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miércoles, 24 de septiembre de 2025

Perú: Los monitores peruanos

Los monitores americanos


La historia del Atahualpa y el Manco Capac




USS Oneota, luego Manco Capac

Por Juan del Campo Rodriguez - Lima, Peru

Aún no queda muy claro por qué en 1868 el gobierno del Perú insistió en adquirir dos viejos monitores de la guerra civil estadounidense y quien fue la persona que impulsó dicha transacción. Unos años antes, en 1862, el Perú había intentado comprar algunos monitores diseñados por el ingeniero sueco-americano Juan Ericsson, pero ello no fue posible porque el gobierno de Abraham Lincoln, en razón de la guerra civil, había suspendido la venta de material de guerra a terceros países.

A mediados de 1866 el Perú nuevamente intentó adquirir un par de monitores estadounidenses al parecer con el propósito de utilizarlos en su guerra contra España, siendo el objetivo inmediato atacar la colonia española de Cuba, partiendo de puertos estadounidenses, posiblemente Nueva Orleans o Florida. Pero para 1868, la guerra había concluido y ya no existía razón para adquirir dichos barcos.

Como se ha visto en otros capítulos, el Perú fue muy cuidadoso en la selección de sus naves de guerra, la mayoría de las cuales eran nuevas y sofisticadas, construidas expresamente para su marina. En esta oportunidad la decisión de finiquitar la transacción, iniciada durante el gobierno del Presidente Pardo, fue hecha durante la administración del Presidente José Balta.

Obviamente una razón pudo haber sido el hecho que los norteamericanos tenían una excelente reputación construyendo barcos de guerra, y ningún país del mundo, con la excepción de Gran Bretaña o Francia, podía igualar su experiencia. Sin embargo, comprar dos monitores, diseñados en principio para operaciones en aguas y calmadas, particularmente ríos, para ser utilizados en operaciones de alta mar, es algo difícil de comprender. Al parecer nadie habría tomado en cuenta el hecho que durante la guerra civil norteamericana dos monitores se hundieron cuando intentaron ejecutar pases a través de océanos abiertos.

El primer monitor, el “Monitor”, fue diseñado por Ericsson como un medio para contrarrestar al blindado confederado (el CSS “Virginia”, ex “Merrimack”), que intentaba desafiar el bloqueo de sus puertos por parte de la marina federal. También prestó invalorables servicios al atacar posiciones fortificadas en la costa. El “Monitor” fue el primer barco en utilizar una torre con cañones. La mayoría de monitores que se construyeron posteriormente fueron igualmente diseñados por el señor Ericsson y utilizaron una torre de su invención. Los monitores de Ericsson fueron construidos de hierro, con una superficie plana, de escasos centímetros sobre el agua, provistos de torre blindadas, que eran la única porción visible de la nave, además de los tubo de ventilación y las chimenea de vapor.


U.S.S. Monitor Canonicus carbonenando desde una goleta - James River, VA

Durante la guerra de secesión, Ericsson y otros ingenieros diseñaron monitores de río y para defensa de costa. De estas clases, se desarrollaron seis nuevos modelos de monitores. Estos fueron los Passaic, Canonicus, Milwaukee, Casco, Miantonomoh Kalamazoo

Los monitores Canonicus, que son los que nos interesan mas en este relato, fueron una versión mejorada de los blindados de la clase Passaic. Nueve barcos de esta clase fueron construidos en diferentes astilleros: El Canonicus, Saugus, Tecumesh, Manhattan, Mahopac, Wyandotte, Ajax, Catawaba y el Oneota. Este modelo tuvo cambios significativos con respecto al Passaic, incluyendo un mayor blindado, baterías uniformes y el reforzamiento de la armadura de la base de la torre. Los Canonicus desplazaban 2,100 toneladas, tenían una motor de 350 caballos de fuerza y podían navegar a una velocidad teórica de 8 nudos, que en la práctica jamas lograron alcanzar. Estaban protegidos por un blindado de tres pulgadas, que se incrementaba a cinco pulgadas en las partes vitales de la nave. Estaban armados con dos potentes cañones Dahlgren de quince pulgadas, montados sobre una torre blindada con diez pulgadas de coraza. Podían albergar a una tripulación de 100 hombres

Cinco de estos nueve monitores vieron acción durante la guerra civil estadounidense. El Canonicus operó en el río James y posteriormente fue utilizado para bloqueos y ataques al Fuerte Fisher; el Saugus prestó servicio en el río James y durante el asalto a Wilmington; el Tecumesh operó en el río James y posteriormente en el Golfo de México. Fue destruido por efecto de las minas en la bahía de Mobile el 5 de agosto de 1864; el Manhattan operó también en el Golfo de México y ejecutó ataques en la bahía de Mobile; el Mahopac participó en los ataques a Charleston y Wilmington, y también ejecutó operaciones en los ríos James y Appomattox. Por su parte el Wyandotte, el Ajax, el Catawaba y el Oneota, jamás fueron comisionados.

El Catawaba y el Oneota habían sido construidos por la empresa Alex Swift & Co and Niles Works en Cincinnati, Ohio, luego de un contrato suscrito con la marina de los Estados Unidos en setiembre de 1862. El Catawaba fue lanzado el 13 de abril de 1864, mientras que el Oneota lo fue el 21 de mayo del mismo año. Ambos fueron completados el 10 de junio de 1865, pero como la mayoría de las naves sobrevivientes de la guerra civil, fueron destacadas a la reserva y permanecieron en esa condición sin brindar ningún servicio, hasta que fueron dados de baja. Luego de permanecer casi dos años en un deposito, el gobierno estadounidense los revendió a Alex Swift & Co and Niles Works.

Casi inmediatamente la compañía norteamericana ofreció las naves a cualquier nación interesada en adquirirlas, cual fue el caso del Perú, que oficialmente los compró el dos de abril de 1868. Fue una transacción desafortunada por la cual se pagó una suma enorme, no sólo por el precio de los monitores, sino por la obligada adquisición de dos transportes, el Marañón y el Pachitea, para que los remolcaran al Perú, así como los gastos de viaje y provisiones, que, en conjunto, superaron el millón de dólares, monto bastante significativo, más aun si se le compara por el precio que Chile pagó a la empresa británica que construyó los potentes acorazados Cochrane y Blanco Encalada unos años después, es decir, US$ 800,000.


Catawaba / Atahualpa

Los peruanos rebautizaron al Oneota como “Manco Capac” y al Catawaba como “Atahualpa”, en honor al primer y último inca del Tanhuantisuyo, respectivamente. Unos meses después de la transacción, tripulaciones peruanas al mando de los comandantes Camilo Carrillo y Juan Guillermo Moore fueron enviadas a los Estados Unidos para traer los barcos a casa.. Los monitores partieron finalmente hacia el Perú desde Nueva Orleans a inicios de enero de 1869, remolcados por el Marañón y el Pachitea. El viaje desde ese puerto estadounidense hacia el Callao duraría nada más y nada menos que 15 largos y difíciles meses, pues la autonomía de viaje de los barcos era de sólo 5 días. El día que los monitores zarparon hacia nuestro país la prensa norteamericana escribió: “Ahí van los peruanos, en sus ataúdes de hierro”, y ello porque la superficie de los monitores se encontraba apenas a doce pulgadas sobre el agua.

No tomó mucho tiempo a los oficiales peruanos entender que los monitores no habían sido la mejor opción y muchos de ellos consideraron el largo viaje dentro de los “ataúdes” como el más peligroso de sus carreras. Al respecto, un historiador peruano escribió: “No ha existido jamás un viaje tan arriesgado en la historia naval”.

Los monitores recién arribaron al Perú en junio de 1870.

Quizás si los monitores hubieran sido utilizados en los ríos amazónicos del Perú posiblemente se hubieran desempeñado mejor, pero desplazarlos en las bravas costas del Océano Pacífico fue un terrible error. Se deterioraron en pocos años y cuando se declaró la guerra con Chile en abril de 1879, ambos monitores se encontraban en malas condiciones. El Atahualpa casi ni se podía mover y el Manco Capac apenas alcanzaba una patética velocidad de 3.5 nudos

Al inicio de la guerra los chilenos temían más a los monitores, pero sus temores carecían de base, pues dichas embarcaciones se habían convertido en baterías flotantes para defensa de puerto en razón que ya no estaban en capacidad de ejecutar operaciones en alta mar. En mayo de 1879, la Primera División Naval peruana, bajo órdenes del comandante Miguel Grau zarpó del Callao hacia el puerto de Arica, en el sur, llevando consigo al Atahualpa y al Manco Capac, que formaban parte de la Segunda División Naval. Sin embargo, tal era la condición del Atahualpa, que, apenas a unos kilómetros de distancia, a la altura de la isla de San Lorenzo, sus motores colapsaron y el monitor debió ser arrastrado de vuelta al Callao, donde permaneció hasta enero de 1881. Una vez en Arica, el Manco Capac, comandado por el capitán José Sanchez Lagomarsino, fue comisionado como batería movil para proteger el puerto de los ataques de la escuadra chilena. Sus dos cañones Dahlgren de 15 pulgadas, que podían disparar proyectiles de 500 libras, probarían ser un arma mortal. . El 27 de febrero de 1880, Arica fue atacada por dos barros de guerra chilenos: el capturado blindado Huáscar y la corbeta de madera Magallanes. El Manco Capac, acompañado por la lancha torpedera Alianza, salió del muelle para presentar combate contra el Huáscar. Los dos blindados se enfrascaron en un fiero duelo naval a distancias tan cortas como 200 metros. A mitad del combate, un proyectil del Manco Capac dio a boca de jarro en la torre del Huáscar, causó una terrible explosión y mató a su comandante, el capitán Manuel Thomson y a varios tripulantes. El barco quedó fuera de combate y tal fue el temor a los cañones de 15 pulgadas del monitor que durante los próximos cuatro meses ni un solo disparo fue intercambiado entre la escuadra chilena que bloqueaba el puerto y sus defensas.

El 6 de junio de 1880 el ejército chileno bombardeó Arica. El Manco Capac respondió los fuegos y uno de sus potentes proyectiles impactó en el blindado Cochrane causandole severos daños y algunas bajas. Otra de las granadas del monitor dio en la goleta Covadonga, dañando su línea de flotación y forzándola a retirarse del combate. Al día siguiente la infantería chilena capturó Arica luego de un sangriento combate que costó más de 1,500 bajas en ambas partes, por lo que el comandante del monitor, José Sánchez Lagomarsino lo hundió para impedir su captura. Aquel fue el final del Manco Capac, cuyo casco aun existe y se conservaría intacto.

Unos meses después, en el Callao, los peruanos también hundieron el Atahualpa conjuntamente con el resto de la flota, luego de las batallas de San Juan y Miraflores (16 de enero de 1881) y antes que la capital fuese ocupada por el ejército chileno. Según algunas versiones ese mismo año el Atahualpa habría sido reflotado por los chilenos, utilizado como pontón y finalmente dado de baja y desarmado en 1910.
 
Arriba, fotografía del monitor de la clasa Canonicus USS "ONEOTA", posteriormente vendido al Perú y rebautizadocomo "Manco Capac", en honoral fundador del imperio de los Incas. Abajo, fotografía de 1980 con algunas reliquías extraídas del monitor peruano, que se encuentra hundido a la altura de la isla del Alacrán, en Arica (foto, cortesía del ciudadano chileno don Cristian Vera). 


sábado, 19 de julio de 2025

Guerra de Secesión: El Monitor, su comandate y el Instituto Naval

Con Worden en el Monitor... y más allá


Después de servir al mando a bordo del primer acorazado de la Marina de los EE. UU., dos héroes de la Guerra Civil y otros 13 oficiales formaron una sociedad que continúa dando forma a los Servicios Marítimos en la actualidad.

Por el teniente comandante Thomas J. Cutler, Marina de los EE. UU. (retirado)

Historia Naval || Volumen 36, Número 2 || US Naval Institute






John Lorimer Worden se convirtió en guardiamarina de la Marina en 1834 y pasó las siguientes décadas en tierra y mar, incluyendo su servicio durante la guerra con México (1846-1848). Mientras la nación se encaminaba inexorablemente hacia la guerra civil, el teniente Worden recordó que el Secretario de la Marina "quería que fuera de inmediato a Pensacola con despachos para el capitán Henry A. Adams", instruyéndole a reforzar el vulnerable Fuerte Pickens. Muchos oficiales eran sospechosos de simpatizar con el Sur; Worden fue elegido por su incuestionable lealtad a la Unión. Con la paz desmoronándose rápidamente, pero la guerra aún no había comenzado, Worden viajó uniformado por varios estados del Sur y entregó su mensaje según las órdenes. Luego emprendió el viaje de regreso a Washington, pero dos días después del inicio de las hostilidades con el bombardeo de Fuerte Sumter, Worden fue bajado del tren en Montgomery, Alabama, entonces capital de la Confederación, y encarcelado en la cárcel de la ciudad, donde permaneció prisionero durante los primeros siete meses de la guerra.

Finalmente liberado como parte de un intercambio de prisioneros, Worden fue contactado por el comodoro Joseph Smith, presidente de una junta de tres hombres previamente nombrados por el secretario de la Marina Gideon Welles para "investigar los planes y especificaciones que pueden presentarse para la construcción de barcos de vapor revestidos de hierro o acero". Para entonces, el primero de esos barcos estaba cerca de su botadura en Greenpoint , Nueva York, y pronto sería bautizado como Monitor . Combinaba tres revoluciones emergentes en tecnología: revestimiento de blindaje, propulsión a vapor y un cañón con torreta. Smith le dijo a Worden: "este barco es un experimento", y luego agregó: "Creo que usted es el hombre adecuado para comandarlo". A pesar de la insistencia de su esposa Olivia en lo contrario, Worden aceptó con entusiasmo.

Los planes preveían que el Monitor contara con una tripulación de 49 personas, incluyendo un comandante, un oficial ejecutivo, cuatro ingenieros, un oficial médico, un pagador y dos capitanes (en esencia, navegantes). El pagador William F. Keeler fue uno de los primeros seleccionados, y predijo que «si no me equivoco, [el capitán Worden] no dudará en someter nuestros costados de hierro a la prueba más severa que el más aguerrido pueda desear». Describió al segundo al mando del barco, el teniente Samuel Dana Greene, como «un joven... [con] cabello negro y ojos que traspasan a la persona y que, sin duda, cumplirá sus órdenes». Su evaluación de ambos hombres pronto se vería acertada.

Greene era realmente joven, estaba a punto de cumplir 22 años. Era de Maryland, se graduó séptimo de su clase en la Academia Naval de los Estados Unidos y servía en aguas asiáticas en el balandro de guerra Hartford cuando comenzó la guerra. Al llegar a Filadelfia tras un viaje de nueve meses de regreso a casa, pronto se ofreció como voluntario para servir en el Monitor . En ese momento de la guerra, la Armada de la Unión estaba al límite de sus posibilidades, con oficiales navales muy solicitados, lo que explicaba, al menos en parte, por qué un oficial tan joven fue asignado como oficial ejecutivo. El comodoro Smith comentó: «Hay mucha curiosidad y muchas conjeturas».

Los soldados alistados fueron seleccionados de entre un grupo de voluntarios, muchos con poca o ninguna experiencia naval. Algunos cambiaron de opinión y desertaron al llegar y ver la extraña embarcación que algunos habían descrito como una " caja de queso en una balsa", con su francobordo casi inexistente y todos los camarotes de la tripulación por debajo de la línea de flotación.

En marcha

En febrero de 1862, el Monitor fue trasladado al Astillero Naval de Brooklyn, donde fue puesto en servicio el 25. Nueve días después, el 6 de marzo, el Monitor abordó todas las líneas y se dirigió río abajo bajo una fría lluvia. John Ambrose Driscoll (quien estaba destinado a ser el último miembro vivo de la tripulación original) recordó: «Solo tristeza rodeó nuestra partida. El propio clima parecía burlarse de nosotros, siendo una de las mañanas más deprimentes que jamás había presenciado». Para mejorar su velocidad, el barco era remolcado ignominiosamente por un remolcador de la Marina, el Seth Low .

De camino al sur, hacia Hampton Roads, Driscoll recordó: «Con la excepción de unos pocos hombres en la torreta y en la timonera, todos estábamos en completa oscuridad, salvo por los tenues rayos de luz que nos daba una lámpara de aceite». La situación empeoró la noche del 7, cuando «el vendaval, que había amenazado todo el día, comenzó con fuerza». Las olas rompían contra las chimeneas de casi dos metros de altura y las correas de cuero que accionaban los sistemas de ventilación comenzaron a estirarse, provocando la falla de los ventiladores. El agua entró en cascada en el barco y las bombas también fallaron, obligando a la tripulación, muchos de ellos con graves mareos, a recurrir a bombas manuales.

Milagrosamente, el barco sobrevivió.

En la tarde del día 8, se aproximaba al cabo Henry, y su exhausta tripulación fue recibida por los sonidos de la batalla en curso. Al adentrarse en las aguas poco profundas de Hampton Roads, la tripulación vio los mástiles y las vergas de un buque de guerra de la Unión envueltos en llamas y pronto supieron que otro acorazado —este, reconvertido del buque de la Unión capturado, el Merrimac , y rebautizado como el buque confederado Virginia— había causado estragos entre los buques de guerra de la Unión, embistiendo y hundiendo al balandro de guerra Cumberland e incendiando la fragata Congress . La fragata Minnesota había encallado, y solo la bajamar evitó su destrucción mientras el Virginia se retiraba a aguas más profundas.

Mientras Worden anclaba el Monitor cerca del indefenso Minnesota , el teniente Greene recordó que «un ambiente de tristeza impregnaba la flota, y el aspecto pigmeo del recién llegado no inspiraba confianza entre quienes lo habían presenciado el día anterior». A medida que avanzaba la noche, los hombres del «pigmeo» se preparaban para la batalla que se avecinaba, que un testigo describiría como comparable a «David contra Goliat».

A menudo, por casualidad, ciertas personas se encuentran en el lugar y el momento adecuados para tomar decisiones o acciones que alteran profundamente el curso de la historia. En raras ocasiones, algunas personas ocupan dos puestos y reciben esas oportunidades. Tal fue el caso de John Worden (izquierda) y Samuel Dana Greene, a bordo del Monitor en 1862 y en la Academia Naval de los Estados Unidos en 1873. Crédito: Biblioteca del Congreso (izquierda); Comando de Historia y Patrimonio Naval (derecha).

Los concursantes

Con 78 metros de eslora, el Merrimac había sido uno de los buques más grandes de la Armada de la Unión. Ahora, como el Virginia , medía 79 metros de eslora —la eslora adicional se debía a la incorporación de un gran ariete en la proa—, en comparación con los 52 metros de eslora del Monitor . Más de mil toneladas de blindaje de 10 centímetros de espesor se habían incorporado a una ventana con lados inclinados que recorría el barco a lo largo, lo que llevó a algunos a compararla con la parte superior de un granero. De los laterales de la estructura sobresalían las bocas de diez cañones, cinco a cada lado.

El Monitor solo tenía dos cañones, pero eran Dahlgrens de ánima lisa de 11 pulgadas , de ocho toneladas cada uno, capaces de disparar un proyectil de 1300 libras a casi una milla. Estaban montados en una torreta móvil de unos 20 pies de diámetro, lo que les permitía disparar en cualquier dirección excepto directamente hacia adelante, donde se encontraba la timonera, el único otro saliente sobre la cubierta principal.

Los enfrentamientos del Virginia con los buques de la Unión sin blindaje el día anterior habían sido desiguales. En un momento dado, el Congress disparó una andanada de 32 cañones contra el acorazado. Un soldado en la orilla cercana pudo oír la potente explosión de los cañones, pero se sorprendió cuando la lluvia de proyectiles impactó contra el acorazado Merrimac [ Virginia ] sin causarle la menor lesión. El acorazado, en plena ofensiva, se había movido entre sus adversarios con impunidad.

Aunque tanto el Virginia como el Monitor eran acorazados, se diferenciaban en varios aspectos, como si fueran gladiadores luchando con diferentes arsenales. Debió de haber mucha incertidumbre entre ambas tripulaciones cuando el Monitor partió a la mañana siguiente y entró a toda velocidad en la arena para enfrentarse al Virginia que se aproximaba .

Duelo de hierro

El capitán del Monitor estaba en la timonera, observando a través de la estrecha rendija de proa, que Worden describió como el "mirador", dando órdenes al marinero Peter Williams, quien estaba al timón. Worden recordó más tarde:

En la gris madrugada, vimos acercarse un barco, que según nuestros amigos del Minnesota era el Merrimac . Soltamos amarras, pusimos en marcha la maquinaria y nos pusimos en marcha para encontrarlo a mitad de camino. Habíamos recorrido un largo camino para combatirlo y no teníamos intención de perder nuestra oportunidad.

John L. Worden fue el primer oficial al mando del USS Monitor , el primer acorazado de la Armada de los Estados Unidos, y el teniente comandante Samuel Dana Greene (sentado, a la derecha) fue su segundo al mando. Después de que Worden casi quedara ciego durante la batalla del Monitor contra el Virginia de la Armada Confederada, Greene tomó el mando del buque. Crédito: Biblioteca del Congreso

El Worden se acercó a su adversario por la amura de estribor, en un rumbo casi perpendicular a su quilla, reservando mi fuego hasta estar lo suficientemente cerca como para que cada disparo tuviera efecto. Continué acercándome hasta quedar a muy poca distancia, cuando modifiqué mi rumbo, paralelo al suyo, pero con las amuras en direcciones opuestas, y apagué el motor.

El teniente Greene estaba en la torreta y, cuando los dos barcos se acercaron, " ajustó la portilla, sacó el cañón y, apuntando deliberadamente, tiró de la cuerda de seguridad ". Y la guerra naval cambió para siempre.

Los dos barcos giraron en espiral uno alrededor del otro, intercambiando disparos durante un buen rato, sin que ninguno pudiera asestar un golpe mortal. Sus armaduras resistieron el terrible castigo que cada uno intentaba infligir al otro. Un testigo yanqui en la orilla cercana recordó más tarde que «el Monitor disparó cañonazos tras cañonazos , que los rebeldes respondieron con andanadas enteras, sin más efecto, al parecer, que el de tantas piedras lanzadas por un niño». Dentro de los acorazados, los disparos al impactar el metal no sonaban como piedras ; el estruendo dentro de ambos buques era casi insoportable, pues los disparos reverberaban por sus cascos con cámara de eco.

Las espirales se estrecharon cada vez más hasta que las dos naves quedaron una junto a la otra, disparando a quemarropa. Y los disparos seguían rebotando en la torreta giratoria del Monitor y en los costados inclinados del Virginia , causando solo abolladuras y un espantoso traqueteo. Era evidente que cada una había encontrado la horma de su zapato, pero ninguna pudo imponerse.

Mientras Worden le ordenaba al timonel: «Manténgala con el timón a babor muy pequeño, muy pequeño», se produjo un gran destello y un estruendo atronador cuando un proyectil enemigo impactó contra la timonera. Worden recibió gran parte del impacto de lleno en la cara, y sus ojos se llenaron de humo y pólvora ardiente. Se tambaleó hacia atrás, cubriéndose la cara con las manos, y exclamó: «¡Mis ojos! ¡Estoy ciego!». Con sangre manándole por todos los poros de la parte superior de la cara, lo llevaron a su camarote.

Greene fue llamado a la timonera, pero durante un tiempo, el marinero Williams, que había evitado lesiones graves, gobernaba el barco solo; sería condecorado con la Medalla de Honor por sus acciones. Greene tomó el mando y continuó la lucha.

Para entonces, los dos contendientes metálicos llevaban varias horas luchando, sin que ninguno de los dos barcos sufriera daños que lo incapacitaran. Nadie había muerto en ninguno de los dos barcos; solo Worden resultó gravemente herido. El Virginia había librado una batalla con barcos enemigos el día anterior; el Monitor también había librado una batalla contra las fuerzas de la naturaleza ese día. Como resultado, los hombres de ambos barcos estaban exhaustos y ambos habían gastado gran parte de su munición. Era hora de que esta batalla, aún indecisa pero histórica, llegara a su fin. El Virginia puso rumbo a Punta Sewell y el Monitor regresó a su fondeadero.

Las secuelas

Cuando Abraham Lincoln se enteró de que Worden se recuperaba en casa de un amigo en Washington, el presidente acudió rápidamente a la casa. Worden, con los ojos aún vendados, oyó la voz de Lincoln y dijo: «Señor Presidente, me honra mucho con esta visita». Lincoln hizo una pausa y luego dijo: «Señor, soy yo quien se siente honrado».

Worden nunca se recuperó del todo de sus heridas, sufriendo dolor crónico, ceguera y marcas faciales permanentes. Sin embargo, regresó al servicio militar al mando de otro acorazado, el Montauk , como parte del bloqueo que asfixiaba a la Confederación. A principios de 1863, hundió el buque pirata confederado Nashville y posteriormente participó en el ataque con acorazados a los fuertes que custodiaban Charleston.

Debido a su condición de subalterno, Greene fue relevado del mando del Monitor poco después de la batalla, pero continuó sirviendo como su oficial ejecutivo, participando posteriormente en la Batalla de Drewry's Bluff en el río James. Cuando el Monitor naufragó en un vendaval a 32 kilómetros del cabo Hatteras el día de Año Nuevo de 1863, Greene apenas sobrevivió tras ser rescatado a un bote salvavidas por el cirujano del barco. Posteriormente, sirvió en la cañonera Florida durante el bloqueo frente a Carolina del Norte y posteriormente navegó alrededor de Sudamérica y el Pacífico en el balandro Iroquois en busca del buque pirata confederado Shenandoah .

En una carta a sus padres, Greene reveló que su compañero de habitación en la Academia Naval, " Buttsy " [Walter R. Butt], había estado sirviendo en el Virginia durante la batalla, y agregó: "Nunca pensamos en la Academia que deberíamos estar disparándonos balas de 150 libras unos a otros, pero así es el mundo".

Una reunión

El destino quiso que John Worden y Samuel Greene se reencontraran una década después, cuando ambos fueron asignados a la Academia Naval de los Estados Unidos. Worden, para entonces contralmirante, había asumido el mando como superintendente y se le unió el entonces comandante Greene, quien se desempeñaba como jefe del Departamento de Astronomía, Navegación y Topografía.

El Instituto Naval de los Estados Unidos nació en la Academia Naval de los Estados Unidos en 1873, cuando 15 oficiales se reunieron en el Departamento de Física de la Academia "para organizar una Sociedad de Oficiales de la Armada con el propósito de discutir asuntos de interés profesional". Crédito: Archivo fotográfico del Instituto Naval de los Estados Unidos.

El año 1873 no fue una época feliz para los oficiales navales. En la década posterior a la Guerra de Secesión, mientras otras naciones habían aprendido las lecciones bastante obvias del duelo entre el Monitor y el Virginia y construían buques acorazados a vapor, la Armada estadounidense vendió o inmovilizó gran parte de la que había sido la segunda flota más poderosa del mundo. Además de los conceptos revolucionarios probados por los contendientes en Hampton Roads, se habían producido otros desarrollos tecnológicos navales con arietes, minas, torpedos y submarinos que fueron adoptados por muchas otras naciones. Sin embargo, la Armada estadounidense permaneció estancada y habría sido más apropiada para el servicio en la década de 1840. En 1873, durante el llamado Caso Virginius —una disputa diplomática entre Estados Unidos, el Reino Unido y España—, se hizo evidente, y alarmante, que ningún buque de la Armada estadounidense podría haber desafiado a un acorazado español que entonces ondeaba la bandera de su nación en el puerto de Nueva York.

Además de esta situación precaria, un sistema de ascensos de oficiales basado en la antigüedad, que tuvo el efecto de estancar los ascensos, había causado graves problemas de moral en el cuerpo de oficiales. Por lo tanto, no es de extrañar que un grupo de oficiales que prestaban servicio en la Academia Naval decidiera tomar medidas que algunos considerarían audaces e innovadoras, mientras que otros se preguntarían si se trataba de algo parecido a un motín.

En el crepúsculo del 9 de octubre de 1873, el sonido de botas de cuero sobre el empedrado convergió en uno de los salones académicos de la Academia Naval. Quince oficiales navales, con rangos que iban desde teniente hasta contralmirante, habían acudido para «organizar una Sociedad de Oficiales de la Armada con el fin de debatir asuntos de interés profesional».

No se sabe con certeza quién concibió la idea inicialmente, aunque hay indicios de que pudo haber sido el comodoro Foxhall Parker, quien sirvió en la Armada de la Unión durante la guerra mientras su hermano era superintendente de la Academia Naval de los Estados Confederados. Otro actor clave fue el teniente Charles Belknap, quien aparentemente organizó la primera reunión y posteriormente ejerció como secretario.

Worden (derecha) y Greene se reencontraron en la Academia Naval de los Estados Unidos una década después de servir a bordo del Monitor. Worden, para entonces contralmirante, era superintendente y se le unió el entonces comandante Greene, quien se desempeñaría como jefe del Departamento de Astronomía, Navegación y Topografía. Ambos se convirtieron en miembros fundadores del Instituto Naval de los Estados Unidos. Crédito: Biblioteca del Congreso

Es evidente que el contralmirante Worden presidió la reunión, acompañado por su antiguo compañero, el comandante Greene. El resto del grupo estaba compuesto por otro comandante, Edward Terry, el ingeniero jefe C. H. Baker, el director médico Philip Lansdale, el inspector de pagos James Murray, los capitanes de corbeta E. Harrington, J. E. Craig, Caspar F. Goodrich, P. H. Cooper y C. J. Train, el teniente Willard H. Brownson y el capitán de infantería de marina McLane Tilton.

Los miembros de este ecléctico grupo desconocían que estaban creando una organización verdaderamente única y duradera que brindaría un foro abierto e independiente para debates constructivos, aunque a veces críticos, sobre asuntos de gran importancia para los Servicios Navales y para la nación. Habían sentado las bases para dos importantes revistas que surgirían con fines informativos y de registro, así como para una editorial que proporcionaría libros de texto para la Academia Naval, así como guías y manuales que ayudarían a los profesionales de las fuerzas armadas en el desempeño de sus funciones y servirían como la principal fuente de historia naval entre todas las editoriales.

De esa reunión aparentemente inocua surgirían otras capacidades —como podcasts, blogs, canales de noticias y diversos simposios— que enriquecerían el foro de maneras que estos hombres, que aún dependían de la iluminación con gas y velas, no podrían haber previsto. Los concursos de ensayos y las historias orales se convirtieron en contribuciones importantes que enriquecieron aún más la misión, inicialmente definida como «el avance del conocimiento profesional y científico en la Armada», que posteriormente se amplió para incluir a los demás Servicios Navales y se añadió el término «literario».

La organización no tardó en consolidarse y el número de miembros aumentó. Para finales de año, se habían celebrado cuatro reuniones, y entre los nuevos miembros se encontraban figuras destacadas como Stephen B. Luce , de la Escuela de Guerra Naval, y el CRP Rodgers, entonces Jefe de la Oficina de Astilleros y Muelles y futuro superintendente de la Academia Naval en dos ocasiones.

Decidieron que su organización recién formada se llamaría "Instituto Naval de los Estados Unidos", un nombre ciertamente apropiado (si se asume que "naval" incluye el Cuerpo de Marines y la Guardia Costera), pero que a veces generaba confusión al hacer que personas externas asumieran que se trataba de una entidad gubernamental. El hecho de que se originara en la Academia Naval y que haya permanecido allí, en propiedad federal (con la aprobación del Congreso) durante sus casi 150 años de existencia, no ha hecho más que aumentar la confusión.

El primer número de las Actas del Instituto Naval de EE. UU. se publicó en 1874 e incluía "The 'Monitor' and the 'Merrimac'" del comodoro Foxhall Parker, que elogiaba a Worden y sus hombres, y el influyente "The Manning of Our Navy and Mercantile Marine" del comodoro Stephen B. Luce . Crédito: Archivos del Instituto Naval de EE. UU.

El grupo decidió reunirse por la tarde el segundo jueves de cada mes. También decidieron publicar The Papers and Proceedings of the United States Naval Institute , posteriormente abreviado, afortunadamente, como Proceedings . En el primer número se incluyó un artículo presentado por el comodoro Parker, titulado "El ' Monitor ' y el ' Merrimac '", que elogiaba a "Worden y a sus valientes hombres" y concluía con las palabras: "Que un país agradecido nunca permita que sus recuerdos se enfríen, y que sus nombres, inseparablemente ligados a algunos de los días más oscuros y, a la vez, más gloriosos de la República, sean recordados con reverencia por los hijos de nuestros hijos".

En ese mismo número, el artículo principal fue un trabajo presentado por el comodoro Luce en la reunión del 13 de noviembre titulado “La dotación de nuestra Armada y Marina Mercante”. Argumentando a favor de un sistema de formación de aprendices en la Armada y la Marina Mercante, el trabajo de Luce impulsó al Congreso a aprobar una legislación que apoyaba la formación de la marina mercante, los aprendizajes navales y la apertura de la primera escuela marítima estatal en la ciudad de Nueva York. Este fue solo el comienzo de importantes cambios iniciados por los debates en Proceedings . Durante los años siguientes, entre los contribuyentes al foro se incluyeron muchos cuyos nombres luego adornarían edificios y barcos: Alfred Thayer Mahan, Ernest J. King, Chester Nimitz, Arleigh Burke, Edward L. Beach y Elmo Zumwalt , por nombrar algunos. Pero de igual importancia fueron las contribuciones de aquellos de menor rango y prominencia, cuyas ideas, algunas de ellas revolucionarias, nunca habrían visto la luz del día sin el foro excepcionalmente independiente del Instituto Naval.

Tras casi un siglo y medio, la importancia del Instituto Naval está bien establecida. A pesar de su heterodoxia, es la envidia de las demás fuerzas armadas que no tienen una entidad similar, y continúa cumpliendo sus propósitos originales y muchos más. Muchos de sus vínculos con la Academia Naval se mantienen, pero se ven eclipsados en gran medida por su importancia como asociación militar independiente y profesional, cuya misión trasciende las afiliaciones políticas y apoya a quienes prestan servicio a través de sus libros, artículos, conferencias y contenido en línea.

Legado

En un momento de gran dramatismo en las aguas de Hampton Roads, John L. Worden y Samuel Dana Greene lucharon por la supervivencia misma de su nación. Gracias a sus acciones y a las de innumerables otros, una nación se salvó y se libró de un mal que amenazaba sus ideales. Años después, de una manera menos dramática, pero indudablemente importante, estos mismos dos hombres y otros 13 se reunieron en el ambiente contemplativo de un aula académica y, una vez más, cambiaron el curso de la historia.

Al crear un foro abierto e independiente donde el intercambio de ideas podía sitiar las fortificaciones que con demasiada frecuencia obstaculizan el progreso, animaron a quienes se atrevieran a "leer, pensar, hablar y escribir" para el bien de esa misma nación que aún se esfuerza por vivir a la altura de sus altos ideales. Estos dos hombres comprendieron la importancia de la espada y la pluma, que adornan la insignia del Instituto Naval, y con sus acciones contribuyeron a preservar y defender la nación a la que sirvieron desinteresadamente.

Fuentes

Robert M. Browning Jr., “The Last Union Survivor,Naval History 26, no. 2 (April 2012).

LCDR Thomas J. Cutler, USN (Ret.), “Duel of Iron,” Naval History 18, no. 4 (August 2004).

William C. Davis, Duel Between the First Ironclads (New York: Doubleday, 1975).

LT Samuel Dana Greene, USN, “Voyage to Destiny,” Naval History 21, no. 2 (April 2007).

COMO Foxhall Parker, USN, “The ‘Monitor’ and the ‘Merrimac,’” U.S. Naval Institute Proceedings 1, no. 1 (December 1874): 155–62.

John V. Quarstein, “The Monitor Boys,” Naval History 26, no 2 (April 2012).

Fred Schultz, “Influence and Relevance,” U.S. Naval Institute Proceedings 139, no 10 (October 2013).

CAPT Roy C. Smith III, USN (Ret.), “The First Hundred Years Are . . .” U.S. Naval Institute Proceedings 99, no. 10 (October 1973): 50–76.

Richard Snow, Iron Dawn: The Monitor, the Merrimac, and the Civil War Sea Battle that Changed History (New York: Scribner, 2016).

G. V. Stewart, “An Admirable Servant, Occasionally Obsequious,” U.S. Naval Institute Proceedings 74, no. 10 (October 1923): 1,199–211.

John L. Worden, Samuel Dana Greene, and H. Ashton Ramsay, The Monitor and the Merrimac: Both Sides of the Story (New York: Harper & Brothers, 1912).


jueves, 29 de mayo de 2025

El monitor circular Nóvgorod



El monitor ruso Nóvgorod: El barco circular


Craig Ryan || Naval Historia


El monitor ruso Novgorod, terminado en 1874, fue un buque de guerra revolucionario caracterizado por su distintivo diseño circular destinado a minimizar su perfil objetivo.

Equipado con dos potentes cañones estriados de 11 pulgadas alojados en una torreta giratoria, el barco fue diseñado para lograr la máxima potencia de fuego y un campo de ataque de 360 ​​grados.

Sin embargo, a pesar de su diseño innovador, el Novgorod enfrentó desafíos operativos significativos, particularmente en cuanto a estabilidad y velocidad, lo que limitó su efectividad en escenarios de combate.

Orígenes de Novgorod

El siglo XIX fue testigo de rápidos cambios en la guerra naval. Las paredes de madera de los buques de guerra tradicionales fueron reemplazadas cada vez más por hierro y acero. La llegada de la máquina de vapor alteró las estrategias navales, relegando la vela a un segundo plano.

 Las imágenes de Novgorod en 1873.

En medio de este tumultuoso contexto, Rusia se enfrentaba a un desafío singular. Dado que sus principales teatros de operaciones navales eran las aguas confinadas del Mar Negro y el Báltico, el país buscaba un buque capaz de ofrecer una potente potencia de fuego, ser relativamente invulnerable al fuego enemigo y navegar en aguas poco profundas y restringidas.

Se introduce el concepto de barco circular. La lógica era doble: un diseño circular minimizaría el perfil del blanco del barco, haciéndolo más difícil de alcanzar, y a la vez maximizaría el espacio potencial para cañones pesados. Este diseño circular no solo proporcionaría una plataforma de cañón estable, sino que teóricamente también tendría un calado reducido, ideal para aguas poco profundas.

 

El Novgorod

El Novgorod, puesto en quilla en 1871 y terminado en 1874, fue un auténtico fruto de este pensamiento poco convencional. Con un diámetro de unos 30 metros y un desplazamiento de unas 2500 toneladas, no se parecía en nada a los acorazados alargados de su época. La forma redonda del casco se complementaba con un calado reducido, de unos 4 metros.

El núcleo de la potencia de fuego del Novgorod residía en dos enormes cañones estriados de 28 cm, alojados en una torreta giratoria. Estos cañones podían causar daños considerables, y el diseño de la torreta permitía un campo de tiro de 360 ​​grados. El buque también contaba con motores de vapor que impulsaban seis ruedas de paletas, tres a cada banda. En teoría, esto le proporcionaría una buena maniobrabilidad.

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  El plano de cubierta del Novgorod.

El blindaje del Novgorod era formidable, con un cinturón de 23 cm de grosor en su punto más grueso. Su objetivo era acercarse a las fortificaciones costeras o a los buques enemigos, absorber el fuego enemigo y contraatacar con sus potentes cañones.
Historial operativo

El historial operativo del Novgorod fue, dicho sea de paso, decepcionante. Si bien la teoría tras el diseño del buque tenía sus méritos, su aplicación práctica dejaba mucho que desear.

Un problema importante era la estabilidad del buque. Contrariamente a lo esperado, la forma redonda del Novgorod lo hacía propenso a la inestabilidad en aguas turbulentas. Su movimiento de rotación sobre su eje a menudo hacía que los enormes cañones se alejaran del objetivo, lo que requería largos ajustes.

  El barco antes de su botadura.


Además, la propia forma diseñada para dificultar su impacto resultó ser un desafío para la propulsión. El Novgorod era lento, con una velocidad máxima de unos 6 nudos. Maniobrarlo resultó complicado debido a su tendencia a derrapar lateralmente. Esto lo hacía vulnerable ante buques enemigos más rápidos y ágiles.

A pesar de estos desafíos, el Novgorod sirvió en la Flota del Mar Negro y participó en la Guerra Ruso-Turca (1877-1878). Sin embargo, no participó en combates significativos. Con el paso de los años, desempeñó un papel más defensivo, actuando como una fortaleza flotante en lugar de un buque de guerra dinámico.

¿Cómo se llama hoy Novgorod?

Nóvgorod ahora se llama Veliky Nóvgorod. Veliky significa «grande», mientras que Nóvgorod significa «ciudad nueva». A pesar de su nombre, Veliky Nóvgorod es en realidad una ciudad rusa muy antigua. De hecho, Veliky Nóvgorod posee una rica historia que se remonta al año 859 d. C.


Legado

El Novgorod fue dado de baja a principios del siglo XX, y su legado ha recibido críticas diversas. Para sus detractores, se erige como un símbolo de una arquitectura naval defectuosa y un testimonio de los peligros de confiar demasiado en el diseño teórico sin las pruebas prácticas adecuadas. Argumentan que fue más un obstáculo que un activo para la armada rusa.

  Maqueta del Nóvgorod en el Museo Marítimo Internacional de Hamburgo. Imagen de Zandcee (CC BY-SA 4.0)

Sin embargo, es fundamental considerar el Nóvgorod en el contexto más amplio de la experimentación naval del siglo XIX. Todas las grandes potencias navales se enfrentaban a los desafíos que planteaban las nuevas tecnologías y los paradigmas cambiantes de la guerra naval. El Nóvgorod representa la audacia y la disposición de Rusia a pensar de forma innovadora.


sábado, 17 de febrero de 2024

Guerra de Secesión: Los encorazados del Mississippi

Cuando enormes monstruos de metal vagaban por el poderoso Mississippi

Coffee or Die




Cañonera encorazada Louisville en el río Rojo, una impresión a la albúmina sobre cartulina de McPherson & Oliver, ahora en la colección de la familia Liljenquist, Biblioteca del Congreso.

Durante la Guerra Civil estadounidense, enormes monstruos de metal deambulaban por el río Mississippi. Estos barcos, llamados encorazados, medían unos 50 metros de largo, llevaban 75 toneladas de blindaje en sus cascos y cubiertas, llevaban hasta 13 cañones y tenían tripulaciones de hasta 250 hombres.

Los siete encorazados de clase City, a veces llamados tortugas, eran los barcos más reconocibles de la flota, pero los trabajadores del norte también convirtieron algunos barcos de vapor existentes en buques blindados.

La Unión utilizó esta tecnología naval de vanguardia para atacar fuertes confederados en lugares como Fort Henry and Island No. 10 de Tennessee , y Vicksburg, Mississippi .

Pero estas batallas convencionales son sólo una parte de la historia más amplia del Escuadrón del Río Mississippi de la Unión.



“Captura de Fort Henry por cañoneras estadounidenses bajo el mando del oficial de bandera Foote, 6 de febrero de 1862 / JG; Middleton, Strobridge & Co. Lith. Cin. O.", una litografía de Middleton, Strobridge & Co. que representa a los encorazados St. Louis, Carondelet, Cincinnati y Essex en acción. Imagen de la Biblioteca del Congreso.

Como historiador de la Guerra Civil que ha estado investigando la armada fluvial de la Unión durante siete años, he aprendido que la flota era importante más allá de sus ataques a los fuertes del sur. Protegió los transportes y barcos de suministro de la Unión de las emboscadas confederadas. En el proceso, la marina de la Unión libró una guerra desagradable contra los sureños que apoyaban a los insurgentes.

La evidencia de esta guerra no convencional está oculta en las sombras de los archivos. Hay fragmentos de información esparcidos por los Documentos Oficiales de la Unión y las Armadas Confederadas , materiales de los Archivos Nacionales, colecciones de cartas y diarios de marineros y relatos de la posguerra.

Reuniendo este material fragmentario, creé una base de datos de 559 episodios separados en los que cañoneras atacaron un objetivo, los sureños dispararon contra un barco federal o hubo una pelea mutua. Luego trabajé con los expertos en mapeo de mi universidad para analizar los datos usando computadoras.

Como deja claro el mapa resultante, el combate entre cañoneras de la Unión y sureños se produjo en todo el teatro occidental de la Guerra Civil, pero también se concentró en algunas áreas importantes. Mi investigación también replantea nuestra comprensión de la Guerra Civil, pasando de las batallas conocidas a una guerra constante y demoledora que absorbió a miles de civiles.




Esta guerra de guerrillas irregular fue una improvisación que comenzó en serio en el verano de 1862. En ese momento, los encorazados y veloces arietes de la Unión habían aplastado a la miserable Flota Confederada de Defensa Fluvial en Memphis. Cuando los ejércitos del norte comenzaron a marchar por tierra hacia Vicksburg y otros lugares, dependieron de los barcos de vapor para abastecerse.

Los confederados crearon escuadrones de emboscada móviles que eran conglomerados de artillería y caballería y los enviaron a las costas del río Mississippi y sus afluentes para atacar los barcos de suministro de la Unión y las cañoneras encorazadas que los protegían.

Uno de estos grupos de emboscada era una mezcla de unos 250 hombres de la Tercera Artillería de Maryland y un escuadrón de caballería de Texas. Tenían cuatro cañones, incluido uno bautizado "Black Bess". El 3 de mayo de 1863, capturaron el Minnesota, un vapor que transportaba suministros de la Unión por valor de 40.000 dólares.

Confederados hambrientos subieron a bordo y encontraron “ harina, tocino, patatas, encurtidos de todo tipo , azúcar, café, arroz, jengibre, almíbar, queso, mantequilla, naranjas, limones, conservas, ostras enlatadas, whisky, vinos, mosquiteros [sic] , ropa, papelería, tabaco, etc., etc.” Después de devorar “una cena lujosa”, un miembro de la artillería recordó cómo los rebeldes compartían su comida extra con civiles comprensivos de la zona.

Los comandantes sindicales se dieron cuenta de que sus encorazados agrupaban a sus hombres en unos pocos botes, por lo que improvisaron y crearon una flota de hojalatas , también conocidos como "mosquitos". Estos barcos estaban ligeramente blindados, tenían una tripulación de unos 70 hombres, llevaban de seis a ocho cañones ligeros y podían ir a cualquier lugar porque tenían un calado de 30 pulgadas de agua.



El Cricket de hojalata (1863-1865) durante los últimos años de la Guerra Civil, con una barcaza a popa y un barco de vapor fluvial en la distancia. Tenga en cuenta el número de identificación (6) pintado en su cabina del piloto. Foto del cirujano asistente interino George Holmes Bixby, MD, director médico del barco hospital Red Rover, ahora en las colecciones del Comando de Historia y Patrimonio Naval.

A finales de 1862, la Unión puso en funcionamiento 17 Tinclads y equipó 74 cuando Robert E. Lee se rindió en 1865.

Las tripulaciones de los tinclads y otras cañoneras libraban un juego mortal de golpear al topo a lo largo de los ríos occidentales. Cada vez que aparecían rebeldes y atacaban un barco, la flota intentaba atacarlo.

Esta estrategia reactiva fracasó porque los rebeldes podían retirarse rápidamente a las zonas rurales del sur, por lo que el almirante David Dixon Porter ideó una nueva estrategia.

Dio a los comandantes de la Unión la autoridad para confiscar o destruir propiedades civiles, incluidos alimentos, animales, algodón, edificios y bienes personales. Porter tenía la intención de matar de hambre a los rebeldes privando de comida a los hombres y a sus caballos. También esperaba infligir castigos suficientes a los civiles para que retiraran su apoyo a los insurgentes.


David Dixon Porterc. 1862 fotografiado por Mathew B. Brady, ahora en la Galería Nacional de Retratos, Institución Smithsonian.

Los marineros de la Unión se apresuraron a cumplir las órdenes de Porter. Por ejemplo, cuando guerrilleros alineados con la Confederación cerca de Helena, Arkansas, mataron a un marinero del USS Cairo y casi capturaron a otro, la venganza fue rápida. El marinero sindical George Yost , que era un grumete de 14 años, informó que 40 marineros del barco desembarcaron en una plantación cercana y quemaron “todas las casas, graneros y todo lo combustible cerca del lugar del asesinato”.

Pero esos ataques punitivos a menudo se convirtieron en saqueos. Cuando el USS Cincinnati se detuvo en una plantación en el río Mississippi en marzo de 1863, los marineros desembarcaron y, tras ahuyentar al propietario, se llevaron 150 pollos, 600 libras de tocino, un toro, algunos gansos y un par de gallinas de guinea.

Según un marinero cuyas cartas se encuentran en el Museo de Historia de Buffalo , también se sirvieron ropa de cama, cuadros, vajilla, “etc. &C. &C. &C. &C. &C." – una clara implicación de que se llevaron todo tipo de pertenencias personales.


El encorazado Essex en Baton Rouge, Luisiana, una impresión a la albúmina de 1862 de McPherson & Oliver, ahora en la Biblioteca del Congreso.

Esta estrategia de agotamiento produjo resultados indiferentes. El escuadrón del río Mississippi no pudo sofocar la resistencia. Muchos civiles se mantuvieron leales a la Confederación y apoyaron a las guerrillas hasta que terminó la guerra.

Y como los barcos sólo patrullaban el agua, no podían ocupar la tierra y expulsar a los rebeldes. Pero la marina fluvial brindó suficiente protección a las líneas de suministro de la Unión para asegurar la victoria sobre el ejército confederado. El escuadrón del río Mississippi de la Unión no tenía que ganar la guerra; simplemente tenía que impedir que los rebeldes ganaran el suyo.


jueves, 8 de febrero de 2024

Monitor: HNLMS Schorpioen

 Monitor HNLMS Schorpioen




El HNLMS Schorpioen es un monitor de clase Schorpioen construido en Francia para la Marina Real de los Países Bajos en la década de 1860. Estos nuevos barcos estaban equipados con cañones pesados ​​de 23 cm (9 pulgadas) y un blindaje pesado. El casco tenía un cinturón blindado de 15 cm (6 pulgadas) y la torreta , que albergaba los dos cañones, tenía casi 30 cm (12 pulgadas) de blindaje.

Schorpioen en Den Helder, Países Bajos
Historia
Países Bajos
Nombre Schorpioen
Homónimo Escorpión
Constructor Forges et Chantiers de la Méditerranée, La Seyne-sur-Mer , Francia
Acostado agosto de 1867
Lanzado 18 de enero de 1868
Terminado 1 de octubre de 1868
Oficial 1868
Fuera de servicio 1 de abril de 1909
Reclasificado Como armatoste de alojamiento, 1 de abril de 1909.
Puerto base Helder
capturado mayo de 1940
Alemania
Adquirido mayo de 1940
capturado 8 de mayo de 1945
Destino Regresó a Holanda
Países Bajos
Nombre escorpión
Adquirido 8 de mayo de 1945
Recomisionado 18 de mayo de 1947
Fuera de servicio mil novecientos ochenta y dos
Afligido mil novecientos ochenta y dos
Puerto base Helder
Identificación
  • HW-5, 1947
  • A-882, 1954
Estado Barco museo , 1982
Características generales (tal como están completadas)
Clase y tipo Schorpioen -monitor de clase
Desplazamiento 2.175 toneladas métricas (2.141 toneladas largas)
Longitud 195,7 pies (59,65 m) ( p/p )
Haz 39 pies (11,9 m)
Borrador 15 pies 10 pulgadas (4,8 m)
Potencia instalada
  • 2225  caballos de fuerza (1659 kW)
  • 4 calderas
Propulsión 2 ejes, 2 máquinas de vapor
Velocidad 12 nudos (22 km/h; 14 mph)
Rango 1.030  millas náuticas (1.910 km; 1.190 millas) a 10 nudos (19 km / h; 12 mph)
Complementar 136
Armamento 2 × 1 - cañones de avancarga Armstrong de 9 pulgadas (229 mm)
Armadura
  • Correa : 3 a 6 pulgadas (76 a 152 mm)
  • Torretas : 8 a 11 pulgadas (203 a 279 mm)
  • Plataforma : 0,75 a 1 pulgada (19 a 25 mm)
  • Torre de mando : 5,7 pulgadas (144 mm)

Salió del astillero con dos mástiles de trípode y podía emplear unos 600 m 2 (6500 pies cuadrados) de velas, pero demostró ser un velero difícil y algunos años más tarde le quitaron los astilleros, los mástiles y las velas. Al igual que Buffel, sus enormes máquinas de vapor le daban una velocidad máxima de 13 nudos (24 km/h; 15 mph). Su arma de ataque era el arco puntiagudo , ligeramente diferente al de Buffel , pero nunca usó esta arma sobreestimada.

Registro de servicio

 
Schorpioen como barco cuartel, 1948

Al igual que Buffel , su historial no es muy impresionante. En 1886, Schorpioen fue alcanzado en la popa por un remolcador de vapor de paletas en el puerto de Den Helder y se hundió en dos horas. Fue posible criarla y repararla. En 1906 completó su función como buque de guerra operativo y se transformó en barco de alojamiento .

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial cayó en manos alemanas, fue remolcado a Alemania y sirvió allí como barco de alojamiento y almacenamiento. Después de la guerra, en 1947 fue encontrada en Hamburgo , Alemania y remolcada de regreso a Den Helder; nuevamente para convertirse en un barco de alojamiento, primero en Ámsterdam y luego en Den Helder, donde se convirtió en el cuartel del WRNS holandés. En 1982, tras su desmantelamiento , fue comprado por una fundación privada que se creó para transformarlo en un museo flotante en Middelburg , en el sur del país. Siete años más tarde, tras una completa renovación, abrió sus puertas a los visitantes, como barco museo .

En 1995, la Marina Real de los Países Bajos volvió a adquirir el barco y lo puso bajo la supervisión del Museo de la Marina Holandesa en Den Helder, donde ahora es el tercer y más grande barco en exhibición. En mayo de 2000, después de un período de renovación de dieciocho meses para devolverle su antigua gloria, el barco se abrió a los visitantes.