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sábado, 26 de diciembre de 2015

ARA: Los asientos de bases navales lógicamente apoyaron al nuevo gobierno

El submarino amarillo
El partido donde vive la mayoría de los marinos le propinó uno de sus peores reveses al Frente para la Victoria. El subjefe de la Armada colabora con los equipos de Defensa de Cambiemos, impulsa el ascenso de sus hombres de confianza y sueña con el reequipamiento naval, submarinos y un portaaviones incluidos. El jefe de Estado Mayor viajó a Estados Unidos, donde el primer titular de la IV Flota conducirá el Comando Sur. El oficialismo perdió tres de las últimas cuatro elecciones bonaerenses.

Por Horacio Verbitsky (ex-terrorista de Montoneros y ex-colaborador del gobierno militar)
Página 12


González Lonzieme y Repetto. La Marina festeja con globos de colores.

Los peores resultados del Frente para la Victoria en la elección presidencial bonaerense ocurrieron en Coronel Rosales (20,5%), Vicente López (20,1%), General Villegas (17,9%) y Rivadavia (15,52%). La particularidad de Coronel Rosales es que allí tienen asiento la Base Naval de Puerto Belgrano y la Base de Infantería de Marina Baterías. En ese voto de miles de oficiales y suboficiales en actividad y retirados influyó la intensa actividad del subjefe de Estado Mayor de la Armada, vicealmirante Alvaro Manuel González Lonzieme, quien está trabajando con los equipos de Defensa de Cambiemos, junto con un grupo de retirados y con varios contraalmirantes y capitanes de navío en actividad a los que pretende ascender.

Los González Lonzieme son una familia naval que siempre tuvo vínculos estrechos con el radicalismo. Jorge “El Ternero” González Lonzieme fue director de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Defensa y redactor de las instrucciones a los fiscales con las que el ministro Horacio Jaunarena intentó poner punto final a los juicios por crímenes de lesa humanidad. La reacción de los organismos defensores de los Derechos Humanos y de la propia Juventud Radical lo impidieron. Incluso presentó su renuncia Jorge Torlasco, uno de los seis jueces de la Cámara Federal que había juzgado a las Juntas Militares. Ése fue el precedente inmediato de la ley de obediencia debida, que persiguió la misma finalidad. Las instrucciones procuraban hacerlo en forma disimulada, sin el costo político de una ley. En el libro “Mitos y Verdades sobre el padre de la democracia”, del escritor alfonsinista Oscar Muiño, el coronel Ernesto Guillermo “El Nabo” Barreiro, dice que El Ternero González Lonzieme se reunía en restaurantes con un grupo de oficiales que reclamaban “el cese de la campaña de desprestigio, el fin de los juicios y la reivindicación de la lucha antisubversiva”. Esos fueron los puntos que plantearon los carapintada durante el alzamiento de 1987. Su desencadenante fue la negativa de Barreiro a presentarse ante el juzgado federal que lo había citado a indagatoria. Ante la consulta de Muiño, Jaunarena se mostró sorprendido por la versión sobre su colaborador.

La fantasía que maneja este grupo de marinos es que un eventual gobierno amarillo destinaría ingentes recursos al reequipamiento naval, incluyendo submarinos y un portaaviones. El jefe de Estado Mayor, almirante Gastón Fernando Erice, incluyó en la comitiva para visitar Jacksonville, asiento de la IV Flota Estadounidense, a varios oficiales del grupo que sigue las orientaciones de González Lonzieme y que plantean privilegiar la relación con Estados Unidos donde, dicen, “nos esperan con los brazos abiertos, porque saben que el problema en la Argentina es político y ya pasará”. Desde hace años los viajes anuales de instrucción de los nuevos oficiales en la Fragata Libertad omiten puertos estadounidenses y se concentran en los países integrantes de la Unasur y algunos africanos, lo que enfurece e indigna a quienes cultivan su Ser Naval con la lectura de La Nación y La Nueva Provincia y consideran que la formación de los mejores oficiales debe culminar en las escuelas navales de los Estados Unidos, que utilizan esa vía para señalarles el horizonte intelectual. El actual jefe de Estado Mayor Erice incluso llegó a prestar servicios en el Estado Mayor de la Flota del Atlántico de Estados Unidos, con sede en Norfolk, Virginia. La marina de Estados Unidos no está orientada a las actividades tradicionales. Esta semana, el presidente estadounidense Barack Obama anunció la designación del ex comandante de la IV Flota, almirante Kurt W. Tidd, como nuevo jefe del Comando Sur, con sede en Miami. Una de las tareas principales de la IV Flota, según la nota con la que el diario Miami Herald anunció la promoción de Tidd, es “la cooperación regional y las operaciones contra el narcotráfico”. Antes, Tidd fue director de Lucha contra el Terrorismo en el Consejo de Seguridad Nacional del presidente George W. Bush y comandante de operaciones navales en el grupo de planeamiento operacional en la Guerra contra el Terrorismo, que con la denominación de Deep Blue fue creado luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Los principales exponentes de esta línea que nuclea González Lonzieme son los contraalmirantes Juan Temperoni, comandante de la Flota de Mar; Guillermo Bellido, comandante de la Aviación Naval, y Ricardo Christiani, director general de Educación. Temperoni fue oficial de enlace ante el Comando en Jefe de la Flota de Mar estadounidense y se capacitó en guerra anfibia en la Universidad de Defensa Nacional del Colegio de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, donde recibió la “Recomendación de Unidad Naval”, otorgada por el Secretario de Marina de ese país. Bellido realizó en Estados Unidos los cursos de Simulador de Vuelo de Helicópteros SH-3. Los candidatos al ascenso que sostiene este grupo son:

- El infante de marina Alejandro Di Tella. Es el intelectual del Grupo. Como jefe de Planeamiento en la Dirección de Planes de la Armada, tiene acceso al Plan de Capacidades Militares, sobre el que se basan las decisiones a adoptar en materia de adiestramiento, información, doctrina, infraestructura, logística, organización, recursos humanos y material en los próximos 20 años. Di Tella entregó una copia de ese Plancamil a los retirados que trabajan con los equipos de defensa del PRO.

- El aviador naval Gustavo Vignale, secretario privado del almirante Erice, a quien acompaña en Estados Unidos, donde Vignale se formó como aviador. Erice y González Lonzieme piensan designarlo comandante de la Aviación Naval.

- El verborrágico Pablo Salonio fue el comandante de la Fragata Libertad que modificó su derrota para que no tocara puerto en Nigeria, donde temía el ataque de piratas, sino en Ghana. Así fue de cabeza al embudo diseñado por los fondos buitre para embargar la nave.

- El licenciado en sistemas Navales Claudio Gabriel Grossi, con bigototes a la mexicana y cejas espesas, incide desde su cargo como jefe del departamento personal de oficiales en los pases y calificaciones, lo cual lo torna muy útil para sus compañeros de bando.

- El submarinista comodoro de marina Guillermo Repetto, comandante de la Zona Atlántica, quien hizo el curso de Command College en la Escuela Naval estadounidense de Newport. Prestó la capilla naval para que oficiara misa el obispo de Mar del Plata Antonio Marino, quien en 2010 encabezó la resistencia eclesiástica a la reforma de los artículos del Código Civil sobre el matrimonio. (Como parte de esa guerra de Dios Marino dijo que según estudios que no identificó las personas homosexuales son ansiosas, consumen drogas, se suicidan y no pueden mantener relaciones estables. El estudio es tan serio que incluye precisas cuantificaciones: los putos tienen hasta quinientas parejas, sus relaciones no duran más de tres años y son treinta veces más violentos. En un alarde de liberalismo, el prelado reconoce el derecho de los homosexuales a casarse, siempre que sea con una persona de otro sexo.) En esas misas participaron los grupos de ultraderecha de Carlos Gustavo Pampillón, que embadurnaron con pintadas el portal de la memoria e intervinieron junto con la policía bonaerense en la represión contra las participantes del Encuentro Nacional de Mujeres. Repetto mantiene contactos estrechos con el dirigente del PRO en Mar del Plata, Carlos Arroyo, quien fue director de tránsito durante la dictadura militar. El último domingo Arroyo fue electo intendente de Mar del Plata con el 47 por ciento de los votos. La Marina festeja con globos de colores y sueña con el portaaviones y el submarino amarillos.

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