martes, 24 de diciembre de 2024

Roma: La alimentación en los buques en alta mar



Birremes de una flota del Danubio durante las Guerras Dacias (Columna Trajana). Crédito: Dominio público / Wikimedia Commons

Cómo se alimentaban los marineros romanos en alta mar: un estudio revela la tecnología de cocina a bordo de los barcos del Imperio

Por Guillermo Carvajal || La Brújula Verde

Un reciente estudio arqueológico revela cómo los marineros del Imperio Romano lograron alimentarse en medio del Mediterráneo, afrontando largas y peligrosas travesías con ingeniosas técnicas de cocina a bordo.

En una fascinante investigación publicada en el Journal of Maritime Archaeology , el experto en historia marítima Herman J. van Vliet desvela los misterios de cómo los marineros romanos preparaban sus alimentos mientras estaban en el mar. La pregunta clave que plantea su trabajo es: ¿cómo conseguían cocinar en alta mar y qué alimentos formaban parte de su dieta durante estos largos viajes?

Durante el apogeo del Imperio Romano, los barcos se convirtieron en el principal medio de transporte de mercancías y personas a través del Mediterráneo. Sin embargo, los marineros se enfrentaban a un gran desafío: mantenerse bien alimentados en viajes que podían durar días o incluso semanas. Según el estudio, la logística de los alimentos en los barcos evolucionó junto con el comercio marítimo. A medida que los barcos se hicieron más grandes y complejos, también lo hicieron las cocinas a bordo.

Uno de los descubrimientos más interesantes es que, contrariamente a lo que se podría imaginar, los romanos no dependían únicamente de alimentos fríos o en conserva . Van Vliet señala que a través de excavaciones arqueológicas de antiguos naufragios se han encontrado evidencias de cocinas rudimentarias en los barcos . Estas cocinas, equipadas con grandes calderos y estufas primitivas, permitían a los marineros preparar comidas calientes, un lujo necesario para soportar las duras condiciones de vida en el mar.


Tres dromones, típicas embarcaciones bizantinas, a vela y a remo, obra de Rafael Monleón. Crédito: Dominio público / Wikimedia Commons

El pan era uno de los alimentos básicos a bordo. Se trataba de pan de cebada, un alimento que podía conservarse durante largos periodos sin estropearse. Sin embargo, los marineros romanos también dependían de la pesca para complementar su dieta. Según Van Vliet, se han encontrado anzuelos y redes de plomo en varios naufragios, lo que indica que los marineros pescaban durante las travesías para asegurarse una fuente fresca de proteínas. Pero el mal tiempo dificultaba esta actividad y, durante las tormentas, se veían obligados a depender de sus provisiones de pescado seco o en conserva.

Además del pan y el pescado, los cereales y las legumbres eran imprescindibles en la dieta de los marineros. Con estos ingredientes se elaboraban sopas y papillas, proporcionando una fuente rápida y sencilla de calorías. Se han encontrado restos de estos alimentos, como cereales, aceitunas y frutos secos, en varios pecios y puertos romanos, lo que confirma que formaban parte de la dieta diaria a bordo.

Uno de los aspectos más interesantes del estudio es la descripción de cómo se cocinaba a bordo sin comprometer la seguridad del barco . Van Vliet describe el uso de braseros y estufas de carbón, que producían calor sin llama abierta, lo que ayudaba a reducir el riesgo de incendios en las embarcaciones de madera. Los arqueólogos han encontrado tejas y ladrillos utilizados en naufragios romanos para proteger las zonas de cocción, una medida esencial para prevenir accidentes.

El estudio también revela detalles sobre sistemas de cocción innovadores , como un brasero con tanque de agua descubierto en la costa de Israel, que controlaba la temperatura para evitar que el plomo del brasero se derritiera, un tipo de innovación tecnológica que muestra el ingenio de los romanos para adaptarse a las demandas de la navegación a largo plazo.


Recreación artística de un quinquerreme romano. Crédito: James Bikie / Dominio público / Wikimedia Commons

El informe de Van Vliet destaca la importancia de una buena nutrición para la moral y la eficiencia de la tripulación. Aunque los pasajeros libres eran responsables de su propia alimentación, la alimentación de los esclavos y soldados a bordo era responsabilidad del Estado , lo que refleja la importancia de mantener bien alimentados a todos los ocupantes del barco para garantizar la supervivencia y el éxito de las misiones.

A medida que los barcos se hicieron más grandes y las tripulaciones más numerosas, las tareas de cocina se especializaron y se asignaron a miembros específicos de la tripulación.

El estudio de Van Vliet arroja luz sobre el desarrollo de soluciones creativas para cocinar en el mar. Además de braseros portátiles y sistemas de protección contra incendios, los arqueólogos han descubierto restos de grandes calderos de cerámica que resistían a los choques térmicos, lo que permitía cocinar alimentos en medio de las duras condiciones marítimas.

Entre los naufragios más importantes mencionados en el estudio se encuentra el del Yassi Ada , en el que se encontraron tejas, braseros y grandes ollas utilizadas para cocinar. Estos hallazgos confirman que cocinar a bordo no solo era posible sino que estaba muy extendido en época romana.

El artículo concluye que lo que se cocinaba dependía de los hábitos de los marineros y de la disponibilidad regional de productos. Existían diversas soluciones para recalentar la comida. Preparar pescado, gachas y sopas, traer pan desde tierra firme y consumir alimentos en conserva podía garantizar que los marineros no murieran de hambre. Aun así, algunas fuentes hablan de ayunos involuntarios prolongados que dejaban a las tripulaciones exhaustas. El sufrimiento del marinero romano era grande, pero sin la cocina a bordo, habría sido mucho peor.


Fuente

van Vliet, H.J. Preparing Food on Board in Roman Times. J Mari Arch (2024). doi.org/10.1007/s11457-024-09420-8

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