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domingo, 9 de marzo de 2025

Crisis del Beagle: Operación Tronador

Armada Argentina: La Operación Tronador





1ª Escuadrilla de Helicópteros en la Base Andorra. Diciembre de 1978. Despliegue por el casi conflicto con Chile.


Por lo menos 2 de los Hughes 369 de la Prefectura se vieron involucrados en dicho operativo,entre ellos el PA-30. Estos aparatos fueron desplegados a la base de campaña de nominada Andorra,junto a los Alouette cuyas matriculas eran: 3-H-2, 3-H-3, 3-H-5, 3-H-7, 3-H-9 y 3-H-10.

 
Estos aparatos formaron la FT-42.3, y tenían como misión principal proporcionar apoyo táctico, junto a los Alouette, a los Infantes de Marina que iban a ser helitransportados hacia las islas en disputa.


En la foto de arriba se distingue uno de los dos Hughes 369 entre los aparatos de la EAH1.

La Operación Tronador fue un plan militar de la Armada Argentina diseñado en 1978 durante la crisis del Beagle con Chile. Su objetivo principal era la invasión y captura de las islas Picton, Nueva y Lennox, que estaban en disputa entre ambos países. Este operativo formaba parte de un conjunto más amplio de acciones, conocido como "Operación Soberanía", cuyo propósito era imponer la soberanía argentina en las islas del canal Beagle mediante una acción militar coordinada.

Detalles de la Operación:

  • Fuerzas involucradas: La operación involucraba a unidades de la Flota de Mar (FLOMAR), así como a comandos anfibios y otras fuerzas especiales de la Armada Argentina. Se preveía que la fuerza de desembarco sería apoyada por aviones y helicópteros del portaaviones ARA Veinticinco de Mayo, además de unidades de superficie, como destructores y corbetas.

  • Objetivo: El objetivo era tomar rápidamente las islas, establecer una cabeza de playa, y resistir cualquier contraataque chileno hasta que se consolidara la posición argentina en la región. Este operativo habría desencadenado un conflicto abierto con Chile, que también estaba preparado para defender las islas.

  • Resultado: La operación no se llevó a cabo debido a la intervención del Papa Juan Pablo II, quien medió en el conflicto y logró evitar la guerra. La tensión se mantuvo hasta el 22 de diciembre de 1978, cuando ambas naciones aceptaron la mediación papal y suspendieron las operaciones militares planeadas.



Diciembre de 1978. Parte de la flota de helicópteros de la FAA asignados a la operación de helidesembarco sobre las isla Nuevas, Lennox y Picton. El despliegue de aparatos estaba conformado por 2 S-61N/R(BSH-71 y 72), 1 S-58(H-02), 7 Bell 212(H-81,83,84,85,86,87 y 88), 2 Bell UH-1H(H-12 y 14),y 2 Hughes 369 HM(H-24 y 26), 3 Sea King del COAN y 4 Bell UH-1H del CAE.

La Operación Tronador, al igual que otras planificaciones militares durante la crisis del Beagle, refleja la alta tensión entre Argentina y Chile en ese período, un conflicto que estuvo a punto de escalar a una guerra total (BioBioChile, ElPinguino).


Los helicópteros desplegados fueron 10 Alouette III, pero solo 6 darían apoyo. Estos lo harían artillados con misiles filoguiados AS-11 para atacar blancos terrestres y misiles AS-12 para atacar buques que se pudieran encontrar en los canales de la zona. Hay que destacar,que dada la poca cantidad misiles existentes en ese momento,solo se pudo efectuar un solo tiro de prueba con un misil AS-11.


 
En la foto de arriba se observan los 10 aparatos destacados para el Operativo,fue tomada en Enero de 1979 y corresponde al día en que la Escuadrilla se repliega hacia su asiento de paz. Fue la primera y única ves en la historia de la EAH1 que volaron tantos Alouette juntos.


S-58T H-02, Diciembre de 1978.



martes, 25 de febrero de 2025

Crisis del Beagle: El bloqueo marítimo de Ushuaia

El bloqueo marítimo de Ushuaia




Como parte de la defensa del canal, y para cerrar el paso a embarcaciones importantes que pudieran incidir sobre Ushuaia o abastecer las líneas y bases en Navarino, se estableció un plan de minado marítimo en una zona estratégica del Beagle.



El esquema defensivo fue diseñado sobre la base de las minas inglesas M Mk 1 con actuadores de influencia, es decir con espoletas de activación por la alteración del campo magnético o por la variación acústica (ruido de hélices y motores) que produce el paso de un navío. Su fijación al fondo estaba prevista sobre los calzos MK 17, con un cable u “orinque” de sujeción a un carro de hierro de gran peso.

Su objetivo principal era cerrar el acceso occidental del Canal Beagle a la altura del Islote Perón y el paso Murray, por eso se preveía el sembrado de las minas en la boca de ese paso.

Dada la particular hidrografía del área, en función de sus profundidades, corrientes y obstáculos se realizó, con antelación y secreto, un detallado estudio con la participación del Servicio de Hidrografía Naval.

Para el momento del establecimiento del campo, el Grupo de Minado, integrante del GT 42.1, se posicionó sobre un pontón mediano (30x5x1,2 mts.), del inventario del Buque de Desembarco de Tanques (BDT) ARA. “Cabo San Antonio”, adaptado con rieles de lanzamiento, reforzado con una pantalla parabalas, camoufflado como chata y tripulado por dos oficiales y cuatro suboficiales.

Este artefacto era autopropulsado con dos motores Schottel fuera de borda y portaba del orden de 32 cargas desde las proximidades de Isla Redonda.



ARA Cándido de Lasala

Todo ese equipo llegó a bordo del buque dique ARA Cándido de Lasala, días antes del momento concebido para el inicio de las operaciones.



El minado se realizaría en forma sigilosa y nocturna, navegando sobre la cartografía secreta referida geográficamente con el sistema Raydist, y guiada por estaciones trianguladoras situadas en la isla Redonda y en la península Ushuaia.

El dispositivo sería apoyado por las lanchas torpederas y la patrullera, que estaban ubicadas entre la Bahía Sáenz Valiente y la Bahía Lapataia, además de contar con el apoyo del puesto de vigilancia y control de tráfico marítimo (PVCTM) de Isla Redonda y un helicóptero de la Prefectura.

En proximidad de esos lugares, se establecieron sitios de amarre y trincheras de protección armadas, como la que todavía se observa frente a la caleta “Cucharita”, al este de la ensenada Zaratiegui.

Se esperaba oposición de piezas de artillería, que se estimaba se encontraban ocultas en la boca del pasaje Murray.



La Armada Argentina cuenta con cuatro lanchas rápidas clase Dabur, conocidas en la Armada como Clase Baradero. Estas son la ARA "Baradero" (P-61), ARA "Barranqueras" (P-62), ARA "Clorinda" (P-63) y ARA "Concepción del Uruguay" (P-64). Construidas en Israel por IAI, entraron en servicio en 1978. Originalmente destinadas al Área Naval Fluvial, de ahí sus nombres, fueron posteriormente reasignadas a la Agrupación Lanchas Rápidas, con base en la Base Naval Ushuaia, donde continúan operando hasta la actualidad. Actualmente, estas lanchas se dedican a misiones de patrullaje y vigilancia en canales y caletas. Están armadas con dos cañones Oerlikon de 20 mm y cuentan con afustes para ametralladoras Browning M2HB de 12,7 mm.

jueves, 16 de enero de 2025

Tratado Antártico: La geoestrategia de la BNI de Ushuaia

Análisis de la Base Naval Integrada en Ushuaia y su impacto en las reivindicaciones argentinas para la renegociación del Tratado Antártico en 2048

Esteban McLaren

 

1. La Importancia Estratégica de la Base Naval Integrada en Ushuaia

La Base Naval Integrada en Ushuaia se ha convertido en un pilar esencial de la estrategia geopolítica de Argentina en el Atlántico Sur y la región Antártica. Su ubicación, en el extremo más austral del continente sudamericano, le permite al país proyectar una presencia operativa directa hacia la Antártida. Este posicionamiento no solo facilita el control de las rutas marítimas estratégicas, como el Paso Drake, sino que también mejora la capacidad de Argentina para patrullar, vigilar y asegurar el cumplimiento de normativas internacionales en una de las zonas más disputadas del planeta.

La base está diseñada para servir tanto a propósitos militares como científicos, lo que le da a Argentina una ventaja estratégica significativa. Al combinar la investigación científica con las operaciones militares, Argentina refuerza su papel como un actor clave en la Antártida, demostrando una "presencia activa" que, según el derecho internacional, fortalece la legitimidad de sus reclamaciones territoriales en el continente blanco.

2. La Transformación del Poder de Negociación de Argentina en el Tratado Antártico

El Tratado Antártico, firmado en 1959, establece que la Antártida será un territorio destinado exclusivamente a la investigación científica pacífica y prohíbe la explotación de sus recursos naturales. Sin embargo, a partir de 2048, este tratado podría ser objeto de renegociación, especialmente en temas relacionados con la explotación de recursos minerales y energéticos. En este contexto, la Base Naval Integrada de Ushuaia se proyecta como una pieza central en la estrategia argentina para influir en este proceso.

Presencia Física Permanente
: La proximidad geográfica de la base a la Antártida permite a Argentina reforzar su presencia continua en la región. Este tipo de presencia no solo es clave para la operación logística de las bases de investigación en la Antártida, sino que también se convierte en un argumento de peso para futuras negociaciones territoriales. La "presencia efectiva" es un criterio importante en las disputas de soberanía, y Argentina podrá demostrar que, a diferencia de otros países, su participación no es simbólica ni estacional, sino permanente.

Liderazgo Científico
: La investigación científica es una de las piedras angulares del Tratado Antártico, y Argentina ha estado fortaleciendo su papel en este ámbito. La Base de Ushuaia, con su infraestructura de apoyo logístico, permitirá al país realizar expediciones más frecuentes y extender la duración de sus misiones científicas en la Antártida. Este liderazgo científico será crucial durante la renegociación del tratado, ya que los países con mayores contribuciones científicas suelen tener una voz más fuerte en la toma de decisiones.

Control de la Seguridad Marítima y de los Recursos
: Con la nueva base, Argentina podrá controlar de manera más efectiva la actividad marítima en el Atlántico Sur, incluyendo la vigilancia de la pesca ilegal y la exploración de recursos naturales. Esta capacidad de monitoreo y control le dará a Argentina la oportunidad de posicionarse como un "guardián" de la conservación y la sostenibilidad de la región antártica, lo que puede ser utilizado como un argumento político a su favor en la futura renegociación del tratado.

Proyección de Poder y Prestigio Nacional
: La construcción de una base de esta magnitud tiene un fuerte simbolismo tanto a nivel nacional como internacional. Para la población argentina, se trata de una reafirmación del compromiso con la soberanía nacional, mientras que para la comunidad internacional, es un mensaje claro de que Argentina tiene la intención de defender sus derechos en la región antártica. Esta demostración de poder blando y duro podría disuadir a otros actores internacionales de cuestionar las reclamaciones de Argentina.


3. Consecuencias Geopolíticas

Tres consecuencias geopolíticas principales podrían mencionarse de esta base:

Cambio en el Equilibrio de Poder Regional
: La capacidad operativa que otorga la Base de Ushuaia podría modificar la relación de fuerzas en el Atlántico Sur. En particular, puede generar una nueva dinámica con el Reino Unido, dado que la base aumenta la capacidad de Argentina para realizar patrullajes y controlar el tránsito marítimo cerca de las Islas Malvinas. La intersección entre las reclamaciones sobre la Antártida y las Malvinas podría convertirse en un frente de tensión diplomática.

Competencia con Chile y Brasil
: Las reclamaciones antárticas de Argentina, Chile y el Reino Unido se superponen en ciertas áreas. La modernización de la infraestructura de Argentina podría provocar una respuesta de Chile, que también mantiene bases logísticas clave para sus operaciones antárticas. Brasil, que no tiene reclamaciones territoriales pero sí interés estratégico en la región, podría seguir una lógica similar para fortalecer su presencia en la región.

Relación entre la Antártida y la Disputa de las Malvinas
: La Base de Ushuaia tiene el potencial de reforzar la conexión simbólica y operativa entre las reivindicaciones argentinas sobre la Antártida y las Islas Malvinas. La posibilidad de realizar patrullajes y misiones de vigilancia más activas desde Ushuaia puede ser vista por el Reino Unido como un intento de desafiar su control sobre el espacio marítimo alrededor de las Malvinas. Esta dinámica podría aumentar las tensiones diplomáticas entre ambos países, especialmente si Argentina vincula su presencia en la Antártida con su disputa sobre las islas.


4. Conclusión

La Base Naval Integrada de Ushuaia no es solo una instalación militar; es una herramienta estratégica que puede redefinir la posición de Argentina en el Atlántico Sur y la Antártida. Su construcción fortalece la presencia argentina en una región clave, le da una ventaja en la futura renegociación del Tratado Antártico en 2048 y aumenta su control sobre rutas marítimas estratégicas.

Gracias a esta infraestructura, Argentina podrá demostrar una presencia física y científica continua en la Antártida, lo que refuerza su posición frente a otros países reclamantes. Además, la base se convierte en un multiplicador de poder para la Armada Argentina, facilitando el control de la navegación y la explotación de recursos marítimos en la región. Todo esto coloca a Argentina en una posición privilegiada para negociar los términos de la explotación de los recursos antárticos y, de forma más amplia, para proyectar su poder en el Atlántico Sur.

En términos geopolíticos, la base puede convertirse en una plataforma para desafiar la hegemonía británica en las Islas Malvinas, ya que su proximidad permite operaciones de vigilancia más eficaces. Este movimiento no solo podría elevar las tensiones con el Reino Unido, sino también reactivar la disputa diplomática entre ambas naciones.

En definitiva, la Base de Ushuaia representa un paso calculado de Argentina para fortalecer su presencia en la Antártida, reforzar sus reclamaciones territoriales y asegurar un papel de liderazgo en la renegociación del Tratado Antártico. Es un símbolo de su determinación para preservar su influencia en la región, no solo como un actor científico, sino también como un poder marítimo en ascenso en el Atlántico Sur.


domingo, 1 de diciembre de 2024

Operación Tronador: Los Fennec que atacarían a los Hunters aterrizando


T-28F 0581/1-A-250 durante una escala en la BAM Tandil hacía la B.A Río Grande.

Escuela de Aviación Naval en la Operación Tronador



A finales de 1977, la Escuela de Aviación Naval contaba con un número reducido de solo nueve aviones T-28 en servicio, de un total de 20 asignados. En ese periodo, se planificó la última navegación de estos aviones entre Punta Indio y Ushuaia, denominada "Operación Austral," que implicó el traslado de los nueve aviones operativos en ese momento.


T-28P 0628/3-A-208 en la base aérea de Ushuaia, 11 Agosto de 1978. El es el Guardiamarina Goñi y el Suboficial Segundo Ruiz.

Inicialmente concebida como la despedida de estos aviones, la misión se convirtió involuntariamente en el preludio de la Operación Tronador para la Escuela. Ante la creciente tensión en la Zona Austral, el Comando de la Aviación Naval (COAN) recibió instrucciones de aumentar el nivel de alistamiento debido a la posible ocurrencia de un conflicto armado. Como parte de estas medidas, se suspendió la desactivación de los T-28.


B-80 usados como apoyo al despliegue de los Fennec

A principios de 1978, una división de cuatro aviones de la Escuela de Aviación Naval fue destacada a la Base Aeronaval Río Grande, donde permaneció durante todo el año, con los aviones siendo reemplazados periódicamente.

A medida que aumentaba la tensión en noviembre, la Escuadrilla de la Escuela de Aviación Naval alcanzó un total de 19 T-28 en condiciones operativas, aumentando también el número de pilotos disponibles. El Teniente de Fragata Hugo Ortiz quedó a cargo del grupo, compuesto por varios oficiales.

En el marco de la Operación Tronador, a la Escuadrilla de T-28 se le asignaron misiones de apoyo aéreo cercano, ataque a embarcaciones menores en Bahía Inútil y la arriesgada tarea de atacar a los aviones Hunter de la Fuerza Aérea de Chile durante su fase de aterrizaje en Punta Arenas. Se llevaron a cabo prácticas de tiro, ataques con cohetes y bombardeos a 30º, usualmente en cooperación con las tropas del Batallón de Infantería de Marina Nº5 (BIM-5). Se estableció una base operativa avanzada en la pista de la estancia "La Sara," donde se mantuvo una división de T-28 en alistamiento permanente, mientras que el resto se concentró en Río Grande.


Foto tomada por el Teniente de Fragata Urberti al Guardiamarina Goñi a bordo del T-28P 0588/3-A-203. Se ve la pequeña característica pintada en los T-28 camuflados. Estancia La Sara, Diciembre de 1978.

Durante este periodo, se realizaron vuelos de reconocimiento, incluso sobre el espacio aéreo chileno. En uno de estos vuelos, el 13 de agosto de 1978, una sección de T-28 descubrió un aeródromo de campaña con presencia de tropas y un C-47 de la Fuerza Aérea de Chile, a solo 15 millas al noroeste de la estancia "La Sara."


Restos de los T-28F de la ESAN

Finalmente, poco antes del 22 de diciembre, se completó el alistamiento y la Escuadrilla quedó a la espera de las órdenes de ataque, las cuales nunca llegaron. La Escuadrilla de T-28 fue una de las últimas en replegarse, haciéndolo el 27 de enero de 1979, volando desde La Sara hacia Punta Indio. A pesar de las precarias condiciones operativas y el desgaste de los aviones, no se registraron mayores inconvenientes. En junio de 1979, se dispuso la baja operativa de los últimos T-28F, que fueron desguazados y chatarreados.

Fuentes: North American T-28 Fennec, Serie Aeronaval Nº28.