jueves, 25 de abril de 2024

Super Etendard: Los radares Agave/Anémone

Buscando un radar para el Super Etendard






Cuando a fines de 1972 la marina francesa decide elegir la propuesta de Dassault por una nueva versión del Etendard -conocida como Super Etendard- en detrimento de la versión naval del Jaguar, surge la posibilidad de equipar a la nueva aeronave con el misil antibuque Exocet que estaba desarrollando Aerospatiale y sobre el cual unos meses antes la propia marina francesa había mostrado desinterés. El principal problema que se presentaba era el disponer de un radar que por volumen y peso pudiera ser instalado en la proa del nuevo Super Etendard, como así también alternativamente en la del Jaguar. Para entonces los dos principales radares disponibles eran el Cyrano y el Omera ORB-31. El Cyrano fue rápidamente eliminado por su enorme volumen y peso (unos 188 kg) en tanto el Omera ORB-31 también fue descartado aunque era el modelo de radar que utilizó la Aerospatiale a bordo de un helicóptero Super Frelon para realizar todas las pruebas de validación del misil AM-39 Exocet. La versión utilizada para tal evento era el ORB-31D que por las dimensiones de algunos de sus componentes no eran aptos para la pequeña proa del Super Etendard. Ni Thomson-CSF ni EMD (Electronique Marcel Dassault) disponían de fondos y tiempo necesario para diseñar de cero un nuevo radar apto para cumplir con los requerimientos del Exocet y a la vez que pudiera ser instalado en el nuevo avión, razón por a cual debió recurrir a un modelo ya existente.
A fines de los años 60’s la marina francesa decidió incorporar el helicóptero Lynx, Electronique Marcel Dassault había ofrecido su radar Súper Aída o Aída2 el cual originariamente había sido propuesto para la primera serie del Mirage III. Conocido también como “Asmodée” era una versión mejorada del radar telemétrico Aída que equipaba al Etendard IV pero incorporando modos aire-aire y aire-superficie, aunque con prestaciones bastantes modestas, ya que en el primer modo su máximo alcance de detección era de solamente 7 kilómetros en tanto en el modo aire-superficie era de 35 km. Cuando el Reino Unido decidió construír una versión naval del Harrier, éste radar fue propuesto para equipar al Sea Harrier británico (imagen inferior), aunque fue descartado a favor del Blue Fox debido a sus mejores prestaciones.
Thomson-CSF y EMD trabajaron en conjunto a partir de éste radar para convertirlo en el que sería el Agave definitivo, un equipo compacto de solamente 48 kg de peso que opera con dos longitudes de pulso y tres frecuencias de repetición de pulsos (PRF). El pulso más largo y bajo en repetición permite detectar objetivos de superficie a largo alcance (algo ideal para el uso del misil Exocet) en tanto que para la detección de objetivos a corto alcance, se utiliza un pulso más corto pero con una frecuencia de repetición más alta. El Agave incorporó una antena plana tipo Cassegrain estabilizada y las cifras publicadas por EMD respecto del alcance de detección mencionaron unos 27 km (15NM) en modo aire-aire con un ángulo de barrido en el modo búsqueda de 140 grados en la horizontal y 30º en la vertical, en tanto en el modo aire-superficie su alcance es de 55 km (30NM) aunque éstas cifras requieren de varias aclaraciones que se analizarán más adelante.



A diferencia del modelo anterior, el Agave dispone de un display de tubo de rayos catódicos 10 centímetros de diámetro y tanto la adquisición de los blancos como la información de estos puede proyectarse en el Head Up Display de los Super Etendard (VE 120E). Dentro de las novedades que incorporaba el Agave se encuentra la posibilidad de congelar la imagen para así dejar de emitir y evitar la detección por parte del enemigo (Modo Freeze), aunque ello sólo es aplicable en el modo navegación.
El Agave aparte de ser instalado en los Super Etendard como radar de serie también fue ofrecido para la versión de ataque naval del Jaguar Internacional, versión que solo fue adoptada por India para su versión Jaguar IM aunque éste país prefirió adquirir el misil británico Sea Eagle y no el Exocet. Paquistán sí eligió el combo Agave/AM-39 para una docena de Mirage M5PA3 que incorporó a partir de 1979 en tanto Chile incorporó el Agave en algunos de sus Mirage M50FC. A pesar de distintos informes, los Mirage M.5 de la fuerza aérea de Perú nunca incorporaron el Agave, fuerza que privilegió la integración del Exocet a sus Mirage M2000 y helicópteros Sea king. Por su parte Thomson-CSF lanzó al mercado una versión mejorada del radar Cyrano IV (Cyrano IVM3/M4) apta para el empleo del Exocet, que fue empleada principalmente por los Mirage F-1EQ de Irak y por los Mirage M.50 de la fuerza aérea venezolana.

Un radar limitado

Tal como sucede con todos los radares aerotransportados, su horizonte de cobertura o búsqueda dependerá de la altitud a la que se encuentre la aeronave portadora. Debido a la curvatura de la tierra, a mayor altitud mayor será el alcance de detección, en tanto volando a baja o muy baja altitud la distancia de detección se reducirá considerablemente. El perfil operativo del Super Etendard en misiones antibuque requiere precisamente un vuelo a la menor altitud posible para evitar su detección con lo cual las prestaciones del radar Agave se reducen de modo importante, mucho más considerando que se trata de un radar de prestaciones bajas/medias. Para un blanco naval de gran tamaño y volando a gran altitud el Agave podrá localizarlo a una distancia de aproximadamente 140/150 km; en tanto a media altitud, la detección se reducirá a unos 100 km. Aunque los fabricantes del radar nunca han hecho públicas las curvas de detección se sabe que a baja altitud (300/600 metros) el alcance de detección para un blanco naval grande y medio es de 50 a 55 km.



Considerando que la primera serie del AM-39 contaba con un alcance de aproximadamente 40/50 km (versión exportación), desde el momento de la detección de un blanco por parte del Agave hasta el momento del lanzamiento del misil, la distancia entre la aeronave lanzadora y el blanco se acota varios kilómetros impidiendo así utilizar el misil a su máximo alcance y disponer de una distancia de seguridad más amplia tanto para la aeronave lanzadora como incluso para que el propio misil cumpla todas las fases de navegación, localización del blanco y ataque. Tengamos presente que el misil requiere de una serie de datos previo al lanzamiento que deben ser incorporados por el piloto de modo manual; así el procedimiento de lanzamiento del Exocet insume no menos de minuto y medio como mínimo, tiempo suficiente para que la distancia entre el SUE y el blancos se reduzca casi 20 kilómetros.
Finalizado el conflicto por Malvinas, las marinas del mundo rápidamente adoptaron nuevas tácticas y técnicas destinadas a reducir la nueva amenaza que significaban los misiles antibuque. Como el mejor método de combatir un misil –cualquier tipo que fuere- es evitar su lanzamiento, la marina francesa pronto advirtió que el Agave contaba con muchas limitaciones aún antes de la adopción de las nuevas tácticas antimisil. De hecho un informe francés de principios de 1983 menciona que el Agave disponía de un alcance de detección muy ajustado para el empleo del Exocet además de ser “poco discreto” en cuando a la intensidad de las emisiones, de no contar con mayor variación de frecuencias para evitar la interferencia del enemigo además de carecer de un modo que permitiera realizar el seguimiento de los blancos navales. Una prueba concreta sobre la “poca discreción” del Agave pudo verificarse en el informe oficial del destructor HMS Glasgow del día 4 de Mayo de 1982 durante el ataque al HMS Sheffield. Allí se verificó que la primera emisión del Agave de solamente 3 segundos de duración fue detectada e identificada a unos 85 km de distancia, o sea con un tiempo más que suficiente para dar una alerta general y así eliminar el factor sorpresa de cualquier ataque.



Como consecuencia de lo mencionado y tras varios años de desarrollo, a principios de los años 90’s aparece el nuevo Anemone (Appareil Numérisé pour l'Exploitation des Mouvements d'Objectifs Navals Éloignés) un radar con procesador digital, antena PESA (Paassive Electronically Scanned Array) y tecnología derivada los radares RDM/RDY de los Mirage M2000. El Anemone opera en las bandas I/J con salto de frecuencia y según la poca información disponible, en relación al Agave ha duplicado su alcance de detección contando además con capacidad para poder realizar el seguimiento de un blanco de modo discontinuo, hecho que lo hace mucho más discreto al momento de realizar una detección y el seguimiento de la amenaza. Con sólo 60 Kg de peso se menciona que dispone de capacidades muy similares al radar AN/APG-66 de los F-16 e incluso del ARG-1 de los A-4AR de la FAA. Thales produjo una serie de 46 radares Anemone, y parte de su tecnología luego fue empleada en el desarrollo del RC-400.

Situación Actual

Como ya es conocido, Francia procedió a reemplazar los Agave con los Anemone de sus Super Etendard a fin de solucionar las falencias del radar y otorgarle así mejores características de detección, mucho más aptas para la nueva serie del Exocet (AM-39 Block 2). India reemplazó el Agave de sus Jaguar IM con el radar Elta EL/M-2022 en tanto Paquistán aún sigue operando el Agave en sus Mirage M.5PA3 para misiones antibuque y armados con misiles Exocet desde la base aérea de Masroor, aunque se estima que éste escuadrón en breve será desactivado cuando se complete la llegada de la totalidad de los patrulleros P-3 Orión armados con misiles antibuque AGM-84 Harpoon Block II. Por tal motivo será la Armada Argentina la última operadora mundial no sólo del Super Etendard sino también del Agave, excepto que se decida finalmente reemplazar al radar por el Anemone a modo de poder expandir las capacidades de la aeronave, aunque para ello también debería incorporarse una versión más avanzada del AM-39 Exocet por cuanto la versión original del misil presenta muchas limitaciones para el combate aeronaval moderno.
El Super Etendard, como el Agave y el misil Exocet ya se han ganado un espacio en la historia militar. Hoy su efectividad se ha reducido de modo considerable debido a que se trata de tecnología de 4 décadas de antigüedad y al surgimiento de múltiple sistemas y equipos de detección y combate antimisil producto precisamente del desempeño de éste trío durante la guerra por Malvinas.



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