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sábado, 9 de agosto de 2014

SGM: Corsarios alemanes, lobos con piel de oveja

Los corsarios alemanes: lobos con piel de cordero
Rodrio García-Muñoz Vaquero - ABC

El tonelaje que hundieron equivalía a la producción de todos los astilleros británicos en un año



Los cruceros auxiliares corsarios intercambiaban en alta mar prisioneros y provisiones con los navíos regulares de la «Kriegsmarine’. En la foto, encuentro del «Kormoran» con el U 124 y el crucero pesado «Admiral Scheer» en el Atlántico

El 3 de mayo de 1940 el vapor británico «Scientist» se cruzó en su ruta de Durban a Free­town con lo que aparentaba ser una pacífica motonave de bandera japo­nesa. De repente, el lobo se quitó la piel de cordero y, mostrando sus ca­ñones, reveló su verdadera identidad.
Izando la bandera de guerra del Reich, ordenó al sorprendido «Scientist» pa­rar máquinas y no usar la radio, dis­parando una salva de advertencia pa­ra reforzar el mensaje. Como el bu­que británico seguía transmitiendo, el corsario hizo fuego hasta inutili­zar su radio. Entonces, el sentencia­do buque se detuvo y su tripulación lo abandonó en botes salvavidas. Del corsario partió una lancha con una dotación de presa que subió a bordo del mercante británico para registrar­lo concienzudamente en busca de al­gún documento valioso y acelerar su hundimiento colocando cargas de di­namita en la sala de calderas y abrien­do los grifos de fondo.
Se trató de la primera de las 22 presas que hizo a lo largo de su exi­tosa carrera el Hilfskreuzer (crucero auxiliar) «Atlantis», el primero de los diez que surcarían todos los mares del planeta en su intento por obsta­culizar el tráfico marítimo del que tanto dependían los aliados para su subsistencia.

Reconsideración

Los cruceros auxi­liares alemanes habían demostrado su valía como corsarios durante la Gran Guerra, pero en 1939 la Kriegs­marineno los consideraba viables debido al desarrollo de la aviación y la radiotelegrafía. En su lugar, de­cidió emplear contra la navegación enemiga los acorazados de bolsillo «Deutschland» y «Graf Spee». No obs­tante, con la experiencia acumulada durante los primeros meses de guerra, el OKM (Oberkommando der Marine) acabó reconsiderando su postura.
Ata­carían en mares lejanos, pues la tácti­ca de convoyes sólo había sido adopta­da en el Atlántico Norte. Un camuflaje mejorado les protegería de la obser­vación aérea y los motores diesel les concederían una autonomía de varios meses. Irían equipados con un poten­te y variado armamento: su artillería principal consistiría en cañones de 15 cm y dispondrían además de piezas de menor calibre, ametralladoras an­tiaéreas, tubos lanzatorpedos, minas y, en algunos casos, de un hidroavión de reconocimiento Arado 196.
A pesar de haber zarpado una se­mana después que el «Atlantis», fue el«Orion» el que logró el primer éxito de un crucero auxiliar alemán en la Se­gunda Guerra Mundial cuando echó a pique, el 24 de abril de 1940, al obs­tinado vapor británico «Haxby», que desobedeció la orden de detenerse y continuó emitiendo señales de socorro.
El fuego alemán causó la muerte de 17 de sus 40 tripulantes. Le seguirían otros 139 buques aliados —con 872.000 toneladas de registro, equivalentes a la producción anual de los astilleros bri­tánicos—, que resultarían hundidos o capturados durante los siguientes tres años. El más exitoso de todos fue el «Thor», que en dos salidas, entre me­diados de 1940 y finales de 1942, hun­dió 152.500 toneladas.
A cambio, seis corsarios resultaron hundidos, el úl­timo fue el «Michel», echado a pique el 18 de octubre de 1943 por el submarino norteamericano «USS Tarpon» cuando sólo le quedaban 60 millas para alcan­zar el puerto de Yokohama, después de llevar seis meses haciendo la guerra de corso en el Pacífico.

La mayor presa

El «Kormoran» vendió cara su piel contra el crucero australiano «Sidney», al que mandó a pique en aguas del Índico en noviembre de 1941, pese a ser muy inferior como navío de guerra. Fue el único mer­cante armado que consiguió hun­dir un crucero regular en combate abierto en toda la historia naval.


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