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martes, 21 de enero de 2020

Disputas de mar territorial entre Indonesia y China

China e Indonesia se están peleando por las aguas territoriales

21st Century Asian Arms Race






El miembro más grande de la ASEAN se ha unido a los múltiples reclamantes que disputan el Mar del Sur de China. Cuando el presidente Joko Widodo realizó una visita muy publicitada a una base naval en las islas Riau el 8 de enero, un miércoles, su viaje coincidió con una demostración continua de fuerza por parte de las fuerzas armadas o TNI. La aparición de Widodo se produjo después de semanas de actividades ilegales por parte de una flotilla china que ingresó al Mar Natuna del Norte a mediados de diciembre. Desde entonces, las autoridades locales lucharon para calmar la situación. Los funcionarios indonesios se mantuvieron cautelosos al discutir el tema con la prensa a pesar de meses de evidencia de que los pescadores chinos estaban cazando furtivamente en aguas nacionales.

Indonesia legalizó su propiedad del Mar Natuna del Norte y el archipiélago se extendió por él en 2017. No hubo disidentes regionales al anuncio del Ministerio de Asuntos Marítimos en ese momento, aunque los medios estatales chinos publicaron comentarios que arruinaron la medida. Si el Mar del Norte de Natuna infringe el Mar del Sur de China es discutible y discutible: los derechos soberanos de China sobre el cuerpo de agua son inexistentes. Este estado de cosas tenso ha dejado una disputa territorial progresiva que deja a los miembros de la ASEAN involucrados tratando de hacer valer sus reclamos sin enemistarse con China.

Dadas sus considerables relaciones comerciales con China y su falta de liderazgo regional, Indonesia ha adoptado la misma postura. Pero este enfoque de no confrontación se deshizo a principios de este año cuando el gobierno indonesio aseguró audazmente que los barcos chinos en el Mar del Norte de Natuna no tenían derecho a estar allí. Para cuando Widodo visitó el 8 de enero, la fuerza aérea o Angkatan Udara asignaron cuatro F-16C / D a su base aérea más cercana en los Natunas y les asignaron a ellos una patrulla agresiva. La armada de Indonesia, Angkatan Laut, envió ocho buques de superficie comprometidos a patrullar el Mar del Norte de Natuna.

Para reforzar los esfuerzos militares, los pescadores indonesios navegaron en las Natunas como muestra de fuerza contra los chinos, cuyas varias docenas de embarcaciones se dedicaban a la caza furtiva. La respuesta firme de Yakarta tuvo el efecto deseado y los buques pesqueros chinos y sus sospechosas escoltas de la "Guardia Costera" se retiraron, aunque se realizaron nuevos avistamientos días después, aunque en la periferia de la Natuna.

Los reclamos extraterritoriales de China sobre sus aguas del sur datan de mapas revisionistas publicados a mediados del siglo XX. Por supuesto, esto fue antes de que el Partido Comunista tomara el poder en 1949. En la década de 1970, la invasión de Pekín sobre los islotes conocidos como Paracels enredó a la República de Vietnam. Pekín y Hanói casi libraron una guerra en la década de 1980 por los ricos recursos de Spratlys, cerca de Filipinas. Fue en la década de 2010 cuando Beijing revivió su concepto de "Línea de nueve líneas" para justificar el territorio que estaba anexando de al menos cuatro miembros de la ASEAN. La razón más probable para el impulso agresivo de Beijing por el control naval es construir una profundidad estratégica que niegue la Primera Cadena de Islas (Filipinas, Taiwán y Japón) que restringe a sus militares.

Ahora envuelto en una nueva Guerra Fría contra múltiples rivales, Washington, DC, junto con sus aliados de la OTAN y el Indo-Pacífico, han negado la Línea Nine Dash, y la Marina de los EE. UU. Se propuso navegar en el Mar del Sur de China cuando puede, el PLAN ejerce control de facto sobre el área con sus bases en los Spratlys. Al momento de escribir este artículo, la estrategia a largo plazo que motiva el movimiento de China hacia el Mar Natuna del Norte aún no es discernible, incluso si sugiere la búsqueda del PLAN por una mayor supremacía regional.

miércoles, 17 de julio de 2019

Día de los Intereses Marítimos Argentinos: Una república naval


16 de Julio: Día de los Intereses Marítimos Argentinos

Poder Naval Argentino


 

Mar del Plata, capital de los Intereses Marítimos
Reportaje desde la Historia

Por: Oscar Filippi

Hoy, martes 16 de Julio (1876), fecha del natalicio del Vicealmirante Segundo R. Storni, la Armada Argentina conmemora en su honor y por Ley Nacional Nº 25.860/04 del Congreso de la Nación, el “Día de los Intereses Marítimos Argentinos”. Desde el año 2004, por voluntad de la Cámara de Diputados de la Nación, Mar del Plata ha sido considerada por su ubicación geográfica, facilidades y actividades portuarias, la “Capital de los Intereses Marítimos Argentinos”. Por tal razón, el Comando del Area Naval Atlántica, adhiere a tan importante fecha.
Un reportaje desde la historia, nos demuestra la importancia de ser una nación marítima y el tiempo que hemos perdido en reconocerlo, siguiendo aun hoy, sin darnos cuenta de esa estratégica condición.
El mar encierra una de las principales alternativas de supervivencia de la humanidad en el Siglo XXI. Los argentinos somos los dueños de la cuarta plataforma marítima en extensión que posee el planeta, con posibles grandes reservas petroleras, con yacimientos de nódulos polimetálicos y sus caladeros están entre los más fértiles y apetecidos del mundo.
La superficie continental e insular de nuestro planeta, abarca sólo la tercera parte de su superficie, las dos terceras partes restantes son océanos y mares. La superficie apta para el cultivo de alimentos se degrada a razón de siete millones de hectáreas por año y como si fuera poco, para el año 2050, la población mundial se habrá duplicado.



¿Cuál será la alternativa alimentaria para semejante masa poblacional…?
Pregunta compleja para un mundo que cada vez tiene menos espacio y más población. Una ecuación preocupante para un país como el nuestro, al que le sobra espacio, le falta población y está lleno de recursos estratégicos.
Ha habido en nuestra historia, una ausencia total de planificación serena, inteligente y desinteresada de una verdadera política de Estado que marque un rumbo sostenido y coherente de nuestros intereses y obligaciones hacia un mundo que, al contrario de nosotros, se proyecta con objetivos claros a 50 años de las políticas que sostiene en curso.
Pero en ocasiones hemos tenido la suerte de encontrar argentinos que supieron dejarnos brillantes testimonios de sus conocimientos, desinterés personal y verdadero sentido de servicio a la patria. Me he tomado la libertad de realizar un respetuoso “reportaje en la historia” a uno de esos claros hombres que nos dejaron todo un legado en materia de conocimientos sobre los asuntos del mar, sobre los “Intereses Argentinos en el Mar” más específicamente.
En este reportaje, le he formulado preguntas de absoluta actualidad que él nos contesta desde la historia. Fue un gran marino, nacido en la Provincia de Tucumán, su anticipado y certero mensaje, quedó plasmado en dos brillantes conferencias dictadas en el Diario “La Prensa” en Julio de 1916.



Sr. Vicealmirante, ¿qué significa el mar para la nación argentina?
- En el carácter de nación independiente y soberana, con el inmenso y valioso patrimonio con el que entramos al juego de la vida, nuestra influencia creciente en los negocios humanos, nos plantearán obligaciones y exigirán esfuerzos que aún no hemos medido. Entre ellos nos encontramos frente a los problemas del mar y por el análisis de nuestra corta, pero instructiva historia, el mar encierra para la nación argentina los más vitales problemas, será el vehículo y sostén de su fortuna y de su gloria.
Toda esta hermosa región del planeta, tiene como principal y casi forzosa comunicación con el mundo, la vía marítima. Por esa vía entran todos los beneficios y por ella asoman todos los peligros.

Ud. menciona beneficios y peligros, ¿están en relación directa a nuestra extensión y recursos naturales?
- De nuestro patrimonio no podemos quejarnos; elementos y riqueza material, sobreabundan; falta saber si somos dignos de mantener este suelo, de cultivarlo y explotarlo en forma intensiva e inteligente, de hacerlo rendir su máximo beneficio en bien nuestro y en bien de la humanidad y de defenderlo de las posibles irrupciones extranjeras, para constituir en él un organismo fuerte y netamente argentino.
¿Es que hemos de permanecer enclavados en la tierra, para arrancarle sus frutos y esperar que otros los transporten, que otros nos comuniquen con el mundo, que otros vengan hasta imponernos la Ley en las aguas mismas del estrecho Mar Territorial? ¿O ha de ocupar la Argentina su parte de dominio y de usufructo en esa gran vía de la civilización que se llama el mar?

Ya hemos transitado el bicentenario, ¿Ud. considera que no hemos sabido desarrollar aun, una verdadera política naval nacional?

- Nosotros mucho hemos andado, pero aún nos falta una comprensión mucho más amplia de nuestros intereses en el mar y una acción mucho más vigorosa para afianzarlos. Las naciones, con frecuencia, tienen exigencias internacionales graves, inmediatas, que las obligan a tomar serias precauciones en el mar y sin dilación.
La política naval es, ante todo, una acción de gobierno; pero es indispensable para que tenga nervio y continuidad, que sus objetivos arraiguen en la nación entera, que sean una idea clara, un convencimiento de las clases dirigentes y una aspiración constante de todo el pueblo argentino.



Esa política entonces, ¿no es cuestión exclusiva de políticos y militares?
- Hay, entre los asuntos militares, algunos (precisamente aquellos más generales y que pueden ser tratados con los solos datos de la situación y configuración geográfica del suelo) que constituyen los problemas fundamentales de la defensa de los Estados. Esos problemas no caen bajo la reserva militar, puesto que pueden ser resueltos con los elementos de juicio que están al alcance de todo el mundo. Son la esencia misma de la defensa nacional y como decía el contraalmirante Mahan, no sólo deben ser conocidos por los hombres que gobiernan, sino por los ciudadanos todos de un pueblo libre y que así debe ser, no hay duda, puesto que, en tesis final, es el pueblo quien sufraga los gastos y quien da su sangre para la defensa.

A su juicio, ¿cómo podemos desarrollar un verdadero Poder Maval?
- Son tres las columnas que forman un verdadero poder naval: producciones, transportes propios y mercados. Ampliando el concepto, podemos decir: las producciones implican no solamente aquello que se puede exportar, sino el contar con los elementos indispensables para la construcción sostenimiento y progreso de un abundante material naval; los transportes propios (mercantes) exigen un desenvolvimiento considerable de la industria mecánica y constructora (astilleros); los mercados, una hábil y, a veces, una fuerte acción exterior; el conjunto, la potencia naval militar que es como el seguro de toda esa fuente de riqueza contra el riesgo de la guerra.

¿Se justifica en nuestros días, la inversión presupuestaria para mantener, actualizar y operar una marina de guerra?
- La existencia de una marina de guerra eficiente es para nuestro país una exigencia ineludible; pero su realización no debe hacernos olvidar, ni relegar a segundo término, los fundamentos del poder naval, sin cuya fuerza, la Nación Argentina no desempeñará en el mundo sino un papel mediocre y de eterna dependencia.

Luego de una brillante carrera naval, el Almirante Storni, falleció en la ciudad de Buenos de Aires el 5 de Diciembre de 1954.
En la nota, está contenida una muy pequeña parte de su gran legado sobre las cuestiones del mar, pero alcanza para preguntarnos, ante tamaña capacidad y decidido patriotismo, en este “reportaje en la historia” ¿En qué punto de nuestra historia, perdimos tan decididamente el rumbo?

martes, 18 de agosto de 2015

Uruguay amplía su jurisdicción naval

Plataforma continental (Uruguay)




Hubo un anuncio formal hace más de un año, por parte de los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa Nacional de que se había obtenido el acuerdo para extender la plataforma continental a 350 millas. No fue, ni es así. Todavía falta mucho para que ello sea verdad.

Hace un año, los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa Nacional convocaron a una conferencia de prensa donde informaron, dice el comunicado de la primera Secretaría de Estado, "pormenores del acuerdo alcanzado en la Comisión de Límites de la Plataforma Continental, órgano técnico de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), para aprobar la extensión de la jurisdicción de Uruguay de 200 a 350 millas náuticas sobre la plataforma continental del océano Atlántico".

El ministro Luis Almagro (hoy Secretario General de la OEA) afirmó que "Este logro trascendente abrirá oportunidad para generaciones actuales y futuras que pondrá a Uruguay como el primer país de América en establecer el límite exterior de su plataforma continental en todo su margen marítimo de conformidad a la Convención del Derecho del Mar".

La noticia fue muy bien recibida aunque no faltaron escépticos que, recordando que el país se encontraba en plena campaña preelectoral, aconsejaran más mesura y advirtieran que todavía faltaba mucho para completar con éxito el proceso estipulado en Convemar.

La Convemar estipula que los países costeros podrán extender el límite exterior de plataforma continental mas afuera de las 200 millas (límite de la zona económica exclusiva) hasta una distancia de 350 millas (200 millas + 150) como máximo.

Con ese propósito, el Estado costero deberá presentar su propuesta, respaldada por los correspondientes estudios científicos, a un organismo especializado de las Naciones Unidas, la Comisión sobre los Límites de la Plataforma Continental. Esta Comisión evaluará la presentación y hará recomendaciones a los Estados ribereños. La Convención establece después, que "Los límites de la plataforma que determine un Estado ribereño tomando como base tales recomendaciones serán definitivos y obligatorios".

Lo anterior conduce a tres conclusiones: primero, la Comisión no se expresa a través de acuerdos sino de recomendaciones; segundo, sin recomendación (y subsecuente adhesión por el Estado ribereño) no existe derecho a extender el límite exterior de la plataforma dentro de lo estipulado en la Convemar; y tercero, el que declara el nuevo límite es el Estado ribereño, "tomando como base tales recomendaciones".

Hasta el momento, 77 Estados ribereños han presentado propuestas (la presentación uruguaya es la número 21). La Comisión ha formulado 19 recomendaciones que fueron comunicadas a los respectivos Estados costeros. Un caso interesante es el del Brasil que aceptó parcialmente la recomendación de la Comisión. Claramente, la Comisión tiene que realizar un complejo trabajo técnico, lo que, inevitablemente, significa tiempo.

La Comisión ha presentado tres informes sobre sus actividades desde el anuncio efectuado por los dos Ministros uruguayos: en setiembre y diciembre de 2014 y en abril de este año.

En ninguno de ellos se informa que la Comisión haya formulado las correspondientes recomendaciones a nuestro país. La lista de presentaciones en el sitio de la Comisión no indica que ésta haya formulado esa recomendación.

Por el contrario, en el informe más reciente se deja constancia de que el nuestro informó a la subcomisión técnica de la Comisión que "había efectuado un nuevo estudio sísmico e indicó que pondría a su disposición los nuevos datos sísmicos elaborados y su interpretación antes del 10 de julio de 2015". La subcomisión "decidió que sus miembros seguirían trabajando en la presentación entre períodos de sesiones y que reanudaría el examen de la presentación en el 38º período de sesiones".

Parecería, entonces, que: primero, la Comisión (a través de su subcomisión técnica) continúa estudiando los fundamentos de la propuesta uruguaya y nuestro país sigue aportando información científica adicional; segundo, la Comisión todavía no ha aprobado una recomendación sobre la propuesta uruguaya; y, tercero nuestro país aún no ha declarado el nuevo límite, "tomando como base" esa recomendación (porque ella no existiría).

Pero si tal fuera el caso, ¿por qué se declaró hace un año que se había aprobado la extensión de nuestra plataforma continental a 350 millas? Esta aparente distancia entre las afirmaciones y la realidad sería especialmente grave porque se trata de un tema de política exterior de enorme trascendencia.

Es importante que la Cancillería explique lo sucedido. (Editorial Diario El País – Uruguay)

Nuestro Mar