Una Visión Estratégica de la Defensa de los Intereses Argentinos en el Mar (I)
Capitán de Navío IM Miguel A. Troitiño || Defensa y Seguridad
Análisis
crítico del pensamiento estratégico como herramienta fundamental para
el desarrollo de nuestro País, a través de una original visión de los
sucesivos objetivos definidos durante la evolución histórica de la
Nación hasta el presente, proponiendo las directrices que nos deberían
conducir aun futuro deseado, en donde la Defensa de los intereses
argentinos en el mar, como Política de Estado integrada al resto de las
políticas, tiene un protagonismo decisivo.
1. Entendiendo la Necesidad del Pensamiento Estratégico
Todos
los argentinos sabemos de la capacidad y potencial de nuestro País y
que, proyectado al futuro, sólo el éxito debería tener cabida. Nuestras
generaciones pasan y siempre persiste el concepto de que poseemos una
naturaleza rica, proveedora de todo lo que necesitamos para ser felices.
Sin embargo, el presente nos encuentra apesadumbrados, tristes,
sufriendo una realidad que no se condice con nuestras tradicionales
proclamas optimistas. Del orgullo de pertenecer a una Nación que
encuentra su identidad a partir de la amalgama entre los pueblos nativos
y aquellos inmigrantes, que otrora fuese considerado el primer País del
mundo en erradicar el analfabetismo, a observar, impotentes, a nuestros
jóvenes que deciden buscar su felicidad en otro lugar. Pero el origen
de esta historia no es reciente.
El
inicio de la segunda década del S. XXI encuentra a la República
Argentina cuestionándose su presente y sin definir claramente su futuro,
condicionando esto el diseño y desarrollo nacional de su Defensa para
enfrentar las amenazas a sus Intereses Nacionales. Cien años atrás
comenzó la “pérdida de rumbo”
de la Nación, desorientación alimentada por las crisis económicas y
guerras mundiales que asolaron a la Tierra y que no supimos aprovechar, a
la vez que caímos en conflictos internos que se han prolongado hasta el
presente, y que nos han llevado a un ejercicio crítico permanente de
los errores del pasado, buscando encontrar en ello justificación, y así
esconder la impotencia o incapacidad de reencontrarnos con un Proyecto
de Nación en el presente, que nos haga partícipes de un necesario
resurgimiento. Más allá de las causas que provocaron ese desvío no
deseado que llega hasta la actual situación, lo que resulta evidente es
el notable abandono del Pensamiento Estratégico en la conducción del
Estado Nacional, el cual se ha aferrado desde hace un siglo, salvando
excepciones, a atender el corto plazo.
Al
momento de realizar un breve análisis de la vida de nuestra Nación,
podemos identificar claramente tres períodos históricos definidos por
hechos trascendentes que marcaron nuestro camino. Esos tres períodos
fundamentales, a mi juicio, se pueden delinear de la siguiente manera:
1° Período:
Desde la llegada de los conquistadores españoles,
Hasta las Declaraciones de la Libertad, y de la Independencia.
Se materializa el Nacimiento de la Patria.
2° Período:
Desde la Declaración de la Independencia,
Hasta la creación de nuestra Constitución Nacional – 1853 – 1860.
Se consolida la Organización Nacional.
3° Período:
Desde la creación de la Constitución Nacional y la aparición de la “Generación del 80”,
Hasta el fin de la Primera Guerra Mundial y el crack económico del 29.
Se plasma el Proyecto País, la Visión y Desarrollo de la Nación.
¿Y el 4° Período?
Si
lo consideramos iniciado a partir de la década del 20 del siglo pasado,
hasta ahora, no se observaría un hecho positivo trascendente para el
País que lo termine de definir en su cierre. ¿Somos nosotros los que deberíamos constituirnos en protagonistas de su consolidación? Con la desaparición del escenario de la llamada “Generación del80”,
la cual, heredera del pensamiento de Juan Bautista Alberdi, proyecta y
concreta la modernización del Estado para la época, a través de
políticas que desencadenan el progreso económico, industrial y social,
que alcanza a nuestras Fuerzas Armadas, y que llevan a nuestro País a
ser uno de los más importantes del mundo, se define el 3º período
histórico mencionado. A partir de allí, el Estado Argentino fue
paulatinamente abandonando el pensamiento estratégico y así, reduciendo
su capacidad de imaginar y proyectar un crecimiento sostenido hacia el
logro de metas surgidas de un verdadero Proyecto de Nación.
A
la luz de esta afirmación, veremos que sólo en el nivel estratégico es
posible justificar los Intereses de la Nación, su Defensa y, en
consecuencia, sus Fuerzas Armadas. ¿Estamos en guerra? Afortunadamente podemos afirmar que NO. Entonces, ¿para qué necesitamos Fuerzas Armadas?
La inmediatez nos acerca a semejante conclusión, carente de absoluta
previsión / visión de futuro, llevándonos a buscar refugio en
justificaciones secundarias, haciendo imposible la concreción de
proyectos de valor significativo.
Si
buscamos un referente del pensamiento estratégico asociado a los
intereses argentinos en el mar, surge la figura del Almirante Dn.
Segundo STORNI quien, en 1916, pronuncia dos conferencias en el salón de
actos públicos del diario “La Prensa”,
publicadas luego con el Título: INTERESES ARGENTINOS EN EL MAR. No fue
casualidad su protagonismo. Influenciado por la denominada “Generación del 80”, desarrolla su visión sobre una Nación que imaginó encaminada hacia un futuro de grandeza.
Pero
esa visión se fue empobreciendo hasta ser absolutamente abandonada o,
al menos, no soportada por acciones concretas, para ser reemplazada por
ideas cortas, vacías de contenidos de valor necesario para sostener las
Políticas de Estado definidas por el proyecto de esa generación y el
pensamiento de Storni, imposibilitando así una evolución superadora del
mismo.
En
materia de Defensa, el deterioro se hizo evidente en los últimos 40
años, producto del rol al que se abocaron las FFAA en la década del 70y
parte de los 80, y la posterior desinversión que sufrieran y que se ha
mantenido hasta la fecha, muestra clara de la ausencia de un Proyecto de
Nación, que las incluya. Hoy, dominados por el escenario crítico por
atraviesa nuestro País, la Directiva de Política de Defensa
Nacional(DPDN), aprobada por Decreto 457/2021, constituye un instrumento
que nos permite entregarnos a la discusión estratégica nacional, en la
búsqueda de la construcción de un futuro próspero y trascendente.
2. La Política de Defensa y la Constitución Nacional
Pensar
estratégicamente la Defensa de nuestra Nación, requiere de un abordaje
superador e integrador, donde confluya la diversidad que, en su
conjunto, representa a la Nación toda. En definitiva, no puede ser la
idea de unos pocos (aquellos que se dedican a la Defensa), sin el aporte
necesario de muchos otros que, desde su ámbito del saber y quehacer,
deben combinar y confluir, junto con los primeros, en una solución
integral del planteo.
La
construcción de la Defensa no podría entenderse sino lo es
contribuyendo a la Seguridad Integral de la Nación, la cual resulta
condición indispensable para el desarrollo del País, que no debería
apartarse del objeto de nuestra Constitución Nacional: Constituir la
Unión Nacional, Afianzar la Justicia, Consolidar la Paz Interior,
Proveer a la Defensa Común, Promover el Bienestar General, Asegurar los
beneficios de la Libertad. De igual manera, tampoco aquellos intereses
nacionales definidos en la misma Carta y en la Ley de Defensa Nacional
(ley 23.554): La protección de la soberanía e independencia de la Nación
Argentina, su integridad territorial, sus recursos naturales, su
capacidad de autodeterminación y la protección de la vida, la libertad y
los derechos humanos de sus habitantes. La defensa de dichos intereses
constituye la misión primaria del Sistema de Defensa Nacional.
Hoy, en tal sentido, ¿podemos proteger la soberanía e independencia de nuestra Nación?; ¿Podemos asegurar su integridad territorial?, cuando tenemos parte del mismo “intrusado” (Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes); ¿Somos capaces de proteger sus recursos naturales?,
cuando sufrimos la permanente amenaza de la explotación ictícola ilegal
en nuestras aguas o el otorgamiento unilateral de licencias de
explotación petrolera por parte del Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte, o la extracción de minerales con porcentajes mínimos
de beneficios para nuestro País; ¿Podemos defender su capacidad de autodeterminación?. Y respecto a la vida, la libertad y los DDHH de los argentinos, ¿estamos en capacidad de protegerlos?
Si
hacemos una comparación con la Unión Europea, encontramos similares
conceptos en el reciente pronunciamiento de su Consejo, de fecha 21 de
marzo de 2022, en donde define la ¨Brújula Estratégica para la Seguridad y la Defensa”, con el propósito de establecer “una
Unión Europea que proteja a sus ciudadanos, defienda sus valores e
intereses y contribuya a la paz y la seguridad internacionales”, expresando como “norte” orientador que “La
Unión Europea está hoy más unida que nunca. Estamos resueltos a
defender el orden de seguridad europeo. La soberanía, la integridad
territorial y la independencia dentro de las fronteras reconocidas
internacionalmente deben gozar de pleno respeto” (1) . Al respecto, la diferencia es que la UE da muestras claras de cumplirlos.
Es
necesario definir las cosas en su justo nivel. Parafraseando al
Ingeniero y Académico Universitario de la Universidad de Valparaíso,
Profesor Guillermo Holzmann, una Política de Defensa corresponde a la
expresión de una Política de Estado, es decir es una política pública
que representa los intereses nacionales y es consistente con la idea de
seguridad nacional del País.
Revalorizar
a la Política de Defensa como una parte esencial del Estado resulta
fundamental. Es la manera en que el Estado Nacional estructura y
organiza la Defensa Nacional que, junto a la Política Exterior,
constituyen dos pilares esenciales para la concreción de la seguridad y
el desarrollo del País. El Vicealmirante STORNI expresaba:
“La política naval es, ante todo, una acción de Gobierno; pero es
indispensable, para que tenga nervio y continuidad, que sus objetivos
arraiguen en la Nación entera, que sean una idea clara, un
convencimiento de las clases dirigentes, y una aspiración constante de
todo el pueblo argentino” (2).
3. Una Forma de Pensar a la Argentina. Lineamientos Estratégicos.
No
hay duda de la importancia de tener una visión estratégica que nos
permita definir el rumbo de nuestro País. Pensar estratégicamente nos
lleva aun nivel superior, donde se deberían trazar los fines que se
pretenden conseguir a largo plazo, en un marco de alto grado de
incertidumbre. Volver al pensamiento estratégico guiado por nuestra
Constitución Nacional es imprescindible. Pero ¿Cómo pensar a la ARGENTINA?
Un País de dimensiones enormes, diverso en su territorio y con una
ubicación geográfica particular, nos exige un análisis eficaz que
permita un proceso lógico y virtuoso, para que garantice su desarrollo.
Resulta esencial respondernos ¿quiénes somos? y ¿qué queremos?
Hablábamos
de Períodos en el comienzo de este artículo. La retrospectiva nos
permite definir los grupos de Objetivos Determinantes forjados en ellos.
Así planteado, aquellos que nos dieron la Libertad, la Independencia y
la consolidación de la Organización Nacional, podrían haber definido dos
grupos de Objetivos Determinantes (Ver Figura 1):
- Incorporar
al Proyecto, el territorio conocido. Aquel que se caracterizaba por
estar ocupado por numerosos feudos, con un caudillo que los lideraba y
defendía. El Proyecto buscado: ser una sola Nación.
- Relacionarse
con El Mundo, para mostrarnos y trascender como Nación. En ese
entonces, un mundo disputado por el Reino Unido, España y Francia.
-
Figura
1 - Nota: La representación de la Figura 1 muestra que los territorios
delimitados por los actuales Uruguay, Paraguay y Bolivia, que
inicialmente pertenecieron a las Provincias Unidas del Río de la Plata,
finalmente no se incorporaron al Proyecto de Nación Argentina.
La Constitución Nacional organizó a la Nación, pero fue la “Generación del 80”
quien, con una visión preclara, en su actitud de pensar y crear una
Argentina poderosa, decidida a construir un futuro grandioso,
posiblemente haya proyectado sus ambiciones a partir de tres grupos de
Objetivos Determinantes (Ver Figura 2):
Figura 2
Integrar
a la Vida Organizada, al territorio ya incorporado al Proyecto, con
riqueza desmesurada pero desordenado en su organización social y
política, determinando un objeto de riqueza y generando las condiciones
para su producción, transporte y exportación al mundo. Fue el Proyecto
Agroexportador, el que nos transformó en “granero del mundo" (3) .
Incorporar al Proyecto a la Patagonia, región inhóspita asegurada a partir de la “conquista del desierto”,
definiendo su colonización basada en puertos, porque, si el medio de
transporte al norte del Río Colorado fue el tren, para el sur fue el
buque.
Relacionarse
con el Mundo: esencial para proyectar nuestra riqueza hasta donde sea
necesario y ser parte de los acontecimientos internacionales. El líder
mundial de aquel entonces: el Reino Unido de Gran Bretaña.
Hoy,
el escenario ha cambiado. Nos enfrentamos a la necesidad de comenzara
definir y, por qué no, concretar ese 4º período histórico pendiente,
pudiendo ser artífices del hecho trascendente que lo caracterice. En ese
sentido, siguiendo el razonamiento planteado, hoy podríamos estar
enfrentando cuatro grupos de objetivos determinantes a cumplir (Ver
Figura 3):
- Desarrollar Aquello que Integró la Generación del 80, al norte del Río Colorado.
- Integrar la Patagonia a la Vida Organizada de País, y asociarla al desarrollo del norte.
- Incorporar al País los Espacios Marítimos Jurisdiccionales y de Interés Nacional.
Relacionarnos con el Mundo. Estados Unidos de Norteamérica es sin dudas el poderoso. ¿Cómo deberíamos relacionarnos con China?, ¿y con la Federación Rusa?, ¿y con la Unión Europea u otros, a partir de nuestros intereses?
Figura 3
Pensar
a la Argentina nos obliga a un análisis de la situación que nos rodea.
Mirar al mundo e interpretarlo y, mediante una prospectiva inteligente,
vislumbrar su evolución. Pero ninguna idea de proyección se podrá
llevara cabo si no identificamos claramente qué queremos y, a partir de
ello, nos ordenamos para concretar nuestras aspiraciones.
Dar
respuestas a los objetivos determinantes de nuestro tiempo, nos lleva a
aceptar, como primera medida, la vastedad y diversidad de la geografía
de nuestro País. Estas características deberían hacer necesaria la
existencia de una idea, que conecte a todo el País bajo una única
solución integral de desarrollo. La complejidad de este planteo no se
resuelve sino a través de una respuesta que contenga una plena
participación de todos los actores involucrados (Ej. de la política
(gobiernos nacional y provinciales), de la educación, de la industria,
de la defensa, etc), liderados por el Estado Nacional.
Desarrollar,
integrar y asociar a el País nos debería llevar a necesitar
regionalizar su territorio. Esto permitiría construir vínculos
particulares entre las Provincias, fortalecidos por la afinidad. Esa
afinidad debería materializarse, fundamentalmente, por la identificación
del o los objetos de riqueza contenidos en cada región, que aseguren la
sustentabilidad de la vida de los argentinos que en ella habitan y ser
atractiva y aceptada por el resto que integra la comunidad organizada.
El desarrollo del País estaría garantizado por la aceptación de ese o
esos objetos de riqueza por parte del resto de las regiones.
Conformadas
las regiones e identificados sus objetos de riqueza, deberíamos
trabajar los mismos, transformándolos en manufacturas con valor
agregado.
Resta
comercializar ese producto, colocar el mismo para beneficio de la
región, el resto de las regiones y salir al exterior del País. El
transporte es el eslabón que garantizaría esta etapa.
Sin
dudas que existen indicios de lo expresado: el petróleo, el gas, el
litio, la producción agroindustrial, el turismo, etc., pueden ser
considerados como objetos de riqueza, pero a su desarrollo no se lo
observa coordinado, ni combinado, ni integrado a un Plan que los vincule
al desarrollo de los otros aspectos de la ecuación.
Si es así, ¿será posible tener un futuro de grandeza?
El crecimiento económico – social, a través de una lógica que contenga,
asegure y vincule la cadena de producción y comercialización en las
regiones geográficas definidas, junto con los espacios marítimos
correspondientes, aseguraría el desarrollo sostenido de nuestra Nación.
El
objeto de riqueza + trabajo + valor agregado + transporte para su
comercialización, enmarcado en un Plan Director Nacional, constituiría
la respuesta para el desarrollo del País. El Estado Nacional debería
conducir este proceso de desarrollo. Todo esto, como lo expresamos en el
punto anterior, no se podrá lograr sin una Seguridad integral de la
Nación, uno de cuyos pilares es la Defensa Nacional.
Pero
cuando hablamos de desarrollo, deberíamos abordar el tema de manera
prospectiva. Surge entonces la necesidad de establecer lineamientos
estratégicos (4) que caractericen a nuestro País y al contexto al cual
pertenece, es decir, aquellas directrices que nos conduzcan a una visión
de futuro deseado para la República Argentina.
En función de los objetivos determinantes del “hoy”
que hemos mencionado, podríamos definir los lineamientos estratégicos
(directrices que nos conducen a una visión de futuro deseado),
vinculados al vivir (Ver Figura 4):
Figura 4
- Visualizar a Sudamérica como una “isla”,
centro del hemisferio marítimo, donde la Cuenca del Plata se
constituirá en su corazón productivo. Es una de las cuencas más ricas
del mundo, ya que corre en el sentido de los meridianos, ofreciendo en
diferentes latitudes, diversidad de productos. La Cordillera de los
Andes, siendo una reserva de minerales estratégicos a nivel mundial es, a
la vez, un complemento espectacular de una geografía equilibrada,
protegiendo el oeste de esa “isla”.
- Considerar
al conocimiento como la más importante fuente de desarrollo que
permitirá transformar los objetos de riqueza en bienes con valor
agregado.
- Controlar, emplear y transformar los recursos naturales en un contexto de preservación del medio ambiente.
Si los ordenamos respecto “del convivir”, deberemos considerar(Ver Figura 5):
- Propiciar la cooperación e integración internacional como medio contribuyente al fortalecimiento de nuestro poder.
- Proteger a la Isla de los efectos indeseables de las tendencias mundiales.
- Mantener la presencia y apoyar las actividades que se desarrollan en la Antártida.
- Participar en el mantenimiento y sostenimiento de la paz y seguridad internacional.
- Controlar
el Atlántico Sur, contribuyendo al MARE NOSTRUM de Occidente. Concepto
que parte de pensar que, si el MARE NOSTRUM para el Imperio Romano fue
el Mar Mediterráneo, hasta el presente, el MARE NOSTRUM de la OTAN es el
Atlántico Norte; en el futuro, el Océano Atlántico todo, será el MARE
NOSTRUM de Occidente.
Señalados los lineamientos estratégicos de la “Isla”,
inmediatamente podremos advertir la presencia de intereses nacionales
asociados a cada aspecto mencionado, vinculados con nuestros espacios
marítimos y fluviales.
Figura 5
4. Regiones Geográficas con Espacios Marítimos de Interés Nacional.
“¿Qué
tenemos a nuestro alrededor? El mar, o países con los cuales nos
conviene hermanar esfuerzos, pero de los cuales poco podremos recibir.
Así, señores, puede afirmarse que la Argentina lo espera todo por la vía
marítima”. 1916 – Almirante Storni (5) .
Podemos considerar que la afirmación de Storni lleva el concepto de la “Isla”,
definido para América del Sur, a la Argentina de manera acertada, si
tenemos en cuenta que, a modo de ejemplo, desde el punto de vista
económico, actualmente cerca del 87% de nuestras exportaciones e
importaciones salen y llegan por vía marítima (6) , desde el punto de
vista de la defensa, el último conflicto bélico que tuvo el país
(Malvinas), se desarrolló en un ambiente operacional marítimo, los
conflictos por los recursos ictícolas y de hidrocarburos son una
constante en nuestro presente, el único territorio actualmente cercenado
a nuestra integridad soberana, así como las únicas pretensiones
soberanas que tiene el País se enmarcan en el ámbito marítimo, o
requieren de una proyección exclusivamente marítima (el Sector Antártico
Argentino y el concepto bicontinental). En este punto cabe aclarar que
el desarrollo conceptual enunciado no busca desconocer la interacción
con Brasil, sino que, hasta con nuestro vecino, ese vínculo
preferentemente comercial y de defensa, tiene su máxima expresión por la
vía marítima.
Así como el Almirante Storni relacionaba los “sectores
defensivos de la Marina de Guerra con el trazado de los sectores
comerciales debido a quela finalidad de la Marina de Guerra no era otra
que la de mantener libre y segura la puerta de salida, la vía y las
naves mercantes que los sirven” (7), hoy la Defensa debe considerar las áreas geográficas de interés estratégico que requieren su atención.
Del
punto anterior, podemos deducir tres regiones geográficas de interés
nacional, relacionadas con los espacios marítimos, más aquellas regiones
de interés en el Mundo, en donde se desenvuelve la defensa en apoyo de
la Política Exterior del País. A saber (Ver Figura 6):
Figura 6
1) La Cuenca del Plata,
la cual constituye la red de vías principal por donde circula una
verdadera locomotora de nuestro desarrollo, receptora de toda la
producción del centro -norte de nuestro País. En ella, el Río dela Plata
adquiere una relevancia trascendente ya que la conecta con las rutas
hacia el mundo. Vinculada geográficamente con el Acuífero Guaraníes
considerada una de las principales reservas de agua dulce del mundo,
calculándose la misma en 40 mil km³. Es eje integrador con dos países
mediterráneos (Bolivia y Paraguay), Brasil y Uruguay. Para la Argentina
su importancia pasa por ser la vía de entrada y salida desde y hacia
ultramar de aproximadamente el 75% del comercio exterior y ser el
aglutinante de una serie de elementos de valor estratégico:
- Centros urbanos ribereños de alta densidad poblacional y sedes de sistemas políticos provinciales,
- Estaciones de transferencia de cargas varias,
- Polos industriales,
- Centrales hidroeléctricas y nucleares.
La integración internacional con los actores involucrados y la seguridad regional garantizarán su desarrollo.
2) El Atlántico Sudoccidental que contiene:
El Mar Argentino
Las islas Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur
La Autopista Marítima (La Patagonia y su litoral + la Línea marítima hacia la Antártida)
El espacio marítimo de responsabilidad SAR
Ese
Mar Argentino que exige el ejercicio de una soberanía en términos
adecuados, basados en un sentido de pertenencia por convicción, real
vocación y propiedad por derecho. Que requiere de su aprovechamiento
controlado y sustentable. Todo obliga a una presencia sostenida e
incuestionable: ir al mar y quedarnos en él.
La
visualización insular de la América del Sur nos permite concluir quelas
grandes amenazas provendrán desde el mar y que, en ese caso, las islas
Malvinas constituyen un punto estratégico desde donde se controla todo
el litoral patagónico y a esa autopista marítima hacia la Antártida.
Debemos identificar claramente al intruso en las mismas, así como en las
Georgias y Sándwich del Sur. La preservación de los recursos naturales
renovables y no renovables se suma a los intereses mencionados.
La
negociación con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte dela
soberanía sobre todas nuestras islas deberá ser el camino, y la
solución del problema la meta, buscando asegurar al mundo occidental,
junto con Brasil y Sudáfrica, el “Mar de la Paz” que ellos necesitan para su evolución o, quizás aún más, incorporar el Atlántico Sur al Atlántico Norte, como el “Mare Nostrum” de Occidente.
Prestando atención nuevamente al documento de la UE, refiriéndose a la Estrategia de Seguridad Marítima, esta define que “la
seguridad marítima en el mar Báltico, el mar Negro, el mar
Mediterráneo…así como del océano Atlántico y de las regiones
ultraperiféricas, es importante parala seguridad de la UE, para nuestro
desarrollo económico y para el libre comercio, el transporte y la
seguridad energética. Las zonas marítimas, las vías marítimas de
comunicación esenciales y varios puntos de congestión marítimos se están
convirtiendo, al igual que los fondos marinos, en espacios cada vez más
disputados…” y además establece en términos de “asociaciones bilaterales adaptadas” que “debemos
reforzar nuestra asociación con América Latina, apoyándonos en el
diálogo específico en materia de seguridad y defensa con Colombia y
Chile”.
¿Cabe
alguna duda de que, sin dilaciones, nuestra Política de Defensa se debe
activar decididamente en defensa de nuestros intereses y en apoyo a
nuestra Política Exterior, frente a la clara injerencia de otros?
La
Patagonia, como generadora de los principales derechos sobre el mar,
acompaña con su litoral como elemento integrador, a la autopista
marítima, la cual constituye la mejor ruta hacia la Antártida desde el
mundo. Esta Región contiene en sus valles transversales, los objetos de
riqueza que esperan aportar al desarrollo y es, al mismo tiempo, un
verdadero trampolín al ejercicio soberano en el Mar Argentino. Semejante
valor estratégico se ve vulnerable por ser un espacio geopolítico
vacío, que debemos resguardar.
Argentina
debería plantearse cómo integrar los territorios marítimos incorporados
a partir del Siglo XIX. Esa autopista marítima, debería concebirse como
el mejor camino de acceso a la Antártida que posee la humanidad y del
que somos propietarios de sus puntos de apoyo, para cumplir las
funciones de servicio que requerirá todo aquel que pretenda obtener algo
del continente blanco, asegurando, de esta manera, nuestra presencia en
todas las actividades posibles en aquellos lugares que conocemos desde
principios del Siglo XX. El actualmente pensado “Polo Logístico Antártico”,
como parte de una verdadera Política de Estado orientada a
fortalecerlos intereses nacionales sobre la Antártida, debería ver su
desarrollo sin dilación, no dejando de asegurar la conexión entre los
objetos de riqueza definidos en la Patagonia, con esa autopista
marítima. Un Polo Logístico que, siguiendo un concepto defensivo, no
sería conveniente concebirlo de manera única y vulnerablemente
centralizada, sino que, contribuyendo al desarrollo patagónico basado en
la extracción/generación del recurso, la creación de valor agregado y
el transporte para comercialización de sus objetos de riqueza, podría
diseñarse a partir de varios puntos de apoyo (Puerto Madryn, Río
Gallegos, Ushuaia, por mencionar algunos a considerar).
La
Responsabilidad SAR, que el Estado Nacional asumió como miembro de la
Organización Marítima Internacional (OMI) y de la que nuestra Armada es
autoridad máxima en nuestro país, que abarca un área que triplica la
superficie de los espacios de jurisdicción nacional, incluida la zona
antártica y sub-antártica; caracterizada por su hostilidad en su aspecto
geográfico y meteorológico, debería ser pensada como una herramienta
más para consolidar nuestra presencia y derechos, a partir de soportar
la gran actividad marítima internacional que existe y que se presume irá
en franco crecimiento desde y hacia el continente antártico.
3) La Antártida,
región con un status jurídico particular, zona de paz y de interés para
la humanidad, es un ámbito de creciente atractivo para los Estados, en
cuanto a actividades de investigación científica, como bioprospección y
exploración de recursos naturales sin fines comerciales. La naturaleza
marítima de la Antártida impone a los mismos desafíos logísticos en
apoyo a la actividad científica y operativa para la protección de la
vida humana y del medio ambiente.
La
situación así descripta de esta región, justifica y fortalece la
conexión de la misma con la Patagonia, potenciando el concepto
bicontinental de nuestro País, ligado por esa autopista marítima que,
con sus desarrollos dispuestos a lo largo del litoral patagónico,
deberían asegurar un sostenimiento fluido y eficiente de las acciones
desarrolladas en el continente blanco.
4) Regiones de interés en el Mundo.
No sería completo el análisis si no lo orientáramos hacia nuestra
Relación con el Mundo: El Atlántico Sur, nuestra cuenca de pertenencia,
constituye un ambiente de paz, enmarcado con África en su cierre Este.
La supervivencia de la Nación demanda convivir bajo un modelo de
globalización de hecho, que requiere la adopción de conductas de
seguridad y confianza en el respeto y convicción del Derecho
Internacional. Nuestras fronteras se materializan hasta donde llega el
interés nacional, definido por el rol que queramos asumir en el mundo.
Con
fecha 16 de agosto del 2022, nuestro País aprobó por Decisión
Administrativa 797/2022 (8) , la nueva cartografía oficial que define el
territorio de la REPÚBLICA ARGENTINA, basado en el sitio oficial
IGN-Argenmap (9) .En los considerandos establece que
“…contribuye a la representación del territorio y su soberanía,
constituye un referente de cohesión al interior del Estado Nación a la
vez que lo diferencia de los otros estados nacionales, y aporta a la
construcción de la Nación a partir de la definición de un territorio de
pertenencia y de referencia y al conocimiento del patrimonio
natural.”…”Que la representación cartográfica aparece como un inventario
donde se da cuenta de los límites del territorio y se consigna el
patrimonio natural, social, económico y cultural, actuando como un
elemento clave de la representación de la Nación”. (Ver Figura 7)
Figura 7
Los
espacios así definidos por nuestro País, terrestres y marítimos,
bicontinentales, determinan claramente las aspiraciones que tiene la
República Argentina y que consideramos que, por derecho, nos
corresponden. Es sabido, como mencionamos precedentemente, la intrusión
que actualmente ejerce sobre ellos el Reino Unido de Gran Bretaña e
Irlanda del Norte, pero también, bajo el “paraguas”
del vigente Tratado Antártico, es numerosa la presencia de otros países
establecidos con bases antárticas, dentro del sector por nosotros
pretendido. Y si a eso le sumamos la superposición delos sectores
antárticos pretendidos por Chile y el RUGB, nuestra voluntad
representada en el mapa de la Figura 7, se ve drásticamente condicionada
por las acciones de terceros y de la comunidad internacional toda.
Para
que lo expresado por nuestro País no se diluya en una mera expresión de
deseos, debería ser acompañado de manera activa por acciones concretas y
mensurables ya que, de no hacerse, perdería seriedad y su aceptación
por parte de la comunidad internacional se vería sensiblemente afectada.
Tal es la seriedad de lo que tenemos que afrontar desde hoy y en un
futuro próximo, que necesitaríamos adquirir un poder relativo en la
región que nos permita, al menos, contar con oportunidades de
negociación. Tenemos que ser conscientes de que cuanto más poder
integral tenga la Argentina para la negociación de la soberanía de los
espacios terrestres y marítimos aún en litigio o protegidos bajo
tratados internacionales, más posibilidad de acercarnos al 100% de lo
pretendido lograremos.
Fin primera parte.
(1) UNIÓN EUROPEA, Consejo. UNA BRÚJULA ESTRATÉGICA PARA LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA. 21/03/2022.
https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-7371-2022-INIT/es/pdf
(2) Epígrafe del libro STORNI, SEGUNDO R. Intereses Argentinos en el Mar – 2º ed. 1º imp. - Armada Argentina. Buenos Aires, 2009
(3)
El período 1880-1914 fue la etapa de mayor crecimiento económico del
país. Entre 1880 y 1913 el producto bruto per cápita más que se duplicó.
La población total se cuadruplicó. Las tasas de crecimiento anual entre
1880 y 1914 fueron del 3.4% para la población y de entre 2 y 2.5 para
el PBI. La base de este crecimiento estuvo constituida por una serie de
factores, entre los que se destacan la expansión acelerada de la
producción agropecuaria, el crecimiento de las exportaciones, la
modernización del sistema de transportes -en particular gracias a la
construcción de los ferrocarriles y el crecimiento de la población.
https://www.argentina.gob.ar/interior/migraciones/museo/el-estado-y-la-inmigracion/la-expansion-economica
(4) Chávez, Carlos, https://es.scribd.com/document/477729142/Los-lineamientos-estrategicos.
Los
Lineamientos Estratégicos son los elementos del más alto nivel de la
Estrategia Organizacional, cuyo propósito es alinear el comportamiento
de todos los miembros de la Organización hacia un horizonte y Visión
compartida.
(5) Storni, Segundo R. Intereses Argentinos en el Mar (2009) – 2º ed. 1º imp. Pág. 29 - Buenos Aires: Armada Argentina.
(6)
García, Natalia (2019), La Planificación del Transporte por agua en
Argentina. Límites y desafíos para los próximos años. Pág. 16. Instituto
del Transporte /UNSAM
(7) Idem Pág. 35
(8) Boletín Oficial Nº 34.983 (2022). Primera Sección. Decisión Administrativa 797/2022, DECAD-2022-797-APN-JGM - Disposiciones
(9) https://www.ign.gob.ar/content/nuevo-mapa-base-argenmap-topográfico
Bibliografía
R-O-1-101
DOCTRINA FUNDAMENTAL PARA LA CONDUCCIÓN DE LAS FUERZASDE LA ARMADA
ARGENTINA (Confidencial) (DOCFUARA), 2da. Ed., 1989.
CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA. 1853 y reformas de 1866, 1898, 1957y 1994.
DIRECTIVA DE POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL. Decreto 457/2021.
INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL. Boletín Oficial Nº 34.983 (2022). Primera Sección. Decisión Administrativa 797/2022, DECAD-2022-797-APN-JGM – Disposiciones.
INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL, https://www.ign.gob.ar/content/nuevo-mapabase-argenmap-topogr%C3%A1fico
LEY DE DEFENSA NACIONAL. Ley 23.554/88.
MAHAN, Alfred Thayer. INFLUENCIA DEL PODER NAVAL EN LA HISTORIA. Ed Partenon, 1946.
STORNI, Segundo. INTERESES ARGENTINOS EN EL MAR – 2º ed. 1º imp. - Buenos Aires: Armada Argentina, 2009.
UNIÓN EUROPEA, Consejo. UNA BRÚJULA ESTRATÉGICA PARA LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA. 21/03/2022.
https://data.consilium.europa.eu/doc/document/ST-7371-2022-INIT/es/pdf
US NAVY- NAVY MARITIME DOMAIN AWARENESS CONCEPT. Chief of Naval Operations, Department of Navy. Washington, 29/05/2007.
BOLETÍN
OFICIAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA Nº 34.983 (2022). Primera Sección.
Decisión Administrativa 797/2022, DECAD-2022-797-APN-JGM –
Disposiciones.
GARCÍA,
Natalia (2019), LA PLANIFICACIÓN DEL TRANSPORTE POR AGUA EN ARGENTINA.
LÍMITES Y DESAFÍOS PARA LOS PRÓXIMOS AÑOS. Instituto del Transporte
/UNSAM.
CHÁVEZ, Carlos, LOS LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS. https://es.scribd.com/document/477729142/Los-lineamientos-estrategicos
https://www.argentina.gob.ar/interior/migraciones/museo/el-estado-y-la-inmigracion/laexpansion-economica
El
Capitán de Navío de Infantería de Marina Miguel Ángel Troitiño egresó
de la Escuela Naval Militar en 1989. Especializado en Infantería, fue
Comandante del Batallón de Seguridad de la Armada y del Batallón de IM
Nº2 y Jefe de Operaciones de la Fuerza de IM de la Flota de Mar. Se
desempeñó como Military Liaison Officer en la Misión de ONU en Kosovo –
UNMIK. Fue Instructor en la Escuela de Suboficiales de IM, Oficial de
Ingreso de la Escuela Naval Militar y Subdirector y Jefe de Enseñanza de
la Escuela de Guerra Naval. Fue Agregado de Defensa, Militar, Naval y
Aeronáutico en Italia y, durante la Pandemia Covid 19, Director de
Sanidad de la Armada. Actualmente se desempeña como Secretario Ejecutivo
de la Secretaría General de la Armada. Entre los cursos realizados, se
destacan los siguientes: Perfeccionamiento de Oficiales del Cuerpo de
Fuzileros Navales, en Brasil; Comando y Estado Mayor de la Escuela de
Guerra Naval; Estado Mayor y Planeamiento Conjunto de la Escuela de
Guerra Conjunta y el Curso Superior de Estado Mayor Interfuerzas, en
Italia. Es Licenciado en Sistemas Navales de IM y Magister en Estudios
Estratégicos Internacionales, otorgado por la Libera Università
Internazionale degli Studi Sociali de Roma, la Università degli Studi di
Milano y el Ministerio de Defensa de Italia.
Artículo publicado en la Revista de la Escuela Superior de Guerra Naval Nº 68 Diciembre 2022.