El barco congelado entre los témpanos
Aunque hay discusiones al respecto, el del "Jenny" es uno de los casos más insólitos de la historia náutica en la Antártida. Se lo conoce como el de la goleta atrapada en el hielo.
El 22 de septiembre de 1840 (o 1860, según otras fuentes), el ballenero "Hope" navegaba al sur del Cabo de Hornos, cruzando el Paso Drake, mientras perseguía una ballena. Finalmente lograron cazarla, cerca de los paredones de hielo de la Península Antártica.
Fue entonces que el capitán Brighton y su tripulación vieron cómo una inmensa muralla de hielo se venía abajo con un estruendo tremendo, a no más de 100 metros de donde estaban.
De golpe, entre los restos que se desprendían del derrumbe, apareció a la vista algo que los dejó helados (literal y figuradamente): un barco atrapado en el hielo que, increíblemente, logró salir a flote, aunque visiblemente dañado. El susto fue tal que varios pensaron que era el mismísimo "Holandés Errante". Pero Brighton les pidió calma, bajó a un bote y se acercó a esa espeluznante embarcación.
Cuando subieron a bordo y empezaron a revisarla, encontraron en el camarote del capitán un cuerpo congelado, sentado frente a la mesa, con una pluma todavía en la mano y el cuaderno de bitácora abierto. Al revisarlo, descubrieron que el barco se llamaba "Jenny", que había salido de la Isla de Wight en 1822, y que su última escala había sido en El Callao. El último registro del cuaderno tenía fecha 4 de mayo de 1823: el capitán contaba que llevaban 71 días sin comida y que él era el único sobreviviente.
Los marineros del "Hope" hicieron un funeral simbólico para el capitán y su barco, y Brighton escribió un informe contando todo lo ocurrido, entregando el cuaderno de bitácora del "Jenny" a las autoridades navales británicas.
La historia se hizo conocida cuando la revista geográfica alemana *Globus* publicó un artículo en 1862 sobre el hallazgo del "Jenny". Pero, como nunca aparecieron pruebas contundentes, muchos la consideran un relato no verificado. Algunos incluso notan que se parece bastante a la leyenda del barco fantasma "Octavius", de Groenlandia.
De todos modos, en 1960, en homenaje al supuesto suceso, el *UK Antarctic Place-Names Committee* bautizó como *Jenny Buttress* a una pared rocosa en la isla Rey Jorge.
(Fuente: blog *Leyendas de barcos fantasmas, terroríficos o malditos en los mares de Chile*.)
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