
Guerra de Malvinas: El despliegue de la Flota de Mar— Unidades participantes durante el conflicto del Atlántico Sur
Según informa la Armada Argentina a través de su medio oficial, Gaceta Marinera, la decisión de recuperar las Islas Malvinas para su incorporación definitiva a la soberanía nacional ya había sido tomada. Tras un incidente en el que operarios de una empresa argentina izaron una bandera nacional atada a un remo, el Gobierno Nacional usó este hecho como argumento para interrumpir las negociaciones diplomáticas y lanzar un asalto directo y sorpresivo sobre la capital, Puerto Argentino. El objetivo era generar un impacto político internacional tan fuerte que forzara al Reino Unido a negociar seriamente la soberanía del archipiélago, en línea con las resoluciones de Naciones Unidas.
A la Armada se le asignó la responsabilidad de reconquistar y asegurar Puerto Argentino sin recurrir a la violencia, protegiendo en todo momento la seguridad de las personas, los bienes y los habitantes de la ciudad, en lo que sería conocido históricamente como Operación Rosario.
Así comenzó el despliegue de más de diez buques organizados en diversos grupos de tareas. Durante los 74 días que duró el conflicto, su acción fue esencial, eficaz y heroica.
En la toma de Puerto Argentino, el destructor ARA “Santísima Trinidad” fue pieza clave, ya que sus capacidades permitieron el desembarco de fuerzas especiales durante la Operación Rosario, junto con el submarino ARA “Santa Fe”. El ARA “Santísima Trinidad” fue escoltado por el ARA “Hércules”, que lideró el avance de la fuerza anfibia hacia tierra. Por su parte, los destructores ARA “Domecq García”, ARA “Seguí”, ARA “Bouchard”, ARA “Py” y ARA “Piedrabuena” se encargaron del patrullaje marítimo, vigilando la zona para impedir el paso de unidades enemigas.
En esta misma operación, el portaviones ARA “25 de Mayo” tuvo un rol destacado como buque de control de aeronaves de ataque y supervisión aérea. Gracias a su intervención, la Armada Argentina pudo desplegar eficazmente su GAE (Grupo Aéreo Embarcado), algo que no habría sido posible desde tierra. Por su desempeño, esta unidad recibió la condecoración “Operaciones de Combate”.
El rompehielos ARA “Almirante Irízar” comenzó como puente logístico, transportando tropas y pertrechos junto al buque de desembarco ARA “Cabo San Antonio”. En las etapas más intensas de la guerra, el Almirante Irízar fue transformado en buque hospital, al igual que el buque polar ARA “Bahía Paraíso”. El enorme rompehielos llegó cerca del teatro de operaciones repintado completamente de blanco y con cruces rojas que señalaban su misión sanitaria. Zarpó equipado con más de 200 camas, quirófanos, laboratorios, salas de terapia intensiva, servicios de rayos X, traumatología, unidades para quemados, helicópteros embarcados y decenas de profesionales de la salud.
La División de Corbetas estuvo integrada por las corbetas ARA “Drummond”, ARA “Granville” y ARA “Guerrico”. Las dos primeras formaron parte de la fuerza de tareas anfibia, dando protección y apoyo a las unidades de desembarco el 2 de abril, mientras que la ARA “Guerrico” integró el grupo encargado de recuperar las Islas Georgias del Sur.
Cabe mencionar también que la Prefectura Naval Argentina y la Marina Mercante operaron en los mares del sur cumpliendo múltiples misiones, aportando de manera valiosa al esfuerzo de las fuerzas nacionales.
Finalmente, es imprescindible recordar al crucero ARA “General Belgrano” y al aviso ARA “Alférez Sobral”, que vivieron sus jornadas más trágicas los días 2 y 3 de mayo, respectivamente, cuando las aguas del Atlántico Sur se tiñeron con la sangre de los marinos argentinos, marcando para siempre la memoria de los héroes que regresaron.

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