de marzo de 2025

Argentina: Los desafíos de la Armada de la República Argentina


El próximo desafío de la Armada Argentina: ¿Es posible cambiar el rumbo para garantizar el futuro?

Esteban McLaren
Basado en el artículo de José Díaz
DEF
Con ampliaciones para FDRA



La Armada Argentina enfrenta hoy un desafío crítico que define no solo su futuro, sino también la capacidad del país para proteger su soberanía marítima y aprovechar sus vastos recursos naturales. Este análisis detalla las razones detrás de su debilitamiento, marcado por décadas de desinversión y negligencia, y expone las tragedias e incidentes que han puesto en evidencia sus carencias estructurales. A través de un recorrido por su historia reciente, se identifican los medios necesarios para revitalizar su capacidad operativa, desde submarinos y aviones de patrulla hasta fragatas y buques polares. Asimismo, se examinan los pasos urgentes que deben tomarse para recuperar su rol estratégico en el Atlántico Sur y en el escenario global. Este texto invita al lector a reflexionar sobre las implicancias geopolíticas, económicas y de seguridad que conlleva la situación actual de la Armada, y plantea la pregunta clave: ¿está Argentina preparada para enfrentar este desafío?


¿Qué necesita la Armada Argentina para recobrar su fuerza y cumplir con su misión estratégica? ¿Cómo puede un país con vastos recursos marítimos y una posición geopolítica clave permitir que su fuerza naval caiga en un estado de descomposición? Estas preguntas surgen al analizar la preocupante situación actual de una institución vital para la defensa y la soberanía nacional. Años de negligencia y desinversión han dejado a la Armada en una posición crítica, incapaz de ejercer plenamente su rol.

Un pasado marcado por negligencia y tragedias

El deterioro de la Armada no es reciente. Desde el embargo de la Fragata ARA “Libertad” en 2012 hasta la trágica pérdida del submarino ARA “San Juan” en 2017, pasando por los incendios del rompehielos ARA “Almirante Irízar” y el hundimiento del ARA “Santísima Trinidad”, queda claro que la falta de inversión y mantenimiento ha pasado factura. El presupuesto de defensa, oscilando entre el 0,5% y el 0,8% del PBI, está muy por debajo del promedio regional y mundial. Esta falta de recursos no solo ha afectado los medios materiales, sino también la capacidad de instrucción y el adiestramiento de las tripulaciones.

Un país marítimo sin capacidad de defensa adecuada

Con más de 3,8 millones de kilómetros cuadrados de territorio, dos tercios en el continente y el resto en el sector antártico, Argentina debería contar con una Armada capaz de proteger sus costas, plataformas continentales y vastos recursos marítimos. Sin embargo, la realidad actual dista mucho de este ideal. La falta de submarinos operativos y una flota de superficie envejecida limita significativamente la capacidad de vigilancia y control sobre los casi 5.000 kilómetros de costa y la Plataforma Continental, que se extiende por 6,5 millones de kilómetros cuadrados. Este espacio, rico en biodiversidad y recursos estratégicos como gas, petróleo y pesca, genera miles de millones en ingresos anuales, pero permanece vulnerable a la explotación ilegal y a potenciales amenazas externas.

Para abordar esta situación, es fundamental considerar la incorporación de patrulleros de altura de gran calado, con desplazamientos de hasta 10.000 toneladas. Estas embarcaciones, equipadas con sistemas modernos de vigilancia, radares de largo alcance y capacidad de desplegar helicópteros y drones, permitirían extender el control efectivo sobre la Zona Económica Exclusiva y la Plataforma Continental Extendida. Este tipo de buques, que superan ampliamente en autonomía y resistencia a los patrulleros actuales, reforzaría la presencia marítima en áreas clave, como el Atlántico Sur y las inmediaciones de las Islas Malvinas.

Complementando esta capacidad, la incorporación de UAV (vehículos aéreos no tripulados) de categoría MALE (Media Altitud y Larga Persistencia) sería un cambio estratégico para la vigilancia y monitoreo de estos vastos territorios. Modelos como el Milkor 380, de desarrollo nacional, o incluso sistemas más avanzados como el Triton de fabricación estadounidense, podrían ofrecer cobertura constante en amplias áreas marítimas. Estas plataformas, equipadas con sensores avanzados, cámaras de alta resolución y radares de apertura sintética, proporcionarían inteligencia en tiempo real para la detección de actividades ilegales, como pesca no autorizada o incursiones no declaradas.

La combinación de patrulleros de gran calado y UAV MALE avanzados no solo reforzaría el control marítimo de Argentina, sino que también posicionaría al país como un actor estratégico en la región, protegiendo su soberanía y asegurando la explotación sostenible de sus recursos marítimos en el siglo XXI. Este enfoque integrado podría marcar el inicio de una recuperación efectiva de las capacidades de defensa marítima de la nación.

 

¿Qué necesita la Flota de Mar?

La Flota de Mar enfrenta un desafío estructural y operativo que requiere una renovación inmediata de medios para garantizar la defensa marítima y la proyección de poder de la Armada Argentina. Una prioridad urgente es la incorporación de 2 a 3 buques de desembarco y asalto anfibio (LPD o LPH). Estos buques serían capaces de transportar y desplegar dos Batallones de Infantería de Marina junto con helicópteros, embarcaciones y vehículos anfibios a rueda y oruga, permitiendo operaciones buque-a-costa en condiciones hostiles. En este sentido, la estrecha relación entre el presidente Javier Milei y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, podría facilitar el acceso a las tres unidades clase “San Giorgio”, actualmente en proceso de desprogramación por la Marina italiana. También los buques clase Makassar de origen surcoreano serían opciones completamente asequibles y efectivas para los objetivos de la ARA.

Renovación de fragatas: opciones avanzadas y estratégicas

Dado el elevado costo y el tiempo requerido para modernizar los cuatro destructores MEKO-360 y las seis corbetas MEKO-140, la opción más pragmática y efectiva sería adquirir fragatas multirol de segunda mano. Sin embargo, también resulta fundamental explorar la posibilidad de incorporar nuevas unidades, como las Fregates d'Intervention et Defense (FID) de Naval Group. Estas fragatas, que comparten muchos sistemas con las avanzadas FREMM pero con un tonelaje menor, ofrecen ventajas significativas en términos de costos de mantenimiento y operatividad. Además, cuentan con una línea de producción francesa ya establecida, lo que garantizaría soporte técnico y modernización futura. Las FID representan una solución moderna y eficiente para cubrir necesidades de defensa antiaérea, antisubmarina y de superficie con tecnología de vanguardia.

Paralelamente, resulta estratégico evaluar opciones surcoreanas, considerando el éxito de su adopción por la Marina de Guerra del Perú. Buques como las fragatas clase Daegu, con capacidades antisubmarinas avanzadas y un diseño modular, podrían representar una alternativa rentable y confiable. La colaboración con Corea del Sur no solo fortalecería la capacidad naval argentina, sino que también abriría puertas a acuerdos técnicos e industriales para la transferencia de tecnología.

Hacia una alianza estratégica con la Marina de Guerra del Perú

En un contexto regional, resulta vital que la Armada Argentina explore alianzas estratégicas con la Marina de Guerra del Perú. Perú ha avanzado significativamente en la modernización de su flota, adoptando sistemas surcoreanos y estableciendo capacidades de mantenimiento y actualización locales. Esta alianza permitiría intercambiar experiencias, conocimientos y posiblemente establecer programas conjuntos para la adquisición y mantenimiento de buques, fortaleciendo la integración operativa y geopolítica en el Atlántico y el Pacífico Sur.

Fragatas modernas para una flota renovada

La Armada Argentina necesitaría contar con al menos seis fragatas multirol que incluyan las siguientes capacidades:

  • Misiles antibuque y antiaéreos de largo alcance para garantizar superioridad en combate.
  • Hangar para uno o dos helicópteros medianos, fundamentales para misiones de reconocimiento y guerra antisubmarina.
  • Torpedos antisubmarinos y sonares de casco y remolcables, asegurando capacidad de detección y respuesta frente a amenazas submarinas.
  • Radares 3D con tecnología AESA y sistemas avanzados de guerra electrónica.
  • Capacidad para embarcar drones de vigilancia y ataque, y para desplegar entre 15 y 30 comandos en misiones especiales.

Un camino estratégico para el futuro

La combinación de buques anfibios, fragatas FID o alternativas surcoreanas, y una sólida alianza con Perú garantizaría una Flota de Mar moderna y efectiva. Este enfoque no solo restauraría la capacidad operativa de la Armada, sino que también reforzaría la soberanía marítima de la Argentina en el Atlántico Sur, consolidando su papel como actor clave en la región.

 

Submarinos: una necesidad estratégica

La Guerra de Malvinas dejó una lección crucial para la Argentina: los submarinos son herramientas disuasorias de enorme valor estratégico. En el presente, la ausencia de estos medios representa una debilidad crítica que limita la capacidad de la Armada para garantizar la soberanía marítima. En este contexto, la adquisición de submarinos de segunda mano surge como la opción más inmediata y viable. Noruega ofrece una oportunidad concreta con sus submarinos clase Ula, que destacan por su tecnología avanzada, su excelente estado operativo y su vida útil restante. Estos submarinos, combinados con una planificación adecuada, podrían marcar el inicio de la recuperación de la capacidad submarina de la Armada.

A largo plazo, Argentina tiene el potencial de dar un paso aún más ambicioso: desarrollar un submarino de diseño nacional con propulsión nuclear. Aprovechando la experiencia del país en el desarrollo de reactores nucleares para aplicaciones civiles y militares, se podría crear un reactor compacto que permita dotar a la flota de un submarino estratégico. Este diseño podría basarse en plataformas probadas y modernas, como el Scorpene o, idealmente, la clase Barracuda de Naval Group de Francia, que integra tecnología de vanguardia en sistemas de propulsión nuclear, sigilo y capacidades de combate.

La incorporación inicial de los submarinos Ula establecería un puente hacia esta ambición de largo plazo, permitiendo acumular experiencia operativa y técnica mientras se desarrollan las capacidades nacionales necesarias para una flota submarina independiente y moderna. Este enfoque no solo fortalecería la capacidad disuasoria de la Argentina, sino que también consolidaría su lugar estratégico en el Atlántico Sur, posicionándola como un actor clave en la región.

El rol de la aviación y los helicópteros

La capacidad aérea constituye un pilar fundamental para la defensa marítima y la proyección estratégica de cualquier fuerza naval moderna. En el caso de la Armada Argentina, los aviones P-3 Orión adquiridos a Noruega representan un paso inicial hacia la recuperación de la vigilancia marítima y la guerra antisubmarina. Sin embargo, estas incorporaciones, aunque valiosas, deben complementarse con opciones que amplíen la capacidad operativa de largo alcance. Entre ellas, una alternativa sería la adquisición de más P-3 Orión usados provenientes de otros países, lo que permitiría mantener una flota homogénea y funcional a mediano plazo. A largo plazo, la incorporación del P-8 Poseidon, reconocido como el avión ASW y MPA más avanzado del mundo, podría posicionar a la Argentina en la vanguardia de la vigilancia y protección marítima.

En cuanto a aviones de combate, los F-18 Hornet, ampliamente probados en combate, se presentan como una opción atractiva por su versatilidad y capacidad de ataque a largo alcance. Sin embargo, también es necesario considerar al Rafale Marine francés, que combina tecnología avanzada con la posibilidad de operar tanto desde bases terrestres como desde portaaviones, brindando una flexibilidad estratégica clave para la Armada.

En el ámbito de los helicópteros, la incorporación de SH-60 “Sea Hawk” es una prioridad para retomar capacidades críticas como búsqueda, rescate y guerra antisubmarina. Sin embargo, para reforzar la capacidad antibuque de los buques de superficie, la Argentina podría seguir el ejemplo de países vecinos como Chile y Brasil, adquiriendo Airbus H225 Super Puma equipados con misiles AM 39 Exocet. Estas plataformas, capaces de lanzar ataques precisos contra objetivos navales a largas distancias, transformarían los buques de superficie en activos mucho más letales y polivalentes.

Un programa integrado que contemple estas adquisiciones permitiría a la Armada Argentina no solo revitalizar su capacidad operativa, sino también modernizar su flota aérea de manera coherente con las necesidades estratégicas del país. Con una combinación de aviones de patrulla avanzada, helicópteros armados y cazas de largo alcance, la Armada podría recuperar su rol como garante de la soberanía marítima y proyectar poder en el Atlántico Sur. Este enfoque garantizaría la capacidad de proteger los intereses nacionales en un entorno global cada vez más competitivo y tecnológicamente avanzado.

El escenario ideal para la Infantería de Marina

El Comando de la Infantería de Marina (COIM), actualmente reducido a cuatro Batallones de Infantería (BIM 2, BIM 3, BIM 4 y BIM 5), enfrenta el desafío de recuperar sus capacidades operativas y estratégicas. El primer paso debería ser la recomposición de sus plantillas, aumentando los efectivos de los 350-400 actuales en promedio por unidad a los casi 900 que tenía el BIM 5 durante el conflicto de Malvinas. Esto permitiría una mayor capacidad de respuesta y operatividad en un entorno geopolítico complejo.

Cada BIM debería contar con tres Compañías de Tiradores, organizadas en cuatro Secciones cada una, y una Compañía de Comando, Servicios y Apoyo. Esta última estaría compuesta por Secciones de Inteligencia de Combate, con drones y radares portátiles; Apoyo de Fuego, con morteros de 120 mm y baterías de obuses de 105 mm; Antitanque, equipada con lanzadores de misiles como el Spike y municiones merodeadoras tipo Hero 30 y Hero 120; Antiaérea, con misiles como el RBS-70NG y Stinger; Comunicaciones y Guerra Electrónica; Rancho; y Sanidad.

Una vez recuperada la capacidad operativa de los BIM existentes, sería estratégico avanzar en la creación o reapertura de los BIM 1 (ubicado en Misiones), BIM 6 (en Río Gallegos) y BIM 7 (en Chubut). Esto permitiría reestructurar las fuerzas en dos grandes agrupamientos: la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar (FAIF), integrada por los BIM 2, 3 y 7; y la Fuerza de Infantería de Marina Austral (FAIA), compuesta por los BIM 4, 5 y 6, dejando al BIM 7 como reserva estratégica.

Infraestructura y modernización de medios

Es imprescindible dotar a la Infantería de Marina de un Batallón de Comando y Apoyo Logístico (BICA) con capacidades avanzadas. Este batallón debería incluir sistemas de telecomunicaciones por radio y satélite, equipos de comando y control, drones de inteligencia, sensores radar y electroópticos, puestos de mando móviles y fijos, contenedores para duchas y alojamiento, cocinas de campaña, talleres móviles y equipos para atención sanitaria en el terreno.

En cuanto al armamento, la incorporación de nuevos fusiles adaptados a las necesidades específicas de la Infantería de Marina es clave. Una opción sería el Bersa BAR-15, un fusil modular de calibre 5,56 mm que podría adaptarse a los requerimientos de las unidades, con lanzagranadas integrados, miras holográficas y accesorios para operaciones anfibias y urbanas. A esto se sumarían pistolas 9 mm tipo Glock, ametralladoras ligeras y medias, chalecos antibala, sistemas personales de comunicaciones/GPS y gafas de visión nocturna.

Capacidad de infiltración y movilidad

La recuperación de las capacidades de infiltración submarina para las fuerzas especiales de la Armada es crucial. Esto debería ir de la mano con la adquisición de nuevos submarinos, que no solo reforzarían la disuasión estratégica de la Armada, sino que también proporcionarían una plataforma moderna para desplegar a estas unidades en operaciones clandestinas y de alto riesgo.

Asimismo, la adquisición de un LPD (Landing Platform Dock) o un LPH (Landing Platform Helicopter) para operaciones de asalto anfibio sería esencial. Este buque permitiría transportar tropas, vehículos y helicópteros para el asentamiento de fuerzas en tierra. En conjunto con esta adquisición, sería fundamental seleccionar helicópteros medianos y pesados para la infiltración aérea y el soporte de las tropas. Modelos como el H215 Super Puma, el Sea Knight, el NH90 o el Sea Hawk serían ideales por su capacidad de operar en ambientes hostiles, transportar carga pesada y desplegar tropas de manera efectiva.

Hacia una infantería de marina moderna

Con estos elementos, la Infantería de Marina no solo recuperaría su capacidad operativa, sino que también avanzaría hacia una modernización integral, posicionándola como una fuerza táctica y estratégica en el Atlántico Sur. La combinación de personal capacitado, armamento avanzado, medios de transporte modernos y un equipamiento logístico robusto permitiría enfrentar los desafíos del siglo XXI con eficacia y resiliencia.

 

Hacia una Armada del siglo XXI

Además de modernizar los medios actuales, la Armada necesita mirar hacia el futuro. La adquisición de fragatas multirol, buques polares y una flota submarina robusta es fundamental. Sin embargo, también debe fortalecerse la infraestructura portuaria, mejorar la capacitación del personal y establecer un Sistema Nacional de Vigilancia y Control Marítimo que integre tecnologías como radares, satélites y drones.

El futuro de la Armada Argentina depende de decisiones audaces y estratégicas. Sin una planificación integral y un compromiso político real, el país seguirá navegando por aguas inciertas, poniendo en riesgo su soberanía y su proyección estratégica en el Atlántico Sur. ¿Será capaz la dirigencia de asumir el desafío o seguiremos postergando lo inevitable? La respuesta determinará no solo el destino de la Armada, sino también el lugar de Argentina en el escenario geopolítico global.

martes, 14 de enero de 2025

Bombardero/torpedero: Douglas Devastator TBD-1 (2/2)

El bombardero torpedero Devastator TBD-1

Parte II
Weapons and Warfare



  

Reputación II

El desarrollo de torpederos para el despliegue de portaaviones en la Armada de los Estados Unidos siguió generalmente un patrón similar al de otras flotas, aunque un pequeño número de aviones bimotores Douglas T2D muy grandes operaron brevemente desde Langley en 1927 antes de que se les equiparan con flotadores y se les redesignara. tipos de patrulla para evitar conflictos políticos con el Cuerpo Aéreo del Ejército.

Los portaaviones estadounidenses utilizaron esencialmente un diseño único desde 1925 hasta 1937. La versión inicial, el Martin T3M-2, era un biplano de tres plazas propulsado por un
motor Packard 3A-2500 de 770 caballos de fuerza refrigerado por agua que le daba una velocidad máxima de 109. millas por hora y un alcance de 630 millas. Las versiones posteriores, introducidas a partir de 1928, utilizaron motores radiales, ya sea el Pratt & Whitney Hornet de 525 caballos de fuerza o el Wright Cyclone de 620 caballos de fuerza, que dieron a la versión final, el Great Lakes TG-2, un rendimiento máximo de 127 millas por hora y un alcance de 330 millas. El Douglas TBD-1 volvió a equipar los escuadrones de torpederos de la flota en 1937 y 1938, lo que marcó un gran avance en capacidades. Este monoplano totalmente metálico de ala baja y construcción de revestimiento tensado también introdujo flaps para facilitar el manejo a baja velocidad, un tren de aterrizaje retráctil y plegado de alas accionado eléctricamente. Impulsado por un motor radial Pratt & Whitney Twin Wasp de 900 caballos de fuerza que impulsaba una hélice de paso variable, el TBD-1 tenía una velocidad máxima de 206 millas por hora y un alcance de 716 millas, ambos muy superiores al rendimiento de sus precursores.

Eric Brown nunca encontró un avión británico que no le gustara. No conozco a ningún estudiante serio de aviación que considere “Duelos en el cielo” como algo más que una curiosidad. Quizás reflejando sus antecedentes, el Sr. Brown parece pensar que los aviones de la Segunda Guerra Mundial eran máquinas para participar en una justa. No lo eran: eran aviones diseñados para matar objetivos enemigos. Si usas ese estándar simple, el Swordfish es una elección ridícula para el mejor avión torpedero de la Segunda Guerra Mundial.

¡Difícilmente se puede enfatizar lo suficiente una cosa! El Swordfish nunca luchó en una batalla de portaaviones y, por lo tanto, casi nunca se enfrentó a cazas enemigos. Estoy seguro de que los pilotos de Kate o Avenger desearían poder decir lo mismo. (El Avenger estuvo en servicio casi un año antes que el Hellcat; tuvo un servicio importante por primera vez en Midway).

El Swordfish era mejor que nada y tuvo suerte de operar en un entorno en el que el radar y los sistemas antiaéreos adecuados estaban en su infancia. En una batalla de portaaviones en el Pacífico, no veo por qué el Swordfish, con una velocidad tan mala como la del Devastator, habría tenido algo parecido al rendimiento para ganar y mantener el ángulo de ataque adecuado antes de ser atacado salvajemente por los cazas. (Un portaaviones que viaja a toda velocidad podría alcanzar los 30 nudos: si su avión alcanza un máximo de menos de 150 mph, debería ser obvio que, a menos que la aproximación se hiciera perfectamente, sería angustiosamente larga y daría a los defensores excelentes oportunidades.) Cuando algunos peces espada lo intentaron para interferir con el Channel Dash de Gneisenau y Scharnhorst, fueron destruidos por cazas alemanes. Me estremezco al pensar en lo que habría hecho Zeros con un lugar tan lento y tan mal protegido. (Incluso el Devastator era más duro que el Swordfish. Los Avengers eran aviones difíciles de derribar para los cazas).



Además, después de 1942, los Vengadores se convirtieron cada vez más en un bombardero polivalente considerado lo suficientemente fuerte como para emprender operaciones sostenidas contra objetivos terrestres. No puedo imaginarme a un avión de 140 mph haciendo ese trabajo en 1944.
Los pilotos de los Avenger comenzaron a favorecer el "bombardeo planeador" contra barcos más pequeños para atacar con torpedos y compilaron una larga lista de muertes en este modo; el ataque a Truk fue el más espectacular. Cuando los Vengadores apuntaron a embarcaciones más grandes, el torpedo regresó y fue el principal responsable de la muerte de Musashi y Yamato,
entre muchos otros. Bien, el Swordfish fue útil contra los submarinos. También lo eran muchos aviones: cualquier avión era útil contra los submarinos. Y me sorprendería que muchos
submarinos hundidos por Swordfish fueran torpedeados: las bombas habrían sido un arma mucho más probable. Por último, si el Swordfish fue el mejor avión de su tipo en la guerra, ¿por qué la RN se deshizo de él tan pronto como Lend Lease Avengers estuvo disponible?

En combate, el Devastator demostró ser un arma mejor de lo que permite la sabiduría convencional. El tipo no sufrió pérdidas en vuelo debido a la acción enemiga hasta la mañana del 4 de junio de 1942, seis meses después de que estallara la Guerra del Pacífico. El establishment naval estadounidense destinó sus TorpRons a la guerra con un arma marginal –el torpedo Mk 13–, pero los fallos de ese diseño no fueron en modo alguno culpa del TBD ni de Douglas Aircraft. En gran parte, el empleo exitoso de VT-2, -3, -5 y -6 se debió a la inusual profundidad del conocimiento y la experiencia de esos escuadrones. Muchos pilotos y tripulantes habían servido hasta cuatro años en sus unidades antes de entrar en combate, y esa ventaja institucional se hizo notoria en los confines del vasto Océano Pacífico durante la primera mitad de 1942.


Variantes


XTBD-1

    Prototipo propulsado por un XR-1830-60 de 800 hp (600 kW), uno construido.

Prototipo-1

    Variante de producción propulsada por un R-1830-64 de 850 hp (630 kW), 129 construidos.

TBD-1A

    Un TBD-1 modificado con flotadores gemelos.

Douglas TBD Devastador

Tripulación: Tres; piloto, oficial de torpedos/navegante, operador de radio/artillero

Longitud: 35 pies (10,67 m)

Envergadura: 50 pies (15,24 m)

Altura: 15 pies 1 pulgada (4,6 m)

Peso vacío: 5600 lb (2540 kg)

Peso cargado: 9289 lb (4213 kg)

Planta motriz: Pratt & Whitney R-1830-64

Twin Wasp radial de 900cv

Velocidad máxima: 206 mph a 8,000 pies

Techo de servicio: 19.500 pies (5.945 m)

Armamento: 1 × ametralladora de 0,30 pulgadas (7,62 mm) o 0,50 pulgadas (12,7 mm) que dispara hacia adelante
,

1 ametralladora de 0,30 pulgadas (7,62 mm) en la cabina trasera (luego
aumentada a dos)

Artillería: 1× torpedo Mark 13 o 1× bomba de 454 kg (1000 lb) o
2 bombas de 227 kg (500 lb) o 12 bombas de 45 kg (100 lb)

viernes, 13 de diciembre de 2024

China: Bombarderos y lanzamisiles navales de la flota

Aviones bombarderos y portadores de misiles de la flota china

Revista Militar


 

Hace solo 15 años, la aviación naval china estaba equipada principalmente con modelos más antiguos de aviones de ataque. En servicio se encontraban las primeras variantes del bombardero de largo alcance N-6 (una copia del Tu-16), el cual, además de portar bombas de caída libre, torpedos y minas navales, era capaz de transportar misiles antibuque subsónicos de gran tamaño.

En ese momento, la aviación naval contaba con un número considerable de bombarderos y torpederos N-5 obsoletos (una copia del Il-28), así como con el avión de ataque a reacción Q-5 (diseñado a partir del caza J-6, un clon del MiG-19). Además, la Armada del EPL tenía en su inventario alrededor de dos docenas de los más recientes bombarderos JH-7, equipados con modernos misiles antibuque basados en modelos occidentales.

Paralelamente al fortalecimiento cuantitativo y cualitativo de la flota de superficie y submarina de la República Popular China, también se mejoró la aviación de ataque naval. Las versiones modernizadas de los aviones portamisiles N-6, equipadas con nuevos motores más eficientes y misiles modernos, fueron incorporadas al servicio. Los bombarderos H-5 y los aviones de ataque Q-5, ya escasos, fueron retirados. Los almirantes chinos confiaron en los modernizados bombarderos JH-7A de primera línea para enfrentar las flotas enemigas y apoyar las operaciones de desembarco en zonas cercanas.

Además, los cazas J-10, J-11, J-15 y Su-30MK2 también fueron equipados con misiles antibuque, aunque trataremos el tema de los cazas en la siguiente parte de la serie dedicada a la aviación naval china.

Hoy en día, los aviones portadores de misiles de la Armada del EPL representan uno de los recursos más importantes para combatir buques de guerra enemigos. Los bombarderos navales representan cerca del 30% de los misiles antibuque disponibles en la flota. La aviación naval china también se beneficia de una red de aeródromos bien desarrollada, con aproximadamente la mitad de las pistas pavimentadas ubicadas a lo largo de la costa, hasta una profundidad de 700 km desde el litoral.

Bombarderos de largo alcance y portamisiles N-6

A finales de la década de 1950, a pesar del deterioro en las relaciones entre ambos países, la Unión Soviética proporcionó a China la documentación necesaria para la producción en serie del Tu-16, el bombardero de largo alcance más avanzado de la época. Como parte de un acuerdo intergubernamental, Beijing encargó 20 aviones terminados. Sin embargo, hasta junio de 1960, cuando los especialistas soviéticos cesaron su apoyo al proyecto y la cooperación se interrumpió, China solo había recibido dos bombarderos completos y siete aviones en piezas.

En septiembre de 1959, se realizó el primer vuelo de prueba del bombardero de largo alcance fabricado en China. En la Fuerza Aérea del EPL, el Tu-16 soviético fue designado como Hōng-6 (N-6).


 
La construcción en serie del H-6 se llevó a cabo en una empresa en la ciudad de Xi'an, que ahora forma parte de la corporación de fabricación de aviones Xi'an Aircraft Company (XAC).

La industria de la aviación china pudo producir piezas de fuselaje, pero surgieron grandes problemas a la hora de dominar la producción de motores turborreactores AM-3, componentes complejos, conjuntos y equipos electrónicos. No fue hasta 1969 que un bombardero fabricado íntegramente con piezas chinas, denominado H-6A, entró en producción en masa. Pero debido a dificultades económicas y tecnológicas en la etapa inicial de producción, la producción del N-6A se llevó a cabo a un ritmo muy lento. En 1974, había 32 bombarderos N-6 (ensamblados a partir de componentes soviéticos) y bombarderos N-6A en servicio.


 
 

En la década de 1970, la industria de la aviación china estaba en declive, se construyeron pocos aviones de la familia H-6 y una parte importante de los bombarderos disponibles para las tropas estaban defectuosos. Después de superar las consecuencias de la Revolución Cultural, en 1986, mediante esfuerzos heroicos, se pusieron en funcionamiento unos 140 bombarderos de largo alcance, aviones de reconocimiento y guerra electrónica.

Los bombarderos de la familia H-6 siguen siendo una parte importante de la tríada nuclear china y sirven en la aviación naval. Y aunque en Rusia el Tu-16 fue retirado de servicio hace más de 30 años, la producción de las últimas versiones del N-6 continuó hasta hace poco y la modernización aún está en marcha.



Imagen satelital de Google Earth: aviones H-6 e Y-20 en el sitio de productos terminados de la planta XAS en Xi'an

El uso regular del avión de reconocimiento de largo alcance N-6B en interés de la Armada del EPL comenzó en 1980. Los vehículos de este tipo se utilizaron para vuelos de patrulla de largo alcance sobre grandes extensiones oceánicas y para fotografías aéreas de islas en disputa en el Mar de China Meridional.

En 1981, entró en servicio el primer portamisiles N-6D, capaz de transportar dos misiles antibuque YJ-6. Para el uso de armas de misiles guiados, el avión ha sufrido importantes modificaciones. La aviónica incluía un radar de búsqueda Tipo 245 con un sistema de control de incendios y una cúpula de antena en la parte delantera inferior de la cabina.


 
Para compensar el aumento de masa y la mayor resistencia, la instalación de artillería defensiva se conservó sólo en la parte trasera.

El misil antibuque YJ-6, creado sobre la base del misil soviético P-15, tenía un motor a reacción que funcionaba con combustible líquido TG-02 (Tonka-250) y un oxidante AK-20K (a base de óxidos de nitrógeno).


 
El peso en vacío del misil que llevaba una ojiva altamente explosiva perforante de 500 kg era de 2.440 kg. La orientación fue realizada por un buscador de radar activo. La velocidad máxima de vuelo a una altitud de 500 m es de hasta 1.080 km/h. El vuelo hacia el objetivo en la etapa final se podía programar a altitudes de 500, 100 o 50 m, y el campo de tiro inicialmente no superaba los 90 km.

A finales de la década de 1980, se llevó a cabo la modernización y el misil YJ-6K con un nuevo sistema de guía en un entorno de interferencia simple tenía una probabilidad de impacto del 90%. El campo de tiro contra un objetivo de tipo destructor ha aumentado a 110 km. Las modificaciones posteriores del YJ-6K estaban equipadas con un equipo de interferencia de radar activo incorporado.

El siguiente misil de crucero de esta familia, que apareció un poco más tarde, recibió la denominación YJ-61. Gracias al aumento en el volumen de los tanques de combustible y al uso de un buscador ARL más potente, fue posible disparar contra objetivos grandes a una distancia de hasta 200 km. Sin embargo, para alcanzar tal alcance de lanzamiento, el avión de transporte tuvo que volar a gran altura, lo que facilitó su detección e interceptación, y las capacidades del radar de búsqueda Tipo 245 estaban al límite.



Misil YJ-61 bajo el ala de un N-6D

Los portamisiles N-6D, armados con misiles antibuque YJ-6K y YJ-61, siguen siendo durante mucho tiempo la principal fuerza de ataque de la aviación naval china de largo alcance. Pero debido a la obsolescencia de la aviónica y el armamento del avión N-6D, en 1999 comenzó la producción del portamisiles N-6N mejorado con un nuevo sistema de radar a bordo y misiles antibuque YJ-63. Después del inicio de las entregas masivas de aviones N-6N, algunos de los N-6D se convirtieron en aviones cisterna.

El misil de crucero aire-tierra YJ-63 está equipado con un motor turborreactor y es capaz de alcanzar objetivos terrestres y de superficie con gran precisión. Externamente, conservó muchas de las características de los modelos anteriores de misiles antibuque creados sobre la base del P-15 soviético y tomó prestado parcialmente su equipo a bordo.



Misil YJ-63 bajo el ala de un avión N-6N

El campo de tiro del YJ-63 es de aproximadamente 200 km. En la etapa inicial del vuelo, el cohete es controlado por un sistema inercial, en la etapa intermedia la corrección se realiza mediante navegación por satélite y en la etapa final se utiliza un sistema de guía por televisión. También existe una versión del misil con buscador de radar activo. Fuentes occidentales afirman que el YJ-63 puede transportar una ojiva nuclear con una potencia de 20 a 90 kt.

En 2005, los escuadrones operativos de la Armada del EPL recibieron portamisiles H-6G, equipados con nuevos equipos de guerra electrónica y capaces, además de los misiles YJ-63, de transportar nuevos misiles antibuque YJ-83K con motor turborreactor. Unos 10 años después, se introdujo el misil supersónico YJ-12 en el armamento de estos aviones.

El misil antibuque YJ-83K tiene un peso de lanzamiento de unos 800 kg y un alcance de lanzamiento de hasta 250 km. El peso de la ojiva del misil es de 185 kg.


 
Fuentes chinas escriben que el YJ-83K utiliza un buscador de radar resistente al ruido con un amplio campo de escaneo, que está diseñado para aumentar la resistencia a las interferencias activas y pasivas y aumentar la probabilidad de alcanzar el objetivo. Durante la fase de crucero se utiliza la navegación por satélite junto con el sistema inercial y la altitud de vuelo se controla mediante un altímetro láser.

Externamente, el primer misil antibuque supersónico chino lanzado desde el aire, el YJ-12, se parece a un misil de avión ruso ampliado, el X-31.


 
El YJ-12 mide aproximadamente 7 metros de largo, 600 mm de diámetro y pesa 2.500 kg. No hay información sobre el sistema de guía del YJ-12, pero lo más probable es que utilice un buscador de radar activo. Según informes no confirmados, el misil antibuque YJ-12, equipado con una ojiva de 300 kg, es capaz de alcanzar objetivos de superficie a una distancia de hasta 300 km. La velocidad máxima de vuelo es de unos 3.000 km/h.

El portamisiles H-6K, que apareció en 2007, se diferenciaba de las modificaciones anteriores en apariencia por una cabina diferente, con una parte delantera opaca. El avión radicalmente modernizado recibió nuevos equipos electrónicos y aviónica copiados de modelos occidentales, incluida una "cabina de cristal". En el lugar donde solía ubicarse el navegador, en la proa de la cabina, se instala un potente radar. La innovación más significativa fue el uso del motor turbofan ruso D-30KP-2 y, más tarde, su clon chino mejorado WS-18. La tripulación se redujo a 4 personas.


 
Esta modificación pasó a ser puramente portadora de misiles; en lugar del compartimiento de bombas se instaló un tanque de combustible no extraíble que, en combinación con motores más económicos, proporcionó un radio de combate de hasta 3.500 km sin repostar en el aire; con repostaje, la autonomía de vuelo aumenta en unos 2.500 km más. Velocidad máxima: 1.050 km/h. Velocidad de crucero: 780 km/h. Debajo de cada ala se encuentran tres nodos para la suspensión de misiles alados. En el lugar del puesto de tiro de retaguardia defensivo se encuentra una estación de guerra electrónica.


 
Basado en el H-6K, se creó el portamisiles naval H-6J, equipado con un potente radar para escanear la superficie del agua y una estación de reconocimiento electrónico adaptada para detectar radares de barcos.


 
Hace unos años, la televisión china mostró el portamisiles naval H-6J, armado con cuatro misiles antibuque supersónicos YJ-12. La Armada del EPL también tiene varios aviones de guerra electrónica HD-6, que son similares en estructura y motores al H-6K, pero no llevan armas de misiles.



Imagen satelital de Google Earth: avión N-6 en la base aérea naval del EPL de Yalanshi en la isla de Hainan

Según datos de referencia, en 2021, la Armada del EPL contaba con hasta 40 aviones de la familia H-6. Esta cifra incluye aviones de guerra electrónica, aviones cisterna y portamisiles H-6G/J.


Bombarderos supersónicos portadores de misiles JH-7 Durante más de 50 años, el principal bombardero chino de primera línea fue el H-5, que también se utilizó en la aviación naval como portador de minas y torpedos. Aunque el subsónico N-5, que apareció simultáneamente con el caza MiG-15, estaba obsoleto a principios de la década de 1970, en ese momento no había nada que lo reemplazara en la República Popular China. El cese de la cooperación técnico-militar con la URSS y la degradación generalizada de las industrias de alta tecnología e intensivas en conocimiento de la industria china no permitieron la creación de un avión de ataque moderno.

El asunto salió de un punto muerto a principios de la década de 1980, cuando, en un contexto de antisovietismo, China estableció relaciones aliadas con Estados Unidos y la industria aeronáutica china obtuvo acceso a tecnologías occidentales avanzadas.

La aparición del nuevo avión de ataque chino JH-7 Flying Leopard, producido en la planta de aviones de Xi'an, estuvo muy influenciada por el caza pesado multiusos estadounidense McDonnell Douglas F-4 Phantom II. Además, la aviónica del bombardero supersónico JH-7 incluía análogos de los sistemas electrónicos de los aviones de combate estadounidenses capturados en Vietnam. La primera serie de Flying Leopards estaba equipada con versiones con licencia china del Rolls-Royce Spey Mk. 202, que originalmente estaba destinado a equipar los Phantoms de la Royal Navy con base en portaaviones.

El bombardero JH-7, que en realidad es un análogo funcional del Su-24 soviético, se convirtió en el primer avión de ataque chino diseñado desde cero. Al mismo tiempo, su diseño contenía muchos componentes, elementos y sistemas creados sobre la base de modelos occidentales.

El JH-7 voló por primera vez en 1988. Los "Leopardo Voladores" en serie ingresaron a los escuadrones de combate de la Fuerza Aérea del EPL a mediados de la década de 1990. Aunque la designación del avión contiene una abreviatura que significa Jiān Hōng (cazabombardero), se trata de un vehículo diseñado exclusivamente para atacar objetivos terrestres y de superficie, en muchos aspectos similar al avión F-4 Phantom II.

La primera modificación del bombardero JH-7 tenía un peso máximo de despegue de 27.500 kg, comparable al peso máximo del Phantom (23.764 kg). Debido a su especificidad puramente de ataque, el "Flying Leopard" biplaza era significativamente inferior en velocidad máxima al F-4M Phantom FGR británico. El Mk 2, que podía utilizarse como interceptor y aceleraba a 2.231 km/h a gran altura, mientras que la velocidad del JH-7 estaba limitada a 1.795 km/h.

A baja altitud, el F-4M también tenía una ventaja sobre el JH-7 (1.450 km/h frente a 1.200 km/h). La autonomía de vuelo de ambos vehículos era aproximadamente igual (sin PTB - 2.300-2.600 km, ferry con PTB - 3.650-3.700 km). En términos de carga de combate, el Flying Leopard era ligeramente superior al British Phantom (6.500 kg frente a 6.300 kg).

Aunque el proceso de dominar el avión de ataque JH-7 en unidades de combate fue muy difícil y estuvo acompañado de accidentes de vuelo, este avión se convirtió en muchos sentidos en un hito para la aviación de combate china y la elevó a un nuevo nivel de desarrollo.

En particular, fueron los bombarderos JH-7 los que se adaptaron por primera vez al nuevo misil antibuque de combustible sólido relativamente compacto YJ-8, que era sorprendentemente diferente de los misiles antibuque chinos anteriores, más parecidos a aviones y voluminosos. sobre la base del P-15.



Suspensión de misiles antibuque YJ-8K para bombardero JH-7

Los expertos creen que la creación del misil YJ-8, que entró en servicio a mediados de los años 80, fue posible después de que los especialistas chinos obtuvieron acceso al sistema de misiles antibuque francés Exocet y se familiarizaron con la receta del combustible sólido.

El sistema de misiles antibuque YJ-8 está fabricado según un diseño aerodinámico normal con un ala delta plegable en forma de cruz de baja relación de aspecto (en la parte media) y aviones de control (ubicados en la parte trasera del cohete). El cuerpo tiene forma cilíndrica con arco ojival.


 
El misil antibuque YJ-8K, destinado a ser utilizado desde aviones, pesaba 610 kg. La masa de la ojiva altamente explosiva perforante es de 165 kg. Longitud – 5,814 m Diámetro del cuerpo – 0,36 m Envergadura – 1,18 m Velocidad de vuelo – alrededor de 300 m/s. La altitud de vuelo en la sección de marcha es de 50 m, durante el ataque al objetivo disminuye a 5-7 m, el campo de tiro, cuando se lanza desde una altitud de 8.500 m, alcanza los 60 km. Durante la marcha se utilizó un sistema de control inercial, en la etapa final del vuelo se encendió un cabezal de radar activo.

Los aviones JH-7, construidos en cantidades de al menos 50 unidades, se encontraban actualmente en operación de prueba. En 2004, entró en servicio una modificación mejorada del JH-7A Flying Leopard II, armado con misiles antibuque de mayor alcance.


 
El JH-7A modernizado recibió motores nuevos, mucho más potentes y confiables, un radar desarrollado en China, un sistema de navegación por satélite y contenedores suspendidos con equipos de guerra electrónica, radar y designación de objetivos. Se ha ampliado la gama de armas, se ha aumentado el número de puntos de anclaje a 11. La carga de combate se ha incrementado a 8.000 kg.

Debido a que el motor a reacción de combustible sólido no proporcionaba el alcance de disparo requerido, sobre la base del YJ-8 se crearon los misiles YJ-82 y YJ-83, equipados con motores turborreactores compactos.

El misil antibuque lanzado desde el aire YJ-82A tiene un alcance de hasta 180 km. El peso de lanzamiento del cohete es de unos 700 kg. Velocidad – alrededor de 900 km/h. La altitud de vuelo durante la fase de marcha es de 20 a 30 m; antes de atacar al objetivo, el misil desciende a una altura de 5 a 7 metros y realiza una maniobra antiaérea. La ojiva altamente explosiva y perforante pesa 165 kg. Su detonación después de penetrar el casco puede causar graves daños a un barco de clase destructor.

El misil YJ-83K, que también forma parte del armamento de los portamisiles de largo alcance N-6G/J, es una versión mejorada del YJ-82A. El sistema de misiles antibuque YJ-83K utiliza una base de elementos moderna, gracias a la cual fue posible reducir el volumen ocupado por las unidades electrónicas en un 25%. Esto hizo posible aumentar la masa de la ojiva y la capacidad del tanque de combustible.

Además de los misiles antibuque YJ-82 y YJ-83, el armamento del JH-7A incluye misiles aire-tierra YJ-701 (S-701) y YJ-704 (S-704), adecuados para atacar barcos. y buques de pequeño desplazamiento.


 
Con un peso de lanzamiento de 117 a 160 kg, estos misiles llevan ojivas que pesan entre 29 y 48 kg y están guiados por televisión o radar. Campo de tiro: hasta 35 km.

La última modificación del Flying Leopard es el JH-7AII. Este avión está equipado con un nuevo radar con un mayor rango de detección de objetivos de superficie, así como con equipos de guerra electrónica más avanzados y está armado con misiles antibuque supersónicos YJ-91.


 
Los autores chinos escriben que la fuente de inspiración para la creación del misil antibuque YJ-91 para los diseñadores chinos fue el misil soviético X-31.


 
El misil YJ-91 tiene una masa de unos 600 kg. Longitud – 4,7 m Diámetro – 0,36 m Velocidad – 3,5 M Alcance – hasta 150 km. La ojiva pesa 165 kg.

Hasta 2019, se habían construido alrededor de 270 aviones JH-7, JH-7A y JH-7AII. Todos los bombarderos de la primera modificación ya han sido dados de baja.



Imagen satelital de Google Earth: avión de ataque JH-7A del 14.º Regimiento de Entrenamiento de Bombarderos en la misma formación con el avión de entrenamiento de combate L-15 en la Base Aérea de Laishan

Los aviones JH-7A y JH-7AII estaban en servicio en cinco regimientos de aviación naval asignados a las flotas de los teatros de operaciones del Este, Sur y Norte. Algunas unidades de aviación eran de composición mixta y operaban cazas J-11 en paralelo con bombarderos portadores de misiles. El 14º Regimiento de Entrenamiento de Bombardeo tenía entrenadores de combate a reacción JH-7A y L-15.

Según datos de referencia, la Armada del EPL operó 120 bombarderos portadores de misiles JH-7A/AII en 2020.

jueves, 12 de septiembre de 2024

Bombardero/torpedero: Douglas TBD Devastator (1/2)

El bombardero torpedero Devastator TBD-1

Parte I
Weapons and Warfare








Lamentablemente, el torpedero Douglas TBD Devastator será recordado para siempre por su trágica participación durante la Batalla de Midway y el sacrificio de sus tripulaciones. Aunque el avión fue retirado inmediatamente de las operaciones de primera línea, no hay que olvidar que apenas cinco años antes se consideraba el avión más avanzado de su tipo en todo el mundo. Como tal, fue la primera montura totalmente metálica de la Marina de los EE. UU. y la primera en contar con alas plegables asistidas hidráulicamente (para mejorar el almacenamiento del portaaviones). También tuvo la distinción de ser el primer monoplano de la Marina de los EE. UU. que se desplegó en cantidad en sus portaaviones.

El Douglas TBD Devastator nació de un requisito de la Marina de los EE. UU. emitido en 1934 para un bombardero torpedero con base en portaaviones. El modelo de Douglas fue uno de los ganadores de la competencia, en la que también se realizaron pedidos para el Northrop BT-1 (que evolucionaría hasta convertirse en el SBD Dauntless), el Brewster SBA y el Vought SB2U Vindicator.

El Devastator surgió en forma de prototipo como el XTBD-1, cuyo primer vuelo se registró el 15 de abril de 1935. Sólo se construiría y evaluaría un único prototipo, propulsado por un único
motor de pistones radiales Pratt & Whitney XR-1830-60. . El XTBD-1 fue aceptado en servicio con la Marina de los EE. UU. como TBD-1 y entró en producción con un motor de pistón radial Pratt & Whitney serie R-1830-64 Twin Wasp de 850 hp.

El Devastator marcó una gran cantidad de "primicias" para la Marina de los EE. UU. Fue el primer monoplano basado en portaaviones ampliamente utilizado, así como el primer avión naval totalmente metálico, el primero con una cabina totalmente cerrada, el primero con alas plegables accionadas eléctricamente (hidráulicamente) y en estos aspectos el TBD fue revolucionario. Se instaló un tren de aterrizaje semirretráctil, con las ruedas diseñadas para sobresalir 10 pulgadas (250 mm) por debajo de las alas para permitir un aterrizaje con las ruedas arriba que podría limitar los daños a la aeronave. Normalmente se transportaba una tripulación de tres personas bajo un gran dosel de "invernadero" de casi la mitad de la longitud del avión. El piloto iba sentado delante; un artillero trasero/operador de radio tomó la posición más trasera, mientras que el bombardero ocupó el asiento del medio. Durante un bombardeo, el bombardero yacía boca abajo, deslizándose hasta su posición debajo del piloto para mirar a través de una ventana en la parte inferior del fuselaje, utilizando la mira de bombardeo Norden. La velocidad máxima era de 206 mph con un alcance de 435 millas y un techo de servicio de 19,700 pies.



En términos de armamento defensivo, el TBD Devastator era limitado. El piloto controlaba una única ametralladora de uso general de 7,62 mm que disparaba hacia adelante o una ametralladora pesada de 12,7 mm para atacar objetivos delante de su posición, adecuada para acciones de ametrallamiento durante el bombardeo. El artillero trasero operaba una sola ametralladora de 7,62 mm, aunque luego se actualizó para incluir un par de ametralladoras de 7,62 mm para una defensa ligeramente mejorada. Sin embargo, era en su destreza ofensiva que un torpedero finalmente tendría éxito o fracasaría. Como tal, el armamento principal de la familia TBD Devastator era un único torpedo Mark 13 de 1200 libras para atacar barcos a lo largo de sus costados.

Un total de 129 de este tipo fueron adquiridos por la Marina de los EE.UU. y, a partir de 1937, comenzaron a equipar los portaaviones USS Saratoga, Enterprise, Lexington, Wasp, Hornet, Yorktown y Ranger. En el uso previo a la guerra, las unidades TBD participaban en entrenamiento y otras sido superados por los cazas y bombarderos de otras naciones. Aunque se estaba preparando un reemplazo, cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, el Devastator todavía estaba en servicio de primera línea con más de 100 operativos, pero la Marina de los EE. UU. ya era consciente de que el TBD había con el ataque japonés a Pearl Harbor, el Devastator comenzó a entrar en acción de combate. Al participar en ataques a la navegación japonesa en las Islas Gilbert en febrero de 1942, los TBD del USS Enterprise tuvieron poco éxito.
Esto se debió en gran medida a problemas asociados con el torpedo Mark 13. Un arma delicada, el Mark 13 requería que el piloto lo dejara caer desde no más de 120 pies y no más rápido que 150 mph, lo que hacía que el avión fuera extremadamente vulnerable durante su ataque. Una vez caído, el Mark 13 tuvo problemas para correr demasiado profundo o simplemente no explotar en el impacto. Para los ataques con torpedos, el bombardero normalmente se dejaba en el portaaviones y el Devastator volaba con una tripulación de dos.

En incursiones adicionales esa primavera, los TBD atacaron las islas Wake y Marcus, así como
objetivos frente a Nueva Guinea con resultados mixtos. El punto culminante de la carrera del Devastator se produjo durante la Batalla del Mar del Coral cuando el tipo ayudó a hundir el portaaviones ligero Shoho. Los ataques posteriores contra los portaaviones japoneses más grandes al día siguiente resultaron infructuosos.


En Midway, se lanzaron un total de 41 Devastators, la mayoría del tipo todavía operativo, desde Hornet, Enterprise y Yorktown para atacar a la flota japonesa. El Devastator resultó ser una trampa mortal para sus tripulaciones. Carecía de maniobrabilidad, tenía armamento defensivo ligero y un blindaje deficiente en relación con las armas de la época. Además, su velocidad en una aproximación de bombardeo planeador era de apenas 320 km/h (200 mph), lo que lo convertía en presa fácil tanto para los cazas como para las armas defensivas. Trágicamente, durante la batalla, sólo cuatro TBD regresaron al Enterprise, ninguno al Hornet y dos a Yorktown, sin lograr un impacto de torpedo. Esto llevó la carrera de combate del avión a un final sin gloria.

A raíz de Midway, la  Marina de los EE.UU. retiró sus restantes TBD restantes y los escuadrones pasaron al recién llegado Avenger. Los 39 TBD que quedaban en el inventario fueron asignados a funciones de entrenamiento y en 1944 el tipo ya no estaba en el inventario de  la Marina de los EE. UU .



Reputación

La reputación del Douglas TBD Devastator se ha visto algo empañada por las circunstancias. Era un diseño de monoplano muy temprano con una potencia ridículamente inadecuada. Si bien su desempeño fue aún mejor que el su empleo era inadecuada, ya que no enfatizaba suficientemente la realización de un ataque masivo y coordinado por parte de bombarderos en picado y torpederos. Finalmente, se le asignó un torpedo que, aunque fundamentalmente adecuado, no resultó muy eficaz en 1942 debido a varios problemas del Swordfish, se enfrentó a defensas mucho más duras. Además, la doctrina de la USN.

La historia del Devastator está limitada por la pequeña producción del avión, pero dentro de las carreras de esos 130 aviones que se construyeron hay una sorprendente variedad de trivialidades. Por ejemplo, apenas la mitad de todos los TBD fueron asignados a escuadrones de la Flota del Pacífico entre los acontecimientos culminantes de Pearl Harbor y Midway. De esos 76, más de las tres cuartas partes (59) se perdieron por causas operativas o de combate.

Para un avión tan conocido, el TBD registró sorprendentemente pocos combates. De hecho, las 178 incursiones que resultaron en contacto con el enemigo equivalen a apenas una misión por cada avión producido. En promedio, cada Devastator en tiempos de guerra asignado a un escuadrón de la Flota del Pacífico realizó 2,2 salidas de combate entre el 1 de febrero y el 6 de junio de 1942. El mayor número de misiones individuales probablemente perteneció al BuNo 0354 del VT-5, que registró quizás seis salidas de combate, incluido un contacto con un submarino japonés.



En total, las cinco unidades PacFleet TBD lanzaron 132 aviones con torpedos, de los cuales alrededor de 95 (72 por ciento) arrojaron sus "peces". Sin embargo, sólo se registraron diez impactos: el 7,5 por ciento de los aviones despegados y el 10,5 por ciento de los Mk 13 cayeron. Con diferencia, la misión más exitosa fue el ataque combinado Lexington-Yorktown del 7 de mayo, cuando en plena coordinación con los SBD se logró un 36,8 por ciento de impactos del 86 por ciento de los aviones lanzados.

En Midway, los VT-3 y -6 llevaron cada uno alrededor del 42 por ciento de sus TBD al punto de lanzamiento a pesar de la severa oposición de los cazas y los disparos antiaéreos. Torpedo Eight, mal posicionado desde el principio, logró solo una caída conocida de 15 TBD. Las cifras generales de rendimiento se vieron aún más sesgadas cuando los tres pilotos del VT-6 siguieron órdenes y arrojaron torpedos en lugar de atacar a los cruceros Mogami y Mikuma el 6 de junio.

Aunque principalmente era un avión torpedero, el TBD realizó casi una cuarta parte de sus incursiones con bombas. Otras cinco incursiones que tuvieron como resultado contacto con el enemigo se realizaron con cargas de profundidad. Las 112 salidas de torpedos dieron como resultado que cuatro Mk 13 fueran desechados o no pudieran ser liberados. Así, 108 salidas efectivas dieron como resultado el lanzamiento de unos 95 torpedos, con diez impactos en cuatro barcos, de los cuales dos fueron hundidos.

La Armada japonesa quedó decepcionada con el diseño del B2M, por lo que recurrió a sus propios recursos para diseñar un reemplazo. Los ingenieros del Primer Arsenal Técnico Aéreo Naval, dirigidos por Suzuki Tamefumi, diseñaron el biplano de tres plazas Tipo 92 Carrier Attack Bomber (también conocido como B3Y1) que entró en servicio en 1933. La estructura del ala era de madera y la estructura del fuselaje de tubo de acero soldado. . Impulsado por un motor Tipo 91 de 750 caballos de fuerza refrigerado por agua, el B3Y1 tenía una velocidad máxima de 136 millas por hora y una autonomía de 500 millas. El motor de este modelo tampoco resultó confiable y el rendimiento, especialmente en el rango, fue insatisfactorio, por lo que Kawasaki Sanae preparó un nuevo diseño en el Primer Arsenal Técnico Aéreo Naval que entró en servicio a
principios de 1937 como el Bombardero de Ataque de Portaaviones Tipo 96 (o B4Y1). . El nuevo diseño unió las alas del exitoso hidroavión de a bordo E7K1 con un nuevo fuselaje y unidad de cola para producir un biplano de tres plazas con estructura totalmente metálica.
Impulsado por un motor radial Nakajima Hikari de 840 caballos de fuerza, tenía una velocidad máxima de 173 millas por hora y un alcance de 978 millas, ambos marcadamente superiores a cualquiera de sus precursores o cualquier máquina similar en servicio, aunque esta superioridad se vio truncada por la introducción del monoplano TBD-1 de Douglas a finales de 1937.





martes, 10 de septiembre de 2024

Aviación naval: Los F-16s atacantes navales taiwaneses

Los F-16 Vipers de Taiwán tienen misiles Harpoon a bordo

Global Defense News





Mientras el ejército chino realiza ejercicios militares alrededor de Taiwán, la nación insular parece estar preparándose para cualquier posible ataque equipando sus F-16V (Viper) con armas letales, incluidos misiles Harpoon, para defender la costa este. El país, informa el Liberty Times.

Tras la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, el Ejército Popular de Liberación (EPL) de China anunció ejercicios militares en seis zonas fronterizas con Taiwán y que entran en sus aguas territoriales el 3 de agosto. Aviones militares y buques de guerra chinos han estado realizando simulacros cerca del Estrecho de Taiwán desde entonces. Muchos de ellos todavía operan en los mares orientales.

Según se informa, la Base de la Fuerza Aérea Hualien de Taiwán está lista para desplegar cuatro aviones de combate F-16V completamente cargados, cada uno equipado con misiles, para defender la costa este del país.



Después de recibir una orden de combate, el avión de combate F-16V puede volar directamente al aire y lanzar un ataque directo contra un buque de guerra de la Armada del EPL.

El Harpoon (RGM-84/UGM-84/AGM-84) es un misil de crucero antibuque subsónico desarrollado en Estados Unidos y utilizado desde 1977. Desde sus inicios, se han desarrollado varias variantes, incluidas las de lanzamiento aéreo y de superficie. versiones lanzadas y lanzadas desde submarinos. El misil también ha sido modificado para varios aviones, como el S-3 Viking, P-3 Orion, P-8 Poseidon, AV-8B Harrier II, F/A-18 Hornet/Super Hornet y F-16 Fighting Falcon.




domingo, 21 de julio de 2024

China: Bombarderos y lanzamisiles de la flota

Aviones bombarderos y portadores de misiles de la flota china

Revista Militar


 
Hace apenas 15 años, la aviación naval china estaba equipada principalmente con tipos más antiguos de aviones de ataque. En servicio estaban las primeras modificaciones del bombardero de largo alcance N-6 (una copia del Tu-16), que, además de bombas en caída libre, torpedos y minas marinas, podía transportar misiles antibuque subsónicos de gran tamaño.

En la aviación naval eran muy numerosos los obsoletos bombarderos y torpederos N-5 (una copia del Il-28), así como el avión de ataque a reacción Q-5 (diseñado sobre la base del caza J-6, que es un clon del MiG-19). También en la aviación de la Armada del EPL había aproximadamente dos docenas de nuevos bombarderos JH-7, que tenían en su arsenal modernos misiles antibuque creados sobre la base de modelos occidentales.




Paralelamente al fortalecimiento cuantitativo y cualitativo de la flota de superficie y submarina en la República Popular China, se mejoró la aviación de ataque naval. Han entrado en servicio las versiones modernizadas de los portamisiles N-6, equipados con nuevos motores económicos y misiles modernos. Los raros bombarderos H-5 y los aviones de ataque Q-5 se han retirado. Los almirantes chinos confiaron a los modernizados bombarderos de primera línea JH-7A la lucha contra las flotas enemigas y el apoyo a las operaciones de desembarco en la zona cercana.

Los misiles antibuque también están incluidos en el armamento de los cazas J-10, J-11, J-15 y Su-30MK2, pero hablaremos de los cazas en la siguiente parte de la serie, dedicada a la aviación naval china.

Actualmente, los aviones portadores de misiles de la Armada del EPL son uno de los medios más importantes para combatir los buques de guerra enemigos. Los portaaviones navales representan alrededor del 30% de los misiles antibuque disponibles en la flota. La aviación naval china tiene la capacidad de contar con una red de aeródromos desarrollada; aproximadamente la mitad de las pistas pavimentadas están ubicadas a lo largo de la costa, a una profundidad de hasta 700 km de la costa.


Bombarderos de largo alcance y portamisiles N-6
A finales de los años 50, a pesar del deterioro de las relaciones entre los países, la Unión Soviética entregó a China un paquete de documentación para la construcción en serie del Tu-16, el último bombardero de largo alcance de la época. Como parte de un acuerdo intergubernamental, Beijing encargó 20 aviones terminados, pero hasta junio de 1960, cuando los especialistas soviéticos dejaron de apoyar este proyecto y se detuvo la cooperación en esta área, la República Popular China recibió dos bombarderos estándar y siete aviones desmontados.

En septiembre de 1959 se probó en el aire el primer bombardero de largo alcance de fabricación china. En la Fuerza Aérea del EPL, el Tu-16 soviético recibió la designación Hōng-6 (N-6).


 
La construcción en serie del H-6 se llevó a cabo en una empresa en la ciudad de Xi'an, que ahora forma parte de la corporación de fabricación de aviones Xi'an Aircraft Company (XAC).

La industria de la aviación china pudo producir piezas de fuselaje, pero surgieron grandes problemas a la hora de dominar la producción de motores turborreactores AM-3, componentes complejos, conjuntos y equipos electrónicos. No fue hasta 1969 que un bombardero fabricado íntegramente con piezas chinas, denominado H-6A, entró en producción en masa. Pero debido a dificultades económicas y tecnológicas en la etapa inicial de producción, la producción del N-6A se llevó a cabo a un ritmo muy lento. En 1974, había 32 bombarderos N-6 (ensamblados a partir de componentes soviéticos) y bombarderos N-6A en servicio.


 
En la década de 1970, la industria de la aviación china estaba en declive, se construyeron pocos aviones de la familia H-6 y una parte importante de los bombarderos disponibles para las tropas estaban defectuosos. Después de superar las consecuencias de la Revolución Cultural, en 1986, mediante esfuerzos heroicos, se pusieron en funcionamiento unos 140 bombarderos de largo alcance, aviones de reconocimiento y guerra electrónica.

Los bombarderos de la familia H-6 siguen siendo una parte importante de la tríada nuclear china y sirven en la aviación naval. Y aunque en Rusia el Tu-16 fue retirado de servicio hace más de 30 años, la producción de las últimas versiones del N-6 continuó hasta hace poco y la modernización aún está en marcha.



Imagen satelital de Google Earth: aviones H-6 e Y-20 en el sitio de productos terminados de la planta XAS en Xi'an

El uso regular del avión de reconocimiento de largo alcance N-6B en interés de la Armada del EPL comenzó en 1980. Los vehículos de este tipo se utilizaron para vuelos de patrulla de largo alcance sobre grandes extensiones oceánicas y para fotografías aéreas de islas en disputa en el Mar de China Meridional.

En 1981, entró en servicio el primer portamisiles N-6D, capaz de transportar dos misiles antibuque YJ-6. Para el uso de armas de misiles guiados, el avión ha sufrido importantes modificaciones. La aviónica incluía un radar de búsqueda Tipo 245 con un sistema de control de incendios y una cúpula de antena en la parte delantera inferior de la cabina.


 
Para compensar el aumento de masa y la mayor resistencia, la instalación de artillería defensiva se conservó sólo en la parte trasera.

El misil antibuque YJ-6, creado sobre la base del misil soviético P-15, tenía un motor a reacción que funcionaba con combustible líquido TG-02 (Tonka-250) y un oxidante AK-20K (a base de óxidos de nitrógeno).


 
El peso en vacío del misil que llevaba una ojiva altamente explosiva perforante de 500 kg era de 2.440 kg. La orientación fue realizada por un buscador de radar activo. La velocidad máxima de vuelo a una altitud de 500 m es de hasta 1.080 km/h. El vuelo hacia el objetivo en la etapa final se podía programar a altitudes de 500, 100 o 50 m, y el campo de tiro inicialmente no superaba los 90 km.

A finales de la década de 1980, se llevó a cabo la modernización y el misil YJ-6K con un nuevo sistema de guía en un entorno de interferencia simple tenía una probabilidad de impacto del 90%. El campo de tiro contra un objetivo de tipo destructor ha aumentado a 110 km. Las modificaciones posteriores del YJ-6K estaban equipadas con un equipo de interferencia de radar activo incorporado.

El siguiente misil de crucero de esta familia, que apareció un poco más tarde, recibió la denominación YJ-61. Gracias al aumento en el volumen de los tanques de combustible y al uso de un buscador ARL más potente, fue posible disparar contra objetivos grandes a una distancia de hasta 200 km. Sin embargo, para alcanzar tal alcance de lanzamiento, el avión de transporte tuvo que volar a gran altura, lo que facilitó su detección e interceptación, y las capacidades del radar de búsqueda Tipo 245 estaban al límite.



Misil YJ-61 bajo el ala de un N-6D

Los portamisiles N-6D, armados con misiles antibuque YJ-6K y YJ-61, siguen siendo durante mucho tiempo la principal fuerza de ataque de la aviación naval china de largo alcance. Pero debido a la obsolescencia de la aviónica y el armamento del avión N-6D, en 1999 comenzó la producción del portamisiles N-6N mejorado con un nuevo sistema de radar a bordo y misiles antibuque YJ-63. Después del inicio de las entregas masivas de aviones N-6N, algunos de los N-6D se convirtieron en aviones cisterna.

El misil de crucero aire-tierra YJ-63 está equipado con un motor turborreactor y es capaz de alcanzar objetivos terrestres y de superficie con gran precisión. Externamente, conservó muchas de las características de los modelos anteriores de misiles antibuque creados sobre la base del P-15 soviético y tomó prestado parcialmente su equipo a bordo.



Misil YJ-63 bajo el ala de un avión N-6N

El campo de tiro del YJ-63 es de aproximadamente 200 km. En la etapa inicial del vuelo, el cohete es controlado por un sistema inercial, en la etapa intermedia la corrección se realiza mediante navegación por satélite y en la etapa final se utiliza un sistema de guía por televisión. También existe una versión del misil con buscador de radar activo. Fuentes occidentales afirman que el YJ-63 puede transportar una ojiva nuclear con una potencia de 20 a 90 kt.

En 2005, los escuadrones operativos de la Armada del EPL recibieron portamisiles H-6G, equipados con nuevos equipos de guerra electrónica y capaces, además de los misiles YJ-63, de transportar nuevos misiles antibuque YJ-83K con motor turborreactor. Unos 10 años después, se introdujo el misil supersónico YJ-12 en el armamento de estos aviones.

El misil antibuque YJ-83K tiene un peso de lanzamiento de unos 800 kg y un alcance de lanzamiento de hasta 250 km. El peso de la ojiva del misil es de 185 kg.


 
Fuentes chinas escriben que el YJ-83K utiliza un buscador de radar resistente al ruido con un amplio campo de escaneo, que está diseñado para aumentar la resistencia a las interferencias activas y pasivas y aumentar la probabilidad de alcanzar el objetivo. Durante la fase de crucero se utiliza la navegación por satélite junto con el sistema inercial y la altitud de vuelo se controla mediante un altímetro láser.

Externamente, el primer misil antibuque supersónico chino lanzado desde el aire, el YJ-12, se parece a un misil de avión ruso ampliado, el X-31.


 
El YJ-12 mide aproximadamente 7 metros de largo, 600 mm de diámetro y pesa 2.500 kg. No hay información sobre el sistema de guía del YJ-12, pero lo más probable es que utilice un buscador de radar activo. Según informes no confirmados, el misil antibuque YJ-12, equipado con una ojiva de 300 kg, es capaz de alcanzar objetivos de superficie a una distancia de hasta 300 km. La velocidad máxima de vuelo es de unos 3.000 km/h.

El portamisiles H-6K, que apareció en 2007, se diferenciaba de las modificaciones anteriores en apariencia por una cabina diferente, con una parte delantera opaca. El avión radicalmente modernizado recibió nuevos equipos electrónicos y aviónica copiados de modelos occidentales, incluida una "cabina de cristal". En el lugar donde solía ubicarse el navegador, en la proa de la cabina, se instala un potente radar. La innovación más significativa fue el uso del motor turbofan ruso D-30KP-2 y, más tarde, su clon chino mejorado WS-18. La tripulación se redujo a 4 personas.


 
Esta modificación pasó a ser puramente portadora de misiles; en lugar del compartimiento de bombas se instaló un tanque de combustible no extraíble que, en combinación con motores más económicos, proporcionó un radio de combate de hasta 3.500 km sin repostar en el aire; con repostaje, la autonomía de vuelo aumenta en unos 2.500 km más. Velocidad máxima: 1.050 km/h. Velocidad de crucero: 780 km/h. Debajo de cada ala se encuentran tres nodos para la suspensión de misiles alados. En el lugar del puesto de tiro de retaguardia defensivo se encuentra una estación de guerra electrónica.


 
Basado en el H-6K, se creó el portamisiles naval H-6J, equipado con un potente radar para escanear la superficie del agua y una estación de reconocimiento electrónico adaptada para detectar radares de barcos.


 
Hace unos años, la televisión china mostró el portamisiles naval H-6J, armado con cuatro misiles antibuque supersónicos YJ-12. La Armada del EPL también tiene varios aviones de guerra electrónica HD-6, que son similares en estructura y motores al H-6K, pero no llevan armas de misiles.



Imagen satelital de Google Earth: avión N-6 en la base aérea naval del EPL de Yalanshi en la isla de Hainan

Según datos de referencia, en 2021, la Armada del EPL contaba con hasta 40 aviones de la familia H-6. Esta cifra incluye aviones de guerra electrónica, aviones cisterna y portamisiles H-6G/J.


Bombarderos supersónicos portadores de misiles JH-7 Durante más de 50 años, el principal bombardero chino de primera línea fue el H-5, que también se utilizó en la aviación naval como portador de minas y torpedos. Aunque el subsónico N-5, que apareció simultáneamente con el caza MiG-15, estaba obsoleto a principios de la década de 1970, en ese momento no había nada que lo reemplazara en la República Popular China. El cese de la cooperación técnico-militar con la URSS y la degradación generalizada de las industrias de alta tecnología e intensivas en conocimiento de la industria china no permitieron la creación de un avión de ataque moderno.

El asunto salió de un punto muerto a principios de la década de 1980, cuando, en un contexto de antisovietismo, China estableció relaciones aliadas con Estados Unidos y la industria aeronáutica china obtuvo acceso a tecnologías occidentales avanzadas.

La aparición del nuevo avión de ataque chino JH-7 Flying Leopard, producido en la planta de aviones de Xi'an, estuvo muy influenciada por el caza pesado multiusos estadounidense McDonnell Douglas F-4 Phantom II. Además, la aviónica del bombardero supersónico JH-7 incluía análogos de los sistemas electrónicos de los aviones de combate estadounidenses capturados en Vietnam. La primera serie de Flying Leopards estaba equipada con versiones con licencia china del Rolls-Royce Spey Mk. 202, que originalmente estaba destinado a equipar los Phantoms de la Royal Navy con base en portaaviones.

El bombardero JH-7, que en realidad es un análogo funcional del Su-24 soviético, se convirtió en el primer avión de ataque chino diseñado desde cero. Al mismo tiempo, su diseño contenía muchos componentes, elementos y sistemas creados sobre la base de modelos occidentales.

El JH-7 voló por primera vez en 1988. Los "Leopardo Voladores" en serie ingresaron a los escuadrones de combate de la Fuerza Aérea del EPL a mediados de la década de 1990. Aunque la designación del avión contiene una abreviatura que significa Jiān Hōng (cazabombardero), se trata de un vehículo diseñado exclusivamente para atacar objetivos terrestres y de superficie, en muchos aspectos similar al avión F-4 Phantom II.

La primera modificación del bombardero JH-7 tenía un peso máximo de despegue de 27.500 kg, comparable al peso máximo del Phantom (23.764 kg). Debido a su especificidad puramente de ataque, el "Flying Leopard" biplaza era significativamente inferior en velocidad máxima al F-4M Phantom FGR británico. El Mk 2, que podía utilizarse como interceptor y aceleraba a 2.231 km/h a gran altura, mientras que la velocidad del JH-7 estaba limitada a 1.795 km/h.

A baja altitud, el F-4M también tenía una ventaja sobre el JH-7 (1.450 km/h frente a 1.200 km/h). La autonomía de vuelo de ambos vehículos era aproximadamente igual (sin PTB - 2.300-2.600 km, ferry con PTB - 3.650-3.700 km). En términos de carga de combate, el Flying Leopard era ligeramente superior al British Phantom (6.500 kg frente a 6.300 kg).

Aunque el proceso de dominar el avión de ataque JH-7 en unidades de combate fue muy difícil y estuvo acompañado de accidentes de vuelo, este avión se convirtió en muchos sentidos en un hito para la aviación de combate china y la elevó a un nuevo nivel de desarrollo.

En particular, fueron los bombarderos JH-7 los que se adaptaron por primera vez al nuevo misil antibuque de combustible sólido relativamente compacto YJ-8, que era sorprendentemente diferente de los misiles antibuque chinos anteriores, más parecidos a aviones y voluminosos. sobre la base del P-15.



Suspensión de misiles antibuque YJ-8K para bombardero JH-7

Los expertos creen que la creación del misil YJ-8, que entró en servicio a mediados de los años 80, fue posible después de que los especialistas chinos obtuvieron acceso al sistema de misiles antibuque francés Exocet y se familiarizaron con la receta del combustible sólido.

El sistema de misiles antibuque YJ-8 está fabricado según un diseño aerodinámico normal con un ala delta plegable en forma de cruz de baja relación de aspecto (en la parte media) y aviones de control (ubicados en la parte trasera del cohete). El cuerpo tiene forma cilíndrica con arco ojival.


 
El misil antibuque YJ-8K, destinado a ser utilizado desde aviones, pesaba 610 kg. La masa de la ojiva altamente explosiva perforante es de 165 kg. Longitud – 5,814 m Diámetro del cuerpo – 0,36 m Envergadura – 1,18 m Velocidad de vuelo – alrededor de 300 m/s. La altitud de vuelo en la sección de marcha es de 50 m, durante el ataque al objetivo disminuye a 5-7 m, el campo de tiro, cuando se lanza desde una altitud de 8.500 m, alcanza los 60 km. Durante la marcha se utilizó un sistema de control inercial, en la etapa final del vuelo se encendió un cabezal de radar activo.

Los aviones JH-7, construidos en cantidades de al menos 50 unidades, se encontraban actualmente en operación de prueba. En 2004, entró en servicio una modificación mejorada del JH-7A Flying Leopard II, armado con misiles antibuque de mayor alcance.


 
El JH-7A modernizado recibió motores nuevos, mucho más potentes y confiables, un radar desarrollado en China, un sistema de navegación por satélite y contenedores suspendidos con equipos de guerra electrónica, radar y designación de objetivos. Se ha ampliado la gama de armas, se ha aumentado el número de puntos de anclaje a 11. La carga de combate se ha incrementado a 8.000 kg.

Debido a que el motor a reacción de combustible sólido no proporcionaba el alcance de disparo requerido, sobre la base del YJ-8 se crearon los misiles YJ-82 y YJ-83, equipados con motores turborreactores compactos.

El misil antibuque lanzado desde el aire YJ-82A tiene un alcance de hasta 180 km. El peso de lanzamiento del cohete es de unos 700 kg. Velocidad – alrededor de 900 km/h. La altitud de vuelo durante la fase de marcha es de 20 a 30 m; antes de atacar al objetivo, el misil desciende a una altura de 5 a 7 metros y realiza una maniobra antiaérea. La ojiva altamente explosiva y perforante pesa 165 kg. Su detonación después de penetrar el casco puede causar graves daños a un barco de clase destructor.

El misil YJ-83K, que también forma parte del armamento de los portamisiles de largo alcance N-6G/J, es una versión mejorada del YJ-82A. El sistema de misiles antibuque YJ-83K utiliza una base de elementos moderna, gracias a la cual fue posible reducir el volumen ocupado por las unidades electrónicas en un 25%. Esto hizo posible aumentar la masa de la ojiva y la capacidad del tanque de combustible.

Además de los misiles antibuque YJ-82 y YJ-83, el armamento del JH-7A incluye misiles aire-tierra YJ-701 (S-701) y YJ-704 (S-704), adecuados para atacar barcos. y buques de pequeño desplazamiento.


 
Con un peso de lanzamiento de 117 a 160 kg, estos misiles llevan ojivas que pesan entre 29 y 48 kg y están guiados por televisión o radar. Campo de tiro: hasta 35 km.

La última modificación del Flying Leopard es el JH-7AII. Este avión está equipado con un nuevo radar con un mayor rango de detección de objetivos de superficie, así como con equipos de guerra electrónica más avanzados y está armado con misiles antibuque supersónicos YJ-91.


 
Los autores chinos escriben que la fuente de inspiración para la creación del misil antibuque YJ-91 para los diseñadores chinos fue el misil soviético X-31.


 
El misil YJ-91 tiene una masa de unos 600 kg. Longitud – 4,7 m Diámetro – 0,36 m Velocidad – 3,5 M Alcance – hasta 150 km. La ojiva pesa 165 kg.

Hasta 2019, se habían construido alrededor de 270 aviones JH-7, JH-7A y JH-7AII. Todos los bombarderos de la primera modificación ya han sido dados de baja.



Imagen satelital de Google Earth: avión de ataque JH-7A del 14.º Regimiento de Entrenamiento de Bombarderos en la misma formación con el avión de entrenamiento de combate L-15 en la Base Aérea de Laishan

Los aviones JH-7A y JH-7AII estaban en servicio en cinco regimientos de aviación naval asignados a las flotas de los teatros de operaciones del Este, Sur y Norte. Algunas unidades de aviación eran de composición mixta y operaban cazas J-11 en paralelo con bombarderos portadores de misiles. El 14º Regimiento de Entrenamiento de Bombardeo tenía entrenadores de combate a reacción JH-7A y L-15.

Según datos de referencia, la Armada del EPL operó 120 bombarderos portadores de misiles JH-7A/AII en 2020.