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domingo, 30 de marzo de 2025

Argentina: Los desafíos de la Armada de la República Argentina


El próximo desafío de la Armada Argentina: ¿Es posible cambiar el rumbo para garantizar el futuro?

Esteban McLaren
Basado en el artículo de José Díaz
DEF
Con ampliaciones para FDRA



La Armada Argentina enfrenta hoy un desafío crítico que define no solo su futuro, sino también la capacidad del país para proteger su soberanía marítima y aprovechar sus vastos recursos naturales. Este análisis detalla las razones detrás de su debilitamiento, marcado por décadas de desinversión y negligencia, y expone las tragedias e incidentes que han puesto en evidencia sus carencias estructurales. A través de un recorrido por su historia reciente, se identifican los medios necesarios para revitalizar su capacidad operativa, desde submarinos y aviones de patrulla hasta fragatas y buques polares. Asimismo, se examinan los pasos urgentes que deben tomarse para recuperar su rol estratégico en el Atlántico Sur y en el escenario global. Este texto invita al lector a reflexionar sobre las implicancias geopolíticas, económicas y de seguridad que conlleva la situación actual de la Armada, y plantea la pregunta clave: ¿está Argentina preparada para enfrentar este desafío?


¿Qué necesita la Armada Argentina para recobrar su fuerza y cumplir con su misión estratégica? ¿Cómo puede un país con vastos recursos marítimos y una posición geopolítica clave permitir que su fuerza naval caiga en un estado de descomposición? Estas preguntas surgen al analizar la preocupante situación actual de una institución vital para la defensa y la soberanía nacional. Años de negligencia y desinversión han dejado a la Armada en una posición crítica, incapaz de ejercer plenamente su rol.

Un pasado marcado por negligencia y tragedias

El deterioro de la Armada no es reciente. Desde el embargo de la Fragata ARA “Libertad” en 2012 hasta la trágica pérdida del submarino ARA “San Juan” en 2017, pasando por los incendios del rompehielos ARA “Almirante Irízar” y el hundimiento del ARA “Santísima Trinidad”, queda claro que la falta de inversión y mantenimiento ha pasado factura. El presupuesto de defensa, oscilando entre el 0,5% y el 0,8% del PBI, está muy por debajo del promedio regional y mundial. Esta falta de recursos no solo ha afectado los medios materiales, sino también la capacidad de instrucción y el adiestramiento de las tripulaciones.

Un país marítimo sin capacidad de defensa adecuada

Con más de 3,8 millones de kilómetros cuadrados de territorio, dos tercios en el continente y el resto en el sector antártico, Argentina debería contar con una Armada capaz de proteger sus costas, plataformas continentales y vastos recursos marítimos. Sin embargo, la realidad actual dista mucho de este ideal. La falta de submarinos operativos y una flota de superficie envejecida limita significativamente la capacidad de vigilancia y control sobre los casi 5.000 kilómetros de costa y la Plataforma Continental, que se extiende por 6,5 millones de kilómetros cuadrados. Este espacio, rico en biodiversidad y recursos estratégicos como gas, petróleo y pesca, genera miles de millones en ingresos anuales, pero permanece vulnerable a la explotación ilegal y a potenciales amenazas externas.

Para abordar esta situación, es fundamental considerar la incorporación de patrulleros de altura de gran calado, con desplazamientos de hasta 10.000 toneladas. Estas embarcaciones, equipadas con sistemas modernos de vigilancia, radares de largo alcance y capacidad de desplegar helicópteros y drones, permitirían extender el control efectivo sobre la Zona Económica Exclusiva y la Plataforma Continental Extendida. Este tipo de buques, que superan ampliamente en autonomía y resistencia a los patrulleros actuales, reforzaría la presencia marítima en áreas clave, como el Atlántico Sur y las inmediaciones de las Islas Malvinas.

Complementando esta capacidad, la incorporación de UAV (vehículos aéreos no tripulados) de categoría MALE (Media Altitud y Larga Persistencia) sería un cambio estratégico para la vigilancia y monitoreo de estos vastos territorios. Modelos como el Milkor 380, de desarrollo nacional, o incluso sistemas más avanzados como el Triton de fabricación estadounidense, podrían ofrecer cobertura constante en amplias áreas marítimas. Estas plataformas, equipadas con sensores avanzados, cámaras de alta resolución y radares de apertura sintética, proporcionarían inteligencia en tiempo real para la detección de actividades ilegales, como pesca no autorizada o incursiones no declaradas.

La combinación de patrulleros de gran calado y UAV MALE avanzados no solo reforzaría el control marítimo de Argentina, sino que también posicionaría al país como un actor estratégico en la región, protegiendo su soberanía y asegurando la explotación sostenible de sus recursos marítimos en el siglo XXI. Este enfoque integrado podría marcar el inicio de una recuperación efectiva de las capacidades de defensa marítima de la nación.

 

¿Qué necesita la Flota de Mar?

La Flota de Mar enfrenta un desafío estructural y operativo que requiere una renovación inmediata de medios para garantizar la defensa marítima y la proyección de poder de la Armada Argentina. Una prioridad urgente es la incorporación de 2 a 3 buques de desembarco y asalto anfibio (LPD o LPH). Estos buques serían capaces de transportar y desplegar dos Batallones de Infantería de Marina junto con helicópteros, embarcaciones y vehículos anfibios a rueda y oruga, permitiendo operaciones buque-a-costa en condiciones hostiles. En este sentido, la estrecha relación entre el presidente Javier Milei y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, podría facilitar el acceso a las tres unidades clase “San Giorgio”, actualmente en proceso de desprogramación por la Marina italiana. También los buques clase Makassar de origen surcoreano serían opciones completamente asequibles y efectivas para los objetivos de la ARA.

Renovación de fragatas: opciones avanzadas y estratégicas

Dado el elevado costo y el tiempo requerido para modernizar los cuatro destructores MEKO-360 y las seis corbetas MEKO-140, la opción más pragmática y efectiva sería adquirir fragatas multirol de segunda mano. Sin embargo, también resulta fundamental explorar la posibilidad de incorporar nuevas unidades, como las Fregates d'Intervention et Defense (FID) de Naval Group. Estas fragatas, que comparten muchos sistemas con las avanzadas FREMM pero con un tonelaje menor, ofrecen ventajas significativas en términos de costos de mantenimiento y operatividad. Además, cuentan con una línea de producción francesa ya establecida, lo que garantizaría soporte técnico y modernización futura. Las FID representan una solución moderna y eficiente para cubrir necesidades de defensa antiaérea, antisubmarina y de superficie con tecnología de vanguardia.

Paralelamente, resulta estratégico evaluar opciones surcoreanas, considerando el éxito de su adopción por la Marina de Guerra del Perú. Buques como las fragatas clase Daegu, con capacidades antisubmarinas avanzadas y un diseño modular, podrían representar una alternativa rentable y confiable. La colaboración con Corea del Sur no solo fortalecería la capacidad naval argentina, sino que también abriría puertas a acuerdos técnicos e industriales para la transferencia de tecnología.

Hacia una alianza estratégica con la Marina de Guerra del Perú

En un contexto regional, resulta vital que la Armada Argentina explore alianzas estratégicas con la Marina de Guerra del Perú. Perú ha avanzado significativamente en la modernización de su flota, adoptando sistemas surcoreanos y estableciendo capacidades de mantenimiento y actualización locales. Esta alianza permitiría intercambiar experiencias, conocimientos y posiblemente establecer programas conjuntos para la adquisición y mantenimiento de buques, fortaleciendo la integración operativa y geopolítica en el Atlántico y el Pacífico Sur.

Fragatas modernas para una flota renovada

La Armada Argentina necesitaría contar con al menos seis fragatas multirol que incluyan las siguientes capacidades:

  • Misiles antibuque y antiaéreos de largo alcance para garantizar superioridad en combate.
  • Hangar para uno o dos helicópteros medianos, fundamentales para misiones de reconocimiento y guerra antisubmarina.
  • Torpedos antisubmarinos y sonares de casco y remolcables, asegurando capacidad de detección y respuesta frente a amenazas submarinas.
  • Radares 3D con tecnología AESA y sistemas avanzados de guerra electrónica.
  • Capacidad para embarcar drones de vigilancia y ataque, y para desplegar entre 15 y 30 comandos en misiones especiales.

Un camino estratégico para el futuro

La combinación de buques anfibios, fragatas FID o alternativas surcoreanas, y una sólida alianza con Perú garantizaría una Flota de Mar moderna y efectiva. Este enfoque no solo restauraría la capacidad operativa de la Armada, sino que también reforzaría la soberanía marítima de la Argentina en el Atlántico Sur, consolidando su papel como actor clave en la región.

 

Submarinos: una necesidad estratégica

La Guerra de Malvinas dejó una lección crucial para la Argentina: los submarinos son herramientas disuasorias de enorme valor estratégico. En el presente, la ausencia de estos medios representa una debilidad crítica que limita la capacidad de la Armada para garantizar la soberanía marítima. En este contexto, la adquisición de submarinos de segunda mano surge como la opción más inmediata y viable. Noruega ofrece una oportunidad concreta con sus submarinos clase Ula, que destacan por su tecnología avanzada, su excelente estado operativo y su vida útil restante. Estos submarinos, combinados con una planificación adecuada, podrían marcar el inicio de la recuperación de la capacidad submarina de la Armada.

A largo plazo, Argentina tiene el potencial de dar un paso aún más ambicioso: desarrollar un submarino de diseño nacional con propulsión nuclear. Aprovechando la experiencia del país en el desarrollo de reactores nucleares para aplicaciones civiles y militares, se podría crear un reactor compacto que permita dotar a la flota de un submarino estratégico. Este diseño podría basarse en plataformas probadas y modernas, como el Scorpene o, idealmente, la clase Barracuda de Naval Group de Francia, que integra tecnología de vanguardia en sistemas de propulsión nuclear, sigilo y capacidades de combate.

La incorporación inicial de los submarinos Ula establecería un puente hacia esta ambición de largo plazo, permitiendo acumular experiencia operativa y técnica mientras se desarrollan las capacidades nacionales necesarias para una flota submarina independiente y moderna. Este enfoque no solo fortalecería la capacidad disuasoria de la Argentina, sino que también consolidaría su lugar estratégico en el Atlántico Sur, posicionándola como un actor clave en la región.

El rol de la aviación y los helicópteros

La capacidad aérea constituye un pilar fundamental para la defensa marítima y la proyección estratégica de cualquier fuerza naval moderna. En el caso de la Armada Argentina, los aviones P-3 Orión adquiridos a Noruega representan un paso inicial hacia la recuperación de la vigilancia marítima y la guerra antisubmarina. Sin embargo, estas incorporaciones, aunque valiosas, deben complementarse con opciones que amplíen la capacidad operativa de largo alcance. Entre ellas, una alternativa sería la adquisición de más P-3 Orión usados provenientes de otros países, lo que permitiría mantener una flota homogénea y funcional a mediano plazo. A largo plazo, la incorporación del P-8 Poseidon, reconocido como el avión ASW y MPA más avanzado del mundo, podría posicionar a la Argentina en la vanguardia de la vigilancia y protección marítima.

En cuanto a aviones de combate, los F-18 Hornet, ampliamente probados en combate, se presentan como una opción atractiva por su versatilidad y capacidad de ataque a largo alcance. Sin embargo, también es necesario considerar al Rafale Marine francés, que combina tecnología avanzada con la posibilidad de operar tanto desde bases terrestres como desde portaaviones, brindando una flexibilidad estratégica clave para la Armada.

En el ámbito de los helicópteros, la incorporación de SH-60 “Sea Hawk” es una prioridad para retomar capacidades críticas como búsqueda, rescate y guerra antisubmarina. Sin embargo, para reforzar la capacidad antibuque de los buques de superficie, la Argentina podría seguir el ejemplo de países vecinos como Chile y Brasil, adquiriendo Airbus H225 Super Puma equipados con misiles AM 39 Exocet. Estas plataformas, capaces de lanzar ataques precisos contra objetivos navales a largas distancias, transformarían los buques de superficie en activos mucho más letales y polivalentes.

Un programa integrado que contemple estas adquisiciones permitiría a la Armada Argentina no solo revitalizar su capacidad operativa, sino también modernizar su flota aérea de manera coherente con las necesidades estratégicas del país. Con una combinación de aviones de patrulla avanzada, helicópteros armados y cazas de largo alcance, la Armada podría recuperar su rol como garante de la soberanía marítima y proyectar poder en el Atlántico Sur. Este enfoque garantizaría la capacidad de proteger los intereses nacionales en un entorno global cada vez más competitivo y tecnológicamente avanzado.

El escenario ideal para la Infantería de Marina

El Comando de la Infantería de Marina (COIM), actualmente reducido a cuatro Batallones de Infantería (BIM 2, BIM 3, BIM 4 y BIM 5), enfrenta el desafío de recuperar sus capacidades operativas y estratégicas. El primer paso debería ser la recomposición de sus plantillas, aumentando los efectivos de los 350-400 actuales en promedio por unidad a los casi 900 que tenía el BIM 5 durante el conflicto de Malvinas. Esto permitiría una mayor capacidad de respuesta y operatividad en un entorno geopolítico complejo.

Cada BIM debería contar con tres Compañías de Tiradores, organizadas en cuatro Secciones cada una, y una Compañía de Comando, Servicios y Apoyo. Esta última estaría compuesta por Secciones de Inteligencia de Combate, con drones y radares portátiles; Apoyo de Fuego, con morteros de 120 mm y baterías de obuses de 105 mm; Antitanque, equipada con lanzadores de misiles como el Spike y municiones merodeadoras tipo Hero 30 y Hero 120; Antiaérea, con misiles como el RBS-70NG y Stinger; Comunicaciones y Guerra Electrónica; Rancho; y Sanidad.

Una vez recuperada la capacidad operativa de los BIM existentes, sería estratégico avanzar en la creación o reapertura de los BIM 1 (ubicado en Misiones), BIM 6 (en Río Gallegos) y BIM 7 (en Chubut). Esto permitiría reestructurar las fuerzas en dos grandes agrupamientos: la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar (FAIF), integrada por los BIM 2, 3 y 7; y la Fuerza de Infantería de Marina Austral (FAIA), compuesta por los BIM 4, 5 y 6, dejando al BIM 7 como reserva estratégica.

Infraestructura y modernización de medios

Es imprescindible dotar a la Infantería de Marina de un Batallón de Comando y Apoyo Logístico (BICA) con capacidades avanzadas. Este batallón debería incluir sistemas de telecomunicaciones por radio y satélite, equipos de comando y control, drones de inteligencia, sensores radar y electroópticos, puestos de mando móviles y fijos, contenedores para duchas y alojamiento, cocinas de campaña, talleres móviles y equipos para atención sanitaria en el terreno.

En cuanto al armamento, la incorporación de nuevos fusiles adaptados a las necesidades específicas de la Infantería de Marina es clave. Una opción sería el Bersa BAR-15, un fusil modular de calibre 5,56 mm que podría adaptarse a los requerimientos de las unidades, con lanzagranadas integrados, miras holográficas y accesorios para operaciones anfibias y urbanas. A esto se sumarían pistolas 9 mm tipo Glock, ametralladoras ligeras y medias, chalecos antibala, sistemas personales de comunicaciones/GPS y gafas de visión nocturna.

Capacidad de infiltración y movilidad

La recuperación de las capacidades de infiltración submarina para las fuerzas especiales de la Armada es crucial. Esto debería ir de la mano con la adquisición de nuevos submarinos, que no solo reforzarían la disuasión estratégica de la Armada, sino que también proporcionarían una plataforma moderna para desplegar a estas unidades en operaciones clandestinas y de alto riesgo.

Asimismo, la adquisición de un LPD (Landing Platform Dock) o un LPH (Landing Platform Helicopter) para operaciones de asalto anfibio sería esencial. Este buque permitiría transportar tropas, vehículos y helicópteros para el asentamiento de fuerzas en tierra. En conjunto con esta adquisición, sería fundamental seleccionar helicópteros medianos y pesados para la infiltración aérea y el soporte de las tropas. Modelos como el H215 Super Puma, el Sea Knight, el NH90 o el Sea Hawk serían ideales por su capacidad de operar en ambientes hostiles, transportar carga pesada y desplegar tropas de manera efectiva.

Hacia una infantería de marina moderna

Con estos elementos, la Infantería de Marina no solo recuperaría su capacidad operativa, sino que también avanzaría hacia una modernización integral, posicionándola como una fuerza táctica y estratégica en el Atlántico Sur. La combinación de personal capacitado, armamento avanzado, medios de transporte modernos y un equipamiento logístico robusto permitiría enfrentar los desafíos del siglo XXI con eficacia y resiliencia.

 

Hacia una Armada del siglo XXI

Además de modernizar los medios actuales, la Armada necesita mirar hacia el futuro. La adquisición de fragatas multirol, buques polares y una flota submarina robusta es fundamental. Sin embargo, también debe fortalecerse la infraestructura portuaria, mejorar la capacitación del personal y establecer un Sistema Nacional de Vigilancia y Control Marítimo que integre tecnologías como radares, satélites y drones.

El futuro de la Armada Argentina depende de decisiones audaces y estratégicas. Sin una planificación integral y un compromiso político real, el país seguirá navegando por aguas inciertas, poniendo en riesgo su soberanía y su proyección estratégica en el Atlántico Sur. ¿Será capaz la dirigencia de asumir el desafío o seguiremos postergando lo inevitable? La respuesta determinará no solo el destino de la Armada, sino también el lugar de Argentina en el escenario geopolítico global.

miércoles, 1 de enero de 2025

Royal Navy: ¿Necesita realmente dos portaaviones?

¿Necesita Inglaterra dos portaaviones?





Nikolai Yevtushenko || Revista Militar

El gobierno del Reino Unido ha subrayado la importancia de los portaaviones para la capacidad de defensa del país, pero el impacto de los próximos recortes presupuestarios como parte de las medidas de ahorro de costes del Tesoro podría afectar al futuro del HMS Queen Elizabeth y el HMS Prince of Wales.

Aunque la economía del Reino Unido está creciendo más rápido (si está creciendo, es discutible) que cualquiera de los socios del G7, la insistencia del nuevo gobierno laborista en un "agujero negro" de 22.000 millones de libras (28.500 millones de dólares) en las finanzas públicas y la continua negatividad sobre las perspectivas económicas del país podrían conducir a importantes recortes en el presupuesto de defensa.

Si eso sucede, todos los servicios militares intentarán recortar los costos donde sea posible, y el Ministerio de Defensa puede recortar o retrasar los proyectos de adquisición. La flota no será una excepción, y la relativa inactividad de los dos portaaviones de la Armada, así como la presencia de problemas mecánicos en cada uno de ellos que requieran reparación, puede llevar a que cada barco se coloque a su vez en modo de "alta preparación", efectivamente desmantelado, bajo un nombre diferente.

Cuando los conservadores de la oposición le preguntaron sobre el impacto potencial de la Revisión Estratégica de Defensa en las capacidades de los portaaviones de la Marina Real, el Secretario de las Fuerzas Armadas, Luke Pollard, dijo el 24 de octubre de 2024 que "las capacidades de los portaaviones son importantes para la defensa". Sin embargo, continuó hablando de "la importancia del poder marítimo en general", que dijo que había sido resaltada por la respuesta de la Marina Real a los ataques hutíes a los buques mercantes en el Mar Rojo antes de 2024.

Cabe destacar que la respuesta de la Marina Real se centró en el uso de sus destructores. Defensa Tipo 45, que tuvieron un buen desempeño, reivindicando docenas de derribos. drones hutíes y misiles antibuque , disparados contra buques civiles. La ausencia de un portaaviones de clase Queen Elizabeth fue notable dada su relativa proximidad a la región y la capacidad teórica de llevar un grupo de defensa aérea.

Con el HMS Prince of Wales encargado de la función de buque líder para el despliegue del Grupo de Ataque de Portaaviones (CSG) de 2025 (la Gran Expedición Oriental sigue en duda, con un número suficiente de barcos y unidades de apoyo aún por encontrar), que verá al CSG dirigirse a la región del Indo-Pacífico, llevándose consigo la mayor parte de los cazas F-35B disponibles del Reino Unido, el HMS Queen Elizabeth es potencialmente vulnerable (un portaaviones sin un grupo aéreo es simplemente un gran objetivo).

El concepto de una clase de dos buques de la Royal Navy que se desmantelan de forma rotativa no es ajeno al servicio, y los buques de desembarco de la clase Albion (que consisten en el HMS Albion y el HMS Bulwark) están en proceso desde 2010. Cada buque de la clase Albion pasa alrededor de seis a siete años en desmantelamiento, y se va poniendo al día gradualmente cuando llega el momento de hacerse a la mar. La medida reduce los costos operativos de la Royal Navy y libera a la mayoría de la tripulación de 6 miembros para su uso en otros buques.

En enero de 2024, se reveló que la incorporación de marineros de reemplazo que abandonan la Royal Navy había disminuido un 22,1% en el año hasta el 22 de marzo de 2023, lo que pone de relieve problemas de contratación más amplios y presiones sobre el personal existente. Con alrededor de 700 efectivos, los portaaviones de la clase Queen Elizabeth están absorbiendo una proporción significativa del personal existente. En enero de 2024, la Marina Real y los Royal Marines contaban con una dotación de personal de 31, frente a los 910 registrados en enero de 2033.

El primer CSG del Reino Unido se desplegará en 2021, lo que significa una brecha de cuatro años entre esa operación y el segundo despliegue en 2025. Es probable que el HMS Queen Elizabeth o el HMS Prince of Wales puedan pasar un período similar en un estado de preparación intensificado, con períodos operativos que permitan tiempo para prepararse para los CSG cuatrienales y el resto del tiempo que pasen en aguas europeas llevando a cabo misiones de entrenamiento del Reino Unido y la OTAN.

Si el Reino Unido necesita opciones de ataque aéreo, podría utilizar sus bases militares soberanas en Chipre o instalaciones aliadas en Omán y los Emiratos Árabes Unidos para llevar a cabo operaciones en la región de Oriente Medio y el norte de África.

La ausencia de un portaaviones británico para reemplazar al USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque, que se desplegó desde el Mediterráneo a principios de 2024 después de que estallaran los combates entre Israel y Hamás en octubre de 2023, sugiere que el gobierno del Reino Unido ha elegido una solución más favorable. Esto es a pesar del hecho de que la razón principal declarada para la creación de portaaviones en la Armada británica fue su capacidad de "deslizarse" en las operaciones navales estadounidenses si fuera necesario.

Ambos portaaviones de la clase Queen Elizabeth han tenido dificultades desde que entraron en servicio, requiriendo reparaciones y estando fuera de servicio durante meses o incluso años.

En octubre de 2020, el HMS Prince of Wales sufrió graves inundaciones en la sala de máquinas tras la explosión de una tubería principal contra incendios, lo que provocó importantes daños en los cuadros de distribución.

En agosto de 2022, el HMS Prince of Wales se encontraba en una travesía transatlántica para participar en unos ejercicios frente a la costa este de Estados Unidos cuando se descubrió un problema con su hélice de estribor, lo que lo obligó a regresar de inmediato a la base naval de Portsmouth. Tras varias semanas en Princess Royal Dock, donde se le quitó la hélice de estribor de 33 toneladas, el HMS Prince of Wales fue enviado a velocidad reducida al astillero Babcock en el estuario de Forth para realizar reparaciones en dique seco.

En mayo de 2023, se estimó que de los 1251 días que el HMS Prince of Wales había estado en servicio, el barco había pasado solo 267 días en el mar, de los cuales 411 días los pasó atracado o en el muelle en reparación. El porcentaje de días en el mar del HMS Prince of Wales en relación con sus días de servicio fue de tan solo el 21,3 %. En febrero de 2024, el HMS Queen Elizabeth no pudo continuar con el ejercicio Steadfast Defender de la OTAN después de que se detectara un "problema" con la conexión del eje de la hélice de estribor. Los funcionarios dijeron que el problema no estaba relacionado con problemas con el HMS Prince of Wales.

En general, se puede concluir que se está proporcionando una "base científica" para el desmantelamiento de uno de los portaaviones.

El hecho de que Inglaterra no necesite dos portaaviones ya se discutió durante la fase de construcción. Querían cancelar la construcción del HMS Prince of Wales o convertirlo en un portahelicópteros durante la construcción para reemplazar al Ocean, que estaba siendo desmantelado. Lo que sucederá a continuación, ya veremos, ya que queda poco tiempo hasta 2025.

La revisión propuesta con una amplia modernización puede salvar al HMS Queen Elizabeth de una repentina amortización. Pero la suma allí "parece" muy grande. Es poco probable que inviertan tanto dinero en la modernización de un barco que pronto será inutilizado (dado de baja).



jueves, 1 de agosto de 2024

ARA: Entrevista al Vice-Almirante Carlos Allievi, Jefe de la Armada

Entrevista al Vice-Almirante Carlos Allievi, jefe de la Armada

  • Incorporación de los P-3C Orion (15:00)
  • Análisis de adquisición SSK (Scorpene / U209NG) (18:00)
  • Vuelo de prueba de SEM (21:00)
    • Pilotos navales vuelan Pampa y podrían llegar a volar F-16 (noten el informe que anticipamos de un F-16 con CFT de ataque naval a futuro no es tan alocado)
  • Incorporación de FREMM (25:40) 
    • Estado de las MEKO 360 y su MLU. 
    • Lo que se pide es fragata multipropósito, no necesariamente una FREMM.
  • La compra de los Leonardo AW-109 o podría ser Airbus o de la India dependiendo de la financiación. Ojo que no debe tener componentes británicos (28:30)
  • MLU de MEKO 360 incluye motores y generadores, sensores, radares y armas con la TKMS alemán (32:00)
  • Capacidad de incorporación de buques de barrido de minas (35:10)
  • Estrategia de política naval en la protección de Punta Colorada (Río Negro) (36:30)
  • Base Naval Integrada en Ushuaia (40:50)
    • Dique flotante para logística (42:00)
  • Estado de situación del rompehielos ARA Irizar (43:00)
    • Accidente del helicóptero Sea King (46:35)
  • Estado de la corbeta ARA Parker y Tandanor y problemas de cumplimiento de contratos con los remolcadores, entre otros, Dique Nro 2 de la BNPB (48:00)
  • Estado de la IMARA. Remodernización y adquisición de vehículos anfibios y buques multipropósito anfibios, específicamente LST y LPD. Ambos en proyecto. Caso del San Giorgio, estará operativo hasta 2028 en Italia, no está disponible. (50:00)
  • Integración con la comunidad. Campaña sanitaria. (54:00)
  • Blindados de la IMARA. Stryker para la IMARA (56:00)
  • Ejercicios internacionales. Fraterno con Brasil. (57:00)
  • La visión de la ARA a 2035 (59:40)


sábado, 27 de abril de 2024

Australia: Política naval de expansión de capacidades

Australia inyecta fondo para impulsar la capacidad de la Armada



    
El destructor clase Hobart recibirá el Bloque de Misiles Evolved Sea Sparrow II y misiles SM-2 y SM-6 (foto: Aus DoD)

Inyección de fondos para impulsar la capacidad de la Armada

Los submarinos y la infraestructura de propulsión nuclear con armas convencionales recibirán entre 53.000 y 63.000 millones de dólares durante la próxima década como parte de la inversión de Australia en el desarrollo de una Armada con mayor capacidad de ataque marítimo, aéreo y terrestre.

Este es uno de los compromisos del recién publicado Programa de Inversión Integrada 2024, que establece prioridades de gasto que serán fundamentales para el enfoque de Defensa Nacional descrito en la Estrategia de Defensa Nacional.

La inversión en infraestructura en Australia Occidental hasta mediados de la década de 2030 respaldará la transición a una base operativa australiana soberana de submarinos de propulsión nuclear.


Australia recibirá tres submarinos de propulsión nuclear de la clase Virginia de los EE. UU. antes de que el primer barco de la clase SSN AUKUS sea entregado a la RAN (foto: Marina de los EE. UU.)

El Gobierno también permitirá entre 4.000 y 5.000 millones de dólares para mejorar y mantener la flota actual de seis submarinos clase Collins, que sustentan la transición a los nuevos submarinos.  

Para complementar las capacidades de guerra submarina con tripulación y la flota de combate de superficie de la Armada, se dedicarán entre 5.200 y 7.200 millones de dólares a capacidades de guerra submarina y nuevos vehículos marítimos autónomos y sin tripulación, incluso a través de las capacidades avanzadas del Pilar II de AUKUS.

Las inversiones planificadas incluyen el desarrollo y la adquisición de vehículos submarinos autónomos y sin tripulación grandes y extragrandes para llevar a cabo misiones furtivas en entornos de alto riesgo, junto con la adquisición continua de buques de superficie sin tripulación Bluebottle para una vigilancia marítima persistente.


Tres vehículos submarinos extragrandes  emprenderán misiones furtivas en entornos de alto riesgo (foto: Aus DoD)

Alrededor de 51 mil millones a 69 mil millones de dólares financiarán capacidades marítimas para la negación del mar, y las operaciones localizadas de control marítimo ampliarán la flota de combate de superficie de la Armada.

Una flota ampliada de 36 helicópteros MH-60R Romeo, con un costo de entre 2.400 y 2.700 millones de dólares, respaldará a los principales buques adicionales de la flota.

Las capacidades de ataque de largo alcance de la Armada se mejorarán mediante la adquisición del sistema de armas Tomahawk de los Estados Unidos.


Un total de 36 flotas de helicópteros MH60R estarán equipadas con la Marina Real Australiana (foto: ADF)

También se adquirirán los misiles Evolved Sea Sparrow Missile Block II y SM-2 y SM-6 de próxima generación para los destructores clase Hobart, las fragatas clase Hunter y las fragatas de uso general.

La financiación adicional para capacidades marítimas incluye entre 12.000 y 15.000 millones de dólares para ataques marítimos, entre 2.000 y 3.000 millones de dólares para elementos de capacidades de guerra electrónica y entre 810 y 910 millones de dólares para sistemas de mando marítimo. Estas inversiones permitirán a la Armada mantener objetivos en riesgo a mayor alcance, proporcionando una mayor capacidad para atacar aviones y misiles adversarios.

La Estrategia de Defensa Nacional y el Programa de Inversión Integrada están disponibles en el sitio web de la Estrategia de Defensa Nacional .

Departamento de Defensa de Australia

viernes, 13 de octubre de 2023

Royal Navy: Los recortes presupuestarios (y la aviación argentina) devastaron a la flota

Programas de portaaviones de Gran Bretaña desde la Segunda Guerra Mundial: cómo los recortes presupuestarios devastaron la flota

Military Watch Magazine



Los portaaviones de las clases Invincible, Centaur, Audacious y Queen Elizabeth británicas (en el sentido de las agujas del reloj desde la parte superior izquierda)



La Royal Navy británica cuenta hoy con dos importantes portaaviones de la clase Queen Elizabeth de 65.000 toneladas , que entraron en servicio en diciembre de 2017 y diciembre de 2019 , haciendo la flota de portaaviones del país es más grande y más capaz de lo que ha sido desde los primeros años de la Guerra Fría. Si bien la Marina envió una flota considerable durante la Segunda Guerra Mundial, los programas de portaaviones británicos han dejado mucho que desear desde entonces y se enfrentaron a cancelaciones frecuentes como resultado de la situación económica del país. Los portaaviones de la clase Audacious, encargados a partir de 1951, vieron cancelados dos de los cuatro buques de guerra por este motivo, mientras que la clase Centaur encargada en el mismo período vio cancelados cuatro de los ocho buques de guerra. La clase Majestic planeada para el mismo período vio solo uno de los seis buques de guerra depositados encargados con los demás desguazados o vendidos a países de la Commonwealth. Como resultado, el tamaño de la flota de portaaviones en ese momento era menos de la mitad de lo planeado, lo que socavó gravemente las capacidades de proyección del poder británico. El estado de la flota solo empeoraría a partir de ese momento, con los cuatro importantes portaaviones de la Clase Malta, con más de 50.000 toneladas y cada uno diseñado para desplegar 80 aviones, todos cancelados. Después de la década de 1950, con la pérdida de gran parte de su Imperio, Gran Bretaña frenó notablemente sus ambiciones de portaaviones y su próximo buque de guerra, el primero en ser llamado clase Queen Elizabeth, se planeó en solo dos buques de guerra de 50,000 toneladas en la década de 1960. A medida que el tamaño de los portaaviones creció rápidamente durante la Guerra Fría y los aviones de combate se volvieron mucho más grandes y pesados, ya no se consideró un tamaño muy grande. Sin embargo, este programa resultó estar más allá del presupuesto del país y, debido a dificultades económicas, los barcos fueron cancelados a fines de la década de 1960.



Portaaviones de la clase Queen Elizabeth de la Royal Navy británica

Gran Bretaña finalmente evitó perder por completo su aviación naval, un campo en el que la Royal Navy había sido pionera en la era anterior a la guerra, al encargar los portaaviones Invincible Class a partir de la década de 1980. Estos se encontraban entre los buques de guerra más livianos para desplegar aviones de ala fija y desplazaron solo 22,000 toneladas cada uno, un tamaño similar al de los portahelicópteros como la clase Dokdo de Corea del Sur y la clase Mistral francesa. Sin embargo, ofrecieron a las fuerzas armadas un medio para retener alguna forma de aviación de portaaviones en un momento en que los buques de guerra encargados durante y después de la Segunda Guerra Mundial se estaban desvaneciendo rápidamente y Londres parecía particularmente reacio a invertir en la modernización de su proyección de poder. activos. Debido a sus pequeños tamaños y pistas cortas, los portaaviones de la Clase Invencible no podían desplegar aviones de combate convencionales como el F-4 Phantom o el A-4 Skyhawk utilizados por la Armada de los Estados Unidos, y requerían aviones especializados con capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL). . Por lo tanto, se adquirieron variantes navalizadas de los Harrier Jets altamente especializados para esta función, y la primera entró en servicio en 1978.. La entrada en servicio del Harrier lo convirtió en uno de los primeros cazas de su tipo, siguiendo de cerca a los cazas soviéticos de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) Yak-38 que tenían capacidades similares. Los barcos de la Clase Invencible al principio desplegaron nueve helicópteros de guerra antisubmarina Sea King y cuatro o cinco aviones Harriers. Debido a sus pequeños tamaños, los barcos se concibieron principalmente como un medio para proteger las flotas de destructores británicos de los submarinos enemigos durante las operaciones en aguas azules utilizando helicópteros, y se confiaba en los aviones Harrier para proporcionar una capacidad limitada y altamente defensiva. La incapacidad de los Harriers para igualar a los cazas de última generación basados en portaaviones, como el F-14 Tomcat y el F-4 Phantom desplegados por portaaviones estadounidenses, significaba que solo se confiaba en ellos para proporcionar una capacidad secundaria.



El portaaviones clase Invincible lanza el Harrier Jump Jet

El papel de los portaaviones de la Clase Invencible llegaría a cambiar profundamente con el tiempo, con la invasión argentina del territorio británico de las Islas Malvinas en 1982, lo que llevó a Londres a darse cuenta de la necesidad de activos de proyección de poder para proteger sus posesiones en el extranjero. Si bien la gran mayoría del Imperio Británico se había ido, los puestos avanzados clave del poder británico aún permanecían desde Gibraltar y las Islas Caimán británicas hasta las Islas Malvinas y el Territorio Antártico Británico. Los buques de guerra de la Clase Invencible fueron reacondicionados para una función de proyección de poder, y cada uno desplegó 18 aviones Harrier y solo cuatro helicópteros de acompañamiento. Estos incluían tanto la variante de combate del Harrier como el avión de ataque Harrier GR3 con un papel dedicado aire-tierra similar al del A-4 estadounidense. Si bien dejaban mucho que desear en sus capacidades de combate en relación con la mayoría de los cazas de su tiempo, como el F-15 o el MiG-23, eran más que un rival para la flota de la Fuerza Aérea Argentina de derivados del Mirage francés de segunda generación y fechados A -4 jets de ataque que no solo eran viejos sino también cuestionables piloteados. La discrepancia en la calidad de los pilotos en particular no provocó pérdidas entre los cazas basados en portaaviones británicos, mientras que las fuerzas británicas derribaron 31 aviones argentinos.



Mirage III de la Fuerza Aérea Argentina

Los tres portaaviones ligeros de la Clase Invencible fueron retirados del servicio entre 2005 y 2014 y, a pesar de sus capacidades limitadas y tamaños extremadamente pequeños, la clase se consideró un éxito debido a su desempeño contra Argentina y la defensa efectiva de la flota británica. Este éxito fue particularmente notable considerando que los buques de guerra fueron presionados para desempeñar un papel para el que inicialmente no estaban previstos. Se cree que el incidente de las Malvinas influyó en el liderazgo británico para invertir en los primeros buques de guerra portaaviones de tamaño completo del país en décadas con el programa portaaviones Queen Elizabeth Class. Si bien los nuevos barcos de costo relativamente bajo carecen de las capacidades avanzadas de proyección de potencia de los superportaviones más avanzados, como las clases Nimitz y Gerald Ford de EE. UU. y la próxima clase china Tipo 003, como los sistemas de lanzamiento de catapulta electromagnética o de vapor o la capacidad de desplegar aviones AWACS de ala fija como el E2 Hawkeye o el KJ-600 , los buques representan un resurgimiento en las capacidades de los portaaviones británicos y tienen aproximadamente tres veces el tonelaje de la Clase Invencible. . Los problemas presupuestarios significaron que la Royal Navy puede tener dificultades para adquirir el complemento completo de caza para ambos barcos nuevos , ya que los cazas furtivos F-35B con capacidad STOVL cuestan más de $ 130 millones cada uno para adquirir y tienen los costos operativos más altos.de cualquier luchador actualmente en producción en todo el mundo. Sin embargo, los buques de guerra de la clase Queen Elizabeth, aunque operen a una fracción de su capacidad de carga de aviones, muy probablemente representarán el programa de portaaviones británico más exitoso en más de sesenta años, en todo caso en virtud del hecho de que es el primer programa de portaaviones de tamaño completo. haber sido visto hasta su finalización desde la Segunda Guerra Mundial.



sábado, 17 de septiembre de 2022

Malvinas: Libro Blanco de Defensa de 1981

Malvinas: El reporte Nott





El Libro Blanco de Defensa de 1981 (titulado "El Programa de Defensa del Reino Unido: El camino a seguir" Cmnd 8288) fue una revisión importante de la política de defensa del Reino Unido realizada por el gobierno conservador bajo la Primera Ministra Margaret Thatcher. El autor principal fue el entonces Secretario de Estado de Defensa, John Nott . El objetivo de la revisión era reducir los gastos durante la recesión de principios de la década de 1980 y centrarse en apoyar a la OTAN en lugar de operaciones fuera del área. Finalmente fue juzgado sin embargo, haber sido extremadamente perjudicial para la Defensa del Reino, siendo, entre otras cosas, ampliamente considerado como uno de los factores que contribuyeron al estallido de la Guerra de las Malvinas.

Marina Real

Esta revisión propuso amplios recortes en la flota de superficie de la Royal Navy, incluida la venta del nuevo portaaviones Invincible a Australia, reduciendo así la flota de portaaviones a solo dos buques. Según la revisión, la Royal Navy se centró principalmente en la guerra antisubmarina bajo los auspicios de la OTAN. Cualquier operación anfibia fuera del área se consideró poco probable. Toda la fuerza anfibia de la Royal Marine estaba en peligro de ser disuelta y la revisión anunció la intención de eliminar gradualmente ambos barcos de asalto, Intrepid y Fearless, para 1984. Aunque una fragata Tipo 22 adicionalse confirmó ordenado, Nott declaró que nueve de los 59 escoltas de la marina serían dados de baja, principalmente de las clases County, Leander y Rothesay. Esta decisión se atribuyó al costo creciente de reacondicionamiento y mantenimiento de buques de guerra más antiguos. Varios de los destructores y fragatas más antiguos se colocarían en modo de espera/reserva. Junto con los recortes propuestos en el casco, Nott reveló que la Marina incurriría en una reducción de mano de obra de entre 8.000 y 10.000 personas.

Nott anunció la intención de ordenar cinco submarinos de ataque de propulsión nuclear adicionales, aumentando eventualmente el total a 17 y poniendo mayor énfasis en las fuerzas subterráneas de la flota. También se ordenaría una nueva clase de submarinos de ataque de propulsión convencional (el Tipo 2400). El programa de construcción existente de la Royal Navy de 20 buques de guerra de superficie no se vería afectado por los recortes, aunque la flota de superficie se reduciría a medida que los barcos fueran retirados del servicio a un ritmo más rápido que el que entraron en servicio sus reemplazos. El Libro Blanco también confirmó que la adquisición por parte de la Marina del misil balístico Trident lanzado desde un submarino avanzaría como parte del plan del Gobierno para modernizar la disuasión nuclear británica. 

El patrullero de hielo Endurance también debía ser retirado del Atlántico Sur. Esto fue interpretado como una muestra de debilidad por parte del Gobierno argentino, alentando la invasión de las Islas Malvinas. Chatham Dockyard también se cerraría como base de operaciones. También se cancelaron los estudios de viabilidad de los destructores Tipo 43 y Tipo 44, junto con el misil tierra-aire Sea Dart MkII.


Armada real británica

El ejército regular quedaría reducido a 135.000 hombres, con una pérdida de 7.000, que se compensaría en parte con la progresiva ampliación del Ejército Territorial en una cifra de 16.000 (de 70.000 a 86.000). En Alemania, el compromiso terrestre de la OTAN de Gran Bretaña se reduciría en unos 2.000, dando un total de 55.000. Esto se lograría mediante la retirada de un cuartel general de división.

En el comunicado de Nott, se anunció que cuatro regimientos blindados estarían equipados con el tanque Challenger, mientras que habría un aumento en el pedido del misil antitanque MILAN


Fuerza Aérea Real

Las pérdidas de mano de obra para la Royal Air Force ascenderían a 2500, pero el libro blanco se comprometió a retener todos los proyectos de la RAF y confirmó la adquisición del AV-8B Harrier en colaboración con los Estados Unidos. Se iban a retener dos escuadrones de F-4 Phantom para la misión de defensa aérea en el Reino Unido (junto con dos escuadrones Phantom adicionales desplegados en Alemania) en lugar de eliminarse gradualmente con la introducción del Panavia Tornado ADV , mientras que el número de Nimrod Mk reacondicionados Los aviones de patrulla marítima II se incrementarían en tres hasta 34. 

Como reflejo del énfasis del libro blanco en la defensa aérea, el número de entrenadores Hawk equipados con el misil aire-aire AIM-9 Sidewinder se duplicaría a 72 con la intención de aumentar los escuadrones de combate de primera línea de la Royal Air Force.


Controversia

En una entrevista en vivo de 1982 sobre el Libro Blanco para el programa de televisión Newsnight de la BBC 2, durante la entrevista de la emisora ​​​​Robin Day, se ofendió por un insulto percibido cuando Day hizo el comentario en las líneas de que el público podría cuestionar el juicio de un "aquí". "político de hoy, mañana desaparecido" sobre los mejores intereses de defensa a largo plazo del país, Nott se puso de pie, se quitó el micrófono y abandonó la entrevista.


Impacto de la Guerra de las Malvinas: Libro Blanco de diciembre de 1982

Después de la Guerra de las Malvinas, se revisaron muchas de las suposiciones inherentes a la revisión de la defensa de 1981. El Libro Blanco de Defensa de diciembre de 1982 introdujo una serie de iniciativas "para aumentar la movilidad y flexibilidad de nuestras Fuerzas Armadas para futuras operaciones en el área de la OTAN y en otros lugares". Estas iniciativas incorporaron varias medidas para fortalecer la Royal Navy, entre ellas:

  • Confirmación de que tres portaaviones se mantendrían en servicio, normalmente dos portaaviones activos con el tercero en reparación o en espera;
  • Confirmación de que se mantendrían los barcos de asalto, Fearless e Intrepid (decisión ya anunciada antes del inicio de la Guerra de las Malvinas);
  • Sustitución del Landing Ship RFA Sir Galahad, perdido en la guerra, y la reparación del RFA Sir Tristram , dañado en la guerra;
  • Orden de dos fragatas adicionales del Lote II y dos del Lote III Tipo 22 para reemplazar a los destructores y fragatas perdidos en la Guerra;
  • La intención de mantener 55 destructores y fragatas en la flota activa y ninguno en stand-by hasta mediados de la década de 1980 (modificando significativamente la decisión de la revisión de 1981 que pretendía reducir la flota de destructores y fragatas a 50 barcos, con un número de estos - hasta ocho - en stand-by/inactivos);
  • Incorporación de capacidades mejoradas de defensa aérea puntual en los portaaviones, barcos de asalto, destructores de clase Tipo 82 y destructores de clase Tipo 42 ;
  • Suministro de una capacidad orgánica de alerta temprana aerotransportada, basada en el radar Searchwater , para cada uno de los portaaviones operativos;
  • Reemplazo de todos los aviones navales perdidos en la guerra más el pedido de siete cazas Sea Harrier adicionales y seis helicópteros Sea King adicionales ;
  • Orden de dos buques de contramedidas de minas clase Hunt adicionales ;
  • Retención del patrullero de hielo, HMS Endurance, en el Atlántico Sur.

Se emprendieron más iniciativas para mejorar también las capacidades "fuera del área" del Ejército y la Royal Air Force, que incluyen:

  • Fortalecimiento de la 5ª Brigada para futuras operaciones fuera del área y equipamiento de equipo de mantenimiento de posición en varios aviones de transporte Hércules para proporcionar a la brigada una capacidad de asalto en paracaídas para 1985;
  • Adquisición de seis aviones Tristar para su conversión en aviones cisterna/transportes estratégicos;
  • Reemplazo de los helicópteros de carga pesada RAF Harriers y Chinook perdidos en el conflicto, más la compra de cinco Chinook adicionales;
  • Compra de al menos 12 cazas F-4 Phantom adicionales de los Estados Unidos para reemplazar los Phantoms que ya están en servicio en la RAF ahora asignados a la defensa aérea de las Islas Malvinas. Estos aviones Phantom F4J (Reino Unido) adicionales se aseguraron de que no hubiera una brecha en la defensa aérea del Reino Unido continental;
  • Compra de 24 lanzadores de misiles tierra-aire Rapier adicionales para el Ejército y el Regimiento de la RAF;
  • Mejora, mediante una inversión de al menos 10 millones de libras esterlinas, del número y la variedad de elementos de las existencias de guerra destinados específicamente al apoyo de operaciones fuera del área de la OTAN. [7]







 

miércoles, 29 de junio de 2022

Japón vuelve por sus portaaviones (con destructores)

Renacimiento de la flota de portaaviones japonesa

Roman Skomorokhov || Revista Militar





No es muy buena información. Por primera vez desde 1945, un avión de combate despegó de un barco japonés y luego lo abordó. Y, desafortunadamente, esta no es una película de la Segunda Guerra Mundial.

Esta es la realidad.


Así comenzó un ciclo de pruebas, que se suponía que probarían la posibilidad de basar y operar aviones F-35B estadounidenses desde barcos japoneses.

Para ello, los japoneses cuentan con naves tan originales como los destructores de helicópteros clase Izumo.


El desplazamiento de estos barcos es de 19.500 toneladas estándar y 27.000 toneladas llenas. Ni siquiera es el "Almirante Kuznetsov" con sus 53.000 toneladas, pero si hay dos, entonces es casi nuestro crucero con aviones.

Pero los barcos japoneses no tienen más de 40 años, pero mucho menos. Podemos decir - nuevo, diez años para dos no sirvieron. Con todas las consecuencias consiguientes.

Estos destructores de gran tamaño pueden transportar hasta 28 aviones cada uno. Es decir, aquí también, cada Izumo es como la mitad del Almirante Kuznetsov.

 
El "Almirante Kuznetsov" en japonés

Pero los planes de Japón para modernizar sus destructores-portaaviones para convertirlos en portaaviones de pleno derecho no pueden llamarse pacíficos y defensivos porque, como ha demostrado la práctica, un portaaviones es una forma de proyectar poder a regiones remotas del mundo. Y si, junto con casi cuatro docenas de destructores de la Armada japonesa , entonces el puño resulta bastante decente.

Sin embargo, Japón ya ha comenzado a convertir uno de sus buques de guerra con aviones, el Izumo, en un portaaviones de pleno derecho. Y el ciclo de pruebas que ha comenzado debería descubrir hasta qué punto el Izumo y, muy probablemente, posteriormente el segundo barco de la clase, el Kaga, son adecuados para basar el F-35B en ellos con un uso posterior.


Algo me dice que Izumo y Kaga servirán. O el F-35B sería adecuado para barcos japoneses.

Me pregunto a quién se le ocurrió un plan tan maravilloso. ¿Es posible que en Japón todo el mundo sea tan susceptible a las aspiraciones militaristas?

No, la idea, como siempre, vino del otro lado del Océano Pacífico. La empresa estadounidense de tecnología de defensa General Atomics ha propuesto al gobierno japonés convertir los porta-helicópteros destructores en portaaviones de pleno derecho. Naturalmente, el F-35B debería haberse convertido en la base de la modernización.

Y así, el 3 de octubre de 2021, dos cazabombarderos F-35B piloteados por pilotos del 242 ° Escuadrón de Aviación de Combate y Asalto del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, que está estacionado en Japón en la Base de la Fuerza Aérea de Iwakuni.

Naturalmente, hasta este punto, en Izumo se ha realizado un trabajo importante: se han modernizado los sistemas de control de aterrizaje y tráfico aéreo, se ha aumentado la generación de energía y se han actualizado significativamente las líneas de alimentación. Pero el trabajo principal fue aplicar un recubrimiento resistente al calor a la cubierta de vuelo, ya que inicialmente no había ningún plan para lanzar aviones desde Izumo.


Desde junio de 2020 hasta junio de 2021, el trabajo fue realizado en Izumo por Japan Marine United en Yokohama.
La primera etapa del trabajo de modernización costó 3,1 mil millones de yenes (unos 28 millones de dólares) y se centró principalmente en garantizar la posibilidad de basarse en el avión Izumo F-35B.

La segunda etapa de trabajo comenzará después de que los pilotos completen el ciclo de vuelos de prueba, es decir, aproximadamente a principios de 2025. Durante esta etapa se cambiará la forma de la proa de los barcos, se ampliará para un despegue y aterrizaje más seguro de las aeronaves, se instalará el sistema de aterrizaje electrónico-óptico JPALS, los hangares y ascensores serán completamente reacondicionados para aeronaves, el almacenamiento de combustibles, aceites, repuestos y componentes se ajustará a las nuevas necesidades. ...

No hay planes para instalar trampolines, confiando en la capacidad del F-35B para despegar y aterrizar casi verticalmente.

Después de completar dos etapas, Izumo se convertirá en un portaaviones ligero en toda regla, capaz de transportar hasta 16 aviones.

Está previsto que el Kaga, el segundo portaaviones, se haga cargo el próximo año. Y para llevar a cabo todo el trabajo que se hará en Izumo en tan solo un año.

En general, no se puede decir que los porta-helicópteros destructores Izumo y Kaga se convertirán en portaaviones en toda regla. Más bien, algo similar al barco español Juan Carlos First, cuyo grupo aéreo puede estar formado por tres docenas de aviones, incluido el F-35B. Pero el barco español tiene un trampolín que facilita el despegue de los aviones, pero en los barcos japoneses los pilotos tendrán un poco más de dificultad.

En general, dos buques portaaviones en la región de Asia y el Pacífico, donde hoy se desarrolla un enfrentamiento silencioso entre China y Estados Unidos, no afectarán la paz de ninguna manera. Por el contrario, lo más probable es que la situación se intensifique gradualmente.

No es ningún secreto que los japoneses están descongelando gradualmente las ambiciones imperiales, que parecían estar congeladas de manera confiable en 1945. Pero, como muestra la práctica, incluso la Constitución no garantiza la estabilidad.


Como recordamos (y recordamos) que en 1947, después de analizar cualitativa y tranquilamente todas las atrocidades que los japoneses cometieron contra los chinos, coreanos, mongoles, los países de la comunidad mundial prohibieron a Japón tener un ejército. Y por si acaso, estaba fijado en la Constitución.

"Luchando sinceramente por la paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación, así como a la amenaza o el uso de la fuerza armada como medio para resolver disputas internacionales"
Artículo 9 de la Ley japonesa Constitución

Entonces, la ley básica dice que en Japón "nunca más se crearán fuerzas terrestres, marítimas y aéreas, así como otros medios de guerra". Además, el documento prohíbe claramente una guerra ofensiva. Algo así como "para siempre".

Pero resultó que solo tenía 75 años. Y este "podemos repetir" en la actuación de Japón no es muy agradable, porque Japón es claramente capaz de repetir. Y la creación de un ejército en lugar de "fuerzas de autodefensa", y la creación de una flota militar en toda regla con cuatro barcos portaaviones, dos de los cuales ahora serán reformateados en portaaviones.

No hay duda de que los barcos japoneses, si es necesario, se alinearán con los estadounidenses.


Y no solo durante los ejercicios. Este es el precio de una alianza. Pero los japoneses también tienen suficientes planes ambiciosos y reclamos territoriales hoy. A Rusia, a Corea del Sur, por ejemplo.

Entonces, por supuesto, no hay duda de que los japoneses usarán su flota y su ejército, que se incluyen regularmente en el top 10 del mundo, exclusivamente con fines pacíficos de proteger sus fronteras y territorios. Como ha sucedido en su historia.


Suena, por supuesto, muy optimista, pero hay poca fe en estas palabras. Porque de hecho, un país tan desarrollado como Japón, e incluso con tal apoyo de Estados Unidos, puede repetirlo fácilmente.