lunes, 8 de diciembre de 2025

Portugal elige la FREEM Evo italiana

 

Portugal opta por fragatas italianas FREMM EVO: un revés para Navantia en el mercado ibérico

Defensa y seguridad

 

En las últimas horas, medios portugueses como @Defense360CNN Portugal y Diário de Notícias han informado la selección por parte del Gobierno luso de las fragatas FREMM EVO, fabricadas por el astillero italiano Fincantieri, para modernizar su Armada. Esta decisión, filtrada, como decimos, ayer mismo, 4 de diciembre y enmarcada en el programa europeo SAFE (Security Action for Europe), supondría, a priori, un contrato estimado en 3.000 millones de euros por 3 unidades del afamado navío transalpino, pero deja fuera de la puja a competidores clave, incluido el español Navantia y las FDI de los galos Naval Group. Para la industria naval española, es un nuevo capítulo de oportunidades perdidas en un contexto de creciente competencia europea.

La noticia ha circulado rápidamente en portales especializados y redes sociales desde la tarde del jueves, cuando ya se venía apuntando a que fuentes del Ministerio de Defensa portugués y la propia Armada lusa respaldaban la preferencia por el diseño italiano. Según la CNN lusa, la elección se basa en la capacidad de Fincantieri para garantizar la entrega de las 3 fragatas antes de 2030; navíos que serán financiados con los fondos de la Comisión Europea para a través de los préstamos competitivos del SAFE que distribuye hasta 150.000 millones de euros entre los Estados miembros para reforzar capacidades de defensa de manera inmediata. En cualquier caso

Esta urgencia temporal podría haber descartado propuestas alternativas, como la de las fragatas FDI del francés Naval Group, que aunque competitiva en precio y transferencia tecnológica, no cumplió, al parecer, los plazos con la misma precisión.

Detalles técnicos y operativos de la adquisición

Las FREMM EVO (European Multi-Mission Frigate Evolution) son una evolución de la clase FREMM, desarrollada conjuntamente por Italia y Francia desde 2005, y considerada una de las fragatas multipropósito más avanzadas del mundo. Cada unidad:

  • Mide 144,6 metros de eslora
  • Desplaza unas 6.700 toneladas
  • Está optimizada para misiones antisubmarinas (ASW), antiaéreas y antipiratería
  • Emplea un sistema CODLAG (combinado diésel-eléctrico y gas) para mayor sigilo y eficiencia
  • Incorpora 32 celdas VLS (Vertical Launch System) para misiles Aster
  • Está equipada con cañones de 127 mm
  • Tiene capacidad para operar helicópteros NH90
  • Integra defensas contra drones y sistemas de guerra electrónica

Actualmente, operan en las marinas de Italia (10 unidades), Francia (8), Egipto (3) y próximamente en Grecia (a partir de 2029).

Para Portugal, estas fragatas reemplazarán gradualmente las 5 unidades obsoletas de la clase Vasco da Gama (de los años 90), mejorando su capacidad oceánica en el Atlántico y el Golfo de Guinea, alineada con compromisos OTAN.

Fragata Vasco da Gama (F-330). Foto: Marinha portuguesa

 

El contrato, valorado en unos 800-900 millones de euros por buque, incluiría las habituales contrapartidas industriales, entre las que se encuentra que el astillero ganador, en este caso, Fincantieri, se comprometería a invertir en el Arsenal do Alfeite (Almada), la principal instalación naval e industrial portuguesa, pero con enormes problemas de obsolescencia y atraso tecnológico, involucrando empresas portuguesas en producción, mantenimiento y formación, con transferencia de tecnología para revitalizar un astillero en crisis.

Sin embargo, las dimensiones de las FREMM EVO (con calado superior a 8 metros) exigen mareas altas o dragados en el canal de acceso al Alfeite, lo que conllevará la realización de grandes adecuaciones de las instalaciones para poder operar con navíos del tamaño de las FREEMM.

El proceso de elección no ha sido un concurso tradicional, sino que se ha basado en negociaciones estado-estado bajo el paraguas del SAFE, con candidaturas cerradas en noviembre de 2025. Un acuerdo de cooperación Portugal-Italia del 26 de noviembre, firmado por los ministros Nuno Melo y Guido Crosetto, allanó el camino, priorizando interoperabilidad OTAN y retorno económico local.

Fuentes de la Armada portuguesa indicaban desde meses atrás una inclinación por el modelo italiano, por su superioridad en ASW y plazos de entrega.

Navantia, al margen: un patrón de oportunidades evaporadas

La exclusión de Navantia, que postulaba su fragata F-110 (6.100 toneladas, con radar SPS-62 y misiles ESSM), no sorprende del todo, pero a buen seguro que duele en el sector español. Ya en julio sugerimos en DYS  que la propuesta de Navantia era viable, pero corría por fuera ante la intensidad de la rivalidad franco-italiana y la falta de lazos industriales profundos con Portugal.

Este no es un caso aislado para Navantia. En 2020, perdió ante Fincantieri el megacontrato de fragatas Constellation para la US Navy (hasta 20 unidades por 21.000 millones de dólares), pese a aliarse con General Dynamics y basar su oferta en la probada F-100.

Ahora, con la F-110 en construcción para la Armada (primera entrega prevista para 2028), el astillero ferrolano ve cómo un posible contrato de 2.000-3.000 millones de euros se desvanece, limitando las capacidades de exportación del modelo español de fragata. Fuentes del sector destacan que, sin alianzas previas en Portugal, la competitividad ibérica queda en entredicho.

Esta adjudicación reforzará el dominio de Fincantieri en el mercado de fragatas medianas, que construye, además, 2 FREMM EVO adicionales para Italia (1.500 millones de euros, entregas entre 2029-2030). Para España, subrayaría la necesidad de diversificar socios dentro de la UE, especialmente ante un SAFE que prioriza plazos y retornos locales.

Mientras Portugal avanza en su «inversión histórica» –como la califica el ministro Melo–, Navantia asiste a otro contrato ibérico que se va al otro lado de los Pirineos.

El anuncio oficial portugués se espera inminente, una vez validada la candidatura SAFE. Hasta entonces, la difusión en medios confirma que la decisión es, por el momento, irreversible. Si acaso hay que extraer lecciones de esta decisión portuguesa, es que la colaboración hispano-lusa en defensa ha de construirse con acuerdos previos, a nivel político, que tengan su reflejo posterior en colaboraciones industriales. Vivir de espaldas, grosso modo, en el sector defensivo-industrial no facilitará nunca profundas colaboraciones, más allá de unas cuantas decenas de VAMTACs que, éso sí, han demostrado ser un modelo de éxito entre ambos países.

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