sábado, 6 de julio de 2019

El desastre de la Armada Invencible británica

El desastre de la Armada Invencible… inglesa

Javier Sanz — Historias de la Historia




La Armada Invencible (también Grande y Felicísima Armada o Gran Armada) es el término que se utiliza habitualmente para designar a una flota naval que en 1588, y dentro de la llamada Guerra anglo-española de 1585-1604, fue enviada por el rey Felipe II de España para la invasión de Inglaterra, gobernada entonces por Isabel I, con el objeto de derrocarla, instaurar en la isla de nuevo el catolicismo, evitar la ayuda de Inglaterra a la independencia de los Países Bajos (por entonces bajo dominio español) y sofocar los ataques piratas ingleses a las expediciones marítimas españolas y sus colonias.



Para conocer todos los detalles de aquel episodio, podéis consultarlos en Armada Invencible. La verdad es que esta «empresa» siempre ha estado rodeada de muchos misterios y leyendas.

Motivos de Felipe II para la invasión de Inglaterra:
  • Inglaterra estaba prestado ayuda a los rebeldes de Flandes.
  • Los piratas ingleses atacaban los barcos españoles.
  • El fanatismo religioso de Felipe II por imponer el catolicismo a los ingleses.
El primer contratiempo fue el fallecimiento de Don Alvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, que estaba al mando de la «empresa». Para sustituirle, Felipe II eligió a Don Alonso Pérez de Guzmán, duque de Medina Sidonia. Si bien no era un prestigioso marino, como el marqués de Santa Cruz, aportaba muchos recursos económicos y tení­a influencias en la costa atlántica, de donde partirí­a la flota. Se llegó a decir que el duque se mareaba en los barcos y que pidió al monarca no comandar la flota. Aun así, a Don Alonso le acompañaba como asesor naval el experto marino Diego Flores de Valdés, y el mando de la operación pasarí­a a manos de Alejandro Farnesio, duque de Parma, cuando llegasen a Flandes.

El papa Sixto V prometió financiación, que nunca llegó, y los franceses su apoyo a los católicos cuando invadiesen Inglaterra (no sabemos si habrían cumplido).

La Armada en ningún momento se creó para enfrentarse a los barcos ingleses en el mar, sino que su cometido era el de transportar las tropas hasta Flandes para reunirse con el duque de Parma y embarcar a los Tercios, la verdadera punta de lanza de invasión. La flota española estaba compuesta, en su mayorí­a, por grandes galeones y mercantes armados. Los barcos españoles, así­ como su artillerí­a, eran grandes, lentos, y difí­ciles de maniobrar. Por su parte, la flota inglesa era ligera y rápida, más adecuada a las difí­ciles aguas del canal de la Mancha. Así­ que, a la flota inglesa, comandada por el almirante Charles Howard y el corsario Francis Drake, no les fue complicado dispersar a la gran flota y atacar a un número de unidades más pequeño. Disparaban más rapido que los españoles y nunca dejaron que las moles flotantes se acercasen a sus rápidas embarcaciones. Sin ser las pérdidas importantes, la Armada no pudo llegar a Flandes y embarcar a los Tercios, por lo que el de Medina Sidonia decidió regresar a tierras españolas. De los 130 barcos que partieron, todaví­a quedaban 116.



A estos hechos siguieron las grandes dificultades de la Gran Armada para recalar en los puertos flamencos y un empeoramiento repentino de las condiciones meteorológicas en la zona, lo que llevó a la flota inglesa a recalar en sus puertos esperando que mejorara el tiempo. La flota española en el mar del Norte, por causa de los vientos, tuvo que rodear las islas británicas por Escocia y descender luego bordeando Irlanda para dirigirse a los puertos españoles, con los subsiguientes desastres y hundimientos en las abruptas y tormentosas costas británicas que causaron un gran número de bajas entre los españoles. En la batalla con los ingleses fallecieron unos 1.500 hombres y unos 18.000 durante el recorrido de vuelta a casa -regresaron algo más de 10.000 del total de casi 30.000 que partieron de Lisboa y dos tercios de los barcos que iniciaron la empresa-.

Y si una frase puede resumir la realidad de lo ocurrido es la que pronunció Felipe II:
Yo envié a mis naves a pelear contra los hombres, no contra los elementos.



Yo añadiría que la propaganda inglesa siempre ha sido mejor que la nuestra, porque menos de un año después, en mayo de 1589, ellos sufrieron un desastre mayor que el de la Gran Armada que, eso sí, se ocuparon de silenciar convenientemente. Un pacto «patriótico» entre Francis Drake, el almirante de la flota, y John Norris, en calidad de general de las tropas de desembarco, mantuvo oculta esta historia 450 años. Fue el desastre de la llamada «Invencible Inglesa o Contraarmada«, la gigantesca armada -mayor que la Invencible- que la reina Isabel de Inglaterra envió a España tras el fracaso de Felipe II de invadir Inglaterra.
De los 27.667 hombres que formaban la flota inglesa de 180 naves, solo volvieron a reclamar su paga 3.722
El plan, a grandes rasgos, consistía en atacar los galeones españoles fondeados para su reparación en Santander, saquear la ciudad, dirigirse a continuación hacia Lisboa, provocar la sublevación contra España, tomar una isla de las Azores para esperar la llegada de naves cargadas de oro de América y, posteriormente, invadir Brasil.

El 28 de abril de 1589, 180 barcos y 27.667 hombres zarparon de Plymouth hacia Santander. Pero los ingleses sabían que el puerto castellano no era tan débil y Drake tomó una decisión intermedia: atacaría la desguarnecida A Coruña, con muralla medieval, un castillo en el islote de San Antón y con apenas 500 soldados. Los ingleses fondearon frente a la ciudad. El 5 de mayo, 1.500 soldados tomaron la playa de La Marina, atacando por la espalda a los defensores. Los asediados se replegaron tras los viejos muros de la parte alta y los invasores comenzaron a excavar un túnel con la intención de volar la muralla. El gobernador militar, el marqués de Cerralbo, ordenó entonces a las mujeres que reforzaran el tramo minado. Se produjo una tremenda explosión, pero los gases no encontraron salida y buscaron escapatoria por la boca de entrada, donde se hallaban las tropas inglesas. La masacre fue absoluta, más de 300 muertos. Pero no quedaban hombres para la defensa. Las mujeres se encaramaron entonces a los muros y lanzaron piedras que reventaban los cráneos de los soldados.
Apenas quedaban hombres con vida en aquella localidad costera de 4.000 habitantes. Así que María Mayor Fernández de la Cámara y Pita agarró el arma de un soldado muerto en combate y se lanzó desesperada contra el único alférez inglés que había conseguido sobrepasar los muros de A Coruña. Lo atravesó y despeñó su cuerpo junto a la escala por la que había ascendido al grito de «Quien tenga honor, que me siga».


María Pita, la heroína en la defensa de A Coruña

La lucha era a muerte. La flota inglesa decidió retirarse, pero volver a embarcar podría ser mortal. En el puente de O Burgo, a unos tres kilómetros de A Coruña, los españoles abatían a los ingleses que intentaban cruzarlo, hasta que lo mejor del ejército de la reina Isabel hizo huir a los defensores españoles a los montes y aldeas. Los ingleses habían perdido más de 1.500 hombres y contaban miles de heridos.

Vueltos a sus barcos, pusieron rumbo a Lisboa, donde unos 5.000 soldados españoles los esperaban. El 31 de mayo realizaron una gran encamisada —una acción de comando nocturna que ocasionó centenares de bajas inglesas— y, el 3 de junio, el virrey de Portugal aplastó el regimiento del coronel Brett, que murió en batalla. Al día siguiente Norris intentó huir, pero fue descubierto y perdió dos banderas. Posteriormente, el adelantado de Castilla, Martín Padilla, con galeras y brulotes —barcos incendiarios— remató a la flota de Drake en cabo Espichel, donde hundió entre cinco y siete barcos. Norris, a su vuelta, estuvo a punto de llegar a las manos con Drake y lanzó un llamamiento al patriotismo: la misión sería ocultada para siempre.

viernes, 5 de julio de 2019

Imperio Otomano: La batalla naval de Navarino (1827)

Fortunas otomanas - Batalla de Navarino

Weapons and Warfare



La batalla naval de navarino (1827). Pintura al óleo de Garneray.

Después de que las negociaciones iniciales fracasaran, el Sultanato otomano, Gran Bretaña, Francia y Rusia se prepararon para hacer cumplir las disposiciones del Tratado de Londres a través de una acción militar. En el verano de 1827, una gran flota otomano-egipcia se estaba reuniendo en Alejandría para operaciones en el teatro griego, y los comandantes aliados enviaron una advertencia a Mehmet y Mahmud para que no enviaran la flotilla. Los líderes otomanos-egipcios ignoraron lo que creían que estaban entrometidos por los aliados en los asuntos del sultanato. Cuando la flota partió de Alejandría hacia Grecia el 5 de agosto de 1827, el liderazgo otomano finalmente pudo terminar con los combatientes rebeldes partidarios restantes y poner fin a lo que se conoció como la Guerra de Independencia griega.

El 20 de agosto de 1827, el vicealmirante sir Edward Codrington, comandante de la fuerza de tarea naval combinada aliada, recibió instrucciones del Almirantazgo que le informaban que debía imponer y hacer cumplir las disposiciones del Tratado de Londres por ambas partes e interceptar el flujo de refuerzos y suministros de Anatolia y Egipto a las fuerzas otomanas en Grecia. La aplicación de la fuerza militar contra la flota otomano-egipcia, enfatizó la comunicación, debe usarse solo como último recurso. El 29 de agosto, el Sultanato rechazó formalmente las disposiciones del Tratado de Londres, destinadas a otorgar a Grecia la autonomía mientras mantiene a la provincia dentro del imperio. Del 8 al 12 de septiembre de 1827, la flota otomano-egipcia de Alejandría se unió a otros buques de guerra otomanos en la Bahía Navarino (actual Pylos), ubicada en la costa oeste de la península del Peloponeso en el Mar Jónico.

Los buques de guerra otomanos dentro de la bahía, además de los buques imperiales, eran una fuerza combinada con los buques de guerra de Argelia y Túnez, así como los buques navales egipcios. Ibrahim, el hijo de Mehmet y al mando operacional de las fuerzas egipcio-otomanas, fue contactado por Codrington y acordó detener la lucha hasta que recibiera más instrucciones de su padre, quien estaba involucrado en las comunicaciones con los aliados occidentales en su sede en Egipto. Sin embargo, el 1 de octubre, los rebeldes griegos continuaron las operaciones contra las fuerzas otomanas que habían recibido la orden de retirarse temporalmente, lo que llevó a Ibrahim a ignorar su acuerdo con Codrington y reanudar los ataques contra los griegos.

El 13 de octubre, los buques de guerra franceses y rusos se unieron a Codrington en la bahía de Navarino. Si bien Codrington creía que su flota combinada tenía la potencia de fuego necesaria para destruir los barcos otomanos desplegados en la Bahía de Navarino, sus instrucciones eran imponer las disposiciones del tratado de manera pacífica, si era posible. Por lo tanto, navegó su flota en la Bahía Navarino en una sola columna con los británicos a la cabeza, seguidos por los franceses y luego los rusos. Once barcos aliados de la línea (un promedio de 70 cañones cada uno) y 9 fragatas y 4 buques de guerra más pequeños, con casi 1,300 cañones, navegaron audazmente en la bahía donde 70 barcos de guerra del Imperio Otomano anclaron con más de 2,000 Cañón listo. Además de la potencia de fuego turca estaban las baterías de la orilla, que estaban bajo el control otomano.

La flota otomana había tomado una herradura o formación de arco con tres líneas, y las naves de la línea estaban ancladas en la primera ola. Las fuerzas aliadas tenían una potencia de fuego superior porque sus cañones a bordo de los barcos de la línea eran cañones de 32 libras, ya que la mayoría de los cañones disponibles para los turcos eran de 24 libras. Además, mientras que los Aliados poseían 11 barcos de línea, los otomanos tenían solo 3 y, mientras que los turcos tenían más de 70 barcos, 58 eran buques más pequeños, como corbetas y bergantines. Aún más, las tripulaciones aliadas, particularmente las británicas y francesas, tuvieron una amplia experiencia de combate durante las Guerras Napoleónicas, mientras que la mayor parte de la experiencia de las tripulaciones otomanas fue en la lucha contra embarcaciones más pequeñas. Como si el poder de fuego superior y la habilidad de artillería superior no fueran suficientes para aumentar las probabilidades en favor de los Aliados, la capacidad de los otomanos para luchar en la Batalla de Navarino se vio gravemente limitada por un desarrollo adicional e imprevisto.

La flota egipcia presente en la Bahía Navarino había sido construida o comprada en gran parte con la supervisión de oficiales navales europeos, en su mayoría franceses. La flota también había sido entrenada por un equipo de oficiales franceses bajo la dirección general del Capitán JM Letellier, y estos hombres sirvieron a bordo de los buques de guerra egipcio-otomanos como "oficiales de la sombra". El 19 de octubre, un día antes de la batalla de Navarino, Francia El contraalmirante De Rigny, sirviendo con la flota aliada combinada, convenció a los oficiales franceses de retirarse de la flota egipcia. Se trasladaron a un barco más pequeño en la bahía e intentaron proporcionar asesoramiento logístico a los egipcios, pero el daño a la moral y la eficacia fue significativo. La mayoría de los marineros otomanos habían sido puestos en servicio (esencialmente el servicio militar obligatorio) y, cuando los oficiales de la sombra franceses se retiraron de sus tripulaciones, uno puede imaginar la tristeza que algunos de los oficiales deben haber sentido por estas desafortunadas e involuntarias almas como poderosa artillería naval. preparados para dispararles desde el punto de mira, así como la ansiedad y el miedo que deben haber penetrado en los jóvenes marineros egipcios y otomanos.

A las 2 pm. el 20 de octubre de 1827, el almirante británico Codrington a bordo de su buque insignia, el HMS Asia, llevó a su flota combinada a la Bahía Navarino. Las baterías de la orilla otomana que protegían la entrada a la bahía recibieron la orden de mantener el fuego, mientras que Ibrahim Pasha envió un lanzamiento al barco que se aproximaba Codrington. El mensaje de Ibrahim a Codrington fue simple: "No tienes mi permiso para entrar en la bahía". Codrington devolvió el lanzamiento del otomano con su respuesta a Ibrahim: "He venido a dar órdenes, no a tomarlas". Codrington continuó y continuó. , cuando sus barcos empezaron a anclarse en un punto de alcance esencialmente vacío desde la flota otomana, un barco que había bajado del barco aliado Dartmouth se dirigió hacia un barco de bomberos otomano (un barco de bomberos era un barco relativamente pequeño cargado con material inflamable y combustible en barriles montados en el arco para usar contra un objetivo enemigo). Los otomanos abrieron fuego contra el barco que se aproximaba con mosquetería, y los intercambios se intensificaron en toda la bahía. En su comunicación con el Almirantazgo al día siguiente, Codrington declaró:

Di órdenes de que no se disparen armas a menos que los turcos dispararan por primera vez; y esas órdenes fueron estrictamente observadas. En consecuencia, a los tres barcos ingleses se les permitió pasar las pilas y amarrar, como lo hicieron con gran rapidez, sin ningún acto de hostilidad abierta, aunque hubo una preparación evidente para ello en todos los barcos turcos; pero luego de que Dartmouth enviara un bote a uno de los buques de bomberos, el teniente G.W.H. Fitzroy y varios miembros de su tripulación fueron fusilados con mosquetería. Esto produjo un fuego defensivo de mosquetería de Dartmouth y La Syrene, con la bandera del Contraalmirante de Rigny; Eso sucedió con un disparo de cañón al contraalmirante de uno de los barcos egipcios, que, por supuesto, provocó un retorno y, por lo tanto, muy poco después, la batalla se generalizó.

Después de dos horas de batalla, todos los barcos otomanos de la línea y la mayoría de las grandes fragatas otomanas y aliadas otomanas habían sido destruidas; después de dos horas más de lucha, los buques navales otomanos restantes habían sido hundidos, hundidos o incendiados. Si bien no se habían hundido barcos británicos, franceses o rusos, varios barcos habían sufrido daños importantes; un barco aliado de la línea tenía 180 brechas en el casco (perforadas por balas de cañón enemigas), mientras que tres barcos rusos estaban esencialmente deshabilitados, y tres barcos británicos, incluido el buque insignia de Codrington, HMS Asia, estaban obligados a Navega a Inglaterra para someterse inmediatamente a reparaciones. La flota aliada sufrió 181 muertos y 487 heridos, mientras que la flota otomana sufrió pérdidas superiores a los 4,000 muertos o heridos.

La noticia del resultado de la batalla reverberó en toda la comunidad orientada hacia el mar que era Grecia. La gente, pueblo tras pueblo al enterarse de las noticias, se apresuraba a las plazas del pueblo, mientras sonaban las campanas de las iglesias y se encendían enormes hogueras en las cimas de las montañas del Peloponeso y el Monte Parnaso en Grecia central. Las desmembradas guarniciones otomanas en las zonas ocupadas hicieron poco esfuerzo para reducir las celebraciones. La Batalla de Navarino marcó ese último enfrentamiento naval entre los barcos de vela con cascos sin armadura y un cañón de boca blandas y blandas blandas. También marcó el primer uso en la historia naval de un buque de guerra a vapor, ya que la nave griega relativamente pequeña, la Karteria de la marina revolucionaria en ciernes, impulsada por paletas a vapor (y también velas) hizo su aparición durante la batalla.

Después de sufrir la devastadora pérdida de esencialmente toda su marina y obligado a retirar de Grecia su infantería ahora insostenible, Mehmet exigió una compensación adicional por sus pérdidas del Sultán. Mehmet exigió al sultán el Eyalet otomano de Siria a cambio de la pérdida de su armada. En árabe, la región que rodea a Siria se conoce como Bilad al-Sham (el Levante), y durante siglos las de Mesopotamia, Persia, Anatolia y Egipto trataron de controlarla, ya que poseía abundantes recursos y contaba con la mayor parte del mundo. comunidades comerciales internacionales antiguas pero desarrolladas centradas en Damasco, Alepo y las ciudades costeras del Mediterráneo. Además, desde la perspectiva de Mehmet, la posesión de Siria también proporcionaría una zona de amortiguación contra el poder otomano, así como una zona de amortiguación contra cualquier potencia extranjera que finalmente tomó el control de Constantinopla y Anatolia. Con capacidad militar egipcia con base en Siria, también le proporcionaría a Mehmet un posible área de preparación para operaciones directas contra los otomanos, en caso de que en algún momento futuro Mehmet decida marchar hacia Constantinopla.

Por esas mismas razones, el sultán rechazó las demandas de Mehmet. En respuesta, Mehmet construyó una nueva marina, y el 31 de octubre de 1831, bajo el hijo de Mehmet, Ibrahim, Egipto invadió Siria en las fases iniciales de la Primera Guerra Turko-Egipcia. Las fuerzas de Ibrahim invadieron rápidamente a Siria a excepción de la ciudad portuaria bien fortificada de Acre, que requirió un sitio de seis meses, antes de capitular el 27 de mayo de 1832. Sin embargo, los costos de la expedición obligaron a Mehmet a exigir aranceles e impuestos a las tarifas. La población egipcia, que creó niveles significativos de descontento doméstico con el liderazgo de Mehmet. Además del frente interno, Mehmet pronto se dio cuenta de la incomodidad de las principales potencias europeas con sus acciones contra Constantinopla. La lenta disolución del imperio se estaba desarrollando a medida que los europeos y los rusos se movían para controlar o liberar piezas clave de la propiedad del imperio. Sin embargo, tanto los europeos como los rusos no querían ver a Mehmet entronizado como el nuevo sultán otomano con control en Egipto, el Levante, Anatolia y las principales ciudades portuarias que salpicaban la costa del Mediterráneo oriental entre Asia Menor (Turquía) y África del Norte. .

Después de la caída de la obstinada ciudad portuaria de Acre, Ibrahim llevó al ejército egipcio a Anatolia y derrotó a un ejército otomano liderado por Reshid Pasha en la batalla de Konya el 21 de diciembre de 1832. El Sultán Mahmud II se dio cuenta de que, si Mehmet lo deseaba, el egipcio El ejército ahora podía marchar en gran parte sin oposición en Constantinopla. Moscú, percibiendo la oportunidad, ofreció asistencia militar a Mahmud y concluyó el Tratado de Hunkar Iskelesi (Unkiar Skelessi) con él el 8 de julio de 1833, para formalizar la aceptación del Sultán. Con los rusos buscando continuar su avance hacia el sur y al crear una mayor presencia en el Mediterráneo aprovechando la debilidad otomana, el Tratado de Hunkar Iskelesi provocó una fuerte reacción de Gran Bretaña y Francia. El tratado incluía una cláusula secreta que abrió los Dardanelos a Rusia en tiempo de guerra, mientras que excluía su uso por parte de cualquier otra persona. Ambas naciones negociaron la Convención de Kutahya entre Mehmet y Mahmud II en mayo de 1833, que estipulaba que Mehmet retiraría sus fuerzas de Anatolia y, a cambio, recibiría a Creta y los Hejaz (en Arabia) en compensación. Además, Ibrahim sería nombrado Wali o gobernador de Siria a cambio de un tributo anual al Sultán.

Los habitantes del Eyalet sirio se burlaron de su nuevo Wali, incómodos con las políticas egipcias por lo que percibían como impuestos excesivos, trabajo forzado, desarme general de la población y reclutamiento militar. Una variedad de incidentes y levantamientos comenzaron en 1834. El 25 de mayo de 1838, Mehmet informó a los británicos y franceses que tenía la intención de declarar su independencia del Imperio Otomano y Mahmud II ordenó a sus fuerzas que avanzaran hacia Siria. Ibrahim los derrotó en la batalla de Nezib el 24 de junio de 1839, y después, la flota otomana desertó a Mehmet. Mahmud II murió casi inmediatamente después de la pérdida en Nezib y la deserción de la marina otomana.

El 15 de julio de 1840, Gran Bretaña, Austria, Prusia y Rusia firmaron la Convención de Londres, que ofrecía el gobierno hereditario de Mehmet en Egipto, siempre que el país del norte de África permaneciera en el Imperio Otomano y que se retirara de Siria y las regiones costeras del monte. Líbano. Mehmet creyó erróneamente que los franceses estaban preparados para ponerse del lado de Egipto y, en consecuencia, desestimó las demandas británicas. Después de esto, las fuerzas navales británicas y austriacas bloquearon el Delta del Nilo y bombardearon Beirut el 11 de septiembre de 1840. El 27 de noviembre de 1840, Mehmet aceptó los términos de la Convención de Londres y renunció a las reclamaciones sobre Creta, Siria y Hejaz. También se instituyó en el acuerdo de 1841, al que Francia también accedió a regañadientes, la Convención Comercial Anglo-Otomana de 1838, que abolió el control monopolístico de Mehmet sobre el comercio nacional y extranjero de Egipto. La disminución adicional del poder de Mehmet era un requisito en el acuerdo que obligó a la reducción del ejército egipcio de más de 100,000 soldados a no más de 18,000.

De 1820 a 1840, Ali disfrutó del apoyo continuo de Francia. Tras sus derrotas de 1840–41, Ali y sus sucesores nunca se recuperaron de los efectos de la intervención europea, aunque su nieto, Ismail (1863–79) estuvo más cerca de emular al fundador de la dinastía. El gran endeudamiento de Ismail con descuentos ruinosos y tasas de interés por sus ambiciosos esquemas de modernización militar, económica y social aceleró su caída. En el momento de su despido en 1879, Gran Bretaña y Francia ejercían un doble control sobre las finanzas de Egipto bajo la autoridad de una comisión de deuda pública. Después de las crecientes crisis que comenzaron con el golpe de estado de Urabi en septiembre de 1881, Gran Bretaña se echó atrás en la ocupación de Egipto el siguiente julio, sin precipitar la guerra en Europa. Durante más de sesenta años, Whitehall decidió el destino del ejército egipcio.

Desde 1606 hasta 1826, el Imperio Otomano inició esfuerzos para reformar las armas de fuego de las armas de fuego de las fuerzas armadas medievales. En Persia, el problema era incluso más agudo que el que enfrentó Constantinopla. El Sha durante la época de la dinastía Qajar y hasta el siglo XIX se vio obligado a confiar en las milicias que constantemente requerían negociaciones extensas, así como promesas costosas que contribuyeran a un proceso de movilización extendido. Para los otomanos, el sultán Selim III intentó reorganizar el ejército (Nizam-i Cedid) a fines del siglo dieciocho, pero se encontró con una considerable resistencia de varios intereses atrincherados, sobre todo de las unidades de infantería conocidas colectivamente como los jenízaros. Como resultado de sus intentos de modernización y reforma, el Sultán fue expulsado del poder en 1807. Su sucesor, Mahmud II, en noviembre de 1808, solo unos meses después de convertirse en Sultán se enfrentó a una revuelta de los jenízaros que se rebelaron una vez más en los planes de modernización. El ejercito. Los jenízaros mataron al "gran visir" Mustafa Bayraktar Pasha de Mahmud, a quien se le había ordenado encabezar los esfuerzos de reforma y modernizar el ejército otomano.

Estos eventos, junto con las dificultades experimentadas por una larga línea de predecesores, llevaron a Mahmud II a proceder con cautela en sus esfuerzos de reforma. Sin embargo, eventualmente, el 15 de junio de 1826, durante el Vaka-i Haryire o "buen incidente", las tropas leales a Mahmud II bombardearon el cuartel de Janissary en Constantinopla, matando a varios miles de personas en el interior. El cuerpo de Janissary se disolvió posteriormente y sus guarniciones provinciales se disolvieron. El evento se registra y celebra en la historia turca como el "evento auspicioso", que superó un obstáculo clave y brindó la oportunidad de crear lo que finalmente se convirtió en la Turquía moderna.

jueves, 4 de julio de 2019

SGM: La guerra italiana en el Mare Nostrum (1/2)

La Regia Marina en la SGM

Parte 1 |
Weapons and Warfare






"Aunque su participación en la Segunda Guerra Mundial ha sido ignorada por los historiadores angloamericanos, la derrota de la Regia Marina Italiana (RMI, Marina Real Italiana) ha preocupado a los autores europeos, muchos de los cuales han rechazado como afirmaciones superficiales que la marina italiana fue dirigida. por un personal general "paralizado" por temor a una armada británica que disfrutó de un "ascendiente moral" sobre su oponente. En cambio, han atribuido la derrota italiana a deficiencias materiales y debilidades estructurales, así como a una estrategia defectuosa y malas decisiones de comando. Aunque poco de su trabajo ha sido traducido al inglés, la historia de las operaciones navales italianas de Marc'Antonio Bragadin y Giuseppe Fioravanzo ha estado disponible en una edición en inglés desde 1957. Como otros autores italianos, señalaron que una base industrial inadecuada y una el desarrollo tecnológico desigual había privado al RMI de radares, sonar, torpedos eléctricos y proyectiles confiables, mientras que una escasez crónica de fuel oil había "paralizado" a la flota italiana y la prisa a la guerra de Alemania había atrapado a la armada italiana en medio de un programa de construcción (1).

El almirante Angelo Iachino, comandante de la flota de superficie italiana durante la mayor parte de la guerra, también hizo hincapié en los problemas creados por la falta de fuel oil, una base industrial débil y la incapacidad de desarrollar el radar y el sonar. Pero también subrayó los problemas de coordinación entre la Regia Aeronautica Italiana (RAI, Real Fuerza Aérea Italiana) y el RMI, y pensó que "un par de portaaviones y una buena flota aérea" podrían haber asegurado el Mediterráneo central para Italia ... ”

(1) Mussolini tenía la impresión de que tenía un acuerdo con Hitler para no precipitar una guerra antes de 1942-43, y hasta la segunda mitad de mayo de 1939, Hitler le aseguró personalmente a Ciano, el Ministro de Relaciones Exteriores italiano, que no tenía intención. de ir a la guerra durante al menos otros tres años, apenas tres meses antes de que realmente comenzara la guerra invadiendo Polonia.

James Sadkovich - La marina italiana en la Segunda Guerra Mundial

En diciembre de 1941, la Marina / Fuerza Aérea italiana, con, por supuesto, los diversos contingentes de la Luftwaffe incluidos, eran maestros absolutos del Mediterráneo. Si bien la intervención japonesa ciertamente forzó los esfuerzos de la Royal Navy en el Mediterráneo, la Armada británica simplemente fue incapaz de intentar hacer otra cosa que acosar los esfuerzos de convoy italianos. A lo largo de 1942, cualquier actividad de convoy británico tomó meses de planificación e involucró un compromiso de fuerza masivo de varios teatros. Si bien las fuerzas aéreas de los ejes eran la principal amenaza para los buques mercantes, fue la presencia de las unidades de la Flota italiana lo que hizo necesario el gran compromiso del buque de guerra para intentar atravesar los convoyes. En efecto, la Armada italiana los amamantó al aire para el siguiente banquete de las unidades aéreas. El problema de la Armada italiana durante 1941 y 1942 fue el gasto total, en 1940 (!), Para la reserva de petróleo estratégica de las Flotas, y la consiguiente incapacidad para comprometer la flota, en masa, en ocasiones especiales. Además, en estas ocasiones, el esfuerzo fue por lo general infructuoso porque las fuerzas aéreas de reconocimiento (italiano y alemán) no hicieron su trabajo correctamente y no encontraron al objetivo de las Flotas o, cuando lo hicieron, la Royal Navy simplemente huyó de la escena (después de eso, todos, apenas estúpidos). Además, mientras el combustible obstaculizaba las fuerzas pesadas, las fuerzas ligeras (y los submarinos) de la Armada italiana eran audaces, descaradas y atrevidas, y se enfrentaron a la Royal Navy con vigor. Además, sus fuerzas ASW llegaron a ser muy mortales.

En pocas palabras, después de 1940, cuando la falta de petróleo paralizó sus esfuerzos, la Marina italiana (con las Fuerzas Aéreas del Eje, por supuesto) en realidad procesó a una flota por el concepto que funcionó. Forzaron esfuerzos masivos por parte de la Royal Navy para hacer algo en el Mediterráneo. Por otro lado, si observas el compromiso de los buques de guerra en las aguas locales después de la pérdida del Bismarck, la Royal Navy básicamente ignoró las fuerzas de la superficie Kriegsmarine. Durante este tiempo, los alemanes tuvieron Tirpitz, Scharnhorst, Gneisenau, Scheer, Lutzow, Hipper, Eugen, Nurnberg y Koln, sin embargo, los alemanes nunca lograron una salida decente con ninguno de ellos, y en cualquier día de 1942 (excepto, tal vez, como el duque de York, Anson y Howe trabajaron para arriba) la Royal Navy Home Fleet ciertamente no era tan fuerte como esta.

El Mediterráneo vio batallas navales menos decisivas de lo que uno podría esperar, porque durante la mayor parte de la guerra, un lado simplemente no pudo desafiar al otro. Durante los tiempos en que cualquiera de los bandos tuvo un tiro legítimo, el elan de la Royal Navy se unió a los aviones basados ​​en flotas (algo que los italianos nunca tuvieron) llevó a cabo. Pero hubo un largo tiempo entre 1941 y 1942 en que la Royal Navy se vio obligada a simplemente no jugar. Esa fue una victoria de la marina italiana.

Equilibrio naval mediterráneo 1940


Inglaterra en mediterráneo


3 acorazados (todos clase Queen Elizabeth con armas de 15 pulgadas)

1 portaaviones

3 cruceros pesados

3 cruceros ligeros

Francia - en el Mediterráneo


3 acorazados

1 portaaviones

10 cruceros pesados

28 cruceros ligeros

Italia - Total


4 acorazados con cañones de 12,5 pulgadas, 2 barcos con cañones de 15 pulgadas casi completos, pero sin trabajo durante unos 12 meses más

0 portaaviones

8 cruceros pesados

12 cruceros ligeros

Los italianos están claramente superados en número hasta la caída de Francia en junio de 1940. Después de eso, tienen más cruceros que los británicos, pero sus 4 acorazados antiguos no son rival para los 3 acorazados británicos más grandes y más fuertes. E incluso si los italianos logran derrotar a estos tres, los británicos tienen 7 acorazados, 2 cruceros de batalla, 4 portaaviones y 17 cruceros en Scapa Flow, más 15 cruceros más en el Atlántico y 2 acorazados y 2 cruceros que salen de la reparación.

Arriesgar a toda la flota italiana en un enfrentamiento sería temerario. En el juego de riesgo contra recompensa, los italianos arriesgarían a toda su armada por la recompensa de destruir una cuarta parte de la de Inglaterra. Ese es un intercambio que Inglaterra haría cualquier día de la semana.

Así que ahora, como la flota más pequeña, Italia debe jugar por la supervivencia. Los antiguos acorazados no serían un gran activo en combate, pero su pérdida sería un duro golpe para la nación (mire cómo la pérdida de Arizona y Hood sacudió a los EE. UU. Y el Reino Unido, y solo fueron una nave de cada 15). Un golpe serio como ese no sería propicio para mantener a Mussolini en el poder.

Los cruceros pueden ser arriesgados, por lo que fueron enviados a operaciones para hostigar a los británicos. Pero debido a la grave escasez de fuel oil en Italia, cada misión de hostigamiento reducía las posibilidades de que toda la flota pudiera salir si era necesario.

Al final, creo que la marina italiana hizo todo lo que pudo: mantenerse con vida para atar a la flota británica y evitar que se use en otros lugares. Mientras los británicos no tuvieran la mano libre en el Mediterráneo, los italianos estaban haciendo su trabajo.

Creo que el Alto Mando italiano estaba dividido entre estrategias conflictivas. La clásica "flota en el ser" y la necesidad de anular o destruir el poder Aliado "de forma segura". Por lo tanto, el resultado final fue una planificación de políticas confusa o ambigua y demasiadas advertencias para los comandantes de flotas.

No tengo ninguna duda de que la Marina italiana podría luchar con valentía, lo que demostró en particular en acciones de naves pequeñas y operaciones especiales como las de la Flotilla de la Décima. Es claramente erróneo atribuir los fracasos italianos a la cobardía innata, un punto de vista que alguna vez fue común en las historias en inglés. Sin embargo, creo que el Alto Mando italiano era débil y que la Marina tenía graves deficiencias técnicas y materiales. Ciertamente creo que sus logros no alcanzaron su fortaleza nominal y su potencial.


Barcos "PT" italianos

Mira lo que está disponible sobre la actividad de la Marina Regia (y, después del armisticio, la Décima MAS) contra los "Aliados". Apenas sobre la guerra rápida italiana de 1940 hasta 1945, es posible recordar, hablando solo de los barcos más importantes, no solo la pérdida, por MS 16 y 22, del crucero británico HMS Manchester, el 13 de agosto de 1942 (el barco más grande hundido por un buque de este tipo [barco PT] durante la última guerra mundial) pero el grave daño también del crucero soviético Molotov por el MAS 568 el 2 de agosto de 1942 (Mar Negro) y otro incidente que ocurrió al crucero británico HMS Capetown, torpedeado frente a Massawa (Mar Rojo) el 8 de abril de 1941. Este último éxito fue obtenido por MAS 213, un barco de 14 toneladas lanzado en 1918, incapaz de hacer más de 10 nudos durante más de una hora en 1941, y en tan mala situación general. condición que fue necesario reparar el casco muchas veces, en 1940-41, utilizando concreto.

La antigua Flotilla MAS de Massawa y otra, formada por siete ex lanchas motoras auxiliares con base en Assab, fueron organizadas y dirigidas por el Comandante Paolo Aloisi, un tipo muy particular de oficial y marinero que combatió de manera subterránea a los ingleses en AOI ( África oriental italiana) hasta septiembre de 1943. El Dr. Aloisi está en el origen de la idea desarrollada veinte años más tarde por el famoso autor del cómic Ugo Pratt para el personaje de Corto Maltés.

Bibliografía: Erminio Bagnasco, Le motosiluranti della seconda guerra mondiale, ed. Albertelli, Parma.

Enrico Cernuschi, “Dietro la maschera di Corto Maltese”, Rivista Marittima (El personal de la Marina italiana mensualmente) Luglio (julio) 1977

Daño infligido por los italianos en unidades navales enemigas

Esto se aplica sólo a los eventos en el Mediterráneo. Por lo tanto, no aparece nada en las aguas del océano, el Mar Rojo, el Mar Negro o el Lago Ladoga.

1940

Junio ​​de 1940:

Crucero ligero británico Calypso hundido por el submarino Bagnolini. El cisterna (noruego pero en servicio británico) Orkanger hundido por Sub Naiade. El submarino británico Odin fue hundido por el destructor Strale. Sub Grampus británico hundido por los escoltas destructores Circe y Clio. Orfeo británico hundido por destructor de turbina. Submarino británico dañado gravemente por los ataques aéreos italianos en el puerto de Malta (los ataques aéreos italianos también hunden el dique flotante de Malta, el único que posee la enfermera registrada en el Mediterráneo central). Albatros francés "super-destructor" golpeado por cáscara de 6 pulgadas de la batería costera italiana durante el bombardeo de Génova (diez hombres muertos). El pequeño carguero Elgo (1.900 toneladas) se hundió en Sub Capponi mientras se dirigía a un puerto francés del norte de África.

Julio de 1940:

Destructor británico Escort hundido por sub Marconi. British sub Phoenix hundido por la corbeta Albatros. El crucero ligero británico Gloucester fue alcanzado en el puente por una bomba italiana: el capitán y otros 18 muertos ("batalla de Punta da Stilo"). El crucero ligero australiano Sydney golpeó con una cáscara de 6 pulgadas de cruceros ligeros italianos, pero solo un daño menor al embudo y un hombre herido ("batalla de Cabo Spada"). Cuando el convoy británico al Egeo es atacado por los bombarderos SM79 y SM81, el crucero ligero británico Liverpool golpeado por una bomba que penetra en dos cubiertas pero no explota, y el crucero ligero australiano Sydney sufre pequeños daños de astillas por casi accidentes, que destruyen su avión a bordo y causan algunas bajas no fatales. Cisterna Berna (3.300 toneladas) hundida por Sub Tarantini en Haifa. Pequeño vapor francés Cheik (1.000 toneladas) hundido por Sub Scire.

Agosto de 1940:

Destructor británico Hostil hundido por minas puestas por destructores italianos. El submarino británico Oswald fue embestido y hundido por el destructor Vivaldi. Durante la operación de convoy de Malta, el comerciante SS Cornwall (10,000 toneladas) golpeado por tres bombas de SM79, se detuvo e incendió, pero llegó a Malta debido al excelente control de daños.

Septiembre de 1940:

El crucero pesado británico Kent fue dañado por aviones de torpedo SM79 (fuera de acción un año). El destructor polaco Garland, dañado por un ataque aéreo italiano (casi falla, causa daños en la caldera, remolcado hasta el puerto).

Octubre de 1940:

El crucero ligero británico Liverpool fue dañado por aviones de torpedo SM79 (fuera de acción seis meses). Sub tríada británica hundida en acción superficial por el sub Toti italiano. El arco iris británico se hundió ya sea por la mina italiana o posiblemente cuando fue embestido por el comerciante italiano Antonietta Costa. Destructor británico Imperial dañado por una mina italiana cerca de Malta (fuera de acción seis meses). El portaaviones británico Eagle sufre daños en el casco casi por culpa de los bombarderos italianos (fuera de acción más de un mes, se pierde la operación de Taranto).

Noviembre de 1940:

El crucero pesado británico Berwick fue alcanzado por dos proyectiles de 8 pulgadas de cruceros pesados ​​italianos: uno golpea las habitaciones de los oficiales (sin bajas), el otro golpea una de las torres de armas principales de popa, matando a siete hombres ("batalla del Cabo de Espartivento") . El submarino británico Regulus se hundió, posiblemente por aviones italianos (de lo contrario, por la mina italiana). El destructor británico Decoy fue dañado por un ataque aéreo nocturno italiano en el puerto de Alejandría (un golpe de bomba y ocho muertos), y el carguero Zamaam también resultó dañado en el mismo ataque.

Diciembre de 1940:

Destructor británico Hyperion hundido por la mina italiana. El crucero ligero británico Glasgow dañado por los aviones de torpedos SM79 mientras estaba anclado en la Bahía de Suda (dos torpedos impactaron, derribando dos de cuatro tornillos: regresaron a las tareas de escolta ligera en el Océano Índico en dos meses, pero no se repararon completamente hasta 1942). Crucero antiaéreo británico Coventry torpedeado por el sub Neghelli italiano (daño no demasiado grave). El británico Tritón hundido, aparentemente por el mío italiano. El submarino griego Proteus fue embestido y hundido por el destructor italiano escolta Antares (después de torpedear y hundir el transporte de tropas italianas Sardegna).

NOTAS:

  1. No incluí el pequeño vapor griego Roula y el viejo crucero ligero griego Heli, ambos hundidos por submarinos italianos en agosto de 1940, porque Italia no estaba en guerra con Grecia en ese momento, por lo que considero que estos están más en el línea de actos de terrorismo que actos de guerra legítimos (los barcos británicos hundidos en aguas griegas al mismo tiempo que yo incluía, también buques neutrales con destino a puertos de beligerantes enemigos legítimos).
  2. Respecto a los hundimientos de las minas, este es otro tema difícil. Si se sabía o se sospechaba que las minas habían causado la pérdida, y solo existían campos de minas italianos en el momento de la guerra o en el área en cuestión, los he acreditado a los italianos (por supuesto, en algunos casos, como Hostil o Force K en diciembre de 1941, definitivamente se sabe que las minas fueron colocadas en Italia). El daño de la mina alrededor de Malta es una llamada particularmente difícil. Aunque los italianos colocaron la mayoría de los campos minados allí, los aviones alemanes y los S-barcos también contribuyeron. Por lo tanto, en algunos casos me sentí bastante relajado: si encontraba alguna fuente que quisiera identificar las minas como italianas o alemanas, sin contradecir el testimonio, acepté eso. Por lo tanto, le atribuyo el destructor Southwold a los italianos, pero el destructor Jersey y el sub Olimpo a los alemanes, mientras no llamo al destructor Kujawiak ...

miércoles, 3 de julio de 2019

Encorazados: El Stonewall en la guerra civil japonesa

El Stonewall y la guerra civil de Japón


Las peleas ficticias y los actos de violencia eran cada vez más frecuentes. Hubo muchos asesinatos políticos menores y varios importantes. . . . El más importante de los capitanes disgenerados (de Shogun) pensó y trazó medidas de resistencia.
Edwin A. Falk

Japón era una antigua nación del Lejano Oriente que recientemente se había abierto a Occidente. Crearon agitación, tanto en China como en Siam, que se extendió a la guerra en la década de 1860 hasta el fortalecimiento final del Emperador y su control sobre el antiguo Shogunato y las fuerzas que se oponían al cambio.

En 1863, el contraalmirante británico A. L. Kuper, de la Estación de las Indias Orientales y China de la Royal Royal Navy, fue ordenado ir a Japón para "tomar medidas de represalia" contra el fuerte de un señor japonés en Kagoshima armado con cañones de carga de cañón de ánima lisa. Tendría éxito, pero el escuadrón británico solo consistiría de buques de guerra de madera.

Al año siguiente, Kuper regresó con un escuadrón internacional para bombardear los fuertes en el estrecho de Shimonoseki. Lo interesante de los dos bombardeos fue que había numerosos cargadores traseros Armstrong a bordo de los buques de guerra británicos y la tasa de fallas fue excesiva. Con 28 "accidentes" con armas de fuego en cinco buques de guerra, fue uno de los clavos en el ataúd que llevaría al Almirantazgo a volver a los cargadores de boca durante la siguiente década. Esto haría que la Armada Británica y la Armada de los Estados Unidos fueran las únicas potencias importantes que no aceptaran completamente el cargador de culata en la década de 1860. Tanto los cañones rifles británicos como la fragata de vapor francesa Semiramis, armados con cargadores de cañones con rifles de diseño francés, dispararon sus proyectiles a un rango desde el cual los fuertes de Shimonoseki no pudieron responder. Poco después, las potencias europeas y los Estados Unidos habían abierto Japón firme y finalmente, y un nuevo Emperador, dispuesto a aprender de Occidente, el Emperador Meiji, estaba llegando al poder.

Así que las fuerzas del cambio estaban sueltas en Japón. El poder del Emperador fue aumentando a medida que el Shogun estaba disminuyendo. El Shogun finalmente fue expulsado de su posición, pero una grupa conservadora decidió continuar la lucha huyendo a la isla más al norte, Hokkaido, con su capital en Hakodate.

Allí se estableció una República, su nación se conoció como la República de Yezo, ofreciendo a los seguidores del Shogun una última posición. Su fuerza naval fue comandada por el joven capitán Enemoto Kamajiro, que había recibido una educación naval en los Países Bajos. Había armado un pequeño escuadrón de naves de guerra de madera, seis buques de guerra y siete transportes con unos 2.000 hombres, y se dirigió hacia el norte. Entre tormentas y otros eventos, la flota se había reducido a cuatro buques de guerra. Pero aún era una flota formidable y podría ser imparable si pudieran apoderarse o hundir al Kotetsu.

Este fue el antiguo encorazado confederado Stonewall. Originalmente construida en Francia para la Confederación, su destino había sido descubierto por agentes de la Unión, por lo que fue vendida a Dinamarca para ayudar en su guerra de 1864. Irónicamente, su nave hermana fue vendida a los prusianos y sirvió en esa marina como Prinz Adalbert. . Al llegar demasiado tarde para esa guerra, la Confederación recompensó a Stonewall a principios de 1865. Terminó rindiéndose a la Unión con el cierre de la guerra en La Habana y fue comprada por el Shogun para Japón después de la Guerra Civil Americana.




Fue conocida como la Kotetsu (que en japonés es Blindado Uno) hasta 1871 (a veces se muestra como 1881) cuando se le cambió el nombre de Adzuma. Aunque comprada por el Shogun, había sido obtenida por las fuerzas imperiales japonesas. Japón también obtuvo el encorazado Ryujo de 1.429 toneladas que llegó en 1870 después de que terminó la Guerra Civil. El Ryujo era un acorazado de origen escocés construido especialmente para la Confederación.

La guerra civil sería la última batalla de las fuerzas de Shogun y marcaría la restauración del poder del Emperador de Japón. Los clanes Satsuma y Tyohsyu (a menudo conocidos en el mundo de habla inglesa como Choshu) se habían aliado para restaurar al Emperador y eran conocidos como los Kangun. Los Satsuma seguirían controlando la marina imperial mientras que los Tyohsyu controlarían al ejército.




Grabado en madera japonés contemporáneo de la batalla de Hakodate.

Las fuerzas Yezo fueron conocidas como la fuerza Enomoto (Rikugun Bugyounami). Su mariscal, Toshirzo Hizikata, quería recuperar el Kotetsu. Para hacer esto, primero intentó un ataque sorpresa, que fue sugerido por el capitán del Kaiten, Koga Genroku. Koga quería moverse de inmediato, pero Enomoto dudó en atacar. Por lo tanto, la operación comenzó dos días después y se vería afectada irreparablemente por el mal tiempo.

La batalla se libraría en el pequeño puerto de Miyakowan, en la costa noreste japonesa de Honshu. Hizikata ordenó tres barcos, el Kaiten, Banryu y Takao a Hakodate y atacó a las fuerzas Kangun en Miyakowan. El vapor de la rueda de paletas Kaiten detendría a los otros buques de guerra japoneses imperiales en el puerto, mientras que los otros dos abordaron el Kotetsu, la capturaron y luego se marcharon con ella. El viaje hacia el sur fue interrumpido por el mal tiempo y solo los Kaiten llegaron al puerto para lanzar el ataque.

Llegó con facilidad y sin problemas, estaba volando la bandera de los Estados Unidos y fue ayudada en esto ya que su aspecto se vio alterado por el daño de la tormenta. Al entrar en el puerto, subió la bandera japonesa y comenzó a acercarse al Kotetsu, y embistió el lado de babor. El Kaiten tenía un francobordo más bajo que hacía difícil subir a bordo del Kotetsu y ahora el Kotetsu estaba completamente despertado. En la lucha, los Kotetsu se abrieron con un cañón Gatling que infligió numerosas bajas, incluida la muerte de Koga Genroku, en el Kaiten. Koga Genroku fue golpeado primero en la pierna y el brazo antes de que un disparo en su cabeza lo matara instantáneamente. A estas alturas, la flota imperial estaba completamente despierta y los disparos de armas pequeñas salpicaban a los Kaiten. Las tripulaciones de la Libertad remaban rápidamente para recuperar el Kotetsu y los otros buques de guerra imperiales. Rechazados, los Kaiten se retiraron hacia Hakodate.

Durante la retirada, el Takao, con el motor dañado, y el Banryu se reunieron con ella mientras la flota imperial los perseguía. El motor del Takao le falló de nuevo y fue llevada a tierra y perdida. Los otros dos buques de guerra llegaron a salvo a Hakodate.

Si este ataque hubiera tenido éxito, podría haber otorgado la superioridad naval de Enomoto que habría evitado que el Kangun invadiera Hakodate. Si esto se hubiera logrado, la isla del norte de Japón podría haberse convertido en la República de Hokkaido. Pero no iba a ser.

La fuerza de Enomoto todavía era una flota en existencia, pero ahora enfrentaba dos nuevos peligros. Después de una larga y dura marcha, el ejército imperial se unió a la flota imperial en el extremo norte de la isla de Honshu. El segundo problema era que la isla de Hokkaido ofrecía poco en cuanto a suministros más allá de los alimentos, por lo que si el ejército de tierra cruzaba el estrecho y se dirigía a Hokkaido, el ejército de la República podría luchar solo por un corto tiempo antes de que las municiones y otros suministros fueran agotado.

Después de algunas justas y varios bombardeos imperiales de Hakodate, cinco buques de guerra imperiales, con el Kotetsu al frente, avanzaron para hacer la batalla. La acción que siguió se peleó el 11 de mayo de 1869 y vio a los dos últimos buques de guerra de la República, Kaiten y Banryu, salir y atacar a la flota imperial mientras bombardeaba los fuertes.

La Kaiten se hundiría en la acción, mientras que la Banryn se encontraría sin municiones y con sus motores dándole problemas al final de la batalla, por lo que se varó para que su equipo pudiera unirse a la lucha en tierra. Una nave imperial explotó y se hundió. Hakodate sería abandonado después de un bombardeo liderado por los Kotetsu, y los generales del Emperador Meiji convencieron a los restos de las fuerzas de la República de Yezo para que se rindieran poco después, en lugar de hacer un gesto inútil de continuar la lucha.

Enomoto sobreviviría a la rebelión y también fue persuadido de no cometer seppuku. Después de un breve período en prisión, fue a ayudar al Emperador y, en la década de 1880, mantuvo la cartera naval en los gobiernos, algo parecido a si el contraalmirante Franklin Buchanan hubiera encabezado el Departamento de la Armada en 1886 bajo Grover Cleveland.

martes, 2 de julio de 2019

PNA: 209° aniversario de su creación

La Prefectura Naval Argentina conmemora sus 209 años al servicio de la Patria

Fundación Nuestro Mar




La Prefectura Naval Argentina, Autoridad Marítima nacional dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación, celebra, este 30 de junio, 209 años de entrega y servicio a la comunidad. Este aniversario es especial para todos los integrantes de la Fuerza, ya que se conmemoran los 200 años del fallecimiento de Martín Thompson, primer Prefecto Nacional Naval y padre fundador de la institución.

Con una larga trayectoria, entre sus principales funciones se destacan la salvaguarda de la vida humana en las aguas, la seguridad de la navegación, la protección marítima y portuaria, la seguridad pública y náutica deportiva, la preservación de los recursos pesqueros del país y el control del medio ambiente en las aguas de su jurisdicción.

Con más de 21.000 efectivos distribuidos a lo largo y ancho del país, la Autoridad Marítima cuenta con un entramado institucional que le permite estar a la altura de sus responsabilidades como organismo del Estado.

Conducida actualmente por el Prefecto Nacional Naval, Eduardo Scarzello, junto al Subprefecto Nacional Naval, Hugo Ilacqua, la institución es la encargada de custodiar 1.248.546 kilómetros cuadrados del Mar Argentino, 16.825 de frontera marítima, 4842 kilómetros lineales de ríos y 2789 kilómetros cuadrados de lagos patagónicos.

Si bien podemos mencionar como su función vertebral la gestión de la seguridad de la navegación y la protección de la vida humana en el mar (realiza más del 99,5 % de los casos de búsqueda y salvamento ocurridos en el país), cabe destacar que la Prefectura actúa como auxiliar de la justicia: allí donde se la necesite, estará lista para actuar.

En este contexto, la fuerza también despliega operativos de seguridad ciudadana para prevenir el delito y llevar tranquilidad a los barrios. Con estos operativos, que se realizan los 365 días del año, se ha logrado desalentar el tráfico de drogas, los robos y la violencia en las calles.

Un año de logros

Este año, la Fuerza fue protagonista de logros significativos en la protección de los recursos pesqueros argentina, donde con modernos guardacostas los miembros de la institución patrullan el Mar Argentino, maximizando los esfuerzos logísticos y operativos, para ejercer la vigilancia y control de la ZEEA.

Como resultado de esto, se capturó al buque “Oyang 77” y se detuvo las acciones de pesca ilegal del “Hua Xiang 801”, sobre el cual se libró un pedido de captura internacional, sentando precedentes mundiales. Tras librar las actuaciones administrativas, el Estado Nacional recuperó los gastos del operativo y una multa millonaria por la depredación de los recursos naturales.

Prestar auxilio a toda persona y embarcación que corra peligro en las aguas, proceder a su búsqueda, asistencia y salvamento, constituye un desafío que el personal de la Fuerza emprende a diario. En este sentido, en el último año, se resolvieron 1.076 casos donde personas, embarcaciones y mercancías estaban en peligro inminente.

Para llevar a cabo la tarea, Prefectura cuenta con el Sistema Guardacostas PRO, una moderna tecnología desarrollada por la institución que integra diferentes plataformas de monitoreo de embarcaciones en tiempo real.

En esa línea, se avanzó en la consolidación de un innovador Sistema Nacional de Vigilancia y Asistencia Marítima, fluvial y lacustre.

En materia de lucha contra el delito complejo, en especial el narcotráfico, se desarrollaron tareas preventivas en distintos puntos del país, intensificando los esfuerzos en la frontera nordeste, donde los cuatro guardacostas de frontera recientemente incorporados ya llevan patrullados más de 27 mil kilómetros por la Hidrovía Paraná-Paraguay.

Para seguir avanzando en el control de la zona, se dio un salto cualitativo en materia tecnológica poniendo en servicio el Centro Integral de Vigilancia de Fronteras Área Iguazú, que contará con torres de monitoreo, móviles terrestres de comunicaciones, drones y enlaces con los guardacostas de frontera.

Gracias a ello, se secuestraron, en el último año, 61 mil kilos de drogas, entre cocaína y marihuana, logrando la detención de 474 personas.

Además, se realizaron 790 procedimientos de contrabando, con el secuestro de mercaderías por un valor de 170 millones de pesos y la detención de 760 personas.

En la misma línea, se brindó el servicio de seguridad ciudadana en distintos puntos del país, poniendo énfasis en el combate del narcomenudeo. Los resultados son concretos: se incautaron más de 500 mil dosis de cocaína y marihuana y se detuvo a más de 13 mil personas.

Martín Thompson, prócer argentino

Este año, la conmemoración de los 209 años de vida de la institución va de la mano con el bicentenario del fallecimiento de Martín Jacobo Thompson, prócer argentino que formó parte del grupo patriótico que participó activamente en la Revolución de Mayo de 1810.

Thompson nació en Buenos Aires el 23 de abril de 1777 y estudió en el Real Colegio de San Carlos y en la Academia Naval del Ferrol (España), donde egresó como guardiamarina.

Al culminar su formación, regresó a Buenos Aires y comenzó una relación con Mariquita Sánchez, pese a la oposición de la familia de ella; la pareja luchó por su amor y logró, en un pionero juicio de disenso, obtener el aval y finalmente casarse.
En 1806 fue designado Capitán de Puerto de Buenos Aires y, junto a Mariquita, fueron cruciales protagonistas de la gesta revolucionaria. En su cargo, Thompson tuvo una destacada actuación en las invasiones inglesas, logrando capturar dos bergantines enemigos.

Thompson fue parte del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 y su hogar se convirtió en un lugar de reunión de los líderes patriotas y de la sociedad de la época.

La Primera Junta de Gobierno declaró a la Capitanía de Puertos como institución Patria y a Martín Thompson como el primer Capitán de Puertos de las Provincias Unidas del Río de la Plata: ese fue el surgimiento de la Prefectura Naval Argentina, Autoridad Marítima Nacional.

Su labor como Capitán de Puerto se extendió hasta 1815. Durante esos años, se redactó el Reglamento para las Capitanías en 1814, se fomentó la actividad portuaria y se delinearon las bases para brindar seguridad a la navegación en el país.

Ascendido a coronel en 1816, Thompson fue enviado a una misión diplomática a los Estados Unidos, que tenía como objetivo asegurar la cooperación de este país en la lucha por la emancipación argentina y el reconocimiento de la independencia. Además, gestionó material de guerra y militares para sumar a las filas del ejército patrio. Por esta misión, se lo considera uno de los primeros embajadores de la argentina.

En 1819, cuando estaba viajando de regreso a Buenos Aires, murió a bordo y su cuerpo fue arrojado al mar.

En este nuevo aniversario, la Prefectura recibirá, de parte de la República Oriental del Uruguay, una réplica del sable original de Thompson, que el prócer argentino le entregó a José Gervasio Artigas en agradecimiento por su destacada actuación en la Batalla de las Piedras.

A 200 años del fallecimiento de este prócer argentino, padre fundador de la Fuerza, todos los integrantes de la Prefectura Naval Argentina le rinden honor y continúan su legado de trabajo, sacrificio y entrega por la Patria. (MISIONES CUATRO)

lunes, 1 de julio de 2019

SGM: La fuga del Bismarck (1/2)

Planeando el "Dash" 

Parte I | Parte II

Kriegsmarine: The Forgotten Service



El Bismarck y el Prinz Eugen en el estrecho de Dinamarca el 24 de mayo de 1941. Pintura del artista británico Jon Kindred.

Aunque Scharnhorst y Gneisenau representaban una amenaza considerable para los británicos mientras se encontraban en Brest en 1941 y las repetidas redadas de la Royal Air Force eran demasiado inexactas para causar un daño grave, Hitler sintió que las dos unidades estaban demasiado expuestas y les ordenó regresar. . La operación 'Cerberus', la carrera de la luz del día a través del Canal de la Mancha en febrero de 1942, fue probablemente el mayor éxito de Kriegsmarine, ya que sorprendió a los británicos, a los dos cruceros de batalla y al crucero pesado Prinz Eugen que pasaron por alto ineficaces ataques aéreos y marítimos. . Además de un ligero daño a Scharnhorst por una mina magnética durante la fase final, fue una humillación para los británicos y una prueba de que la audacia paga.

Los dos grandes barcos grises aparecieron en la entrada del puerto francés atlántico de Brest justo después del amanecer. Eran los acorazados de 32.000 toneladas de Alemania, Scharnhorst y Gneisenau que regresaban de las incursiones de los merodeadores contra los barcos aliados en el Atlántico.

Habían zarpado de Kiel a principios de 1941. Evadiendo la Flota doméstica británica con base en Scapa Flow, habían atravesado el Estrecho de Dinamarca hacia el Atlántico. Durante los siguientes dos meses, como gigantescos piratas, recorrieron las rutas marítimas del Atlántico hundiendo más de veinte barcos que totalizan más de 100,000 toneladas. Fue la primera, y la última, exitosa incursión de los acorazados alemanes contra los buques mercantes aliados en la Segunda Guerra Mundial. Luego, a principios de marzo, parecían desaparecer en las nieblas del Atlántico.

A las 7 de la mañana del 22 de marzo de 1941, mientras los malhumorados trabajadores de los muelles franceses observaban, se amarraron en el quai Lannion en Brest. Pasó casi un año desde que Francia había caído y la base naval francesa había sido tomada por los trabajadores de los astilleros alemanes de Wilhelmshaven. Habían regresado a Brest porque necesitaban reparaciones. El crucero de dos meses había revelado serios defectos en las calderas de Scharnhorst. Los tubos de los supercalentadores, especialmente, habían dado problemas constantes que amenazaban con una avería importante. Los ingenieros de los astilleros alemanes que la examinaron en aproximadamente diez semanas serían necesarios para las reparaciones. Cuando su Kapitän, Kurt Hoffmann, informó esta noticia al Gran Almirante Erich Raeder, jefe de la Marina alemana en Berlín, el personal del Almirantazgo alemán se sorprendió por la cantidad de reparaciones necesarias.



Su barco gemelo Gneisenau también necesitaba reparaciones menores. El reacondicionamiento de ambos acorazados se adelantó rápidamente, pero a ningún francés se le permitió trabajar en ellos, ya que los obreros franceses en los depósitos de reparación fueron tan lentos como se atrevieron a detener el trabajo de los conquistadores alemanes. A lo largo del astillero y en la ciudad, los habitantes no solo eran hoscos y hostiles, sino que algunos de ellos estaban en contacto con agentes clandestinos franceses, quienes pasarían la información sobre las reparaciones a Gran Bretaña.
Después de la llegada de los barcos, pasaron ocho días deprimentes con lluvias incesantes y frecuentes falsas alarmas de ataque aéreo. Luego, en la tarde del 30 de marzo, llegó la cosa real. El sonido de las sirenas fue seguido por el choque de bombas. Los equipos de armas antiaéreas lanzaron una cortina de fuego, pero sus proyectiles no pudieron alcanzar los aviones de alto vuelo.

En tierra, muchos oficiales del Estado Mayor de Alemania fueron asesinados cuando el hotel donde estaban alojados fue golpeado y se incendió. Los barcos no sufrieron daños pero cuando los fragmentos de bombas fueron examinados por expertos alemanes al día siguiente, hicieron un importante descubrimiento. La RAF había lanzado bombas de perforación de blindaje de 500 libras especialmente hechas para estrellarse a través de las cubiertas blindadas de los buques de guerra. Los alemanes entonces sabían que esto no era una incursión rutinaria en el muelle. Estas bombas fueron evidencia directa de que la RAF sabía que estaban allí. Ahora las redadas nunca cesarían. Tenían razón. La RAF comenzó a llegar día y noche cuando el clima lo permitía.

Al amanecer del 6 de abril, un bombardero-torpedero de la RAF se lanzó repentinamente de las nubes. Fue un Comando Costero Beaufort de St. Eval en Cornwall, pilotado por el Oficial de Vuelo Kenneth Campbell, quien realizó el ataque más valiente y decidido contra Gneisenau. Estaba atada a la boya contra una pared en el extremo norte del puerto, protegida por el topo curvo. Las pequeñas colinas que rodeaban el puerto se erizaron de grupos de armas y se amarraron cerca del lunar como protección adicional, tres barcos antiaéreos.

La posición del acorazado parecía ser inexpugnable. Incluso si una aeronave lograba lanzar un ataque de bajo nivel, no sería capaz de retirarse a tiempo y debería estrellarse contra el terreno elevado que rodea el puerto.

Pero Kenneth Campbell se zambulló hasta el nivel de la cubierta y voló constantemente por delante de las llamas de los cañones de las naves antiaéreas. Hojeó el topo y dejó caer su torpedo a quemarropa hacia la popa de Gneisenau. Mientras lo hacía, los artilleros alemanes lo golpearon y se estrelló en el agua.

Pero él había hecho su trabajo. Segundos después, su torpedo explotó contra Gneisenau en la popa de estribor. El agua se precipitó y ella comenzó a hacer una lista pesada. Un barco de salvamento que se acercó para bombear toneladas de agua de sus socorristas tuvo dificultades para evitar que se hundiera.

Los cuerpos de Campbell y su galante tripulación, Sgts. Scott, Mullis y Hillman, fueron sacados del puerto y subieron a bordo del buque de guerra. Sus cuerpos estaban envueltos en banderas y colocados en el alcázar, donde se montaba una guardia de honor como señal de respeto.

Mientras se realizaba esta caballerosa ceremonia, los equipos de salvamento lograron bombear suficiente agua para enderezarla, ya que no podía permanecer en peligro en la boya. Los aviones de observación de la RAF ahora informaban a los británicos sobre cada movimiento de los acorazados. Otro ataque como el de Campbell en Gneisenau probablemente la hundiría.

A la mañana siguiente, Gneisenau entró nuevamente en el dique seco donde la inspección confirmó que el torpedo de Campbell había destrozado la hélice de estribor y el túnel del pozo. Esto necesitaría seis meses para repararlo. Ella estaría fuera de acción el doble de tiempo que Scharnhorst.

Cuando los británicos se enteraron del acto heroico de Campbell, se le otorgó la condecoración más alta por galantería, la Cruz de Victoria. La cita decía: "Despreciando las grandes probabilidades, el oficial de vuelo Kenneth Campbell fue feliz y resuelto a su tarea. Al presionar su ataque en la puerta cerrada contra el fuego fulminante en un campo lleno de peligros extremos, demostró el valor del más alto orden. "

Como resultado del torpedo de Campbell, ambos acorazados debían tener una larga estadía, por lo que la Marina alemana decidió poner su flota estática en uso. Un destacamento de cien guardiamarinas fueron enviados desde Alemania a los acorazados Brest para completar su entrenamiento. Fueron publicados por igual en ambos barcos y, como la defensa antiaérea era lo más importante, esta era su tarea principal. Se convirtió en un entrenamiento de batalla brutal para estos oficiales en ciernes. Para algunos fue muy corto.

En la noche del 10 de abril, las sirenas volvieron a sonar y se escucharon las primeras explosiones de bombas sobre el rugido de las armas antiaéreas. De repente, vinieron una serie de tremendos destellos y explosiones y un resplandor rojo iluminó la superestructura de Gneisenau. Ella había sido golpeada por tres bombas y estaba en llamas. Las bombas mataron a cincuenta personas e hirieron a noventa de su tripulación, las víctimas más graves entre las tripulaciones antiaéreas y los jóvenes guardiamarinas. En el momento de la redada, muchos de los guardiamarines que estaban fuera de servicio se encontraban en sus cuarteles entre cubiertas. La mayoría de ellos fueron asesinados por fragmentos de otras grandes bombas que explotaron en el muelle.
Cuando las ambulancias se detenían en la pasarela del barco y se llevaban al hospital largas filas de camillas, el capitán Hoffmann cruzó Scharnhorst para ofrecer ayuda. Ordenó a un grupo de trabajo que combatiera los incendios en las cubiertas de desorden, pero tuvieron que inundar una revista antes de que los incendios fueran controlados y Gneisenau fuera de peligro.

La principal preocupación de los alemanes era ocultar el alcance del daño de los franceses, pero cada acorazado solo podía hacer diez ataúdes, lo que significaba que tendría que llamar a los carpinteros franceses para que hicieran muchos más. Cuando se dio la orden, la noticia de los muertos alemanes se extendió rápidamente entre los habitantes de Brest.

Después de esto, hicieron los arreglos para que la mayoría de los equipos durmieran en tierra en los cuarteles, dejando solo artilleros antiaéreos y un guardia de guardia en el barco. Esta redada también decidió que las autoridades de Berlín intensificaran el A.A. Las defensas de Brest. Aumentaron el número de cañones de 4 pulgadas a 150 y los cañones antiaéreos más pequeños a 1.200, para hacer una concentración asesina de fuego. También los dos acorazados se acercaron. Las compuertas de bloqueo estaban cerradas y protegidas por redes contra torpedos disparados por submarinos intrusos o por aviones que arrastraban las olas.

En la antigua litera de Scharnhorst, Hoffmann construyó una réplica de madera y chapa de hierro en el casco de un viejo crucero francés, Jeanne d'Arc. Las redes colgaban de los mástiles de los acorazados al lado del muelle con pintura rociada sobre ellos para hacer que se asemejaran a grupos de árboles. En los techos del Colegio Naval, los guardiamarinas supervivientes erigieron cabañas de madera para que parecieran un pueblo.

Alrededor del puerto se instaló una red de generadores de humo artificial que podrían cubrir el puerto bajo una espesa niebla en unos pocos minutos. Esta última precaución provocó protestas de la Luftwaffe que sostenía que el denso humo pondría en peligro sus operaciones de combate. Esta niebla artificial también causó casi una colisión entre los dos acorazados cuando llegaron a abandonar el puerto.

La protesta y los combatientes les brindaron protección durante el día, pero en la oscuridad fue una historia diferente. A medida que el bombardeo de la RAF continuaba casi todas las noches, parecía que no solo se dañarían los barcos, sino que la mayoría de sus tripulaciones estaban en peligro. Aunque muchos de ellos fueron llevados por la noche en camiones a los cuarteles de Brest, muchos seguían siendo asesinados en tierra, por lo que se decidió moverlos más lejos para evitar las redadas.

Fueron trasladados por la noche a La Roche a quince millas de Brest, cerca de la pequeña ciudad bretona de Landerneau. Ambos lugares estaban en la línea principal a París y el ferrocarril se usaba mucho para mover a las tripulaciones.

Escondidos en un pequeño bosque de abedules cerca de Landerneau, se construyeron cuarteles para las tripulaciones de cada barco. También se planeó construir otros para la tripulación de otro acorazado alemán, Bismarck, para una reparación después de sus propias incursiones de envío de mercantes del Atlántico. Fuera del astillero de Brest, las grandes boyas se balanceaban en sus amarres a la espera de su llegada.

Mientras los otros dos acorazados alemanes estaban siendo reparados en Brest, Bismarck se estaba refugiando en el puerto noruego de Bergen, ocupado por los alemanes. Pero en una noche sin luna, el 20 de mayo de 1941, se escabulló, escoltada por el crucero pesado Prinz Eugen. Al mediodía del día siguiente, cuando las noticias llegaron al Almirantazgo en Whitehall, se ordenó a la Flota Local que saliera de Scapa Flow para interceptar a los barcos alemanes al sur del estrecho de Dinamarca.

Al amanecer del 24 de mayo, los dos barcos alemanes estaban en acción con la flota británica, que incluía al veterano crucero de batalla Hood y al acorazado Príncipe de Gales en su viaje inaugural. La Royal Navy tuvo lo peor de la batalla. Hood, golpeado por Bismarck y Prinz Eugen, explotó. El Príncipe de Gales se dañó tanto que no tomó parte en la acción. Pero las naves navales más pequeñas aún seguían a la sombra de Bismarck.

Por la tarde, el nuevo portaaviones Victorious fue separado de la fuerza principal para atacarla. Cuando 825 Escuadrón de pez espada se levantó de su cubierta de vuelo para realizar un ataque nocturno en el acorazado alemán, el avión principal fue pilotado por el Teniente-Cdr. Eugene Esmonde.

A las 11:30 p.m., cuando estaban a 120 millas de la aerolínea, el escuadrón Swordfish de Esmonde divisó Bismarck. Volando a 100 pies sobre las olas en la oscuridad, dejaron ir sus torpedos desde menos de 1,000 yardas. Mientras se alejaban, se oyó un rugido seguido de un destello y una nube de llamas.
El Bismarck había sido golpeado en el medio del barco.

El torpedo la frenó, y después de una persecución de tres días, la Flota Local volvió a poner a Bismarck en acción. Esta vez ella estaba sola. Cuatro horas antes de la batalla, el Prinz Eugen se había escapado. Los Bismarck se hundieron bajo las armas y torpedos de la Royal Navy.

Fue en la noche del 7 de mayo que los oficiales navales alemanes en Brest, escuchando a escondidas a B.B.C. noticia, escuchó: "A las 10:37 h. de la tarde, el acorazado alemán Bismarck fue hundido".

domingo, 30 de junio de 2019

IMARA: Entrenamiento combinado del BIM 4


Adiestramiento anfibio integrado del BIM4

La Gaceta Marinera





El personal realizó ejercicios en la zona del Glaciar “El Martial” y en Punta Segunda con el apoyo de unidades de superficie del Área Naval Austral.



Ushuaia – Durante una semana el Batallón de Infantería de Marina N°4 (BIM4) dependiente de la Fuerza de Infantería de Marina Austral (FAIA) realizó actividades de adiestramiento en diferentes terrenos de la isla de Tierra del Fuego. Las mismas se realizaron para que el personal de la unidad desarrolle sus capacidades en un terreno con dificultades y bajas temperaturas.



La Compañía Comando y Servicios realizó una marcha al Glaciar “El Martial” que está ubicado al norte de la ciudad de Ushuaia, a aproximadamente 1000 msnm.



Por otra parte, la Compañía Juliet se adiestró en los terrenos de Punta Segunda en técnicas de navegación, embarco y desembarco, maniobras de exploración y aproximación a la playa con botes, operaciones ofensivas y patrullas.



Para llevar adelante lo planificado se contó con el apoyo de la Sección Botes de Asalto y la Sección Servicios para Apoyo del Combate del BIM4 y de la lancha patrullera ARA “Indómita” y del aviso ARA “Teniente Olivieri”.



En cumplimiento al plan anual de adiestramiento los Infantes de Marina lograron afianzar sus conocimientos e incrementaron el nivel de adiestramiento ante las exigencias requeridas.



Todos los ejercicios estuvieron a cargo y bajo la supervisión del Comandante del BIM4, Capitán de Fragata Agustín Luis Pons.





sábado, 29 de junio de 2019

Tonga recibe patrullera de Australia

Tonga recibe un bote patrullero clase Guardian






Un barco patrullero de la clase Guardian, el Voea Ngahau Koula, atracado en Henderson, Australia Occidental (foto: Aus DoD)

Australia está avanzando en el Pacífico a medida que continuamos comprometiéndonos con nuestros socios regionales a un nuevo nivel con la entrega de un nuevo bote patrullero clase Guardián al Reino de Tonga.

El Ngahau Koula de la Royal Navy de Tonga fue recibido por Su Alteza Real, el Príncipe Heredero Tupouto'a 'Ulukalala y el Capitán Sione Ulakai, Jefe Adjunto de Personal de Defensa de las Fuerzas Armadas de Su Majestad, en una ceremonia en Australia Occidental.

La Ministra de Defensa, la senadora la Honorable Linda Reynolds CSC, dijo que el reemplazo de los barcos de patrulla del Pacífico es una parte importante del compromiso del Gobierno de $ 2 billones por 30 años con la región del Pacífico bajo el Programa de Seguridad Marítima del Pacífico.

"El gobierno australiano está entregando 21 nuevos patrulleros de clase Guardian a 12 países de las islas del Pacífico y Timor-Leste, además de brindar una mejor capacidad de vigilancia marítima a nuestros socios del Pacífico", dijo el ministro Reynolds.

El ministro asistente de Defensa y ministro de Desarrollo Internacional y el Pacífico, el Honorable Alex Hawke MP, que representó al gobierno australiano en la ceremonia oficial, dijo que los barcos de patrulla de clase guardián hacen una importante contribución a la seguridad regional.

"Tonga es uno de los socios clave de Australia en la región del Pacífico y trabajamos en estrecha colaboración para abordar las amenazas a la seguridad marítima regional", dijo el Ministro Hawke.

"El ejército de Tonga desempeña un papel importante y activo en la seguridad de la región.

"Las capacidades mejoradas de Ngahau Koula, junto con otras operaciones de vigilancia marítima y de aplicación de la ley, contribuyen a los esfuerzos de la comunidad del Pacífico para asegurar el mar".

La Ministra de la Industria de la Defensa, la Honorable Melissa Price MP, dijo que el Programa de Seguridad Marítima del Pacífico demuestra el compromiso del Gobierno de generar más empleos y oportunidades en la industria de la defensa australiana.

"El proyecto Patrol Boat de la clase Guardian apoya alrededor de 400 empleos directos e indirectos en Australia a través de la cadena de suministro y es parte del compromiso más amplio de nuestro Gobierno para aumentar las oportunidades para las pequeñas y medianas empresas en la industria de defensa australiana", dijo el Ministro Price.

El primer barco patrullero de la clase Guardian se regaló a Papua Nueva Guinea en 2018 y el segundo a Tuvalu en abril de este año.

Ministerio de defensa de Australia

viernes, 28 de junio de 2019

Buques a vela: Primeros buques capitales (2/2)

Primeros buques capitales

Parte 1 | Parte 2

Weapons and Warfare





Royal Navy 74. HMS Bellona y HMS Courageux llegando a Spithead por Geoff Hunt. Courageux era un pesado buque de 74 cañones de la línea de la Marina francesa, botado en 1753. Fue capturado por la Royal Navy en 1761 y entró en servicio como HMS Courageux. El HMS Bellona era un buque de tercera clase de la línea de la Royal Navy de 74 cañones. Diseñada por Sir Thomas Slade, fue un prototipo para los icónicos barcos de 74 cañones de la última parte del siglo XVIII.
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Los franceses en ese momento también estaban aplicando cierta precisión científica y método a su diseño de buque de guerra. La mayoría de las mejoras de diseño de la Royal Navy en el siglo XVIII se debieron a la "toma de las líneas" de los buques de guerra franceses y españoles capturados. Aún así, el número de buques de guerra de primera clase que participaron en combates navales disminuyó drásticamente, de los cientos de personas involucradas en las grandes Guerras Púnicas, a los 91 buques de guerra holandeses de Michiel de Ruyter contra 81 británicos en 1666, a los 27 enemigos de Nelson contra 33 enemigos en Trafalgar 140 años después. .

La situación apenas mejoró, incluso con la llegada de la nave de guerra de vapor blindada. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, el tamaño limitado de los muelles secos británicos también restringió las dimensiones y el tonelaje. Los británicos han contestado tradicional e irritablemente que los franceses y los españoles, y más tarde los italianos, construyeron mejores barcos de los que podían combatir. El récord casi perfecto de victorias navales de la Royal Navy puede atribuirse a su mejor entrenamiento, marinería y liderazgo. Cuando los británicos se enfrentaron más tarde contra un enemigo naval que ordenó a estos asuntos de personal considerablemente mejores que los franceses y los españoles, los resultados no siempre fueron tan favorables para la Royal Navy. Los británicos aprendieron el temple de los marineros estadounidenses en el enfrentamiento más sangriento de barco a barco de la época de la vela de combate: el mercader de John Paul Jones, Bon Homme Richard, contra HMS Serapis (1779). Los británicos descartaron esto y las victorias de la fragata estadounidense de la Guerra de 1812, así como las menos recordadas victorias estadounidenses de agua dulce en el lago Erie y el lago Champlain, como derrotas extremadamente raras de toda una flota de la Royal Navy, sin la participación de barcos de primera clase. -de la línea. La superioridad naval británica estaba en su artillería rápida y bien dirigida; un Royal Navy 74 (un barco de línea más pequeño) podría descargar su costado el doble de rápido y eficaz que su homólogo francés. Además, los franceses menos bien entrenados apuntaban a lo alto, para los mástiles y aparejos británicos, más a menudo que no golpeaban aire y cielo. Los equipos de armas británicos apuntaban directamente hacia el casco.

Las armas se clasificaron de manera más racional a fines del siglo XVII, con la mezcla de armas, sakers, demicannons y culverins anteriores que dan lugar a las armas clasificadas por el peso del tiro disparado, finalmente estableciéndose básicamente en 42 libras (es decir, el peso de los disparos solo utilizados en las primeras tarifas más grandes) seguidos de 32, 24, 12, 18, 9 y 6 libras, dispuestos con los cañones más pesados ​​en las cubiertas inferiores. Estos primeros tipos también se habían establecido en la clasificación estándar de los buques de guerra de 90, 80, 70, 60 y 50 cañones. También alcanzaron su máximo esplendor a principios del siglo XVIII, con niveles dobles o triples de galerías de popa ornamentadas para que los oficiales superiores se relajaran en relativa privacidad, y con cabezas de madera talladas representando a menudo al monarca reinante, rodeado de trofeos, figuras de Mitología náutica, emblemas, etc. Los puertos de armas circulares también pasaron de moda en favor de las aberturas de casco cuadrado más prácticas.

A principios del siglo XVIII también se reemplazó el antiguo, cansado y complejo látigo por el volante. Aunque el volante era una mejora enorme, todavía, como el bastón de látigo, requería que el timonel girara su timón en la dirección opuesta a la que debía ir el barco. En otras palabras, "¡Portad el timón!" Enviaría la nave a estribor. Este estado de cosas tan confuso no se atribuyó a los derechos lógicos hasta el siglo XX. Las cadenas de dimensiones de 1719 no se aflojaron finalmente hasta 1832, con el nombramiento del Capitán Sir William Symonds como topógrafo de la Royal Navy. Symonds pudo levantar todas las restricciones de tamaño y armamento. Aunque los buques de guerra RN todavía estaban rezagados con respecto a los franceses y los españoles en la construcción científica, al menos disfrutaban de mayor velocidad y estabilidad, con más espacio debajo de las cubiertas. Paradójicamente, las reformas de Symond se volverían irrelevantes dentro de tres décadas, cuando los barcos construidos con hierro permitieran dimensiones que solo estarían limitadas por los muelles de Gran Bretaña.

El otro desarrollo de las dificultades fue la decisión inicialmente realista de confiar en las tácticas de avance de línea. El almirante Robert Blake formalizó la formación de línea de batalla durante la Primera Guerra Angloholandesa (1652-1654). Los holandeses fueron la única potencia naval que desafió a la Royal Navy agresivamente, ganando tantas batallas navales como perdieron. Los franceses eran mucho más el poder de la tierra; el ejército absorbió muchos más recursos que la marina, y las tácticas navales francesas consistieron en disparar en la parte superior de la batalla del enemigo, que perdió la mayoría de las batallas en el proceso. Idealmente, dos flotas enemigas pelearían en líneas paralelas, sus cañones se golpearían mutuamente y tratarían de obtener el indicador del clima (para estar contra el viento) y luego "cruzar la T del enemigo", es decir, maniobrar para que la flota sea débil y baja. el arco armado (o, con menos frecuencia, la popa) fue expuesto a los lados de su oponente. La línea de avance también le dio a los almirantes en jefe un mayor control sobre sus buques de guerra. Pero dos escuelas de pensamiento opuestas surgieron dentro del concepto de línea de avance. Uno defendía la adhesión inquebrantable a la línea, enfatizando la falta de control que inevitablemente seguiría una reunión. El otro, a menudo llamado la escuela mêlée, creía básicamente en el enfoque de la línea de la batalla, pero luego argumentó que los comandantes de naves y escuadrones deberían ser libres de atacar o perseguir por su cuenta a medida que se desarrollaba el choque y se presentaban oportunidades para los aventureros. Dado que la señalización era primitiva en el mejor de los casos en Age of Fighting Sail, y que el principal defensor de la escuela de educación física era Horatio Nelson, parecería que esta última escuela de pensamiento tenía el mejor argumento. No obstante, la escuela formal de vanguardia prevaleció hasta fines del siglo XVIII, y se calcificó en las Instrucciones de combate del Almirantazgo de 1691, que tenían fuerza de ley. Quien sintió toda la fuerza de esa ley fue el almirante Sir John Byng, quien fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento a raíz de la Batalla de Menorca por no haberse apartado de las tácticas establecidas en las Instrucciones de combate. (Obviamente, se estaba utilizando a Byng como un chivo expiatorio para una de las muy raras derrotas de la Marina Real en una acción de la flota). El control formalizado de la línea de avance sobre la Royal Navy se rompió en una serie de acciones de comandantes más jóvenes, que trajeron la victoria. con sus tácticas de combate en el Glorioso Primero de junio (1794), Cabo San Vicente (1797) y, por supuesto, Trafalgar.

Si se adhiere rígidamente a las Instrucciones de combate o se rompe en un combate, la Royal Navy nunca sufrió una derrota decisiva en el mar después de la Batalla de Beachy Head (1690). La Gran Era de la Lucha luego pasó su punto máximo, y solo habría una batalla de una gran flota de navegación, la masacre unilateral de un escuadrón turco-egipcio por una flota combinada compuesta por buques de guerra británicos, franceses y rusos en la Bahía Navarino en 1827.