De los buques del Archivo General de la Nación: Destroyer ”A.R.A. Misiones”. (Nota: El prefijo “A.R.A.” se usa en los buques de la Armada Argentina desde 1946, pero lo he colocado en todos sus buques para ubicarlos juntos en las listas alfabéticas). Destroyer. Botado en 1897 por Yarrow Shipbuilders Limited en Poplar, Londres. Dimensiones: Eslora 57,95 m; manga 5,95 m; puntal 3,86 m. Calado medio: 1,30 m. Tonelaje: 340 t. Casco de acero galvanizado. Armamento: 1 cañón Nordenfeldt de 75 mm, 3 cañones Nordenfeldt de 57 mm (de tiro rápido), 2 ametralladoras Nordenfeldt de 37 mm y 3 tubos lanzatorpedos de 450 mm, uno en proa y uno en cada banda. Máquinas: Dos, a vapor, verticales, de triple expansión. Una hélice de 3 palas. Potencia: 3523 HP. 6 calderas Yarrow. Dínamo Siemens Bellis de 80V y 100A, para iluminación interna, navegación y reflector Chance Mirror. Velocidad máxima: 27 n. Combustible: carbón. Capacidad de carbón: 80 t. Radio de acción: 3.000 millas. Tripulantes: 56 hombres. Radiado el 23 de octubre de 1930.- Esquema: Jane´s Fighting Ships 1905-6.-
Fuente: revista GUARDACOSTA – No. 08 – Año 1966 Autor: Jorge M. Montañez Santiago
Profundidades inexploradas en el Atlántico Sur Existe una vasta zona entre los paralelos 42°S y 48°S y los meridianos 30°O y 50°O que sigue prácticamente sin ser relevada, con profundidades cercanas a los 4.500–5.400 metros, y con bajos fondos extraños, poco comunes en ese tipo de fondo oceánico.
El enigmático hallazgo de La Roche (1675) El navegante francés La Roche afirmó haber descubierto “una isla grande y agradable” con un buen puerto hacia su lado este—una declaración que dio origen a un misterio marítimo que perdura hasta hoy.
Siglos de búsquedas infructuosas Desde fines del siglo XVII hasta comienzos del XIX, Francia y Gran Bretaña enviaron numerosas expediciones—entre ellas las de Halley, La Pérouse, Colnett y Vancouver—en busca de la llamada “Isla Grande”, sin éxito alguno.
Desaparición oficial de los mapas náuticos (1825) Tras la última búsqueda sin resultados del capitán británico Dott en 1824 y 1825, la isla fue oficialmente declarada inexistente y eliminada de las cartas náuticas internacionales.
Un misterio que sigue vivo Pese a su exclusión de los mapas, persiste la incógnita: ¿La Roche mintió, se confundió o decía la verdad? Su detallada descripción de un puerto al este sugiere que pudo haber visto algo real, alimentando así el misterio hasta nuestros días.
Quien observe una carta marina del Atlántico Sud, verá una extensa zona, comprendida entre los paralelos 42°S y 48° S y los meridianos 30° y 50° W, que carece de sondaje. Verá también que las profundidades próximas, son del orden de las 2.500 a 3.000 brazas (4.500 a 5.400 metros). En el sector occidental de esta región oceánica, más cercana a nuestras costas que a las de cualquier otra nación, han ocurrido a lo largo de los tres últimos siglos, ciertos acontecimientos que en conjunto, determinan el tema de este artículo. Tan sugestiva como el enigma en sí, resultaría la relación que el misterio parece haber tenido en nuestro pasado. La observación de la carta señala que la región de referencia es muy profunda; sin embargo hay en ella unos extraños bajofondos, insólitos en ese fondo marino. Fuera de las rutas actuales, esas aguas permanecen sin tránsito marítimo, que fue desviado por la apertura del Canal de Panamá en 1914.
El tiempo ha vuelto a tender un manto de soledad, el misterio continuará como tal hasta que se produzca un nuevo acto, tal vez final. Sigamos ahora, por orden de ocurrencia, los actos y actores que participan en la lenta trama que tiene por escenario una región oceánica de 5.000 metros de profundidad. La acción comienza hace tres siglos cuando, en 1675, el navegante francés La Roche denunció haber descubierto una extensa isla en el Atlántico Sud, describiéndola como "una isla grande y agradable, poseyendo un buen puerto en las proximidades de su parte Este". Después de la denuncia de La Roche, se desarrolla el segundo acto durante siglo y medio de búsqueda de la famosa Isla Grande. Afanosamente compite Francia y Gran Bretaña, lanzadas ambas en procura de posesiones coloniales y estratégicas. Numerosos navegantes de una y otra nación, entre ellos Halley, La Perouse, Colnett y Vancouver, recorrieron la región en que La Roche había señalado la existencia de la isla: 459 de latitud Sud y una longitud incierta entre los 37° y los 50° W.
Fracaso tras fracaso, la fama y leyenda de la isla se trasformaron en mal recuerdo hacia el presunto descubridor. En el mejor de los casos, los más benévolos opinaron que La Roche había confundido como isla a algún promontorio avanzado de la costa de la América del Sud, posiblemente nuestro cabo Dos Bahías, cuya latitud es de 45° S.
No obstante, las naciones marítimas continuaron señalando en sus cartas a esta famosa Isla Grande. El tercer acto se manifiesta con la tenaz búsqueda realizada por el Capitán británico Dott, en los años 1824 y 1825, con resultado negativo. Entonces sí, se dio definitivamente por no existente y la Isla Grande desaparece de la cartografía náutica mundial. Aparentemente aquí ha terminado todo.
De lo actuado pueden deducirse tres alternativas:
1— La Roche mintió.
2 — La Roche fue confundido.
3 — La Roche no mintió.
La primera premisa, aun cuando es posible considerarla un "bluff" estratégico, no la tendremos en cuenta sino como última instancia. La segunda es poco probable. Una lejana observación del occidente, podría tal vez explicarla; pero esta posibilidad debe descartarse ante la descripción de La Roche... "poseyendo un buen puerto en las proximidades de su parte Este" Razonable cabe admitir que tal descripción solo es lógica en un marino si el puerto ha sido experimentado o reconocido de cerca.
Desde tiempos coloniales existió la inquietud de unir el altiplano boliviano con Buenos Aires mediante la navegación del río Bermejo. En 1790, el salteño Dr. Juan Adrián Cornejo, tras varios intentos, logró unir el río Tarija con el de la Plata en 42 días.
Natalio Roldán, explorador auténtico, acompañado por algunos amigos, sentados de izq a der: Aureliano Huergo, Natalio Roldán, Tte Gral. Emilio Mitre, Tte Gral. Bartolomé Mitre y su cuñado el Gral. Julio de Vedia.
A fines del siglo XIX, Natalio Roldán, un comerciante porteño de espíritu explorador, realizó más de 20 expediciones al Chaco, convencido de las posibilidades productivas y estratégicas de la región. Creía firmemente en el país, en sus instituciones y en su capacidad transformadora. Su visión era transformar la zona en un eje comercial clave entre Argentina y Bolivia.
Junto a su esposa Genara y su hermano Rufino, Roldán impulsó la Compañía de Navegación a Vapor del Río Bermejo, fundada hace un siglo (1869). El objetivo: explorar el Bermejo, estudiar su navegabilidad y colonizar el Chaco. La iniciativa fue apoyada por personalidades como Guillermo Matti, y financiada en parte por Francisco P. Molina, además de inversores como Juan Videla, Sebastián Casares y Agustín Cara. El presidente Sarmiento dio su respaldo.
Acción de la Compañía
Se contrató al ingeniero Tomás J. Page (llamado por Roldán “Comodoro”), y la empresa fue legalizada mediante la Ley Nacional N.º 354. El primer barco de la compañía, el "Sol Argentino" (101 pies de eslora), partió el 26 de febrero de 1871. Remontaron el Paraná, pasaron por Humaitá, recogieron a Roldán enfermo de paludismo, y el 12 de marzo ingresaron al río Bermejo.
La navegación resultó extremadamente difícil: bajantes, bancos de arena, rápidos, y obstáculos naturales como raigones y troncos. A mitad de camino, a la altura de Zorro Muerto, el barco encalló. El ingeniero Page consideró la expedición un fracaso, pero Roldán no se rindió. Con un pequeño grupo, remó 8 días hasta Fortín Rivadavia, enfrentando ataques indígenas y falta de víveres. Logró apoyo del gobierno de Salta y regresó para continuar la empresa.
Roldán reorganizó la operación desde tierra, conquistando la confianza de los indígenas mediante regalos y respeto. Grupos como los chunupíes, tobas, matacos y vilelas colaboraron. Instaló un campamento, limpió la costa y formó cuadrillas de trabajo. Se capacitó a los indígenas en el uso de herramientas, y se fijó un sistema de pago en bienes (ropa, tabaco, alimentos), ya que el dinero no tenía utilidad en la selva. Llegó a emplear casi 2.000 trabajadores indígenas.
Una vez canalizado el río, eliminado los escapes y taponamientos, y corregido el cauce con empalizadas y obras hidráulicas, el "Sol Argentino" fue liberado y alcanzó Fortín Rivadavia. El grupo regresó a Buenos Aires el 22 de febrero de 1872, casi exactamente un año después de haber partido.
La expedición demostró la viabilidad técnica del proyecto, pero dejó consecuencias. Se produjo una ruptura definitiva entre Roldán y el ingeniero Page, a quien el Directorio removió del cargo, dejando a Roldán como único responsable de la dirección técnica y ejecutiva del proyecto.
Rufino Roldan
A pesar de los avances, el hundimiento del último vapor en 1884 marcó el fin del emprendimiento. Zonas como Salta y el sur de Bolivia quedaron aisladas. Las causas del fracaso: desinterés estatal, intereses creados, falta de continuidad y abandono político. Sin embargo, el ejemplo de Natalio Roldán perdura como símbolo de lucha, sacrificio y visión transformadora.
En palabras del Ing. Luis A. Huergo (Instituto Geográfico Argentino, 1886), Roldán fue un hombre de carácter firme, cuya lucha de más de 17 años representa un modelo moral y patriótico. Y como señaló el Dr. Adolfo A. Dávila, su nombre quedará para siempre ligado al Bermejo, como sinónimo de esfuerzo nacional por conectar el norte con el mar.
La Armada Argentina está negociando la compra de dos fragatas multipropósito clase Iver Huitfeldt a Dinamarca, una adquisición que puede representar un salto cualitativo considerable en la capacidad de defensa antiaérea del país.
Estos buques cuentan con sistemas avanzados que permitirían a Argentina dotarse de una auténtica "cúpula de hierro", capaz de proteger amplias zonas del Atlántico Sur, así como ciudades costeras o portuarias, frente a amenazas aéreas modernas.
Una cúpula de hierro antiaérea: alcance y defensa multicapa
El núcleo de la defensa aérea de las fragatas clase Iver Huitfeldt es el sistema de lanzamiento vertical Mk 41, que puede operar el misil Standard Missile 2 (SM-2) de largo alcance, fabricado por la compañía estadounidense Raytheon. Este misil, con un alcance operativo que varía entre 74 km y más de 160 km según la versión, es capaz de interceptar cazas, drones, bombarderos y misiles enemigos a grandes distancias, proporcionando una cobertura de área que no tiene precedentes en la Argentina.
De hecho, El SM-2 es un arma utilizada en las flotas más avanzadas del mundo y su disponibilidad en la región latinoamericana es, por el momento, muy limitada.
Un buque estadounidense dispara un misil SM-2 durante ejercicios.
Complementando al SM-2, estas fragatas danesas cuentan con el misil Evolved Sea Sparrow (ESSM), un interceptor de media distancia con alcance de hasta 50 km y velocidades superiores a Mach 4. Este misil actúa como segunda capa en la defensa aérea, interceptando amenazas que logran superar el primer anillo del SM-2. La combinación SM-2 y ESSM genera un sistema de defensa antiaérea multicapa, capaz de enfrentar ataques saturados y misiles modernos con alta efectividad.
Un salto respecto de las viejas fragatas argentinas Meko 360
Las Iver Huitfeldt representan un avance sustancial frente a los destructores Clase Meko 360 que actualmente utiliza la Armada Argentina. Los Meko 360 cuentan con armamento antiaéreo básico y limitado a corto alcance, como los misiles Aspide (hasta 25 km), con radares y sistemas electrónicos menos capaces para la defensa aérea de área o la gestión simultánea de múltiples amenazas. Hay que recordar que estos navíos llegaron al país en la década del 80, luego de la guerra por las Islas Malvinas.
Las nuevas fragatas Iver Huitfeldt, en cambio, disponen de radares Thales SMART-L y APAR de última generación, sonar Atlas ASO 94, sistemas electrónicos avanzados y capacidades de guerra electrónica modernas, que posicionarían a la Armada Argentina en un nivel tecnológico comparable al de potencias navales.
El misil SM-2 en América Latina
La capacidad de defensa antiaérea de largo alcance es todavía escasa en América Latina. En la región, Chile es actualmente la única nación que opera el misil SM-2 en fragatas, habiendo incorporado desde 2020 dos unidades clase Adelaide (ex-Australia) equipadas con SM-2 MR Block IIIA, que alcanza más de 160 km. Esto brinda a Chile una capacidad de defensa antiaérea de área naval operativa y consolidada.
Brasil, por su parte, aún no cuenta con misiles de defensa aérea de largo alcance en sus buques. Sus sistemas actuales son de corto y medio alcance, como Aspide y Sea Sparrow, sin contar con un misil comparable al SM-2 operando en la flota. Sin embargo, Brasil está desarrollando proyectos para incorporar misiles Standard en nuevas fragatas Tamandaré, con un alcance estimado de 75-90 km. Además, Brasil evalúa sistemas tierra-aire de medio y largo alcance, aunque aún sin despliegue operativo a gran escala.
A nivel terrestre, sólo Venezuela dispone en la región de misiles antiaéreos de largo alcance como el S-300 de origen ruso, que cuenta con un alcance estimado de 200 Km (aunque exclusivamente en sistemas fijos y no navales).
Capacidades complementarias de las fragatas Iver Huitfeldt
Más allá de su impresionante defensa aérea, las fragatas Iver Huitfeldt son plataformas multipropósito. Incorporan misiles antibuque Harpoon Block II, cañones OTO Melara de 76 mm, sistemas de defensa cercana CIWS Millennium de 35 mm, lanzadores de torpedos MU90 Impact y un sonar avanzado para guerra antisubmarina.
Además, cuentan con hangares y plataformas para helicópteros medianos y una autonomía estratégica de hasta 9.000 millas náuticas. Sus modernos sistemas electrónicos y de guerra electrónica las convierten en auténticas plataformas de control y protección integral en el mar.
Impacto para la defensa aérea
La incorporación de estas fragatas colocaría a Argentina, junto con Chile, a la vanguardia de la defensa aérea naval en América Latina, especialmente en el Atlántico Sur.
Las Iver Huitfeldt dotarían a la Armada de una "cúpula de hierro" marítima, capaz de defender zonas marítimas clave con una capacidad protectora comparable a la de unidades de la OTAN. De hecho, con esta adquisición el arma naval argentina tendría una capacidad de defensa antiarérea superior incluso a la de la Fuerza Aérea, que actualmente solo cuenta con sistemas de corto alcance (misiles y armas de tubo).
La Armada Argentina realizará dos entrenamientos militares junto a Estados Unidos
Otros
tres serán en aguas de Brasil y Chile. La habilitación de la salida del
país de las fuerzas nacionales se dio mediante el Decreto 521/2025.
Argentina ya participó del ejercicio Passex “Gringo-Gaucho II” junto a Estados Unidos.
Las Fuerzas Armadas Argentinas fueron habilitadas a realizar una serie de ejercicios militares en suelo nacional y otros en el exterior.
El
permiso para la interacción con fuerzas extranjeras en Argentina y la
salida del país de las fuerzas nacionales se dio mediante el Decreto 521/2025 publicado este jueves en el Boletín Oficial de Nación.
El documento, que detalla parte de los cuatro ejercicios a llevar a cabo, cuenta con la firma del presidente de la Nación, Javier Milei, su jefe de gabinete y el resto de los ministros.
El primero de ellos es el Ejercicio “FRATERNO XXXVIII” a llevarse a cabo en aguas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Brasil, entre los días 3 y 24 de agosto de 2025.
En su edición 2024, el Ejercicio Fraterno XXXVII en aguas brasileñas contó con la participación del destructor ARA “Sarandí”.
El
ejercicio “Fraterno” se realiza desde 1978 y su esencia se ha mantenido
a lo largo del tiempo. El objetivo es fortalecer la interoperabilidad
entre ambas Armadas, trabajando en pos de estrechar vínculos de
confianza e intercambio de experiencias profesionales, profundizando los
lazos de amistad.
El
segundo es el ejercicio “PASSEX” a llevarse a cabo en la Zona Económica
Exclusiva (ZEE) de Argentina entre los días 17 y 20 de agosto de 2025.
Se trata de una nueva edición del Gringo-Gaucho, que cuenta con la
participación de Estados Unidos. En 2024 se retomó tras su última edición en 2010, luego de comenzar en 1990.
El objetivo de Fraterno es precisamente sostener las buenas relaciones entre Argentina y Brasil.
Entre
las tareas, tiene como principal objetivo incrementar el nivel de
adiestramiento a partir de operaciones combinadas, de aire-superficie,
de visita, registro y captura, ejercicios de comando - control y
técnicas y tácticas navales.
El tercero es el Ejercicio “VIEKAREN” a llevarse a cabo en aguas del Canal Beagle cercanas a Puerto Williams en Chile, entre los días 25 y 30 de agosto de 2025.
En
2024, dicho ejercicio contó con prácticas de lucha contra incendio en
unidades de superficie, contención de contaminación con barrera de una
unidad siniestrada y operaciones de buceo tanto diurnas como nocturnas.
El
cuarto también es en territorio chileno. El Ejercicio “SOUTHERN
VANGUARD 25” se llevará a cabo en Los Ángeles-Antuco, entre los días 11
al 31 de agosto de 2025. Del mismo también participan Estados Unidos y
Perú.
El
ejercicio será conducido por la III División de Montaña chilena, que
tendrá la responsabilidad de instruir a las tropas participantes en
técnicas de supervivencia, desplazamiento y combate en ambientes de alta
montaña. El programa contempla instrucción individual y colectiva, una
fase de entrenamiento integrado (FIT) y un ejercicio final en terreno
(FTX), donde se evaluarán las capacidades adquiridas en un entorno real.
Los ejercicios del 2024 junto a Chile.
El
quinto será en territorio estadounidense. El Ejercicio “UNITAS LXVI” se
realizará en la franja que une a las Ciudades de Mayport, Estado de
Florida, y Norfolk, Estado de Virginia, entre los días 18 de agosto y 6
de noviembre de 2025.
Su
objetivo principal es mejorar la capacidad de respuesta ante amenazas
comunes y promover el entendimiento mutuo entre las armadas
participantes.
La
adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN: un cambio en el equilibrio de
poder en el mar Báltico y consecuencias para la Flota Báltica de Rusia
La
adhesión de Suecia y Finlandia a la Alianza del Atlántico Norte
representa uno de los cambios más significativos en la arquitectura de
seguridad europea desde el fin de la Guerra Fría. Ambos países nórdicos,
tradicionalmente conocidos por su neutralidad y moderación respecto a
las alianzas militares, decidieron dar un giro histórico en respuesta a
la invasión rusa de Ucrania en 2022. Rápidamente, abandonaron su
política de no alineamiento militar y se convirtieron en miembros de
pleno derecho de la OTAN, alterando radicalmente el equilibrio militar
en la estratégicamente importante región del Mar Báltico.
Este
paso tiene implicaciones no solo simbólicas, sino sobre todo prácticas
para la planificación y el despliegue de fuerzas en el noreste de
Europa. La expansión hacia el norte de las estructuras de la alianza
significa que el mar Báltico está ahora prácticamente rodeado por los
estados miembros de la OTAN, con la excepción del territorio ruso en
torno a la región de Kaliningrado y San Petersburgo. Esto tiene graves
consecuencias para la Flota rusa del Báltico, que se encuentra en una
posición estratégica más desfavorable que en ningún otro momento desde
el colapso de la Unión Soviética.
Antecedentes históricos
La
importancia estratégica del Mar Báltico en la historia europea no puede
subestimarse. La región ha sido escenario de conflictos militares en
repetidas ocasiones, donde han chocado los intereses de potencias
marítimas, imperios continentales y fuerzas con ambiciones regionales.
En el contexto del siglo XX, la Flota del Báltico de la Unión Soviética
desempeñó un papel significativo, especialmente durante la Segunda
Guerra Mundial. Desde la perspectiva de Moscú, la situación se repite
actualmente, con su flota enfrentándose a una presión geográfica
desfavorable. Ya entre 1941 y 1944, las potencias del Eje intentaron
debilitar la Flota del Báltico mediante redes antisubmarinas, barreras
de minas y el despliegue de lanchas patrulleras y aviones. La
cooperación germano-finlandesa en aquel momento impidió eficazmente que
los soviéticos realizaran maniobras navales efectivas en el Mar Báltico,
una situación que ahora tiene una sensación geopolítica de déjà vu.
Tras
la Segunda Guerra Mundial, Finlandia y Suecia optaron por la
neutralidad. Presionada por las exigencias soviéticas, Finlandia adoptó
un modelo de "soberanía limitada" (conocido como finlandización),
mientras que Suecia optó por una neutralidad activa, priorizando la
defensa de su propio territorio. Si bien ninguno de los dos países
pertenecía a ningún bloque militar, después de 1991, en plena crisis del
mundo bipolar, se inició un acercamiento gradual a la Alianza del
Atlántico Norte. Un momento clave fue la participación de ambos países
en el programa de la Asociación para la Paz y en las misiones
internacionales de la OTAN, a través de las cuales participaron
eficazmente en las operaciones de la alianza, aunque sin compromisos de
defensa colectiva.
Después
de 2014, es decir, tras la anexión de Crimea, el debate público y
político sobre las garantías de seguridad comenzó a cambiar
significativamente en Finlandia y Suecia. Como resultado, la posición
estratégica del Mar Báltico en el equilibrio de seguridad europeo
cambió: de ser una zona entre el Este y el Oeste, se convirtió en un
"mar interior de la OTAN". Esto implica una revisión fundamental de los
cálculos defensivos y ofensivos de Rusia, ya que la pérdida de libertad
de movimiento en esta zona amenaza directamente no solo la capacidad de
Moscú para controlar el acceso a Kaliningrado, sino también sus
ambiciones geopolíticas más amplias en la región.
Impacto en la Flota Rusa del Báltico
La
expansión de la OTAN para incluir a Suecia y Finlandia ha transformado
radicalmente el entorno estratégico del Mar Báltico y ha afectado
significativamente el espacio de maniobra de la Flota Báltica rusa. Este
componente de la Armada rusa ha operado tradicionalmente desde los
puertos de Kaliningrado y Baltiysk, en un entorno que, si bien sujeto a
ciertas restricciones desde la década de 1990, le ha permitido mantener
cierta libertad de movimiento. Sin embargo, con la incorporación de
Finlandia y Suecia a la OTAN, el Mar Báltico se encuentra prácticamente
cerrado desde un punto de vista estratégico-militar, con todas sus
costas bajo el control de los Estados miembros de la Alianza. Esto
supone una reducción significativa del espacio operativo de la Armada
rusa, que se encuentra ahora en un entorno de posible bloqueo total.
La
nueva realidad geográfica también refuerza la interconexión espacial de
las estructuras de defensa de la OTAN en la región. En caso de
conflicto militar, cabe esperar sinergias entre las fuerzas de Polonia,
los países bálticos, Finlandia y Suecia, lo que puede crear una zona de
defensa sólida e interconectada, capaz de detectar, rastrear y destruir
las unidades rusas que ya se encuentran en sus posiciones iniciales. Por
lo tanto, la Flota del Báltico no solo ve seriamente limitada su
proyección de poder, sino que también está expuesta a un mayor riesgo de
destrucción en las primeras etapas de cualquier conflicto. Desde una
perspectiva de mando y logística, también es vulnerable, dado que la
región de Kaliningrado es un enclave aislado sin conexión terrestre
directa con el continente. La posibilidad de un rápido bloqueo de las
rutas marítimas por parte de la alianza, respaldado por una amplia
cobertura de radar y sonar, plantea un problema estratégico fundamental
que el Kremlin debe abordar, ya sea reorientando sus inversiones o
reevaluando el papel mismo de la Flota del Báltico en el futuro.
Capacidades militares
El
equilibrio naval en el Mar Báltico ha cambiado significativamente con
la ampliación de la OTAN. Si bien la Federación Rusa tradicionalmente ha
considerado la Flota del Báltico como una herramienta importante para
proyectar su poder en el noreste de Europa, ahora se enfrenta a
adversarios militarmente avanzados con una mayor fuerza colectiva. La
Armada polaca, aunque limitada en número, cuenta con buques
relativamente modernos, incluyendo dos corbetas, la Kaszub y la Ślązak,
tres lanchas lanzamisiles clase Orkan, dos fragatas Oliver Hazard Perry
(estas fragatas y la corbeta Kaszub serán reemplazadas próximamente por
tres fragatas Arrowhead 140), un submarino clase Kilo, varios dragaminas
y otros buques de apoyo. La Armada finlandesa cuenta con unidades más
pequeñas pero de gran maniobrabilidad, en particular las modernas
lanchas lanzamisiles clase Hamina y Rauma (cuatro cada una), y prevé
introducir próximamente corbetas clase Pohjanmaa (la primera ya ha sido
botada). Finlandia también cuenta con cinco minadores, 16 dragaminas y
dos lanchas patrulleras. Suecia cuenta con una potente armada costera,
que incluye tres submarinos modernizados de la clase Gotland y dos de la
clase Södermanland. El núcleo de las fuerzas de superficie de la Armada
Sueca son las cinco corbetas furtivas de la clase Visby. Otra fuerza
significativa son las seis corbetas de las clases Estocolmo y
Gotemburgo. Las armadas de los países bálticos solo disponen de
dragaminas y patrulleros.
Los
sistemas antibuque terrestres son un elemento importante del equilibrio
regional. Polonia cuenta con baterías móviles NDR de fabricación
noruega con un alcance de más de 185 km, desplegadas principalmente en
unidades de misiles costeros en la región de Hel. Importante para la
capacidad de defensa de Polonia en la región del Báltico es el anuncio
de este año de que la unidad de misiles antibuque existente se
convertirá en una brigada. Finlandia cuenta con misiles suecos MTO 85M y
misiles israelíes Gabriel V. Suecia también cuenta con unidades de
misiles costeros con misiles RBS15 Mk3 y Robot 17 modificados
nacionalmente, que, combinados con la topografía de la isla, crean un
entorno letal para las unidades de superficie enemigas. El único país
báltico que puede presumir de la categoría de armas mencionada es
Estonia, que cuenta con misiles Blue Spear, un derivado del Gabriel V
israelí. En el caso de Suecia, también cabe destacar la capacidad de los
aviones Gripen para utilizar misiles antibuque. Esta capacidad
combinada de amenazas terrestres, aéreas y marítimas permite una
respuesta rápida a las acciones de la Flota Báltica rusa.
En
2025, la Flota del Báltico de la Federación Rusa dispondrá de una
diversa gama de unidades de superficie. Su núcleo principal lo
constituye un destructor de misiles guiados del Proyecto 959, llamado
Nastroychev, y dos fragatas de misiles del Proyecto 1154, las fragatas
Fearless y Yaroslav Mudry. Las fuerzas submarinas están representadas
por un submarino diésel-eléctrico de la clase Kilo (Proyecto 877), el
B-806 Dimitrov. Cuatro corbetas multipropósito de la clase Stereguščij
(Proyecto 20380), a saber, Stereguščij, Soobrazitielnyj, Bojkij y
Stojkij, que se complementan con tres corbetas de misiles de la clase
Karakurt (proyecto 22800), llamadas Odincovo, Sovětsk y Mytišči.
La
flota también incluye varios buques antiguos, en particular cuatro
corbetas lanzamisiles del Proyecto 1234.1 (Zyb, Geyzer, Passat y Liven) y
seis lanchas lanzamisiles del Proyecto 1241 (Tarantul), entre ellas las
Kuzněck, R-257, Zarečnyj, Dimitrograd, Moršansk y Čuvašsko. Seis
corbetas del Proyecto 133.1, diseñadas para la guerra antisubmarina
(Urengoj, Kazanec, Zelenodolsk, Aleksin, Kalmykia y Kabardino-Balkaria),
también representan una parte significativa de la flota. La sección de
apoyo de la flota consta de varios dragaminas y otras unidades menores.
Imagen: Pequeños buques antisubmarinos de la Flota del Báltico fondeados en invierno en Kronstadt | Shutterstock
Posibles desarrollos futuros
Dada
la nueva realidad en el Mar Báltico, Rusia se enfrenta a una decisión
estratégica sobre cómo abordar el futuro de su Flota del Báltico y su
presencia militar general en la región. El primer escenario posible es
limitar la proyección de fuerza y adoptar una estrategia de seguridad
costera defensiva. Esto implicaría la transferencia gradual de unidades
de superficie más grandes y valiosas a otras flotas, principalmente a la
Flota del Norte o para reforzar la debilitada Flota del Mar Negro, que
ha sufrido pérdidas significativas desde 2022. En este escenario, el
papel de la Flota del Báltico probablemente sería asumido por sistemas
antibuque costeros móviles, artillería costera, campos de minas, drones
de superficie y submarinos, etc. Este enfoque reduciría el riesgo de
perder buques valiosos y se centraría en la defensa en lugar del
dominio.
La
segunda opción es una estrategia de escalada destinada a restablecer el
equilibrio de poder en la región. Esto implicaría invertir en nuevas
capacidades navales, reforzar las defensas aéreas, militarizar
masivamente Kaliningrado y, posiblemente, ampliar la presencia militar
en Bielorrusia. Sin embargo, este escenario es costoso y
geopolíticamente arriesgado, ya que podría desencadenar un mayor
refuerzo de la OTAN en la región y contribuir a la desestabilización de
la zona comprendida entre los mares Báltico y Negro.
La
tercera opción es la desescalada estratégica y una apuesta por la calma
geopolítica. Rusia podría optar por no tomar medidas militares
importantes y, en cambio, presentarse como moderada, estable y
razonable. Dado el desequilibrio militar en la región, este enfoque
tendría una dimensión psicológica: Moscú buscaría enviar una señal de
confianza en sí misma, en lugar de debilidad. El objetivo sería evitar
una mayor militarización de la región y fortalecer su voz en el ámbito
diplomático.
Sin
embargo, desde la perspectiva de la planificación de la alianza, no se
pueden descartar nuevos escenarios de crisis, incluyendo incidentes que
involucren aeronaves o unidades navales, operaciones de desinformación
dirigidas contra Finlandia o Suecia, e incluso intentos de ejercer
presión militar en zonas vulnerables como el Corredor de Suwalki. En tal
caso, el Mar Báltico sería uno de los primeros campos de batalla, no
solo por su importancia estratégica, sino también por ser un espacio
relativamente cerrado donde es difícil ocultar los preparativos para
operaciones de mayor envergadura. Para la OTAN, esto implica la
necesidad de una presencia permanente, asegurar las rutas logísticas y
desarrollar capacidades de respuesta rápida en el posible frente
marítimo del noreste.
Este mundo va definitivamente por mal camino. Durante años, hemos
visto a políticos y funcionarios europeos perder silenciosamente las
últimas tejas, pero ahora el bastión de la rusofobia se les ha unido. ¡Y
de una forma puramente ucraniana, con una victoria!
Reino Unido: La flota
de la Marina Real botó un buque de guerra gigante con un desplazamiento
de 5.700 toneladas y más de 30 sistemas de ataque y defensa.
Esto no es una burla ni una exageración. Varias publicaciones publicaron exactamente estos titulares.
Si alguien no lo cree, aquí lo tiene. Si existen otras
traducciones para la palabra "gigante", podemos considerarlas. Pero
tenemos lo que tenemos: un buque de guerra gigante es una fragata.
No, sería comprensible si habláramos de alguna potencia naval no
muy avanzada, como Paraguay o Suiza. Pero la antigua "Mistress of the
Seas", que en el pasado reciente construyó portaaviones con un
desplazamiento de 65 toneladas, llama "gigante" a un barco 000 veces más
pequeño. Y no es casualidad.
De qué se trata: El 27 de mayo, el HMS Venturer, el primer buque
del programa de fragatas Tipo 31 de la Marina Real Británica, fue botado
en el astillero Babcock de Rosyth.
Este
desarrollo supone un avance significativo para la defensa marítima
británica y demuestra la capacidad del Reino Unido para construir
buques.
Si un representante de la prensa británica admite tal afirmación,
la situación parece ir de mal en peor. Demostrar la capacidad de
construcción naval de un país así con el ejemplo de una fragata es, como
mínimo, simplemente extraño. Portaaviones, submarinos nucleares… eso
fue hace poco…
“Cuando
ves un barco como este salir del taller, comprendes el valor del
trabajo de todos los especialistas, desde los ingenieros hasta los
soldadores. Crean historia”, afirmó Steve Ranyard, director del programa Tipo 31.
No está claro. No lo entiendo, ni aunque me maten. O quizá hay
algo que desconocemos de la construcción naval británica. Recuerdo
nuestra alegría infantil desbordante cuando, tras tantos años de
estancamiento e incapacidad para construir nada, se botaron los
submarinos, que dieron una dosis de adrenalina a quienes no están con
nosotros, y las modernísimas fragatas del Proyecto 22350 "Almirante
Gorshkov", que algunos consideran buques de guerra de pleno derecho con
un potencial considerable.
Y es precisamente con el "Gorshkov", que, en esencia, no es nuevo,
con quien realmente quiero comparar el milagro tecnológico británico,
que, como comprenderán, "hace historia".
Sin embargo, cabe destacar que la historia se puede crear de diferentes maneras. Y con distintos resultados.
Entonces, ¿qué es el Venture? ¿Es un barco tan innovador que podrá
"mantener la seguridad del Reino Unido durante décadas"?
Para empezar: su desarrollo es, por decirlo suavemente, poco
original. Además, tampoco es británico: el prototipo fue la fragata
danesa de la clase Ivar Huitfeldt; tres barcos de esta clase entraron en
servicio en la Marina Real Danesa en 2011. El buque es realmente interesante, de diseño modular, ensamblado a
partir de seis secciones independientes, cada una de las cuales
constituye una zona aislada con su propia unidad de ventilación y filtro
y accesos para el desplazamiento a otras zonas. Es muy prometedor para
operaciones en condiciones de contaminación atómica o bacteriológica.
Los buques daneses demostraron ser muy eficaces, respetando el
principio de "corte preciso y costuras firmes", además de resultar
económicos tanto en construcción como en operación. Es cierto que sus
dimensiones eran... decentes. El "Ivar Huitfeldt" se creó, a su vez,
sobre la base del buque de apoyo y control universal "Absalon", por lo
que el desplazamiento de la fragata danesa alcanzaba las 6 mil toneladas y
portaba una cantidad considerable de armas.
Los británicos redujeron considerablemente el diseño, por lo que
el Venture/Inspiration se volvió mucho más ligero y pequeño (casi 1000
toneladas de desplazamiento). Pero más pequeño significa más barato, así
que está claro.
Se espera que cada buque cueste alrededor de 250 millones de
libras (337,5 millones de dólares). Indonesia y Polonia ya han
seleccionado el diseño británico para modernizar sus armadas, lo que
aumenta el atractivo de la plataforma para la exportación y garantiza la
compatibilidad con las armadas aliadas. Los pedidos de exportación son,
sin duda, una gran ventaja para cualquier constructor naval. Los buques de la clase Vdokhnovenie están diseñados para
operaciones generales, como seguridad marítima, ayuda humanitaria, lucha
contra la piratería y escolta. La redacción es bastante vaga,
especialmente en lo que respecta a la seguridad marítima, pero
comparemos una fragata con otra. Sobre todo porque tienen todas las
posibilidades de encontrarse en algún punto "en la casilla 36-80" o
cerca.
Dimensiones : "Almirante Gorshkov"/"Inspiración".
Desplazamiento total (t): 5400/5700.
Eslora (m): 135/139.
Manga (m): 16,4/17,1.
Características de propulsión:
Velocidad máxima (nudos): 29,5/28.
Velocidad económica (nudos): 14/14.
Autonomía de crucero a velocidad económica (millas): 4/500 (estimada).
Por ahora, cuestionaremos la autonomía del buque británico; las
pruebas lo demostrarán, y cualquiera podrá hacer cálculos aproximados.
Pero los buques realmente tienen diferentes plantas motrices.
El Gorshkov tiene un CODOG, una planta de energía marina combinada
de turbina diésel y gas, en la que el diésel y la turbina de gas operan
en un eje de hélice, pero no se prevé la posibilidad de su operación
simultánea.
El CODOG utiliza un motor diésel de baja potencia y alta
eficiencia de combustible para un funcionamiento económico y una turbina
de alta potencia para un funcionamiento máximo. La caja de engranajes
permite que cualquiera de los motores opere en el eje, pero no ambos al
mismo tiempo. Esto elimina la necesidad de mecanismos de transmisión
complejos y potencialmente poco fiables, como con el sistema CODAG. Sin
embargo, se requiere una turbina de velocidad completa más potente en
comparación con el sistema CODAG.
La fragata británica tiene CODAD, un esquema con dos diésel que
funcionan a través de una caja de engranajes en una hélice. Por lo
tanto, el Vdokhnovenie tendrá cuatro diésel Rolls-Royce que hacen girar
una hélice de paso variable.
¿Cuál esquema es mejor? El ruso es más engorroso y pesado, pero,
curiosamente, más simple que el británico. Si una de las unidades se
avería, el barco puede llegar a la base con dificultad, "con su palabra
de honor y con una sola hélice", pero la avería de una compleja caja de
cambios en un barco británico lo convierte en un "Zumwalt".
Los británicos se enorgullecen del alto nivel de automatización,
gracias al cual pudieron reducir considerablemente la tripulación. Y los
recursos del barco permiten, por ejemplo, llevar a bordo un par de
pelotones de marines. Polémico y cierto hasta la primera llegada
importante, cuando es necesario extinguir, remendar, reemplazar a los
heridos, etc.
Armas electrónicas
Para comparar y evaluar la potencia y las capacidades de los
buques, se necesitarán un par de artículos, ya que las fragatas están
repletas de todo. Anschütz Warship y Thales son reconocidos fabricantes
de electrónica naval, mientras que los alemanes suelen reivindicar el
liderazgo en la producción de equipos de comunicación para puentes, así
que aquí todo está en orden.
Sorprende la ausencia total de mención de que la fragata británica
cuente con equipo hidroacústico. Si bien el Gorshkov cuenta con un
sistema hidroacústico Zarya-3 y un sonar remolcado Vinyetka-EM, aún no
se ha anunciado la disponibilidad de dicho equipo en el Vdokhnovenie.
Resulta muy interesante cómo y qué instalarán los británicos en su
fragata, ya que dejar a un buque de guerra de esta clase sin la
capacidad de realizar misiones de búsqueda submarina es, como mínimo,
extraño.
Artillería
El Gorshkov cuenta con un montaje de artillería A-192M Armat de
130 mm con un alcance de disparo de hasta 22 km y una cadencia de tiro
de 30 disparos por minuto. El práctico sector de disparo circular (170
grados) permite un buen manejo del arma en caso necesario.
El «Inspiration» (que todos observaron con entusiasmo) está armado con un cañón automático de 57 mm de «Bofors». El cañón se controla remotamente mediante la computadora de
control de tiro, pero, como último recurso, la tripulación también puede
controlarlo manualmente mediante los paneles de instrumentos ubicados
en el cañón. El alcance máximo de disparo es de 17 km y el alcance
efectivo, de 8,5 km. La cadencia de tiro de la versión Mark 3 alcanza
los 320 disparos por minuto.
En general, ambos cañones son muy buenos, pero están diseñados para propósitos ligeramente diferentes.
Armas auxiliares
El "Gorshkov" lleva dos "Palash" a bordo, instalados a ambos lados
del hangar de helicópteros. Los "Palash" son dos cañones AO-18KD de 30
mm y seis cañones, con una cadencia de fuego de 5 disparos por minuto,
es decir, 000 disparos por minuto para dos cañones. El alcance de tiro
es de hasta 10 km y la carga de munición es de 000 disparos por cañón,
es decir, 4 en total.
Dado que el Palash es un sistema de artillería antiaérea (ZAK),
inicialmente no fue muy bien recibido en la armada. Sin embargo, con la
llegada de los drones
, un conjunto de cuatro cañones de seis cañones para uso marítimo y
aéreo resulta prometedor. Es decir, habrá una oportunidad de
contraatacar.
Es posible y necesario comparar las capacidades de varios sistemas
de combate, pero lo cierto es que el Palash no es inferior, e incluso
superior en algunos aspectos, a los AK-306 y AK-360 habituales. Sin
embargo, este es un tema para otra conversación. Solo quisiera añadir
que el Palash ZAK no tiene radar de guía propio, utiliza datos del radar
Poliment-Redut y no interfiere con otros radares. Esto tiene sus pros y
sus contras.
Para lo que pasará por el "Broadswords", la fragata rusa cuenta
con dos cañones "Zhal" - Vladimirov MTPU de 14,5 mm. Su eficacia es muy
cuestionable, ya que el guiado es exclusivamente manual, pero en
nuestros tiempos, mejor que nada.
¿Qué tienen los británicos?
Y está el Bofors 40 Mk4, el cañón más reciente de BAE Systems.
Calibre 40 mm, alcance de disparo de hasta 12,5 km. Cadencia de tiro:
300 disparos por minuto. El buque contará con dos de estos cañones. Como última opción de armamento,
la fragata británica cuenta con cuatro ametralladoras de 7,62 mm. No se
especifica la marca, solo su presencia en la lista. Su valor solo se
puede determinar conociendo el tipo de ametralladoras, y podría incluir
cualquier tipo de la extensa nomenclatura de la OTAN.
Pasemos al armamento de misiles.
Armamento de misiles tácticos.
Por así decirlo, el calibre principal de los buques. El Gorshkov
cuenta con el esperado complejo de tiro naval universal 3S14 (UKSK),
desde el cual se puede lanzar todo el armamento de misiles moderno
disponible para la flota: misiles 3M55 Oniks, todos los misiles de la
familia Kalibr-NK y misiles 3M22 Zircon. 16 celdas en los primeros
cuatro buques; a partir del quinto (Almirante Amelko), habrá 32 celdas. El "Vdohnovenie" cuenta con 32 celdas del sistema de lanzamiento
vertical Mark 41. Por un lado, su versatilidad permite integrar
cualquier componente de la nomenclatura de la OTAN en las celdas del
Mark 41; por otro, la competencia entre misiles de ataque y defensivos
comienza. Se anuncia el uso de misiles barco-aire de corto alcance Sea
Ceptor. La cantidad de misiles disponibles depende de la configuración
de la misión. En teoría, también podrían aparecer misiles "Tomahawk",
aunque los buques británicos de esta clase no han portado este tipo de
misiles antes.
Consideremos el promedio: 16 misiles antibuque y 64 misiles de defensa de corto alcance.
Pero con el Gorshkov, la situación es ligeramente diferente. Allí,
en la proa del buque, frente al UKSK, se colocaron los Redut, cuatro
módulos con 8 celdas. Cada celda del complejo puede albergar un misil
antiaéreo guiado de mediano alcance 9M96, un misil de largo alcance
9M96M o un módulo con cuatro misiles 9M100 de corto alcance.
Por lo tanto, la munición total del sistema de misiles antiaéreos
puede oscilar entre 32 y 128 misiles en 32 celdas. Aunque lo más
efectivo sería colocar 8 misiles de largo alcance, 8 misiles de mediano
alcance y 64 misiles de corto alcance. Esto ya constituye una defensa
escalonada decente contra cualquier ataque aéreo.
En general, el Gorshkov tiene una ventaja considerable en salvas
de misiles, especialmente en las versiones con 32 celdas UKSK.
Sin embargo, también existe la cuestión de las armas
antisubmarinas. El Vdokhnovenie no ha declarado ninguna. Y debe
entenderse que las fragatas o bien ignorarán por completo lo que
sucederá bajo el agua, o bien se equiparán con algo más adelante, y,
como es fácil suponer, a expensas de las celdas de lanzamiento
existentes.
En este sentido, el Gorshkov vuelve a estar por delante, ya que
dispone tanto de equipo hidroacústico como del complejo antisubmarino
Paket-NK, con cuatro lanzadores a cada lado, desde los que es posible
enviar un torpedo a un submarino enemigo, así como antitorpedos a los
torpedos enemigos ya lanzados. Aviación.
El armamento es prácticamente el mismo: un helicóptero en el hangar, y
ambos buques cuentan con hangares y plataformas de recepción. Sin
embargo, en el caso del Almirante Gorshkov, se trata de un Ka-27PL o un
Ka-31, en general, aparatos que no son de primera calidad. El papel de
la aeronave de cubierta para el Vdokhnovenie probablemente lo
desempeñará el AgustaWestland AW159 Wildcat, un aparato unos veinte años
más joven que los helicópteros rusos. Aquí hay una interesante comparación entre la fragata británica
más reciente y su homóloga rusa. Nadie se atrevería a llamar antiguas a
las fragatas del Proyecto 22350; son buques bastante modernos, realmente
capaces de realizar una amplia gama de misiones de combate. Y así es
como los vemos.
Por supuesto, si el gobierno del Reino Unido considera que el
programa Tipo 31 es clave para garantizar la sostenibilidad de la
industria de defensa y el desarrollo económico, entonces no tienen
adónde ir; construirán las Vdokhnoveniyas, no tienen adónde ir.
El secretario de Defensa del Reino Unido, Luke Pollard:
Este
buque representa no solo lo último en tecnología naval, sino también el
legado perdurable de la construcción naval británica. El HMS Venturer
desempeñará un papel crucial en la disuasión y la proyección de poder,
además de generar empleo en todo el Reino Unido.
Steve Renyard, líder del equipo Tipo 31 en DE&S:
Este
despliegue marca el ritmo para el resto de la flota y demuestra su
dinamismo. El HMS Venturer es la vanguardia de la flota que operará en
todo el mundo, mejorando la seguridad marítima y cumpliendo los
compromisos de la alianza.
Comodoro Chris Cozens, oficial naval superior a bordo del HMS Venturer:
Desde
la colocación de la quilla hasta su botadura, nuestro equipo ha
presenciado el nacimiento de una nueva generación de buques de guerra.
Ahora esperamos con ilusión su entrada en servicio, donde contribuirá
directamente al poder marítimo global del Reino Unido.
Ya lo entiendes: en primer plano, se aprecia la alegría por lo
genial que es este barco y lo maravilloso que será cuando todas las
fragatas de la serie estén en servicio. Y en segundo plano, se ven
empleos y ganancias. No, todo tiene sentido, pero... Pero este no es el
mejor ni el más moderno barco. Se mire como se mire, es muy inferior en
capacidades a la fragata rusa. Claro que, aunque desconozcamos algunos
detalles ocultos, según los datos publicados por los británicos, la
fragata no parece un medio para fortalecer el poder naval mundial.
Y más aún: una serie de cinco barcos.
¿Y cuándo estará lista esta serie? Recuerda, cuando se anunció por
primera vez la construcción de las fragatas Tipo 2015 en 31, se asumió
que el primer barco entraría en servicio en 2023. Éramos muy escépticos
sobre el momento y... lo gafeamos.
Con la llegada de la COVID-19, el cronograma se revisó en 2020,
con la botadura del primer buque prevista para 2023 y su plena operación
para 2027. El programa lleva actualmente un retraso de unos 15 meses,
pero hay margen para ponerse al día y tener el HMS Venturer operativo
para 2027-2028.
Babcock aún espera tener los cinco buques en servicio para el año
5, y es difícil decir si se trata de arrogancia o de cálculo. Las obras
del tercer buque comenzarán en las 20:30 horas siguientes a la botadura
del Inspiration, pero no merece la pena fijarse en él; hay que prestar
atención al primero, o mejor dicho, a la rapidez con la que entre en
servicio.
En este caso, como saben, el poder naval británico no tiene nada
que ver. Es cuestión de dinero. En general, el Proyecto 31 fue bastante
arriesgado desde el principio: construir una serie de fragatas con un
presupuesto extremadamente limitado de 250 millones de libras esterlinas
por buque era, sin duda, un riesgo. Incluso teniendo en cuenta que el
coste no incluía algunos tipos de armas y sensores producidos en los
arsenales estatales del Reino Unido, los constantes aumentos de precios y
los giros a la derecha pesaban como una espada de Damocles sobre los
buques.
Pero si bien los plazos no se cumplían, en términos de precio eran
bastante acertados. Y aquí, naturalmente, se abrieron ciertas
oportunidades para las importaciones. Como dice el refrán, "bueno,
podrían haberlo dicho de inmediato", y qué se puede ocultar si el propio
director ejecutivo de Babcock Marine, Sir Nick Hein, admitió que,
además de los contratos ya firmados para 10 buques (5 para la Marina
Real Británica, 2 para Indonesia y 3 para Polonia), para 2031 sería
deseable construir (para otros) o encargar (para la Marina Real
Británica) 31 unidades del Tipo 31 en todo el mundo.
En realidad, eso es todo. Muchas palabras bonitas, declaraciones
contundentes, pero en realidad, la fragata tiene capacidades muy
reducidas, pero un precio simplemente magnífico.
Y a nadie le importará que la fragata rusa gane por nocaut técnico
simplemente porque tiene más misiles y un cañón de mayor calibre. Lo
que el "Proyecto 055" chino le hará a la "superfragata" británica... me
callo, será un desastre.
Y es difícil predecir cómo estas cinco fragatas podrán mejorar
radicalmente la situación en la Marina Real Británica. El núcleo de la
flota está formado por los destructores de defensa aérea clase Daring
(Tipo 45), cuyo punto fuerte es su neutralidad de género (ambos sexos
pueden servir cómodamente en ellos), y ya se ha hablado tanto de sus
debilidades que simplemente no quiero repetir esta larga lista. Los barcos resultaron ser tan "hermosos" que, en diciembre de
2020, el Secretario de Adquisiciones de Defensa, Jeremy Quinn, anunció
que, según los planes actuales, los destructores Tipo 45 serían dados de
baja entre 2035 y 2038. Es decir, en 10 años, Gran Bretaña empezaría a
perder sus buques más potentes y, en 13 años, los destructores por
completo.
Considerando que los destructores entraron en la flota entre 2010 y
2013, y que luego fueron dados de baja tras 10 años de servicio, sí,
esto solo podía hacerse con barcos muy "buenos".
Sigamos adelante. Fragatas Tipo 23. La situación no mejora allí; los barcos estuvieron en servicio
entre 1990 y 2002. De los 13 buques, dos fueron dados de baja por
completo y uno dejó de ser revisado, aparentemente conscientes de la
inutilidad de esta tarea. En total, quedan 10 barcos, la mitad de los
cuales, es decir, 5, tienen más de 30 años.
Es decir, en 10 años, solo quedarán 5 (!!!) fragatas de avanzada
edad de los buques de combate de superficie. No consideraremos a los
dragaminas ni a los buques de patrulla costera como buques serios.
Gran Bretaña no tiene poder para gobernar los mares. Los mares están gobernados precisamente por cruceros, destructores
y fragatas, capaces de brindar seguridad a grandes canales flotantes
con cubiertas planas. Sin una escolta, estas majestades son presa fácil
de esos mismos submarinos, y el más miserable submarino diésel-eléctrico
hundirá al mismísimo Príncipe de Gales.
Precisamente por eso los funcionarios de seguridad británicos
están tan contentos hoy: dada la pesadilla total con los buques de
superficie, cuando una potencia marítima no puede enviar más de un
destructor a participar en los programas de la OTAN, los cinco barcos
prometidos son algo significativo a cambio de nada.
Será muy interesante ver cómo será la Marina Real Británica dentro
de diez años. Me pregunto si los portaaviones habrán sido desmantelados
para entonces, o si los turistas se estarán tomando selfis con los
oxidados monstruos de dos jorobas al fondo.
Hace mucho tiempo, en 1740, Thomas Arne y James Thomson
escribieron ese mismo himno sobre cómo Gran Bretaña domina las olas y
los británicos nunca serán esclavos. Hoy, ni siquiera quiero imaginar
cómo será para ellos en el más allá, a la luz de lo que está sucediendo.
En cuanto a la libertad de los británicos, esa es otra historia,
difícil de pronunciar, pero con las olas, es aún más triste. En
realidad, estamos hablando de la lucha por preservar la construcción
naval británica y, a través de ella, la flota británica.
Todo es posible, cualquier escenario. Pero por ahora, es muy difícil decir "Rule Britannia" sin sonreír.