martes, 6 de agosto de 2013

Guerra Hispano-Norteamericana: El desastre de Santiago de Cuba (1898)

Comunicado del combate naval de Santiago que el almirante don Pascual Cervera cursó al general en jefe y al Ministro de Marina


Alte. Pascual Cervera


Excmo. e Ilmo. Sr.:

En cumplimiento de las órdenes de V.E.I., con la evidencia de lo que había de suceder y tantas veces había anunciado, salí de Santiago de Cuba con toda la Escuadra que fue de mi mando, en la mañana del día 3 del corriente mes de julio.

Las instrucciones dadas para la salida eran las siguientes: El «Infanta María Teresa», buque de mi insignia, había de salir el primero, siguiendo sucesivamente el «Vizcaya», «Colón», «Oquendo» y destructores. Todos los barcos tenían todas sus calderas encendidas y con presión.

Al salir el «Teresa» empezaría el combate con el enemigo que estuvieran más a propósito, y los que le seguían procurarían dirigirse al oeste a toda fuerza de máquinas, tomando la cabeza el «Vizcaya». Los cazatorpederos habían de mantenerse, si podían, fuera del fuego, espiar un momento oportuno para obrar, si se presentaba, y tratar de escapar con su mayor andar, si el combate nos era desfavorable.



Mapa de la batalla y derrotero de los buques

Los buques salieron del puerto con una precisión tan grande, que sorprendió a nuestros enemigos, quienes nos han hecho muchos y muy entusiastas cumplimientos sobre el particular. Tan pronto como salió el «Teresa» rompió el fuego a las 9 h. 35 m., sobre un acorazado que estaba próximo, pero dirigiéndose a toda fuerza de máquina sobre el «Brooklyn», que se encontraba al SO. y que nos interesaba tratar de poner en condiciones de que no pudiera utilizar su posterior andar. Los demás buques empeñaron el combate con los otros enemigos que acudían de los diversos puntos donde estaban apostados. La Escuadra enemiga constaba aquel día de los siguientes buques frente a Santiago de Cuba: «New York», insignia del Contraalmirante Sampson; «Brooklyn», insignia del comodoro Schley; «lowa», «Oregón», «Indiana», «Texas» y varios buques menores, o mejor dicho, transatlánticos y yates armados. Realizada la salida se tomó el rumbo mandado, y el combate se generalizó con la desventaja, no sólo del número sino del estado de nuestra artillería y municiones de 14 centímetros que conoce V.E.I. por el telegrama que le puse al quedar a sus órdenes. Para mí no era dudoso el éxito, por más que alguna vez creí que no sería tan rápida nuestra destrucción.


Crucero acorazado «Infanta María Teresa»

Al «Infanta María Teresa» un proyectil de los primeros le rompió un tubo de vapor auxiliar por el que se escapaba mucho, que nos hizo perder la velocidad con que se contaba; al mismo tiempo otro rompía un tubo de la red de contra incendios. El buque se defendía valientemente del nutrido y certero fuego del enemigo, y no tardó mucho en caer entre los heridos su valiente comandante, capitán de navío don Víctor M. Concas, que tuvo que retirarse y como las circunstancias no permitían perder un segundo, tomé por mí mismo el mando directo del buque esperando ocasión de que pudiera llamarse al segundo comandante, pero ésta no llegó, porque el combate arreciaba, los muertos y heridos caían sin cesar, y no había que pensar en otra cosa que en hacer fuego en tanto que se pudiera.

En tal situación, teníamos fuego en mi cámara, donde debieron hacer explosión algunos de los proyectiles que allí había para los cañones de 57 mm.; vinieron a participarme haberse prendido fuego al cangrejo de popa y caseta del puente de popa, al mismo tiempo que el incendio iniciado en mi cámara se corría al centro del buque con gran rapidez, y como no contábamos con agua, fue tomando cada vez más incremento siendo impotentes nosotros para atajarlo. Comprendí que el buque estaba perdido y pensé desde luego en donde lo vararía para perder menos vidas, pero continuando el combate en tanto fuera posible.

Desgraciadamente el fuego ganaba terreno con mucha rapidez y voracidad, por lo que envié uno de mis ayudantes con la orden de que se inundasen los pañoles de popa, encontrándose éste ser imposible penetrar en los callejones de las cámaras a causa del mucho humo y del vapor que salía por la escotilla de la máquina, donde también le fue absolutamente imposible penetrar, a causa de no permitir la respiración abrasadora de la atmósfera; por tanto fue necesario dirigirnos a una playita al 0. de Punta Cabrera, donde embarrancamos con la salida, al mismo tiempo que se nos paraba la máquina; era imposible subir municiones ni nada que exigiera ir bajo la cubierta acorazada, sobre todo a popa de las calderas, y en tal situación no había que pensar más que en salvar la parte que se pudiera de la tripulación, de cuya opinión fueron el segundo y tercer comandantes y los oficiales que se pudieron reunir, a los que consulté si creían que podía continuar el combate, contestando que no.

En tan penosa situación, habiendo empezado las explosiones parciales de los depósitos de las baterías, di orden de arriar la bandera e inundar todos los pañoles: la primera no pudo ejecutarse a causa del terrible incendio que había en la toldilla, habiéndose quemado al poco rato. Ya era tiempo: el fuego ganaba con mucha rapidez y apenas hubo el suficiente para abandonar el buque, cuando ya el fuego llegaba al puente, y eso ayudados por dos botes americanos que llegaron como tres cuartos de hora después de la embarrancada.

Entre los heridos están el teniente de navío don Antonio López Cerón y alférez de navío don Angel Carrasco, y faltan el capitán de Infantería de Marina don Higínio Rodríguez, al que creo mató un proyectil, el alférez de navío don Francisco Linares, el segundo médico don Julio Díaz del Río, el maquinista mayor de primera clase don Juan Montero y el de segunda don José Melgares, cuyo cadáver salió a la playa. El salvotaje se hizo tirándose al agua los que sabían nadar, intentando tres veces llevar una guía a tierra, lo que sólo se consiguió a última hora y ayudados por los dos botes americanos de que llevo hecha mención. Nosotros arriamos un bote que parecía bueno e inmediatamente se fue a pique, y se echó al agua un bote de vapor, que sólo pudo hacer un viaje, porque también se fue a pique por efecto de las averías que tenía, al intentar volver a bordo por segunda vez, quedando agarrados a él los tres o cuatro hombres que lo llevaban y que se salvaron unos a nado y otros los recogió un bote americano.

El comandante, ayudado por buenos nadadores, había ido a tierra; el segundo y tercero dirigían a bordo el embarco, y necesitándose dirección en tierra, cuando ya venían los botes americanos, yo me fui a nado, ayudado por dos cabos de mar llamados don Juan Llorca y Andrés Sequeiro y mi hijo ayudante, teniente de navío don Angel Cervera.


Concluido el desembarco de la gente, fui invitado por el oficial americano que mandaba los botes de seguirle a su buque, que era el yate armado «Gloucester», a donde fui acompañado de mi capitán de bandera herido, de mi hijo ayudante y del segundo del buque que fue el último que lo abandonó.

Durante este período, el aspecto del buque era imponente porque se sucedían las explosiones y estaba para aterrar a las almas mejor templadas.

Nada absolutamente creo que pueda salvarse del buque, y nosotros lo hemos perdido todo, llegando la inmensa mayoría absolutamente desnudos a la playa.

Pocos minutos después que el «Teresa» embarrancaba el «Oquendo» en una playa como a media legua al oeste de él, con un incendio parecido al suyo, y se perdieron de vista por el Oeste el «Vizcaya» y el «Colón», perseguidos por la escuadra enemiga. Según me ha manifestado el contador del «Oquendo», único oficial que está en el mismo buque que yo, la historia de este desgraciado buque y su heroica tripulación es la siguiente, que tal vez se rectifique algo, pero sólo en detalles, no en el fondo de los hechos:

El desigual y mortífero combate sostenido por este buque se hizo más desigual aún porque al poco tiempo de comenzado un proyectil enemigo entró en la torre de proa matando a todo el personal de ella, menos un artillero que quedó muy mal herido.

A la batería de 14 centímetros, barrida por el fuego enemigo desde el principio, sólo le quedaron dos cañones útiles, con los que continuó defendiéndose con una energía incomparable. También la torre de popa quedó sin su oficial comandante, muerto por un proyectil del enemigo que entró al abrir la puerta para poder respirar, porque se asfixiaban dentro. No conoce el Contador la historia de la batería de tiro rápido y sólo sabe que disparaba, seguramente, lo mismo que toda esta valiente tripulación. Hubo dos incendios: el primero, que se dominó, ocurrió en el sollado de proa, y el segundo, que se inició a popa, no se pudo dominar, porque ya no daban agua las bombas, quizá por las mismas causas que en el «Teresa».


Flota Americana previa al zarpado hacia Cuba (Filmación de Thomas Alba Edison)

USS Brooklyn


Los ascensores de municiones de 14 centímetros faltaron desde el principio, pero no faltaron municiones en la batería, mientras que pudo batirse, por los repuestos que, a prevención, se habían puesto en todos los buques. Cuando el valiente comandante del «Oquendo» vio que no podía dominar el incendio y no tenía ningún cañón en estado de servicio, fue cuando se decidió a embarrancar, mandando previamente disparar todos los torpedos, menos los de popa, por si se acercaba algún buque enemigo, hasta que llegado el último extremo mandó arriar la bandera, minutos después que el «Teresa» y previa consulta a aquellos oficiales que estaban presentes. Los comandantes segundo y tercero y tres tenientes de navío habían ya muerto. El salvamento de los supervivientes fue organizado por su comandante, que ha perdido la vida por salvar la de sus subordinados. Hicieron una balsa, arriaron dos lanchitas, únicas embarcaciones que les quedaban útiles, y últimamente fueron auxiliados por embarcaciones americanas, y según me dijo un insurrecto, a quien hablé en la playa, también les auxilió un bote que éstos tenían.

Sublime era el espectáculo que presentaban estos dos buques; las continuas explosiones que se sucedían sin cesar, no acobardaban a estos valientes, que han defendido sus buques hasta el punto de no haber podido ser hollados por la planta de ningún enemigo.

Cuando fui invitado por el oficial americano a seguirlo, según dije a V.E.I anteriormente, di instrucciones para el reembarco al tercer comandante don Juan Aznar, a quien no he vuelto a ver desde entonces. Al llegar al buque americano, que era el yate armado «Gloucester», encontré allí una veintena de heridos pertenecientes en su mayor parte a los cazatorpederos, los comandantes de éstos, tres oficiales del «Teresa», el Contador del «Oquendo» y nos reunimos entre todos hasta noventa y tres personas, pertenecientes a las dotaciones de la Escuadra.

El comandante y oficiales del yate nos recibieron con las mayores atenciones, esforzándose por atender a nuestras necesidades, que eran de todo género, porque llegamos absolutamente desnudos y hambrientos; me manifestó el comandante que como su buque era tan pequeño, no podía recibir aquella masa de gente, e iba a buscar un buque mayor que los embarcara. Los insurrectos, con quienes yo había hablado, me habían dicho que con ellos tenían unos 200 hombres entre los que había 5 ó 6 heridos, y me añadieron de parte de su jefe que si queríamos irnos con ellos les siguiéramos y nos auxiliarían con lo que ellos tenían, a lo que les contesté que dieran las gracias a su jefe y le dijeran que nosotros nos habíamos rendido a los americanos; pero que si tenían médico, les agradecería que curaran una porción de heridos que teníamos en la playa, algunos de ellos muy graves.

Al comandante del yate le comuniqué esta conversación con los insurrectos y le supliqué reclamara nuestra gente, lo que me prometió, enviando al efecto un destacamento con bandera. También envió algunos víveres de que tan necesitados estaban en la playa.

Seguimos después hacia el O. hasta encontrar el grueso de la Escuadra, de la que se destacó el crucero auxiliar «Paris», y nuestro yate siguió hasta frente a Cuba, donde recibió órdenes con arreglo a las que unos fuimos transbordados al «Iowa» y otros lo fueron a otros barcos.

Durante mi permanencia en el yate pedí a los comandantes de los cazatorpederos noticia de la suerte que les había cabido, teniendo el conocimiento de saber su triste fin.

De lo ocurrido al «Furor», puede V.E.I. enterarse detalladamente por la adjunta copia del parte de su comandante; en él encontró una muerte gloriosa el capitán de navío don Fernando Villaamil, y el número de bajas acredita cómo se ha conducido este pequeño buque cuyo comandante también fue herido levemente.

Cuando llegué al «Iowa», donde fui recibido con toda clase de honores y consideraciones, tuve el consuelo de ver en el portalón al bizarro comandante del «Vizcaya», que salió a recibirme con su espada ceñida porque el comandante del «Iowa» no quiso que se desprendiera de ella en testimonio de su brillante defensa. Adjunta es también copia del parte que me ha producido, por el cual vendrá V.E.I. en conocimiento de esta historia tan parecida a la de sus hermanos «Teresa» y «Oquendo», lo que prueba que los mismos defectos han producido las mismas desgracias, habiendo sido todo cuestión de tiempo.

En el «Iowa» estuve hasta las cuatro de la tarde, en que fui trasbordado al «San Luis», donde encontré al general segundo jefe y comandante del «Colón».

Cuando estando aún en el «Iowa» se incorporó el almirante Sampson, le pedí permiso para telegrafiar a V.E.I., haciéndolo en los Siguientes términos:


«En cumplimiento de las órdenes de V. E., salí ayer mañana de Cuba con toda la Escuadra, y después de un combate desigual contra fuerzas más que triples de las mías, toda mi Escuadra quedó destruida, incendiados y embarrancados el "Teresa", "Oquendo" y "Vizcaya"; el "Colón", según informes de los americanos, embarrancado y rendido; los cazatorpederos a pique. Ignoro aún las pérdidas de gente, pero seguramente sumen más de 600 muertos y muchos heridos, aunque no en tan grande proporción. Los vivos somos prisioneros de los americanos. La gente toda rayando a una altura que ha merecido los plácemes más entusiastas de los enemigos. Al comandante del "Vizcaya" le dejaron su espada. Estoy muy agradecido a la generosidad e hidalguía con que nos tratan. Entre los muertos está Villaamil y creo que Lazaga; entre los heridos, Concas y Eulate. Hemos perdido todo y necesitaré fondos. - Cervera. - 4 de junio de 1898.»
En cuyo, telegrama hay que rectificar la suerte del «Plutón», que no fue echado a pique, sino que, sin poderse sostener a flote, consiguió embarrancar como V.E.I. verá en el parte de su bizarro comandante.


Arriba: El acorazado Vizcaya previo a la batalla, en una visita de cortesía al puerto de New York. Abajo: Los restos del crucero acorazado "Vizcaya" fotografiados por W.H. Hearts 




Réstame decir a V.E.I., para completar los rasgos característicos de esta lúgubre jornada, que nuestros enemigos se han conducido y se conducen actualmente con nosotros con una hidalguía y delicadeza que no cabe más; no sólo nos han vestido como han podido, sino que han suprimido la mayor parte de los «hurras» por respeto a nuestra amargura; hemos sido y somos objeto de entusiastas felicitaciones por nuestra actuación, y todos, a porfía, se han esmerado en hacernos nuestro cautiverio lo más llevadero posible.

En resumen: la jornada del 3 ha sido un desastre horroroso, como yo había previsto; el número de muertos es, sin embargo, menor del que yo temía; la Patria ha sido defendida con honor y la satisfacción del deber cumplido dejan nuestras conciencias tranquilas, con sólo la amargura de lamentar lo pérdida de nuestros queridos compañeros y las desdichas de 1a Patria.

Foto del Infanta Teresa tomadas por Caspar F. Goodrich y Richmond P. Hobson momentos antes de subir al buque para inspeccionarlo

También acompaño a V.E.I. relación de los jefes, oficiales y guardias marinas muertos, heridos, contusionados y desaparecidos y otra de los heridos no oficiales que hay en este buque; la gran masa de heridos está a bordo del buque hospital, que es el vapor «Solace».

Como comprendo que V.E.I. tendrá dificultades para transmitir esta comunicación, me permito enviarle un traslado al Excmo. Sr. Ministro de Marina.

Dios guarde a V.E.I. muchos años.

En la mar, a bordo del «San Luis», 9 de julio de 1898.

Firmado: Pascual Cervera.


lunes, 5 de agosto de 2013

AShM: Zvezda Kh-35 (Rusia)

Misil antibuque Zvezda Kh-35 (A-20) 

 

El Zvezda Kh-35U (en ruso: Х-35У; AS-20 'Kayak') es la versión lanzada desde aviones de combate del misil antibuque subsónico ruso. El mismo misil puede ser también lanzado desde helicópteros, barcos de superficie y baterías de defensas costeras con la ayuda de un cohete acelerador, en cuyo caso es conocido como Uran ('uranio'; SS-N-25 'Switchblade'; GRAU 3M24) ó Bal ('ballena'; SSC-6 'Stooge'; GRAU 3K60). Es también llamado Harpoonski por su similaridad al AGM-84 Boeing Harpoon. Es diseñado para atacar buques de hasta 5000 toneladas.[1] 

 

El Kh-35 es un misil subsónico con una aerodinámica convencional: una toma de aire en la parte baja, y una configuración en X de las alas y las aletas. Está hecho de aleaciones de aluminio para aligerar el peso además de estar diseñado para reflejar un bajo eco radar. 



Puede ser utilizado tanto desde naves de superficie de mucho o poco calado, defensas costeras, helicópteros navales y aviones. El sistema Uran, de pequeño tamaño, fue desarrollado por el Centro Estatal de Investigación y Desarrollo Zvezda-Strela para la Armada de la Federación Rusa, y entró en servicio hacia 1983. Puede atacar naves de superficie, misiles, naves torpederas, y de transporte. 

 

Se dice que en términos de peso y dimensiones, el misil es superior a cualquier sistema de armas del mismo tipo fabricado en otras partes del mundo. 

Como los demás sistemas soviéticos, combina un motor permanente y un motor cohete de combustible sólido desechable en vuelo. El peso máximo del diseño estipulado era de entre 500 y 600 kg., pero las versiones navales del Kh-35, que no dependen tanto de su portabilidad, pesan más de 600 kg y expanden muchas de sus capacidades. Pero también hay versiones para lanzamiento aéreo, que al estar adaptadas a los sostenes standard, pueden ser llevados incluso por aviones de la fuerza aérea no preparados. 

Historia operacional 
El Kh-35U entró en servicio en 1994. El Kh-35U ha sido adquirido también por la India.[2] 

 

Variantes 
-Kh-35U (AS-20 'Kayak', Article 78U) - lanzado desde jets rápidos.[1] 
-Kh-35E Uran (SS-N-25 'Switchblade', 3M24) - lanzados desde helicópteros, batería de defensa costera, y buques[1] tales como las fragatas Neustrashimy, fragatas Tartarstan/Gepard y dos fragatas Krivak actualizadas. Viene en un lanzador tipo container con cuatro misiles. 
-3M24M Bal (SSC-6 'Stooge') - versión de defensa costera, muy similar al Kh-35E 
-IC-35 - drone de puntería 
-Kh-35UE - mejora con motor más pequeño permitiendo un incremento en la capacidad de combustible y alcance extendido.[2] 
-Kh-37 (3M24E1) - mejora propuesta con 250 km de alcance y capacidad de ataque a tierra, guiado de medio curso por GPS y buscador de imagen infrarroja acorde a un Standoff Land Attack Missile (SLAM).[3] Algunas fuentes atribuyen el nombre de Uran ó Bal a esta variante. 

 

Especificaciones técnicas Uran Kh-35 
Alcance 5-130 km a una altura de 10 a 15 metros 
Peso 630 kg 
Largo 3,75 m 
Velocidad 300 m/s 
Tipo de buscador radar activo 

Notas y referencias 
1. Rosoboronexport Air Force Department and Media & PR Service, AEROSPACE SYSTEMS export catalogue, Rosoboronexport State Corporation, p. 123 
2. "Kh-37", Jane's Air-Launched Weapons, 2008-08-01[dead link] 
3. Artículo de Jane's


CSSBL 
Wikipedia


domingo, 4 de agosto de 2013

DDG: clase Udaloy (URSS/Rusia)



Destructor de guerra anti-submarina clase Udaloy 

 
 
Los barcos de la clase Udaloy I son destructores especializados en guerra antisubmarina 

Clase Udaloy I 
Entró en servicio 1980 
Tripulación 220 a 249 hombres 
Dimensiones y desplazamiento 
-Longitud 163.5 m 
-Manga 19,3 m 
-Calado 7,5 m 
-Desplazamiento, estándar de 6 700 toneladas 
-Desplazamiento, a plena carga de 8 500 toneladas 
Propulsión y velocidad 
-Velocidad 29 nudos 
-Propulsión COGAC, 2 x turbinas de gas M62 en desarrollo 55 500 shp 
Aeronaves 
-2 helicópteros Ka-27 x Hélice 
Armamento 
-Artillería 2 x cañones de 100 mm DP, 4 x CIWS AK-630 de 30 mm 
-Misiles 2 x cuádruples lanzadores de misiles ASW (sin recarga) Rastrub (SS-N-14 Silex), 8 x lanzamisiles SAM (64 misiles) Klinik (SA-N-9 Gauntlet) 
-2 x tubos lanzatorpedos cuadruple de torpedos de 533 mm 
-Otros 2 x lanzacohetes ASW RBU 6.000, los carriles para 26 minas 

 

Los barcos de la clase Udaloy I (Proyecto 1155 Fregat) se consideraron de grandes barcos ASW (Bolshoy protivolodochny korabl) por los soviéticos. El programa se inició en 1972, y dos buques, Udaloy y Vitse/Almirante Kulakovestaban en funcionamiento a principios de 1982. Sobre la base de la clase Krivak, los buques Udaloy I fueron concebidas como plataformas ASW de largo alcance, con una capacidad de reabastecimiento en medio curso, para proporcionar apoyo a los grupos de trabajo de superficie. La serie finalmente cedió a 12 buques. Siete buques permanecen en el servicio, estos se mantienen en parte a costa de los destructores clase Sovremenny. 



La clase Udaloy I está armado con dos lanzadores cuádruples de misiles Rastrub (SS-N-14 Silex). Un sistema único de hangar doble con cubierta de vuelo de helicóptero asociada se encuentra en popa para dos helicóptero ASW Ka-27 Helix-A. Equipo adicional ASW abarca un sistema de búsqueda/ataque activo/pasivo de sonar Polinom (Horse Jaw). Para la defensa aérea, las naves que Udaloy están equipados con ocho lanzadores verticales de seis misiles superficie-aire Klinok (SA-N-9 Gauntlet), de los cuales 64 se portan corrientemente. Estos pueden atacar objetivos aéreos a una distancia de hasta 12 km ya una altura tan baja como tres metros y hasta 12.192 m. 



Un solo buque siguió a esta clase con el Udaloy II (Proyecto 1155.1 Fregat) que fue comisionado en 1995. Este diseño fue pensado para proporcionar capacidades más equilibradas, y como tal presentó dos lanzadores cuádruples de misiles anti-buque P-270 Moskit (SS-N-22 Sunburn), en lugar de los Rastrub. Para la defensa propia, dos cañones CIWS combinados con misiles Kortik (CADS-N-1) fueron agregados, cada uno incorporando dos armas Gatling de seis cilindros de 30mm y ocho misiles tierra-aire 9M87/9M88 (SA-N-11 Grison). Un nuevo cañón doble de 130mm de doble propósito también está equipado, mientras que la capacidad ASW se mantiene con los misiles Viyoga (SS-N-15 Starfsih). Aunque dos barcos más fueron planeadas, sólo el Almirante Chabanenko ha entrado en servicio de la Flota del Norte. 

 
 


Military-Today


sábado, 3 de agosto de 2013

Historia naval: El FLACH chileno

¿Qué fue del primer submarino chileno?

La nave, creada por el inmigrante alemán, Karl Flach, es la quinta a nivel mundial, la segunda en América y la primera en América Latina.
Cristian Riffo


Imagen que muestra otro submarino también fabricado en Chile. Fue realizado por Gustavo Hayerman. El Flach tenía una conformación muy similiar a éste, y tenia 12,5 metros de largo.


El Submarino Flach –propulsado por fuerza humana- fue construido por este ingeniero tras la petición del Presidente de la época, José Joaquín Pérez, para que empresarios inventaran armamentos destinados a defender Valparaíso de los ataques de la flota española en la guerra de 1865-1866.

Una gran expectación es la que se vivía en la rada de Valparaíso la mañana del 4 de mayo de 1866. Ante la mirada de un grupo de curiosos, 11 personas ingresaban a un extraño cilindro de fierro de 12,5 metros de largo. Se trataba del primer submarino propulsado con fuerza humana y fabricado en nuestro país. Ese día se realizaría su primer viaje oficial. Pero este hecho histórico en pocas horas se transformó en una tragedia. Por circunstancias que hasta hoy 147 años después se desconocen, el submarino se clavó en el espeso sedimento del fondo marino.
“A las tres de la tarde no se ha visto todavía salir al bote submarino. Como a las nueve fue la hora en que empezó su navegación. Varias veces salió a flote y volvió a bajar. La última sumersión se hizo cerca del fondeadero de los vapores. Uno de los prácticos que andaba en un bote se aburrió de esperarlo y se vino a tierra. Diez hombres andaban a bordo del bote submarino”, señaló al día siguiente el diario El Mercurio de Valparaíso.
La tripulación estaba integrada por siete alemanes, en los que se incluía a Flach (el constructor) y su hijo de 16 años; además iban dos franceses y dos Chilenos, Adolfo Pulgar y Francisco Rodríguez. El 4 de mayo la autoridad marítima de Valparaíso ordenó a todas sus unidades realizar la rebusca del submarino que aún no afloraba, y pasado medio día, un par de remolcadores lograron identificar, a un costado del dique Santiago, una línea de burbujas que subían desde la profundidad a la superficie.
Dos días después,un buzo nacional logró ubicar el submarino en la posición señalada, a unos 50 metros de profundidad, tarea a la que se sumó el buzo John Wallace, de la fragata inglesa HMS Leander, quien logró amarrar el submarino para intentar reflotarlo. Todos los esfuerzos fueron inútiles. Hasta ahora el Flach permanece en el fondo de la rada de Valparaíso.
La construcción del primer submarino chileno, el segundo de América, el quinto en el mundo, fue producto de la creación del inmigrante alemán avecindado en Valparaíso Karl Flach. Cabe recordar que entre los años 1865 y 1866 Chile y Perú libraban una guerra contra España. Esa fue la razón principal por la que el entonces Presidente de la República, José Joaquín Pérez, pidió a los empresarios crear armas de defensa para los puertos. Tras ese llamado se presentaron dos prototipos de submarinos: Tipo cigarro, del ingeniero Gustavo Heyermannn, construido en Santiago; y el del ingeniero Karl Flach, construido en una maestranza ubicada en el sector de las Torpederas en Valparaíso.
Ninguno de los proyectos estuvo listo para ser empleado en la defensa del puerto, el que fue finalmente bombardeado el 31 de marzo de 1866 por la escuadra del Brigadier Casto Méndez Núñez.
El submarino Flach fue armado completamente con planchas de fierro. Tenía un largo de 12,5 metros y un peso cercano a las 100 toneladas. Quizás lo más increíble es que se movía gracias a la propulsión humana, con pedales que movían sus dos hélices. Un completo sistema de arrastre de pesos de un lado a otro de la nave hacia que se hundiera. Justamente allí parece que radicó la falla. Así al menos lo cree Salvador Villanueva, inventor, buzo e ingeniero en pesca.
“Flach no tenía experiencia submarina y fue muy imprudente en una navegación relativamente compleja. El equilibrio de los pesos es muy frágil. Creo que se produjo un desorden a bordo. La gente que se fue a proa e inclinó el submarino. Luego se fueron hasta el fondo sin poder salir de allí”, indicó el experto.
El submarino contaba con dos cañones y una escotilla. Para poder activar el cañón de retrocarga, “el Flach debía salir a superficie e inclinarse mediante pesos. De esa manera, la trompa de la nave se elevaba y se podía disparar el cañón”, comentó Villanueva, quien realizó un dibujo que recrea el interior del Flach.

LA BÚSQUEDA
El año 2006, el documentalista Juan Enrique Benítez, buzos tácticos de la Armada y un grupo técnico de profesionales de la Universidad Internacional SEK, realizaron la primera búsqueda formal con el objetivo de encontrar esta reliquia naval desconocida para una gran mayoría de compatriotas.
“Creemos que la hazaña del industrial Karl Flach y de su submarino impulsado por fuerza humana -un desarrollo tecnológico notable para esa época- es un extraordinario suceso lleno de valor histórico que traspasa las fronteras y que es necesario rescatar del olvido, difundirlo y darlo a conocer a una enorme cantidad de chilenos y a un público internacional que desconocen este increíble invento tecnológico realizado por un inmigrante alemán que dio su vida, la de su hijo y nueve personas más para defender nuestra nación”, afirmó en esos años Benítez.
En la búsqueda, se utilizó tecnología de punta como “magnetómetro digital, sonar de barrido lateral, perfiladores de fondo e instrumentos acústicos especiales para detectar elementos cubiertos por sedimentos”, cuenta Pedro Pujante, quien por esos años era decano de la Universidad SEK y responsable de la parte técnica de la búsqueda junto a la Armada de Chile.
Pujante hoy es director del Instituto de Arqueología Náutica y Subacuática, y recuerda algunos aspectos vinculados a la investigación y búsqueda que se realizó en la rada de Valparaíso. “El proyecto se realizó en una serie de etapas que se fueron cumpliendo. Se hicieron una serie de análisis en la zona y se detectaron varias zonas donde pudiera estar el submarino sumergido bajo el sedimento marino. Sin embargo, se debía iniciar una nueva etapa que hasta ahora no se ha realizao, pero no se puede descartar. En su momento el Flach fue muy mediático, pero hay otros hallazgos importantes en Chile”, dijo a El Día.
El experto asegura que existen una serie de otros naufragios a nivel nacional que también requieren una preocupación por parte de las autoridades. “Un claro ejemplo es la Esmeralda que se encuentra sumergida y no existe una preocupación por su estado. No se ha realizado ningún estudio que dé cuenta de la situación en la que se encuentra. A mi juicio se debe hacer un estudio y determinar su deterioro. Conozco personas que han buceado en diferentes etapas y me han señalado que han desaparecido algunos cosas”, indicó Pedro Pujante.
Como asegura el experto, nuestro país posee una gran cantidad de naufragios que pueden ser estudiados y protegidos, pero ese será tema de otro reportaje, por ahora el primer submarino fabricado en nuestro país sigue sumergido en el fondo marino, pero gracias al esfuerzo de personas como Juan Enrique Benítez, Pedro Pujante e instituciones como la Armada, su historia pudo ser conocida por el público.

CARACTERÍSTICAS DEL FLACH

• Eslora: 40 pies (12, 5 mts)
• Diámetro: 8 pies (2,5 mts)
• Velocidad: 2-3 nudos
• Propulsión: dos hélices movidas por un cigüeñal que giraban por la fuerza muscular de los tripulantes
• Armamento: 1 cañón en su punta y 1 cañón de retrocarga, disparados bajo del agua
• Tripulación: 11 personas (7 alemanes -donde se incluye a Flach y su hijo de 16 años- dos franceses y dos chilenos -Adolfo Pulgar y Francisco Rodríguez)

Diario El Día

viernes, 2 de agosto de 2013

Historia naval: Historia del encorazado (parte 1)

Buque de guerra acorazado
Parte I
Sigue en Parte II



La primera batalla entre los ironclads: El CSS Virginia (salida) combate al USS Monitor, en 1862 en la Batalla de Hampton Roads

Un encorazado (ironclad) era un buque de guerra propulsado a vapor de fines del siglo XIX, protegido por blindajes del hierro o de acero. [1]

El acorazado fue desarrollado como resultado de la vulnerabilidad de buques de guerra de madera a las granadas explosivas o incendiarias. El primer encorazado, La Gloire, fue lanzado por la Armada francesa en 1859; [2] ello incitó a los británicos a comenzar la construcción de ironclads. Después de que los primeros choques de ironclads ocurrieran durante la Guerra Civil americana, se puso de manifiesto que el acorazado había reemplazado a la nave desarmada de la línea de batalla como el buque de guerra de más gran alcance a flote. [3]

Ironclads fue diseñado para varios papeles, incluyendo como acorazados de los alta mar, naves de defensa costeras, y cruceros de largo alcance. La evolución rápida del diseño del buque de guerra en el siglo de fines del siglo diecinueve transformó el acorazado de un buque de estructura de madera que llevaba velas para complementar sus motores de vapor en acorazados y los cruceros construidos en acero con torretas familiares en el vigésimo siglo. Este cambio fue empujado por el desarrollo de armas navales más pesadas (los ironclads de los 1880s llevaron algunas de las armas más pesadas montadas nunca en el mar), de motores de vapor más sofisticados, y de avances en metalurgia que hizo la construcción naval de acero posible.

El paso rápido del cambio en el período acorazado significó que muchas naves eran obsoletas tan pronto como fueran completas, y que la táctica naval estaba en un estado de flujo. Muchos ironclads fueron construidos para hacer uso del espolón o del torpedo, que un número de proyectistas navales consideraban las armas cruciales del combate naval. No hay extremo claro al período acorazado, sino hacia el final de los 1890s el acorazado del término caído de uso. Las nuevas naves fueron construidas cada vez más a una configuración estándar y señalaron los acorazados o los cruceros acorazado.


Antes del Encorazado
El encorazado llegó a ser técnicamente factible y tácticamente necesario debido a progresos en construcción naval por la mitad primer del siglo XIX. Según el historiador naval R.D. Hill:

"El (encorazado) tenía tres principales características: un casco de carrocería de metal, propulsión del vapor y un armamento principal de arma capaces de disparar granadas explosivas. Es solamente cuando las tres características están presentes que una nave de combate se puede correctamente llamar un encorazado (ironclad)."

- R.D.Hill [4]

Cada uno de estos progresos fue introducido por separado en la década antes de los primeros ironclads.


Propulsión del vapor


Le Napoléon (1850), el primer battleship a vapor

En la siglo 18 y 19 las flotas habían confiado en dos tipos de buque de guerra importante, la nave de línea y la fragata. El primer cambio principal a estos tipos fue la introducción de la energía de vapor para la propulsión. Mientras que los buques de guerra del vapor de paleta habían sido utilizados desde los 1830s en adelante, la propulsión del vapor llegó a ser solamente conveniente para los buques de guerra importantes después de la adopción de la hélice de tornillo en los 1840s. [5]

Las primeras fragatas movidas por motor a vapor y tornillo fueron construidas a mediados de los 1840s, y al final de la década la Marine Française introdujo la energía de vapor a su línea de la batalla. El deseo para el cambio vino de la ambición de Napoleon III ganar mayor influencia en Europa, que requirió un desafío a los británicos en el mar. [6] El primer acorazado especialmente diseñado del vapor fue el Le Napoléon de 90 cañones en 1850. [5] Armaron a Le Napoléon como un barco de línea convencional, pero sus motores de vapor podrían darle una velocidad de 12 nudos (22 kilómetros por hora), sin importar las condiciones del viento: una ventaja potencialmente decisiva en un combate naval.

La introducción de la nave de línea a vapor llevó a una competición de construcciones navales entre Francia y Gran Bretaña. Ocho barcos hermanos a Le Napoléon fueron construidos en Francia durante diez años, pero el Reino Unido pronto se las arregló para guiar en la producción. En conjunto, Francia construyó diez nuevos acorazados de madera del vapor y convirtió 28 de naves más viejas de la línea, mientras que el Reino Unido construyó 18 y convirtió 41. [5]


Granadas explosivas


Un cañón de granada naval de Paixhans. 
Musée de la Marine

La era de los barcos de línea de madera del vapor fue breve, debido a las nuevas armas navales, de más alcance. En los 1820s y 1830s, los buques de guerra comenzaron a montar cañones cada vez más pesadas, reemplazando 18 cañones de 32-, 36 - o aún 42 libras en veleros e introduciendo 68 libras en vapores. Al mismo tiempo, las primeras cañones de granada que disparaban granadas explosivas fueron introducidas después de su desarrollo por el General francés Henry-Joseph Paixhans, y para los 1840s era parte del armamento estándar para los poderes navales incluyendo la Marine francesa, Royal Navy británica, Armada Imperial rusa y Armada de los Estados Unidos. Se sostuvo a menudo que el poder de granadas explosivas de romper cascos de madera, según lo demostrado por la destrucción rusa de un escuadrón turco en la Batalla de Sinope, marcó el fin de los buques de madera de guerra. [7] Una visión alternativa es que la amenaza más práctica para las naves de madera era del tiro candente convencional de la disparo de cañón, que podría alojarse en el casco de una nave de madera y causa una explosión del fuego o de la munición. Algunas armadas incluso experimentaron con el tiro hueco llenado del metal fundido para el poder incendiario adicional. [8]


Blindaje de hierro


Batería flotante acorazada Lave de la Marine francesa, en 1854. Este acorazado, junto con sus similares Tonnante y Dévastation, vencieron a las baterías rusas de tierra en la Batalla de Kinburn (1855).

En los 1850s, las armadas británica y francesa desplegaron las baterías flotantes de hierro como suplemento a la flota de batalla de madera y propulsadas a vapor en la Guerra de Crimea. El papel de la batería era asistir al mortero no blindado y a las cañoneras que bombardeaban fortalecimientos de la costa. Tres baterías acorazadas fueron usados por los franceses (Lave, Tonnante y Dévastation) en 1855 contra las defensas en el Batalla de Kinburn (1855) en el Mar Negro, donde estaban efectivos contra las defensas rusas de la costa. Serían utilizadas más adelante otra vez durante la guerra italiana en el Adriático en 1859. [9] Los Británicos proyectan utilizar el suyo en el mar Báltico contra Kronstadt eran influyentes en hacer a los rusos demandar para la paz. [10]

Las baterías tienen una demanda al título de los primeros buques de guerra acorazados [11] pero ellas eran capaces de solamente 4 nudos (7.4 kilómetros por hora) bajo su propio poder y fueron remolcadas en la acción, [12] y eran marginales al trabajo de la armada. [10] El breve éxito de las baterías acorazadas flotantes convenció Francia comenzar el trabajo sobre los buques de guerra acorazados para su flota de batalla. [10] 


Primeras naves encorazadas y sus batallas 

En alta mar a finales de los 1850s estaba claro que Francia no podía igualar los niveles de construcción de los británicos respecto a buques de guerra de vapor, y para recuperar la iniciativa estratégica un cambio espectacular fue requerido. El resultado era el primer acorazado de alta mar, el La Gloire, comenzado en 1857 y lanzado en 1859. [13]

El casco de madera del La Gloire fue modelado en el de una nave del vapor de la línea, reducida a una cubierta, forrada en placas del hierro 4.5 pulgadas (114 milímetros) densamente. Un motor de vapor la propulsó, impulsando una única hélice de tornillo para una velocidad 13 nudos (24 kilómetros por hora). La armaron con treinta y seis armas rayadas de 6.4 pulgadas (160 milímetros). Francia procedió a construir 16 buques de guerra acorazados, incluyendo dos naves hermanas más al La Gloire, y los únicos ironclads broadside de dos cubiertas nunca se construyeron, el Magenta y Solferino. [14]


El HMS Warrior (1860), primer barco de guerra acorazado de la Royal Navy

La Royal Navy de Gran Bretaña no iba a sacrificar su ventaja en las naves del vapor de la línea, sino que fue determinado que los primeros acorazados británicos superaran a las naves francesas por todos conceptos, particularmente velocidad. Un acorazado rápido tendría la ventaja de poder elegir un alcance de combate que podría hacerla invulnerable al fuego enemigo. La especificación de los británicos era más una fragata grande, de gran alcance que un barco de línea. El requisito para la velocidad significó un buque muy largo, que tuvo que ser construido de hierro. [10] El buque resultante fue el HMS Warrior, construido y botado en 1860, primer buque de guerra acorazado de Gran Bretaña. El guerrero era un diseño acertado; sus armas y blindaje eran más efectivos que del La Gloire, y con el equipo más grande de motores de vapor con todo ajustado a una nave que ella podría tratar con vapor en 14.3 nudos. [10]

Antes de 1862, las marinas de guerra a través de Europa habían adoptado encorazados. Gran Bretaña y Francia cada uno tenían dieciséis terminados o bajo construcción, aunque los buques de los británicos eran más grandes. Austria, Italia, Rusia, y España también construían encorazados. [15] Sin embargo, las primeras batallas usando las nuevas naves acorazadas no implicaron ni a Gran Bretaña ni a Francia, e implicaron las naves marcadamente diferentes de la fuego lateral, de los diseños masterizados por La Gloire y del Warrior. El uso de encorazados por ambos lados en el Guerra Civil americana, y el choque de las flotas italianas y austríacas en el Batalla de Lissa, tenían una influencia importante en el desarrollo del diseño acorazado.


Las primeras batallas entre los ironclads: La guerra civil de los EE.UU.

Las primeras batallas entre los encorazados ocurrieron durante la Guerra Civil de los EE.UU. La US Navy cuando la guerra explotó no tenían ningún ironclad, sus naves más de gran alcance que eran seis vapores fragatas no blindadas. [16] Puesto que el núcleo de la Armada seguía siendo leal a la Unión, la Confederación intentó conseguir ventaja en el conflicto naval adquiriendo naves acorazadas modernas. El Congreso Confederado votó $2 millones en mayo de 1861 para comprar encorazados en ultramar, y en julio y agosto el trabajo comenzado sobre la construcción y convertir las naves de madera. [17]

El 12 de octubre de 1861, el CSS Manassas, el CSS Luisiana, y el CSS Mississippi se convirtieron en los primeros encorazados en incorporarse a la batalla, cuando lucharon a los buques de guerra de Union en el Mississippi. Todos fueron construidos en New Orleans para el río y la lucha costera. En febrero de 1862, el CSS incluso más grande Virginia se unió a la Armada Confederada, siendo construido en Norfolk. La Unión había terminado para entonces siete cañoneras acorazadas de la clase City, y estaba a punto de terminar el USS Monitor, un diseño innovador propuesto por el inventor sueco Hans Ericsson. La Unión también construía una fragata acorazado grande, el USS New Ironsides, y el más pequeño USS Galena. [18]

La primera batalla entre los encorazados sucedió el 9 de marzo de 1862, pues el Monitor fue desplegado para proteger la flota de madera de la Union contra el Virginia y otros buques de guerra de la Confederación. En este combate, nombrado la Batalla de Hampton Roads, los dos encorazados intentaron en varias ocasiones pegarsa uno otro mientras que las granadas rebotaron de su blindaje. La batalla atrajo la atención mundial, haciéndola clara que el buque de guerra de madera era anticuado ahora con los encorazados que los destruían fácilmente. [19]


El USS Cairo, un ejemplo de las cañoneras clase City

La Guerra Civil vio más encorazados construidos por los dos lados, y desempeñaron un papel cada vez mayor en la guerra naval junto a los buques de guerra, a los asaltantes de comercio y a los rotores de turbina de bloqueo no blindados. La Union construyó una flota grande de cincuenta monitores modelados en su homónimo. La Confederación construyó naves diseñadas como versiones más pequeñas de la Virginia (Merrimack), todos los cuales vieron acción, [20] solamente sus tentativas de comprar encorazados en ultramar fue frustrado como naves confiscadas las naciones europeas que eran construidas para el Confederación - especialmente en Rusia, el único país en apoyar abiertamente a la Union en la guerra. Solamente el CSS Stonewall fue terminado, el único el otro acorazado no ruso que se terminará sobre los mares, y ella llegó en aguas americanas apenas para la Batalla de Galveston. [21]

Con el resto de la guerra, los encorazados consideraron la acción en los ataques del Union contra las puertos del Sur. Siete monitores de la Unión, incluyendo USS Montauk, así como dos otros ironclads, la fragata acorazada New Ironsides y un buque ligero Keokuk, participado en el ataque de la caida contra Charleston; uno fue hundido. Dos pequeños encorazados, CSS Palmetto State y CSS Chicora y dos encorazados grandes, CSS Shenandoah y CSS Raleigh participaron en la defensa del puerto. Para el ataque posterior en Mobile Bay, el Union montó cuatro monitores así como 11 naves de madera, haciendo frente al CSS Tennessee, al acorazado de más gran alcance de la Confederación y al CSS Mobile, a CSS Montgomery, a CSS Peach State, y al CSS Arizona. [22]

Lissa: La primera batalla de flotas de encorazados


Las flotas se encuentran para la batalla de Lissa

La primera batalla de flotas, y la primera batalla océanica, implicando los buques de guerra acorazados fue la Batalla de Lissa en 1866. Emprendido entre las armadas austrohúngaras e italianas, la batalla marcó con hoyos las flotas combinadas de fragatas y de corbetas de madera y de los buques de guerra acorazados en lados en la batalla naval más grande entre Navarino y Tsushima. [23]

La flota italiana consistió en 12 encorazados y un número similar de buques de guerra de madera, escoltando transportes que llevaron a tropas que se preponían desembarcar en la isla de Lissa en el Adriático. Entre los ironclads italianos estaban siete fragatas acorazadas, cuatro ironclads más pequeños, y el recientemente construido Affondatore - un espolón de doble torretas. Oponiéndolos, la armada austríaca tenía siete fragatas acorazadas. [24]

Los austriacos creyeron sus naves para tener armas menos efectivas que su enemigo, decidido por tanto para contratar a los italianos en el alcance cercano y para pegarse al enemigo. La flota austríaca formó en una formación de la punta de flecha con los encorazados en la primera línea, cargando contra el escuadrón acorazado italiano. En el tumulto que siguió ambos lados fueron frustrados por la carencia del daño infligida por las armas, y por la dificultad del pegarse, el ataque de presión efectivo que era hecho por el buque insignia austríaco contra la gran atención atraída italiana en años siguientes. [25]

La flota italiana superior perdió sus dos ironclads, Re d'Italia y Palestro, mientras que el no blindado Kaiser de doble cubierta austríaco a tornillo sobrevivió notablemente a las acciones cercanas con cuatro ironclads italianos. La batalla aseguró el renombre del espolón como arma en los encorazados europeos durante muchos años, y la victoria ganada por Austria-Hungría la estableció brevemente como el poder naval predominante en el Adriático. [26]

Las batallas de la Guerra Civil americano y en Lissa fueron muy influyentes en los diseños y la táctica de las flotas acorazadas que siguieron. Particularmente, enseñó a una generación de oficiales navales a la lección engañosa que la presión era la mejor manera de hundir los acorazados enemigos. 


Fin de la primera parte

lunes, 29 de julio de 2013

Armadas: Nicaragua adquiere el mejor FAC del continente

Nicaragua compra barcos lanza misiles a Rusia




También se ha podido establecer, que junto a este contrato de las dos misileras, Nicaragua comprara cuatro patrulleras más también a Rusia.

En la versión rusa de este barco va armado con un cañón de 76 mm, y un cañón de 30 mm en forma de arma antiaérea, tiene un desplazamiento de 490 Tn a plena carga y una autonomía de 1600 millas náuticas.

No se sabe la fecha de entrega de estas naves, pero lo que si es seguro es que representaran un gran salto tecnológico para Nicaragua.

El sistema de control de fuego es conveniente para las blancos aéreos y marítimos. Para la supervivencia la nave está equipada con jammers activos de radar y radar IFF. El armamento de la clase Molniya ("Rayo") incluye cuatro misiles supersónicos antibuque 3M80/Moskit (proyecto 12421) o 16 misiles de crucero antibuque subsónicos 3M24/Uran (proyecto 12418), 12 misiles superficie-aire Igla-1M, un cañón naval de 76 mm Ak-176M y dos cañones Gatling de 30 mm Ak-630M.



Especificaciones:
Costo unitario: USD $ 45 millones
Nombre: Proyecto 12418/Proyecto 12421
Origen: Rusia
Diseño: Oficina Almaz Khabarovsk Shipyard
Astillero: Vympel
Tripulación: 44 hombres
Largo: 56,9 m
Manga: 10,2 m,
Calado: 2,5 m
Desplazamiento total : 550 ton
Combustible: 74 ton
Velocidad de crucero 13 kt (24 km/h)
Velocidad máxima 38 kt (70 km/h)
Autonomía: 10 días
Alcance: 2400 millas náuticas
Motorización: 1 x turbina a gas de 32.000 CV de potencia
Armamento: Armamento: 1 cañón de 76 mm AK-176M (314 proyectiles) y 2 cañones multitubo AK-630M
Misiles guiados: 3M24 (16) 3M80 (4)
Misiles SAM y ABM: Igla-1M (12)