domingo, 16 de marzo de 2025

ARA: Meko 360 MLU interoperable con las FREMM (Aster, CIWS, TACTICOS)

Propuesta de Modernización de los Destructores DDG Clase Meko 360 interoperable con FREMM para la Armada Argentina



Nota 1 || Nota 2

Introducción

La modernización de los destructores Clase Meko 360 de la Armada Argentina es una prioridad para mantener la competitividad operativa y mejorar su capacidad de defensa en el Atlántico Sur. La Armada Argentina ha identificado la necesidad de modernizar su flota de destructores DDG Clase Meko 360 para mantener una capacidad operativa relevante en el Atlántico Sur. Considerando el interés de la Armada por las fragatas FREMM francesas, es esencial que la modernización de los Meko 360 priorice la compatibilidad de sistemas de armas y sensores con estos navíos. Este documento presenta una propuesta de modernización de los destructores Meko 360, enfocada en la modernización de la planta motriz y la integración de sistemas de armas compatibles con las FREMM Este documento analiza la propuesta de modernización, enfocándose en la modernización de la planta motriz, la compatibilidad con las fragatas FREMM, y la sustitución del cañón doble de 40 mm por un sistema CIWS (Close-In Weapon System) de origen europeo, que proporcionaría una mejora sustancial en la defensa cercana del buque.


1. Modernización de la Planta Motriz

Contexto

La clase MEKO 360 cuenta con un sistema de propulsión COGOG (combinado gas o gas), compuesto por dos tipos de turbinas de gas de origen británico suministradas por Rolls-Royce. El primero incluye dos turbinas Olympus TM38, que proporcionan 60,000 HP y se utilizan en situaciones que requieren alta velocidad, como maniobras evasivas o durante ejercicios y combates. El segundo tipo son las turbinas Tyne RM1C, de menor potencia (9,900 HP), usadas para la navegación estándar del buque.

El Contraalmirante Allievi ha propuesto un proyecto de modernización para dos destructores MEKO 360 que implica reemplazar las turbinas de crucero Tyne por motores diésel y cambiar las cajas de reducción, mientras que el tercer destructor conservaría su motorización original. De esta manera, las turbinas Tyne retiradas se utilizarían como repuestos para prolongar la vida útil del destructor que mantenga su sistema original, mientras las turbinas Olympus, que tienen muchas horas remanentes, se mantendrían para situaciones operativas que requieran alta velocidad.

El cambio de la planta motriz británica es esencial para evitar restricciones de exportación y asegurar una mayor independencia logística. Se consideran dos opciones principales para la sustitución de la planta motriz.

Propuesta técnica

  • Sustitución de la planta motriz por motores MTU (Alemán) serie 20V 1163, con 8000 kW de potencia por motor.

  • Alternativa con motores General Electric LM2500 de origen estadounidense, utilizados en diversas marinas de la OTAN.

  • Duración del proyecto: 24 a 36 meses, con un buque prototipo durante los primeros 12 meses.
  • Costo estimado:
    • Motores MTU: USD 15-18 millones por unidad.
    • Motores LM2500: USD 20-25 millones por unidad, incluyendo adaptación estructural y formación de personal.

2. Sustitución del Cañón Doble de 40 mm por Sistema CIWS

Contexto

El cañón doble de 40 mm de las Meko 360, aunque adecuado en su época, ha quedado desfasado frente a las amenazas modernas, como misiles antibuque de alta velocidad y drones. Para mejorar la defensa de punto, se propone instalar un sistema CIWS (Close-In Weapon System) de origen europeo, que puede proporcionar una capa adicional de protección en combate naval cercano.

Opciones de CIWS europeos disponibles

  1. Phalanx Block 1B (Rheinmetall, versión europea):

    • Descripción: Sistema de defensa cercano con un cañón rotativo de 20 mm, capaz de interceptar misiles y aviones a baja altitud.
    • Costo estimado: USD 6-8 millones por unidad, incluyendo integración y pruebas de funcionamiento.
    • Duración de la instalación: 6 a 9 meses por buque, pudiéndose realizar en paralelo a otras actualizaciones.
    • Ventajas: Sistema ampliamente probado, fácil integración con sistemas de combate existentes.

  2. Millennium Gun (Rheinmetall):

    • Descripción: Sistema de 35 mm con una alta cadencia de tiro y capacidad para disparar munición AHEAD, diseñada para crear una nube de fragmentos que destruyen misiles y aeronaves en aproximación.
    • Costo estimado: USD 8-10 millones por unidad, incluyendo sistemas de control de tiro y adaptación estructural.
    • Duración de la instalación: 9 a 12 meses por buque.
    • Ventajas: Mayor alcance efectivo y versatilidad en comparación con otros CIWS, además de ser utilizado en varios buques europeos, lo que facilita el acceso a repuestos.

  3. Narwhal 20B (Nexter):

    • Descripción: Sistema automático de 20 mm con control remoto, más ligero que otras alternativas, ideal para reemplazos rápidos y simples.
    • Costo estimado: USD 4-6 millones por unidad.
    • Duración de la instalación: 4 a 6 meses por buque.
    • Ventajas: Bajo costo y fácil integración con la estructura existente de los Meko 360.

Recomendación de CIWS

Se recomienda el Millennium Gun de 35 mm debido a su superioridad en alcance y capacidad de munición AHEAD, que es altamente eficaz contra misiles modernos y drones. Además, su compatibilidad con otros sistemas europeos facilita la interoperabilidad con las FREMM.

3. Integración de sistemas de armas y sensores compatibles con las FREMM

Propuesta de equipos

  • Radar Thales Herakles 3D y CMS SETIS, compatibles con las fragatas FREMM.
  • Misiles Aster 15/30 para defensa aérea de corto y mediano alcance.
  • Misiles Exocet MM40 Block 3 para capacidades antibuque a largo alcance. Las cápsulas actuales serían compatibles para albergar las versiones más nuevas.
  • Sistema de guerra electrónica Thales Vigile 200 para mejorar la detección y neutralización de amenazas electrónicas.

Duración y Costos Estimados

  • Duración del proyecto: 36 a 48 meses, con pruebas y ajustes en un buque prototipo.
  • Costo estimado:
    • Radar Herakles y CMS SETIS: USD 25 millones por buque.
    • Integración de misiles Aster y Exocet: USD 15 millones por buque.
    • CIWS Millennium Gun: USD 8-10 millones por buque.

4. Factibilidad técnica de la integración del sistema Aster 15/30

Incorporar el sistema de misiles Aster 15/30 en un destructor Clase Meko 360 es una tarea compleja que depende de varios factores técnicos relacionados con el espacio, el peso y la capacidad de integración de sistemas.

  1. Espacio y configuración física:

    • El sistema Aster 15/30 utiliza un sistema de lanzamiento vertical (VLS), típicamente en configuraciones Sylver VLS de tipo A-43 para el Aster 15 y A-50/A-70 para el Aster 30. Estos módulos son más compactos que algunos otros VLS, como el Mk 41, pero aún requieren un espacio considerable.
    • Los destructores Clase Meko 360, como los utilizados en la Armada Argentina (ARA), fueron diseñados originalmente con armamento más convencional, como lanzadores de misiles Exocet y sistemas de defensa cercana CIWS. En consecuencia, adaptar un VLS podría requerir una reconfiguración importante de la cubierta de armas principal, donde se encuentran los lanzadores actuales y otros sistemas de sensores.
  2. Desplazamiento y peso:

    • El sistema de Aster 15/30 y el VLS Sylver no solo requieren espacio en cubierta, sino que también agregan peso considerable. Dado que la Meko 360 ya tiene un desplazamiento de alrededor de 3.600 toneladas, habría que revisar si el buque puede soportar el peso adicional sin afectar su estabilidad y navegabilidad. Probablmente un refuerzo estructural podría ser necesario.
  3. Sistema de Gestión de Combate (CMS):

    • El sistema Aster requiere una integración avanzada con el CMS del buque. Los Meko 360 tienen sistemas de gestión de combate más antiguos que, en muchos casos, no son compatibles de forma nativa con los sistemas de misiles Aster, especialmente el Aster 30. Actualizar el CMS a uno capaz de manejar el Aster, como el Thales TACTICOS o un sistema similar, sería crucial, lo que implica una actualización significativa.
  4. Sensores y radar:

    • Los misiles Aster 15/30 dependen de sistemas de radar de última generación, como el radar multifuncional SAMPSON o Seafire, para guiar los misiles con precisión. Si bien es posible que el Meko 360 pueda ser actualizado con un radar moderno, sería un desafío en términos de espacio en el mástil y podría requerir modificaciones estructurales importantes.


Es teóricamente posible instalar un sistema Aster 15/30 en un destructor Clase Meko 360, pero implicaría modificaciones significativas, incluyendo:

  • La reconfiguración del espacio en cubierta y un posible rediseño estructural.
  • Actualización o reemplazo del CMS y los sistemas de radar para gestionar y guiar los misiles.
  • Refuerzos de estabilidad para soportar el peso adicional.

Este tipo de modernización es compleja y costosa, probablemente solo justificable si el buque se va a destinar a un rol de defensa aérea avanzada, comparable a los estándares de buques modernos en marinas de primer nivel.

5. Cronograma general de implementación

  • Fase 1: Estudio y evaluación técnica (6 meses)

    • Evaluación de la compatibilidad estructural para la instalación del CIWS.
    • Estudio de integración de sistemas de armas y modernización de la planta motriz.
  • Fase 2: Instalación de sistemas de defensa cercana CIWS (6 a 12 meses)

    • Instalación de Millennium Gun en el primer buque y pruebas de integración.
    • Entrenamiento de la tripulación para el manejo del nuevo sistema de defensa.
  • Fase 3: Modernización de la planta motriz y sistemas de armas (12 a 18 meses)

    • Instalación de la planta motriz en un buque prototipo y pruebas de mar.
    • Instalación del radar, CMS SETIS y sistemas de misiles.
  • Fase 4: Implementación en toda la flota (18 a 24 meses)

    • Modernización simultánea en los destructores restantes.
    • Ejercicios conjuntos para verificar la interoperabilidad con las FREMM y la efectividad de los sistemas CIWS.

6. Beneficios para la Armada Argentina

  • Mayor capacidad de defensa cercana: La incorporación de un sistema CIWS moderno como el Millennium Gun mejorará significativamente la defensa del buque contra misiles antibuque, drones y amenazas aéreas.
  • Compatibilidad con el futuro de la Armada: La integración con las fragatas FREMM permitirá una operación más eficiente y coordinada de la flota, con sistemas de armas y sensores compatibles.
  • Reducción de dependencias externas: La modernización de la planta motriz evitará las restricciones de exportación del Reino Unido, asegurando un acceso continuo a repuestos y mantenimiento. Igualmente, diversos componentes de sistemas grandes puede ser que sean de origen británico todavía.

7. Costos Totales Estimados

  • Modernización de la planta motriz (4 destructores): USD 60-80 millones.
  • Actualización de sistemas de armas y sensores (4 destructores): USD 200 millones.
  • Sistemas CIWS Millennium Gun (4 destructores): USD 32-40 millones.
  • Total estimado: USD 292-320 millones para la modernización completa de la flota de destructores Meko 360.

Este enfoque equilibrado asegura que la flota modernizada de la Armada Argentina esté lista para enfrentar amenazas modernas, operando con tecnología de vanguardia y mejorando la interoperabilidad con otros sistemas europeos. Además, se fortalece la capacidad de disuasión y la proyección de poder en el Atlántico Sur.

Ello prolongaría de 10 a 15 años la vida útil de estos buques acompañando el desempeño de las FREMM aunque al costo de adquirir unidades adicionales a futuro.

sábado, 15 de marzo de 2025

Propulsión nuclear: ¿Qué sucede con los reactores dados de baja?

¿Qué sucede con los reactores nucleares de la Armada?

Craig Ryan || Naval Historia

Los reactores navales de los Estados Unidos han revolucionado la guerra naval al proporcionar a los submarinos y portaaviones una resistencia, velocidad y flexibilidad operativa sin igual.

Los rigurosos protocolos de seguridad y las tecnologías avanzadas empleadas garantizan el funcionamiento seguro de estos reactores, al tiempo que minimizan el impacto ambiental.

Al mejorar la disuasión estratégica y las capacidades de proyección de poder, los reactores navales desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la superioridad marítima y la influencia global de los Estados Unidos.

Antecedentes de los reactores nucleares

El origen de los reactores navales de los Estados Unidos se remonta a los primeros días de la investigación nuclear durante la Segunda Guerra Mundial. El Proyecto Manhattan, centrado principalmente en el desarrollo de bombas atómicas, también sentó las bases para las aplicaciones pacíficas de la energía nuclear. Este proyecto reunió a algunas de las mentes más brillantes de la física y la ingeniería, lo que dio lugar a importantes avances en la tecnología nuclear. El exitoso desarrollo y despliegue de bombas atómicas al final de la Segunda Guerra Mundial demostró el inmenso potencial de la energía nuclear, lo que despertó el interés en su aplicación más allá del armamento.

Inmediatamente después de la guerra, se hizo evidente el potencial de la propulsión nuclear en los buques de guerra, que prometía rangos operativos significativamente extendidos y velocidades mayores en comparación con los sistemas de propulsión convencionales. La idea era aprovechar el poder de la fisión nuclear para generar energía continua y sustancial, que pudiera propulsar buques de guerra sin la necesidad frecuente de reabastecimiento de combustible. Esto era particularmente atractivo para los submarinos, que están severamente limitados por la necesidad de emerger regularmente para tomar aire y reabastecerse de combustible cuando utilizan sistemas diésel-eléctricos.


El USS Nautilus llega a Nueva York, 1958. Fue el primer submarino de propulsión nuclear operativo del mundo.

El almirante Hyman G. Rickover, a menudo considerado como el "Padre de la Armada Nuclear", jugó un papel crucial en el desarrollo e implementación de reactores navales. Su incansable búsqueda de la excelencia y sus estándares inflexibles sentaron las bases para una armada nuclear exitosa. La visión de Rickover era crear una flota de submarinos y barcos propulsados ​​por reactores nucleares que pudieran funcionar independientemente de la logística tradicional de combustible.

Bajo el liderazgo de Rickover, la División de Reactores Navales se estableció en 1948 como un esfuerzo conjunto entre la Marina de los EE. UU. y la Comisión de Energía Atómica (AEC). Esta colaboración tenía como objetivo desarrollar y gestionar el programa de propulsión nuclear. El enfoque de Rickover era metódico y estricto, y hacía hincapié en la seguridad, la fiabilidad y la formación exhaustiva del personal. Su estilo de gestión, a menudo descrito como autoritario, fue fundamental para superar los numerosos desafíos técnicos y burocráticos a los que se enfrentó durante los primeros años del programa.
Primeros avances

El primer hito importante en el desarrollo de los reactores navales fue la puesta en servicio del USS Nautilus (SSN-571) en 1954. El Nautilus fue el primer submarino de propulsión nuclear operativo del mundo, lo que marcó un importante avance tecnológico y estratégico. Impulsado por un reactor de agua presurizada (PWR), el Nautilus demostró la viabilidad y las ventajas de la propulsión nuclear. Rompió los récords existentes de resistencia y velocidad sumergida, viajando desde el Atlántico hasta el Pacífico a través del Polo Norte en un viaje histórico conocido como "Operación Sunshine".

El éxito del USS Nautilus allanó el camino para el rápido desarrollo y despliegue de submarinos y buques de superficie de propulsión nuclear adicionales. Las ventajas de la propulsión nuclear, como un alcance prácticamente ilimitado, una mayor resistencia sumergida y velocidades sostenidas más altas, revolucionaron las operaciones navales. Los submarinos de propulsión nuclear podían permanecer sumergidos durante períodos prolongados, evitando ser detectados y mejorando sus capacidades estratégicas y tácticas.


Núcleo del reactor nuclear del USS Nautilus.

Después del Nautilus, la Armada de los EE. UU. continuó expandiendo su flota nuclear con la introducción de submarinos de misiles balísticos (SSBN) y submarinos de ataque adicionales (SSN). Estos buques desempeñaron un papel fundamental en la estrategia de la Guerra Fría de los Estados Unidos, proporcionando una capacidad de segundo ataque creíble y con capacidad de supervivencia en caso de un conflicto nuclear.

Además de los submarinos, la Armada de los EE. UU. también desarrolló portaaviones de propulsión nuclear, comenzando con el USS Enterprise (CVN-65) en 1961. Estos portaaviones, propulsados ​​por múltiples reactores, proporcionaban una resistencia y una flexibilidad operativa incomparables, lo que permitía a la Armada de los EE. UU. proyectar su poder a nivel mundial sin depender de los suministros de combustible tradicionales.

Reactores nucleares navales

La tecnología detrás de los reactores navales de los EE. UU. ha experimentado avances significativos desde el inicio de la marina nuclear, centrados principalmente en el uso de reactores de agua presurizada (PWR). Los PWR se han convertido en la columna vertebral de la propulsión nuclear naval debido a su eficiencia, confiabilidad y características de seguridad.

El núcleo de un reactor naval contiene uranio enriquecido, generalmente uranio-235, que sirve como combustible. El uranio enriquecido tiene una mayor concentración del isótopo fisionable U-235 en comparación con el uranio natural, lo que aumenta la eficiencia del proceso de fisión. El núcleo del reactor está diseñado para sostener una reacción nuclear en cadena controlada, donde la fisión de los átomos de uranio libera una enorme cantidad de energía en forma de calor.

Uno de los avances tecnológicos críticos en los reactores navales es el uso de uranio altamente enriquecido (HEU). El HEU permite un núcleo más compacto con una vida operativa más larga, lo que permite que los submarinos y los barcos funcionen durante períodos prolongados sin necesidad de reabastecimiento de combustible. El núcleo está diseñado para optimizar la economía de neutrones, lo que garantiza que haya una cantidad suficiente de neutrones disponibles para sostener la reacción en cadena durante la vida operativa del reactor.


El USS Skate y el USS Seadragon después de emerger en el Ártico.

El sistema de refrigeración primario en un reactor de agua a presión es crucial para transferir calor fuera del núcleo del reactor. Este sistema utiliza agua a alta presión para evitar que hierva, lo que le permite absorber y eliminar el calor generado por el proceso de fisión nuclear. El agua presurizada circula a través del núcleo del reactor, absorbiendo calor y luego transfiriéndolo a un sistema de refrigeración secundario a través de generadores de vapor.

Los generadores de vapor desempeñan un papel fundamental en el proceso de transferencia de calor. El refrigerante primario calentado transfiere su energía térmica al refrigerante secundario, que también es agua pero se mantiene a una presión más baja. Esta agua secundaria se convierte en vapor, que luego se dirige para impulsar las turbinas conectadas al sistema de propulsión del buque y los generadores eléctricos.

El vapor producido en el sistema de refrigeración secundario impulsa las turbinas de propulsión, que convierten la energía térmica en energía mecánica. Estas turbinas están conectadas a las hélices del buque, proporcionando el empuje necesario para la propulsión. La capacidad de generar energía continua y sustancial permite a los buques de propulsión nuclear alcanzar velocidades más altas y rangos operativos más largos en comparación con sus contrapartes de propulsión convencional.

Además de la propulsión, los reactores navales también generan energía eléctrica para los sistemas del buque, incluidos los sistemas de soporte vital, navegación, comunicaciones y armas. La integración de los sistemas de propulsión y generación de energía mejora la eficiencia y la capacidad generales del buque.

Características de seguridad y redundancia

La seguridad es una preocupación primordial en el diseño y el funcionamiento de los reactores navales. Se incorporan múltiples capas de características de seguridad para proteger a la tripulación y al medio ambiente de los peligros de la radiación. Estas características incluyen:

1. Sistemas de refrigeración redundantes: varios sistemas de refrigeración independientes garantizan que el reactor se mantenga adecuadamente refrigerado incluso si falla un sistema. Esta redundancia es fundamental para evitar el sobrecalentamiento y posibles daños al núcleo.
2. Estructuras de contención: Las estructuras de contención robustas están diseñadas para evitar la liberación de materiales radiactivos en caso de accidente. Estas estructuras están hechas de acero grueso y hormigón armado, capaces de soportar condiciones extremas.
3. Mecanismos de apagado automático: En caso de un mal funcionamiento o una condición anormal, los mecanismos de apagado automático, también conocidos como sistemas SCRAM, insertan rápidamente barras de control en el núcleo del reactor para detener la reacción de fisión. Las barras de control están hechas de materiales que absorben neutrones, deteniendo eficazmente la reacción en cadena.
4. Sistemas de monitoreo avanzados: Los reactores navales modernos están equipados con sofisticados sistemas de monitoreo que rastrean continuamente los parámetros del reactor, como la temperatura, la presión y los niveles de radiación. Estos sistemas brindan datos en tiempo real a los operadores del reactor, lo que permite una respuesta rápida ante cualquier anomalía.


USS Thresher fotografiado en 1961. Se hundió durante pruebas de inmersión profunda, lo que marcó la primera vez que un submarino nuclear se perdería en el mar.


Evolución del diseño de reactores

A lo largo de las décadas, el diseño de los reactores navales ha evolucionado para mejorar su rendimiento, seguridad y eficiencia. Los primeros reactores, como los utilizados en el USS Nautilus, han sido reemplazados por modelos más avanzados con mayor densidad de potencia, vida útil más prolongada y características de seguridad mejoradas. El desarrollo del reactor S8G, utilizado en los submarinos de la clase Ohio, y el reactor A4W, utilizado en los portaaviones de la clase Nimitz, ejemplifican el progreso en la tecnología de los reactores.

Los avances recientes se centran en reducir el tamaño y el peso de los reactores, aumentando al mismo tiempo su potencia de salida. Las innovaciones en la ciencia de los materiales, como el uso de aleaciones y cerámicas avanzadas, han contribuido a estas mejoras. Además, la integración de sistemas de control digital ha mejorado la precisión y la fiabilidad de las operaciones de los reactores.

Implicaciones estratégicas

Uno de los beneficios estratégicos más importantes de los submarinos de propulsión nuclear es su papel en la disuasión nuclear. Los submarinos de misiles balísticos (SSBN) forman la rama marítima de la tríada nuclear de los Estados Unidos, junto con los misiles balísticos intercontinentales (ICBM) y los bombarderos estratégicos basados ​​en tierra. Los SSBN están equipados con misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM), capaces de lanzar ojivas nucleares a objetivos en todo el mundo.

La principal ventaja de los SSBN reside en su sigilo y capacidad de supervivencia. La propulsión nuclear permite que estos submarinos permanezcan sumergidos durante períodos prolongados, lo que reduce el riesgo de detección por las fuerzas enemigas. Su capacidad de operar silenciosamente e independientemente del apoyo de superficie los convierte en un formidable elemento de disuasión. En un posible conflicto nuclear, los SSBN proporcionan una capacidad segura de segundo ataque, lo que garantiza que Estados Unidos pueda tomar represalias incluso si sus fuerzas nucleares terrestres y aéreas se ven comprometidas. Esta capacidad asegurada de segundo ataque es una piedra angular de la estabilidad estratégica, que disuade a los adversarios de lanzar un primer ataque.


El USS Sam Rayburn fotografiado a mediados de la década de 1960. Nótese los tubos abiertos para sus misiles Polaris.

Los submarinos y portaaviones de propulsión nuclear mejoran la movilidad estratégica y la presencia de la Armada de los EE. UU. El alcance operativo extendido y la resistencia de los buques de propulsión nuclear les permiten desplegarse rápidamente en zonas de crisis y mantener una presencia continua en áreas estratégicas. Esta capacidad es crucial para la proyección de poder, lo que permite a los Estados Unidos influir en los eventos que ocurren lejos de sus costas.

Los portaaviones, como los de las clases Nimitz y Ford, sirven como bases aéreas flotantes, capaces de lanzar y recuperar aeronaves en cualquier parte del mundo. La propulsión nuclear otorga a estos portaaviones la capacidad de permanecer en la posición durante meses sin reabastecerse, lo que proporciona apoyo aéreo sostenido y dominio marítimo. Esta capacidad es vital para mantener la libertad de navegación, proteger las rutas marítimas y responder a las amenazas emergentes.

Más allá de su papel de disuasión estratégica, los submarinos de propulsión nuclear son invaluables en la guerra convencional y las operaciones de recopilación de inteligencia. Los submarinos de ataque (SSN) están diseñados para atacar submarinos y buques de superficie enemigos, realizar reconocimientos y apoyar a las fuerzas de operaciones especiales. Su velocidad, resistencia y sigilo los hacen ideales para estas misiones.


Un misil Poseidon disparado desde el USS Ulysses S. Grant.

En la guerra antisubmarina (ASW), los submarinos nucleares pueden cazar y rastrear submarinos enemigos, neutralizando amenazas potenciales para las fuerzas navales de Estados Unidos y sus aliados. Su capacidad de operar de forma encubierta y permanecer en posición durante períodos prolongados mejora su eficacia en la vigilancia y la lucha contra los movimientos del adversario. Además, los submarinos nucleares están equipados con sistemas avanzados de sonar y guerra electrónica, lo que les permite reunir información crítica y realizar operaciones de vigilancia.

La introducción de buques de propulsión nuclear ha influido fundamentalmente en la doctrina y la estrategia naval de Estados Unidos. La capacidad de sostener operaciones de alto ritmo sin las limitaciones logísticas de los suministros de combustible tradicionales ha reconfigurado la planificación y las operaciones navales. El énfasis de la Armada de Estados Unidos en la presencia avanzada, la respuesta rápida y la proyección de poder se hace posible gracias a las capacidades de su flota nuclear.

Los reactores navales también han impulsado el desarrollo de nuevas tácticas y conceptos operativos. Por ejemplo, la capacidad de los submarinos nucleares nucleares de patrullar vastas zonas oceánicas sin ser detectados ha dado lugar al concepto de ambigüedad estratégica, lo que complica los esfuerzos de planificación y selección de objetivos del adversario. De manera similar, la resistencia y velocidad de los SSN respaldan el desarrollo de tácticas agresivas para submarinos desplegados en el frente, lo que mejora la capacidad de la Armada para controlar puntos críticos marítimos y disuadir las acciones del adversario.

Preocupaciones ambientales

A pesar de las numerosas ventajas que ofrece la propulsión nuclear, las consideraciones ambientales y de seguridad siguen siendo preocupaciones primordiales para la Armada de los EE. UU. La operación de reactores navales implica gestionar los riesgos potenciales asociados con la radiación, garantizar la seguridad del personal y abordar los impactos ambientales. La Armada de los EE. UU. ha desarrollado protocolos estrictos y tecnologías avanzadas para mitigar estos riesgos, centrándose en la seguridad de los reactores, la gestión de desechos y la protección ambiental.

Seguridad de los reactores

La seguridad es un aspecto crítico de la operación de los reactores navales, que requiere un diseño riguroso, ingeniería y estándares operativos. Los reactores navales están diseñados con múltiples sistemas de seguridad para prevenir accidentes y minimizar el riesgo de liberación de radiación. Las características de seguridad clave incluyen:

1. Sistemas de enfriamiento redundantes: el sistema de enfriamiento primario está respaldado por múltiples sistemas independientes para garantizar que el reactor permanezca adecuadamente refrigerado incluso si falla un sistema. Esta redundancia es crucial para prevenir el sobrecalentamiento y el posible daño al núcleo, que podría provocar fugas de radiación.
2. Estructuras de contención: se construyen estructuras de contención robustas para encerrar el reactor y evitar la liberación de materiales radiactivos. Estas estructuras, hechas de acero grueso y hormigón armado, están diseñadas para soportar condiciones extremas, incluidas colisiones y explosiones.
3. Mecanismos de apagado automático: los reactores navales están equipados con sistemas automatizados que pueden apagar rápidamente el reactor en caso de una condición anormal o mal funcionamiento. Estos sistemas, conocidos como mecanismos SCRAM, insertan barras de control en el núcleo del reactor para detener la reacción de fisión mediante la absorción de neutrones.
4. Sistemas de monitoreo avanzados: el monitoreo continuo de los parámetros del reactor, como la temperatura, la presión y los niveles de radiación, es esencial para una operación segura. Los sensores y sistemas de control sofisticados proporcionan datos en tiempo real a los operadores, lo que permite una detección y respuesta rápidas ante cualquier anomalía.
5. Programas de capacitación integrales: los operadores del reactor y el personal de mantenimiento reciben una capacitación exhaustiva para manejar los sistemas de propulsión nuclear de manera segura. Esta capacitación incluye simulaciones rigurosas, simulacros y el cumplimiento de estrictos protocolos operativos para garantizar la preparación ante posibles incidentes.

La gestión de los desechos nucleares

La gestión de los desechos nucleares es una consideración ambiental importante para la operación de los reactores navales. La eliminación del combustible nuclear gastado y otros materiales radiactivos requiere una manipulación cuidadosa para evitar la contaminación ambiental. La Marina de los EE. UU. ha implementado varias medidas para gestionar los desechos nucleares de manera efectiva:

1. Manejo y almacenamiento del combustible gastado: el combustible nuclear gastado, que permanece radiactivo y térmicamente caliente, se almacena inicialmente en piscinas de enfriamiento especialmente diseñadas. Estas piscinas permiten que el combustible se enfríe y reduzca su radiactividad con el tiempo. Posteriormente, el combustible gastado se transfiere al almacenamiento en contenedores secos, donde se encierra en contenedores robustos diseñados para evitar fugas de radiación.
2. Reciclaje y reprocesamiento: los esfuerzos para reciclar y reprocesar el combustible nuclear gastado son parte de la estrategia de la Marina para reducir los desechos. El reprocesamiento implica extraer materiales fisionables utilizables del combustible gastado, que luego se pueden reutilizar en reactores. Este proceso reduce el volumen de desechos de alto nivel y conserva materiales nucleares valiosos.
3. Eliminación de reactores fuera de servicio: cuando se desmantelan buques de propulsión nuclear, sus reactores deben desmantelarse y eliminarse de manera segura. La Marina de los EE. UU. sigue protocolos estrictos para el desmantelamiento de reactores, incluida la eliminación y eliminación segura de componentes radiactivos. Los reactores fuera de servicio generalmente se entierran en instalaciones seguras diseñadas para contener la radiación y prevenir la contaminación ambiental.


El sitio de eliminación de reactores navales en el condado de Benton en el estado de Washington, EE. UU.

Protección ambiental

La protección del medio ambiente es una consideración clave en el funcionamiento de los reactores navales. La Marina de los EE. UU. toma varias medidas para minimizar el impacto ambiental de su programa de propulsión nuclear:

1. Control y monitoreo de la radiación: el monitoreo continuo de los niveles de radiación dentro y alrededor de las bases navales, astilleros y áreas operativas garantiza que la exposición a la radiación se mantenga dentro de límites seguros. La Marina emplea sistemas de detección avanzados para monitorear cualquier signo de fuga o contaminación por radiación.
2. Minimización del impacto operativo: el diseño y la operación de los buques de propulsión nuclear apuntan a minimizar su impacto en los entornos marinos. Por ejemplo, el uso de reactores de agua presurizada (PWR) garantiza que el refrigerante primario, que está en contacto con el núcleo del reactor, no entre en contacto con el entorno externo, evitando así la liberación de materiales radiactivos.
3. Cumplimiento de las regulaciones ambientales: la Marina de los EE. UU. se adhiere a las regulaciones ambientales nacionales e internacionales que rigen la operación de buques de propulsión nuclear. Este cumplimiento incluye el cumplimiento de estándares estrictos de protección radiológica, gestión de desechos y evaluaciones de impacto ambiental.
4. Preparación y respuesta ante emergencias: en caso de un incidente nuclear, la Marina de los EE. UU. tiene planes integrales de preparación y respuesta ante emergencias. Estos planes incluyen la coordinación con agencias locales, estatales y federales para garantizar una respuesta rápida y efectiva a minimizar los impactos ambientales y de salud pública.

La Marina de los EE. UU. está comprometida con la mejora continua en la seguridad y el desempeño ambiental de su programa de propulsión nuclear. Los esfuerzos de investigación y desarrollo en curso se centran en el avance de la tecnología de reactores, la mejora de los sistemas de seguridad y el desarrollo de prácticas de gestión de residuos más eficientes. Las innovaciones como materiales avanzados, diseños de reactores mejorados y sistemas de monitoreo mejorados contribuyen a la evolución continua de los reactores navales.



jueves, 13 de marzo de 2025

SGM: La defensa antitorpedos del acorazado Littorio italiano


El acorazado italiano Littorio tenía un innovador sistema de defensa contra torpedos

Craig Ryan || Naval Historia




El acorazado italiano Littorio, botado en 1937, fue un buque destacado de la Regia Marina de Italia durante la Segunda Guerra Mundial.

Presentaba elementos de diseño innovadores, incluido un novedoso sistema de blindaje conocido como "Pugliese", destinado a reducir el daño de los ataques con torpedos.

El Littorio participó en varios enfrentamientos navales clave, incluida la batalla de Taranto y las batallas de Sirte, y desempeñó un papel crucial en el teatro de operaciones del Mediterráneo.

Diseño del Littorio

La clase Littorio se diseñó en respuesta al rearme naval global que se produjo a principios del siglo XX. La firma del Tratado Naval de Washington y, más tarde, el Tratado Naval de Londres impusieron limitaciones a las construcciones navales, pero a mediados de la década de 1930, las naciones comenzaron a buscar formas de evitar estas restricciones. Italia, bajo el régimen fascista de Benito Mussolini, estaba ansiosa por proyectar su poder y vio la construcción de nuevos y poderosos acorazados como un elemento clave de esta estrategia.

El diseño del Littorio presentaba un casco de 237,76 metros de largo con una manga de 32,82 metros, lo que permitía una distribución equilibrada de blindaje y armamento manteniendo una velocidad relativamente alta. La forma del casco estaba optimizada para la eficiencia hidrodinámica a altas velocidades, un factor crítico dada la importancia de la velocidad en los enfrentamientos navales de la época.


El Littorio fotografiado en el mar en 1942.

Uno de los aspectos más innovadores del diseño del Littorio era su sistema de blindaje, en particular el sistema de defensa contra torpedos "Pugliese". Este sistema presentaba un elaborado diseño destinado a absorber y disipar la energía del impacto de un torpedo a través de una serie de compartimentos llenos de líquido y vacíos que rodeaban un cilindro protector central. Esta innovación tenía como objetivo proteger las áreas vitales del barco de daños catastróficos, aunque su eficacia en combate fue mixta.

El blindaje del cinturón principal tenía hasta 280 mm de espesor, compuesto de acero tratado con las últimas técnicas de endurecimiento para ofrecer la máxima resistencia contra el fuego de los proyectiles. Esto se complementaba con una cubierta de blindaje horizontal y una protección significativa para las caras de la torreta y las barbetas, diseñadas para resistir el fuego de los cañones navales contemporáneos.

La propulsión del Littorio era una maravilla de la ingeniería, con cuatro turbinas de vapor con engranajes Belluzzo impulsadas por ocho calderas Yarrow alimentadas con fueloil. Esta configuración era capaz de generar 128.000 caballos de fuerza, impulsando el barco a velocidades superiores a los 30 nudos. Tal velocidad le permitió al Littorio superar a barcos más pesados ​​y maniobrar de manera efectiva en la batalla. La disposición de la maquinaria y la distribución de las calderas y turbinas se diseñaron teniendo en cuenta la redundancia, asegurando que el barco pudiera operar incluso con daños importantes.


La botadura del Littorio en 1937.

El armamento principal del Littorio consistía en nueve cañones Modelo 1934 de 381 mm/calibre 50, dispuestos en tres torretas triples. Estos cañones eran capaces de disparar un proyectil de 885 kg a un alcance superior a los 42.000 metros, lo que los convertía en herramientas formidables contra los acorazados y fortificaciones enemigos. El armamento secundario incluía doce cañones Modelo 1934 de 152 mm/calibre 55 para la defensa contra cruceros y destructores, y un amplio conjunto de defensas antiaéreas que incluían doce cañones de 90 mm, veinte cañones de 37 mm y numerosas armas de menor calibre para defenderse de las amenazas aéreas.

El armamento del Littorio estaba controlado por sistemas avanzados de control de fuego, que incorporaban un sistema de guía por radar posterior a 1940, algo revolucionario para la época. Los sistemas de radar mejoraron la precisión de los cañones, lo que les permitió atacar objetivos de manera efectiva a mayores distancias y en condiciones menos favorables.

La batalla de Taranto

El acorazado italiano Littorio, después de ser puesto en servicio en 1940. El Littorio, como parte de la modernización y expansión de la flota italiana, entró en servicio activo en medio de tensiones crecientes en el Mediterráneo. La importancia estratégica del mar Mediterráneo como ruta de navegación vital tanto para las potencias del Eje como para las aliadas significaba que el control sobre esta área era crucial. A medida que las tensiones escalaban hasta convertirse en una guerra abierta, el Littorio y sus barcos gemelos se vieron empujados a un entorno operativo desafiante dominado por la necesidad de superioridad naval y preparación constante.

La batalla de Taranto, que tuvo lugar la noche del 11 al 12 de noviembre de 1940, fue un momento crucial no solo para el Littorio sino para la guerra naval a nivel mundial. La Marina Real Británica, reconociendo la amenaza que representaban los acorazados italianos anclados en Taranto, planeó un atrevido ataque aéreo nocturno.


El Littorio disparó sus cañones durante un enfrentamiento en junio antes de la Batalla de Taranto.

El ataque fue planeado por la Marina Real bajo el mando del almirante Andrew Cunningham. La operación fue llevada a cabo por aviones del portaaviones HMS Illustrious. Los británicos planearon utilizar bombarderos torpederos biplanos Swordfish, que se consideraban algo obsoletos pero que fueron elegidos por su capacidad para llevar torpedos, volar a baja altitud y ejecutar operaciones nocturnas de manera efectiva.

En la noche del ataque, se lanzaron un total de 21 aviones Swordfish en dos oleadas. Estos aviones estaban armados con torpedos y bombas.

El ataque tuvo como objetivo a los acorazados italianos anclados, aprovechando el elemento sorpresa y la limitada maniobrabilidad de los barcos en un puerto confinado. El Littorio fue uno de los acorazados que fueron alcanzados durante este ataque. Sufrió daños importantes por al menos dos torpedos, que provocaron inundaciones en varios de sus compartimentos. El daño fue lo suficientemente grave como para que el Littorio se asentara en el fondo marino poco profundo, aunque permaneció a flote debido a la relativa poca profundidad del agua del puerto.

El daño infligido requirió varios meses de reparaciones, durante los cuales el Littorio estuvo fuera de servicio.


El Littorio en la Primera Batalla de Sirte

La Primera Batalla de Sirte, que tuvo lugar el 17 de diciembre de 1941, fue esencialmente un duelo de artillería de larga distancia que se libró en el mar Mediterráneo cerca del golfo de Sirte, frente a la costa de Libia. Este enfrentamiento naval fue parte de un esfuerzo estratégico más amplio durante la Segunda Guerra Mundial para controlar las rutas de suministro al norte de África, donde tanto las fuerzas aliadas como las del Eje estaban atrincheradas en una prolongada guerra en el desierto.

La batalla surgió cuando los británicos buscaban reforzar y reabastecer sus posiciones, en particular la ciudad sitiada de Tobruk, con una operación de convoy llamada MF.1. Este convoy incluía cuatro buques mercantes encargados de entregar suministros críticos. Para proteger a estos buques, la Marina Real reunió una escolta robusta compuesta por cruceros y destructores, una composición típica destinada a protegerse de las amenazas de superficie y aéreas.


Vista aérea del Littorio, 1940.

La Marina italiana, decidida a interceptar y desbaratar estos esfuerzos cruciales de reabastecimiento, desplegó una fuerza formidable que incluía varios acorazados, cruceros y destructores. Su estrategia era atacar y hundir el convoy británico antes de que pudiera entregar su carga, reforzando así el asedio de Tobruk y debilitando la posición aliada en el norte de África.

A medida que las dos flotas convergían, la batalla se desarrolló en condiciones difíciles, en las que la mala visibilidad jugó un papel importante. Los británicos utilizaron cortinas de humo de manera efectiva, oscureciendo sus barcos y confundiendo a los artilleros italianos. Este uso táctico del humo, combinado con la distancia considerable entre los buques oponentes, resultó en un escenario en el que los impactos directos fueron pocos y se evitó en gran medida el enfrentamiento decisivo.

A pesar del potencial significativo para una batalla naval a gran escala, la Primera Batalla de Sirte resultó principalmente en un duelo de artillería de largo alcance. Se dice que el Littorio disparó contra los británicos a distancias de hasta 35.000 yardas.


El barco amarrado en Taranto durante 1942.

El enfrentamiento consistió principalmente en intercambios de disparos esporádicos sin que ninguno de los dos bandos obtuviera una clara ventaja o infligiera daños sustanciales al otro. Después de varias horas de estos intercambios inconcluyentes, ambas flotas finalmente se separaron. El convoy británico continuó su viaje y, a pesar de los ataques posteriores de la aviación del Eje, logró llegar a su destino de Malta, aunque con algunos daños en los barcos.

La Segunda Batalla de Sirte

La Segunda Batalla de Sirte, librada el 22 de marzo de 1942, marcó un enfrentamiento más dramático e intenso que su predecesor. Esta batalla también se centró en un convoy aliado crítico, designado como MW10, encargado de entregar suministros a Malta, una isla bajo un severo asedio del Eje y crítica para controlar las rutas del Mediterráneo central.

El convoy británico involucrado en esta batalla era relativamente pequeño, y estaba formado principalmente por el buque mercante SS Clan Campbell, escoltado por un grupo de cruceros y destructores. Dada la desesperada necesidad de Malta de suministros y refuerzos, el éxito del convoy era crucial. Los británicos eran muy conscientes de los riesgos que implicaba hacer pasar un convoy tan vital por aguas fuertemente patrulladas por las fuerzas navales del Eje.

La marina italiana, reconociendo una oportunidad de infligir un duro golpe a los esfuerzos logísticos británicos, envió un poderoso escuadrón para interceptar el convoy. Esta fuerza italiana era significativamente más fuerte que la británica que lo escoltaba.

El grupo estaba formado por varios acorazados, cruceros y destructores, y tenía como objetivo dominar a los británicos mediante una gran potencia de fuego y superioridad táctica.

Cuando las dos fuerzas se encontraron cerca del golfo de Sirte, el grupo británico más pequeño participó en una defensa feroz y estratégica del convoy. A pesar de estar en inferioridad de armamento, los comandantes británicos emplearon tácticas agresivas, incluidos ataques con torpedos a corta distancia, sólidos intercambios de artillería y el despliegue de cortinas de humo. Estas tácticas no solo tenían como objetivo dañar a los barcos italianos, sino también interrumpir sus formaciones y retrasar su avance, ganando así tiempo crucial para que el convoy se acercara a Malta.

Las fuerzas británicas, en particular los cruceros y destructores, lograron contener el ataque italiano mediante una combinación de valentía, astucia táctica y pura determinación. La intensa batalla vio a los británicos utilizar sus recursos limitados con el máximo efecto, manteniendo una postura protectora alrededor del SS Clan Campbell y el resto del convoy.

A pesar de los valientes esfuerzos defensivos, la batalla pasó factura a las fuerzas británicas. El SS Clan Campbell acabó hundido y otros barcos sufrieron daños importantes, incluida la pérdida de un destructor. Sin embargo, los barcos restantes del convoy lograron escapar y entregar los suministros tan necesarios a Malta, gracias al retraso causado por la acción naval británica.


El destino del Littorio

En 1943, el Littorio, uno de los acorazados más modernos y potentes de Italia, estaba estacionado principalmente en La Spezia y Taranto. En ese momento, Italia se enfrentaba a una presión cada vez mayor tanto a nivel militar como político. La marea de la guerra estaba volviéndose contra las potencias del Eje, e Italia, en particular, sufría los continuos bombardeos aliados y el deterioro de la situación interna.

En julio de 1943, tras la invasión aliada de Sicilia y el empeoramiento de la situación del Eje, el rey italiano Víctor Manuel III y el Gran Consejo fascista destituyeron a Mussolini del poder y el mariscal Pietro Badoglio asumió el gobierno. El 8 de septiembre de 1943, Badoglio anunció un armisticio con los aliados. En el momento del armisticio, Littorio había pasado a llamarse Italia, un cambio que reflejaba el nuevo sentimiento no fascista.

Tras el armisticio, la flota italiana, incluida Italia, se enfrentó al riesgo de ser capturada por los alemanes o destruida por los aliados. Para evitarlo, se ordenó a la flota que navegara hacia puertos controlados por los aliados. Italia, junto con otros barcos de la flota italiana, navegó desde La Spezia hasta Malta según los términos del armisticio. Esta acción fue parte de la Operación Zeta, un plan aliado para neutralizar a la flota italiana y evitar su uso por los alemanes.

Después de llegar a Malta, Italia y otras unidades importantes de la antigua marina italiana fueron internadas bajo control británico. Durante el resto de la guerra permanecieron prácticamente inactivos, marginados de otras operaciones de combate. Este internamiento duró hasta que la guerra en Europa concluyó en mayo de 1945.


El Littorio en La Spezia, 1943.

Después de la guerra, el destino del Italia, como el de muchos acorazados italianos, estuvo determinado por los tratados de paz y los acuerdos de desarme naval. En virtud del Tratado de Paz con Italia, firmado en 1947, la armada italiana se redujo significativamente y muchos de sus buques de guerra más grandes fueron asignados a las naciones vencedoras o desguazados. El Italia fue finalmente asignado a los Estados Unidos como reparación de guerra. Sin embargo, debido al tamaño y al coste de mantenimiento de un acorazado de este tipo, junto con el cambio en la guerra naval hacia operaciones basadas en portaaviones, el Italia nunca fue comisionado en la Armada de los EE. UU. En cambio, fue desguazado en La Spezia a principios de la década de 1950.

miércoles, 12 de marzo de 2025

Simulación: Finlandia vs Suecia

¿Finlandeses versus suecos? El Gripen C es el objetivo de los SAM finlandeses y escapa con señuelos. Una batería costera dispara dos misiles RBS 15 Mk.4 Gungnir contra un barco de misiles clase Rauma, que toma represalias con un cañón de proa Bofors de 40 mm/70 y lanza señuelos MASS. ¡KONFLIKITI!


domingo, 9 de marzo de 2025

Crisis del Beagle: Operación Tronador

Armada Argentina: La Operación Tronador





1ª Escuadrilla de Helicópteros en la Base Andorra. Diciembre de 1978. Despliegue por el casi conflicto con Chile.


Por lo menos 2 de los Hughes 369 de la Prefectura se vieron involucrados en dicho operativo,entre ellos el PA-30. Estos aparatos fueron desplegados a la base de campaña de nominada Andorra,junto a los Alouette cuyas matriculas eran: 3-H-2, 3-H-3, 3-H-5, 3-H-7, 3-H-9 y 3-H-10.

 
Estos aparatos formaron la FT-42.3, y tenían como misión principal proporcionar apoyo táctico, junto a los Alouette, a los Infantes de Marina que iban a ser helitransportados hacia las islas en disputa.


En la foto de arriba se distingue uno de los dos Hughes 369 entre los aparatos de la EAH1.

La Operación Tronador fue un plan militar de la Armada Argentina diseñado en 1978 durante la crisis del Beagle con Chile. Su objetivo principal era la invasión y captura de las islas Picton, Nueva y Lennox, que estaban en disputa entre ambos países. Este operativo formaba parte de un conjunto más amplio de acciones, conocido como "Operación Soberanía", cuyo propósito era imponer la soberanía argentina en las islas del canal Beagle mediante una acción militar coordinada.

Detalles de la Operación:

  • Fuerzas involucradas: La operación involucraba a unidades de la Flota de Mar (FLOMAR), así como a comandos anfibios y otras fuerzas especiales de la Armada Argentina. Se preveía que la fuerza de desembarco sería apoyada por aviones y helicópteros del portaaviones ARA Veinticinco de Mayo, además de unidades de superficie, como destructores y corbetas.

  • Objetivo: El objetivo era tomar rápidamente las islas, establecer una cabeza de playa, y resistir cualquier contraataque chileno hasta que se consolidara la posición argentina en la región. Este operativo habría desencadenado un conflicto abierto con Chile, que también estaba preparado para defender las islas.

  • Resultado: La operación no se llevó a cabo debido a la intervención del Papa Juan Pablo II, quien medió en el conflicto y logró evitar la guerra. La tensión se mantuvo hasta el 22 de diciembre de 1978, cuando ambas naciones aceptaron la mediación papal y suspendieron las operaciones militares planeadas.



Diciembre de 1978. Parte de la flota de helicópteros de la FAA asignados a la operación de helidesembarco sobre las isla Nuevas, Lennox y Picton. El despliegue de aparatos estaba conformado por 2 S-61N/R(BSH-71 y 72), 1 S-58(H-02), 7 Bell 212(H-81,83,84,85,86,87 y 88), 2 Bell UH-1H(H-12 y 14),y 2 Hughes 369 HM(H-24 y 26), 3 Sea King del COAN y 4 Bell UH-1H del CAE.

La Operación Tronador, al igual que otras planificaciones militares durante la crisis del Beagle, refleja la alta tensión entre Argentina y Chile en ese período, un conflicto que estuvo a punto de escalar a una guerra total (BioBioChile, ElPinguino).


Los helicópteros desplegados fueron 10 Alouette III, pero solo 6 darían apoyo. Estos lo harían artillados con misiles filoguiados AS-11 para atacar blancos terrestres y misiles AS-12 para atacar buques que se pudieran encontrar en los canales de la zona. Hay que destacar,que dada la poca cantidad misiles existentes en ese momento,solo se pudo efectuar un solo tiro de prueba con un misil AS-11.


 
En la foto de arriba se observan los 10 aparatos destacados para el Operativo,fue tomada en Enero de 1979 y corresponde al día en que la Escuadrilla se repliega hacia su asiento de paz. Fue la primera y única ves en la historia de la EAH1 que volaron tantos Alouette juntos.


S-58T H-02, Diciembre de 1978.



sábado, 8 de marzo de 2025

SGM: El ataque del HMS Cossack (2/2)

El HMS Cossack ataca al MV Altmark (Parte 2/2)

War History




Los torpederos noruegos Kjell y Skarv se situaron entre Altmark, en el interior del fiordo, e Ivanhoe, en las afueras.

A mediodía, una señal del Almirantazgo informó de que Altmark se encontraba en aguas suecas, en la cabecera del Kattegat. Esto provocó cierta confusión hasta que se descubrió que la decodificación de la señal era errónea y que el nombre que inicialmente se leía como «Veaden Rev» probablemente debería ser «Jaederens Rev», una forma antigua de escribir Jærens Rev, las aguas poco profundas al sur de Stavanger. Durante las siguientes horas, se recibieron varios informes de avistamientos, con posiciones que diferían hasta en 25 millas. Un problema era que nadie sabía cómo era Altmark. La única foto disponible era una del Illustrated London News, pero había dos barcos en la foto y el pie de foto no indicaba cuál era el petrolero alemán. Finalmente, Vian decidió dividir su fuerza. El Arethusa, con el Intrepid y el Ivanhoe, debía cubrir la zona de Egersund, mientras que el Cossack, el Nubian y el Sikh harían un barrido hacia el sur, en dirección a Lista. La tensión era cada vez mayor y se abrió fuego contra lo que se pensó que era un avión de reconocimiento alemán, pero resultó ser un Hudson del Mando Costero, que envió señales de reconocimiento erróneas.

A primera hora de la tarde del día 16, el Altmark y el Fireren se encontraban justo al lado del faro de Obrestad, al sur de Stavanger, cuando fueron avistados por un vuelo de combate de tres Hudson. Los aviones del Escuadrón 220 en Thornaby volaban hacia el norte en una línea suelta, uno al lado del otro, acercándose a Stavanger, cuando se observaron dos barcos: uno de ellos, un pequeño auxiliar, el otro, un gran petrolero. El avión pasó por territorio noruego, dando vueltas alrededor del barco más grande para identificarlo correctamente. El nombre Altmark estaba pintado en blanco a ambos lados de popa, debajo de la bandera con la esvástica, y no había duda de que habían encontrado el petrolero. La posición del Altmark fue informada al Almirantazgo a las 12:55 y enviada al Arethusa y al Cossack a las 13:18. El Fireren no tenía cañones antiaéreos y el capitán Sigurd Lura solo pudo izar una señal de protesta contra la aeronave intrusa. El Cossack y su grupo estaban muy al sur de la posición informada, pero el Arethusa, el Intrepid y el Ivanhoe estaban cerca y se giraron para investigar. A las 13:50 (BrT), el oficial de artillería, el teniente Roberts, informó desde la torre de control del director del Arethusa que podía distinguir un buque cerca de la costa noruega y creía que era el Altmark.
 
Alrededor de las 16:00 hora noruega, el torpedero Skarv comandado por Loytnant Herman Hansen reemplazó a Fireren como escolta al Altmark cuando pasó por Egersund. Poco después, tres barcos aparecieron a la vista desde el suroeste. Se acercaron a gran velocidad y pronto pudieron ser identificados como un crucero británico y dos destructores. En paralelo al curso del petrolero, justo fuera del límite territorial noruego, Arethusa lanzó una señal, ordenando al Altmark que "virara al oeste", fuera del territorio noruego. Dau ignoró la orden y continuó pegado a la costa. No podía creer que los británicos violaran el territorio noruego a plena luz del día frente a un torpedero de la RNN. Sin embargo, el capitán Graham del Arethusa creyó que sus órdenes del Almirantazgo eran lo suficientemente claras. Envió una señal a Vian, confirmando que había localizado el barco alemán, y ordenó al Intrepid y al Ivanhoe que lo interceptaran y abordaran mientras él cubría desde fuera del límite territorial. Los dos destructores se adentraron rápidamente en aguas territoriales noruegas, el Ivanhoe enarboló la bandera con la señal «Girar al oeste» y el Intrepid con la señal «Girar o disparamos». No hubo reacción.



A las 16:30, el teniente Hansen envió una señal inalámbrica desde el Skarv a sus superiores en Kristiansand con información de que se habían avistado buques de guerra británicos. Diez minutos más tarde, una señal complementaria dijo que ya estaban en aguas noruegas, aparentemente con la intención de interceptar al Altmark. Hansen dirigió su ágil torpedero hacia el Intrepid, el destructor más cercano. Mediante maniobras audaces, logró mantener al Skarv entre el Intrepid y el Altmark, protestando por su presencia en aguas noruegas con un megáfono. El comandante Roderick Gordon respondió que el Altmark también estaba en aguas noruegas, con prisioneros a bordo. Hansen respondió que el barco alemán había sido registrado y que no se habían encontrado prisioneros. Frustrado, Gordon giró 180 grados y, como se esperaba, el torpedero lo siguió. Después de dos millas, el Intrepid volvió a virar hacia Altmark, aumentando la velocidad a 25 nudos, dejando atrás a Skarv.

Cuando ya estaba bastante lejos del noruego, Gordon dio la orden de disparar un tiro de advertencia al petrolero. El proyectil de 4,7 pulgadas rebotó en el agua a unos 220 metros detrás del petrolero y aterrizó sin causar daño en el interior de Stien, cerca de Rekefjord. Se dispararon dos rondas más y Dau finalmente perdió el valor. El Altmark comenzó a disminuir la velocidad. El Intrepid también disminuyó la velocidad y arrió su ballenero con un grupo de abordaje a bordo. Al ver esto, Dau ordenó acelerar de nuevo y el ballenero no pudo alcanzarlo. Mientras tanto, Skarv había alcanzado al Intrepid y el teniente Hansen volvió a gritar una protesta contra la violación del territorio noruego. El comandante Gordon respondió que tenía órdenes de interceptar al Altmark y llevarlo a Inglaterra. Hansen repitió su protesta, a lo que Gordon respondió: "Tengo mis órdenes".

Mientras Skarv estaba ocupado con el Intrepid, el comandante Philip Hadow acercó al Ivanhoe al petrolero en un intento de obligarlo a salir al mar. Sin embargo, aconsejado por los dos pilotos noruegos, Dau dirigió el Altmark dentro de un pequeño grupo de islas llamado Fogsteinane, donde había poco espacio para maniobrar. Hadow decidió que era hora de abordar y trató de maniobrar lo suficientemente cerca del costado de estribor del Altmark para permitir que su grupo de abordaje, que estaba esperando, saltara al otro lado. Michael Scott, uno de los oficiales del Ivanhoe, escribió más tarde:

Desde donde estaba en el puente, el Altmark presentaba una vista inolvidable. Un barco de unas 10.000 toneladas, creo, causaría comentarios cuando no se veía ni una sola alma en cubierta, pero en tiempos de guerra, y especialmente cuando un barco está a punto de ser abordado, me pareció tan siniestro y poco realista que pensé que debía haber alguna estrategia en ello, sobre todo porque habíamos oído que llevaba armas. Pero no pasó nada y avanzó hacia la entrada del fiordo. [.] Aumentamos la velocidad y nos acercamos bastante rápido a su aleta de estribor.


Justo cuando la proa del Ivanhoe comenzó a cerrarse sobre el alcázar del Altmark, Dau aumentó la velocidad a unos 10 nudos y el Altmark se deslizó hacia babor, todo el tiempo cerrando la boca del Jossingfjord, abriéndose detrás de Fogsteinane. El destructor fue cortado por la estela de la hélice del petrolero, y se perdió la oportunidad de abordar. Se habían dado órdenes desde Arethusa de ametrallar el puente del Altmark si se negaba a detenerse. Sin embargo, dos de los hombres vistos en el puente fueron identificados como pilotos noruegos y Hadow decidió no abrir fuego.

En ese momento, el torpedero Kjell entró en escena frente a Jossingfjord bajo el mando del teniente finlandés Halvorsen. Tanto el Kjell como el Skarv eran de diseño anterior a la Primera Guerra Mundial y, aunque sus torpedos aún exigían respeto por parte de los destructores británicos, no tenían más que dos cañones de 47 mm y uno de 76 mm entre ambos. Como era superior, Halvorsen tomó el mando y le pidió por radio a Hansen un informe de la situación. Al recibirlo, izó la bandera de "protesta" y colocó su barco en el camino del Ivanhoe, que tuvo que desviarse de la persecución del Altmark. Los dos buques de guerra estaban a una distancia que les permitía hacer señas y el teniente Halvorsen gritó una protesta por la intrusión de territorio noruego al otro lado del mar. Sorprendentemente, Hadow le gritó en alemán y Halvorsen lo interrumpió con un "Por favor, hable inglés, señor", lo que provocó cierta diversión en el puente del destructor. Las reiteradas protestas de Halvorsen hicieron que los dos destructores británicos redujeran la velocidad y el Altmark se adentrara en el fiordo de Jossingfjord, cuya estrecha entrada aparecía entre dos pequeños faros.

En el fiordo de Jossingfjord, Wilhelm Dydland, de dieciséis años, estaba cuidando su barco, que había estado desembarcado para pasar el invierno. En torno a las 17:00 horas, oyó fuertes ruidos procedentes del mar y, poco después, un enorme buque entró en el fiordo a gran velocidad. Sorprendido, corrió hacia los áridos acantilados marinos para mirar. Cuando pasó cerca de él, un hombre salió del ala del puente del petrolero y gritó en noruego, preguntando si el fiordo era lo suficientemente profundo para entrar. El desconcertado joven saludó y gritó que estaba bien y vio cómo el Altmark pasaba por el fiordo, haciendo fuertes ruidos mientras abría una amplia franja en el hielo de 2 a 3 pulgadas de espesor que cubría el fiordo a unos cien metros dentro de la entrada.

A las 17:10, al entrar en Jossingfjord, Dau envió un telegrama a través de la estación de radio costera más cercana a la embajada alemana en Oslo, avisando que se encontraba «bajo tierra» y que un destructor británico intentaba acercarse. El Arethusa intentó bloquear sus transmisiones al principio, pero luego se detuvo, ya que se creyó que sería mejor interceptar el mensaje y tal vez conocer las intenciones del alemán. A las 17:55, se envió una segunda señal desde Altmark a la embajada, informando que se encontraba a salvo dentro de Jossingfjord, protegido por dos torpederos noruegos, pero con el Intrepid flotando afuera. Más tarde, una tercera señal solicitaba a la embajada que «protestara enérgicamente contra la conducta de las fuerzas navales inglesas». El B-Dienst alemán siguió de cerca los acontecimientos y, además de interceptar la mayor parte del tráfico de señales británico, también recogió las señales de Dau a Oslo, reenviándolas al SKL y al Grupo Oeste.

En Berlín, el SKL evaluó la situación continuamente pero, a diferencia de Dau, no tenían expectativas de que los británicos respetaran las aguas territoriales noruegas. En una señal a las 18:12, se ordenó al Altmark que buscara refugio en el «fiordo Lister o en el fondeadero seguro para torpedos más cercano». Sin embargo, recordando las reacciones noruegas cuando el City of Flint echó el ancla, una señal modificada siguió solo minutos después: «No fondee, pase la noche en una zona segura». El SKL también consideró enviar una fuerza de destructores cubierta por el crucero Hipper y al menos un acorazado hacia Noruega, pero debido a las condiciones del hielo, la preparación de los barcos era baja y no podrían hacerse a la mar hasta la mañana siguiente, en el mejor de los casos. En cambio, se enviaron instrucciones al Agregado Naval Schreiber en Oslo para que se pusiera en contacto con las autoridades noruegas y se asegurara de que harían todo lo posible para garantizar la seguridad del Altmark.

Schreiber se puso en contacto con el Estado Mayor del Almirante alrededor de las 18:45 y se le informó de que la RNN estaba al tanto de la situación y que se tomarían todas las medidas necesarias. Después de recibir finalmente la segunda y la tercera de las señales de Dau (la primera se recibió en la radio Farsund a pesar de la interferencia de Arethusa, pero nunca llegó a la embajada), Schreiber telefoneó de nuevo al Estado Mayor del Almirante alrededor de las 21:50, mientras que el Ministro Bräuer llamó al Subsecretario Jens Bull en el Ministerio de Asuntos Exteriores, solicitando información. A ambos se les dijo que la información era escasa en ese momento, pero que la RNN tenía la situación bajo control y Altmark estaba a salvo. Si algo sucedía durante la noche, se informaría a la embajada.

Por otra parte, el agregado naval británico, el contralmirante Boyes, fue invitado a la sede del almirante durante la velada. Allí, el jefe de inteligencia naval, el capitán Erik Steen, le mostró Jossingfjord en un mapa y le explicó la situación tal como la conocía. Se hizo hincapié en que Altmark no podría escapar sin abandonar finalmente el territorio noruego, momento en el que los barcos británicos podrían interceptarlo sin infringir la neutralidad noruega. Si el capitán Dau decidía quedarse en Jossingfjord, las autoridades noruegas se verían obligadas a "hacerse cargo de los prisioneros". En cualquier caso, se le pidió a Boyes que confirmara que los barcos navales británicos no volverían a entrar en aguas noruegas para atacar Altmark, ya que la situación estaba bajo control. No ha sido posible determinar si el almirante Boyes transmitió esta información.

Unas pocas islas protegen la parte desolada de la costa noruega conocida como Dalane del Mar del Norte. En 1940, la población de la región era muy pequeña y, aparte del pueblo de Hauge y su puerto Sogndalstrand, sólo unas pocas granjas y asentamientos se encontraban dispersos entre las montañas. Desde el mar, la zona parece poco atractiva y, en febrero, la espesa capa de nieve casi llegaba hasta el mar, lo que aumentaba la desolación. Jossingfjord es uno de los pocos lugares lo suficientemente grandes como para albergar un barco del tamaño de Altmark. Junto al pequeño asentamiento pesquero de Jossinghavn, también había un sencillo muelle de aguas profundas con instalaciones de carga de mineral cerca de la cabecera del fiordo. La exportación de mineral de titanio se había detenido por la guerra y las instalaciones no estaban en uso en ese momento.

Con Altmark entrando en Jossingfjord poco después de las 17:00, la situación se calmó por un tiempo. El teniente Halvorsen dejó que Kjell siguiera a Altmark a través de la abertura que había hecho en el hielo mientras Skarv se encontraba justo dentro de la boca del fiordo, bloqueando la entrada. El Ivanhoe se quedó en las afueras, bien dentro del territorio noruego, mientras el Intrepid se retiraba, recuperando su ballenero con el grupo de abordaje que no tuvo éxito. El teniente Halvorsen quería hablar con el capitán del Altmark. Sin embargo, el hielo impidió que Kjell se acercara al petrolero, y los dos capitanes tuvieron que usar sus megáfonos en la popa del petrolero. Dau le dijo a Halvorsen que había alrededor de 130 hombres a bordo de su barco, que ya había sido inspeccionado por la Armada noruega varias veces, incluso por "el almirante en Bergen". Él, sostuvo Dau, les había dado "derecho de paso". Esto fue confirmado por los pilotos, con quienes Halvorsen también habló. Contento por el momento, Halvorsen sacó a Kjell del fiordo para escuchar lo que tenían que decir los británicos. Mientras tanto, el capitán Vian había llegado y Cossack estaba junto al Ivanhoe para recibir un informe del comandante Hadow. Sikh y Nubian permanecieron en alta mar con el Intrepid y el Arethusa protegiendo contra los submarinos.

Después de recibir la información, Vian ordenó al subteniente pagador Geoffrey Craven, que hablaba alemán y sueco básico, que invitara al capitán del torpedero noruego a subir a bordo del Cossack para intentar solucionar el problema. Halvorsen aceptó y subió a bordo del destructor. El teniente de veintinueve años, que hablaba bien inglés, protestó firmemente por la violación de la neutralidad noruega y le presentó a su colega británico de mayor edad una versión en inglés de las normas de neutralidad. Vian respondió que había «400 prisioneros británicos hambrientos» a bordo del Altmark y exigió el derecho a abordar el petrolero alemán y buscarlos. Impertérrito, el loytnant Halvorsen respondió que el Altmark había sido inspeccionado por la RNN y que no le habían informado de ningún prisionero. Vian sugirió que los oficiales británicos y noruegos deberían inspeccionar conjuntamente el Altmark y resolver el problema de los prisioneros de una vez por todas. Halvorsen respondió que no podía autorizarlo porque el barco alemán tenía permiso para transitar por aguas noruegas. Repitió la gravedad de la situación e instó a Vian a abandonar el territorio noruego inmediatamente. La discusión se llevó a cabo "de manera firme pero educada", según Halvorsen en su informe al SDD1. Otros la describen como algo acalorada en algunos momentos, y el teniente noruego en un momento dado amenazó con usar torpedos si los barcos británicos no se iban en treinta minutos. Finalmente, Vian debió sentir que era imprudente abordar el Altmark tal como se había desarrollado la situación, y se retiró. Alrededor de las 18:30, después de que Halvorsen dejara a Cossack con promesas de que se registrara nuevamente el Altmark, ordenó a Ivanhoe que lo siguiera fuera del límite territorial.

Se enviaron dos señales "más inmediatas" desde Cossack al Almirantazgo y se repitieron al Comandante en Jefe de la Flota Nacional. La primera a las 17:32 (16:32 BrT):

El fiordo es un callejón sin salida. No esperen cambios del cañonero noruego, que está examinando el Altmark. Un segundo cañonero tiene un tubo de torpedos apuntando hacia mí. El Altmark está siendo bloqueado eficazmente por el Arethusa. Está pintado de gris de buque de guerra.


El segundo a las 18:57 (17:57 BrT):


El oficial al mando del cañonero noruego Kjell me informa que los pilotos noruegos a bordo del Altmark informan que el buque
No debería dudar en interceptar a Altmark, incluso si se encontraba dentro de las aguas territoriales noruegas.

Vian era uno de los oficiales más destacados de la Marina Real. Como comandante en jefe de la 4.ª Flotilla de Destructores, normalmente tenía su mando a bordo del líder de la flotilla, Afridi. En enero, Afridi fue a los astilleros y Vian decidió que el capitán Sherbrook de Cossack debía tomarse un descanso. Una vez que se fue, Vian se trasladó a Cossack con su personal. Según todos los informes, Vian era un hombre difícil bajo el que servir. El teniente comandante Reginald Whinney lo conocía desde mucho antes de la guerra:

Vian siempre había sido delgado. Era alto y rubio, con cejas pobladas y pobladas. [.] Su rostro nunca mostraba mucha expresión, tal vez el cabello la ocultaba. PLV era un hombre que vivía de los nervios, y deben haber sido muy resistentes. [.] Sin embargo, no era un caballero gentil. [.] Como capitán, era increíblemente grosero, irascible y con frecuencia innecesariamente ofensivo; uno tenía que enfrentarse a él y tener razón, o hacerle creer que así era. En acción, era tranquilo, calmado y muy rápido. Cualquiera que levantara la voz innecesariamente en cualquier momento no lo hacía dos veces. De lo contrario, a cierta distancia por debajo de su feroz exterior, podía ser un hombre de sorprendente amabilidad. En algunos aspectos, era un genio.

Teniendo en cuenta los informes de avistamiento que llegaban, Vian encontró improbable que Altmark pudiera haber llegado más allá de Kristiansand. Por lo tanto, extendió su línea de barcos a unas seis millas de distancia, navegando al oeste y al norte desde Lindesnes durante la noche. A las 00:48 del día 16, una señal del almirante Forbes dejó en claro lo que estaban buscando: "Altmark es su objetivo. Actúe en consecuencia. A las 04:37, una señal del submarino Seal indicó que el Altmark aún no había pasado Skudeneshavn y, tras reunirse con el Cossack al amanecer del día 16, la fuerza permaneció en las inmediaciones de la costa noruega al sur de la zona de patrulla del Seal. Durante la mañana, se detuvieron y registraron varios buques, también dentro de aguas territoriales noruegas, pero no hubo señales del escurridizo Altmark.

Dau se encontraba en una situación incómoda, pero consideraba que su barco estaba a salvo mientras permaneciera dentro del fiordo de Jossingfjord. Con los torpederos noruegos entre él y los destructores británicos, el asunto se había convertido en un asunto político, que a partir de ahora podría dejarse en manos de Berlín. Ciertamente no tenía intención de crear ningún pretexto para intervenciones británicas o noruegas y se contentaba con quedarse donde estaba por el momento. El Altmark se adentró lo más posible en el fiordo y se detuvo contra el hielo cerca del lado este cuando empezó a oscurecer. No se echaron anclas y se mantuvieron los motores en marcha para poder moverse con poca antelación. Los dos pilotos noruegos desembarcaron, pero, entre todas las cosas, subieron a bordo dos funcionarios de aduanas locales. En ese momento, nadie parece haberse dado cuenta de que, al adentrarse en el fiordo, el Altmark ya no estaba en un «paso inocente» de un canal neutral, sino que había entrado en aguas interiores y, por lo tanto, había cambiado su definición legal de acuerdo con la Convención de La Haya.

Mientras tanto, el teniente Halvorsen envió a Kjell a unirse a Skarv para bloquear la entrada al canal a través del hielo que había formado el petrolero, mientras él mismo desembarcaba en Jossinghavn. Las radios de los barcos noruegos eran inútiles entre las altas montañas que rodeaban el fiordo y Halvorsen utilizó el único teléfono del asentamiento, dictando un informe detallado a sus superiores en Kristiansand. Al concluir su informe, Halvorsen pidió permiso para registrar nuevamente el Altmark para determinar si tenía prisioneros a bordo o no. El Fireren, que había recibido órdenes de ir de Egersund a Jossingfjord, llegó alrededor de las 20:40. El Kaptein Lura era el oficial noruego de mayor rango en el lugar, pero dejó el contacto con Cossack a Halvorsen. Para mantener la comunicación con Kristiansand, un hombre se quedó al teléfono en la casa a unos 30-40 metros del muelle de Holmekaien donde estaba amarrado el Fireren. El teniente Halvorsen estaba en contacto a gritos con el auxiliar, que utilizaba una lámpara de señales para los torpederos que se encontraban más lejos. Mediante este sistema primitivo pero eficaz, las autoridades navales y políticas se mantenían informadas de la evolución de la situación y podían dar sus órdenes e instrucciones sin mucha demora.

Durante la tarde llegó una respuesta a la petición del teniente Halvorsen directamente del contralmirante Smith-Johannsen del SDD1: el Altmark no debía ser inspeccionado de nuevo. Si, durante la noche, las fuerzas británicas intentaban abordar el petrolero alemán, los torpederos debían impedirlo, si era necesario por la fuerza. Se creía que mover sus barcos entre el Altmark y cualquier destructor británico sería adecuado, ya que abordar el petrolero a través de una cubierta noruega estaría fuera de cuestión. Poco después, el almirante comandante revocó la orden de utilizar la fuerza, supuestamente por órdenes del Ministerio de Asuntos Exteriores. Al teniente Halvorsen se le había negado toda posibilidad de resistirse a los intrusos a pesar de sus exitosos esfuerzos anteriores ese mismo día.

En la noche del 15 al 16 de febrero, el submarino minador británico Seal había tendido una red de tres millas de largo frente a las islas Fogsteinane, no lejos de Jossingfjord. La esperanza era que el Altmark se enredara en la red y se detuviera o, al ver la red, se aventurara fuera de las aguas territoriales noruegas para ser interceptado. En cambio, fue el buque minero alemán Baldur, de 5.805 toneladas, que se dirigía al sur desde Kirkenes, el que se enredó en la red y comenzó a derivar sin poder hacer nada hacia el oeste. Un avión del Comando Costero lo avistó, pensó que podría ser el Altmark e informó del avistamiento a la base. Se ordenó al Intrepid y al Ivanhoe que investigaran. Michael Scott de Ivanhoe escribió:

Debe haber sido alrededor de las 21:30 [BrT] cuando el primer teniente, que estaba de guardia en ese momento, vio un barco oscuro que se dirigía hacia el sur. Nos acercamos a él, encendimos los reflectores en su puente y descubrimos una vez más que era otro barco que enarbolaba la bandera alemana. Se le hizo una señal de “Alto inmediatamente” y se disparó un tiro de advertencia en la proa. [...] La única respuesta que obtuvimos fue “¿Qué quieren?”, que nos dijeron en inglés. Luego disparamos otro tiro y se detuvo de inmediato. Las cosas sucedieron muy rápidamente. De repente, la parte superior del puente del Baldur comenzó a arrojar nubes de humo que estallaron en llamas. El barco comenzó a asentarse y esperamos para recoger a los supervivientes. Se vieron dos botes salvavidas que se bajaban, uno de los cuales se dirigía al Intrepid y el otro a la costa, ¡mientras nosotros lo perseguíamos!


El barco alemán se vio rápidamente envuelto en llamas y, temiendo una explosión, el comandante Hadow llamó al ballenero con un grupo de abordaje que acababa de salir de Ivanhoe y recogió a los hombres del bote salvavidas. El capitán Vian escribió más tarde en su informe que, como "el mar estaba en calma y la noche estaba iluminada por la luna, los dos destructores deberían haber intentado acercarse y abordar el carguero de inmediato para evitar que se hundiera". El Baldur se hundió durante la noche.


Después de retirarse fuera del territorio noruego y enviar sus informes, Vian se dispuso a esperar. Las condiciones del hielo observadas en el Skagerrak significaban que, por el momento, el Altmark no podía llegar a Alemania sin abandonar finalmente el territorio noruego. Se podía esperar la llegada de barcos y aviones alemanes al amanecer, pero la fuerza de Vian era fuerte y tres submarinos, el Triad, el Seal y el Orzel, también estaban en la zona. Cuanto más tiempo permaneciera el Altmark en Jossingfjord, más probable era que el gobierno noruego pudiera verse persuadido de aceptar una inspección exhaustiva del buque, incluidos los oficiales británicos, o al menos los funcionarios británicos.

En Londres, Churchill había llegado a la Sala de Guerra del Almirantazgo con el contralmirante Phillips del DCNS, alertado por la noticia de que habían encontrado el Altmark. No estaba de humor para la paciencia ni la diplomacia y, como el almirante Pound no estaba presente, Churchill tomó el asunto en sus propias manos. Después de consultar con el ministro de Asuntos Exteriores Halifax, pero sin pasar por el almirante Forbes, que era el superior de Vian, Churchill envió órdenes explícitas al Cossack a las 17:50 (BrT):

A menos que el torpedero noruego se comprometa a escoltar al Altmark a Bergen con una guardia conjunta anglo-noruega a bordo y una escolta conjunta, debe abordar el Altmark, liberar a los prisioneros y tomar posesión del barco en espera de más instrucciones. Si el torpedero noruego interfiere, debe advertirle que se aleje. Si le dispara, no debe responder a menos que el ataque sea serio, en cuyo caso debe defenderse sin usar más fuerza de la necesaria y cesar el fuego cuando desista. Sugiera al destructor noruego que el honor se cumple sometiéndose a una fuerza superior.

El capitán Vian debió darse cuenta de que la señal llevaba la marca de Churchill y que sus próximas acciones serían, en el mejor de los casos, críticas para su carrera. La señal contradecía su propia solicitud de instrucciones y poco después se complementó con un resumen: «Recibido su 1757/16. Probablemente haya prisioneros escondidos a bordo. Lleven mi 1750/16».

Vian hizo una señal a los otros barcos: «Voy solo» y ordenó al teniente comandante Bradwell Turner, primer oficial del Cossack, que preparara el grupo de abordaje. Este estaba formado por cuarenta y cinco marineros, en su mayoría del crucero Aurora, embarcados para la ocasión, ya que el Cossack tenía a varios de sus tripulantes enfermos de gripe. Los hombres estaban agrupados en cuatro secciones; a cada una se le asignó una parte del barco alemán para que tomara el control.

Era una noche fría pero clara, ya que la luna estaba alta, lo que proporcionaba una buena visibilidad. Alrededor de las 22:45, Vian llevó al Cossack de vuelta a aguas noruegas al este de Fogsteinane. Las aguas están sucias aquí y los oficiales de la RNN se preguntaron por la imprudencia del capitán británico. Sin embargo, en el puente del Cossack, el oficial piloto, el teniente comandante MacLean, tuvo que admitir a Vian que había seguido las luces equivocadas en tierra y preguntó si podía hacer que encendieran los reflectores para ver dónde estaba. Así lo hicieron y el barco logró atravesar el estrecho sin problemas, pero los comentarios en el puente fueron que la historia mostraría que el Cossack llegaba con las luces encendidas, cuando en realidad estaba perdido. A las 23:12 (22:12 BrT), cuando el Cossack entraba en Jossingfjord, llegó una tercera señal del Almirantazgo:

Si no se acepta la oferta de escolta y guardia conjunta a Bergen y se le ha obligado a embarcar, se debe actuar de la siguiente manera: si no se encuentran prisioneros a bordo, el barco debe ser llevado como botín. Si no se encuentran prisioneros y el barco se encuentra definitivamente en Altmark, el capitán y los oficiales deben ser llevados a Inglaterra para que podamos averiguar qué se ha hecho con los prisioneros. El barco debe ser abandonado en el fiordo.

En general, hay una notable inconsistencia entre los relatos de los participantes en los eventos posteriores en Jossingfjord esta tarde. Los informes británicos, noruegos y alemanes difieren ampliamente; más aún cuanto más tiempo después de los eventos se escribieron. La mayoría de las partes parecen haber tenido una creciente necesidad de justificar sus acciones, o la falta de ellas. Lo que sigue es un intento de reconstruirlo de la manera más precisa y objetiva posible a partir de las fuentes originales.