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domingo, 4 de mayo de 2025

ARA: Moreno y Rivadavia definían el poder naval en el Sur

El “Moreno”, el “Rivadavia” y su época


Juan Carlos Cicalesi || DeySeg


La incorporación de los acorazados argentinos, junto a la compra de unidades similares por parte de Brasil y Chile, significó el reinicio de la carrera armamentista en el subcontinente, constituyendo el máximo exponente del poder naval en América del Sur hasta la llegada de los portaaviones






Poder Naval en Sudamérica

A comienzos del Siglo XX Argentina, Brasil y Chile se encontraban en medio de una carrera armamentista de grandes proporciones. La Marina de Guerra (así llamada en aquel entonces) disponía de cuatro cruceros acorazados de 6.840 toneladas de desplazamiento, tres acorazados menores y cinco cruceros, además de unas 30 unidades diversas, que tenían un poder de fuego formidable para la época. Por ese entonces, además de la constante rivalidad con Brasil, existía un estado casi de hostilidad con Chile, debido a que aún no se habían solucionado los problemas limítrofes a pesar del tratado de 1881.
En 1902 fueron botados en los astilleros Ansaldo en Italia los cruceros acorazados “Mariano Moreno” y “Bernardino Rivadavia” de 8.000 toneladas de desplazamiento, mientras que los astilleros de Vickers & Armstrong en Gran Bretaña avanzaban en la construcción de los acorazados “Constitución” y “Libertad” destinados a la Armada de Chile. Al mismo tiempo, la Armada Argentina efectuó durante febrero y marzo de ese año una serie de maniobras que fueron las más grandes realizadas en su historia, con más de 60 buques, las cuales impresionaron a los observadores extranjeros dando muestras del poder del que se disponía. Esto ayudó al logro del pacto del 28 de mayo que puso fin a las tensiones y dispuso el desarme, que incluyó la venta de los cuatro buques en construcción. En el caso de los argentinos, estos fueron vendidos al Japón, rebautizados “Nishin” el “Moreno” y “Kasuga” el “Rivadavia”, que participaron muy activamente en la guerra Ruso Japonesa. Por su parte, los buques chilenos fueron vendidos a la Royal Navy.

Brasil ordenó en 1907 la construcción de dos unidades a los astilleros Vickers & Armstrong que para 1910 entraron en servicio. De 19.200 toneladas de desplazamiento, desarrollaban una velocidad máxima de 21 nudos y estaban armados con doce piezas de 305mm, además de 22 de 120mm. Recibieron los nombres de “Minas Gerais” y “Sao Paulo”. Fueron los primeros acorazados modernos y significaron los mayores buques en la región en ese entonces. Cabe destacar que solamente Inglaterra y Alemania poseían este tipo de naves.



Para contrarrestar el poder que tenía Brasil frente a los buques argentinos, los cuales nada podrían hacer frente al poderío de su artillería y el blindaje, el gobierno argentino decidió en 1908 imitar el plan, estudiando diversas propuestas de los astilleros. El 22 de enero de 1910 se firmó un contrato con el astillero Fore River de Quincy (Massachussets) por 2.214.000 libras esterlinas y otro igual el 5 de febrero con el New York Shipbuildings Co de Campden (New Jersey) para la construcción cada uno de un acorazado de 27.720 toneladas de desplazamiento estándar y 31.000 toneladas completo, armados con doce cañones de 305mm con munición de 394,6kg de peso, doce de 152mm y 16 de 102mm, además de cuatro cañones antiaéreos de 76mm y dos tubos lanzatorpedos de 533mm instalados bajo la línea de flotación. Las máquinas les permitían desarrollar una velocidad máxima de 23 nudos. La protección combinaba un blindaje vertical de hasta 11 pulgadas y otro horizontal de 2 a 3 pulgadas, mientras que las torres de artillería principal tenían dos piezas de 12 pulgadas.

Los dos acorazados constituyen hasta el día de hoy los mayores buques de guerra construidos por los Estados Unidos para la exportación y dan una idea clara de la capacidad que tenía la Argentina en ese entonces, igualando en poder naval a muchas de las potencias europeas y superando a otras. El 9 de julio de 1910 comenzó la construcción del “Acorazado Nº 1” y poco después su gemelo. El “Acorazado Nº 2” fue botado el 26 de agosto del año siguiente y por Orden General (O.G.) Nº2/911 fue bautizado ARA “Rivadavia”. El otro buque fue botado el 28 de septiembre y por O.G.Nº12/911 fue bautizado ARA “Moreno”.

Por O.G.44/914 se estableció que el “Rivadavia” forme la “División Entrenamiento” junto al crucero acorazado ARA “Garibaldi” entre otros. El 27 de agosto de 1914 a las 8:00 horas en el puerto de Boston fue afirmado el Pabellón Nacional e incorporado oficialmente a la Armada Argentina. El 23 de diciembre partió de Nueva York hacia Buenos Aires, con escala en Barbados, arribando el 19 de febrero de 1915. Al día siguiente fue recibido el ARA “Moreno” y seis días después fue afirmado el pabellón, a tiempo para participar de la Revista Naval Internacional de Hampton Roads, Virginia, donde se celebró la apertura del canal de Panamá. En abril fue asignado a la 1º División de la Escuadra, regresando al país el 26 de mayo. Ambos buques fueron basados durante toda su carrera operativa en la Base Naval Puerto Belgrano (BNPB), principal apostadero de la Armada Argentina.

De esta manera, Argentina superaba ampliamente a Brasil, dado que los buques eran más modernos y poderosos, aunque en ese entonces los brasileños ordenaron la construcción de un tercer acorazado, con mayor poder que el anterior, bautizado “Río de Janeiro”. Este sería el acorazado más grande del mundo en ese entonces. Para impedir que Brasil lo construya, el presidente argentino Doctor Roque Sáenz Peña envió en 1911 dos misiones a Río de Janeiro. Una de ellas estuvo a cargo de Ramón J. Cárcano, quien obtuvo la renuncia verbal del canciller brasileño a la construcción. Finalmente esta unidad sería vendida antes de entrar en servicio a Turquía y rebautizada “Sultán Osman I”. En 1912 murió el canciller brasileño que impulsó la rivalidad argentino-brasileña en materia de armamentos, quien fue reemplazado por uno partidario de una política más discreta que la de su antecesor. En consecuencia, el 1º de julio el canciller argentino José Luis Murature pudo comunicar a la Cámara de Diputados en sesión secreta que el gobierno brasileño había renunciado a la construcción de su tercer acorazado. Allí también se habló sobre la compra de un tercer acorazado por parte de Argentina en caso de que Brasil siga con sus planes, lo que nunca se materializó. Además, los sectores de izquierda se opusieron incluso a la incorporación de las naves a punto de ser finalizadas. Mientras Argentina competía con Brasil, Chile no se mantenía de brazos cruzados, viendo como los “Pactos de Mayo” de 1902 eran desechados por Argentina, que lejos de mantener el equilibrio, se había convertido en la marina de guerra más poderosa de la región.



Chile equilibra el poder naval argentino

Chile inició el “Plan del Centenario” en 1910 con el objetivo de construir dos acorazados, seis destructores y dos submarinos. El 5 de agosto de 1911 se ordenó la construcción de los dos acorazados al astillero WG Armstrong Whitworth & Co., denominados “Super Dreadnought”, por poseer sustanciales mejoras respecto al diseño original inglés y basados en el HMS “Neptune”, aunque luego el diseño evolucionó hasta parecerse a la clase “Iron Duke” de la Royal Navy.

Las principales mejoras radicaban en poseer diez cañones de 356mm con proyectiles de 635 a 721 kg de peso, con un alcance de 20 kilómetros frente a los 12 Km de los buques argentinos. Además poseía 16 (luego 14) piezas de 152mm, cuatro de 102mm y cuatro tubos lanzatorpedos, sumados a cañones antiaéreos. Desplazaban 28.650 toneladas estándar y 32.000 a plena carga, desarrollando una velocidad máxima de 22.75 nudos.

Los dos buques fueron denominados “Valparaíso” y “Santiago”, aunque luego fueron rebautizados “Almirante Latorre” y “Almirante Cochrane”. De este modo, se convertirían en los acorazados más poderosos de la región, comenzando la construcción del primero en 1911 y del segundo dos años más tarde, en el astillero Newcastle. El 27 de noviembre de 1913 fue botado el “Latorre”.

Ante el inicio de la Primera Guerra Mundial, la Royal Navy ofreció comprar los buques chilenos, lo que fue aceptado dado que no había grandes alternativas, ya que de no aceptar, seguramente las naves serían incautadas, como el caso del acorazado turco “Sultan Osman I”, que pasó a ser el HMS “Aguincourt”. Así, en 1915 el “Almirante Latorre” fue terminado y bautizado HMS “Canada”, al tiempo que el “Almirante Cochrane” fue modificado a portaaviones en 1918 y bautizado HMS “Eagle”. Este buque sería hundido el 11 de agosto de 1942 durante la Segunda Guerra Mundial. En cambio el HMS “Canada”, tras participar activamente en la guerra, incluyendo la batalla de Jutlandia, fuere vendido a Chile en 1919, arribando a ese país el 20 de febrero de 1921 con sustanciales mejoras, producto del uso en la guerra, entre las cuales se destacaba un mayor armamento antiaéreo, directores de tiro y modificaciones en el puente, aunque el buque mostraba desgaste debido a las exigencias del combate. A cambio del “Cochrane” se ofreció el acorazado HMS “Princess Royal”, que fue rechazado por su alto precio.

De esta manera Chile no podía obtener la supremacía que había pretendido en un comienzo, ya que si bien su buque era superior a los que poseían los otros países, solo tenían uno, de modo que el poder reunido de los dos que tenía Argentina era mucho mayor. Además, el blindaje de los argentinos era superior, lo cual era una gran ventaja, como se vio en Jutlandia, cuando los buques ingleses dotados de artillería similar a la del chileno fueron sumamente vulnerables a los ataques alemanes con calibres menores, que les hundieron tres cruceros de batalla contra uno solo alemán. Esto se debió al blindaje superior de éstos últimos, confirmando la teoría Argentina que suponía que el mayor blindaje permitiría soportar mejor los daños en combate, mientras que la artillería disponible podría causar estragos a su oponente menos protegido. Con respecto a los buques brasileños su blindaje no era capaz de soportar un impacto directo de los cañones de 356 mm del “Almirante Latorre”, mientras que sus disparos no podían causar grandes efectos en el buque chileno.



El “Moreno” y el “Rivadavia” en servicio

​Arribado el “Rivadavia” a Puerto Belgrano, el 5 de abril fue asignado a la División Instrucción, donde en 1916 fue reemplazado por el “Moreno” que pasó a la División Entrenamiento. Inmediatamente comenzó el entrenamiento de la tripulación de ambas naves, alcanzando un nivel tal que para el centenario de la declaración de la Independencia (el 9 de julio) el “Rivadavia” viajó a Buenos Aires a toda máquina, recibiendo una felicitación. Además ganó el concurso de tiro de grueso calibre, al tiempo que el “Moreno” logró el tercer puesto. En 1917 el “Rivadavia” fue enviado por primera vez para dar apoyo a las fuerzas que se encontraban reprimiendo una huelga de obreros anarquistas del sector petrolero, yendo a Comodoro Rivadavia, provincia del Chubut.

Al año siguiente, por O.G.115/18 ambos acorazados fueron asignados a la 1º División de la Escuadra de Mar. En el mes de mayo, el Presidente Hipólito Yrigoyen se embarcó en el “Rivadavia” en un viaje al sur y luego trasladó al embajador argentino hasta Nueva York con escalas en Río de Janeiro y Hampton Road, regresando al país con un cargamento de oro. El 27 de diciembre el ARA “Rivadavia” ganó la regata internacional para buques de guerra realizada en conmemoración del aniversario del descubrimiento del Estrecho de Magallanes, visitando luego la ciudad de Valparaíso en Chile.

En 1922 por primera vez solo uno de los acorazados permaneció en servicio, cuando el “Rivadavia” pasó a situación de reserva a la espera de su modernización, mientras que el “Moreno” (buque insignia de la 1º División) efectuó un viaje de buena voluntad a Río de Janeiro, siendo la segunda vez que uno de los buques entraba en dicho puerto. Dada la entrada en servicio del acorazado chileno, se decidió la modernización de las dos naves argentinas, con el objetivo de equiparar las capacidades lo máximo posible.

Con este objetivo en 1924 se votó la Ley 11.222 que autorizó el presupuesto para la actualización, que principalmente significó la transformación para quemar solo petróleo, se cambiaron las turbinas y engranajes, se aumentó el alcance de la artillería principal que llegaba a los 19 km, se mejoró el sistema de recarga de los cañones principales con un tiempo reducido en un 50% y cuatro piezas de 102 mm fueron reemplazadas por otras tantas de 20 mm antiaéreas. Se cambiaron los reflectores y se instalaron nuevos instrumentos, entre ellos nuevos directores de tiro. Fue montado un palo trípode detrás de la chimenea de popa, además fue modificado el sistema lanzatorpedos, las transmisiones de la línea de ejes de las hélices y el sistema de gobierno del buque, aumentando al final en 1.000 toneladas el desplazamiento. Así la diferencia a favor del chileno había sido prácticamente eliminada.

El 6 de agosto de ese año el ARA “Rivadavia” zarpó hacia la ciudad de Boston para iniciar los trabajos, al tiempo que el ARA “Moreno” trasladó a la representación Argentina que participó de los festejos del centenario de la batalla de Ayacucho, visitando Valparaíso (Chile) antes de llegar al puerto peruano de El Callao. Luego siguió hacia el norte y cruzó el canal de Panamá en su ruta hacia Filadelfia, donde comenzaron los trabajos de modernización.

Una vez terminados los trabajos en las máquinas, se realizaron pruebas con total éxito y en abril de 1926 el “Rivadavia” volvió a la Argentina, seguido por el “Moreno” en agosto, luego de nivelar y calibrar la artillería en Boston. Entre el 4 y el 12 de diciembre el “Rivadavia” realizó pruebas de velocidad y de tiro con el presidente Marcelo T. de Alvear abordo. Este volvió a embarcar, esta vez en el “Moreno”, en un viaje al sur en febrero de 1927. En unas pruebas de máquinas realizadas en el mes de junio, se mantuvo una velocidad sostenida de 20 nudos durante 70 horas.



Por ese entonces, la Armada Argentina -que había creado su Aviación Naval en 1916- seguía de cerca los avances en este tipo de arma y su uso en las operaciones navales, en especial en cuanto al reconocimiento en apoyo a las unidades de superficie y a la dirección de tiro de artillería de los buques. Por ese motivo, decidió en 1927 la incorporación de aviones de reconocimiento que pudiesen operar embarcados, por esa razón en 1928 fueron comprados seis aviones del modelo Fairey IIIF Mk. IIIM. Dado que los buques no tenían catapulta y las posibilidades de instalarla eran complicadas, se decidió que un aparato sería transportado en cubierta, en la zona central del buque entre las chimeneas, en el lugar que ocupaba una de las lanchas a vapor de la banda de estribor. Sería descendido al mar con una de las grúas utilizadas habitualmente para el izado de las lanchas y la carga de munición, para que el avión despegue. En caso de necesidad se podía reemplazar la lancha de babor por un segundo avión. El espacio en la cubierta era tal, que permitía ubicarlo con las alas desplegadas, a pesar que durante la navegación las mismas se plegaban. El 2 de octubre de 1929 se efectuaron las primeras pruebas; luego de embarcar el avión en Puerto Belgrano en el ARA “Rivadavia”, fue calzado en una cuna instalada en la cubierta principal el Fairey IIIF matrícula AP-2, equipado con pontones. A partir de entonces ambos buques comenzaron sus operaciones con los Fairey en forma regular, inaugurando de este modo la era de la aviación embarcada en Argentina. Ese año ambos buques integraban la 1º División Naval junto a los exploradores “Garay”, “Cervantes” y “Azopardo”.

Chile decidió la modernización del “Almirante Latorre” para recuperar su ventaja y además reparar al buque dado que el desgaste sufrido en la guerra era notable. Por ese motivo en 1929 se lo envió a Devonport, Inglaterra, donde entre otras modificaciones también se le cambió el combustible de carbón por petróleo y se mejoraron los sistemas de puntería, finalizando los trabajos en 1931. Además, dada la capacidad de embarcar aviones de los buques argentinos, se decidió instalar una catapulta de origen italiana, aunque estos trabajos se realizaron en Chile, transformándose el 7 de marzo de 1932 en el primer buque en América Latina en catapultar un avión, en la ocasión un Fairey IIIF. Esta capacidad se emplearía pocas veces y la catapulta sería removida en 1941.

Mientras tanto la vida de los buques argentinos continuaba sin alteraciones, participando normalmente en las ejercitaciones de la Flota de Mar a lo largo del litoral marítimo argentino. En agosto de 1933 el “Moreno” visitó las ciudades de Montevideo y Río de Janeiro, llevando al presidente de la república, General Agustín P. Justo, acompañado por los exploradores ARA “Tucumán”, “Mendoza” y “La Rioja”, regresando el 22 de octubre.

Con el objetivo de mantener el nivel de sus pares argentinos y chilenos, Brasil entre 1934 y 1937 modernizó totalmente al “Minas Gerais”, cambiando el tipo de combustible, agregando cuatro montajes de 76 mm antiaéreos y mejorando sustancialmente los directores de tiro, entre otros. No se logró mejorar sustancialmente las capacidades de la nave, que ya mostraba el paso de los años y era imposible revertir su inferioridad con respecto a los otros barcos. Por este motivo, el “Sao Paulo” solamente recibió algunos cambios menores, como el agregado de dos piezas de 76mm. Esta situación ubicaba a la Marina de Brasil en una marcada inferioridad respecto a la de Argentina, ya que mientras Brasil poseía además los cruceros “Bahía” y “Río Grande do Sul” de 3.150 toneladas que databan de 1910, armados con una artillería principal de diez montajes simples de 120 mm, Argentina incorporó en 1931 los cruceros ARA “Almirante Brown” y “25 de Mayo”, de 8.600 toneladas que poseían tres montajes dobles de 190 mm además de seis dobles de 102 mm, al tiempo que eran los primeros buques en Argentina en poseer catapulta. Además su velocidad de 33.5 nudos superaba a los 28 originales de los buques brasileños.

Chile por su parte no tenía ningún otro buque de importancia construido en el Siglo XX, manteniendo igual que Argentina, algunos de los viejos acorazados, cruceros acorazados y cruceros en calidad de guardacostas para la protección de sus bases navales y puntos estratégicos costeros, además de patrullajes, sin gran capacidad de combate contra las unidades modernas.

Mientras tanto, en enero de 1937 el ARA “Moreno” volvió a El Callao pasando por Valparaíso y con motivo de participar en la revista naval que se realizaría en Spithead, Inglaterra, para celebrar la coronación del rey George VI, navegó desde el 6 de abril junto al “Rivadavia” pasando por Funchal y Portsmouth. Mientras el “Moreno” participaba de la revista naval, el “Rivadavia” viajó a Brest en visita de buena voluntad, donde luego se le unió su gemelo. De allí partieron a Wilhelmshaven donde recibieron nuevos equipos ópticos para los sistemas de puntería y desde allí, el 29 de junio volvieron a la BNPB.

En septiembre de 1939 ambos acorazados llevaron a los cadetes de la Escuela Naval Militar hasta Río de Janeiro y participaron de diversas festividades, donde los sorprendió el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Debido a esta situación, esperaron la llegada de los torpederos ARA “Buenos Aires”, “Corrientes”, “Misiones” y “Santa Cruz” que los escoltaron de regreso a su base. Por ese entonces se les unió en la Escuadra de Mar el crucero escuela ARA “La Argentina”, que con sus tres torres triples de 152 mm y diez de 102 mm, más tres tubos lanza torpedos de 21” por banda y un blindaje de unos 10 mm, aumentó nuevamente el poder naval argentino frente a sus pares de América Latina.

La Segunda Guerra Mundial

Durante la guerra ambos acorazados mantuvieron un estado de alistamiento total a pesar de la neutralidad Argentina, demostrando en 1944 su capacidad todavía vigente al hacer tiro de concentración de grueso calibre entre los dos buques, mientras a bordo del “Rivadavia” se encontraba el entonces presidente de la república, General Edelmiro Farell. De esta manera, se evidenció la capacidad de ataque contra un blanco único, como podría haber sido el caso del “Latorre”. Para finales de la Segunda Guerra Mundial el eje de poder había cambiado en favor de los portaaviones, aunque los acorazados mantenían su potencial, dejando de lado el combate entre buques para realizar tareas de fuego naval de apoyo entre otras, tal como sucedió con la US Navy durante la guerra de Corea, Vietnam y Tormenta del Desierto. Por ejemplo, Francia radió de servicio definitivamente al “Richelieu” en 1960 y al “Jean Bart” en 1961, luego de que el primero haya tomado parte en los inicios de la guerra de Indochina, a finales de 1945 y el segundo en el conflicto del Canal de Suez en 1956. Estados Unidos mantuvo en reserva/servicio alternativamente a los cuatro acorazados clase “Iowa” debidamente modernizados hasta marzo de 1992, año en que fue dado de baja el último, asumiendo que habían sido construidos entre 1943 y 1944. Estos cuatro buques en la actualidad permanecen a flote, estando destinados como museos.

La Armada Argentina estudiaba desde hacía tiempo la adquisición de un portaaviones, de todas maneras, si bien se había perdido poder en el contexto mundial, se mantenía la supremacía en la región. Chile mientras modernizó nuevamente en 1946 el “Almirante Latorre” con radar y equipos de guerra electrónica, brindando mayor detección nocturna y con mal tiempo (hasta ese entonces todos se basaban en los reflectores). Además se agregaron 18 cañones antiaéreos de 20 mm. De todas maneras el futuro de los acorazados Latinoamericanos ya estaba sellado y su importancia en un hipotético combate naval en la región era cada vez menor, sobre todo por la superioridad de los cruceros argentinos de origen italiano, que no tenían oponentes en Brasil y Chile y contrarrestaban el poder de fuego y blindaje de los acorazados con una velocidad y maniobrabilidad mucho mayores, además de disponer de un blindaje en el casco desde la línea de flotación de 50 mm (llegando en otras áreas a 70 mm) y aviones para la dirección del tiro de la artillería a grandes distancias. Por otra parte la aviación significaba una gran amenaza para la cual tenían pocas defensas.

En octubre de 1946 ambos buques participaron de sus últimos viajes de importancia. El ARA “Rivadavia” realizó un viaje por América Latina llevando a miembros del nuevo gobierno del presidente Juan D. Perón, visitando Port of Spain, Veracruz, La Habana, Port au Prince, Ciudad Trujillo, La Guayra, Puerto Cabello, Cristóbal Colón, Cartagena, Port of Spain nuevamente y volviendo a Puerto Belgrano. Mientras, el “Moreno” viajó con la Flota de Mar a Chile para participar de la asunción demando del presidente de aquel país.



Al año siguiente el ARA “Rivadavia” efectuó su última navegación, aunque permaneció en situación de desarme en el muelle de acorazados de la Base Naval Puerto Belgrano. En 1948 sucedió lo mismo con el ARA “Moreno”, que a partir de 1950 se empleó para albergar al personal del Estado Mayor de la Flota de Mar, mientras que en 1951 el “Rivadavia” pasó a situación de desarme total. Para ese entonces, además de ser anticuados, los buques habían estado en operaciones por más de 30 años, con mucha actividad en el período de la Segunda Guerra Mundial, en el que a pesar de sentirse ya los años sobre sus estructuras, nunca dejaron de estar plenamente operativos.

En ese año la Armada Argentina compró los dos cruceros clase Brooklin de la misma manera que lo hicieron sus pares de Brasil y Chile, aunque Argentina mantenía la supremacía al poseer los otros tres cruceros. Por ese entonces Brasil ya no empleaba sus acorazados, vendiendo el “Sao Paulo” en 1951 para desguace y el “Minas Gerais” en 1954. Chile intentaba mantener el “Almirante Latorre” en servicio y planificó una modernización total para dotarlo especialmente de artillería doble propósito en sustitución de los anticuados cañones secundarios, lo cual nunca se efectivizó y el acorazado no volvió a navegar, aunque fue radiado de servicio en forma definitiva recién en 1956 y vendido como chatarra en 1958.

A partir de 1953 comenzaron a retirarse elementos del “Rivadavia” que ya no tenía comando ni tripulación, mientras el “Moreno” continuaba en su condición de buque albergue. Durante la revolución de septiembre de 1955 que depuso al General Perón, si bien ambos buques no podían navegar, se pensó emplear su artillería para la defensa de Puerto Belgrano en el caso de un ataque terrestre por parte de efectivos del Ejército leal. Sin embargo el ataque no se produjo. Terminada la revolución, se empleó al “Moreno” como cárcel para los adictos al gobierno. Hacia fin de año se redujo su tripulación. Finalmente el 18 de octubre de 1956, por decreto Nº 19.316 ambos acorazados fueron radiados del servicio y el 1º de febrero del año siguiente se arrió definitivamente el pabellón nacional.

El “Moreno” fue vendido a la empresa norteamericana Boston Meals de Baltimore por 2.469.660 de dólares para desguace, partiendo de Puerto Belgrano el 12 de mayo remolcado por los remolcadores ”Clyde” y “Ocean”, llegando a Japón el 17 de junio luego de atravesar el canal de Panamá y pasar por Honolulu. Allí la empresa Yawata Iron & Steel Co. lo desguazó antes de 1959. El “Rivadavia” fue vendido el 30 de mayo de 1957 por decreto Nº 5.747 a la empresa italiana Azienda Ricupierie Demolizione Marittimi S.p.A. por 2.280.000 dólares y remolcado hasta Italia donde también fue desguazado.

Con el dinero de la venta de estos buques y del viejo Crucero acorazado ARA “Pueyrredón”, desguazado en 1957, la Armada Argentina compró al año siguiente al portaaviones ARA “Independencia”. Lo mismo hizo Brasil, que con la venta del “Minas Gerais” y el “Sao Paulo”, compraron el portaaviones NAeL “Minas Gerais”, similar al argentino, clase “Colossus”. Chile en cambio no reemplazó el poder que representaban los acorazados por el portaaviones ni aumentó su flota de cruceros, ahora principales buques de combate en la región, manteniendo una posición de inferioridad, en especial con respecto a Argentina que frente a los dos cruceros chilenos disponía de cinco naves similares y un portaaviones con su correspondiente Grupo Aéreo Embarcado.

Así había finalizado la era de los acorazados en América Latina y una de las épocas de mayor competencia en el poder naval entre las tres principales potencias navales de la región, que poco tenían que envidiarle a las principales Armadas del mundo.

lunes, 9 de diciembre de 2024

Acorazado: HMS Canada/Almirante Latorre

Acorazado Almirante Latorre




El Almirante Latorre , llamado así en honor a Juan José Latorre , fue un acorazado superdreadnought construido para laArmada de Chile. Fue el primero de una clase de dos buques planificada que respondería a las compras anteriores de buques de guerra por parte de otros países sudamericanos. La construcción comenzó en Elswick, Newcastle upon Tyne, poco después de que se ordenara el barco en noviembre de 1911, y se acercaba a su finalización cuando fue comprado por la Marina Real del Reino Unidopara su uso en la Primera Guerra Mundial . En servicio en septiembre de 1915, sirvió en la Gran Flota como HMS Canada durante la guerra y vio acción durante la Batalla de Jutlandia.

Chile recompró Canadá en 1920 y lo rebautizó como Almirante Latorre . El barco fue designado como el buque insignia de Chile y sirvió frecuentemente como transporte presidencial. Se sometió a una modernización completa en el Reino Unido entre 1929 y 1931. En septiembre de 1931, la tripulación a bordo del Almirante Latorre instigaron un motín , al que se unió rápidamente la mayoría de la flota chilena. Después de que se desarrollaran divisiones entre los amotinados, la rebelión se desmoronó y los barcos volvieron al control del gobierno. El Almirante Latorre fue puesto en reserva durante un tiempo en la década de 1930 debido a la Gran Depresión , pero estaba en condiciones lo suficientemente buenas como para recibir el interés de los Estados Unidos después del ataque a Pearl Harbor . El gobierno chileno rechazó la propuesta y el barco pasó la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial en patrulla por Chile. El Almirante Latorre fue desguazado en Japón a principios de 1959.


Introducción

En la década de 1880, comenzó una carrera armamentista naval entre Argentina y Chile luego de disputas territoriales sobre las fronteras mutuas de los dos países en la Patagonia y la Puna de Atacama , junto con el control del Canal Beagle . La carrera armamentista finalmente terminó a través de la mediación británica, y las disposiciones del tratado de fin de disputa impusieron restricciones a las armadas de ambos países. La Marina Real del Reino Unido compró dos acorazados pre-dreadnought clase Constitución que se estaban construyendo para Chile, y Argentina vendió sus dos cruceros blindados clase Rivadavia en construcción en Italia a Japón.

Después de que el HMS  Dreadnought fuera comisionado, Brasil decidió a principios de 1907 detener la construcción de tres pre-dreadnoughts obsoletos a favor de dos o tres dreadnoughts. Estos barcos, comisionados como la clase Minas Geraes , fueron diseñados para llevar el armamento de acorazado más pesado del mundo en ese momento. Fueron un shock para las armadas de América del Sur. El historiador Robert Scheina comentó que "superaron a toda la [anciana] flota argentina". Aunque los debates se intensificaron en Argentina sobre si sería prudente contrarrestar la compra de Brasil adquiriendo sus propios y costosos dreadnoughts, otras disputas fronterizas, particularmente cerca del Río de la Plata con Brasil, decidieron el asunto, y ordenó dos acorazados de clase Rivadavia (sin relación con los cruceros anteriores) de la Fore River Shipbuilding Company en los Estados Unidos. Ante la adquisición de acorazados por parte de su principal rival, Chile respondió pidiendo ofertas a países americanos y europeos que le proporcionaran los acorazados más poderosos a flote.


Botadura de Almirante Latorre , noviembre de 1913.

Construcción

El 6 de julio de 1910, el Congreso Nacional de Chile aprobó un proyecto de ley que asignaba 400.000 libras esterlinas anuales a la Armada para la construcción de dos acorazados de 28.000 toneladas largas (28.449 t) —que eventualmente se llamarían Almirante Latorre y Almirante Cochrane—seis destructores y dos submarinos. El contrato para construir los acorazados fue otorgado a Armstrong Whitworth el 25 de julio de 1911. El Almirante Latorre fue ordenado oficialmente el 2 de noviembre de 1911, y fue puesto en grada menos de un mes después, el 27 de noviembre, convirtiéndose en el barco más grande construido por Armstrong en ese momento. El New York Tribune informó el 2 de noviembre de 1913 que Grecia había llegado a un acuerdo para comprar el Almirante Latorre durante un aviso de guerra con el Imperio Otomano, pero a pesar de un sentimiento creciente dentro de Chile para vender uno o ambos acorazados, no se llegó a ningún acuerdo.

El Almirante Latorre fue botado el 27 de noviembre de 1913, en una elaborada ceremonia a la que asistieron varios dignatarios y presidida por el embajador de Chile en el Reino Unido, Agustín Edwards Mac Clure . El acorazado fue bautizado por la esposa del embajador, Olga Budge de Edwards.



Compra británica y servicio en la Primera Guerra Mundial

Después de que estallara la Primera Guerra Mundial en Europa, el Almirante Latorre fue comprado formalmente por el Reino Unido el 9 de septiembre de 1914; no fue confiscado por la fuerza como otros barcos que se construían en astilleros británicos para armadas extranjeras (como los acorazados Reşadiye y Sultan Osmân-ı Evvel para el Imperio Otomano) porque la dependencia de los Aliados del nitrato de sodio chileno para municiones hizo que la retención del estatus de "neutralidad amistosa" de Chile con el Reino Unido fuera una cuestión de vital importancia.  El Almirante Latorre fue rebautizado como HMS Canada y ligeramente modificado para el servicio británico. El puente se quitó a favor de dos plataformas abiertas, y se agregó un mástil entre las dos chimeneas para sostener una torre de perforación que daría servicio a las lanchas. El superdreadnought completó su equipamiento el 20 de septiembre de 1915, y fue puesto en servicio en la Marina Real el 15 de octubre.


Planos del HMS Canada

Inicialmente sirvió con el 4.º Escuadrón de Batalla de la Gran Flota . El Canada entró en acción en la Batalla de Jutlandia del 31 de mayo al 1 de junio de 1916 bajo el mando del capitán William Nicholson . Disparó 42 proyectiles de sus cañones de 14 pulgadas y 109 proyectiles de 6 pulgadas durante la batalla, y no sufrió impactos ni bajas. Durante la batalla, disparó dos salvas al crucero averiado Wiesbaden a las 18:40, y disparó cinco más a un barco desconocido alrededor de las 19:20. Disparó sus cañones de 6 pulgadas a destructores alemanes a las 19:11.

El Canada fue transferido al 1.er Escuadrón de Batalla el 12 de junio de 1916. En 1917-18, se le equiparon con mejores telémetros y diales de alcance , y se retiraron dos de los cañones secundarios de 6 pulgadas de popa después de que sufrieran daños por la explosión de la torreta central de 14 pulgadas. En el último año, se agregaron plataformas de despegue para aviones sobre las torretas de superfuego de proa y popa. El Canada fue incluido en la flota de reserva en marzo de 1919.


Servicio chileno

Carrera temprana

Tras el fin de la guerra en Europa, Chile comenzó a buscar buques adicionales para reforzar su flota. El Reino Unido ofreció muchos de sus buques de guerra excedentes, incluidos los dos cruceros de batalla restantes de la clase Invincible. La noticia de que Chile podría adquirir esos dos buques capitales provocó un alboroto en el país, con oficiales navales denunciando públicamente tal acción y en su lugar promoviendo las virtudes de los submarinos y aviones sobre la base de menores costos y su desempeño en la Primera Guerra Mundial. Otras naciones de América del Sur temían que un intento de recuperar el título de "la primera potencia naval de América del Sur", como lo expresó The New York Times , iniciara otra carrera armamentista naval.


Almirante Latorre en un dique seco en Balboa, Panamá , el 17 de enero de 1921, mientras viajaba desde el Reino Unido a Chile

Al final, Chile compró sólo el Canada y cuatro destructores en abril de 1920, todos los cuales habían sido ordenados por Chile antes del estallido de la guerra y requisados ​​por los británicos. El costo total de los cinco barcos fue menos de un tercio de lo que Chile debía pagar por el Almirante Latorre en 1914. El Canada fue rebautizado como Almirante Latorre una vez más y entregado formalmente al gobierno chileno el 27 de noviembre de 1920. Partió de Plymouth el mismo día con dos de los destructores, Riveros y Almirante Uribe, bajo el mando del almirante Luis Gómez Carreño. Llegaron a Chile el 20 de febrero de 1921, donde fueron recibidos por el presidente de Chile, Arturo Alessandri. El Almirante Latorre fue nombrado buque insignia de la armada.

En su calidad de buque insignia de la Armada chilena, el Almirante Latorre fue utilizado con frecuencia por el presidente para diversas funciones. Tras el terremoto de magnitud 8,5 de Vallenar de 1922 , el Almirante Latorre fue utilizado para transportar a Alessandri a la zona afectada. El barco también llevó los suministros necesarios (incluidos refugio, comida y dinero) para los afectados. En 1923, Chile solo tenía en servicio al Almirante Latorre , un crucero y cinco destructores, lo que llevó a The New York Times a señalar que "los expertos probablemente colocarían a Chile en tercer lugar en potencia marítima potencial [después de Brasil y Argentina]". Si bien el Almirante Latorre era individualmente más poderoso que los acorazados brasileños o argentinos, tenían dos cada uno frente a uno de Chile. A esto se sumaba la falta de cruceros modernos para acompañar al acorazado solitario. [ 29 ] En 1924, Almirante Latorre recibió nuevamente al presidente cuando visitó Talcahuano para la gran inauguración de un nuevo dique seco naval allí. Después de la caída de la Junta de enero de 1925, el acorazado recibió al presidente Alessandri durante una revisión de la flota en Valparaíso; mientras estaba a bordo, dio un discurso a los altos oficiales navales para asegurarles que su nuevo gobierno "era para todos los chilenos, y no partidista en su inspiración". En septiembre, el último mes de su mandato, Alessandri recibió al Príncipe de Gales del Reino Unido , Eduardo , a bordo del acorazado. La visita calmó brevemente el malestar interno y marcó el comienzo de las negociaciones para una misión naval británica , que llegó al año siguiente.

El Almirante Latorre fue enviado al Reino Unido para una modernización en el Astillero Devonport en 1929. Partiendo de Chile el 15 de mayo, pasó por Balboa antes de atravesar el Canal de Panamá nueve días después. Después de reabastecerse de combustible en Puerto España el 28 de mayo, el acorazado continuó cruzando el Atlántico, pasando las Azores antes de llegar a Plymouth el 24 de junio. Las alteraciones principales incluyeron la reconstrucción del puente, la actualización del control de fuego de la batería principal a estándares más modernos, la adición de control de fuego para el armamento secundario y el reemplazo de los motores de turbina de vapor del barco. También se agregaron un nuevo mástil entre la tercera y la cuarta torretas, protuberancias antitorpedo similares a los acorazados británicos de la clase Queen Elizabeth y nuevos cañones antiaéreos. Casi dos años después de que comenzara la modernización, el Almirante Latorre navegó de regreso a Valparaíso el 5 de marzo de 1931 y atracó el 12 de abril. Dos remolcadores de 33 toneladas largas (34 t), adquiridos para su uso en los puertos de Punta Arenas y Valparaíso, fueron transportados en la cubierta del acorazado durante su viaje de regreso a Chile.


Motín de 1931

A pesar de la buena voluntad que generó la destitución del autoritario presidente Carlos Ibáñez del Campo en julio de 1931, Chile no pudo superar los graves efectos económicos de la Gran Depresión , y los salarios de los funcionarios públicos que ganaban más de 3.000 pesos al año se redujeron entre un 12 y un 30 por ciento para reducir los gastos gubernamentales. Esto desencadenó una severa reacción entre los marineros de la marina, que ya habían sufrido un recorte salarial del 10 por ciento y una pérdida del 50 por ciento en las bonificaciones en el extranjero. Varios miembros de la tripulación a bordo del Almirante Latorre , pero ningún oficial, se reunieron el 31 de agosto y decidieron que un motín era el mejor curso de acción.

Poco después de la medianoche del 1 de septiembre, los miembros de la tripulación subalterna del Almirante Latorre , un crucero acorazado ( O'Higgins ), siete destructores y algunos submarinos tomaron el control de sus barcos mientras muchos de sus compañeros de barco estaban viendo un torneo de boxeo en La Serena . Encarcelaron a los oficiales, la mayoría sin conflicto, y aseguraron los barcos alrededor de las 02:00. Eligieron un comité, el Estado Mayor de Tripulacion , para tomar el control del motín. Más tarde ese día, a las 16:55, los amotinados se comunicaron por radio con el ministro de Marina, declarando que estaban actuando por su propia cuenta, en lugar de actuar en concierto con un partido político militante o insurgentes comunistas. Pidieron que se les devolviera el salario completo y el castigo de quienes habían hundido a Chile en una depresión, al tiempo que declararon que no usarían la fuerza para lograr estos objetivos.


Almirante Latorre desde la proa, fecha desconocida.

Poco antes de la medianoche del 2 de septiembre, los amotinados enviaron un mensaje al gobierno chileno con una lista más "sofisticada" de doce demandas.  Mientras tanto, más al sur, miembros subalternos de la armada en la base naval principal de Talcahuano se unieron al motín, tomando varios barcos en el proceso. Varios de estos navegaron hacia el norte para unirse a los otros rebeldes, mientras que dos cruceros, algunos destructores y submarinos permanecieron para proteger la base. Otras bases también se unieron a la rebelión ahora en toda regla, incluido el Segundo Grupo Aéreo con base en Quintero . Con tantos rebeldes apareciendo, muchos temían que la plétora de trabajadores desempleados se uniera. El gobierno intentó solicitar ayuda de los Estados Unidos en forma de intervención militar o material de guerra (incluidos dos submarinos y bombas capaces de penetrar el blindaje del Almirante Latorre ), pero fueron rechazados tanto pública como privadamente. El vicepresidente interino Manuel Trucco ahora se encontró en una posición indeseable; Trucco tenía que derrotar a los rebeldes antes de que más unidades se unieran y reforzaran sus fuerzas, pero si era demasiado duro, existía el riesgo de que la población pensara que sus políticas eran demasiado similares a las del ex dictador Ibáñez del Campo. Trucco decidió tomar un camino de reconciliación. Envió a un almirante naval, Edgardo von Schroeders , para negociar con los amotinados. Se reunieron a bordo del Almirante Latorre , donde von Schroeders, al ver una posible división entre los marineros enojados por su salario frente a otros con una agenda más política, trató de dividirlos en estas líneas y lograr que se rindieran. Sin embargo, una súplica de la flota del sur que se acercaba, pidiendo que esperaran antes de cualquier posible acuerdo, selló el asunto por el momento y von Schroders voló de regreso a la capital.

Septiembre marcó un giro en la suerte de los rebeldes, a pesar de la llegada de la flota del sur el 4 de septiembre. Todas sus ganancias de tierra fueron tomadas por las fuerzas gubernamentales, dejando solo la flota en manos de los amotinados. Al día siguiente, las fuerzas gubernamentales organizaron un ataque aéreo. El único daño fue al submarino H4 , que no pudo sumergirse, pero al menos una bomba cayó a unos 50 metros (46 m) del Almirante Latorre . A pesar de los escasos daños, el ataque rompió los ánimos de los amotinados; rápidamente ofrecieron enviar una delegación a Santiago para discutir los términos, pero el gobierno, reforzado por sus victorias terrestres, se negó. Mientras el motín se convertía en discusión y anarquía, los barcos individuales comenzaron a salir de la bahía y zarpar hacia Valparaíso, y el resto pronto los siguió. El Almirante Latorre terminó en la bahía de Tongoy con Blanco Encalada . Siete tripulantes del acorazado recibieron sentencias de muerte, luego conmutadas por cadena perpetua.


Carrera posterior

Todavía en medio de la depresión, el Almirante Latorre fue desactivado en Talcahuano en 1933 para reducir los gastos del gobierno, y solo se asignó una tripulación de cuidado para atender al barco inutilizado hasta mediados de la década de 1930.  En una remodelación de 1937 en el astillero de Talcahuano, se quitó la catapulta de la aeronave y se agregó armamento antiaéreo. Sin embargo, el Almirante Latorre nunca se modernizó por completo y para la Segunda Guerra Mundial su batería principal tenía un alcance comparativamente corto y su protección de blindaje, diseñada antes de que se pusiera en práctica el principio de " todo o nada ", era totalmente inadecuada. Sin embargo, en 1939, los compradores afiliados a la Unión Soviética consideraron hacer una oferta para comprar el barco,  y poco después del ataque de Japón a Pearl Harbor , el Gobierno de los Estados Unidos se acercó al agregado naval chileno y al vicealmirante que encabezaba la comisión naval de Chile en los Estados Unidos con el objetivo de comprar el Almirante Latorre y algunos destructores para reforzar la Armada de los Estados Unidos . Ambas ofertas fueron rechazadas, y el Almirante Latorre fue utilizado para patrullas de neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial.


Mirando hacia abajo desde el puente de Almirante Latorre sobre las torretas de proa, fecha desconocida.

Después de un accidente en la sala de máquinas del Almirante Latorre en 1951 que mató a tres tripulantes, el barco se mantuvo amarrado en Talcahuano como un casco de almacenamiento de combustible. Fue dado de baja en octubre de 1958 y vendido a Mitsubishi Heavy Industries en febrero de 1959 por $ 881,110 para ser desguazado. El 29 de mayo de 1959, ante los saludos de la flota chilena reunida, el viejo acorazado fue remolcado por el remolcador Cambrian Salvos,  y llegó a Yokohama , Japón, a fines de agosto, aunque el proceso de desguace no comenzó inmediatamente después de su llegada. Una cantidad importante de piezas de Almirante Latorre fueron utilizadas en la restauración del Mikasa , muy deteriorado tras la Segunda Guerra Mundial, hasta 1961.

lunes, 11 de noviembre de 2024

Traición primigenia: Cuando Chile mandó a un marinero a espiar a la flota argentina en 1878

El espionaje de Arturo Prat en Buenos Aires (1878)

Por Esteban McLaren para FDRA





Contexto Histórico

Arturo Prat es un ícono nacional en Chile, famoso por su sacrificio en la Guerra del Pacífico. Sin embargo, menos conocida es su labor como espía en 1878, dos años antes de la guerra. En un momento de tensiones regionales entre Chile, Perú y Bolivia, el gobierno chileno temía una posible intervención argentina en el conflicto. Prat fue enviado a Buenos Aires con una misión secreta para evaluar las capacidades militares argentinas y determinar la viabilidad de un ataque o alianza que pudiera amenazar a Chile.


Desarrollo del caso

Prat viajó a Buenos Aires bajo la apariencia de abogado, pero en realidad tenía la tarea de recopilar información militar clave sobre Argentina. Su misión consistió en evaluar las defensas, la preparación militar y las intenciones políticas de Argentina en caso de un conflicto regional. Durante su estadía, Prat utilizó su formación legal y su notable discreción para acceder a información sensible sin levantar sospechas.

A lo largo de su misión, Prat no solo recopiló datos estratégicos vitales para la defensa chilena, sino que también mantuvo un perfil bajo para evitar cualquier tipo de incidente diplomático. Su misión principal como marinero era recopilar el estado de la escuadra argentina en caso de guerra con el país del otro lado de los Andes. Obviamente la escuadra argentina de ese período era principalmente fluvial, no preparada para emprender campañas a larga distancia en el mar. Comparada con los activos navales chilenos, Argentina no representaba una amenaza. Toda esta precaución chilena era porque el expansionismo chileno ya venía previendo una guerra en su frente norte desde muchos años antes de que la guerra del Pacífico fuese propiamente provocada y quería saber qué rol jugaría Argentina en ese escenario. Estando en Buenos Aires, este señor se vistió con sus ropas navales y visitó a las autoridades argentinas declarando su misión por lo que fue invitado a retirarse sin una merecida patada en el trasero. Al regresar a Chile, entregó un informe detallado que proporcionó al gobierno una visión clara del panorama militar argentino, ayudando a Chile a planificar mejor su estrategia en los años previos a la Guerra del Pacífico.

Un detalle que destaca la integridad de Prat fue su decisión de devolver al Estado los fondos no utilizados durante su misión, un gesto que contrasta fuertemente con la percepción común de que los agentes de inteligencia manejan grandes sumas de dinero sin rendir cuentas. Es un anécdota de otras épocas, muy lejanas a la posterior corrupción del dictador Pinochet con su fortuna robada de lingotes de oro en Hong Kong o los altos mandos de los FACh con el caso Mirage, que se judicializarían un siglo después.


Impacto político y militar

El trabajo de Prat como espía tuvo un impacto significativo en la estrategia militar chilena. Su informe contribuyó a la preparación de Chile para un conflicto en múltiples frentes, permitiendo a los líderes chilenos tomar decisiones más informadas sobre cómo manejar las relaciones con Argentina en un momento crítico. Ahora, solo habría que enfrentar a Perú dado que en los puertos bolivianos de Iquique y Antofagasta no existía algo que se llamara propiamente ni siquiera una flotilla naval.

Aunque la Guerra del Pacífico finalmente no involucró a Argentina como un beligerante directo, la información recopilada por Prat ayudó a Chile a mantener una postura defensiva sólida en caso de una posible intervención. Además, este episodio añadió otra dimensión al legado de Prat, mostrando su compromiso y lealtad a Chile más allá del campo de batalla. La justicia divina se llevaría a este marinero en la guerra al fondo del mar.


Importancia de esta anécdota

Este caso es fascinante por varias razones. Primero, revela una faceta poco conocida de Arturo Prat, cuya imagen se asocia casi exclusivamente con su heroísmo naval. Su labor de inteligencia demuestra su versatilidad y su compromiso con la seguridad nacional de Chile. Además, el hecho de que Prat haya devuelto los fondos no utilizados destaca su integridad, un valor que lo distingue no solo como un héroe militar, sino también como un servidor público ejemplar.

El espionaje de Prat en Buenos Aires es un recordatorio de que incluso las figuras históricas más veneradas tienen aspectos de su vida y carrera que pueden sorprendernos. La misión de Prat contribuyó a la capacidad de Chile para defenderse en una época de incertidumbre y potenciales conflictos, y su legado en la inteligencia chilena merece ser reconocido junto con su sacrificio en el combate.

También, es la muestra de un país que decidió cruzar un límite, imaginario por cierto, de prevenir una potencial agresión de su vecino del Este. Argentina, como en el 95% de su historia, jamás ha mirado hacia su Oeste para imaginar su progreso, prosperidad o incluso su mero esparcimiento. Argentina ha sido siempre un país atlántico, atento a su esfera de influencia histórica que deviene de los acontecimientos históricos que afectaron el Virreinato del Río de la Plata. El país progresó, creció, se alimentó de la influencia europea más nunca de los problemas transcordilleranos. Tal vez esa indiferencia es la que arde en el complejo de inferioridad chileno.


Libro

Piero Castagneto, Diego Lascano (2009), Prat. Agente secreto en Buenos Aires. 1878: la guerra que no fue. RIL Editores. ISBN 978-956-284-683-7

sábado, 11 de noviembre de 2023

Biografía: Contralmirante Bartolomé Cordero (ARA)

Bartolomé Cordero

Revisionistas

Contralmirante Bartolomé Cordero (1830-1892)

Nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1830.  Ingresó al servicio de la escuadra argentina cuando apenas contaba con once años de edad, el 11 de junio de 1841, a bordo el bergantín “General Belgrano”, con el grado de guardiamarina.  Desde el ingreso al servicio le cupo al joven Cordero batallar rudamente a las órdenes del insigne almirante Guillermo Brown recibiendo el bautismo de fuego el 3 de agosto de 1841, combatiendo frente a Montevideo contra la escuadrilla oriental que comandaba el norteamericano Juan Halsted Coe; el 9 de diciembre del mismo año en las barrancas de San Gregorio; el 21 de diciembre en la Isla de Flores.  El 15 y 16 de agosto de 1842 tomó parte en el combate de Costa Brava sostenido en Paraná contra la escuadrilla que mandaba Giuseppe Garibaldi, mereciendo por su actuación en este combate, los elogios del almirante Brown y ser recomendado a la consideración del gobierno por el valor heroico revelado al abordar y cortar la mecha a dos brulotes que lanzó la escuadra adversaria con el fin de aniquilar la fuerza de Brown, hazaña que ejecutó en un pequeño bote tripulado con cuatro hombres.  En las jornadas del 25 y 26 de diciembre de 1846, participó en el reñido combate de Paysandú, como oficial de la artillería de desembarco acantonado en la ciudad, la cual se destacó por la valentía con que defendió la plaza contra los ataques simultáneos que desencadenó Fructuoso Rivera, mandando 2.500 hombres y con la cooperación de los buques franceses “Alcacien” y “Tactique”.  Cordero quedó gravemente herido en la acción sangrienta y cuando los riveristas penetraron en la ciudad después de repetidos ataques a la bayoneta, lo hallaron al pie de su cañón con todos los sirvientes muertos.  Rivera felicitó el valor singular desplegado por aquel muchacho en tal difícil trance.  Como premio a su arrojo, el 10 de junio de 1847 fue promovido a subteniente con antigüedad del 25 de diciembre del año anterior, fecha del memorable combate.

En 1847 se embarcó en buques federales que tenían que cumplir misiones arriesgadas tales como forzar el bloqueo anglo-francés sobre el Puerto de Buenos Aires y conducir armas y municiones al ejército de Manuel Oribe que sitiaba la capital uruguaya, como igualmente a la provincia de Entre Ríos, con destino al ejército de Urquiza.

En 1852 al almirante Brown lo recomendó al gobierno de la Confederación en forma honrosa.  En este mismo año se produjo la invasión a la provincia de Entre Ríos por las fuerzas del estado de Buenos Aires mandadas por los generales Manuel Hornos y Juan Madariaga, habiendo atacado este último el departamento de Concepción del Uruguay, Cordero organiza la defensa de esta ciudad, repeliendo el ataque de los invasores.  El 4 de marzo de 1852 ascendió a teniente, y a capitán el 29 de noviembre del mismo año.

El 1º de enero de 1853 se incorpora a las fuerzas del general Hilario Lagos en el sitio histórico de Buenos Aires y participa en la batalla de San Gregorio el 22 de enero del mismo año, encuentro en el cual pierde la vida el coronel Faustino Velazco, de las fuerzas de Buenos Aires, que son derrotadas.  Mandando el vapor “Merced” asistió al combate naval frente a Martín García contra la escuadra porteña mandada por Zurowsky, el 18 de abril de 1853.  Junto con sus hermanos José María y Mariano, y Lasserre y Santiago Maurice, se opuso el 20 de junio de aquel año a la entrega de Coe con la escuadra al Gobierno de Buenos Aires, sin conseguirlo.  El 21 de enero de 1854 fue promovido a sargento mayor, y a teniente coronel el 11 de agosto de 1860.

En 1859 comandaba el vapor “Hércules”, cuando tuvo lugar el llamado combate de Martín García entre la escuadra confederada mandada por el coronel Mariano Cordero y las baterías de la Isla, servidas por fuerzas de Buenos Aires reforzadas por tres buques de este Estado.  Bartolomé Cordero en este encuentro recibió dos heridas y en medio del combate salvó a la goleta “Concepción”, en cuyas bodegas se conducía todo el armamento, artillería y municiones con que el general Urquiza combatió la batalla de Cepeda; este fue un acto temerario, pues para realizarlo debió acallar los fuegos de las baterías de la isla y aproximarse para tomar a remolque la precitada goleta.  Las tripulaciones de los buques de la escuadra confederada prorrumpieron en los vivas más entusiastas cuando Cordero realizó esta hazaña.

El 25 de octubre del mismo año intervino en el combate de San Nicolás, sostenido por la escuadra confederada contra Buenos Aires.  En 1861 marchó a Córdoba para formar parte del ejército confederado que debía dar la batalla de Pavón, organizando y disciplinando su artillería; y, al terminar el año de referencia levantó dos grandes baterías en el Diamante, quedando de jefe de la escuadra.  Al asumir la presidencia de la República el general Mitre en 1862, le nombró capitán del Puerto de Paraná donde permaneció hasta 1870, época en que el presidente Sarmiento lo mandó al Departamento de Gualeguaychú, para someter a los partidarios de Ricardo López Jordán, objetivo que logró, tomándoles todo el material de guerra.  En 1874 fue encargado del mando de la “Uruguay”, que persiguió a los buques sublevados, rindiéndolos.  En el mismo año fue comisionado por el gobierno nacional para impedir el pasaje del río Uruguay por las fuerzas del general López Jordán, que intentaba invadir la provincia de Entre Ríos desde el Estado Oriental, comisión que desempeñó a satisfacción, regresando a Buenos Aires.  Recibió entonces el mando del monitor “El Plata”, que por espacio de 50 años figuró entre los buques de la Armada de la República.  En el año 1878, con el buque de referencia, fue destacado a la intervención de la provincia de Corrientes desarmando las fuerzas sublevadas en Bella Vista, Goya y Esquina en armas contra el gobierno provincial.  El 24 de noviembre de 1869 ascendió a coronel graduado, recibiendo la efectividad del cargo el 14 de setiembre de 1879.

En 1880 comandando la 1ª División Naval, bloqueó Buenos Aires, cuando el gobernador de esta Provincia, Carlos Tejedor, se levantó en armas contra el presidente Avellaneda.  Entonces fue ascendido a Comodoro, con fecha 9 de julio de aquel año.

En 1881 el gobierno lo designó para vigilar en Inglaterra la construcción del acorazado “Almirante Brown”, permaneciendo un año y medio en la citada comisión, conduciendo a Buenos Aires la nueva unidad.  En 1884 comandó la escuadra de evoluciones formada por el “Brown”, “Plata”, “Ande”, “Bermejo” y “República”, evolucionando en las bocas del Río de la Plata por espacio de 5 meses.  En 1886 fue nuevamente designado comandante en jefe de la escuadra compuesta esta vez por las tres unidades primeras de la anterior (acorazados) y por la “Argentina”, “Paraná” y “Uruguay”, complementada por algunas torpederas y empleándose tres meses en la ejecución de los ejercicios navales.  Este año fue elevado a la jerarquía de Contralmirante (General de División), con fecha 30 de setiembre.  En 1887, por tercera vez, tuvo el mando de la escuadra por espacio de siete meses.

En 1889 fue designado vicepresidente de la Junta Superior de Marina con retención del mando de la 1ª División Naval.  En la revolución del 26 de julio de 1890 fue tomado prisionero por la oficialidad del monitor “Los Andes”, cuando se aprestaba a cumplir con su deber: marchar a la Rada de Buenos Aires con el referido buque a batir la escuadra sublevada al mando del comodoro Solier.

En 1890 fue nombrado Jefe del Estado Mayor de la Armada, puesto que conservó hasta su muerte acaecida el 5 de setiembre de 1892, a la edad de 61 años.

Cuando mandó la 1ª División Naval, Cordero salió con ella a operar a la costa más inmediata del estuario del golfo de San Martín, en busca de una base futura para la escuadra, en atención a que Zárate ya no era puerto para buques como el “Almirante Brown” y “Patagonia”.

El contralmirante Bartolomé Leónidas Cordero era hijo de José Antonio Cordero y de Benita Beruti.  Había contraído enlace en Buenos Aires el 19 de octubre de 1864, con Luisa Antola, de 17 años, hija de José Antola e Isabel García, naturales de Entre Ríos los tres.  La viuda de Cordero sobrevivió a su esposo hasta el 24 de abril de 1897.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

Portal www.revisionistas.com.ar

Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1838).

Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

lunes, 24 de octubre de 2022

Crucero trasandino Esmeralda

 

Esmeralda (1894)

Armada de Chile - 1894-96
Naval Encyclopedia

El crucero chileno más grande de la Primera Guerra Mundial: Esmeralda

El anterior crucero Esmeralda, un barco de fabricación británica de 1884, fue enviado a Japón el 5 de febrero de 1895 a Japón, y se convirtió en el Izumi, participando en la Batalla de Tushima. Antes de eso, en 1891, el almirantazgo chileno se vio envuelto en una vívida rivalidad naval con Argentina, la primera, finalmente cerrada después de difíciles negociaciones en Londres. La segunda, la " carrera de acorazados " iniciada por los brasileños en 1907.

 
Esmeralda en 1896

Contexto: La carrera armamentista naval argentino-chilena

La primera rivalidad denominada carrera armamentista argentino-chilena, iniciada por los chilenos que compraron en 1887 tres importantes embarcaciones, el acorazado Capitán Prat, y el Presidente Errázuriz y Presidente Pinto, cruceros protegidos fabricados en Francia y Reino Unido respectivamente. Los argentinos encargaron dos buques blindados, el Libertad e Independencia y los años siguientes el crucero blindado Veinticinco de Mayo y Nueve de Julio. Chile replicó en 1892 con el Blanco Encalada, otro crucero protegido, y en 1895 los argentinos ordenaron el Buenos Aires, seguidos por los chilenos con los cruceros Esmeralda y Ministro Zenteno, Argentina con el Garibaldi (De la prolífica clase italiana del mismo nombre ), Chile en 1896 llegó con los O'Higginsy los argentinos compraron dos más de la clase Garibaldi , San Martín y Pueyrredón, y machacaron el punto al encargar también dos barcos más del mismo tipo, el Rivadavia y el Moreno . En 1901, Chile, para no deshacerse, ordenó dos acorazados, pre-acorazados clase Swiftsure de segunda clase , llamados Constitución y Libertad, y el crucero protegido Chacabuco . Argentina iba a encargar dos acorazados aún más masivos a Ansaldo cuando las negociaciones en Gran Bretaña pusieran fin a esta locura. De hecho, Chile estaba utilizando una parte cada vez mayor de su reserva de oro para pagarlos, arriesgando la economía futura del país por lo que se consideraba, incluso dentro del país, una locura naval.

 
Maqueta grande de la Esmeralda, conservada en archivos suizos.

El aumento de las tensiones, el estado cercano de guerra y la casi bancarrota de ambos rivales empujaron al Reino Unido, para entonces, LA respetada superpotencia en el escenario internacional, a iniciar un proceso de negociaciones con Argentina y Chile, y abogó por una resolución. Esto se debió en gran parte a sus fuertes intereses económicos en la región, las exportaciones masivas de materias primas (incluidos los nitratos chilenos para explosivos y el grano argentino) y también sus propios bienes comerciales a ambos países, que probablemente se verán gravemente afectados. En un principio, las conversaciones se realizaron en Santiago de Chile, entre el embajador británico y el embajador argentino y el canciller y presidente local, Germán Riesco.

Se acordaron tres Pactos, firmados el 28 de mayo de 1902, que pusieron fin a la disputa. Los armamentos navales eran limitados y ambos países tenían prohibido realizar nuevas adquisiciones durante cinco años, a menos que dieran un aviso con dieciocho meses de antelación. Los que estaban en construcción fueron revendidos al constructor, Reino Unido. Los acorazados de Chile se convirtieron en la clase Swiftsure, Japón obtuvo un crucero y los dos últimos cruceros blindados de la clase Garibaldi también fueron revendidos a Japón (clase Kasuga). Los dos acorazados argentinos previstos nunca fueron ordenados, Garibaldi, Pueyrredón y Capitán Prat fueron desarmados parcialmente.

Nombre:

La Esmeralda pudo originarse para rendir homenaje al Regimiento de Línea 7 "Esmeralda" que en 1820 participó en la Guerra del Pacífico, o al Galeón de Vasco Da Gama durante sus segundas expediciones a las Indias en 1503. También fue cedido antes de 1894 a un 1753 y 1733 Fragatas españolas involucradas en la región, o la capturada por los chilenos en 1820 (probablemente) o la Corbeta de vapor de 1855 que participó en la Segunda Guerra del Pacífico. También había un Crucero desprotegido de 1885 del mismo nombre. Después de que se descartara el crucero protegido de la década de 1890, el nombre pasó a una fragata de 1946 y a la escuela de vela de la Armada de Chile a partir de hoy. Es quizás el nombre de barco más recordado por los chilenos.

Génesis del diseño

Ambos para reemplazar al anterior Esmeralda, vendido a la IJN el 15 de noviembre de 1894. Los fondos también ayudaron a comprar un barco más moderno. El Almirantazgo chileno obtuvo un voto para que el parlamento comprara otro crucero, a pesar de la costosa Guerra Civil Chilena (1891) y finalmente lo ordenó el 15 de mayo de 1895. Previamente, habían visto a los argentinos comprar el ARA Buenos Aires el 27 de noviembre de 1893, agregó. al anterior Veinticinco de Mayo y al más reciente Nueve de Julio que entró en servicio también en 1893. ARA Buenos Aires ha sido un diseño de Philip Watts construido con fondos privados por Armstrong-Elswick. Mientras tanto, el Blanco Encalada, comprado por £ 333.500, acaba de entrar en servicio. Se basó de cerca en el diseño del crucero japonés Yoshino , con algunas modificaciones.

 

Para el Esmeralda, el chileno miró tanto los diseños argentinos como su propio Encalada, un barco de 4.420 toneladas. El Buenos Aires, comprado con existencias, desplazaba más, 4.788 toneladas largas, y armado aproximadamente lo mismo, con dos cañones principales (8 pulgadas) y diez secundarios (6 pulgadas) para el crucero chileno, mientras que el argentino optaba por mezclar cuatro 6- y seis cañones QF de 4,7 pulgadas (119 mm) / 45 en su lugar. Perdieron peso en el costado, pero ganaron mucho en términos de cadencia de tiro. Por lo tanto, para el próximo diseño, los chilenos eligen una batería de 6 pulgadas aún más pesada, para abrumar a su adversario con un solo costado, esperando desactivar gran parte de la batería secundaria al mismo tiempo. Un barco muy ambicioso, el Esmeralda también fue el primero equipado con tubos de torpedos y un blindaje Harvey significativamente más pesado y mejor administrado. Ella también iba a ser tan rápida como el Buenos Aires,un nudo más rápido que la Encalada, aunque las cifras de diseño solo se alcanzaron mediante el sobrecalentamiento de las calderas. Todo ello hizo que el desplazamiento se elevara a 7.032 toneladas largas (7.145 t), casi 3.000 toneladas más que los cruceros anteriores.

 
ARA Buenos Aires.

Después de que se lanzó el Esmeralda, Argentina optó por un diseño italiano en lugar de uno británico, la clase Garibaldi de 6800 toneladas, que lucía 10 en armas en lugar de 8 pulgadas, tenía una batería más grande de 6 pulgadas (10) y se agregó a estos seis cañones rápidos de 4,7 pulgadas para mantener y reducir la velocidad de disparo, además de un buen blindaje general, pero a expensas de la velocidad.

Diseño de la Esmeralda

 
Plano del Esmeralda, parte de una revisión de 1890 de los cruceros de Elswick

Philip Watts , el diseñador principal de Vickers Armstrong ganó con el tiempo la pátina de la reignición tardía de autores e historiadores por su papel en los avances mundiales en diseños de cruceros, como durante su carrera. probablemente dibujó más planos de cruceros que nadie en la historia. La razón principal fue la fantástica capacidad de los astilleros Vickers para entregar estas clases de barcos en el mercado de exportación casi como salchichas, y en ambos campamentos si fuera necesario, como en el caso chileno-argentino. La brumosa y controvertida figura de Basil ZarahoffTampoco era ajeno a esto, alimentándose también de zonas de tensión como más tarde entre Rusia y Japón. Watts diseñó 19 cruceros para clientes en un amplio espectro, desde Rumania hasta Estados Unidos, Italia, Portugal, Brasil y Japón (y muchos acorazados, incluido el HMS Dreadnought). Fue reemplazado en 1912 por Eustace Tennyson d'Eyncourt y se convirtió en consejero del almirantazgo.
Watts en 1895, cuando recibía las especificaciones chilenas, realmente no podía tomar como base un diseño existente. La clase Powerful contemporánea eran cruceros gigantes diseñados con el único propósito de vencer al Gromoboi ruso y Rusia, y la clase Edgar anterior (1890) eran barcos muy diferentes aunque de un tonelaje similar. Por lo tanto, simplemente tomó el Blanco Encalada anterior y lo amplió. Es particularmente evidente al ver planos y siluetas. Ambos tenían dos embudos espaciados en el centro, dos mástiles cortos con tapas militares y su puente principal estaba ubicado detrás del palo mayor. Ambos también estaban al ras de la cubierta.

Sin embargo, al ser el Esmeralda mucho más largo (20 metros), más grande (2 metros) y con un calado mayor, el casco de la cubierta empotrada también era más alto, lo que evitaba el uso de una cubierta delantera de tortuga y un rompeolas delante de la tubería principal de proa. pistola, por ejemplo. Otra diferencia, fuera del armamento, era la superestructura de cubierta cerrada, que permitía construir casamatas de esquina cerradas, mientras que los cañones secundarios Encalada estaban todos al aire libre. En cuanto a la construcción, el barco tenía casco de acero, madera y revestimiento de cobre.

 
Representación de Brassey de la Esmeralda

Armadura de protección de la Esmeralda

 
El dibujo de Brassey del Esmeralda

Protection era bastante estándar pero con figuras más altas que los cruceros anteriores: el cinturón blindado tenía 152 mm de grosor (6 "), se extendía 350 pies en la sección central y estaba conectado a una cubierta blindada entre 25,4 y 50, 8 mm (1-2 ").
No hubo protección específica para la maquinaria o las salas de munición. Además, había 18 compartimentos integrados ASW. Fue considerada uno de los cruceros más potentes del mundo, incorporando los últimos avances tecnológicos.

Armamento de la Esmeralda

 
Vista de popa del barco en la década de 1900

El armamento principal comprendía el clásico 208 mm (8 "/ 40), cuatro cañones en total en gruesos escudos de proa y popa. El armamento secundario era impresionante, todo hecho de 152 mm, 6" / 40 ) armas, dieciséis en total.
Para hacer frente a los torpederos, se instalaron ocho cañones de 12 libras, nueve cañones de 6 libras, 2 cañones de 3 libras y 8 ametralladoras Maxim. Además estos barcos tenían tres tubos de torpedos de 18 pulgadas (457 mm) en la línea de flotación, uno en la proa, dos en el casco, sumergibles.

Central eléctrica de la Esmeralda

Estaba equipada con dos hélices conectadas a cuatro cilindros, TE (triple expansión), y luego dos modelos cilíndricos modernos las reemplazaron dirigiendo su reacondicionamiento de 1910, con dos modelos Niclausse multitubulares. Gracias a este aumento de potencia, pudo alcanzar los 23 nudos.

Historia

 

Después de su comisión de servicio, se unió al escuadrón de cruceros principal. No se menciona nada sobre sus años de servicio. El 2 de mayo de 1910 navega junto al O'Higgins en un crucero estatal a Buenos Aires, para participar en la Revista Naval del Centenario de la República Argentina. Posteriormente, el 14 de septiembre, participó en la celebración de la Gran Revista Naval, con motivo del centenario de Chile. Ambos gestos subrayaron la buena voluntad entre países después de la carrera naval de 1890, pero esto coincidió con la "carrera de acorazados". En 1910, aún, hasta finales de año, Essmeradla fue tomada en manos de un astillero para su reacondicionamiento. Le dieron nuevas calderas cilíndricas, modelos multicubulares de Niclausse y la remoción de cuatro de sus cañones de 152 mm (6 pulgadas) de la superestructura principal.Permaneció activa durante la Primera Guerra Mundial y principios de la década de 1920, pero los avances tecnológicos la desactualizaron, fue dada de alta y desmantelada en 1930, después de lo cual fue vendida en una subasta para su desguace en 1933.

 

Especificaciones de Esmeralda (1897)

Dimensiones 132,89 m / 142,72 mo x 15,98 mx 6,25 m
Desplazamiento 7.032 toneladas largas (7.145 t) FL
Tripulación 500
Propulsión VTE de dos ejes, 6 calderas cilíndricas, 16.000 ihp-18.000 ihp en tiro forzado
Velocidad 22,25 nudos (42,13 km / h; 26,18 mph)
Rango 8.000 km? 550 t normal / 1350 t de reserva de carbón en tiempo de guerra
Armamento 2 x 208 mm / 40 (8 pulgadas), 16 x 152 mm / 40 (6 pulgadas), 8 x 12 Pdr, 9 x 6 Pdr, 2 x 3 Pdr, 8 Maxim MG, 3 TT.
Armadura Correa de 152 mm (6 pulg.), Plataforma blindada de 25,4 a 50,8 mm (1-2 pulg.) De espesor


 
 
Ilustración del autor de Esmeralda a principios del siglo XX.