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miércoles, 17 de julio de 2019

Día de los Intereses Marítimos Argentinos: Una república naval


16 de Julio: Día de los Intereses Marítimos Argentinos

Poder Naval Argentino


 

Mar del Plata, capital de los Intereses Marítimos
Reportaje desde la Historia

Por: Oscar Filippi

Hoy, martes 16 de Julio (1876), fecha del natalicio del Vicealmirante Segundo R. Storni, la Armada Argentina conmemora en su honor y por Ley Nacional Nº 25.860/04 del Congreso de la Nación, el “Día de los Intereses Marítimos Argentinos”. Desde el año 2004, por voluntad de la Cámara de Diputados de la Nación, Mar del Plata ha sido considerada por su ubicación geográfica, facilidades y actividades portuarias, la “Capital de los Intereses Marítimos Argentinos”. Por tal razón, el Comando del Area Naval Atlántica, adhiere a tan importante fecha.
Un reportaje desde la historia, nos demuestra la importancia de ser una nación marítima y el tiempo que hemos perdido en reconocerlo, siguiendo aun hoy, sin darnos cuenta de esa estratégica condición.
El mar encierra una de las principales alternativas de supervivencia de la humanidad en el Siglo XXI. Los argentinos somos los dueños de la cuarta plataforma marítima en extensión que posee el planeta, con posibles grandes reservas petroleras, con yacimientos de nódulos polimetálicos y sus caladeros están entre los más fértiles y apetecidos del mundo.
La superficie continental e insular de nuestro planeta, abarca sólo la tercera parte de su superficie, las dos terceras partes restantes son océanos y mares. La superficie apta para el cultivo de alimentos se degrada a razón de siete millones de hectáreas por año y como si fuera poco, para el año 2050, la población mundial se habrá duplicado.



¿Cuál será la alternativa alimentaria para semejante masa poblacional…?
Pregunta compleja para un mundo que cada vez tiene menos espacio y más población. Una ecuación preocupante para un país como el nuestro, al que le sobra espacio, le falta población y está lleno de recursos estratégicos.
Ha habido en nuestra historia, una ausencia total de planificación serena, inteligente y desinteresada de una verdadera política de Estado que marque un rumbo sostenido y coherente de nuestros intereses y obligaciones hacia un mundo que, al contrario de nosotros, se proyecta con objetivos claros a 50 años de las políticas que sostiene en curso.
Pero en ocasiones hemos tenido la suerte de encontrar argentinos que supieron dejarnos brillantes testimonios de sus conocimientos, desinterés personal y verdadero sentido de servicio a la patria. Me he tomado la libertad de realizar un respetuoso “reportaje en la historia” a uno de esos claros hombres que nos dejaron todo un legado en materia de conocimientos sobre los asuntos del mar, sobre los “Intereses Argentinos en el Mar” más específicamente.
En este reportaje, le he formulado preguntas de absoluta actualidad que él nos contesta desde la historia. Fue un gran marino, nacido en la Provincia de Tucumán, su anticipado y certero mensaje, quedó plasmado en dos brillantes conferencias dictadas en el Diario “La Prensa” en Julio de 1916.



Sr. Vicealmirante, ¿qué significa el mar para la nación argentina?
- En el carácter de nación independiente y soberana, con el inmenso y valioso patrimonio con el que entramos al juego de la vida, nuestra influencia creciente en los negocios humanos, nos plantearán obligaciones y exigirán esfuerzos que aún no hemos medido. Entre ellos nos encontramos frente a los problemas del mar y por el análisis de nuestra corta, pero instructiva historia, el mar encierra para la nación argentina los más vitales problemas, será el vehículo y sostén de su fortuna y de su gloria.
Toda esta hermosa región del planeta, tiene como principal y casi forzosa comunicación con el mundo, la vía marítima. Por esa vía entran todos los beneficios y por ella asoman todos los peligros.

Ud. menciona beneficios y peligros, ¿están en relación directa a nuestra extensión y recursos naturales?
- De nuestro patrimonio no podemos quejarnos; elementos y riqueza material, sobreabundan; falta saber si somos dignos de mantener este suelo, de cultivarlo y explotarlo en forma intensiva e inteligente, de hacerlo rendir su máximo beneficio en bien nuestro y en bien de la humanidad y de defenderlo de las posibles irrupciones extranjeras, para constituir en él un organismo fuerte y netamente argentino.
¿Es que hemos de permanecer enclavados en la tierra, para arrancarle sus frutos y esperar que otros los transporten, que otros nos comuniquen con el mundo, que otros vengan hasta imponernos la Ley en las aguas mismas del estrecho Mar Territorial? ¿O ha de ocupar la Argentina su parte de dominio y de usufructo en esa gran vía de la civilización que se llama el mar?

Ya hemos transitado el bicentenario, ¿Ud. considera que no hemos sabido desarrollar aun, una verdadera política naval nacional?

- Nosotros mucho hemos andado, pero aún nos falta una comprensión mucho más amplia de nuestros intereses en el mar y una acción mucho más vigorosa para afianzarlos. Las naciones, con frecuencia, tienen exigencias internacionales graves, inmediatas, que las obligan a tomar serias precauciones en el mar y sin dilación.
La política naval es, ante todo, una acción de gobierno; pero es indispensable para que tenga nervio y continuidad, que sus objetivos arraiguen en la nación entera, que sean una idea clara, un convencimiento de las clases dirigentes y una aspiración constante de todo el pueblo argentino.



Esa política entonces, ¿no es cuestión exclusiva de políticos y militares?
- Hay, entre los asuntos militares, algunos (precisamente aquellos más generales y que pueden ser tratados con los solos datos de la situación y configuración geográfica del suelo) que constituyen los problemas fundamentales de la defensa de los Estados. Esos problemas no caen bajo la reserva militar, puesto que pueden ser resueltos con los elementos de juicio que están al alcance de todo el mundo. Son la esencia misma de la defensa nacional y como decía el contraalmirante Mahan, no sólo deben ser conocidos por los hombres que gobiernan, sino por los ciudadanos todos de un pueblo libre y que así debe ser, no hay duda, puesto que, en tesis final, es el pueblo quien sufraga los gastos y quien da su sangre para la defensa.

A su juicio, ¿cómo podemos desarrollar un verdadero Poder Maval?
- Son tres las columnas que forman un verdadero poder naval: producciones, transportes propios y mercados. Ampliando el concepto, podemos decir: las producciones implican no solamente aquello que se puede exportar, sino el contar con los elementos indispensables para la construcción sostenimiento y progreso de un abundante material naval; los transportes propios (mercantes) exigen un desenvolvimiento considerable de la industria mecánica y constructora (astilleros); los mercados, una hábil y, a veces, una fuerte acción exterior; el conjunto, la potencia naval militar que es como el seguro de toda esa fuente de riqueza contra el riesgo de la guerra.

¿Se justifica en nuestros días, la inversión presupuestaria para mantener, actualizar y operar una marina de guerra?
- La existencia de una marina de guerra eficiente es para nuestro país una exigencia ineludible; pero su realización no debe hacernos olvidar, ni relegar a segundo término, los fundamentos del poder naval, sin cuya fuerza, la Nación Argentina no desempeñará en el mundo sino un papel mediocre y de eterna dependencia.

Luego de una brillante carrera naval, el Almirante Storni, falleció en la ciudad de Buenos de Aires el 5 de Diciembre de 1954.
En la nota, está contenida una muy pequeña parte de su gran legado sobre las cuestiones del mar, pero alcanza para preguntarnos, ante tamaña capacidad y decidido patriotismo, en este “reportaje en la historia” ¿En qué punto de nuestra historia, perdimos tan decididamente el rumbo?

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