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sábado, 15 de noviembre de 2025

US Navy: El salvamento desastroso del H-3 y el Milwuakee

Un salvamento memorable

Por Luis Jar Torres

Publicado en la Revista General de Marina, en el número de Noviembre de 2000 y en http://www.grijalvo.com/index.htm y publicado aqui por permiso del autor. Revista General de Marina 


Hace ya muchos años una historieta estuvo a punto de matarme de risa. Trataba de una anécdota real ocurrida durante una solemne procesión religiosa en la que sus no menos solemnes participantes marchaban en fila india, un tanto rígidos y saturando la atmósfera con sus cánticos. Entre nota y nota, una encopetada señora se las arregló para introducir el altísimo tacón de aguja de uno de sus zapatos hasta el fondo de una rejilla y, tras intentar en vano extraerlo discretamente con el pie, optó por no perder paso, nota ni compostura y continuar la procesión semidescalza. Pero el caballero que la seguía se había hecho cargo de la situación en décimas de segundo: en un habilísimo quiebro asió el zapato, lo recuperó de un fuerte tirón y siguió marchando sin dejar de cantar ni hacer apenas extraños con el paso aunque, eso sí, con la postura un tanto forzada a causa de la aparatosa rejilla adherida al zapato que ahora atenazaba firmemente en su mano. Y así, con toda solemnidad, siguiendo el paso mientras cantaba y con la mirada al frente, la señora que seguía al gentil caballero se fue por el agujero.

El año pasado, leyendo una monografía sobre accidentes marítimos en la armada norteamericana, volví a reír con ganas ante uno en concreto cuya “divertida” concatenación de errores me trajo a la memoria la historia anterior. Soy consciente de que, en su momento, tal accidente no debió resultar especialmente divertido a sus protagonistas, pero hablamos de un suceso ocurrido hace casi un siglo cuyas únicas víctimas fueron los egos de los afectados. A fin de cuentas la risa, aunque objetivamente beneficiosa, va asociada de modo casi infalible a la exposición de un congénere a una situación ridícula si no a algo peor, no hay más que oír cualquier chiste. O sin ir más lejos, repasar la historia anterior. Muy gracioso el caballero públicamente abochornado y desfilando rejilla en mano, para mondarse de risa la pobre señora partiéndose la crisma. Confío por tanto en que nadie que haya reído con chistes en los que el protagonista cae por un precipicio o es perseguido por un león me acuse de crueldad por encontrar elementos cómicos en una historia en la que no hubo descalabros corporales. Como se verá en la bibliografía, este artículo, aunque contrastado y enriquecido con otras fuentes, se basa esencialmente en un relato de Kit y Carolyn Bonner subtitulado “A $7 Million Comedy of Errors”. En su honor estructuraré la “comedia” en actos y... ¡que se alce el telón!

Primer acto: Perder un submarino

Supongo que, quien más quien menos, sitúa San Francisco de California en el mapa. Si salimos del Golden Gate y navegamos unos 360 km a vuelo de pájaro hacia el NNE llegaremos a la ciudad de Eureka, cerca ya del límite de California con Oregón. Es un importante centro maderero situado en el interior de Humboldt Bay, una bahía donde, por desgracia, los buques no pueden acceder a vuelo de pájaro como nosotros, sino apuntando correctamente a su más o menos estrecha entrada. Y en verdad que es una desgracia, pues los navegantes locales padecen bancos de arena que navegan por su cuenta, traicioneras corrientes, nieblas de aúpa, rompientes de notable fama y renombre y, finalmente, el mal carácter e imprevisibilidad de las aguas locales. Todo esto, y las arruinadas carreras de 27 colegas que por aquellas fechas ya habían perdido su buque en la zona, debía ocupar los pensamientos del agobiado Comandante del submarino USS H-3 cuando, a primera hora de la mañana del sábado 16 de diciembre de 1916, intentaba “apuntar correctamente” hacia la entrada de Humboldt Bay recalando entre una densa niebla y la humareda producida por la industria maderera local.

Tras considerable desgaste de pestañas uno de los serviolas anunció, para alivio del Comandante, que veía “humo por la proa” (algo que en 1916 solía significar “vapor a proa”). La presencia de compañía parecía indicar que iban por buen camino, fue una pena que el humo anunciado por el serviola procediera de la chimenea del aserradero Hammond que, como atinadamente señalan en su relato Kit y Carolyn Bonner, estaba situado en tierra. Pero todavía fue más penoso que, con niebla y el sol de cara, las dunas que tenían ante sus narices se confundieran con la mar y que el ruido de los diesel camuflara el de las rompientes. Un minuto más tarde el submarino, al igual que la chimenea de la serrería, también estaba en tierra, sólidamente clavado en la playa y “sumergido” en un turbador vapuleo de rompientes. Mientras bajaba presto por la escotilla de la vela huyendo de las “aguadillas” y en compañía de la guardia de puente, su desdichado Comandante ya debía tener dos cosas claras, que había “recalado” en Samoa Beach (un pelín al N) y que se había convertido en el "colega nº 28”.

El submarino H-3 poco después de varar en la playa (Foto Treasure Island Museum/San Francisco Call Bulletin)


Aunque se trató de enviar una petición de auxilio por radio, al poco falló la energía eléctrica y el auxilio acabó llegando por una vía más acorde con el espíritu de esta historia: tres niños que iban a la escuela vieron el submarino en la playa y, alucinados, se lo contaron a su maestro, quien les indicó que avisaran desde el teléfono del aserradero a la estación de salvamento del Coast Guard en Humboldt Bay. Inicialmente, el personal del Coast Guard consideró muy peligroso un salvamento desde la mar pero, hacia las 1500, tras colocar tres guías a bordo desde tierra con cañón lanzacabos y cosechar tres fracasos al intentar tender el andarivel por los movimientos del submarino y la precaria situación de su dotación, barrida por las olas, el equipo de salvamento obsequió al público con una exhibición de virtuosismo botando una embarcación desde la playa, cruzando las rompientes con ella y consiguiendo colocar un andarivel en el submarino. Poco después toda la dotación estaba en tierra, con la faz un tanto verdosa tras las emociones del día si hemos de creer el relato.

El H-3 había entrado en servicio el 16 de enero de 1914, tenía 30 mts de eslora y apenas si desplazaba 358 tons en superficie. La armada norteamericana debió razonar que a): dado que ni siquiera habían disfrutado tres años del juguete no procedía “olvidárselo” en la playa, b): dado que era más bien pequeñajo con un pequeño tironcito volvería a estar a flote y c): dada la proverbial resistencia al vapuleo del casco de un submarino, con una capa de pintura quedaría como nuevo. No era un mal razonamiento y de hecho dos de las tres premisas se demostraron correctas, pero aún faltaban treinta y dos años para que naciera (casualmente en California) el descubridor de “La Ley de Murphy” y, por ello, en este asunto la US Navy jugaba con desventaja. En pocos días se presentaron ante la playa el remolcador USS Iroquois y el monitor costero USS Cheyenne (nodriza del H-3) para intentar dar al pequeño submarino el “tironcito” del apartado b) con los 3.400 HP que sumaban entre ambos antes de que la arena, que ya se lo estaba comiendo, se lo tragara del todo. Tras ímprobos esfuerzos para Navidades sólo habían conseguido revirarle un poco la popa y el H-3 dio la bienvenida a 1917 tomando las uvas en la playa.

Como todo el mundo tiene derecho a una oportunidad la marina recibió por entonces una de esas propuestas que un inglés fino calificaría como “shocking”: con un enfoque ciertamente radical, la Mercer-Fraser Lumber Co (unos madereros locales), ofertaba sacar el submarino por tierra y transportarlo a buen puerto como un simple bulto por apenas 18.000 dólares. No sé si “to scoff” resulta fino en “americano”, pero en mis fuentes hay un “the Navy scoffed at this plan” que mi cibernético diccionario se empeña en traducir como “se burlaron”. Bueno, puede que pensaran que era un simple problema de caballos y en las películas de John Wayne la caballería en cantidad siempre salva la situación (¡más madera!, que diría Groucho Marx). Pero hablando de madera, ahora recuerdo que en otra película unos madereros norteamericanos se lo montaban de fábula transportando por aire, tierra y agua (en esta secuencia) enormes y pesadísimos troncos a las órdenes de Paul Newman. Si exageramos un poco, un submarino pequeño podría considerarse como un tronco descomunal ¿no?. Pues no, se optó por la más ortodoxa caballería. Concretamente por los veintiún mil caballos del Milwaukee.

Segundo acto: Perder el crucero

El USS Milwaukee (C-21) ya había nacido con vocación de segundón y, además de ser el segundo de su nombre en la marina de los Estados Unidos, era el segundo de los tres cruceros protegidos de la clase St. Louis, una familia poco exitosa armada con un batiburrillo de piezas cuya disposición podría considerarse un paso atrás con respecto al Brooklyn (sí, el que nos vapuleó en Santiago) y cuya protección de “celulosa” (léase madera) podría considerarse una mala herencia del Olympia (sí, el que nos vapuleó en Cavite). Como además le habían puesto la quilla en 1902, cabe pensar que en su diseño habrían influido las “lecciones” de la Guerra Hispano-Norteamericana, tan obsoletas como las escuadras que allí nos fueron machacadas. En esta tesitura tiene su gracia imaginarnos al Milwaukee como una secreta venganza de Montojo, lo cierto es que entró en servicio en diciembre de 1906, pasó a la reserva en 1908 y fue decomisionado en 1910. Tras volver al servicio activo en 1913, estaba siendo reacondicionado como nodriza de submarinos en el Arsenal de Mare Island cuando la quilla del H-3 estableció contacto con la patria por lo que, sin haber terminado su reconversión en buque nodriza, el desconcertado crucero hubo de emprender viaje el 6 de enero hacia Humboldt Bay, ahora reconvertido en buque de salvamento. No parece una unidad a la que se tomara muy en serio, leo que “in command of the overall expedition” figuraba el “Lieutnant W.F.Newton”, al que quiero suponer más bien “Lt. Cdr.” que “Lt. Jr. Gr.”, y ¡horror!, que “no one in the expedition was familiar with large-scale salvage”.

La travesía transcurrió sin novedad y el Milwaukee se reunió frente a Samoa Beach con el Iroquois y el Cheyenne, que ya estaban desarrollando una considerable barba desde el mes anterior por aquellos parajes. El área de trabajo era una playa de orientación NE-SW con fuertes corrientes paralelas a tierra, bancos de arena que cambiaban de situación de un día para otro, una mar de fondo cuyo “fetch” llegaba hasta el Japón y las típicas rompientes a las que se debe que el surf sea un invento californiano. La idea era fondear el crucero con las dos anclas espiadas y tender un grueso cable de acero entre una de las piezas artilleras de popa y el submarino. A la hora H, fijada para la segunda pleamar del día 13 de enero, con el Iroquois firme en la amura de estribor del crucero para evitar que su proa abatiera hacia el SW con la corriente y el más potente Cheyenne por la aleta de babor para ayudar a tirar, se daría avante y se intentaría sacar al submarino. Debo confesar que las dos únicas descripciones detalladas de la maniobra que he podido localizar incurren en una imprecisión importante: el papel de las anclas, que en todo caso trabajarían sobre un fondo de arena.

El “Milwaukee” (a la izda.de la fotografía) preparándose para dar remolque al submarino H-3 varado en la playa (Foto U.S.Naval Historical Center)


El plan de Newton causó una fuerte impresión (negativa) al Coast Guard y a los pescadores locales, cuyas relaciones con Samoa Beach estaban marcadas por el saludable mosqueo que sólo se consigue tras algunos centenares de experiencias desagradables. Y entonces la mar, que debía estar de excelente humor tras zamparse un submarino, concedió a Newton otra oportunidad en forma de serio “toque”. Con el Milwaukee ya fondeado a unas cuatro esloras de la primera línea de rompientes, y justamente cuando la lancha prestada por el Coast Guard estaba a punto de llegar a la playa con el cabo mensajero, una enorme ola levantó al crucero dejando al descubierto sus hélices, e incluso la quilla en buena parte de su eslora. Instantes después mensajero, lancha y lancheros eran indignamente arrojados a la playa en desordenado revoltijo. Cuentan las crónicas que los expertos locales rogaron encarecidamente a Newton que desistiera de su plan, pero a media tarde del día 12 todo estaba preparado, con los 6,5 mts de calado del Milwaukee fondeados en 12,5 de agua y a 500 de las rompientes. También cuentan que una gran multitud de mirones procedente de muchas millas a la redonda se fue concentrando en la playa para no perderse el desastre.

A las 1500 del sábado día 13 comenzó la maniobra y, apenas comenzada, mamá naturaleza ya había dejado al atribulado Newton en un limbo gris cubriendo la zona de espesa niebla. Algo después (es de suponer que tras levar), la proa del crucero comenzó a caer a babor arrastrada por la corriente y, justo entonces, intervino el espíritu de Murphy (que ya debía flotar sobre las aguas) haciendo que el Iroquois se disolviera en la niebla tras hacer trizas su propio remolque con la hélice en lugar de cumplir su parte del plan manteniendo la proa del Milwaukee contra la corriente. Bonita situación, un crucero de 9700 tons y 130 mts de eslora sufriendo una fuerte corriente de costado en medio de la niebla ¡con la popa sólidamente trincada a la playa y a 500 mts de las rompientes!. Antes que nadie comience a dar órdenes conviene considerar, aparte la inexistencia en 1917 de radar y VHF, un pequeño detalle que podemos olvidar hasta los profesionales: si algo trinca realmente la popa, el timón anexo puede ser tan inútil como un destornillador de plastilina, justamente por eso los remolcadores tienen el gancho a media eslora. Y si alguien quiere dar atrás para coger cancha no se olvide que, justo a popa, están la playa y el cable de remolque. ¡Y dónde está ese remolcador! ¡Y dónde estamos nosotros! ¿Y por qué ahora la mar viene de través? Y ya está.

El “Milwaukee” con su dotación agrupada en cubierta poco después de la varada; obsérvese la rompiente y las dos lanchas de la izda., botadas desde tierra por el Coast Guard y con toda probabilidad ocupadas en ayudar a tender el andarivel (Foto Emma B.Freeman/U.S.Naval Historical Center)



Tras recorrer un arco de unos 60º trincada al extremo de un péndulo de 900 mts de cable, la popa del crucero golpeó el fondo a las 1542 y, al poco, la resaca había terminado el trabajo iniciado por la corriente; a las 1610 el Milwaukee estaba atravesado sobre la playa con 20º de escora. Consta que el “Iroquois” se pudo buscar la vida entre la niebla (seguramente navegando a ciegas con rumbo NW), y otro tanto debió hacer el “Cheyenne” tras picar remolque. En cambio, el grueso cable de acero que unía al Milwaukee con la playa lo arrastró directamente a la tumba. Como el crucero tenía dos ejes unidos a sendas máquinas alternativas, es posible que una ciaboga sobre estribor hubiera dado a su comandante los minutos extra necesarios para largar el remolque, pero pontificar sobre el tema es torear a toro pasado. Hay que decir en honor a Newton que, en las fotos tomadas inmediatamente tras la varada, el único escobén visible tiene el ancla fondeada.

Tercer acto: Salvar lo salvable

Cuenta la leyenda que, cuando la enorme resaca llevó en volandas al Milwaukee hasta una sonda de 4 mts y lo dejó tirado a apenas a 300 de la orilla, resonó por la playa un silencioso coro de “I told you so” de los expertos mirones. En un contexto más relajado, su desventurado comandante hubiera podido formular al menos una “cuarta ley de W.J. Newton sobre la atracción universal de los buques”, según la que “todo cable tendido para atraer un submarino hacia un crucero puede atraer igualmente un crucero hacia un submarino” o, alternativamente y en caso de ser de letras, identificar el drástico cambio de papeles entre remolcador y remolcado como una avanzadilla de la inminente “revolución del 17”. Pobre hombre, en realidad y bromas aparte más bien rondaría su cabeza un “pero... ¿cómo ha podido ocurrirme ésto?” si no un “pero... ¿qué es lo que me ha ocurrido?”.

Si algún lector tiene la misma duda le propondré lo que uno de mis ex-comandantes denominaría un “símil hidráulico”, y que mis colegas me perdonen: imaginemos a un buque como un carrito de supermercado a “plena carga” ya que, como los buques, los carritos de supermercado cargados se conducen mejor empujando lateralmente su parte trasera hasta que la delantera apunta en la dirección correcta. Continuemos imaginando que somos un moderno marido-carrista al que le ha tocado en suerte el clásico cascajo con la rueda delantera izquierda fosilizada (la corriente de costado): ahora, si queremos avanzar en línea recta con el carro cargado habremos de chafarnos la espalda haciendo extraños esfuerzos laterales (el timón), un destrozo muscular que yo conjuraría obligando a mi hija (el Iroquois) a tirar de la parte delantera derecha del carro en la dirección adecuada. Y en esto, se nos cuelga de la parte trasera izquierda un niño que quiere ayudarnos (el Cherokee), de la trasera una vaca que no se deja arrastrar (el submarino) y la niña se retira a la pata coja con el dedo meñique lesionado por el carro, que al punto comienza a derivar velozmente hacia la esposa del campeón local de lucha libre. El escándalo está asegurado, y dar “avante toda” solo servirá para que nos partan la cara con más entusiasmo.

Volviendo al caso que nos ocupa, tras recoger del suelo los pedazos de su cara Newton ordenó emitir por radio una petición de auxilio y, como el mes anterior, enseguida se presentó en la playa un equipo de salvamento armado de andarivel y cañón lanzacabos, pero esta vez con 438 potenciales clientes en lugar de los 25 hombres del pequeño H-3. La maniobra de evacuación empezó mal, sólo se consiguió colocar una guía a bordo tras varios intentos y los continuos movimientos del buque hacían difícil mantener tendido el andarivel con seguridad por lo que, como era de temer, el primer aeronauta resultó “catapulted into the surf”. Después que el segundo expedicionario sufriera “the same fate” se enmendó el anclaje del andarivel a un punto más elevado del crucero y, por lo que leo, simultáneamente comenzaron a disminuir los movimientos del buque, un cambio de coyuntura que debió aliviar la ansiedad del siguiente “voluntario” y facilitar el exitoso aterrizaje de los 435 que le seguían en la fila. No olvidemos que la varada había ocurrido en pleamar y que, según bajaba la marea, no solamente el casco estaría mejor asentado en la playa, sino que se trabajaría con un andarivel más corto. Cuando las circunstancias de la marea lo permitieron se finalizó la evacuación mediante barqueo y, ya en tierra, la dotación fue alojada inicialmente en la serrería Hammond, en el Club Sequoia y hasta en domicilios particulares, pues el vecindario se desvivió en hacer entrar en calor a los náufragos mediante hogueras, café, mantas... y generosas raciones de whisky que, según consta, terminaron por animar considerablemente la velada.

Evacuación del “Milwaukee” por andarivel; apréciese el tamaño de los troncos con que tenían que lidiar los madereros locales (Foto CA Ammen C.Farenholt/U.S.Naval Historical Center)

En buena lógica la marina podía haber enviado un acorazado para rescatar al crucero, pero sus mandamases ya debían estar algo escamados con Samoa Beach y al final terminaron enviando a los chatarreros, aunque también con gran estilo. La Mercer-Fraser Lumber Co. (la de los madereros radicales) recibió el encargo de tender un puente de madera desde la playa hasta la cubierta del Milwaukee y la Northwestern Pacific Railroad (la de las películas del Oeste) el de construir un ramal de ferrocarril sobre dicho puente. Y así nació Camp Milwaukee, durante los meses siguientes y a despecho de la condenada playa cientos de toneladas de artillería, munición, suministros y maquinaria de todo tipo abandonaron el crucero por vía férrea hasta quedar éste reducido a un cascarón vacío. En marzo de 1917 la Navy decomisionó por segunda vez al Milwaukee, en noviembre de 1918 un temporal le partió el espinazo y al año siguiente fue dado de baja como unidad naval. Sus restos fueron vendidos por 3.000 dólares en agosto de 1919 pero, durante el siguiente cuarto de siglo, permanecieron tirados en la playa y más o menos de una pieza hasta que, durante la siguiente guerra, la demanda de metal hizo rentable el desguace de la parte aún visible.

Desarme del “Milwaukee”; obsérvese el puente de madera para el ramal de ferrocarril (Foto Treasure Island Museum/San Francisco Call Bulletin)


Pero el puente de madera no fue el único encargo que la Mercer-Fraser recibió de la marina. En apenas un mes, tras un cuidadoso estudio y la cuidadosa colocación de unos rodillos bajo la quilla, los madereros se las arreglaron para extraer el submarino de la playa y llevárselo a rastras sobre las dunas hasta Humboldt Bay donde el 17 de Abril de 1917 ya estaba a flote y listo para dar avante, y todo por unos módicos 18.000 dólares. Con tipos así se comprende que la conquista del oeste fuera un juego de niños. El H-3 permaneció en servicio activo como buque insignia de la SubDiv7 y con base en Los Angeles hasta 1922, año en que se trasladó con el resto de su escuadrilla a Hampton Roads para ser decomisionado; en 1930 causó baja como unidad naval y al año siguiente fue desguazado. Su peculiar programa de extensión de servicio activo había salido por un total de 7.018.000 dólares: 7.000.000 en concepto del coste de un crucero protegido y 18.000 en concepto de gastos varios.

El H-3 “navegando” por la playa bajo el mando de los madereros (Foto Freeman Art Co/U.S.Naval Historical Center)



Para entonces ya hacía un año que también habían sido vendidos como chatarra los dos hermanos del Milwaukee, el St. Louis (C-20) y el Charleston (C-22), y tres que había sido dado de baja, en 1928, el tornadizo remolcador Iroquois. Es curioso comprobar que el monitor Cherokee, ya anacrónico en 1917, todavía figuraba en situación de actividad en un registro de 1936, pero aún lo es más descubrir que el último superviviente de esta historia haya resultado ser el propio Milwaukee, pues la voracidad de las arenas y la parsimonia de sus desguazadores han conseguido que, al día de hoy, el cadáver sin superestructuras del viejo crucero permanezca profundamente enterrado en Samoa Beach a la espera del Juicio Final. Aunque no he podido localizar referencias posteriores acerca del pobre Newton, confío y deseo sinceramente que la suerte le haya tratado el resto de sus días con más consideración que aquel nefasto 13 de enero.

Conclusiones: Salvar la cara

He comenzado este artículo con una historia apócrifa y finalizaré con otra, la de aquel militar golpista del siglo pasado que, tras ver fracasado su pronunciamiento y comparecer ante un consejo de guerra, fue requerido por el fiscal a confesar “qué apoyos esperaba conseguir para su intentona”. Su respuesta (“el suyo, de haber triunfado”) es un buen exponente de la importancia de la suerte. Resultaría divertido constatar cuantas veces una deficiente planificación, marinera o militar, habrán propiciado un improbable éxito en circunstancias desesperadas y el consiguiente reparto de premios. Puedo imaginarme perfectamente a un Newton que hubiera sacado el submarino de un tirón condecorado, ascendido y dando conferencias de maniobra en Annapolis. Su desprecio por la oceanografía no sería otra cosa que audacia, los expertos locales se verían reducidos a pusilánimes provincianos y cualquiera de nosotros que hubiera pedido otros dos remolcadores y quinientos metros adicionales de cable tildado de inseguro mediocre. Y en esto, alguien que es incapaz de mantener su propio remolque a salvo de su propia hélice hace estallar la burbuja originando que, un siglo más tarde, en lugar de dar nombre a una escuela de maniobra, Newton figure asociado a “an amateur approach to salvage”.

De esta aventura yo extraería dos conclusiones, una marinera y otra institucional. La marinera es obvia: si queremos seguir disfrutando de las ventajas de un timón que sirva para algo hay que tener mucho cuidado con lo que hacemos firme a popa. Aunque el problema no resulte evidente en aguas abiertas y en una unidad naval sobrada de caballos, puede darse el caso de que un buque “menos gris” (o un escenario más confinado) nos hagan descubrir nuevos significados para la palabra impotencia. La otra conclusión es más subjetiva. Releyendo un artículo aparecido hace tres años en esta misma revista sobre la pérdida del crucero “Blas de Lezo” (tras comerse en 1932 un pedrusco no cartografiado), se puede observar que gran parte del relato está dominado por el estruendo de otro tipo de pedruscos cayendo sobre el tejado de la empresa.

Por contra, no he podido encontrar entre el material con el que he pergeñado esta historia un solo ataque contra la marina norteamericana más allá de la sana guasa para con alguno de sus componentes. De hecho, y pese a lo espectacular del doble desaguisado, ha sido por auténtica chiripa como me he enterado de un suceso que, tras algunas desinhibidas carcajadas, fue superado sin más. Tiemblo sólo de imaginar que salvamento tan notable hubiera tenido lugar en un país con tan poco sentido del humor como el nuestro. Hasta la marina más potente del mundo está compuesta de simples seres humanos pero mucho me temo que, transcurridos ochenta y tres años, los componentes de la nuestra aún podríamos escuchar la historia (en coplillas populares) al circular por las calles (disfrazados de lagarterana) camino de nuestro destino (una zodiac con tirachinas).

BIBLIOGRAFIA Y FUENTES
Este artículo está basado fundamentalmente en la obra de Kit y Carolyn Bonner “Great Naval Disasters - U.S. Naval Accidents in the 20th Century”, (MBI Publishing Co, Osceola WI 1998). Lo esencial del relato he podido contrastarlo en Internet sobre una recopilación de J. Christley del “U.S. Naval Submarine Force Information Book” y, también en Internet, en una transcripción del vol. 4 de la edición de 1969 del “Dictionary of American Naval Fighting Ships”.

Volviendo al papel, algunos datos proceden de la edición facsímil del Jane’s de 1919 (Studio Ed., London 1990), de “Les Flottes de Combat” (Societé de Editions, Paris 1936) y de la edición española de la obra de Guido Gallupini “Cruceros de Todo el Mundo”, (Espasa-Calpe, Madrid 1984). Los Bonner citan en su bibliografía una obra monográfica que no he podido consultar: “The Loss of the Navy Cruiser USS Milwaukee” (Hillman Raymond, Pride of the River 1994).

lunes, 6 de octubre de 2025

Hidroavión: Prototipo Saunders A3 Valkyrie

Saunders A3 Valkyrie





La hidroavión de patrulla A3 Valkyrie fue desarrollada por SE Saunders Ltd. de acuerdo con la especificación 22/24. La orden de construir el prototipo se lanzó en febrero de 1926. Este hizo su primer vuelo en junio de 1926.
Se trataba de un hidroavión con casco de madera y metal que estaba propulsado por tres motores Rolls-Royce Condor III cada uno. Su armamento consistía en tres ametralladoras Lewis de 7,7 mm montadas en anillos de torreta Scarff (una en la parte delantera, dos en la cabina trasera) y podía transportar dos bombas de 250 o 224 kg.
En la primavera de 1927, la A. 3 pasa todo el ciclo de prueba, dando como resultado una evaluación positiva. Para la decisión final, el hidroavión fue enviado a un tour por Escandinavia con el Blackburn Iris, el Short de Singapur y la Supermarine de Southampton. Una vez completado el tour, la elección se hizo en hidroaviones estructurados en metal. Al final, la única copia construida de la Valkiria se estrelló en 1929.

jueves, 26 de junio de 2025

MGP: El renacimiento de la Marina Peruana


El renacer de la Marina de Guerra del Perú (1889-1924)





Finalizando la guerra del pacifico, El Perú había perdido toda su flota naval, El Huascar capturado por Chile y todos los demás buques hundidos para evitar que caigan en manos de los chilenos, El primer buque de combate que llego al Perú fue la cañonera convertida a crucero llamada "Lima", Esta fue ordenada en 1879 pero gracias a la diplomacia chilena no llego si no a 10 años después, Osea, en 1889, Desplazaba 1790 ton y tenia 2 cañones Armostrong de 6 pulgadas y 4 cañones de tiro rápido       , Ya para 1904 llegaron 2 buques de transporte, Pero se hacia evidente que la Armada chilena, En plena carrera naval armamentista y con territorios recién anexados comenzó a adquirir varios cruceros y acorazados, Y pues el Perú en 1906 ordeno 2 cruceros protegidos tipo Scout de 3200 ton con 4 cañones de 6 pulgadas, 8 cañones de 3 pulgadas y 8 cañones de 1 pulgada y 4 lanzatorpedos, Ambos buques fueron bautizados como "Almirante Grau" y "Coronel Bolognesi"



Adicionalmente se adquirieron 2 sumergibles clase  Clase Schneider llamados "Teniente Palacios" y "Teniente Ferre"  Con capacidad de lanzar 4 torpedos y un destructor de nombre "Teniente Rodrigez" De 450 ton con 4 cañones de 2,5 pulgadas y 3 tubos lanzatorpedos de 450mm



sábado, 21 de junio de 2025

Bombardero/torpedero: Prototipo SNCAO CAO. 600

SNCAO CAO.600



El SNCAO CAO.600 fue un prototipo francés de torpedero-bombardero bimotor de la Segunda Guerra Mundial . Estaba previsto para operar desde dos nuevos portaaviones de la Armada Francesa , pero solo se había completado y volado un ejemplar cuando la rendición de Francia en junio de 1940 puso fin a su desarrollo.

Rol: bombardero torpedero / avión de reconocimiento
Origen nacional: Francia
Fabricante: SNCAO
Primer vuelo: 21 de marzo de 1940
Usuario principal: Marina francesa
Número construido: 1

En 1937, el Ministerio del Aire Francés publicó especificaciones pidiendo un avión capaz de operar desde las futuras compañías Joffre y Painlevé. Este avión se suponía que iba a hacerse cargo de los papeles de reconocimiento, torpedos y bombardeos. Excepcionalmente, las especificaciones exigían un diseño de dos motores.



El SNCAO ha desarrollado un proyecto llamado CAO. 600, un avión de cola bimotor con un ala de gaviota invertida montada en la parte superior del fuselaje. Recibiendo una tripulación de tres hombres, el avión tenía una nariz y un armamento ampliamente cristalados incluyendo una ametralladora estacionaria y dos ametralladoras móviles, todas de calibre 7,5 mm. La nariz era poco convencional con cada miembro de la tripulación una cabina en las gradas. Por sus papeles de bombardero, el avión podría transportar un solo torpedo o hasta 450 kg de bombas. Hizo su primer vuelo en marzo de 1940 y el avión comenzó sus pruebas oficiales, que fueron interrumpidas después de la capitulación de Francia en junio de 1940. El segundo prototipo, que difieren en tener alas plegables requeridas para operaciones marítimas, fue abandonado incompleto, mientras que el primer prototipo fue desmantelado y almacenado hasta que fue finalmente abandonado tras la ocupación alemana de la Zona Libre en noviembre de 1942.

Diseño y desarrollo

En 1937, el Service Technique de l'Aeronautique (o Ministerio del Aire) francés lanzó su especificación A47 para reemplazar a los viejos torpederos-bombarderos Levasseur PL.7 y al avión de reconocimiento Levasseur PL.101 del Aéronavale , ambos biplanos obsoletos , a bordo de los dos nuevos portaaviones planeados por la Armada francesa , el Joffre y el Painlevé . El requisito exigía que el nuevo avión, que actuaría como torpedero-bombardero, bombardero de nivel y avión de reconocimiento, tenía que tener una velocidad máxima de más de 300 km/h (186 mph), con una autonomía de 3,5 horas como torpedero-bombardero y 6 horas en misiones de reconocimiento. Inusualmente para un avión basado en portaaviones, particularmente para 1937, la especificación exigía que el nuevo avión fuera bimotor, con una tripulación de dos como torpedero-bombardero y tres como bombardero de nivel o avión de reconocimiento.



Se realizó un pedido de dos prototipos a la Société Nationale des Constructions Aéronautiques de l'Ouest (SNCAO) el 15 de junio de 1939, con un pedido similar para dos del diseño competidor de SNCAM , el Dewoitine D.750, el 26 de julio. El diseño de SNCAO, el SNCAO CAO.600 era un monoplano totalmente metálico con un ala de gaviota invertida y un tren de aterrizaje retráctil con ruedas de cola . El piloto y el bombardero /navegante se sentaban en cabinas separadas con parabrisas escalonados individuales, con el navegante en el extremo delantero y el piloto sobre el borde de ataque del ala. El operador de radio/artillero se sentaba más a popa, con su cabina detrás del ala. La potencia era proporcionada por dos motores radiales Gnome-Rhône 14M. 

Historial operativo

El primer prototipo realizó su primer vuelo el 21 de marzo de 1940, de Villacoublay a Istres el 31 de marzo. Había completado 35 horas de vuelo el 25 de junio, cuando el programa de pruebas se interrumpió por la rendición francesa a Alemania. El segundo prototipo, que se diferenciaba por contar con las alas plegables necesarias para las operaciones en portaaviones, fue abandonado incompleto, mientras que el primero fue desmantelado y almacenado hasta su desguace definitivo tras la ocupación alemana del sur de Francia en noviembre de 1942. 


Especificaciones técnicas


Datos de Aviones de Guerra de la Segunda Guerra Mundial: Volumen Siete Bombarderos y Aviones de Reconocimiento 

Características generales


    Tripulación: 2 o 3
    Longitud: 12,22 m (40 pies 1 pulgada)
    Envergadura: 16,50 m (54 pies 2 pulgadas)
    Peso bruto: 4.700 kg (10.362 lb)
    Planta motriz: 2 × motores radiales Gnome-Rhône 14M de catorce cilindros refrigerados por aire , 510 kW (680 hp) cada uno

Rendimiento


    Velocidad máxima: 380 km/h (236 mph, 205 nudos) a 1.500 m (4.900 pies)
    Velocidad de crucero: 299 km/h (186 mph, 162 nudos) a 1000 m (3300 pies) (crucero económico)
    Alcance: 900 km (560 mi, 490 nmi) a 1.000 m con torpedo, 1.602 km (865 nmi , 995 mi) misión de reconocimiento

Armamento

    Cañones: 1 ametralladora Darne fija de 7,5 mm con disparo frontal y cañones Darne montados de forma flexible en posiciones dorsal y ventral.
    Bombas: 1 torpedo de 650 kg (1430 lb) o 4 bombas de 150 kg (330 lb) o 2 bombas de 225 kg (500 lb) o 1 bomba de 450 kg (990 lb)

jueves, 12 de junio de 2025

Hidroavión: Grumman J2F Duck, el versátil pato americano

Grumman J2F Duck, leyenda y estrella de cine

Jo Ferris || Plane Historia

El Grumman J2F Duck es un biplano anfibio monomotor estadounidense. Fue utilizado por todas las ramas principales de las fuerzas armadas estadounidenses desde mediados de la década de 1930 hasta justo después de la Segunda Guerra Mundial, principalmente para misiones de servicio público y rescate aeronaval.

También fue utilizado por la Armada Argentina, que recibió su primer ejemplar en 1937. Después de la guerra, los J2F Ducks entraron en servicio con operadores civiles independientes, así como con las fuerzas armadas de Colombia y México.

En un contexto de crecientes tensiones globales y la evolución de las necesidades de la aviación naval, Grumman se centró en mejorar las capacidades del modelo JF, lo que dio origen al J2F. Esta nueva versión se diseñó para desempeñar diversas funciones, desde reconocimiento hasta operaciones de búsqueda y rescate, lo que subraya su versatilidad como avión multipropósito. En cuanto a la estética, el diseño priorizó la funcionalidad sobre la estética.

Diseño

Una característica distintiva del J2F Duck era su naturaleza anfibia, plasmada en su innovador diseño. La aeronave contaba con un gran flotador central que formaba parte integral del fuselaje, lo que le permitía operar sin problemas tanto en agua como en tierra.

Esta doble capacidad se mejoró aún más con la inclusión de un tren de aterrizaje retráctil, una característica que permitió al J2F Duck despegar y aterrizar en pistas convencionales, ampliando así su alcance operativo.


Primer vuelo: el J2F Duck voló por primera vez en 1936.

La construcción del J2F Duck reflejó los robustos principios de ingeniería que caracterizaban a Grumman. Se construyó principalmente con una estructura metálica, lo que garantizaba durabilidad y resiliencia, esenciales para las exigentes condiciones de las operaciones navales. Las alas y la cola estaban revestidas de tela, una práctica común en el diseño aeronáutico de la época, lo que proporcionaba un equilibrio entre resistencia y peso.

Bajo la cubierta, el J2F Duck estaba propulsado por un motor radial Pratt & Whitney R-1830 . Este motor fue elegido por su fiabilidad y rendimiento, ofreciendo la potencia necesaria para diversas misiones. La configuración radial del motor también facilitaba las operaciones en entornos marítimos, ofreciendo un mantenimiento más sencillo y robustez frente a elementos corrosivos.

En cuanto a su diseño aerodinámico, el J2F Duck conservó la configuración biplano, característica de los primeros diseños de aviación. Esta elección se debió a la necesidad de velocidades de vuelo más lentas durante misiones de reconocimiento y rescate, donde la estabilidad y el manejo a baja velocidad eran primordiales.

Servicio militar

El J2F Duck, que entró en servicio a fines de la década de 1930, se estableció rápidamente como un activo indispensable para la Armada y el Cuerpo de Marines de los EE. UU., gracias a sus capacidades anfibias únicas y su diseño robusto.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el J2F Duck asumió diversas funciones desafiantes. Su función principal, como avión de exploración y reconocimiento, le permitió sobrevolar vastas extensiones oceánicas, recopilar información crucial y proporcionar reconocimiento para las operaciones de la flota.

La capacidad del avión para aterrizar tanto en tierra como en agua lo hizo particularmente útil en el Teatro del Pacífico, donde predominaban las batallas navales y las campañas insulares. Su versatilidad le permitió operar tanto desde bases marítimas como desde pistas improvisadas o dañadas, una ventaja significativa en los frentes de guerra, que cambiaban rápidamente.


El Grumman J2F Duck, designación de compañía G-15, fue fabricado por Grumman Aircraft Engineering Corporation.

Una de las funciones más heroicas y vitales del J2F Duck fue la de las operaciones de búsqueda y rescate. Su diseño, en particular su robusto flotador y su fiable motor, lo hacían ideal para aterrizar en mares agitados e impredecibles para rescatar a pilotos y tripulantes derribados. Estas misiones se llevaron a cabo a menudo en condiciones hostiles, incluyendo fuego enemigo y condiciones meteorológicas adversas, lo que pone de manifiesto la valentía de las tripulaciones y la resiliencia de la aeronave.

Bases remotas

Además de estas funciones, el J2F Duck también sirvió como avión de comunicaciones y transporte, transportando mensajes, personal y carga ligera entre buques y bases remotas. Esta función fue crucial para mantener las líneas logísticas y la comunicación de mando a lo largo de las vastas distancias de los teatros de operaciones del Pacífico y el Atlántico.

A pesar de su menor velocidad y su diseño biplano más antiguo, que lo hacía vulnerable a aeronaves enemigas más avanzadas, la contribución del J2F Duck al esfuerzo bélico fue significativa. Su robusta construcción le permitió soportar un desgaste considerable, un atributo necesario para una aeronave que opera en entornos tan diversos y desafiantes.

El Duck también prestó servicio más allá del ejército estadounidense. Algunos fueron prestados o vendidos a otras naciones aliadas, donde cumplieron funciones similares. Este uso generalizado consolidó aún más la reputación del J2F Duck como un avión militar fiable y versátil.

Variantes del J2F Duck

El Grumman J2F Duck experimentó una serie de desarrollos y modificaciones a lo largo de su vida útil, lo que dio lugar a la creación de diversas variantes, cada una adaptada a requisitos y desafíos operativos específicos. Estas variantes no solo demuestran la adaptabilidad del diseño de la aeronave, sino también su papel evolutivo en respuesta a las cambiantes demandas de la aviación militar.

La variante inicial, el J2F-1, estableció el diseño fundamental, que luego se mejoró progresivamente en modelos posteriores.



Servicio en todas las ramas: el J2F Duck sirvió en cada rama principal de las fuerzas armadas de EE. UU., incluida la Marina, el Ejército y la Guardia Costera.

El J2F-2, por ejemplo, mejoró su armamento, haciéndolo más eficaz en combate ligero. Esta variante fue diseñada específicamente para el Cuerpo de Marines de los EE. UU. y estaba equipada con un motor más potente, lo que mejoró su rendimiento general.

Posteriormente, se introdujo la variante J2F-3, principalmente para la Armada de los EE. UU. Este modelo incorporaba modificaciones adaptadas a las operaciones navales, como una mayor capacidad de combustible para un mayor alcance, crucial para largas misiones de reconocimiento en vastas extensiones oceánicas.

El J2F-4 mejoró aún más estas características, ofreciendo aún mayor capacidad de combustible y alcance, ampliando así el alcance operativo de la aeronave. Esta variante ejemplificó el papel del Duck como avión utilitario de largo alcance, capaz de realizar diversas misiones a distancias considerables.


J2F Duck usó un Cyclone R-1820

Quizás la mejora más significativa llegó con el J2F-5, cuyo motor fue sometido a una importante renovación. La instalación de un motor Wright R-1820 Cyclone más potente supuso un aumento considerable del rendimiento, solucionando una de las principales limitaciones de los modelos anteriores: su relativamente modesta potencia.

La variante final y más prolífica fue el J2F-6. Esta versión representó la culminación del proceso evolutivo del Duck, con mejoras adicionales en potencia y diseño.

Fue construido bajo licencia por Columbia Aircraft Corp. y contaba con un motor aún más potente, características de vuelo mejoradas y mayor capacidad de carga útil. La mayor versatilidad y eficiencia del J2F-6 realzaron su papel como avión militar multipropósito, capaz de desempeñar diversas funciones operativas.


Uso después de la guerra: después de la Segunda Guerra Mundial, el avión fue utilizado por operadores civiles, así como por las fuerzas armadas de Colombia y México.

A lo largo de su producción, la serie J2F Duck experimentó mejoras continuas que ampliaron su utilidad y relevancia en un escenario bélico en rápida evolución. Cada variante respondía a desafíos operativos específicos, ya fuera la necesidad de mayor alcance, mayor potencia o mayor utilidad.

Esta adaptabilidad no solo prolongó la vida útil del Duck, sino que también demostró el compromiso de Grumman de satisfacer las diversas necesidades de la aviación militar con soluciones innovadoras. La evolución del J2F Duck, a través de sus diversas variantes, es un testimonio de la naturaleza dinámica de la tecnología militar y las exigencias siempre cambiantes de la guerra.

Hazañas en tiempos de guerra

Las hazañas y los desafíos del Grumman J2F Duck en tiempos de guerra durante la Segunda Guerra Mundial pintan una imagen vívida de su papel crucial en varios escenarios de combate y no combate, al tiempo que resaltan las dificultades enfrentadas durante estas operaciones de alto riesgo.

El servicio del J2F Duck en la guerra estuvo marcado por una serie de logros notables, subrayados por los desafíos inherentes a la operación de un avión de su diseño en medio de un conflicto global.

En el Teatro del Pacífico, las capacidades anfibias del Duck fueron invaluables. Se utilizó ampliamente en misiones de reconocimiento, sobrevolando vastas extensiones de océano para recopilar información sobre los movimientos y posiciones del enemigo.

Estas misiones estaban plagadas de peligros, ya que las aeronaves debían operar a menudo en estrecha proximidad a territorio enemigo, lo que las hacía vulnerables al fuego antiaéreo y a los cazas enemigos. A pesar de su robusta construcción, el J2F no estaba diseñado para el combate y carecía de la velocidad y maniobrabilidad de los cazas, lo que aumentaba los riesgos de estas misiones.



Característica distintiva: Una característica de diseño notable es su gran flotador central, que funciona también como fuselaje, lo que permite aterrizajes en el agua.

Una de las funciones más heroicas del J2F Duck fue en operaciones de búsqueda y rescate. Su capacidad para aterrizar en mares agitados y terrenos accidentados lo hacía ideal para rescatar a pilotos y tripulantes derribados.

Estas misiones no consistían solo en desafiar los elementos naturales; las tripulaciones a menudo debían aventurarse en aguas controladas por el enemigo, exponiéndose a un riesgo considerable. El éxito de estos rescates fue un testimonio tanto de la habilidad y la valentía de los pilotos y la tripulación, como de la fiabilidad y robustez del J2F Duck.

El papel vital del J2F Duck

El Pato también desempeñó un papel vital en la comunicación y el transporte. Se utilizaba para transportar personal, entregar mensajes urgentes y transportar suministros esenciales entre islas y barcos.

Este apoyo logístico fue esencial para mantener el flujo de operaciones en las vastas extensiones del Pacífico. La flexibilidad del J2F Duck, capaz de operar tanto desde tierra como desde el mar, lo convirtió en un activo clave en estas tareas logísticas.

Sin embargo, el avión se enfrentó a varios desafíos. Su diseño biplano, si bien ofrecía estabilidad y buen manejo a baja velocidad para amerizajes y despegues, lo hacía más lento y menos ágil en comparación con los diseños monoplanos más modernos. Esto lo convertía en un blanco fácil para los aviones enemigos y limitaba su eficacia en ciertas situaciones de combate.


Servicio en todas las ramas: el J2F Duck sirvió en cada rama principal de las fuerzas armadas de EE. UU., incluida la Marina, el Ejército y la Guardia Costera.

Además, el mantenimiento del J2F Duck en el terreno, particularmente en bases remotas y a menudo improvisadas, planteaba desafíos logísticos.

Mantener la aeronave operativa requería una atención constante a su integridad mecánica y estructural, una tarea difícil dadas las duras condiciones y los recursos limitados disponibles en zonas de guerra. A pesar de estos desafíos, las hazañas del Grumman J2F Duck en tiempos de guerra se caracterizaron por su resiliencia y versatilidad.

Su contribución al esfuerzo bélico, especialmente en el Pacífico, fue significativa. La capacidad del Duck para realizar una amplia gama de tareas en condiciones difíciles no solo demostró su valía como avión militar, sino que también puso de relieve el ingenio de su diseño y la destreza de quienes lo pilotaron y le dieron mantenimiento.


Posguerra

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el panorama de la aviación militar comenzó a cambiar, con la aparición de aeronaves más nuevas y avanzadas. Sin embargo, el J2F Duck mantuvo su papel, aunque con menor capacidad, demostrando su perdurable versatilidad y robustez.

Servicio de posguerra

En los años inmediatamente posteriores a la guerra, el J2F Duck pasó de sus funciones de guerra a funciones de paz. El ejército estadounidense, en particular la Armada y la Guardia Costera, continuó utilizando el Duck para diversas funciones de servicio público, como entrenamiento, patrullaje costero y misiones de búsqueda y rescate. Su naturaleza anfibia siguió siendo una ventaja significativa, permitiéndole operar en entornos donde pocas aeronaves podían hacerlo.

Algunos J2F Ducks llegaron a manos de agencias y organizaciones civiles. La Guardia Costera de EE. UU., por ejemplo, empleó el Duck en operaciones de búsqueda y rescate a lo largo de las costas, aprovechando su capacidad para realizar amerizajes y despegues. En estas funciones, el J2F Duck continuó salvando vidas, demostrando su valía mucho más allá del campo de batalla.

Transición al uso civil

A medida que los excedentes de aviones militares se hicieron disponibles en el mercado de posguerra, algunos J2F Ducks entraron en servicio civil. Se emplearon para diversos fines, como reconocimiento aéreo, transporte de carga e incluso en operaciones de extinción de incendios como bombarderos de agua. La adaptabilidad del J2F Duck a estas diversas funciones demostró la solidez de su diseño original.

Estrella de la pantalla grande

“El Grumman J2F Duck, un avión legendario con una rica historia en la aviación militar, encontró un lugar en la cultura popular a través de su papel destacado en la película de 1971 'Murphy's War'.


Murphy's War es una película de guerra de Eastmancolor de 1971, Panavision, protagonizada por Peter O'Toole y Siân Phillips.

Esta película, protagonizada por Peter O'Toole como Murphy, el personaje principal, se ambienta en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y cuenta la historia de un único superviviente que busca venganza contra un submarino alemán que destruyó su barco. El Grumman J2F Duck desempeñó un papel central en esta narrativa, simbolizando no solo un elemento clave de la trama, sino también un recordatorio de la importancia histórica de la aeronave.

Contexto histórico y representación fílmica

En "La Guerra de Murphy", el J2F Duck se presenta como una reliquia de guerra, descubierto por Murphy en un paraje desolado de la selva venezolana. Este escenario, alejado de los escenarios típicos de la Segunda Guerra Mundial, ofrece un escenario único para mostrar las capacidades y el contexto histórico de la aeronave.

La película utiliza hábilmente los aviones para tender un puente entre las realidades de la guerra y la venganza personal de Murphy, combinando precisión histórica con una narración ficticia.


Apariencia cultural: El pato J2F apareció en la película de 1971 “Murphy's War”, protagonizada por Peter O'Toole.

La elección del J2F Duck para la película fue especialmente acertada, dado su papel real durante la Segunda Guerra Mundial. El avión se utilizó principalmente para misiones de reconocimiento, búsqueda y rescate, funciones que se alinean estrechamente con la misión de Murphy en la película. En la película, Murphy repara el avión y lo utiliza para explorar y, finalmente, enfrentarse al submarino alemán, una trama que evoca el uso real del J2F Duck en la guerra: explorar y atacar objetivos enemigos.

Simbolismo del J2F Duck

En "La Guerra de Murphy", el J2F Duck trasciende su papel de simple utilería y se convierte en un símbolo de resiliencia y determinación. Para Murphy, representa un medio para un fin: una herramienta para lograr su objetivo de venganza. El proceso de reparación del Duck sirve como metáfora de la propia travesía psicológica de Murphy, reconstruyendo su determinación junto con la restauración de la aeronave.

La representación del J2F Duck en la película también rinde homenaje a la tecnología aeronáutica de la época. El diseño de la aeronave, con su distintivo flotador central de gran tamaño y su estructura biplanar, se destaca en varias escenas, mostrando sus características únicas y el ingenio del diseño militar de principios del siglo XX. Esto no solo aporta autenticidad a la película, sino que también sirve como una mirada educativa al pasado para el público.

Legado del J2F Duck

«La Guerra de Murphy» contribuyó al legado cultural del J2F Duck, presentándolo a un público más amplio, más allá de los aficionados a la aviación y el ámbito militar. Para muchos espectadores, esta película representó su primer encuentro con la aeronave, despertando el interés por su historia y su papel en la Segunda Guerra Mundial.

Además, la representación del J2F Duck en la película se ha destacado por su precisión histórica, especialmente en cuanto a las capacidades y características de manejo de la aeronave. Esta atención al detalle ha sido apreciada por historiadores y aficionados a la aviación, consolidando aún más el estatus de la película como una representación significativa de la aviación en tiempos de guerra en la cultura popular.

martes, 8 de abril de 2025

Avión de ataque embarcado: Curtiss SBC Helldiver

Curtiss SBC Helldiver (1933)

Bombardero en picado embarcado de la Armada de EE. UU., 1935-1940 (257 construidos)


Naval Encyclopedia

Bombardero en picado biplano Curtiss

El Curtiss SBC Helldiver fue un bombardero biplaza de exploración/en picado de Curtiss-Wright y el último biplano militar de la Armada de Estados Unidos, introducido en 1937. Aunque era un biplano, era un modelo moderno, robusto y fiable que prestó servicio en los USS Saratoga, Yorktown y Enterprise entre 1938 y 1940, antes de ser reemplazado gradualmente entre 1940 y 1941 por el SBD Dauntless. Algunos modelos prestaron servicio en el Ejército del Aire francés y la RAF entre 1940 y 1942, este último utilizado como Cleveland Mark I. El SBC-4 se mantuvo en servicio hasta 1943 en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos y no se retiró hasta 1945, utilizándose como avión de entrenamiento.

Desarrollo del diseño del primer “Helldiver”

En 1930, la controversia en la Oficina de Aeronáutica de la Armada de Estados Unidos (BuAer) se prolongó con fuerza debido a la configuración monoplano y el tren de aterrizaje retráctil de los cazas biplaza. En 1931, la Armada emitió la Especificación de Diseño n.º 113, que requería un caza de alto rendimiento con tren de aterrizaje fijo y el motor Wright R-1510, una alternativa al R-1535 de Pratt & Whitney. Siete compañías respondieron con una propuesta. Finalmente, dos fueron seleccionadas: Douglas, con su XFD-1, y Chance Vought, con su XF3U-1. Ambos eran biplanos biplaza, por lo que, ante la duda, la Armada solicitó a Curtiss otro prototipo de monoplano, técnicamente más avanzado.

El 30 de junio de 1932, BuAer notificó a Curtiss que su última propuesta había sido aceptada. Pronto se firmó un contrato para diseñar un monoplano biplaza. El modelo de Curtiss contaba con ala parasol y tren de aterrizaje retráctil, propulsado por un Wright R-1510-92 de 625 hp, un motor radial de 14 cilindros y dos filas que impulsaba una hélice metálica de dos palas. El prototipo, diseñado como XF12C-1, pronto estuvo listo para su primer vuelo.

Desarrollo de diseño

XF12C-1 (Curtiss M73)


Prototipo del Curtiss XF12C-1.
El modelo Curtiss Parasol era muy moderno para la época, con una cabina acristalada, completamente metálica, con solo las alas, el timón, los elevadores y los flaps cubiertos de tela.
Inicialmente se le asignó el motor Wright R-1510-92, pero pronto se demostró que no era compatible y el modelo era anémico. Por lo tanto, la compañía pronto probó y propuso a la Armada el Wright R-1670 de 775 hp (578 kW), un motor radial de doble fila de 14 cilindros, pero nuevamente este último resultó insatisfactorio. Ambos eran esencialmente prototipos y presentaban problemas de confiabilidad, tanto que finalmente nunca entraron en producción.

Finalmente se instaló el más confiable Wright R-1820-80 de 9 cilindros en doble fila de 700 hp (522 kW), y el prototipo XF12C-1 voló por primera vez en 1933. Fue diseñado para portaaviones, por lo que su ala parasol se plegaba hacia atrás a lo largo de un eje central. También tenía un gancho de cola expuesto para aterrizar. Después de julio de 1933, se realizaron más vuelos y pruebas. Para septiembre de 1934, el modelo iba a ser utilizado como bombardero propulsor, pero el ala parasol resultó inadecuada para la tarea. La resistencia del aire era simplemente excesiva. Dado que los monoplanos cantilever todavía eran ciencia ficción en ese momento, Curtiss propuso remodelar el prototipo como biplano. Al menos, los dos aviones serían más pequeños y se apoyarían mutuamente en un picado.

XS4C-1 (M73)

Sin embargo, el Curtiss M73 no fue un rediseño completo del prototipo original como biplano, sino que fue descartado como bombardero en picado y caza. En su lugar, el 7 de diciembre de 1933, fue renombrado como XS4C-1, como cout, con un motor radial Wright R-1820-80 de 700 hp (522 kW) y una hélice de dos palas para mayor resistencia. Se convirtió en un avión de reconocimiento, pero aún capaz de transportar una bomba de 227 kilogramos (500 libras).

XFBC-1 (M73)

Tras concluir satisfactoriamente las pruebas del portabombas en enero de 1934, se introdujo la designación de bombardero de reconocimiento (SB) y el M73 fue renombrado XSBC-1. Desde principios de 1934, el nuevo monoplano multiplicó las pruebas de vuelo, pero también reanudó las pruebas de bombardeo en picado. El 14 de junio de 1934, el prototipo se estrelló, como era de esperar, debido a una falla en el ala cerca de la planta Curtiss de Nueva York. Completamente destruido, Curtiss informó de la causa del fallo, demostrando una vez más que la solución del biplano era preferible.

XSBC-2 (M77)


Así, Curtiss rediseñó el prototipo con alas escalonadas y presentó esta propuesta en papel a la Armada. Curtiss-Wright se aseguró de que, si bien el nuevo modelo no tendría alas plegables, al menos tendría una envergadura menor y ranuras en el borde de ataque, y que solo el ala inferior contaría con flaps de envergadura completa. De nuevo, se trataba de un modelo totalmente metálico con las superficies de control aún cubiertas de tela. Contaba con el motor radial Wright XR-1510-12 de 14 cilindros con una potencia nominal de 700 hp (522 kW). Esta vez, estaba equipado con una hélice Curtiss Electric de tres palas y velocidad constante.
Este nuevo prototipo también contaba con una cúpula más grande y, para una mejor estabilidad en picado, una aleta vertical y un timón más grandes. También mantuvo el mismo gancho de cola retráctil y tren de aterrizaje del modelo 73 anterior. El modelo 77 de Curtiss, llamado por la Armada XSBC-2, comenzó pruebas competitivas contra el XB2G-1 de Great Lakes Aircraft y el Grumman XSBF-1, pero el XSBC-2 ganó y obtuvo un contrato, firmado por la Armada en abril de 1935. El prototipo definitivo XSBC-2 realizó su primer vuelo el 9 de diciembre de 1935.

Como parte de la explicación de cómo la Armada de Estados Unidos estaba desplegando biplanos de bombarderos en picado en 1941, se perdieron dos años debido a la insistencia del personal de la Armada en mantener una configuración monoplano, con requisitos y prioridades cambiantes, de caza a explorador, bombardero de exploración y bombardero en picado. Aun así, después de estos dos años, Curtiss ha estado trabajando en el biplano y sabía que ganaría la nueva competencia.

XSBC-3 (M77)


Sin embargo, el motor Wright XR-1510-12 era ahora la parte defectuosa del diseño; al no probarse, resultó poco fiable. Las pruebas se vieron afectadas por numerosos problemas hasta que Curtiss presentó una propuesta de motorización, que fue aceptada. En marzo de 1936, el Pratt & Whitney R-1535-82 de 14 cilindros y dos filas (con una potencia de 700 hp (522 kW)), con la misma hélice de tres palas, se convirtió en el XSBC-3. Esta vez, todas las pruebas fueron exitosas e impecables. La Armada, deseosa de tener su bombardero en picado tras casi tres años de espera, programó de inmediato un pedido.

Modelos de producción

SBC-3 (modelo 77A)


Curtiss SBC-3 del escuadrón de exploración 3 visitando NRAB Oakland en 1938
Y así, el XCBC-3 se convirtió en el SBC-3 en producción, y nuevamente, se diferenció del prototipo por su nuevo motor: Los 83 pedidos en agosto de 1936 se entregaron con el muy potente (825 hp/615 kW) Pratt & Whitney R-1535-94, también un modelo de 14 cilindros y 2 filas. El SBC-3 comenzó a entregarse a partir del 17 de julio de 1937.
Algo que hasta entonces era casi una ocurrencia tardía era su armamento: dos ametralladoras. Una ametralladora de calibre 0,30 (7,62 mm) de disparo frontal en el lado derecho (que duplica su papel como caza) y para defensa cercana y un cañón de cola en un montaje flexible en la cabina trasera, bajo la cubierta de la parte trasera de la tortuga.

Además, la tecnología se desarrolló entretanto y la mejor manera de lanzar una bomba no estaba firmemente establecida, como un sistema de desplazamiento oscilante colocado bajo la panza, en la línea central, para transportar y lanzar bajo el arco de la hélice una bomba de 227 kg (500 lb) o un tanque de combustible de 170 litros (45 galones estadounidenses). Los 83 SBC-3 no se implementaron, ya que Curtiss ya proponía una versión mejor, que debía probarse primero.

XSBC-4 (modelo 77B)


Ya en la línea de producción, el 73.º SBC-3 fue reequipado con el mucho más potente Wright R-1820-22, un motor de una sola fila de 9 cilindros que desarrollaba 950 hp (708 kW). Impulsaba una hélice Hamilton Standard de tres palas. El modelo modificado fue redesignado XSBC-4 y su ametralladora ligera delantera fue reemplazada por la más impresionante Browning M1920 de 0,5 cal. (12,7 mm) en el lado derecho. Esto fue posible gracias al motor más corto. Mantuvo la misma Browning M1919A4 trasera de 0,3 cal. en la cabina trasera sobre un montaje flexible mejorado, y las mejores prestaciones permitieron al SBC ahora transportar la munición de aviación más grande en desguace, una bomba de 1.000 lb (454 kg), con su horquilla giratoria rediseñada y agrandada. Un segundo SBC-3 también fue designado XSBC-4 y se mantuvo para pruebas adicionales durante la producción del SBC-4, ya que Curtiss confiaba en que la Armada aceptaría la actualización.

SBC-4 (M77B)


Una formación de SBC-4 de NRAB Nueva York (reserva naval) en formación en 1940

La evolución final del SBC también representó el mayor lote de producción: se ordenaron 124 unidades el 5 de enero de 1938, con entregas que comenzaron en marzo de 1939 y finalizaron en abril de 1941. Entretanto, comenzó la guerra y se ordenaron los Curtiss, examinados por una comisión francesa y posteriormente por una británica, lo que elevó el número final a 257 unidades cuando cesó la producción a principios de 1941. Con un motor de casi 1000 hp y una bomba de 1000 libras, este robusto biplano (diseñado para portaaviones) seguía siendo uno de los mejores bombarderos en picado del mundo en 1940.

De hecho, el Vought Vindicator fue el modelo alternativo que también se introdujo en el portaaviones estadounidense. Si bien pertenece a la misma generación, el modelo Vought se fabricó antes y presenta una configuración monoplano voladiza. En total, entre 1933 y 1938, el desarrollo de este modelo duró la asombrosa cantidad de seis años. Durante ese período, la tecnología aeronáutica experimentó numerosas iteraciones e innovaciones, a medida que las tácticas cambiaban. Solo sus buenas prestaciones generales hicieron del Curtiss M77 un diseño excelente, similar en filosofía a los cazas Grumman FF y F2F y F3F.

Diseño final


El SBC, en sus primeras versiones de producción, era un biplano explorador-bombardero moderno, totalmente metálico y biplaza. El prototipo monoplano contaba con montantes interplanos de tipo "Y", mientras que el biplano contaba con montantes de tipo "I". Dado que entró en producción relativamente tarde, se convirtió, de hecho, en el último biplano de combate adquirido por la Armada. La tripulación estaba compuesta por el piloto, sentado a proa, y el operador de radio, sentado a popa, que también hacía las veces de artillero, ambos protegidos en cabinas dobles con cubiertas deslizantes. El fuselaje estaba fabricado con armazones de acero y revestimiento de aluminio reforzado.

Tras la cabina trasera, había una cubierta de tortuga abatible, lo que permitía al artillero elevar y disparar su ametralladora. En condiciones normales, se elevaba para reducir la resistencia aerodinámica y mejorar la estabilidad. Las alas, el timón, los elevadores y los flaps estaban recubiertos de tela, como era habitual en la época. El tren de aterrizaje principal podía retraerse por completo en los huecos de las ruedas diseñados por Grumman, ambos ubicados en el fuselaje, delante del ala inferior. La rueda de cola también podía retraerse en el fuselaje. Así que, dejando de lado la configuración biplanar, se trataba de un avión realmente moderno en todos los sentidos.


Secciones delantera y trasera de la cabina (NARA/ONI)

Las ventajas y desventajas del biplano eran bien conocidas: baja capacidad de sustentación, mayor agilidad y menor velocidad de aterrizaje. Sus desventajas eran una menor integridad estructural a altas velocidades, limitaciones en la velocidad de picado y una visibilidad reducida (al menos en la variante de montaje bajo, ya que el prototipo cuenta con un ala parasol para una excelente visibilidad). En general, la configuración del biplano y las limitaciones de velocidad no dificultaron mucho su uso como bombardero en picado.

Motores:

Pratt & Whitney R-1535-94 (SBC-3)
También llamado “Twin Wasp Junior”, este motor deriva de una serie que comienza con el modelo 11 desarrollando 750 CV (559 kW) en 1932. El modelo 94 desarrollaba 825 CV (615 kW), y la configuración era de 14 cilindros en una configuración radial de doble fila de dos filas de siete cilindros, intercaladas para una mejor refrigeración por aire de la serie trasera. Su cilindrada era de 25,2 L con un recorrido de cilindros de 131,8 mm y un peso de 493 kg.

Wright R-1820-22 (SBC-4).
La famosa serie "Cyclone" se convirtió en un motor mundialmente famoso a principios de la década de 1930, también licenciado por Hispano-Suiza en Francia, Lycoming en Canadá y Shvetsov en la URSS. Este modelo fue utilizado por los Douglas DC-1, DC-2, DC-3, DC-5, Boeing B-17 Flying Fortress, Curtiss P-36 Hawk, GM FM-2 Wildcat y Douglas SBD Dauntless. El primer R-1820-1 desarrollaba 575 hp (429 kW) y el último R-1820-G205A desarrollaba 1200 hp (890 kW). El modelo 22 fue uno de los primeros que desarrollaba 950 hp (710 kW).

Armamento:

Como se describe arriba, el SBC-3 estaba equipado con dos ametralladoras ligeras Browning M1919: una en el lado derecho, sincronizada con la hélice al disparar hacia adelante, y la segunda en un montaje flexible a popa, operada por el artillero/radio/navegante trasero. La carga de bombas era una sola bomba de 500 lb (227 kg) alternativa a un tanque de combustible de 45 galones estadounidenses (170 litros).
El SBC-4 era más potente y permitía el reemplazo de la ametralladora ligera Browning de 0.3 calibres por una ametralladora pesada Browning M1920 o de 0.50 calibres (12.7 mm). Estaba ubicada delante del piloto, disparando a través de un hueco, pero no está claro si una interferencia podría ser resuelta por el piloto en vuelo. El alcance y el impacto de la munición eran mucho mayores y aumentaban las posibilidades de que el Helldiver causara estragos en los aviones japoneses de construcción ligera. No hubo cambios para el artillero trasero, pero la carga de bombas, gracias a la potencia adicional, podría ser el doble, con una bomba de 1.000 libras (454 kg).

⚒ Especificaciones SBC-3 1938

Dimensiones: Largo 28 pies x Ancho 34 pies x Alto 10 pies 5 pulgadas (8,574 x 10,36 x 3,18 m)
Área del ala 317 pies cuadrados (29,5 m²)
Aeródromo NACA 2212
Peso, vacío 4,552 libras (2,065 kg)
Peso bruto 7.080 libras (3.211 kg)
Propulsión Motor radial Wright R-1820-34, 850 hp (630 kW)
Hélice Hélice de velocidad constante de 3 palas
Velocidad, máx. 234 mph (377 km/h, 203 nudos) a 15.200 pies (4.600 m)
Velocidad, crucero 175 mph (282 km/h, 152 nudos)
Techo 24.000 pies (7.300 m)
Tasa de ascenso 1.630 pies/min (8,3 m/s)
Rango 405 mi (652 km, 352 nmi)
Carga del ala 28,5 lb/pie cuadrado (139 kg/m²)
Potencia/masa 0,282 kW/kg (0,172 hp/lb)
Armamento: ametralladoras 2 × 0,30 pulgadas (8 mm) Browning M1919 (? balas)
Armamento: Bombas 1 tanque de combustible/bomba de 500 lb (227 kg)
Carga útil: 1 tanque de caída de 58 galones estadounidenses
Multitud: 2: Piloto, artillero/navegante

El Curtiss SBC en acción y operadores

Uso de la Marina de los Estados Unidos


Bonita foto a color de un SBC-3 recién llegado a bordo de un portaaviones desconocido, aún por identificar. (Véanse las fuentes más abajo).
Los primeros SBC-3 llegaron el 17 de julio de 1937, programados para el Escuadrón de Exploración Cinco (VS-5) a bordo del USS Yorktown (CV-5) para iniciar las cualificaciones en portaaviones. Sin embargo, no entró en servicio hasta el 30 de septiembre de 1937 y tuvo que realizar primero sus pruebas de mar. Mientras tanto, los aviones se entrenaron en tierra. El 10 de diciembre de 1937, cinco meses después de lo previsto, el VS-5 aterrizó en el Yorktown y permaneció activo en el portaaviones hasta su reemplazo por los Douglas SBD-3 Dauntle en 1940.


Varios modelos de un NAS Miami en 1942, con varios SBC al fondo

Para junio de 1938, 3 de los 5 escuadrones de exploración en portaaviones contaban con los nuevos SBC-3; el resto tuvo que conformarse con el Vought SBU-1 Corsair (1935), el otro "último biplano de la Armada de Estados Unidos". Cuando estalló la guerra en septiembre de 1939, la Armada de Estados Unidos operaba el Helldiver en el USS Enterprise (CV-6), con el VF-6 (uno) y el VS-6 (20 Helldivers). El USS Saratoga (CV-3) contaba con el Tercer Escuadrón de Bombardeo (VB-3) con un solo SBC-3, mientras que el VF-3 tenía un SBC-3 y el VS-3 tenía 21 Helldivers. También estaba el veterano USS Yorktown (CV-5), con el VS-5 equipado con diez SBC-3.
Según el contrato del 5 de enero de 1938 por 58 SBC-4, se preveían otras entregas ese mismo año, mientras que se encargaron 31 más el 27 de julio de 1938 y 35 aviones el 13 de agosto de 1938, para un total de 124.
El SBC-4 debutó con el VS-2 a bordo del USS Lexington (CV-2), el único que no estaba equipado con el Helldiver. El SBC-4 reemplazó al Vought SBU-1 allí y, para el 26 de junio de 1939, el VS-2 alcanzó su dotación máxima de 21 aviones. Dos años después, fueron reemplazados por el Douglas SBD-2/3 Dauntless.


SBC-3 Helldiver del VS-3 (USS Saratoga) en vuelo, 1939

Sin embargo, a medida que los contratos aumentaban cuando comenzó la guerra en Europa, los SBC-4 restantes fueron reasignados a las bases aéreas de la reserva naval, lo que permitió que los aviadores de la reserva de la marina y la infantería de marina mantuvieran su competencia en modelos más modernos.
Para junio de 1940, había 11 NRAB equipados con los SBC-4:
NRAB Anacostia (3 SBC-4 a VS-6R y VMS-3R)
NRAB Boston (3 SBC-4 a VS-1R, VS-2R y VMS-1R)
NRAB Detroit, Michigan (3 SBC-4 a VS-8R y VMS-5R)
NRAB Glenview (4 SBC-4 a VS-9R)
NRAB Kansas City (4 SBC-4 a VS-12R y VMS-10R)
NRAB Long Beach (SBC-4 a VS-13R, VS-14R y VMS-7R)
NRAB Minneapolis (3 SBC-4 a VS-10R y VMS-6R)
NRAB Nueva York (4 SBC-4 a VS-3R, VS-4R y VMS-2R)
Base Aérea Nacional de Oakland (4 SBC-4 asignados a VS-15R y VMS-8R),
Base Aérea Nacional de Seattle (4 SBC-4 asignados a VS-16R y VMS-9R),
Base Aérea Nacional de St. Louis (3 SBC-4 asignados a VS-11R).
Los SBC-3 fueron reemplazados por los SBD Dauntless y, para el 7 de diciembre de 1941, un total de 69 SBC-3 y 118 SBC-4 prestaban servicio en la Armada y el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos entre las Bases Aéreas Navales, las Bases de la Reserva Naval y la Fábrica de Aeronaves Navales de Filadelfia. La Base Aérea Nacional de Miami, en Florida, contaba con la mayor cantidad de estos, utilizables para entrenamiento de bombardeo intermedio y en picado hasta 1943.

Cuando el ataque a Pearl Harbor comenzó en diciembre de 1941, los SBC se desplegaron en la NAF Filadelfia (proto XSBC-1 y 1 SBC-3), NAS Corpus Christi (34 SBC-4), NAS Miami (55 SBC-3), NAS Norfolk (4 SBC-3, 10 SBC-4), NAS San Diego (9 SBC-3, 11 SBC-4) y la Misión Naval en Lima, Perú, tratando de venderlo localmente, con un solo SBC-4 en demostraciones.

Sorprendentemente, el USS Hornet (CV-8), recién terminado, iba a estar equipado con casi 40 Helldivers:
el Octavo Escuadrón de Bombardeo (VB-8) con 19 SBC-4 y
el Octavo Escuadrón de Exploración (VS-8) con 20 SBC-4. El
USS Hornet realizó pruebas en el Atlántico con su escuadrón de dos SBC-4 hasta que zarpó hacia San Diego vía Panamá en marzo de 1942. En California, sus dos escuadrones fueron reemplazados por el SBD-3 Dauntless. Fue el último portaaviones estadounidense en operar el SBC.
El segundo pedido francés a mediados de 1940 implicó el envío al extranjero de 40 SBC-4, construidos entre febrero y mayo de 1941, con un tanque de combustible autosellante de 477 litros (126 galones estadounidenses). Estos se mantuvieron tras la caída de Francia; el último se entregó en mayo de 1941.
Para 1944, el SBC-3 fue retirado del inventario, pero aun así, los 12 SBC-4 de la Base Naval de Jacksonville tuvieron que esperar hasta el 31 de octubre de 1944 para su retiro. Eran los últimos de su tipo. Ningún SBC de la Armada de los Estados Unidos entró en combate. No había ninguno en Pearl Harbor.

Uso del Cuerpo de Marines de EE. UU.


Modelo del VMO-151 en 1941

El Cuerpo de Marines de los EE. UU. pronto obtuvo modelos ex-estadounidenses de los portaaviones, cuando fueron reemplazados por el Dauntless.
Los Marines tuvieron su primer SBC-3 en 1938 para evaluación, asignado al Escuadrón de Cazas de Marines Dos (VMF-2, más tarde VMF-211 en julio de 1941) con base en NAS San Diego, y enviado al Battle Fleet Pool en junio de 1939. En enero de 1940 había cuatro SBC-4 en la Estación Aérea del Cuerpo de Marines (MCAS) Quantico. Uno más fue enviado a VMF-1 y el prototipo XSBC-4 fue enviado para pruebas al Escuadrón Utilitario de Marines Uno (VMJ-1, más tarde VMJ-152). Los otros dos estaban en NAS San Diego, VMF-2 y VMJ-2 (VMJ-252).

En el momento del ataque a Pearl Harbor, el Cuerpo de Marines de EE. UU. contaba con 23 SBC-4 en total, 12 en escuadrones de observación de la Infantería de Marina en el MCAS Quantico (el único XSBC-4 y 5 SBC-4), NAS San Diego (5 SBC-4) y MCAS Quantico (12 SBC-4). El VMO-151 fue transferido pronto a Tafuna (actualmente Pago Pago) y Tutuila en Samoa, el 9 de mayo de 1942. Esta unidad se convirtió en el Escuadrón de Bombardeo de Exploración de la Infantería de Marina (VMSB) 151 a partir del 15 de septiembre de 1942. El VMO-155 tuvo su base en Samoa Americana el 1 de octubre de 1942 y fue reforzado con diez SBC-4 más y un Grumman J2F-5 Goose. Posteriormente, se enviaron personal y aviones a Guadalcanal.
En diciembre de 1942, la dotación del VMSB-151 fue reemplazada por el SBD Dauntless. Para junio de 1943, fue reequipado con SBD-4 y trasladado a la isla Uvea, Wallis.
Solo había un SBC-4 en Samoa Americana (VMSB-151) el 1 de junio de 1943. Los japoneses nunca llegaron allí y su destino es incierto.

Aeronavale francesa



En septiembre de 1939, tanto Gran Bretaña como Francia necesitaban urgentemente aviones, dada la magnitud de la Luftwaffe. A principios de 1940, el gobierno francés contactó con Curtiss-Wright y encargó 90 SBC-4. Para agilizar el proceso, el 6 de junio de 1940, el Franklin D. Roosevelt envió 50 unidades de las reservas de la Armada estadounidense a la fábrica de Curtiss-Wright en Buffalo (Nueva York) para su reacondicionamiento según los estándares franceses. Las marcas, los instrumentos y el equipo se convirtieron al sistema métrico y francés, y las ametralladoras Darne francesas de 7,7 milímetros (calibre 0,303) reemplazaron a las Browning originales. El proyecto se completó con camuflaje y escarapelas francesas, así como con marcas aeronáuticas. Debían entregarse a la estación Dartmouth de la RCAF en Nueva Escocia (Canadá) para su embarque en el
portaaviones francés Béarn .

Sin embargo, entretanto, las leyes de neutralidad del Congreso de los Estados Unidos impusieron un sistema de compraventa de armas para el comercio con los beligerantes, que obligaba a estos a transportarlas por sus propios medios. En resumen, para su entrega, los aviones volaban hasta la frontera y debían ser remolcados a través de ella. Las 50 aeronaves, recién reconvertidas, viajaron desde Buffalo hasta el aeropuerto de Houlton, en Maine (vía Burlington, Vermont y Augusta). El aeropuerto de Houlton se encontraba justo en la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Se requisó a agricultores locales con sus tractores para remolcar las aeronaves hasta Nuevo Brunswick. Los canadienses cerraron la carretera para que cada avión de combate de la Commonwealth remolcado pudiera volar desde allí a la estación de la RCAF en Dartmouth y ser desviado posteriormente.

Los 50 lograron llegar a Dartmouth con el tiempo, pero uno se estrelló debido al mal tiempo. Los 49 restantes volaron cerca de Nueva Escocia, a la espera del Béarn y del crucero ligero Jeanne d'Arc. Comenzó la carga, pero como el hangar del Béarn era limitado, solo pudieron transportar a bordo 44. De hecho, ya contaba con 25 Stinson Modelo HW-75, 17 Curtiss H75-A1 (P-36) e incluso 6 Brewster F2A-2 de la Fuerza Aérea Belga, apilados en su cubierta. Incluso tenía 14 Stinson y Curtiss H75 embalados.

El portaaviones zarpó de Halifax el 16 de junio de 1940 con destino a Brest, pero dos días después, durante la navegación, se enteraron de que Brest estaba en manos alemanas. Ambos barcos recibieron la orden de dirigirse a Fort-de-France, en Martinica (Antillas Francesas), adonde arribaron el 27 de junio. Allí, sabían que Francia se había rendido a los alemanes desde hacía cinco días. Entonces comenzó un purgatorio. Los SBC-4 fueron descargados y trasladados a un campo en Pointe des Sables, donde se almacenaron a la intemperie en condiciones tropicales. Se degradaron rápidamente hasta perder su capacidad de vuelo y ser desguazados posteriormente, cuando la isla cayó en manos de la Francia Libre. Estos 49 aviones, así como los Stinson, Curtiss H75 y Buffalo, se perdieron en estas condiciones, sin disparar un solo tiro. La isla estaba bajo estrecha vigilancia por parte de la Armada estadounidense, impidiendo cualquier movimiento de regreso a Francia, lo que posteriormente equivalió a un bloqueo total.

Real Fuerza Aérea


Cinco de los aviones franceses que quedaron en Halifax regresaron a la Base de la RCAF en Dartmouth. En agosto de 1940, la Real Fuerza Aérea los adquirió, rebautizados como "Cleveland Mk. I". Embarcaron en el HMS Furious, que los entregó. Reacondicionados en la RAF Burtonwood, Lancashire, fueron enviados a la RAF Little Rissington, Gloucestershire, y utilizados por el Escuadrón n.º 24 (Comunicaciones) en la RAF Hendon. De hecho, nunca se utilizaron, salvo como entrenadores en tierra tras unos pocos vuelos.

Legado.
Como se vio arriba, Curtiss también intentó venderlos a Perú, pero no se llegó a ningún acuerdo. Desafortunadamente, ninguno parece haber sobrevivido hasta nuestros días. Los modelos desechados en EE. UU. fueron desguazados. En cuanto a los que *aún se pudren* en Martinica, prácticamente no queda nada que no haya sido recuperado hace mucho tiempo y que pueda servir de base para una restauración. Financiar una reconstrucción también sería difícil, ya que el modelo no estuvo en servicio activo, salvo los pocos del Cuerpo de Marines de EE. UU. en Samoa, y sin duda está "olvidado" hoy en día, especialmente en comparación con el segundo.




Galería

Ilustraciones


XF12C-1 Prototipo BuAer 9225, NAS Anacostia, ca1933
SBC-3, VC-5, USS Enterprise, 1938
SBC-4, 1st Marine Airwing Command, Quantico 1940.
SBC-4, Comandante del Grupo Aéreo, USS Enterprise (CV-6) 1940
SBC-4 del USMC, VBM-155 Isla Samoa, 1943, último modelo operativo en operaciones
SBC-4 francés, Béarn, Martinica otoño 1940
RAF británica Cleveland I, 1942

Fotos


Libros

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Doll, Thomas E.  SBC Helldiver in Action, Aircraft Number 151. Carrollton, Texas: Squadron/Signal Publications, Inc., 1995.
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