miércoles, 27 de enero de 2016

ARA Libertad: Cuestionamientos por los costos del viaje de instrucción

Una nueva polémica en torno a la Fragata Libertad

Por: Fernando Morales - Infobae
El buque escuela de la Armada partiría hacia los EEUU y Europa en los próximos días. Hay críticas por el costo del viaje


Crédito: EFE
El cambio de signo político y una predisposición a tratar con mayor simpatía y respeto a la milicia hacen posible que mañana -aunque en total reserva- la Fragata Libertad intente zarpar desde Puerto Belgrano rumbo a Mar del Plata, donde luego de una par de jornadas de visitas del público embarcarán cadetes de la Escuela Naval para seguir hasta Ushuaia y partir, una vez más, a los grandes mares con los Estados Unidos y Europa como destino probable.

He aquí el problema al que se enfrenta en este momento el ministro de Defensa Julio Martínez y su equipo de asesores. Por estos días, la opinión pública ha sido acabadamente informada acerca del estado calamitoso del sistema de defensa nacional. En recientes declaraciones a un matutino, el ministro reconoció que han iniciado auditorias en áreas sensibles de las fuerzas armadas por la existencia de situaciones irregulares, aclarando que éstas deben estar al servicio del país y no del gobierno.

En este contexto, comienzan a levantarse voces -más de adentro que de afuera- que sostienen que invertir varios millones de dólares en un viaje de instrucción, en este momento, es cuanto menos inoportuno.

Muchos ponen como ejemplo el caso de la Armada de Brasil, que no utiliza su gran velero Cisne Branco como buque escuela, sino que ha afectado para tal fin a un buque de su flota operativa, la fragata Brasil, de modo que los jóvenes oficiales se entrenan en un buque actual y en tácticas y técnicas reales de operación naval y no en el "caro y romántico arrullo de las velas".

Por el otro lado, están quienes sostienen que la "embajadora de los mares" también constituye una muestra itinerante de nuestra cultura y del ser nacional; pero es tanto el secreto de este viaje que a esta hora ni la Dirección de Turismo de Mar del Plata está oficialmente notificada del furtivo viaje de la Libertad.

En los pasillos del piso 11 de Azopardo 250, la polémica está encendida. Las velas desplegadas y los aviones replegados por falta de plata para combustible es algo inadmisible para algunos y tal vez tampoco lo sea para el grueso de la sociedad argentina.

La Fragata Libertad, signada por la polémica

"Si es por mí, quemala", le habría dicho el corrupto ex presidente Néstor Kirchner al ex embajador argentino en España Carlos Bettini en 2004 cuando éste le pidió instrucciones acerca de qué tipo de trato quería el mandatario que recibiera la Fragata ARA Libertad a su llegada a la península Ibérica.

Para los 12 años de gestión K, el tema del famoso y tradicional viaje de instrucción de nuestro buque escuela siempre fue difícil de digerir. Una extraña mezcla de resentimiento por considerarlo algo superfluo -más parecido a un viaje de egresados de lujo y pagado por el erario público-, con el nada desdeñable uso político que se le podía dar al emblemático navío fruto de nuestra propia industria naval y que coloca al país en un selecto puñado de naciones con embarcaciones de este tipo al servicio de sus armadas.

Obviamente jamás el matrimonio presidencial honró a la nave con su presencia en una de las tradicionales "ordenes de zarpada". Es recordada incluso una oportunidad en la que una funcionaria menor del Ministerio de Defensa fue designada de apuro para representar en la ceremonia a la ex ministra Nilda Garré, a la que tampoco le hacía mucho gracia la mera existencia del buque, ni nunca creyó que sus viajes tuvieran valor alguno.

La fragata cobró notoriedad el 2 de octubre de 2012 , cuando al llegar al puerto de Thema, en Ghana , fue retenida por una acción de embargo reclamada ante la justicia de ese país por el fondo buitre Elliot. En aquella oportunidad, la elección de Ghana como puerto de escala obedeció a una decisión netamente emanada del Ejecutivo en virtud de la "política de seducción" que nuestro país había decidido mantener con esa porción del planeta. Originalmente, el buque iría a Angola, pero la falta de garantías que ofrecía ese país en medio de un tembladeral interno hizo que a las apuradas se cambiara el destino y se la enviara a un país en donde Argentina no tenía siquiera delegación diplomática.

La fragata fue recuperada por la sabia decisión de la ex Presidente de quitar de las manos del entonces canciller Héctor Timerman las gestiones de recuperación y poner al frente a la embajadora Susana Ruiz Cerutti, quien encaminó el reclamo hacia el Tribunal Internacional del Mar, y no hacia el Consejo de Seguridad de la ONU, tal como torpemente había hecho Timerman.

Luego de su "regreso triunfal", Cristina acaparó para sí todo el éxito, y la hacedora del triunfo diplomático no fue siquiera invitada a subir a bordo, aunque en un gesto que lo honra como hombre de mar el comandante de la nave le efectuó una particular rendición de honores formando a toda la oficialidad sobre la banda de babor del buque para efectuar un saludo militar a la embajadora, que observaba la escena desde el muelle.

A partir de entonces, la fragata pareció condenada a sufrir una suerte de "prisión domiciliaria", bajo el pretexto de evitar nuevos embargos. Fue confinada a viajes regionales a países amigos del modelo (Cuba y Venezuela, infaltables), y por ello debió abandonar la regata "Velas 2014" sin que quedaran en claro los motivos, ya que el fallo del tribunal de Hamburgo había dejado en claro que su carácter de buque militar, poniéndola a salvo del accionar de los acreedores "buitre". Siempre sobrevoló la idea de órdenes no escritas de no atracar en puertos correspondientes a las ex Antillas Holandesas ni en México.

En 2015, una vez más fue noticia cuando se vio afectada al "Verano de emociones", un curioso plan de veraneo popular que transformó bases militares como la de Mar del Plata en una suerte de kermese barrial, anulando la operatividad militar en el lugar por algo más de dos meses. La fragata fue habilitada para visitas públicas -lo que está muy bien-, pero luego protagonizó un lamentable suceso cuando fue descubierta transportando a militantes con fines turísticos entre La Feliz y Buenos Aires

Luego de ello, fue "guardada" fuera de la vista del público en el astillero Río Santiago primero, y en la base naval Puerto Belgrano después, con el pretexto de "grandes reparaciones" pero con la falta de fondos para realizar un nuevo periplo como verdadero motivo. Así, no zarpó en su tradicional viaje de instrucción durante el año anterior y se alardeó (pero solo eso) con un gran viaje a otro país socio estratégico del modelo K: China. En la práctica, apenas navegó unas horas desde la base naval hacia Mar del Plata y severos problemas en la planta de generadores de energía la obligaron a regresar a Puerto Belgrano donde permanece hasta el día de hoy.

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