Páginas

viernes, 2 de junio de 2017

PGM: La guerra de los cruceros de pasajeros

La guerra de los cruceros de pasajeros

Sucedió poco tiempo después de estallar la Primera Guerra mundial. Los capitanes de dos colosales y lujosos transatlánticos, el ingles Carmania y el alemán Cap Trafalgar, recibieron la orden de convertir sus barcos en cruceros mercantes armados. Como cualquiera de ellos hubiera sido fácil victima del enemigo, la disimulación era esencial. Por coincidencia, ambos decidieron disfrazar su nave como la del contrario, Por mayor casualidad aun, se encontraron en el Atlántico Sur. De ello resulto una extraordinaria batalla, considerada como una delos combates navales mas curiosos y heroicos de todos los tiempos.
El Cap trafalgar era el buque insignia de la Hamburg South America Line. Al iniciarse lasa hostilidades se hallaba anclado en Buenos Aires, donde empequeñecía a todas la demás naves según afirmaban, su turbina de tres hélices alcanzaba los 18 nudos. De 210 metros de eslora, su costados estaban pintados de color negro y su superestructura de blanco. El Cap Trafalgar estaba bajo el mando de el capitán Fritz Langerhans.
En buenos Aires, donde se encontraba desde el 2 de agosto de 1914, se recibieron ordenes del Almirantazgo alemán, de que no saliera del puerto ningún buque germano a excepción de uno que habría de desafiar a la flota Británica y llevar a Alemania a los reservistas y a los voluntarios. Así resulto que Lansgerhans perdio mas de 150 tripulantes, entre ellos al jefe de cocina, cuatro oficiales, su camarero personal y el ornitólogo del barco. Gracias a su don de gentes persuadió a casi toda la orquesta a colaborar en el cuarto de calderas. . El Almirantazgo alemán tenia la errónea idea de que el Cap Trafalgar había partido de Hamburgo con sus cañones secretamente almacenados en sus bodegas por lo que ordenaron a Lansgerhans cargar el barco con carbón y provisiones y hacerse a la mar, ya en alta mar se convertiría en corsario para operar en las rutas de navegación enemigas. Lo cierto era que en buque no había mas que dos escopetas y la pistola del capitán
El Carmania desplazaba 20.000 toneladas, media de 205 metros de eslora y , cargado al máximo, calaba 10 metros y medio. Su capitán era Noel Grant. El 7 de agosto atraco en Liverpool y el viernes 14 ya convertido en crucero se hacia a la mar. El buque fue equipado con cañones de 4.7 pulgadas (129 mm). No consiguieron los alemanes igualar la rapidez y eficacia con que fueron transformados el Carmania y muchos otros vapores británicos.
Cuando el alto mando alemán se dio cuenta de la precaria situación del Cap Trafalgar en loo que respecta armamento le ordenaron a Lansgerhans dirigirse sin demora a la isla Trinidad, islote desierto y aislado, de cinco kilómetros de largo por 2.5 kilómetros de ancho, situado 650 millas náuticas al oriente de la costa brasileña. Alli se reunirían varios buques germanos que lo equiparían con armamento.

Por ser el Cap Trafalgar un vapor nuevo había pocas probabilidades de que su silueta apareciera en los libros de consulta marinos, Con sus tres chimeneas, que se alcanzaban como dedos gigantescos, se asemejaba a los grandes cruceros alemanes o ingleses, cualquiera de los cuales podía hundirlo a varias millas de distancia. Por lo demás, era difícil que alguno se acercara lo suficiente para poder identificarlo. Urgía pues disfrazarlo.
Por fortuna, un de las chimeneas no estaba conectada con el cuarto de maquinas sino que servia de ventilador para las cubiertas de pasajeros, las cocinas, y el escape de los dinamos. Quizá , pensaba Lansgerhans, pudieran desmantelarla. Quedaba un interrogante: ¿A que buque de pasajeros debía parecerse?. Al Carmania.
Enseguida comenzaron con desmantelar la chimenea, luego pintaron las dos chimeneas restantes como las de la Cunard; Rojas con el tope negro. Siguiendo el mismo criterio
Dejaron completamente blancos los botes salvamento, hasta entonces negros con el borde superior blanco. Posteriormente alargaron el puente retirando los muebles de la galería principal y fabricando sobre el piso un armazón de madera ligera.
Para concluir con el disfraz fabricaron el pabellón rojo de la Gran Bretaña y la bandera de la Cunard y los fijaron a un asta, para izarlos en caso necesario. El capitán sin embargo no mando a cubrir el nombre del vapor, a proa y a popa. No habría sido difícil pero tenia el presentimiento de que podría acarrearle mala suerte.
Al mismo tiempo el Carmania tenia la misión de patrullar una zona de 100 millas cuadradas, que abarcaba las rutas de comercio marítimo de oriente a occidente, al noroeste de Irlanda, e identificar a las embarcaciones que pasasen por allí. El miércoles 19 de agosto, el telegrafista llevo a Grant un mensaje:”abandonen de inmediato posición de patrulla. Diríjanse con presteza a las Bermudas”. Aquella fue la primera de varias acciones que entrelazarían al Carmania con el Cap Trafalgar.
Al llegar a la isla Trinidad el Cap Trafalgar se encontró con el cañonero Eber, al mando del capitán Julius Wirth, que lo estaba esperando. Wirth había recibido la orden de asumir el mando del Cap Trafalgar y de transferir todo el armamento del Eber así como a toda su tripulación al Cap Trafalgar.
El Alto Mando Británico intercepto un cabe dirigido a Berlín. Aunque no lograron descifrar la clave, si identificaron la señal del Eber. Suponían que el cañonero que el cañonero maniobraba frente a las costas de África, y ello confirmo su creencia de que el enemigo abrigaba algún plan siniestro en la ruta comercial desde Ciudad del Cabo o en la misma África occidental. Para contrarrestar dicha amenaza necesitarían dispersar a la escuadra que patrullaba el Atlántico Sur, importantísima ruta de navegación británica. Así pues el Carmania que acababa de llegar a las Bermudas, recibió la orden de seguir 1000 millas mas al sur, hacia las Indias Occidentales, donde (para consternación de sus oficiales) serviría como buque de aprovisionamiento. La nave partió el 29 de agosto y llego a puerto el 2 de septiembre. Rápidamente cargaron sus bodegas con carbón y provisiones para entregarlas a la escuadra del almirante sir Christopher Cradock, que registraba las costas de Venezuela en busca de buques corsarios.
Otras intercepciones de radio y observaciones de naves llevaron al almirantazgo a sospechar que una flotilla alemana, en la que figuraban el Cap Trafalgar y los cruceros Dresden y Komprinz Wilhem, estaría quizá reuniéndose cerca de Trinidad. Escogieron al Carmania para investigar.
El 11 de septiembre, a las 10 de la mañana, recibió ordenes de reconocer las cercanías de la isla. De haber buques enemigos en la zona deberia comunicarlo por radio al Bristol.
El capitán Grant y su “asesor” el capitán Barr al estudiar la situación y sus potenciales adversarios tuvieron la misma idea: “Hacer creer a los alemanes que su buque era el Cap Trafalgar para poder acercarse a distancia de tiro”. No se les ocurrió pensar que sucedería si este se encontrara ya anclado allí.
Pasaron el resto del día en erigir una falsa tercera chimenea con toldos y de cubierta tendidos sobre un armazon de madera liviana.
El Eber llevaba dos cañones de 10 cm y medio, con alcance de 6500 metros, y seis ametralladoras pesadas; pero no cabian en los emplazamientos del Cap Trafalgar. Asi que hubo que perforar a mano las planchas del barco para que pudieran caber.
Wirth comprendia que en un combate tradicional el Cap Trafalgar no tendría esperanza alguna. Sus cañones carecian de lacance, y para usar sus ametralladoras deberia acercarce a una distancia suicida... a menos que con un fuego nutrido pudieran hacer bajar la cabeza al adversario hasta estar lo bastante cerca para abordar. Wirth con la ayuda de Lansgerhans (devoto admirador de Horacio Nelson) diseñaron una estrategia para poder acercarse al barco ingles, virar de costado y colocar un grupo de abordaje .
En la mañana del 14 de septiembre eso de las 11, Wirth vio que por el norte venia un barco desconocido. Wirth levo anclas y ordeno al señalador que pidiera al barco que se identificara.


El S.S. Cap Trafalgar.

El S.S. (o H.M.S.) Carmania. 



El capitán Grant vio aparecer a la embarcación germana por detrás de la isla, revelando su imponente casco y su superestructura.
-¡Dios mio ¡ ¿Qué buque es ese? -Por sus chimeneas- opino Barr- parece uno de los nuestros, o tal vez de la línea Unión Castle.
Para entonces la presa se dirigía hacia el sur. Grant mando izar su pabellón de identificación. Había unos 15000 metros de distancia entre ambos, y seguían rumbo al sur. Al divisar la insignia del Carmania, Wirth hizo virar su nave 180 grados y enfilo directamente hacia el enemigo. Reducida la distancia, el capitán ingles ordeno lanzar un cañonazo sobre la proa del contrario. El proyectil levanto un chorro de agua delante del Cap Trafalgar, que arrió inmediatamente su pabellón y contesto el fuego.
Wirth había indicado a sus artilleros concentrarse en el puente y la superestructura, pues deseaba capturar el barco. El primer disparo paso por encima; el segundo derribo el mástil de señales y la antena de radio; el tercero dio muerte a la mayoría de la dotación de uno de los cañones.
En respuesta, dos granadas británicas penetraron en el jardín de invierno. Por todas partes volaron astillas y se prendieron varios fuegos pequeños. Wirth calculaba que en dos minutos mas podría usar las ametralladoras. Pero entonces una esquirla mató al timonel, y el buque empezó a guiñar a babor. El capitán salto al timón para volver la nave a su línea de ataque.
Pronto ardía la mayor parte del puente falso. El vapor, las llamas y el humo hacían imposible ver bien al enemigo. Sin embargo, el cambio de rumbo permitió al artillero de popa captar en su mira al Carmania; abrió fuego rápido y daño el puente del ingles.
Wirth vio que estaba ya a unos 5500 metros. Había que acercarse lo mas rápido posible. Ordeno a los ametralladoritas abrir fuego.
“¿Se da usted cuenta?” grito Grant. ¡Me parece que están intentando abordarnos¡
En vista de aquella lluvia de balas, Grant decidió retirarse un poco, y mando virar a estribor. En ese momento el segundo comandante Lockyer pidió a voces: “Fuego a discreción apunten a la línea de flotación”.
Una serie de granadas estallo a quemarropa contra el Trafalgar.
La primera andanada dio contra el costado de estribor, Un proyectil atravesó el flanco del navío, penetro un mamparo estanco y provoco una inundación en una carbonera. Otro dio mas a proa, y el agua se precipito en la sala de maquinas. Un tercero alcanzo la carbonera de reserva de proa, ocasionando graves daños. El cuarto maquinista Carl Rieck inundo de inmediato los tanques de babor para levantar un poco el costado de estribor; pero Wirth, afanado en perseguir al Carmania, viraba a estribor;. La ligera inclinación causada por la maniobra aumento la entrada del agua. Tendría que virar a babor.
Como no tenia ninguna otra alternativa, cambio el rumbo y los dos barcos se separaron. Los alemanes hicieron varias descargas mas; una granada atravesó dos camarotes de cubierta del vapor ingles, y estalló un incendio. Grant despachó a Barr a que hiciera cargo del mismo. En breve las llamas imposibilitaron la permanencia en el puente y tuvieron que abandonarlo a favor de un puesto de mando a popa, instalado tiempo atrás por Barr para facilitar el ataque de la nave. El sistema de comunicación había quedado destruido desde el comienzo del combate, por lo que el capitán Grant gobernaba la embarcación por medio de una fila de tripulantes que, valiéndose de unos silbatos transmitían las señales a la sala de maquinas.
El trasatlántico germano estaba casi muerto sobre el agua. Se informo al capitán Wirth que la inundación no podía ser contenida. Haciendo un esfuerzo, le ordeno a la tripulación subir al puente de mando y abandonar la nave en el carbonero Eleonore Woermann que se había colocado valientemente a su lado para rescatar a los sobrevivientes.
El capitán observaba las tácticas del Eleonore Woermann y dudo entre atacar a este carbonero o perder el suyo ya que de seguir navegando contra el viento el fuego consumiría al Carmania. Finalmente El capitán Grant dio la orden de virar.
Nadie sabe quien empezó. Quizá fue uno de los cantantes de opera en las lanchas salvavidas del Cap Trafalgar. Una voz de tenor surgió del agua entonando la primera estrofa de Stolz web die Flagge schwarzweiss-rot (canto naval patriótico a la bandera). Luego se le unió otra voz, y después otra. Los del Eleonore Woermann les hicieron coro. Al poco tiempo una 300 voces cantaban deseando suerte al capitán Wirth y a su barco. 




Como en respuesta, el trasatlántico alemán comenzó a recuperarse de su inclinación. Poco a poco se fue enderezando; luego, imperceptiblemente, empezó a hundirse por la proa. Wirth estaba de pie en el puente, apoyándose en el timón. Después, casi sin ruido alguno, el Cap Trafalgar alzo la popa y desapareció en las aguas.
Fritz Langerhan reprimió las lagrimas. Nada, ni ver al Carmania arder en el horizonte, le servia de consuelo. Llorando como un niño dejo que el capitán lo condujera bajo cubierta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario